Amagi Brilliant Park

Volumen 2

Capítulo 2: ¡Estamos Escasos de Fondos!

Parte 11

La reunión concluyó sin problemas, y el contrato fue programado para ser firmado en la próxima cita de la semana siguiente.

Tricen y Ashe estaban cerca, completamente desconcertados por cómo Seiya fue capaz de permanecer completamente tranquilo durante toda la reunión.

Afortunadamente, para Seiya, que había sido abusado por sus padres y se vio obligado a audicionar en innumerables concursos de talentos, esta reunión no era nada.

Y gracias a eso, incluso convencieron a su némesis, Desarrollo Amagi, para aprobar la transacción, a cambio de la imposición de una condición más estricta. Ahora tenía que atraer a un número aún mayor de personas por año fiscal, pero Seiya no tuvo más remedio que aceptar esas condiciones.

Al caer la tarde, justo antes de la hora de cierre del parque, Seiya fue a hacer una visita al jardín celestial. Se acercaba la semana dorada en primavera y las flores en el jardín bailaban un vals al compás de la brisa de la tarde apacible.

—Por aquí, Seiya-sama.

Latifa, que había estado poniendo la mesa en el jardín, hizo señas a Seiya.

—Debes estar cansado. He preparado un té que me gustaría que probaras. Por favor, hágame saber cómo esta.

—… Gracias.

Las cosas se habían vuelto rígidas y torpes entre los dos, ya que Latifa había perdido todo los recuerdos que tenía del año anterior. Por supuesto, él no estaba pensando en eso a propósito, pero no pudo evitar sentir que esta no era la Latifa que conocía. Por un lado, ella ya se había olvidado de su promesa, sobre la acrofobia de Seiya, e incluso tal vez por qué él fue gerente de este parque en su lugar en primer lugar.

—Puedo oler el suelo de nuestro parque; Latifa comentó. — ¿Estabas ayudando con la construcción o renovación quizá el día de hoy? El sol brillaba muy brillante hoy. Debe haber estado caliente.

—Uh, algo así. Aunque yo diría que ha hecho un poco bastante “frío” también…

Latifa se rió de la broma de Seiya, y lanzó una mirada vacía en su pecho.

— ¿Q-Qué pasa?

—Puedo oler el champú favorito de Isuzu también…

— ¿Eh? E-Espera, eso no puede posiblemente ser…

Latifa había dado en el blanco. Esto se debió al hecho que ocurrió en el ascensor, mientras que los dos se apresuraban en cambiarse para la reunión. El flequillo y cabello de Isuzu habían hecho contacto en la camisa de Seiya mientras ella ayudaba a arreglarle la corbata, causando mucho malestar hacia él.

—Oh eso. Estás teniendo una idea equivocada. Isuzu sólo estaba siendo una entrometida y me ayudó un poco, haciendo que su pelo cepillara suavemente mí…

—Fufu… No te preocupes, eso era sólo una broma. Isuzu es tu secretaria, después de todo. Este tipo de cosas tienen que suceder.

—A-Ah…

Seiya se aflojó la corbata mientras se tensaba.

«Esos son algunos sentidos afilados que ella tiene allí. Fue sólo un breve contacto, sin embargo, ella fue capaz de notarlo con facilidad. Será mejor que tenga cuidado…»

—Aun así, no puedo ayudarte pero envidio en no poder trabajar siempre junto a ti.

— ¿Qué? ¿En serio?

—Sí.

Era difícil saber si Latifa estaba bromeando o diciendo la verdad. Entonces Seiya debía tomar esto como una broma, o ¿un indicio de algún tipo?

Eso ya no lo sé…

Seiya fue capaz de negociar sin problemas con un grupo de adultos de alto valor, sin embargo, fue completamente sacudido por los actos de una chica.

Latifa graciosamente se dio la vuelta y puso un poco de distancia entre ellos, probablemente sintiendo el malestar de Seiya.

—Entonces, ¿cómo van las negociaciones?

