Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 10

Bonus 3: Palabras Mágicas Para Hacer Que El Omurice Sepa Mejor

No mucho antes de que Miharu asistiera al banquete en el Reino de Galarc, Rio había dejado la casa de piedra solo, así que Miharu, Latifa y Celia prepararon el almuerzo un poco más tarde de lo habitual. Una vez que regresó, Rio esperó en el comedor a que terminaran de cocinar.

“¡Gracias por esperar, Onii-chan!”

Latifa apareció con una bandeja, acompañada por Miharu y Celia.

“¡Ta-da! El favorito de Onii-chan: ¡Omurice! ¡Miharu nos enseñó a Celia y a mí cómo hacerlo de una manera deliciosa! ¿Qué piensas?” Latifa mostró el omurice en la bandeja con una sonrisa despreocupada.

“Gracias, se ve delicioso.  Y gracias a Miharu y a la profesora Celia también.”

“N-No fue nada. Tenía un poco de curiosidad sobre cómo se hizo después de escuchar que el omurice era tu favorito y que lo encontraba delicioso cuando lo probé. No hice nada en particular”, respondió Celia con timidez a la gratitud de Río.

“Eso no es cierto. Celia hizo la mayor parte del arroz con pollo.” Miharu agregó con una risita.

“Oye, oye, Onii-chan. ¿Puedo poner salsa de tomate sobre tu omurice?” Preguntó Latifa, con los ojos brillantes.

“Si seguro.” Rio asintió con facilidad. Latifa procedió a escribir ‘Te amo’ en salsa de tomate sobre el huevo suave y medio cocido.

“Hecho. Está lleno de nuestro amor, ¡así que asegúrate de comerlo todo!” Latifa sonrió, mirando a la cara de Rio. Celia y Miharu parecían avergonzadas por sus palabras.

“Lo tengo”, respondió Rio torpemente. Levantó la cuchara para ocultar su vergüenza.

“¡Ah, espera! Esto aún no está terminado”, dijo Latifa.

“… ¿Eh? ¿De verdad? ¿Miharu no acaba de decir que estaba completo?” Celia ladeó la cabeza y miró a Miharu.

“Si. Porque todavía no hemos dicho las palabras mágicas para que tenga un sabor aún mejor”, Latifa resopló con orgullo y resopló su cofre modesto y aún en desarrollo.

“¿Palabras mágicas…?” Como hechicera, los ojos de Celia se abrieron con interés.

“¡Jejeje! Los voy a decir ahora, antes de que haga frío”. Latifa sonrió maliciosamente.

“¡Hazlo delicioso, ruff ruff kyun!”

Sus orejas de zorro se retorcieron cuando usó ambas manos para hacer una forma de corazón y vertió su amor en el omurice.

“¿Q-Qué… es eso…?” Preguntó Celia, su cara de un rojo intenso.

“Son palabras mágicas para agregar amor al omurice. ¡Ahora es su turno, ustedes dos! Veamos…”

Latifa acercó su rostro a los oídos de Celia y Miharu, susurrando algo en ellos. Probablemente les estaba enseñando las palabras mágicas.

“¡D-De ninguna manera! ¡No puedo decir algo tan vergonzoso!” Celia estaba desconcertada, todavía sonrojada. Miharu intentó sonreír para ocultar su timidez.

“E-Es demasiado para mí también…”

“Hmph, no puedo creer que ustedes dos no le den a Onii-chan su amor”. Latifa hizo un puchero un poco.

“¡N-No dije eso!” Celia se opuso en un nerviosismo.

“¿De verdad? Entonces veamos que hagas lo que te enseñé, Celia”.

“Ugh…”

“Profesora, no hay necesidad de obligarse a hacerlo”. Rio trató de ofrecer un salvavidas a Celia, que efectivamente había cavado su propia tumba.

“Yo… no me estoy obligando a mí mismo. H-Hazlo delicioso, lovey-dovey kyun.”

Con una cara roja brillante y un susurro de voz, Celia hizo un corazón con sus manos. Pero pronto alcanzó el límite de vergüenza que podía soportar y enterró su rostro en sus manos con un gemido.

Latifa se volvió emocionado hacia Miharu.

“¡Ahora es tu turno!”

“Umm…” Miharu estaba empapada de ansiedad, su voz más aguda que de costumbre.

“Eso es suficiente. Estás molestando a Miharu, así que déjalo así. Miharu, no tienes que hacerle caso a ella “, suspiró Rio con cansancio, luego tomó la cuchara para comenzar a comer.

“¡Ah, espera un minuto!” Miharu llamó para detener a Rio.

“Me sentiría mal por Celia si fuera la única que no lo hizo… Entonces… H- Hazlo delicioso, moe moe, kyun… Wah”. Miharu murmuró, haciendo un corazón con sus manos.