Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 10

Capítulo 3: Qué Hace A Un Héroe

Parte 2

Un torrente de pura luz blanca cayó sobre Hajime. Ante él había una cara conocida. Pero nunca había visto esa cara familiar hacer una expresión tan poco familiar. Kouki parecía un demonio mientras saltaba sobre Hajime, bajando su espada hacia él. ¿Está tan absorto en su batalla que me confundió con un monstruo o algo así? Supongo que podría tirar a Yaegashi delante de mí y él recobrará el sentido común y se detendrá… No, esos ojos no parecen cuerdos. Había una locura en los ojos de Kouki que hacía obvio para Hajime que el héroe no estaba en su sano juicio.

Sintiendo que Kouki no se detendría, Hajime saltó hacia atrás para evitar el golpe. Un pilar de luz blanca se estrelló contra el suelo sobre el que había estado parado un segundo antes. Las grietas se extienden por el suelo. Aunque se repararon al instante, era obvio que Kouki había golpeado a Hajime con la intención de matar. Hajime miró la copia de Kouki, que estaba sonriendo a corta distancia. Luego se giró hacia Shizuku, quien murmuró un poco, pero permaneció firmemente dormida. Estaba asombrado de su habilidad para dormir en medio de tanto alboroto. Aunque el hecho de que estuviera despierta contribuiría en gran medida a resolver esta situación, el interrogatorio de Kouki fue lo primero. Hajime se giró hacia él y le preguntó: “¿Qué demonios crees que estás haciendo Amanogawa?”

Kouki miró su espada, que estaba firmemente clavada en el suelo. Su flequillo cubría su cara, haciendo que su expresión fuera ilegible.

“Tú… Esto…”

“¿Qué? No te oigo, viejo. Mira, nosotros no somos los enemigos aquí, ese tipo de ahí es quien…”

“¿Nosotros?”

Kouki levantó la cabeza, sus ojos brillaban siniestramente detrás de su flequillo.

“¿Qué mierda quieres decir con nosotros? Shizuku no te pertenece.”

“Deja de decir tonterías y ve a terminar tu juicio. Tu oponente está allí, no aquí.”

Aunque la voz de Hajime era tranquila, tenía un mal presentimiento sobre el estado mental actual de Kouki. El héroe sacó su espada del suelo y se balanceó hacia Hajime. Como era de esperar, las palabras de Hajime no le llegaban. Mana se levantó alrededor de Kouki mientras se preparaba para atacar de nuevo.

“Oh, lo terminaré bien. ¡Le pondré fin a todo!”

Los ojos de Kouki se abultaron, sus pupilas ardían de locura. Rebosante de odio y sed de sangre, Kouki atacó a Hajime. Giró horizontalmente su espada con infusión de luz, apuntando al cuello de Hajime.

“Tch. ¿Así que ya has sido corrompido? Idiota.”

“¡Cállate! ¡Si desapareces, todo volverá a la normalidad! ¡Muereeeeeeeeeeeeeee!”

La premonición de Hajime había sido acertada. Kouki había perdido contra su copia y por consiguiente se había perdido a sí mismo. Hajime se balanceó hacia un lado, evitando la espada de Kouki. Observaba con calma mientras la espada pasaba a centímetros de su cara. A juzgar por las primeras palabras de Kouki y por la forma en que había mirado a Shizuku, Hajime supuso que su aparición había sido el último clavo en el ataúd para cimentar la derrota de Kouki. Tch, vine en el peor momento posible.

“Destello Celestial – Ocho alas dobles!”

“Whoa.”

Usando la menor cantidad de movimiento posible, Hajime esquivó el aluvión de cortes de luz.

“Cálmate, Amanogawa. Si no tienes cuidado, matarás a Yaegashi.”

La forma en que Hajime lo dijo sonaba como si estuviese reteniendo a Shizuku como rehén, pero lo que estaba diciendo era solo la verdad. Sin embargo, Kouki era incapaz de pensar racionalmente en este momento.

