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Volumen 9: Alicization Beginning

Prólogo I

Parte 4

Solus se había puesto, y entonces, la vida cotidiana continuó como de costumbre, sin ningún cambio.

Normalmente, el día después del día de descanso, Eugeo iría al lugar de trabajo un poco deprimido, sin embargo, hoy en día, de alguna manera se sentía aliviado. «He tenido suficiente aventura, soy un leñador después de todo», pensaba mientras salía de la puerta sur de la aldea, Kirito se unió a él en la frontera entre los campos y el bosque.

Eugeo notó una ligera sensación de alivio en el rostro de su amigo que conocía hace mucho tiempo. El otro también noto la misma expresión en el rostro de Eugeo. Durante un rato, los dos intercambiaron sonrisas para ocultar su vergüenza.

Caminaron a lo largo del estrecho sendero del bosque por un corto tiempo antes de obtener el «Hacha de Hueso de Dragón» de la cabaña de almacenamiento, entonces después de caminar varios minutos más, llegaron a la base del Gigas Cedar. Eugeo estaba agradecido cuando pensaba continuar cortando el tronco del árbol como si nada hubiera cambiado.

—Está bien, asegúrate de dar unos pocos buenos golpes y recompensarme con agua de Siral hoy.

—¿No es eso lo que siempre has tenido que hacer hasta hace poco, Kirito?

A medida que se burlaban  el uno del otro, Eugeo  levanta el hacha. El primer golpe produjo un *GON* con un sonido agudo. Estoy en un buen estado en la actualidad. Eugeo pensaba.

A medida que la mañana avanzaba, los dos continuaron haciendo buenos golpes en el tronco del árbol. La razón era, que no paraban de balancear el hacha, si perdían la concentración, su mente volvía a la escena que vieron ayer, y eso era algo que no se podía negar.

Después de golpear nueve series de los cincuenta golpes por requisito establecido, el estómago de Eugeo empezó a retumbar.

Eugeo levantó la vista hacia el cielo mientras se limpiaba el sudor, Solus ya estaba llegando a la mitad del cielo.

Como siempre, después de unas series más, Alice traería el tan esperado almuerzo. Hoy quizá pueda comer pastel con leche fría. Su estómago vacío se dolió con sólo imaginarlo.

—Otto…

Sólo de pensar en el almuerzo a Eugeo se le deslizo el agarre. Después de limpiar sus dos palmas húmedas, con cautela tomo el hacha apretando sus puños.

De repente, la luz del sol se hizo tenue.

«¿Lluvia repentina? Eso es molesto.» Eugeo pensó mientras mira hacia arriba.

Una sombra se veía volar por el cielo azul por encima de las ramas del cedro Gigas, a una alta velocidad. El corazón de Eugeo se estremeció.

—¿El vuelo de un dragón…?

Eugeo involuntariamente gritó.

—¡Oi… Kirito, justo ahora!

—!Aah, es el Caballero de la Integridad de ayer!

La voz de su compañero también fue congelada por el miedo.

El dragón volador junto con el caballero blanco  plateado que estaba sentado en  su espalda recorrió las copas de los árboles y desapareció de la vista en dirección hacia el pueblo Rulid.

¿Qué lo haría venir a un lugar como este?

En completo silencio, como si los pájaros y los insectos tuvieran temor, Eugeo pensó con confusión.

«Los Caballeros de la Integridad luchan contra los enemigos de la Iglesia Axiomay mantienen el orden. En el mundo de los humanos actuales donde los cuatro imperios están divididos y gobernados, no hay más grupos rebeldes, así que aparte de las fuerzas de la oscuridad, para los Caballeros de la Integridad no existen enemigos. Lo que escuché acerca de las peleas de los «Caballeros Oscuros»fuera de la Sierra en el borde, en realidad lo vi con mis propios ojos ayer. Es la primera vez que he visto a un Caballero de la Integridad real. Desde que nací, un caballero nunca había llegado a la aldea. Y sin embargo, ¿por qué ahora? »

—No puede ser… No puede ser, Alice…

Kirito murmuró a su lado.

En el momento en que oyó eso, una extraña voz se escuchó, en ese momento volvió vivamente a los oídos de Eugeo.

Más allá de la ventana violeta, impulsivas frases misteriosas de lo humano con extraños rasgos faciales. Sintió un escalofrío por su espina dorsal como si estuviera sumergido en agua helada.

