Sword Art Online

Volumen 13: Alicization Dividing

Capítulo 9: Integrity Knight Alice

Parte 2

—En ese caso, aún quedan tres opciones… descender, ascender, o romper el muro de nuevo, eh.

—La tercera probablemente será difícil. Al igual que los «muros inmortales», los muros exteriores de la catedral deberían estar dotados de Vida prácticamente infinita y la naturaleza de repararse a sí mismos. Lo mismo aplica para los cristales de los pisos inferiores.

—Entonces, eso también hace inútil el descender a las ventanas, eh…

Cuando murmuré eso, Alice asintió ligeramente con la cabeza antes de hablar.

—…En primer lugar, me parece difícil creer que un agujero podría haber sido abierto en el muro desde el interior de la torre antes… no hay forma de pensar en ello, aparte de ser un ataque en un millón de la desgracia causada por este poder anormal liberado cuando nuestras Armament Full Control Art se combinaron. Dios mío, es un acto sin sentido lo que has hecho.

—…

Podríamos entrar en un espiral de riñas si replicaba aquí, pensé que si lo soportaba, conseguiría calmarla después de una simple respiración profunda, antes pregunté.

—…Pero en ese caso, ¿no sería lógico que el muro se rompa si producimos el mismo fenómeno de nuevo?

—La probabilidad no es un cero completo, pero… sería difícil volver adentro en los pocos segundos antes que el agujero se repare automáticamente y hay una cosa más que mencionar, que ya he usado el Full Control Art de esta pequeña… de la «Fragrant Olive Sword» dos veces. No puedo usar la técnica a menos que reciba un montón de luz solar o se deje reposar en su funda.

—Eso es cierto, es lo mismo para mí. Tendré que ponerla en mi funda… o quizás hay bastante estrés colocándose sobre ella solo por colgarla así, ¿no? Lo mejor es moverse pronto, sin importar si estamos descendiendo o ascendiendo.

Palpé la superficie de la pared de mármol con mi mano izquierda intentando sentir algo mientras hablaba, pero el número de salientes o hendiduras que encontré era desesperanzador: cero. Bloques, de aproximadamente dos metros como mínimo, apilados perfectamente, sin tan siquiera una ventana en el lado oeste. Incluso si hubiera alguna, romperlas sería imposible, o eso había dicho Alice.

En cuanto a la forma de moverse por el muro, probablemente no había ninguna aparte de preparar algo similar a un pitón [4] como los que se usan en la escalada, y clavarlo entre los bloques de mármol. En lo que a esfuerzo se refiere, no habría demasiada diferencia entre ascender o descender, así que prefería fijar los pisos superiores como mi objetivo, pero el problema con ello estaba en…

Miré hacia Alice, que estaba a mi izquierda, con la expresión más seria que podía hacer y le pregunté, resignado ante las pocas posibilidades de obtener una respuesta

— Si nos dirigimos hacia arriba… ¿hay algún lugar desde el cual podamos volver al interior de la torre?

Alice mostró una expresión vacilante, tal como esperaba, y se mordió los labios ante mi pregunta. Si pudiéramos entrar en la torre escalando, estaríamos, sin duda alguna, muy cerca del piso más alto en donde estaba Administrator. Guiar a un enemigo de la iglesia a un lugar como ese sería como cometer un tabú para un Integrity Knight, un guardián.

Sin embargo…

Alice respiró profundamente, entonces puso toda su fuerza en su mirada y asintió.

— La hay. En el piso noventa y cinco, un sitio llamado «Morning Star Lookout [5]», debería estar completamente abierto, con pilares en lugar de paredes. Deberíamos ser capaces de volver a entrar fácilmente si conseguimos llegar hasta allí… aún así — había un notable y fuerte brillo en sus ojos azules — Incluso si alcanzamos el piso noventa y cinco, te cortaré sin falta.

Enfrentándome a la mirada fija de un Integrity Knigh, llena de suficiente resolución como para causar un espinoso entumecimiento en mi nuca, respondí:

— Después de todo, ese es nuestro acuerdo desde el principio. Bien… entonces, ¿Estás de acuerdo con escalar el muro?