“¡Cobarde! ¡Libera a Shizuku de una vez!”

Como era de esperar, Kouki interpretó mal las palabras de Hajime, aunque era él el que atacaba a Shizuku. Enfurecido, desató otra ráfaga de golpes. Fue entonces cuando la princesa dormida finalmente despertó. Aunque había estado agotada después de su juicio, era impresionante cómo se las había arreglado para dormir durante todo esto.

“Mmmmmmmm… ¿Qué está pasando? Déjame dormir un poco más…”

“No puedo creer que puedas dormir en una situación como esta. Será mejor que te levantes o te lanzaré como a una bala de cañón humana.”

En ese momento, incluso Hajime estaba un poco molesto por cómo Shizuku seguía medio dormida. Se echó hacia atrás y le pellizcó el muslo a Shizuku. Si eso no fuera suficiente para despertarla, realmente la tiraría. Con suerte, eso sería lo suficientemente chocante como para hacer que Kouki recupere la cordura también. Sin embargo, Hajime no pudo divertirse, ya que su pellizco, afortunadamente, despertó a Shizuku. Sacó su Cross Bits y desplegó una barrera en forma de cubo. La espada de Kouki destelló mientras su ataque se dispersaba alrededor de la invisible barrera espacial. El estruendoso rugido que lo acompañaba alertó a Shizuku sobre el hecho de que estaban en batalla y ella rápidamente se cayó de la espalda de Hajime.

“Cielos, tienes un sueño muy pesado.”

“¡No es así! Es sólo que tu espalda estaba tan cómoda que yo…”

“Bueno, lo que sea. Podemos discutir tus hábitos de sueño más tarde. Más importante aún, haz algo con ese tipo.”

Hajime disparó dos balas explosivas desde sus Cross Bits para contrarrestar el siguiente hechizo de Kouki. Las balas cruzaron trayectorias justo delante de Kouki, explotando y enviando ondas de choque hacia él.

“¿Qué quieres decir con ‘más importante’? Espera, ¿qué demonios está pasando?”

Desgarrada por el trato cruel que Hajime le daba, la expresión de Shizuku pasó de dolida a conmocionada al ver lo que estaba sucediendo. No podía creerlo. La persona que los atacó era Kouki de entre todas las personas. Su sorpresa era comprensible. Después de todo, no esperaba que uno de sus mejores amigos intentara matarla.

“Parece que el juicio logró corromperlo. Cree que soy la raíz de todo el mal o algo así.”

“No…”

Shizuku siguió la mirada de Hajime y vio que estaba mirando la copia de Kouki. La copia sonreía mientras veía a Hajime defender los ataques de Kouki. Eso fue todo lo que Shizuku necesitó para entender la situación. Su expresión se tornó sombría y se giró hacia Kouki.

“¡Kouki! ¡No pierdas contra tu copia! ¡Estás haciendo exactamente lo que él quiere! ¡Regresa a tus sentidos y vencete a ti mismo!”

Miró a Kouki con preocupación en sus ojos. Aunque estaba lejos de ser perfecto, seguía siendo un buen tipo y amigo de Shizuku desde hace mucho tiempo. Además, era un discípulo del estilo Yaegashi y por lo tanto parte de la familia Yaegashi.

Esta era la primera vez que Shizuku había visto tanto odio en los ojos de Kouki. No soportaba verlo así. Alzando la voz, hizo todo lo posible para llegar a Kouki. Pero Kouki sonrió, con sus ojos aún llenos de odio y sed de sangre.

“No te preocupes. Te salvaré, Shizuku.”

“¿Kouki? ¿Qué estás diciendo?”

“Nagumo te ha lavado el cerebro, ¿verdad? Está bien, volverás a la normalidad una vez que lo mate.”

Kouki se giró de la aturdida Shizuku a Hajime.