—Es una mentira… no puede ser verdad, sólo que… con eso…

Miró la cara de Kirito, mientras hablaba, como si fuera a buscar un acuerdo, pero su compañero llevaba una rara expresión solemne mientras miraba en la dirección en que el caballero voló. Unos momentos más tarde, Kirito miró directamente a los ojos de Eugeo antes de llamarlo.

—¡Vamos!

Tomó el «Hacha de Hueso de Dragón» de la mano de Eugeo antes de correr hacia el norte en línea recta.

—¡O… Oi!

«Algo malo está pasando.» Mientras pensaba eso, Eugeo también pateó el suelo y rápidamente persiguió a Kirito.

Corrieron por el pequeño camino conocido del bosque a toda velocidad, evitando las raíces y rocas, el camino se fusionó con la carretera principal, que pasa por el campo. No podían ver la sombra del dragón volando en el cielo sobre la aldea. Kirito aflojó un poco los pies, y preguntó en voz alta al agricultor entre las espigas de trigo, que llevaba un traje azul y miraba hacia el cielo.

—¡Ridack-ojisan! ¿Hacia dónde vio al dragón y al caballero dirigirse?

El granjero parecía que acababa despertar de un sueño, después de parpadear varias veces, finalmente respondió:

—A… Ah… hola, parecía que a la plaza del pueblo…

—¡Gracias!

Después de darle las gracias con irritación, los dos continuaron corriendo a toda velocidad.

En varios lugares a lo largo del campo y la carretera principal, había grupos de aldeanos de pie todavía. Probablemente, incluso entre los ancianos, puede que exista la posibilidad que nadie haya visto un «Caballero de la Integridad» antes. Todo el mundo se quedó mirando a la aldea con una expresión de no saber qué hacer.

Eugeo y Kirito simplemente corrieron junto a ellos desesperadamente.

Al pasar por la puerta sur de la aldea, que atraviesa la calle comercial corta, y, después de cruzar el pequeño puente de piedra, los dos finalmente lo vieron. Contuvieron la respiración sin detener jamás sus pies.

El largo cuello arqueado y la cola del dragón volador ocupaban la mitad norte de la plaza en frente de la iglesia.

Sus grandes alas plegadas a los lados, bloqueando casi por completo la vista de la iglesia. Sus escalas de grises y la armadura de acero en diversas partes de su cuerpo que reflejan la luz de Solus, se hicieron ver como una escultura de hielo. Sus ojos inyectados en sangre, carentes de emoción, miraban hacia abajo a la plaza del pueblo.

Frente al dragón, brillando aún más deslumbrante, estaba la figura del caballero.

Su cuerpo era más grande que cualquiera en la aldea. La pesada armadura pulida era como un espejo cubriendo todo su cuerpo, y sin un solo rastro de tela, ya que todas las articulaciones estaban cubiertas por cadenas de plata finamente tejidas. El casco de cuernos, que imitaba la cabeza de un dragón tenía un frente que sobresalía, en sus lados había decorados, el rostro del caballero estaba escondido detrás del gran visor.

Tenía una larga espada que poseía una empuñadura de plata colgando de su cintura izquierda. En su espalda, con una longitud de alrededor de un metro, había un arco de color marrón rojizo. Fue sin lugar a dudas, el «Caballero de la Integridad» que disparó y mató al caballero negro que Eugeo había visto a la salida de la cueva ayer.

Desde la abertura en forma de cruz de la visera, el caballero se quedó sin palabras al sur de la plaza, y las docenas de aldeanos que se habían reunido bajaron la cabeza al unísono. En la última fila, la figura de una joven chica que acababa de bajar la canasta de mimbre en la mano se podía ver, Eugeo liberó la tensión de los hombros ligeramente.

Alice, que llevaba su vestido azul usual y delantal blanco, se quedó mirando la figura del «Caballero de la Integridad» entre la brecha de adultos.

Eugeo dio un codazo a Kirito que estaba a su lado como señal, inclinaron sus cuerpos y se trasladaron, después de llegar detrás de Alice, Kirito susurró:

—Alice…

Su amiga de la infancia se dio la vuelta, con su pelo de oro giró a un lado, su cara de sorpresa parecía como si estuviera a punto de decir algo. Kirito rápidamente se llevó un dedo a la boca, antes de susurrar en voz baja:

—Alice, cállate. Creo que tenemos que salir de aquí ahora mismo.

—Eh… ¿por qué?

