Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 10

Capítulo 3: Qué Hace A Un Héroe

Parte 3

 

 

“Parece que necesitamos sacarte de este escenario, Shizuku.”

“¿¡Agh!?”

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Debido a su desesperación, Shizuku había revelado una apertura. La copia se aprovechó al máximo de eso y la golpeó mientras ella estaba desprotegida con una ráfaga de luz a plena potencia. Shizuku tropezó hacia atrás y la copia siguió con un Destello Celestial – Fragmentar [Celestial Flash – Shatter]. Parecía que la copia no tenía reparos en usar las características adicionales que Hajime había añadido a su equipo. Antes de que Shizuku pudiese siquiera pensar en defenderse, un cross bit de Hajime apareció ante ella. Gracias a la pronta protección de Hajime, Shizuku logró evitar ser dañada gravemente. La copia, por supuesto, se había contenido para evitar matar también a Shizuku, por lo que las ondas de choque del efecto de fragmentación del Destello Celestial solo fueron lo suficientemente fuertes como para provocarle una conmoción cerebral y dejarla inconsciente. También la hicieron volar hacia atrás, pero el Cross Bit de Hajime la atrapó antes de que chocara contra la pared. Luego la colocó suavemente en el suelo, dejándola apoyada contra la pared. Por último creó una barrera espacial, protegiendo a Shizuku de cualquier cosa que la copia pudiera intentar hacerle. Sonriendo, la copia se encogió de hombros y se giró hacia Hajime. Le apuntó con su Espada del Demonio y soltó un aluvión de luz negra. La espiral de energía negra era lo suficientemente grande como para golpear tanto a Kouki como a Hajime. Parecía que la copia planeaba enterrarlos a los dos de una sola vez. Hajime no miró a Shizuku, murmuró “Dios, qué molestia,” y saltó. Naturalmente, dejó a Kouki donde estaba.

“¡Uwaaaaaaaaaaaaaaah!”

Con una rótula aplastada, Kouki no podía ni siquiera estar de pie. Al darse cuenta de que no podría esquivar, gritó y adoptó una postura defensiva. Pero justo antes de golpearlo, la explosión cambió de trayectoria y se dirigió hacia Hajime. Parecía que el rayo era un rayo buscador. Hajime se concentró en la información que provenía de su Ojo de Demonio. Al hacerlo, pudo ver el núcleo del hechizo. Disparó a Donner, derribando el núcleo con gran precisión.

Sin embargo, a la copia no pareció importarle. Parecía que su objetivo acababa de ser apartar a Hajime de Kouki. Despreocupado, se giró hacia Kouki. Kouki empujó débilmente su espada hacia el, pero la copia la apartó fácilmente y se inclinó para susurrarle algo al oído. Parecía un demonio tratando de hacerlo caer en la tentación. Hajime no tenía ni idea de lo que le susurraba a Kouki, pero una vez que acabó Kouki empezó a mirar hacia delante y hacia atrás entre Hajime y la copia, con sus ojos enrojecidos. Luego, como si hubiera renunciado, asintió. Un segundo más tarde, el contorno de la copia comenzó a difuminarse, y a desvanecerse. Motes de luz negra surgieron de el y empezaron a dar vueltas alrededor de Kouki.

“Es hora de que nos convirtamos en héroes. ¡Acabemos con el mal y salvemos a nuestras amadas heroínas!”

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“¡Cállate! ¡No recibo órdenes de ti! Sólo estoy usando tus poderes para derrotar a Nagumo. Una vez que él se haya ido, tú serás el siguiente.”


La copia sonrió. Luego se convirtió por completo en partículas negras y entró en Kouki. Un segundo después, el cuerpo de Kouki comenzó a latir. Latía tan fuerte que el ruido resonó por toda la habitación y rayas negras empezaron a aparecer en la luz blanca que lo rodeaba. Era como si se hubieran derramado gotas de tinta en un charco de leche. Kouki comenzó a ponerse de pie con dificultad. Su hombro y rodilla habían sido completamente curados.

“¿Cuánto tiempo vas a hacerme esperar?”

Sorprendentemente, Hajime había esperado como un buen villano a que Kouki completara su transformación de héroe. Pero ahora se había cansado de quedarse parado y disparó a Donner y Schlag a Kouki. Eso no fue todo, tampoco. Al mismo tiempo que apretaba el gatillo, también le lanzó una granada. Kouki no se molestó en esquivar nada, y rayas de luz roja le atravesaron el hombro y la pierna. La granada también explotó sobre él, bañándolo de fuego.