— ¿Eh?

—Recuerdo que hoy tenías una reunión muy importante en relación con el segundo parque.

Seiya había recibido el permiso de Latifa en vender el 2° parque hace un tiempo atrás. Parecía más bien reacia al respecto, pero ella decidió permitir eso si mejoraría el bienestar de los miembros de su elenco. Además, no había manera de que ella pudiera declinar después de escuchar la explicación de Seiya.

—Oh eso. Las cosas fueron de acuerdo al plan, ellos nos dieron luz verde para vender el parque.

— ¿Seguramente deben haber impuesto condiciones?

—De hecho… ellos van a aumentar el recuento mínimo de visitantes anual. Nuestra silla caliente consiguió ser más caliente.

—Pero no vamos a tener que preocuparnos mas acerca de nuestros fondos, ¿cierto?

—Por el momento, sí. Más importante aún, hoy tengo que hablar contigo de algo con respecto a mis inspecciones en el 2° parque.

—Por favor continua.

—Hemos descubierto algo… interesante, por decir lo mínimo. Pero esto crea un nuevo problema…cómo debo poner esto…

Seiya se refería a los diggeries y la atracción que habían encontrado ese mismo día. Hace aproximadamente una década, el gerente del parque proporciono un refugio para los diggeries, poniéndolo bajo un disfraz de una “atracción”. La gerente no era otra que la misma Latifa. Seiya estaba teniendo un momento difícil para decir sus palabras en minimizar su impacto.

— ¿Qué pasa? ¿Es esto algo que no debería estar oyendo?

—Bueno… imagínate ser dueño de un apartamento que se adaptara a los refugiados de diferentes países. Y ahora imagina que tal vez, debido a algunas circunstancias, te ves obligado a perseguir a esa gente. Y entonces…

—Lo siento, pero… no entiendo lo que estás tratando de decir.

—Esta bien. Voy a ir directamente al grano.

Y así Seiya renunció a ilustrar su ejemplo hipotético y le explicó todo en detalle. Latifa presto atención a las palabras de Seiya todo el camino hasta la última frase.

— ¿Así que mi antigua yo había dado a los diggeries un lugar de refugio?

—Sí.

—Y así, el día de hoy, ¿se decidió que no podían permanecer allí por más tiempo?

—Estás en lo correcto.

Los “refugiados” que Seiya utilizó en su ejemplo hipotético se refería a los diggeries. No estaba muy seguro acerca de la política en los reinos mágicos, pero el hecho de que habían perdido su casa estaba seguro. El hecho de que la venta del 2° parque había sido confirmada no ayudó.

A pesar de eso, Latifa no parecía estar culpando a Seiya por esto.

—Debe haber sido una decisión difícil de hacer… Me disculpo por hacer tales acciones impetuosas.

—E-Espera, ¡por favor, no te culpes por esto! Eso fue de hecho por la anterior tú, de todos modos.

—No, perder mis recuerdos no cambia el hecho de que yo fui la que tomó esa decisión en aquel entonces. Ya no recuerdo sus circunstancias, pero debo haber simpatizado con ellos y les ayude en un capricho. Cómo debo disculparme por tales acciones irresponsables…

Seiya se mantuvo en silencio y observó a Latifa puesta en una posición firme, sin embargo por sí sola no pudo ocultar por completo sus vacilantes emociones. Incapaz de soportar el silencio, ella respiró con calma y murmuró:

—Estoy segura de que esto es sólo una cosa anual, pero me siento como si estuviera perdiendo mi propio sentido de identidad aquí—jugando el papel de la realeza de Maple Land mientras era perseguida por los pecados cometidos en el pasado que ni siquiera recuerdo. Seguramente debí haberte hecho algo terrible a ti, también.

—Simplemente estás exagerando. Tú no has hecho nada malo, así que no te preocupes.