Alice respondió en un susurro igualmente bajo, parecía no saber el peligro que actualmente se acercaba a ella. Eugeo pensó que ella no se daría cuenta de la posibilidad, sin que Kirito se lo dijera.

—No… ese Caballero de la Integridad, es probable…

«¿Cómo debemos explicárselo?» Eugeo se perdió en sus pensamientos por un momento.

En ese instante.

Algunas voces bajas vinieron de dentro de la multitud.

Mirando hacia arriba, al pie de la plaza del ayuntamiento del pueblo, un hombre alto apareció a la vista.

—Ah… padre.

Alice murmuró. El hombre era el padre de la niña y, al mismo tiempo, el jefe de la aldea de Rulid, Gasupht Schuberg. El firme cuerpo estaba vestido con un sencillo chaleco, el pelo negro y la barba pulcramente recortados. A pesar de que él había heredado esta sagrada tarea del jefe de la aldea anterior apenas hace cuatro años, su discernimiento penetrante le ganó rápidamente el respeto de todos los habitantes del pueblo.

Gasupht se acercó al Caballero de la Integridad solo, sin ningún rastro de duda, coloco las manos delante del cuerpo de acuerdo a la etiqueta de la Iglesia axioma, luego se inclinó. Después de levantar el rostro, habló.

—Me desempeño como jefe de la aldea de Rulid, Schuberg es mi nombre.

El Caballero de la Integridad, alzó sus puños frente a su cuerpo en respuesta, a diferencia de Gasupht, la armadura hizo un leve sonido cuando él asintió con la cabeza, antes de empezar a hablar.

—Superviso el «Castillo Norte de Norlangarth», Caballero de la Integridad de la Iglesia Axioma, «Deusolbert Synthesis Seven».

Era difícil creer que se trataba de la garganta de una persona viva, ya que repercutió en una entonación discordante. La voz que tenía un toque acerado, resonó por toda la plaza, haciendo que todos los aldeanos de la zona se quedaran en silencio. Eugeo frunció el ceño mientras el sonido se sentía como si se perfora directamente a través de su frente en vez de venir a través de los oídos, a pesar de ser más de veinte metros distancia. Incluso el jefe Gasupht fue empujado medio paso hacia atrás debido a la presión.

Sin embargo, como se espera de su valor, Gasupht corrigió su postura, antes de emitir su impresionante voz, una vez más:

—Es un honor tener a un Caballero de la Integridad-sama, quien mantiene el orden del gran mundo de los humanos, visite nuestro pequeño pueblo en esta remota región. Si hubiera sabido de su enfoque de antemano hubiera preparado un banquete de bienvenida.

—No puedo aceptar eso en el cumplimiento de mis funciones oficiales.

Dijo la voz del caballero reverberando, y con una mirada de hielo bajo la visera continuó:

—Debido a que la hija de Gasupht Schuberg, Alice Schuberg tuvo una ofensa al Taboo Index, he venido a detenerla para su interrogatorio, seguida de su ejecución.

Un temblor se pudo ver en la espalda de Alice, que estaba cerca. Sin embargo, Eugeo y Kirito no podían hacer nada, y mucho menos hablar. En sus cabezas, las palabras del caballero hicieron eco varias veces.

El fuerte cuerpo del jefe de la aldea también se sacudió por un momento. Una curva corta pero clara se veía ligeramente de un lado de su cara.

Después de un largo silencio, Gasupht dijo con una voz que había perdido su brillo:

—Señor caballero, ¿cuál fue el pecado que cometió mi hija?

—El Taboo Index, capítulo primero, tercer pasaje, párrafo undécimo, invadir el territorio oscuro.

En ese momento, un gran revuelo se inició entre los habitantes del pueblo que estaban a la expectativa, escuchando el intercambio hasta este punto. Los niños abrieron sus ojos, como todos los adultos murmuraban frases sagradas de la iglesia, mientras trazaban la marca de protección en contra de maldiciones.

Entonces, Eugeo y Kirito finalmente actuaron, en parte por instinto. Ellos se empujaron a sí mismos frente a Alice, pegando sus hombros, ocultando a la niña de los ojos de los aldeanos a sus espaldas. Sin embargo, no podían realizar ninguna otra acción, si hacían movimientos bruscos podrían atraer la atención de los adultos frente a ellos.

Dentro de la cabeza de Eugeo,«¿Qué debemos hacer?», era el único pensamiento, continuamente se repetía. Incluso sin la depresión que había brotado en su pecho, en este momento, todavía no sabía lo que podría hacer.