“Nagumo, incluso si eres un antiguo compañero de clase, no creas que puedes hacer daño a mis amigas. ¡Voy a matarte y liberar a Kaori y a las otras chicas de tu lavado de cerebro! ¡Entonces salvaré el mundo junto con ellas!”

Shizuku se quedó sin palabras. Era muy posible que Kouki hubiese acabado así mucho antes si Shizuku no hubiese hablado con él la noche que Kaori se unió al grupo de Hajime. El peso de sus palabras le había impedido volverse loco. Sin embargo, ella no había sido capaz de cambiar realmente la opinión de Kouki y él aún albergaba cierto resentimiento hacia Hajime. Esa fue la razón por la que siempre había discutido con Hajime cuando viajaban juntos. Pero Shizuku le había impedido cortar completamente los lazos con Hajime, o intentar recuperar a Kaori por la fuerza. Pero al mismo tiempo, eso significaba que solo porque Shizuku había estado a su lado, el había permanecido cuerdo.

Los procesos de pensamiento y la visión del mundo de Kouki eran muy infantiles. Era comprensible, ya que no había encontrado ningún obstáculo que no pudiera superar con sus ideales juveniles hasta ahora. Así que también era natural que estuviera furioso de que su última amiga de la infancia hubiera sido “NTR”ada de él. Apenas había sido capaz de mantener su cordura negando continuamente las verdades con las que su copia lo había golpeado, pero al final, se había visto forzado a aceptar la realidad cuando había visto a Shizuku durmiendo felizmente sobre la espalda de Hajime. Ni siquiera Kouki estaba tan delirante como para negar lo que estaba viendo. Y una vez que aceptó la realidad, caída en espiral había comenzado.

Kouki, ya desbordante de emoción, había decidido sustituir la realidad por una fantasía conveniente. Esa era la única manera en que podía proteger su frágil corazón. Se había convencido de que Hajime Nagumo era un monstruo que le había lavado el cerebro a Kaori y a las demás, y que era un demonio que intentaba impedir que salvara el mundo. Sorprendida por las salvajes afirmaciones de Kouki, Shizuku rechinó los dientes e hizo todo lo posible para que entrara en razón.

“¡Kouki! ¡Contrólate! ¡No dejes que tu copia te engañe!”

“Shizuku…”

Shizuku eligió cuidadosamente sus siguientes palabras. Habló suave y amablemente, como si tratara de calmar a un niño que hacía un berrinche. Sabía que si metía la pata, Kouki acabaría yendo más allá del punto de no retorno.

“Escucha, Kouki. Sé que es difícil enfrentarse a las partes más siniestras de uno mismo. Casi muero yo misma, así que lo entiendo. Pero si no aceptas tus emociones negativas y las superas, no podrás avanzar. Si realmente quieres salvar este mundo, no puedes permitirte aferrarte a tus delirios. Tu verdadero enemigo eres tú mismo. ¡Esa versión negra y sonriente de ti! ¡Abre los ojos, Kouki!”

Las palabras de Shizuku resonaron por la sala. La copia no se movió. Parecía que la interferencia de los camaradas era considerada una parte válida del juicio. Pero su desprecio no se desvaneció cuando miró al original del que fue creado. Hajime miró en silencio la escena desde detrás de Shizuku. La razón por la que no se defendió al instante cuando lo atacaron fue por consideración hacia ella. Bajo la atenta mirada de Shizuku, Hajime, y su copia, Kouki sonrió. Aunque se parecía a la encantadora sonrisa que a menudo devolvía a las chicas en Japón, había algo distorsionado en ella.

“Gracias, Shizuku. Gracias por preocuparte siempre por mí.”

“Kouki…”

La esperanza y la pena luchaban en Shizuku.

“Estoy realmente feliz. Aunque te hayan lavado el cerebro, sigues pensando en mí.”

“¿Kouki?”