—Ya veo. Aun así, me parece que no puedo dejar de estar insegura… Tengo miedo…

Seiya nunca pudo imaginar la carga psicológica del vacío en los recuerdos de Latifa. Para ser justos, la gente como Moffle lo experimentaba todo el tiempo después de emborracharse, pero aquellos eran sólo recuerdos de la noche anterior. Las décadas de los recuerdos perdidos de Latifa eran poco menos que aterradores.

—No podía dejar de sentirme molesta después de escuchar cómo he manejado el problema de los diggeries. Eso simplemente no me gusta. Estoy segura que la actual yo habría hecho un mejor trabajo en la solución de esta cuestión. Por lo menos, eso es lo que me gustaría creer. No puedo perdonarme por mis propias acciones…

Seiya se quedó sin habla. Latifa había sido siempre la chica adorable y alegre en sus ojos. Nunca se le ocurrió que incluso Latifa tenía sus propios conflictos internos.

¿Tal vez había llegado el momento de que Seiya reemplazara su perfil de la Latifa que conoció hace un mes?

Si tuviera que hacer eso, la única información fiable que tendría es que ella estaba sufriendo por dentro.

Los dos se sentaron en silencio. Antes de que se dieran cuenta, el té se había enfriado.

—En cualquier caso, voy a tener que asumir la responsabilidad por las acciones que hice. Cómo lo hago, sin embargo, es algo que aún tengo que pensar…

—No te preocupes por eso; dijo Seiya, —se me ocurrirá algo. Estoy seguro de que tenemos un poco de espacio en los almacenes que pueden utilizar, si es necesario.

— ¿Pero los que estaban siendo perseguidos, no eran ellos? No serían capaces de ocultarse muy bien así.

—Tienes razón…

Los diggeries buscaron refugio para evitar que fueran capturados por otro reino mágico. Si ellos demandaban al parque por mantener a los diggeries, ¿cómo responderían? Incluso podrían enviar tropas sobre el parque e invadirlo. Las posibilidades eran infinitas. Seiya había experimentado de primera mano lo poco de una función lógica jugada en los reinos mágicos como Maple Land.

—No hay necesidad de preocuparse, fumo.

Moffle, que se suponía que iba a mantener un ojo en la atracción, gritó desde el fondo de la terraza.

— ¿¡D-Desde cuando estabas aquí!?

—Desde que comenzó el silencio entre los dos, fumo. ¿De qué estaban hablando, de todos modos?

—Bueno, como sea. ¿Qué pasó con los diggeries?

—Yo estaba aburrido, así que los traje aquí. Vengan.

Ante esas palabras, algunos diggeries entraron en el jardín celestial, y comenzaron a examinar la zona y el estado del suelo de piedra.

—Hmm, el diseñador tiene buen gusto, mogu.

—El que hizo esta cantería sabe lo suyo, mogu…

— ¡El mortero en las paredes está bastante bien hecho, mogu!

Seiya se puso pálido.

— ¡Oye! ¡No te limites a traerlos aquí! ¡Sus presencias deben mantenerse en secreto de los otros miembros del elenco!

— ¿En serio? Demasiado tarde, fumo.

—Tch, por qué me preocupe por estas personas… Oye, ¿¡qué es ese sonido de aleteo…!? ¿¡Qué demonios—!?

El ruido procedía del aleteo de las alas de Rubrum mientras descendía lentamente a través del cielo nocturno.

<Mis disculpas, pero no podía pasar por la entrada de personal. Volar hasta aquí se puede permitir, ¿no?>

— ¿Estás loco? ¿Acabas de volar a través de la carretera todo el camino hasta aquí? ¿¡Y si los otros humanos vieran eso!?

<No te preocupes, voy a pedir disculpas después. Seguramente me perdonarían por calentar mis alas después de años de inactividad, ¿no?>

—¡¡Ese no es el punto!!

—Está bien, Kanie-sama. Íbamos a tener que llamarlos, tarde o temprano, de todos modos.

—Eso es cierto, pero todavía—

Al oír la voz de Latifa, los diggeries dieron la vuelta y abrieron sus ojos, para levantar los brazos por sorpresa.