—… Muy bien. Es más práctico que descender desde aquí. Aunque… a pesar de la seguridad con la que lo has dicho, ¿Cómo piensas subir la pared?

—Bueno, obviamente, vamos a correr verticalmente…. no, es broma.

Tras aclararme la garganta en un intento de escapar de la helada mirada de Alice, la cual podía enfriar todo, más allá incluso del cero absoluto, pasé la espada a mi mano izquierda, extendí mi mano derecha y recité un Sacred Art.

—¡System Call ! Generate metallic element.

Un objeto metálico, brillante como el mercurio, se creó instantáneamente, luego alteré su forma con otra Sacred Art y con el poder de mi imaginación. Estirándolo para que alcanzara una longitud de unos cincuenta centímetros, afilándolo hasta que alcanzó la forma de una espada delgada, hice un pitón largo improvisado el cual agarre con firmeza.

Mirando hacia arriba, donde estaba clavada mi espada negra, balanceé mi mano derecha con fuerza.

—¡Hmph!

Tras golpear con el pitón con tanta fuerza como pude reunir, afortunadamente, la hoja se clavó en el estrecho espacio sin romperse. Lo moví varias veces, hacia arriba y hacia abajo, pero parecía que se quedaría fijo sin problemas, incluso si me colgaba de él.

La vida de los objetos creados a partir de Sacred Arts era sumamente baja, se desvanecían en tan solo unas pocas horas incluso si se dejaban solos. No llegué a usar la lifeline que nos conectaba para crearlo, pero bastaría si era lo suficientemente fuerte como para aguantar nuestro peso mientras subíamos por la pared.

Mientras sentía la habitual mirada desconfiada de Alice, agarré firmemente el pitón con mi mano derecha, y extraje la espada negra, de la cual había abusado hasta el límite, con mi izquierda. La guardé en la vaina de mi cintura, luego me colgué con ambas manos de los cuarenta centímetros de pitón que sobresalían del muro y los manejé como si fuera una barra horizontal mientras hacia un kip [6].

Aunque mis habilidades físicas en Underworld no alcanzaban a las que tenía al final de SAO, con las cuales podría hacer una vergonzosa película de ninjas de serie B, aún era más ágil, y más fuerte, que en el mundo real. Puse el pie derecho en la barra, apoyé mi mano izquierda en la pared y luego me paré exitosamente sobre la delgada vara metálica de un solo impulso.

—¿Estás… estás bien?

Tras bajar la mirada ante esa áspera voz, vi a Alice, quien agarraba muy fuerte la cadena dorada con su mano libre, con la cara pálida. Esa expresión desprendía una impresión inesperadamente infantil y me dieron ganas de fingir que estaba perdiendo mi buen juicio, pero abandoné esa idea, sabiendo que este no era el lugar para hacer algo así.

—Estoy bien… creo.

Dando casualmente una señal con mi mano derecha, recité de nuevo la Sacred Art y creé un nuevo pitón. Lo clavé con toda mi fuerza en el siguiente hueco que pude ver y escalé haciendo lo mismo que antes. Mientras me sentía exitoso por avanzar al fin, aunque habían sido sólo dos metros, llamé a Alice.

—¡Bien, parece que funciona! Tal como hice yo, súbete al primer pitón… no, a la vara de metal.

Sin embargo, la Integrity Knight permanecía quieta mientras miraba hacia mí. Sus labios hicieron un pequeño movimiento y una débil voz llegó a mis oídos.

—No pu…

—¿Eh? ¿Qué has dicho?

—¡No puedo!… ¡eso he dicho!

—No… Tienes que poder. Con tu fuerza, subir tiene que ser…

—¡No me refiero a eso!

Sacudió con fuerza su cabeza y rechazó mis toscas palabras de ánimo.

—Como es la primera vez que estoy en una situación como esta… pu… puede que sea vergonzoso, pero estoy dándolo todo para aguantar estar colgada así. Algo como subirme a eso, tan estrecho es simplemente…

Me quedé un tiempo sin  palabras ante la frágil voz  de Alice, la cual parecía que iba a desvanecerse.