Todo lo que hizo fue ponerse de pie, observando la escena más adelante, el jefe Gasupht de la aldea estaba colgando la cabeza profundamente sin realizar ninguna acción.

Está bien, si se trata de esa persona. Pensó Eugeo. A pesar de que nunca había hablado con él, el jefe de la aldea Gasupht debe tener el mayor respeto por parte de los adultos después de Garitta-jii.

Sin embargo.

—En ese caso, voy a llamar a mi hija, creo que debemos escuchar la razón de la boca de la persona en sí misma.

El jefe del pueblo que levantó su rostro dijo exactamente eso.

«No, no podemos dejar que Alice salga delante del caballero», pensó Eugeo durante el breve período de tiempo. El Caballero de la Integridad levantó su mano derecha y su armadura hizo un pequeño sonido. Al ver su dedo apuntando directamente hacia él, el corazón de Eugeo se retorció incómodamente.

—Eso no es necesario. Alice Schuberg está ahí. Tú, y tú…

El caballero movió la mano y señaló a los adultos entre la multitud.

—Traigan a la hija del jefe aquí.

La fila de aldeanos frente a Eugeo se dividió rápidamente. Lo que se interponía entre el Caballero de la Integridad y Alice eran Kirito y Eugeo.

En la carretera vacía, dos conocidos del pueblo se acercaron lentamente. Su piel había perdido el color de la sangre, pero había luces extrañas flotando en sus ojos.

Los hombres apartaron con fuerza a Eugeo y Kirito, que los estaban bloqueando, los empujaron a un lado antes de agarrar los brazos de Alice.

—Ah…

Alice levantó su pequeña voz, antes de apretar los labios con fuerza. El color rosa de sus mejillas se desvaneció, una débil sonrisa flotó en su cara, está bien. Ella asintió con la cabeza a los dos así.

—Alice…

Cuando Kirito llamó en voz baja, la cesta de mimbre en la mano derecha se cayó debido a lo rudo del agarre. La tapa se abrió y su contenido rodó sobre el pavimento de piedra.

Los dos aldeanos sacaron a Alice, sin dejarla recogerlo, hacia el Caballero de la Integridad.

La mirada de Eugeo se fijó en la cesta de mimbre que estaba acostada en su lado.

Pie y pan duro se envolvieron en un paño blanco, un pequeño trozo de hielo puesto con firmeza en los huecos. El trozo de hielo que se había derramado reflejaba la luz del sol y brillaba. En un momento, el hielo en la superficie de la piedra, que se calentó por la luz del sol, inmediatamente se fundió, convirtiéndose en un pequeño punto negro.

A su lado, Kirito respiró hondo.

Como era de esperar, levantó la cara y persiguió la espalda de Alice, que estaba siendo llevada. Eugeo también apretó los dientes, lo que obligó a sus piernas rígidas a seguir a su compañero.

Los dos hombres liberaron los brazos de Alice junto al jefe de la aldea, luego se trasladaron unos pasos hacia atrás antes de arrodillarse. Ambos tenían las manos entrelazadas cuando se inclinaron profundamente, mostrando obediencia al caballero.

Alice, que había sido puesto en libertad, miró a su padre con el rostro pálido. Gasupht miró a su amada hija brevemente antes de volverse y mirar hacia abajo una vez más.

El caballero Integridad asintió levemente antes de sacar una herramienta de la parte posterior de su armadura. Era una cadena de hierro de espesor con tres correas de cuero que se ataban en paralelo, había un gran bucle en el extremo de la cadena.

El caballero le entregó el instrumento a Gasupht.

—Una orden para el jefe de la aldea. Ate al criminal.

—…

El jefe de la aldea recibió la herramienta de restricción mientras su mirada confusa bajaba, Kirito y Eugeo finalmente llegaron delante del caballero. El casco  del caballero  se movió lentamente, antes de enfrentarse directamente a ellos.

Eugeo no pudo ver nada dentro del corte en forma de cruz en el brillante visor, ya que estaba envuelto en una oscuridad profunda, pero la presión de la mirada le hizo sentir dolor. Bajó la mirada, tenía ganas de decirle algo a Alice que estaba de pie frente a él, pero no podía hacerlo, ya que su garganta se sentía como si estuviera ardiendo.

Kirito también bajo la mirada, al igual que Eugeo, tomando respiraciones profundas varias veces, de repente, levantó la cara y gritó con voz clara cuando aún estaba temblando.

