C³ – Cube x Cursed x Curious

Volumen 1

Capítulo 5 – Aunque Esté Maldita / “Aquí”

Parte 2

-Un ataque… ¡En la mitad del día!

-Maldición, ¡pudiste haberlo dicho antes! ¡Pensé que ibas a comenzar una pelea conmigo otra vez!

-Quise decir, realmente no me importaba que la mesa chocara contigo.

-¿¡Qué dijiste!?

-Ustedes dos… Ahora no es tiempo de discutir… ¡Woah!

Otra lluvia de balas fue disparada, pero Konoha las bloqueó usando su cuerpo.

-Está bien. ¿No son iguales los humanos? Cuando tensan su cuerpo al máximo, ¿sus músculos endurecen? En nuestro caso, la dureza se enfoca en nuestra forma original.

Konoha caminó lentamente hacia la entrada mientras Haruaki y Fear la observaban situados allí.

-Hmm, las traje con tal de hacer una prueba, pero desde que no sirvieron, no son más que grumos de plomo eh…

Sosteniendo un cigarrillo entre sus labios, Peavey murmuró como si hubiera tirado el arma de su mano. Entonces dirigió su mano a la abertura del pecho de su vestido nuevo—entre su escote, sacando otra arma y arrojándola lejos también. Ya no llevaba esa gran armadura en su brazo, dejando al descubierto esa piel llena de cicatrices para que todos la vieran. En su espalda llevaba un bulto extraño envuelto en tela. Su apariencia era bastante diferente comparada a la de la última vez en la azotea.

Las apariencias no eran todo lo que había cambiado. Mejor dicho, el gran cambio era en el aura alrededor de ella.

Tan calmada. Tan compuesta.

No estaba en un estado impaciente llena de risas de burla como la primera vez que se encontraron. Tampoco mostraba un estado de depresión como un fantasma insensible cuando su brazo fue cercenado. Actualmente, estaba balanceando su cuerpo como un fantasma pero hablaba como un noble burlándose con desprecio—

¿Por qué este cambio se apoderó de ella? Quién sabía el porqué de eso, se veía mucho más horripilante.

(Esta mujer… Por qué… ¿Por qué está tan calmada?)

Instintivamente, una sensación de miedo desconocida recorrió la espina de Haruaki.

Los humanos temen a lo que no pueden comprender. Era ciertamente, incomprensibilidad. Esto era incomprensible. Una mujer noble que reía maniáticamente mientras traía la destrucción era aterradora. Un fantasma que se balanceaba de forma inexpresiva también era aterrador. Pero actualmente, la existencia intermedia que no pertenecía a ninguna, superando a las otras dos despertó de forma abrumadora un terror sin comparación—hasta el punto en que uno no podía siquiera entender por qué eso era tan aterrador—de ese modo creaba miedo adicional—un ciclo interminable de incomprensibilidad y miedo.

Haruaki vio a Peavey como si fuera un monstruo de forma indefinida.

-Qué increíble es este sentimiento… Tan pronto mis emociones son despertadas, mi cuerpo se balancea, haciéndome imposible hablar apropiadamente. Por lo tanto, junto a la armadura en mis brazos, la llamé ‘Balancing Toy.’ Ahora siento lo mismo que cuando puse mis ojos sobre ese cubo de basura, sin embargo—por alguna razón, mi mente está bastante lúcida. Una primera experiencia. Tal vez porque he esperado tanto tiempo para esto… Y la oportunidad finalmente llegó… ¿Es debido a este tipo de alegría?

Su voz no sonaba como si llevara mucho espíritu. Simplemente charló tranquilamente, sus palabras tan calmadas se sentían algo extrañas.

Relajando expresión lentamente, dirigió su mirada hacia Fear quien estaba de pie en la entrada.

-Bien entonces… Déjame citar esta línea ‘¿No piensas en creer en la existencia de Dios?’ No creíste que pudiera regresar, ¿cierto? Desafortunadamente, incluso si la fecha de desmantelación de ese cubo de basura se pospuso, no fue cancelada.

-Tú… Por qué hablas de eso… Alguien de tu nivel, sólo voy a tomar tu otro brazo y simplemente—

Fear tragó sus palabras tan pronto comenzó a hablar, entonces frunció el ceño y bajó la mirada. Haruaki se dio cuenta que Konoha la miraba filosamente.

-Oh mi*, ¿están asustadas de algo? Pero en esta situación si se comportan como algún tipo de partidarios de la no-resistencia, sería extremadamente ridículo… ‘¡Hazlo! Simplemente digo ¡Sólo hazlo!’ Justo como el Marqués de Sade escribió, simplemente lo estoy haciendo.

Una vez más, Haruaki sintió horror y misterio a lo largo de su columna. Pero no pudo permanecer en silencio.

-… ¿Cómo puedes creer que vas a lograr eso? Sólo te queda un brazo y ya no llevas puesta esa extraña armadura. Por tu propio bien deberías rendirte. Regresa al lugar del que viniste.