“Está bien. Venceré a mi imitación y te salvaré de Nagumo. No tendrás que pasar más tiempo con un tipo que ni siquiera te gusta. Te llevaré de regreso a donde perteneces, Shizuku.”

“……”

Shizuku convirtió sus manos en puños.

Su expresión se hizo plana y ella preguntó en voz baja: “¿Adónde pertenezco? ¿Qué quieres decir con eso?”

“Ya veo, así que te has olvidado de eso. Pobrecita. Nagumo es un verdadero monstruo.”

“Contéstame, Kouki.”

“A mi lado, por supuesto. Así es como siempre ha sido y así es como siempre debería ser.”

Shizuku levantó la vista con desesperación. Oscuras nubes se juntaron en su corazón y ella exhaló un suspiro de dolor.

“Kouki, ¿recuerdas lo que hablamos en el puente la noche que Kaori se fue?”

“Sí, por supuesto que sí. Dijiste algo sobre que no siempre puedo asumir que tengo razón, ¿no? No te preocupes, siempre pensé que Nagumo era un sinvergüenza, pero gracias a tus palabras me quedé con él para asegurarme. Y ahora sé a ciencia cierta que es un sucio traidor.”

“¡No! Kouki, lo que intentaba decir era…”

“No malgastes tu aliento, Shizuku. Te lavaron el cerebro para que no te des cuenta, pero estoy haciendo lo correcto.”

Kouki interrumpió a Shizuku, haciendo caso omiso de sus palabras. Al decirse a sí mismo que a todos les estaban lavando el cerebro, tenía una excusa para luchar por su futuro ideal. Kouki se giró hacia Hajime, sus ojos brillaban con una oscura locura. Su Romper el Límite, que había disminuido a propósito mientras hablaba, regresó con toda su fuerza y la luz blanca estalló a su alrededor.

“¡Kouki, detente!”

Pero el grito desesperado de Shizuku no llegó a su amigo de la infancia. Kouki saltó hacia delante, dejando un rastro de luz a su paso. Ni siquiera le echó un segundo vistazo a Shizuku. Su mirada estaba fijada únicamente en Hajime, su enemigo jurado. Los intentos de persuasión de Shizuku habían fracasado. La sonrisa de la copia se hizo más amplia y Hajime chasqueó su lengua enfadado. La emoción desapareció de sus ojos, reemplazada por una mirada fría y tranquila.

Shizuku palideció mientras observaba el cambio en la expresión de Hajime. Una pelea a muerte entre los dos era el peor resultado posible.

“¡Espera, puedo detenerlo!”

Bajo los efectos de su Romper el Límite, las estadísticas de Kouki superan a las de Shizuku por un gran margen. Era improbable que ella pudiese detenerlo, e intentar hacerlo sola terminaría con ella saliendo herida. Aún así, no soportaba ver a dos personas que le importaban intentar matarse entre sí. Empujó su agotado cuerpo a la acción y se metió entre Hajime y Kouki.

“Yaegashi, a tu derecha.”

“¿Huh? ¿¡Ah!?”

Aunque estaba confundida, el cuerpo de Shizuku se movió por reflejo. Levantó su katana a su derecha y se dio la vuelta. La copia de Kouki se dirigía directamente hacia ella. Un escalofrío corrió por su espina dorsal y se preparó para el impacto, pero antes de que la espada de la copia llegara a ella, un objeto familiar se abrió paso entre ellos. Uno de los Cross Bits de Hajime. Brillaba de color carmesí, lo que indicaba que tenía activa la Piel de Diamante. Estaba allí para amortiguar la fuerza del golpe de la copia, haciendo más fácil para Shizuku bloquearla. Desafortunadamente, la copia se había fortalecido más allá de lo creíble gracias a la debilidad de Kouki.

“¡Ngh!”