Por norma general, la gente de Underworld tendía a reaccionar mal ante situaciones que sobrepasaban sus expectativas o su sentido común. Su capacidad de adaptarse a «circunstancias, en principio, imposibles» era especialmente baja, habiendo casos extremos como el del espadachín de élite en entrenamiento, Raios, cuyos dos brazos fueron seccionados por mi espada, haciendo que su Fluctlight se desmoronara y extinguiendo su vida… o eso supuse.

Supongo que incluso un Integrity Knight sería incapaz de lidiar con esta situación de subir hasta el cielo para alcanzar una enorme apertura en la pared de una torre, que se supone que debía ser impenetrable, y permanecer colgada sin tan siquiera un punto de apoyo en un lugar donde incluso los dragones no llegaban. O posiblemente, Alice Synthesis Thirty, la cual alardeaba de una ilimitada habilidad con la espada, en el fondo no era más que una simple chica.

Fuera lo que fuese, escuchar a esta orgullosa Integrity Knight suplicando en busca de ayuda estaba, probablemente, limitado a una ocasión como la de ahora. Habiendo pensado en ello, grité.

— ¡Entendido! ¡Entonces te subiré hasta la vara con la cadena!

Alice se mordió los labios y en su mirada se veía como si estuviese enfrentando su orgullo contra su miedo, pero aparentemente no tenía intención de invertir sus prioridades y agarró la cadena dorada, asintiendo ligeramente.

—Estoy en tus manos…

Mientras aguantaba la impulsiva necesidad de burlarme de ella, aparentando estar indignado por su casi inaudible voz, agarre la cadena.

—Bien, te subiré lentamente. Ahí voy.

Con cuidado, tiré de la cadena hacia arriba. Mi apoyo, el pitón, chirrió suavemente, pero parecía que podía aguantar bien nuestro peso si era por poco tiempo. Intentando no balancearla demasiado, levanté a la gran caballera dorada un metro antes de dejar de tirar por un momento.

—Bien… ahora saca tu espada

Asintió, y, con delicadeza, extrajo su Fragant Olive Sword de la pared en la que estaba clavada. En ese momento la cadena tiró de mí hacia abajo por un instante, pero de alguna manera pude mantenerla bajo control.

Tras confirmar que había envainado su espada, continué tirando de ella. La llamé de nuevo después de que las botas de Alice alcanzaran el primer pitón.

—Sujétate a la pared con ambas manos… bien, soltaré la cadena.

No podía ver su expresión desde este ángulo, pero Alice intentó desesperadamente pegarse a la pared y también agitaba caprichosamente su cabeza. Mientras imaginaba su posible expresión bajo su pelo dorado, meneándose con el viento, bajé gentilmente mi brazo derecho. La Integirty Knight empezó a balancearse un poco encima del pitón, pero inmediatamente recuperó el equilibrio.

—Whew…

Dejé escapar un profundo soplido.

No tenía ni idea de a cuantos metros estaba ese «Morning Star Lookout», dijo en el piso noventa y cinco, pero de todas formas, lo alcanzaríamos en algún momento si repetía el proceso.

El problema sería que se nos hiciera de noche antes que lo alcanzáramos, al ritmo de un solo bloque cada vez, debíamos estar mentalmente preparados para pasar la noche colgados de la pared.

—Subiré una vez más, entonces.

Tras decir esto, Alice me miró con una cara rígida, y respondió con un susurro casi inaudible debido al ruido del viendo

—Por favor ten cuidado…

—Entendido.

Hice un inconfundible ‘pulgar arriba’ con mi mano derecha, aunque ese gesto no se usaba en Underworld, entonces recité el comando de sistema para crear un tercer pitón.

A pesar que Centoria debería estar cercano a la mitad del verano, el sol se ocultaba más y más rápido sin piedad una vez comenzó a ponerse.

La pared blanca resplandecía con el color anaranjado del sol, pasando luego a un ardiente bermellón, luego violeta, antes de quedarse de un tono añil, y, tras hacer un barrido con la mirada, pude ver al borde de la cordillera hacer una solitaria línea en el horizonte muy a lo lejos en el oeste..