-No puede evitarse si piensas de esa manera. Sin embargo, la única razón por la que no uso esa armadura—es porque no podría sostener esto si la usara. Después de todo, los efectos no se pueden manifestar sin contacto directo.

Peavey habló mientras desenvolvía la tela alrededor del bulto en su espalda.

Un hacha de doble filo fue revelada. Un hacha gruesa y robusta, inquietantemente curvada, con un pincho filoso en su punta. Un objeto rectangular parecido a un control remoto estaba pegado al asta cerca del mango, pero Haruaki no podía percibir su propósito. En todo caso, él sabía que un hacha era un arma para la cual no era necesario perder la armadura, y coincidía escasamente con un vestido.

-¿Esta vez tu arma es un hacha?

-Sí. La llamamos «Dance Time». Aunque no tenía intención de usarla desde el principio, no puedo evitarlo ahora, habiendo perdido mi braaaazo, aaarghhhh…

-¡!

Originalmente sonreía mientras charlaba, de repente Peavey se giró hacia un lado y comenzó a vomitar inexplicablemente.

Mientras vomitaba unas cuantas veces, Haruaki y el resto sólo podían sentir desconcierto.

-Hoo… Ah~ me disculpo por mi asquerosidad. Pensé que lo había resuelto, como esperaba, mi revulsión por los Wathes no se desvanece fácilmente.

-¿Estás diciendo que esa es una herramienta maldita? Por qué—

-Existen en el Dominio de los Caballeros quienes las usan. Para destruir las herramientas más abismales, realmente no hay opción. Para herramientas fuertemente malditas, uno no tiene más elección que confiar en los Discos de Indulgencia.

-¿Indulgencia…?

-…Oh mi*, que descuidada soy al divulgar ese término. En todo caso, no tengo más remedio que torcer mis principios. Ya que tengo que fiarme en éstos para destruir a ese cubo de basura.

-Si lo odias hasta el punto de querer vomitar, entonces sólo no lo uses…

Escuchando la queja de Haruaki, Peavey se encogió de hombros despreocupadamente.

-Si esta no fuera la situación, estarías completamente en lo cierto. Sostener este tipo de objeto realmente me hace querer vomitar. No había tocado uno de éstos desde hace como diez años hasta ahora… Hohoho, no desde que mi padre obtuvo ese látigo de una tienda de antigüedades.

-Un látigo… Maldito, ¿era eso?

Haruaki murmuró suavemente, Peavey asintió.

-Dada la situación actual, déjenme darles algunas pistas. Hubo una vez un padre que escapó hacia una granja; y un látigo maldito con el deseo de abusar de sus víctimas hasta que no se pudieran mover, para finalmente llevarlos a la muerte; al igual que mi madre y yo que siempre éramos regañadas y golpeadas por ese padre estricto… Bajo esas condiciones, estoy segura que con pensar un poco, pueden deducir fácilmente por qué odio tanto a los Wathes. A pesar de que crearon este hábito mío.

-…

-Bueno, suficiente con la charla. Ya rellené mi nicotina también, entonces es tiempo de comenzar.

Escupiendo la colilla del cigarrillo, Peavey dio un paso adelante.

-Lo lamento, Konoha…

– Hoo… Lo sabía. Tú posiblemente no puedes retroceder o no interferir.

-Obviamente, ¡cómo podría existir la posibilidad de que yo no interfiriera! Pero sólo soy una persona ordinaria y sin poderes. No tengo el derecho de pedirte un favor, así que mi única opción es rogarle a tu voluntad. ¡Así que por favor! Realmente lamento esto—hasta el punto en que me arrodillaría frente a ti, y me inclinaría hasta que mi frente sangrara por golpear en el suelo…

-No hay problema. Después de todo, ya sé el tipo de persona que eres, Haruaki-kun.

Sonaba como si ella hubiera aceptado las cosas. Con un tono de voz exhausto, ella habló mientras se acercaba a Haruaki.

-Fear, tú—

-Debes quedarte más atrás. No hagas nada, ¿entiendes?

Dijo Konoha severamente, Fear se veía como si estuviera cerca de oponerse por reflejo pero al final, estaba ahí con su cabeza inclinada.

-Entendido… Bueno. Tonta…

Una voz débil, sonaba como si viniera de una niña a punto de llorar. En el momento en que terminó su frase, las ropas de Konoha ya habían caído al piso mientras Haruaki sostenía la espada japonesa entre sus manos.

-¿Estamos empezando por ese lado? Muy bien. ¡Que comience el duelo!

-… Un duelo está bien. Pero espero que la otra persona no se muestre para interferir.

Haruaki no esperaba una respuesta honesta, pero Peavey lo fue ‘¿Eh?’ mientras inclinaba su cabeza ligeramente.

-¿Mummy Maker…? Hablando de eso, ella los contactó antes después de todo. No te preocupes, esa chica no causará ningún problema aquí.

-Tengo la esperanza de creer en tus palabras.

-Porque ya está muerta. Sentenciada a muerte por traición, es como— ¡alimento para esta arma!