— ¡Es nuestra salvadora!

— ¡Latifa-sama, siempre he querido conocerte de nuevo!

— ¡Tan hermosa como siempre, mogu!

Estando sobre sus rodillas y llorando, Ellos hicieron todo tipo de gestos como una forma de respeto y gratitud. Mientras Latifa no podía ver lo que estaban haciendo, sus acciones dramáticas se escucharon fácilmente. Ella se sorprendió por la recepción. Después de todo, ella acababa de conocer a los diggeries por primera vez.

—Um, gracias por venir.

—Lo que sea por usted princesa. Has lo que quieras… ¿Eh?

Seiya vio a Isuzu sosteniendo una bandera que decía “fin de la línea” detrás del último miembro del clan de los diggeries. Seiya pensó que él le dijo que se quedaría en el edificio de la administración anterior.

—Sento, ¿qué pasa con esto? ¿No se suponía que ellos esperarían en la cueva?

—Moffle tiene una explicación con respecto a eso, Isuzu respondió mientras agitaba la bandera.

—Está bien, habla.

Moffle se aclaró la garganta y comenzó.

—Después de que te fuiste, hablé con Taramo, fumo. Parece como si estuvieran siendo perseguidos por el reino de Politia.

—Sé de eso también.

Después que los diggeries consiguieron construir las vías de escape, ellos intentaron exterminarlos para mantener su construcción en secreto. Esta fue una táctica frecuentemente usada por la gente del pasado también.

—Aquí está la cosa. Politia solía ser un reino, pero ahora es una república, fumo.

—No lo entiendo.

—Vaya, eso no significa…

Latifa puso un dedo sobre sus labios, como si hubiera descubierto algo.

—Hace unos cuatro años, en el pueblo de Politia se sublevo y derrocaron al rey, estableciendo una república democrática y pacífica de las bestias, fumo.

— ¿En serio?

—Creo que la prevalencia de los medios sociales como Facebook catalizo una revuelta, fumo. El ejército imperial no pudo contener la violencia que se desató, y por lo tanto los restos de la antigua realeza de Politia ahora sólo pueden ser encontrado en los museos.

—Espera un segundo. ¿Eso significa que los diggeries no tienen nada de que temer?

—Lógicamente hablando, sí. ¿Qué te parece, Taramo?

—De hecho, mogu. Aunque puede haber otras naciones que se dirijan hacia nuestra raza, pero eso no debería ser un problema.

—Eso es un alivio.

Al parecer, los diggeries habían evitado su angustia.

—Hemos estado escondidos en las sombras durante tanto tiempo, y no éramos consciente de ello, mogu. No puedo creer que sólo perdimos 4 años… Ni siquiera sé si debo estar aliviado o decepcionado por esto.

—Dornell únicamente navego por la web utilizada por la gente de la tierra, por lo que no había manera de que él hubiera sabido de esto tampoco, fumo. Supongo que no tiene sentido llorar sobre la leche derramada.

Moffle se cruzó de brazos y asintió con la cabeza en una profunda reflexión. Del mismo modo, Seiya puso el desafortunado caso a un lado y se tragó sus emociones.

—Eso es genial. Latifa habló en relieve. —Esto significa que ustedes pueden finalmente vivir en paz, ¿no es así?

—Supongo que está en lo correcto…

« ¿Qué se supone que debemos hacer con ellos ahora? No podemos, posiblemente, sólo decirles que se pierdan y encuentren una nueva casa, ¿verdad? » Seiya había estado albergando ese dilema, incluso antes de salir del laberinto.

El laberinto, como una atracción por sí mismo, fue construido sólidamente. Además, si sus fuentes de información eran exactas, no habían tenido mucho tiempo para construirlo. Tal vez podría—

— ¡Su Alteza!

Taramo se arrodilló con las dos manos en el suelo y habló.