—Caballero-sama!

Respiró hondo una vez, y continuó:

—¡A… Alice no entró en el Dark Territory! ¡Una de sus manos no hizo más que tocar el suelo brevemente! ¡Fue solamente eso!

Sin embargo, la respuesta del caballero era simple:

—¿Hay alguna necesidad de ulteriores actos?

Junto con esas palabras, él hizo un gesto con la mano a los dos hombres arrodillados. Los hombres se levantaron y agarraron la parte posterior del cuello de Kirito y Eugeo antes de empezar a tirar de ellos. Mientras se oponía a ellos, Kirito gritó de nuevo:

—En… ¡Entonces, también cometimos el mismo pecado! ¡Estuvimos en el mismo lugar! ¡Si usted va a llevársela a ella, entonces nos llevara a nosotros también!

Sin embargo, el Caballero de la Integridad ya no miraba.

«Así es… Si Alice cometió el tabú, entonces yo debería recibir el mismo castigo.» Eugeo pensaba, desde el fondo de su corazón.

«¿Entonces por qué mi voz no salía? Me dan ganas de gritar como Kirito, pero mi boca se siente como si ha olvidado cómo moverse, lo único que puede hacer es escupir respiraciones roncas.»

Alice se volvió para mirarlo, ‘está bien’. Ella sonrió de esa manera, y asintió.

Su padre, que había perdido su expresión facial, usó la herramienta de sujeción amenazante detrás de su delgado cuerpo. Apretó los tres cinturones de cuero en el hombro, el abdomen y la cintura. El rostro de Alice se distorsiono ligeramente. Después de terminar de apretar los accesorios de metal, se tambaleó unos pasos hacia atrás y miró hacia abajo una vez más. El caballero se acercó a Alice, antes de agarrar el extremo de la cadena que colgaba a la espalda.

Retiraron a Eugeo y Kirito del centro de la plaza, y luego los empujó con fuerza hacia abajo sobre sus rodillas.

Kirito puso su boca cerca del oído de Eugeo mientras él fingió tambalearse, y le susurró rápidamente:

—Eugeo… escucha, voy a usar esta hacha para atacar  al Caballero  de la Integridad. Debería ser capaz de comprar unos pocos segundos, utiliza esa oportunidad para tomar Alice y huir.

Corre a los campos de trigo en el sur, se funden en la brecha en el campo y entrar en el bosque, no serás visto fácilmente de esta manera.

Después, Eugeo miró el «Hacha de Hueso de Dragón», de alguna manera fue capaz de exprimir su voz:

—Ki… Kirito… pero…

«Ayer, ¿no has visto la terrible espada de los Caballeros de la Integridad y sus habilidades con el arco? Si haces algo así, te matará de inmediato… al igual que aquel caballero negro.»

Como si pudiera leer los pensamientos de Eugeo, que era incapaz de hablar, Kirito continuó:

—Está bien, ese caballero no ejecutó a Alice aquí. Probablemente, sin un interrogatorio primero, no puede simplemente matarme. Voy a encontrar una oportunidad de escapar también. También…

La mirada de Kirito estaba dirigida al Caballero de la Integridad, que confirmaba el apriete de la herramienta de sujeción. Cada vez que revisaba los cinturones de cuero, la cara distorsionada de Alice se convertía en dolor.

—Además, está bien, incluso si no somos capaces. Si nos toman junto con Alice, debe haber alguna oportunidad para que escapemos. Pero en este momento, si Alice es tomada por el dragón volador, no hay esperanza.

—Eso es…

Eso es probablemente correcto.

Pero una idea tan salvaje, que ni siquiera puede ser considerada como un plan, ¿no es eso «traición a la Iglesia»? El Taboo Index, inciso primero, primer pasaje, párrafo primero, definido como el mayor de los pecados.

—Eugeo… ¿Hay alguna necesidad de dudar? ¿A quién le importa si es tabú? ¿Es más importante que la vida de Alice?

La voz baja, pero tensa de Kirito golpeó el lóbulo de Eugeo.

«Cierto. Es tal como dijo.»

Dentro del corazón de Eugeo, se gritaba a sí mismo:

«Los tres habíamos decidido que íbamos a estar juntos desde el nacimiento hasta la muerte. Trabajando juntos, por lo que uno puede vivir por el bien de los otros dos, no era ese el voto hizo. Entonces, no hay razón para dudar. ¿La Iglesia Axiomao Alice, qué es más importante? Esa respuesta ya está decidida. Ya está decidida. Es… es…»

—Eugeo… ¡¿Qué estás pensando, Eugeo?!