Con un dolor terrible, Shizuku quedó impresionada por la copia de Kouki. Rayas de maná negro iban detrás de la copia, llenando el espacio entre Kouki y Hajime. Kouki bajó su espada hacia Hajime con suficiente fuerza como para partir una roca. Pero Hajime la bloqueó con un Donner recubierto de azantium. Mientras sonaba un agudo estruendo metálico, Hajime escuchó a la copia de Kouki decir: “Le haré compañía a Shizuku. Concéntrate en tu odiado enemigo.”

Shizuku entrecerró los ojos y gritó: “¡Aléjate de mí! ¡No tengo tiempo que perder contigo!”

“Ríndete. Ese tipo no puede ver nada más que a Hajime Nagumo. Este juicio es ahora entre él y Hajime. No interfieras.”

“¡No vayas decidiendo eso por tu cuenta!”

Enfadado por haber sido usado como examinador, Hajime miró hacia donde estaba Shizuku y la copia de Kouki se estaban batiendo en duelo.

“¿Seguro que quieres pelear conmigo? Tu preciosa amiga de la infancia está siendo atacada.”

“Esa falsificación es una parte de mí. No la matará. Y maltratarla un poco le enseñará a no volver a ser engañada por escoria como tú.”

“¿No lo llamaste monstruo antes?”

“Es un monstruo con mi personalidad copiada en él, ¿no? En ese caso, incluso si es un monstruo, no matará a Shizuku.”

“Eso no tiene ningún sentido.”

Kouki era verdaderamente el maestro de la interpretación de la realidad de la manera más conveniente posible. Aunque acababa de negar su copia alegando que era un monstruo, también creía que no dañaría a Shizuku porque era su copia. Sin embargo, esa inconsistencia lógica no pareció molestarle ni un poco. De hecho, independientemente de la rima o la razón, Kouki parecía haberse convencido de que realmente era la verdad. Puso aún más fuerza en su espada, tratando de atravesar a Donner. Pero incluso con sus estadísticas mejoradas con Romper el Límite, fue incapaz de hacer que Hajime se moviera. Era como si estuviera frente a una fortaleza de acero. Furioso, gritó: “Prepárate. No dejaré que te salgas con la tuya con Kaori, ni con Yue, ¡ni con nadie más! ¡Liberaré a todas de tu tiranía!”

Kouki movió su muñeca y transformó su corte por encima de la cabeza en uno horizontal. Apuntó al cuello de Hajime sin dudarlo. Pero por supuesto, Hajime bloqueó el golpe con facilidad. Esta vez con el bozal de Donner.

“¿Qué?”

Kouki gritó sorprendido, y Hajime acercó su cara a la del héroe. Miró fríamente a los ojos de Kouki y dijo: “Cuando eres tan estúpido, no tiene sentido alguno señalar tu estupidez. Pero déjame decirte una sola cosa. ¿Quién te crees que eres, diciendo el nombre de Yue sin honoríficos? Bastardo.”

“¿¡Ah!?”

Hajime desató su sed de sangre, dejando que cayera en cascada sobre Kouki en oleadas. La presión emitida por Hajime era tan inmensa que apenas podía ser considerado humano. Ante tan abrumador y monstruoso poder, Kouki se puso completamente tenso.

Hubo un fuerte estruendo cuando Hajime apretó el gatillo y su bala acelerada por railgun golpeó la espada de Kouki como si no fuera más que un juguete de plástico. La muñeca de Kouki no pudo resistir el impacto y se vio obligado a soltarla. Su Espada Santa giró por el aire. Antes incluso de que tuviera tiempo de registrar lo que había pasado, Hajime le golpeó con una poderosa patada frontal.

“¿¡Gaah!?”