Una gran cantidad de estrellas estaban ya comenzando a aparecer sobre nosotros, pero nuestra escalada no era demasiado rápida. Un límite imprevisto del sistema nos había estado atormentando desde hace más o menos una hora.

Sin duda alguna, escalar estaba siendo muy sencillo. Crear un simple pitón con Sacred Arts, asegurarlo en un hueco entre los bloques de mármol, y trepar hasta subirse en él. Seguido de tirar de Alice con la cadena dejándola en el pitón en el que yo estaba antes, eso era todo. Cada serie de acciones nos llevaban menos de tres minutos tras haberlas repetido algo más de diez veces.

Sin embargo, el problema radicaba en la creación de ese crucial pitón.

Este mundo no tenía un equivalente del parámetro llamado puntos de mana de ALO. Cualquier variante de magia, llamadas Sacred Arts, podía repetirse sin parar, mientras el usuario tuviera la autoridad de acceso al sistema necesaria para ello.

No obstante, esto no significaba que se pudiera usar infinitamente, en cualquier lugar y en cualquier momento. La regla de este mundo, que cualquier acto de creación requería recursos, se aplicaba del mismo modo y de manera estricta a las Sacred Arts. El uso de estas consumía valiosos catalizadores, la Vida para los seres vivos, incluido humanos; o los «recursos del espacio» que se encontraban alrededor del usuario.

Esos recursos del espacio no tenían un valor numérico por el que guiarse y era un asunto verdaderamente problemático lidiar con ello. Básicamente, estos los suministraban la luz del sol o la fertilidad del suelo. Un lugar con una tierra fértil y bañada por una buena cantidad de luz solar sería una fuente rica en recursos, suficiente incluso para recitar continuamente Sacred Arts avanzadas, pero por otro lado, los recursos escasearían rápidamente en una sala en donde no diera el sol, o en un edificio hecho de roca, requiriendo un largo periodo de tiempo antes que los recursos se recargaran.

Y ateniéndonos a la regla, nuestra situación actual, colgados a unos quinientos metros del suelo, y con el sol hundiéndose en el horizonte, estábamos cerca de estar en las peores condiciones posibles. En resumen, los recursos que nos rodeaban se acababan debido a las Sacred Arts que había estado repitiendo y pronto no podríamos crear esos pitones indispensables para escalar.

—¡System Call! ¡Generate metallic element!

En la palma de mi mano, formando una línea recta e intentando mantener su tenue brillo, flotaban desoladoras cuentas de luz plateada, las cuales se desvanecieron en una nube de humo

Suspiré y Alice dijo con voz agotada desde dos metros más abajo.

—La creación de esas herramientas debe haber drenado enormemente el poder sagrado de la zona… Podemos considerarnos afortunados si podemos crear uno cada hora tras ponerse

Solus… ¿Cuánto habremos subido hasta ahora?

—Erm… Estoy casi seguro que hemos superado el piso ochenta y cinco.

—Todavía estamos lejos del piso noventa y cinco, ¿no?

Miré obstinadamente a la sombra de color violeta que se desvanecía en el cielo, y luego asentí.

—Sí… sea como sea, sería demasiado peligroso escalar cuando está completamente oscuro. Todavía… no podemos descansar en esta situación, incluso si nos establecemos para pasar la noche.

Si ocurría lo peor, tendríamos que descansar mientras permanecíamos colgados de la cadena, pero como no podíamos crear más pitones y estos se desvanecían tras diez minutos, no teníamos más opción que usar de nuevo nuestras espadas como soporte. Pero cabía preguntarse si la Vida de nuestras espadas aguantaría hasta la mañana.

Con esperanzas de encontrar algo en lo que enganchar la cadena, algo como un saliente, observe la pared sobre nuestras cabezas, sin intención de rendirme. Y…

—Ah…

Había unas siluetas que sobresalían de la pared, separadas regularmente, a más o menos ocho metros de nosotros, ¿no? Parecía que la neblina que rodeaba la torre había desaparecido tras la puesta de sol, lo que reveló los ocultos aspectos de los objetos.

—Hey, por ahí…. ¿ves algo?

Tras gritarle mientras le señalaba, Alice, que estaba cerca de mi pie, también alzó su cara. Sus ojos azules se entrecerraron y respondió.