— ¡Estaremos siempre en deuda por su benevolencia! ¡Si es posible, por favor permítanos contribuir con nuestra atracción!

La súplica de Taramo fue seguida por Rubrum.

< ¡P-Por favor contratarme también! ¡Le prometo que voy a hacer mi mejor esfuerzo para asustar a nuestros huéspedes!>

«Gracias a Dios ellos hicieron su movimiento antes de que yo lo hiciera. Ahora podemos salvar las negociaciones y reducir sus salarios. ¿Qué tal si obtienen la misma tarifa de 850 yenes por hora como el mío? ¿O tal vez incluso los de prueba de 600 yenes?»

—Kanie-sama, ¿qué te parece? Parecen tener muchas ganas de trabajar para nuestro parque.

—Cierto… hmm…

Seiya se rascó la cabeza y dio un paso hacia adelante.

—No puedo hacer eso.

—P-Pero, ¿por qué?

—Por que estamos vendiendo el 2° parque.

Una nube de polvo voló desde el suelo mientras Moffle llegaba corriendo hacia Seiya con furia.

— ¿¡CÓMO HAS PODIDO HACER ESO!? ¡NUNCA TE LO PERDONARE!

*

Después de un intenso ajetreo con Moffle, y de haber sido detenido por Isuzu y recibir una charla de Latifa finalmente lograron que Moffle se calmara y escuchara la explicación de Seiya.

La disyuntiva era razonable, y Moffle no llegó a tener más remedio que estar de acuerdo con ello.

Mientras tanto, ellos permitieron que los diggeries permanecieran en los almacenes y cenar en el comedor del personal, mientras construían un nuevo hogar. Seiya llevo a esperar a Rubrum en el estacionamiento, y le advirtió que no fuera descubierto por otras personas.

Dornell, que había desaparecido desde hace más de una década, volvió como miembro del elenco de Amaburi. Sin embargo, Tiramie ya había tomado el papel de la “mascota de las flores”, por lo que su nueva tarea era en entretener a los invitados en la plaza. Parecía que Dornell necesitaría alguna rehabilitación para quitarse la forma de vida hikikomori.

Moffle parecía tener algunas palabras que decir acerca de la venta del 2° parque, pero al ver que Latifa ya había accedido a ello, obediente volvió.

— ¡Su Alteza! ¡Su Alteza!

Justo antes de salir al jardín celestial, Taramo sacó un pedazo de papel y se lo entregó a Latifa.

—Usted me dio este pedazo de papel justo antes de que nos fuéramos a la clandestinidad, mogu.

— ¿…? Oh, cierto. Gracias.

—Conforme a lo solicitado, le regresare esto. Pues bien, ¡nos vamos!

Después de que los diggeries salieran, la paz y la tranquilidad volvieron hacia el jardín celestial.

—Parece que nuestra cuenta personal sólo se disparó en alrededor de 50.

Seiya dejó escapar un suspiro de malestar mientras arreglaba la zona junto con Isuzu. Él le dio un rápido vistazo hacia Latifa, sólo para encontrarla firmemente agarrando la nota.

— ¿Necesitas que lo leamos para ti?

— ¿P-Perdón?

—Es una carta para ti, ¿no es así? Si no te importa, Isuzu o yo podemos ayudarte a leerla.

—Um…

Latifa pensó en eso por un momento antes de encontrar el valor para entregar la carta.

—Por favor, léala por mí, Kanie-sama.

La letra ligeramente amarillenta tenía un sello rojo en él. Seiya rompió cuidadosamente el sello y la abrió.

—Aquí va… espera…

Echó un vistazo a través de los contenidos e inclinó la cabeza en confusión.

— ¿Qué lenguaje es este? No puedo leerlo…

—Mis disculpas. Debe ser uno de Maple Land. Isuzu-san, ¿puedes hacerme el favor, entonces?

—Sí, su Alteza.

Isuzu tomó la carta de Seiya y echó un vistazo.

—Si es posible, me gustaría que Seiya escuchara el contenido también.