El comienzo de la pelea fue anunciado por pasos repentinos. Con una fuerza y velocidad increíbles, la pesada hoja del hacha comenzó a estrellarse a pesar de ser sostenida con una mano. Sólo con gran desesperación Konoha se las arregló para bloquear ese ataque.

-¿Alimento?— ¿La asesinaste?

-Sí, porque era muy entrometida. Además, para usar el poder tabú del hacha es necesario usarla en un asesinato, para entregarle sangre fresca. La sincronización fue perfecta.

-¿¡No era tu compañera!?

-Sí, pero mi misión es destruir a los Wathes, mientras que la suya es apoyarme. No hay contradicciones en eso.

Haruaki no pudo evitar sentir la piel de gallina por todos lados. No era bueno, él podía decirlo simplemente bajo su punto de vista. Esta mujer creía descorazonadamente que allí no había contradicción.

-Muy bien, vamos a bailar, Dance Time… Ahora es tiempo de estar a la altura de tu nombre. Te he dado vigor, te he dado sangre fresca. Déjame danzar hasta enloquecer, ¡hasta que los gritos de la muerte señalen el final como la llamada de una campana!

El hacha de batalla descendió recta hacia abajo como si tratara de partir la Tierra por la mitad. Bloqueando este golpe, uno debía encontrar una abertura en la defensa del enemigo—

-Un golpe sólido… Si… ¡…!

Konoha pensó inicialmente que Peavey había sido atrapada por la vaina negra, pero al instante siguiente, ella abortó el ataque rápidamente. Retrayendo la espada, defendió en el último segundo el barrido del hacha que apuntaba al cuerpo de Haruaki.

-¿Estás loca? ¿No te preocupa que sea una derrota mutua? ¿¡Cómo puedes!?

-Actualmente, me gustaría preguntar en su lugar, ¿estás loco? ¿Cómo sería posible que me preocupara de eso? Precisamente porque no me importa, fue por qué elegí a este Wathe—está hacha nunca deja de atacar. Si estoy herida o no, esta hacha continuará danzando por el bien de derrotar al enemigo. Eso está bien, incluso si significa la muerte. ¡Jamás hay que detenerse hasta que el enemigo sea derrotado!

-¿…? Tienes que estar bromeando… ¡Estás loca!

Haruaki estaba completamente de acuerdo. El hacha maldita sólo sabía atacar continuamente a Haruaki. Un ataque de corte vertical, un ataque de barrido horizontal, un ataque de corte diagonal, ¡un ataque perforador hacia adelante!

-Huff… Huff…

-Haruaki-kun, ¿estás bien?

Aunque no había problema con la agilidad de su cuerpo, las acciones realizadas bajo el control de Konoha eran desconocidas para su cuerpo, y naturalmente sus músculos se tensaron, resultando en la acumulación de fatiga. Sin embargo, Haruaki no deseaba mostrar ningún signo de debilidad.

-Sí, estoy bien. Konoha, tengo una sugerencia. Usa el ‘Sword-Kill Counter’… Ya que no se detendrá incluso si muere, entonces simplemente destruyamos el hacha en sí.

-… Entendido. Sus movimientos son muy difíciles de predecir, así que eso tomará tiempo. Además, reducirá mi concentración en la defensa, así que ¡ten cuidado por favor!

-¡Está bien! ¡Creo en mis reflejos!

Haruaki pudo sentir que la espada se volvía un poco más pesada. Incluso si reaccionaba de acuerdo a las trayectorias del hacha de batalla, el sentía que ese era simplemente un movimiento pero su participación era requerida para ajustes precisos. Además, el poder disponible mientras desviaba ataques también se sentía levemente inadecuado. Haruaki tensó sus músculos conscientemente y apretó los dientes mientras soportaba el peso del hacha de batalla. No hay problema. Sin embargo—

(Hmm… ¡Tengo que soportarlo!)

La parte de su brazo que había sido herida en la escuela comenzó a doler. Este era el único factor de ansiedad.

Mostrando unos ojos fríos y despiadados, Peavey atacó repetidamente.

-Esto se está volviendo bastante problemático. ¿Por qué te fuerzas hasta este grado? ¿Qué razón tienes para proteger a esa cosa?

-A quién le importa— ¡las razones no son necesarias!

Haruaki no sabía si ella comenzó la conversación como parte de algún tipo de trampa. Cuando esperaba que el hacha continuara con su ola de ataques, esta se detuvo. Creía que el hacha de batalla sólo sabía atacar automáticamente en sucesión continua, su repertorio también incluía fintas. Konoha con su vasta experiencia en combates lo discernió eso afiladamente, pero—

(Eso fue malo…)

Jamás visto en el manejo de la espada, Haruaki no podía sostenerla. Cuando el filo del hacha cambió de dirección y se acercaba, Haruaki sintió un escalofrío bajar por su columna. Justo en ese mismo instante—

Haruaki creyó haber arrojado el arma por el miedo y la confusión. Pero ese no era el caso. El peso desapareció de sus manos por que la espada había sido desenvainada a una velocidad increíble.

— ¡Sword-Kill Counter!