C³ – Cube x Cursed x Curious

Volumen 1

Capítulo 5 – Aunque Esté Maldita / “Aquí”

Parte 8

Completamente inesperado. Esta existencia prohibida. Sangre. Sangre. Sangre. Impulso. Terror. Deseo. Temblando. Palpitación. Locura.

(No enloquezcas, ¡Kirika!… ¡Kirika! ¡No enloqueceré! ¡Sopórtalo! ¡Imperdonable! ¡Voy a masacrar a esta mujer! ¡Cálmate! ¡Tengo que matarla! ¡No puedo soportar esto, la salvaré una vez que derrote a esta mujer, definitivamente ella se puede salvar! ¡Voy a matarla! ¡Entonces deja de enloquecer!)

Ella sentía la erosión de su conciencia. El estrés y malestar del momento eran nauseabundos. Sintiendo debilidad en su cintura, vio a Peavey acercarse a ella con el hacha en sus manos. ¡Ella sería asesinada si continuaba de pie ahí en estado de shock!

Fear tropezó hacia adelante. Manipulando la cabeza de la Doncella de Hierro, se defendió del ataque del hacha, entonces trató de distanciarse—pero tropezó, cayendo en su trasero.

-¡Hahaha—! ¡Qué feo! ¡Ponte de pie y pelea!

(Fealdad está bien, ¡no pelear también está bien!)

Fear cerró sus ojos y lo soportó. El olor a sangre flotaba en sus fosas nasales. Esto también, necesitaba soportarlo.

(Mi misión es no enloquecer—)

Porque él creyó en mí.

Creyó que estaría cuerda hasta el final. Esa es la razón por la cual llegó hasta este plan peligroso— el sugirió que este plan significaría la muerte instantánea para sí mismo con cualquier paso en falso.

Es cierto, deseo cambiar la forma del cubo desde hasta este punto.

Quiero volverme una humana ordinaria.

Debo creer así que—

Fear vio que Peavey estaba a punto de cepillar* la Doncella de Hierro que había dejado de moverse.

Ahora era su oportunidad.

El mundo estaba inclinado en su visión como si estuviera ebria. Fear delineó ligeramente con sus dedos a lo largo de la cadena del cubo envolviendo su mano derecha, abriendo la cubierta de la Doncella de Acero. Al menos abrir la cubierta estaba dentro de su habilidad. Entonces—

Desde el interior de la Doncella de Hierro que había permanecido cerrada hasta ahora, saltó Haruaki.

-¡…!

Peavey miró con sorpresa.

A sus ojos, ella entendió finalmente por qué Fear no usó la Doncella de Hierro para luchar. Pero era demasiado tarde.

A esta distancia extremadamente cercana, ella fue atrapada con la guardia baja. Ya se había comprometido a sí misma en una pose de ataque.

El resultado natural de todos esos elementos estaba expresado por la palabra ‘inevitable.’

En ese mismo momento, Haruaki alcanzó a Peavey con la espada japonesa en la mano, acompañado de ira—

—Basado en la discusión en la habitación de Konoha, ellos ya habían decidido que hacer. Privarla de su hacha. Con el fin de lograr este objetivo, necesitaban cambiar roles de ataque y defensa. Dadas las circunstancias, la distribución de los roles fue decidida automáticamente—la persona que podía balancear la espada, pero no podía recibir ningún ataque, era el único adecuado para la ofensiva después de todo. Pero ya que el enemigo se percató de eso, haría de él su objetivo al verlo.

Un ataque sorpresa desde un lugar donde el enemigo no pudiera atacar aunque lo quisiera.

El único desafío restante era buscar ese lugar.

Fear sintió una sensación liberadora de éxito. Ella no podía soportarlo más—era lo que pensaba para sí misma, el estado antinatural que había mantenido desesperadamente volvió a la normalidad—todos los pinchos en el interior de la Doncella de Hierro que había estado sosteniendo a la vez.

(En serio, llegar a este tipo de plan… En realidad, el enemigo no puede atacar este lugar, además del hecho de que era posible iniciar un ataque sorpresa a una distancia extremadamente cercana sin ser detectado, haciéndolo un escondite perfecto. ¡El otro hecho es que un sólo lapso en mi concentración resultaría en una muerte trágica…!)

Naturalmente, mantener un dispositivo de tortura a medio armar era algo que jamás había intentado o imaginado. Pero lo hizo. Porque los otros habían puesto su fe en ella, era capaz de hacerlo.

Teniendo éxito al evitar asesinar a Haruaki por accidente, Fear se sintió aliviada desde el fondo de su corazón.

Hizo todo lo que pudo. Ahora lo único que ella necesitaba era esperar el resultado.

Mirando el filo del hacha que seguía aproximándose a su cabeza desde arriba, ese fue el pensamiento que cruzó por su mente.