Sus huesos emitieron una siniestra grieta y Kouki fue enviado a volar a una velocidad increíble. Hajime lo persiguió y le dio otra patada de costado. Kouki sintió como si hubiera sido atropellado por un camión cuando cambiaba la dirección de vuelo de hacia atrás a hacia el costado. Viajaba tan rápido que ni siquiera cayó al suelo, como si fuera una bala humana. Sin manera de detenerse, todo lo que podía hacer era cubrirse la parte posterior de la cabeza como medida de protección. Esa pequeña medida fue lo que lo salvó de caer inconsciente cuando chocó contra la pared de hielo con suficiente fuerza como para pulverizarla.

Aún así, había recibido una cantidad significativa de daño. Kouki tosió sangre mientras luchaba a cuatro patas. Aunque llevaba la armadura más fuerte de Heiligh y usaba Romper el limite [Limit Break], había estado a punto de ser sacado de la acción por una patada de Hajime. Además, Hajime ni siquiera había activado su Romper el limite. Kouki rechinó los dientes, frustrado por la diferencia de fuerza entre ellos. Pero, por supuesto, Hajime no iba a darle tiempo de arrepentirse.

Antes de que Kouki pudiese ponerse en pie, otro fuerte estruendo resonó por toda la habitación. Dos rayos de luz roja se dirigieron hacia él. Pero Kouki se las arregló para sentir que los ataques venían y rodó a un lado. Desafortunadamente, eso no fue suficiente. Hajime había disparado un tercer tiro en la dirección en la que había predicho que Kouki rodaría y éste le golpeó el hombro mientras intentaba ponerse de pie con dificultad. El dolor lo atravesó, pero Kouki no tuvo tiempo de notarlo.

¡La última bala fue mucho más rápida! De hecho, la tercera bala de Hajime había sido mucho más rápida que las dos primeras. La razón era simple. Hajime había envuelto sus dos primeros tiros en maná para que pareciera que las había acelerado con Campo Relámpago [Lightning Field], pero en realidad, sólo había acelerado el tercer tiro. Y la razón por la que disparó dos tiros normales fue para que… “¡Gaaaaah!” Para que rebotaran en la pared de hielo en lugar de destruirla. Utilizando el terreno desigual, Hajime había hecho rebotar sus balas con precisión para que atravesaran los huecos de la armadura de Kouki y rompieran una de sus rodillas.

“¡Ngh! ¡Ven, Espada Santa!”

Sin embargo, tumbado en el suelo, sangrando por la pierna y el hombro, Kouki, llamó a su Espada Sagrada. Ella respondió a su llamada y voló hacia su mano extendida. Pero por supuesto, voló en línea recta. Lo que significa que antes de que pudiese llegar a la mano de Kouki, Hajime la interceptó y la clavó bajo su bota. Ya sea por lealtad o solo porque estaba diseñada para ello, la espada luchó bajo los pies de Hajime, esforzándose por alcanzar a su dueño. Aun asi, el pie de Hajime no se movió en lo más mínimo.

“Patético. ¿Por qué no usas las funciones adicionales que añadí a tu equipo? Al menos, de esa manera lucharías un poco más.”

No había desdén en la voz de Hajime. Sólo estaba diciendo la verdad con calma. Pero ese tranquilo análisis de la realidad enfureció aún más a Kouki y su odio ardía más que nunca. No había nada que se pareciese al viejo y carismático Kouki que había existido una vez en su expresión. El hombre que condenaba el asesinato más que nadie ahora no se parecía más que a un asesino enloquecido. Hajime se inclinó y presionó a Donner contra la frente de Kouki. Como Kouki, emanaba suficiente sed de sangre como para hacer que la gente normal se desmayara. Era obvio que Kouki había sido sometido a jaque mate. Todo lo que Hajime tenía que hacer era apretar el gatillo. Pero una voz desesperada lo llamó antes de que pudiera apretar el gatillo.

“¡Nagumo-kun, por favor, no lo hagas! Te prometo que puedo hacer que recupere la cordura.”

Mientras luchaba contra la copia de Kouki, Shizuku rogó a Hajime que le perdonara la vida. Eso no le gustó ni un poquito a la copia.