“Eso ya no funcionará.”

Kouki salió de las llamas, completamente ileso. Su voz temblaba con una alegría apenas reprimida. Maná blanco y negro emanaba de su interior, haciendo desaparecer las llamas. Uno de los ojos de Kouki se había vuelto de color carmesí oscuro, dándole una mirada indiscriminada. El daño que había recibido de las primeras balas de Hajime también se había curado en su mayor parte. Parecía que algunas de las habilidades de héroe de Kouki, como la Resistencia Física, la Sanación Avanzada y la Absorción de Choque se habían fortalecido con su repentino aumento de maná. Su pelo también estaba cubierto de blanco ahora, y una telaraña de venas carmesí oscuras cubría su armadura blanca y pura. Pero lo más importante es que ahora tenía dos espadas. Su Espada Sagrada original, y la de su copia la Espada del Demonio.

“¿Ustedes dos se fusionaron?”

“No me gusta, pero sí. Es la única forma en la que puedo vencerte. Pero luego voy a derribar a este tipo.”

“Idiota. Has perdido ante la tentación.”

“Grita todo lo que quieras. Ya no puedes vencerme. ¡Con este nuevo poder, recuperaré todo lo que me pertenece!”

“¿Cómo diablos no te has dado cuenta todavía? Es porque eres así que terminaste en este lamentable estado para empezar.”

“Basta de charla. ¡Toma! ¡Sobrecarga!”

El maná de Kouki se infló a proporciones masivas. Había usado la única habilidad derivada de Romper el Límite, Sobrecarga, que multiplicaba sus estadísticas por cinco. Eso, combinado con el hecho de que se había fusionado con su copia, significaba que sus estadísticas habían superado los 10.000 puntos. Ahora el era tan monstruoso como Hajime. Kouki levantó sus espadas gemelas y luego desapareció.

“¡Haaaaah!”

Un segundo después reapareció detrás de Hajime y bajó diagonalmente sus espadas gemelas con un grito de guerra. Era tan rápido que Hajime ni siquiera pudo darse la vuelta. ¡Lo tengo! Una enfermiza sensación de satisfacción surgió en Kouki, pero un segundo después oyó tres murmullos familiares. Sus espadas volaron de sus manos y algo duro lo golpeó en el estómago. El aire fue expulsado de sus pulmones y fue enviado a volar hacia atrás. Respirando con dificultad, de alguna manera se las arregló para enderezar su postura en el aire y aterrizar con seguridad.


Creí que no tenía tiempo para reaccionar. Acunando su estómago, Kouki levantó la vista, confundido. La respuesta a su pregunta estaba justo frente a él. El cañón de Donner lo apuntaba directamente, aunque Hajime seguía mirando hacia delante. Parecía que había invertido la empuñadura de su arma sin siquiera mirar y disparó con precisión a Kouki. En verdad, Hajime había tenido tiempo más que suficiente para reaccionar. No había necesitado darse la vuelta para detener a Kouki.

“¡No me jodas!”

Enfurecido de rabia y humillación, Kouki atacó de nuevo a Hajime y bajó sus espadas.

“Destello Celestial – Tormenta.”

Finalmente, empezó a usar las habilidades con las que Hajime había dotado su espada. A Kouki ya no le quedaba orgullo. Había sido reducido a una bestia que actuaba puramente por rabia. Innumerables espadas de viento atacaron a Hajime por todos lados. Todos eran invisibles, apegados a las ondas de luz que había liberado. Con sus estadísticas mejoradas, el Destello Celestial de Kouki era lo suficientemente poderoso como para aniquilar a un ejército.

Pero Hajime se balanceó como una hoja en la brisa, esquivando la mayor parte del bombardeo. Los pocos ataques que no pudo esquivar, los derribó o los desvió con Donner y Schlag. Incluso si algo era invisible, mientras era mágico, el Ojo de Demonio de Hajime podía verlo. Además, gracias a que Riftwalk mejoró sus sentidos, podía ver fácilmente una forma de esquivar la tormenta de ataques. Si a eso le sumamos su gran experiencia, entrenamiento y enfoque racional en el combate, esquivar las invisibles espadas del viento era un juego de niños. Y como no estaba concentrando toda su atención en esquivar, eso significaba que podía contraatacar. Mientras esquivaba, Hajime alineó naturalmente la mira de sus armas hacia Kouki. Disparó y sus balas se entretejieron entre cientos de espadas de viento para estrellarse contra el suelo a los pies de Kouki. Por supuesto, esto no fue un error. Apuntó hacia allí a propósito.