Una voz que ahora sonaba como un grito arrancó desde Kirito.

Alice estaba mirando a los dos. Ella sacudió la cabeza con cara de preocupación.

—Eso es… que… es…

Una voz ronca salió de su garganta, como si no fuera la suya.

Sin embargo, no pudo  terminar sus palabras. Incluso dentro de  su  cabeza, no  podía formar el resto de las palabras.

*ZUKIN*, un agudo dolor recorrió su ojo derecho. El dolor pulsátil continuo interfería con su pensamiento. *ZUKIN, ZUKIN* algo del color de la sangre teñía su visión, cubriendo todo por completo, los sentidos de sus miembros se desvanecieron.

En este momento, el jefe de la aldea se había dado cuenta de la ocurrencia de eventos inusuales, causada por ellos.

Lentamente movió el brazo, y ordenó a los dos aldeanos de pie detrás de los dos:

—Saca a los niños fuera de la plaza.

Inmediatamente después de eso, las nucas de Eugeo y Kirito fueron agarradas y los arrastraron hacia atrás.

—Maldita sea… ¡déjame ir!, ¡Jefe del pueblo! ¡Gasupht- ojisan! ¿Esto está bien? ¿Está bien dejar que Alice sea llevada así?

Kirito luchaba como si se hubiese vuelto loco, se sacudió las manos del hombre, y preparó el hacha en la mano, preparándose para cargar.

Sin embargo, sus pies, que llevaba botas de cuero simples, ni siquiera pudieron dar un solo paso adelante. Antes de que pudiera empezar a correr, había ocurrido algo sorprendente.

En ese momento el Caballero de la Integridad, que había terminado de confirmar los cinturones de cuero en Alice, miró a Kirito, y la «Hacha de Hueso de Dragón»de la cual tenía férreo control hizo un sonido metálico agudo antes de moverse de un tirón y escapársele. El caballero ni tocó la espada en su cintura ni el arco en su espalda. Él no movió ni un solo dedo. Era como si su intención en sí formara una hoja real y golpeó el hacha de Kirito, enviándolo por el aire hacia el borde de la plaza.

Kirito, que había recibido las secuelas del inusual impacto, tenía su cuerpo suprimido cuando se derrumbó.

Inmediatamente, varios hombres se unieron y sellaron por completo sus movimientos.

Su mejilla estaba presionada contra el pavimento de piedra, mientras él despedía una expresión de dolor, Kirito gritó desesperadamente:

—¡Eugeo! Por favor, ve.

—Al… ce…

Todo el cuerpo de Eugeo tembló.

«Vaya. Tengo ir. Tengo que tomar Alice de vuelta del caballero, luego escapar a la selva sur.»

Una débil voz se hizo eco de un rincón de su mente. Pero de inmediato, un dolor agudo atacó su ojo derecho como si hubiera sido apuñalado, y eso soplaba todas sus intenciones. Junto con la luz roja pulsante, otra voz reverberó ruidosamente como una campana rota.

—La Iglesia Axiomaes absoluta. El Taboo Index es absoluto. Desobedecerlas no está permitido. Nadie está autorizado para hacerlo.

—¡Eugeo, por lo menos intenta quitarme estos tipos de encima! ¡Entonces puedo…!

El Caballero de la Integridad no prestó más atención a la conmoción en la plaza, enganchó el final de la cadena a la silla de montar en la parte posterior del dragón volador. Como el dragón bajó su cuello, el caballero sin esfuerzo se subió a la silla de montar. La armadura de plata brillaba intensamente.

—¡Eugeo…!

Kirito gritó mientras vomitaba sangre.

El dragón volador elevó su cuerpo, y se extendió abriendo sus alas. El fuerte sonido sonó dos veces, tres veces.

Alice, que estaba atada a la silla del dragón, miró directamente a Eugeo. Ella estaba sonriendo. Como si estuviera diciendo ‘adiós’, con esas pupilas azules. Su largo cabello rubio se sacudía contra el viento provocado por el aleteo, brillando tan intensamente como la armadura del caballero.

Sin embargo, Eugeo no podía moverse. No podía hacer ningún sonido.

Como si sus piernas estuvieran clavadas en el suelo, no podía moverse ni siquiera un poco.