—Lo veo… ¿Puede que sean estatuas o algo similar? Dicho esto, ¿por qué estarán tan alto…?

No debería haber nadie capaz de verlas.

—No importa lo que sean mientras podamos sentarnos sobre ellas y descansar. Aun así, todavía nos quedan ocho met… ocho mels para llegar hasta ellos. Podría escalar hasta ellos, pero necesitaría al menos otras tres varas…

—Tres… ya veo.

Alice meditó por un momento antes de asentir.

—Entendido. Había pensado en guardar esto hasta que llegara el momento en el que fuera verdaderamente necesario, pero… pero parece que este es el momento.

Se apoyó contra la pared en el instante que dijo eso y se quitó el guantelete [7] de su mano izquierda. Mirando a la armadura la cual brillaba ligeramente, una luz dorada incluso en esta oscuridad tenebrosa, recitó la frase de inicio para las Sacred Arts.

Un fugaz destello de luz salió tan pronto como el canto, mucho más fluido de lo que yo lo podía hacer, terminó… el guantelete había cambiado ya su forma a la de tres pitones antes que yo pudiera procesarlo siquiera. Quizás el Sacred Art de cambio de forma era más rentable que la de generar un elemento, por eso funcionó incluso con los escasos recursos de nuestro entorno.

—Usa esto.

Extendió totalmente su mano derecha, la cual tenía los pitones, hacia mí, que estaba dos metros más alto. Incliné mi cuerpo sobre el apoyo y recibí esas preciadas herramientas con cuidado.

—Gracias, serán de ayuda.

—Si surgiera la necesidad, tengo más armadura, pero…

Le di una mirada al vistoso peto que cubría la parte superior de Alice y sacudí mi cabeza.

—No… Mantengamos eso en la reserva hasta el final. Nunca sabemos cuándo lo necesitaremos…

Levantándome lentamente, guardé dos de los tres pitones que Alice hizo para mí en mi cinturón y agarre firmemente el último.

—¡Uryaa!

La estaca dorada, la cual moví acompañada de un grito, penetró profundamente en la juntura, con un nivel de firmeza completamente distinto en comparación con las hechas de elementos metálicos, como cabía esperar. Me subí encima de ella mediante el ejercicio de barra horizontal al cual ya estaba bastante acostumbrado y tiré de Alice con la lifeline.

Repitiendo ese proceso de nuevo, pude reconocer claramente ese misterioso objeto incluso con la escasez de luz al llegar a cuatro metros de él.

Era realmente una estatua de piedra. Un estrecho saliente que se extendía de derecha a izquierda como si rodeara la pared exterior de la catedral, y varias estatuas en fila encima.

Sin embargo, no eran figuras de seres divinos como las diosas y los ángeles que había visto incontables veces dentro de la catedral.

Tenían forma como la de los humanos, pero su postura, con sus piernas dobladas en cuclillas y los brazos cruzados sobre sus regazos, no  tenía nada que ver con castidad. Duros, toscos músculos sobresalían en sus extremidades y alas, afiladas como cuchillos, se extendían desde sus espaldas.

Y las cabezas de las estatuas, solo podían ser descritas como grotescas. Una boca redonda estaba esculpida en la parte delantera, al final de un largo arco. Solo sus cabezas tenían una gran semejanza a los gorgojoles [8] o algo similar.

— Ugh… ese es un diseño un tanto repugnante.

Murmuré;

—¿¡Eh…!?¿E-esos son… del Dark Territory…?

Y Alice dejó escapar una voz de sorpresa tras ese momento.

La estatua de piedra que estaba justo encima de mí movió su cabeza hacia ambos lados, y su boca circular, la cual me recordó a las lampreas, se abría y cerraba lentamente. No era un mero ornamento esculpido en la piedra. Eso estaba… vivo.

[4]  Herramienta que se usa en la escalada. También se les llaman clavos o clavijas
[5]  Mirador de la Estrella de la Mañana o similar, queda mejor en ingles
[6]  Un kip es un ejercicio de gimnasia artística.
[7]  Guantes de metal usados por caballeros en la época medieval.
[8]  Un bicho