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“¿¡Whoa!?”

Ondas de choque carmesí ondulaban por el suelo. El suelo explotó por debajo de Kouki, haciéndolo volar. Consiguió clavar su espada en el suelo para recuperar el equilibrio, pero eso lo dejó sin aliento. Antes de que se diera cuenta, Hajime estaba frente a él. Una vez más se comió una de las patadas delanteras de Hajime, y fue enviado precipitadamente hacia un rincón de la sala como si fuera un pinball.

“¿¡Mald…!?”

Kouki ni siquiera tuvo la oportunidad de terminar de maldecir. Hajime ya lo estaba apuntando con Donner y Schlag mientras volaba hacia atrás. Rápidamente activó Aerodinámica para salir del camino, pero Hajime ajustó su puntería y apuntó al lugar en el que Kouki acabaría. Con la expresión rígida, Kouki observó en cámara lenta como Hajime se movía para apretar el gatillo, pero luego dudó momentáneamente.

Hajime estaba debatiendo si disparar a la cabeza, o ajustar ligeramente su puntería. Sus instintos le decían que pusiera fin a las cosas aquí y que golpeara a Kouki con un disparo letal. Pero al mismo tiempo, recordó cómo Shizuku le había estado suplicando que le perdonase la vida a Kouki. Y lo desesperada que estaba por salvar a su amigo de la infancia. También pensó en lo devastada que estaría Kaori si Shizuku se deprimía por la muerte de Kouki.

Cielos… Hajime sonrió con tristeza y apretó el gatillo. Disparó tres veces en rápida sucesión con ambos revólveres. Incapaz de cambiar su trayectoria, Kouki fue bañado en balas. Se sacudió como un muñeco de trapo mientras una luz roja lo atravesaba. Hajime incluso había tenido en cuenta cómo cada bala podía hacer que el cuerpo de Kouki se retorciera, asegurándose de que cada uno de sus disparos no diese en el blanco.

Un segundo después, la sangre roció de las numerosas heridas de Kouki y cayó al suelo con un golpe húmedo. Desde lejos, Kouki parecía un cadáver. Pero era obvio que no lo era cuando empezó a moverse. Usando sus espadas gemelas como muletas, se puso en pie tambaleándose. Sus hombros, brazos y piernas sangraban profusamente, pero en segundos esas heridas se cerraron.

“¿Por qué te detienes? ¿¡Me estás mirando por encima del hombro!?”

Cada uno de los disparos de Hajime había sido calculado para inmovilizar a Kouki, no para matarlo. Humillado, la cara de Kouki se retorcía de rabia. Aunque tenía muchas ganas de matar a Hajime, a Hajime ni siquiera le interesaba una pelea a muerte con él. Casualmente tocándose el hombro con Donner, Hajime respondió: “Si te mato, Yaegashi y Kaori se deprimirán. Sería mucho más doloroso matarte que dejarte con vida. Dejaré que tus amigas de la infancia se ocupen de ti.”

“¡Púdrete! ¡Te mostraré lo que obtienes por subestimarme!”

Furioso, Kouki atacó de nuevo. Odiaba como Hajime estaba más preocupado por Shizuku y los demás que por el oponente que tenía ante él. Desató una ráfaga de ataques, intentando forzar a Hajime a que le prestase atención. Desafortunadamente, ninguno de ellos se aproximó. No importaba lo poderosos que fueran los golpes de Kouki, no importaba lo rápido que se moviese, Hajime tranquilamente los bloqueaba todos. La rabia ardía tan ferozmente en su corazón que la temperatura de su cuerpo comenzó a subir. Sus emociones comenzaron a desbordarse tanto que su espada se volvió descuidada también.

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“¡Los tipos como tú siempre hablan como si lo supieran todo! ¡Pero yo soy el que realmente entiende a Kaori y a Shizuku! ¡Soy el que más se preocupa por ellas! Yo soy el único con el que deberían estar unidas. ¡Tú no! ¡No un estúpido de mierda como tú!”

“Suenas como un mocoso malcriado.”