— ¿Estás seguro, Alteza?

—Sí por favor. Lo he nombrado como gerente interino del parque, así que no quiero mantener mis secretos a él.

—Entendido. Entonces, comenzaré.

Isuzu comenzó la traducción improvisada sobre el contenido de la carta:

Hola. Si estás leyendo esta carta, esto debe significar que la maldición aún está activada. Eso, o un milagro se produjo y te las arreglaste para permanecer como gerente del parque a pesar de haber perdido tus recuerdos (que es una buena cosa, aunque sea poco probable. No obstante, voy a continuar con la suposición de que la maldición permanece sin alzarse.)

En primer lugar, debo pedir disculpas por haber causado tantos problemas en aceptar a los diggeries en el parque.

Abandonar personas necesitadas es algo que simplemente no puedo soportar. Como tal, he trabajado con mi asistente para ocultar al clan en el 2° parque. Lo he mantenido en secreto de mi tío, en temor de que pudiera oponerse fuertemente a mis acciones.

Taramo, el jefe del clan, es un tipo y compañero cariñoso. Si es posible, espero que lo puedas tratar muy bien.

Por fin ha llegado marzo.

He tenido tanta diversión durante todo el año pasado. Recuerdo vivamente comenzar mi año fingiendo confianza frente a los “extranjeros” en medio del sufrimiento en que me enfrentaba. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, aprendí a hacer amigos con todo el mundo en el parque.

Creo que ha llegado la hora de que me despida de ellos. Sin embargo, no vamos a perder. Estoy seguro de que serás capaz de ganar de nuevo las amistades que se pierden en el comienzo de cada mes de abril. Eso es porque eres como yo, que ha adorado el mundo y a todos los que te rodean. ¿Me equivoco?

Pido disculpas por haber dicho esas cosas, ¡pero hago lo mejor posible! Sé que puedes hacerlo, porque eres yo.

Isuzu terminó de leer la última frase. El silencio volvió al jardín celestial, con sólo los restos audibles de las plantas que se sacudían por el viento restante.

— ¿Estás bien…?

Seiya preguntó en preocupación. Latifa logró un murmullo suave.

—… Esto es tan injusto.

—…

—Ella soy yo, sin embargo, es mucho más fuerte de lo que yo soy…

Latifa se apartó de Seiya e Isuzu. Sus manos que se extendían a las barandillas de apoyo se estremecieron.

— ¿De verdad crees que puedo llegar a ser como ella? Alguien capaz de consolar a la futura yo en medio de esta oscuridad…

Isuzu se quedó sin habla. Lo único que podía hacer era velar por Latifa con los ojos tristes.

—Oye, Latifa…

Seiya dio un paso adelante.

— ¿Quieres que te diga esto con cuidado o duramente?

—Duramente… no importa, lo siento. No creo que pueda reunir el coraje para eso. Por favor, dígalo suavemente.

—Bueno. Básicamente, creo que puedes hacerlo. Es obvio.

Con Seiya terminando su discurso abruptamente, Latifa inclinó la cabeza.

— ¿Eso es todo?

—Sí.

—…Entonces, ¿cuál sería la versión dura de ello?

—Por supuesto que puedes, baaaka (tonta).

—… ¿Eso es todo?

—Eso es todo.

Al escuchar eso, Latifa se rió.

—Eres muy interesante, Kanie-sama.

— ¿Eso crees?

—Pero por favor, no le digas eso a tu novia. Es posible que se moleste por ello.

—Hah. Entendido.

«Por desgracia, todavía estoy solo. Espera un minuto, si ese es el caso, ¿podría ser que lo que acaba de decir tiene un significado mucho más profundo de lo que pensaba?»

Isuzu miró a Seiya con una expresión complicada. Sin saber cómo reaccionar ante ello, Seiya se encogió de hombros.

—Gracias, Kanie-sama. Me siento mucho mejor ahora.

Esta vez, la voz de Latifa sonaba mucho más animada.