Hajime se metió entre las tajadas de Kouki y disparó a Donner a quemarropa. Aunque aún así evitaba los signos vitales de Kouki, esta vez le pegó en el torso. Sin embargo, ni siquiera eso fue suficiente para detenerlo como estaba ahora mismo. No importaba lo mucho que Hajime dañase a Kouki, sus estadísticas sobrecargadas le permitían curarse instantáneamente. Kouki era realmente como un mocoso malcriado que sólo estaba haciendo una rabieta porque las cosas no le estaban saliendo como él quería.

Aunque hacía tiempo que había superado sus límites físicos, las emociones negativas de Kouki le permitían exprimir aún más potencia de su Sobrecarga. Ahora que se había fusionado con su copia, cada vez que su copia crecía en poder, él también lo hacía. Kouki había llegado a un punto en el que pronto eclipsaría a Hajime, a menos que el propio Hajime usara Romper el Límite. Estaba blandiendo sus espadas con la misma velocidad y poder que Noint. Pero ni siquiera eso era suficiente y su fuerza siguió creciendo.

“¡Uoooooooooooooooooooooooooooh!”

“……”

Kouki soltó un aullido bestial. Por otro lado, Hajime permaneció en silencio. Aunque Kouki ostensiblemente tenía el mismo nivel de poder que Noint, Hajime no se sentía ni un poco amenazado por él. No desató un grito de guerra como el que hizo contra Noint, ni siquiera se molestó en activar Romper el Límite. Y a pesar de todo el poder que Kouki tenía a su disposición, aún no podía golpear a Hajime. No importaba lo rápido o fuerte que fueran sus golpes, no podían arañar a su oponente.

La razón era simple. Su estado mental estaba hecho añicos. Estaba furioso, consumido por el deseo de golpear a su enemigo hasta dejarlo echo una pulpa ensangrentada. Le costaría mucho ganarle a cualquiera un combate en el estado en el que estaba ahora, y mucho más a Hajime.

Mientras Kouki estaba cazando ballenas, otra sección de la muralla se desmoronó, revelando otro pasaje. Hajime ignoró los furiosos cortes de Kouki y se giro para ver a Yue y a las demás entrar en la habitación con expresiones sombrías. Era obvio por sus expresiones de aturdimiento que no podían entender cómo habían terminado las cosas de esta manera. Normalmente Kouki se habría dado cuenta de su entrada, pero estaba tan absorto en luchar contra Hajime que no lo hizo.

“¡Todo es por tu culpa! Si no estuvieras aquí, todo sería perfecto. ¡Kaori y Shizuku serían mías! ¡Hubiera salvado al mundo! ¡Pero lo arruinaste todo!”

“……”

“Aunque seas un asesino, aunque abandones a la gente sin pensarlo dos veces, ¿cómo es que le gustas a todo el mundo? ¡No tiene sentido!”

“¿Por eso crees que les lavé el cerebro a todas?”

“¿¡De qué otra manera lo explicas!? ¡Kaori, Shizuku, Yue, Shea, Tio, les has lavado el cerebro a todas! Apuesto a que estás tratando de lavarle el cerebro a Ryutarou y a Suzu también, ¿eh? ¡Bueno, no te lo permitiré! ¡Yo soy el héroe! ¡Salvaré a todos de ti y reclamaré el lugar que me corresponde! Ya nadie te necesita.”

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Los gritos de Kouki resonaron por toda la habitación. Naturalmente, los ojos de Yue, Shea, y Tio se entrecerraron peligrosamente cuando escucharon eso. Kaori se cubrió la boca con asombro, mientras que Ryutarou y Suzu se quedaron sin palabras. Hajime suspiró y le habló a Yue y a los demás por telepatía.

“Yue, parece que superaron sus pruebas muy bien.”

“Mmm… Eran pan comido. De todos modos, ¿qué le pasa a ese imbécil?”

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“Realmente te está insultando.”

Había un poco de ira en las voces telepáticas de Yue y Shea. Naturalmente, no les gustó que Kouki insultara a Hajime y a sus amigas. Especialmente desde que Kouki decía sus nombres sin honoríficos. Hajime sonrió a las dos y les dijo: “La versión corta es que se perdió con su imitación y se engañó a sí mismo pensando que tenía razón. Ahora está descargando su ira en mí. Se fortaleció aceptando la oferta de su imitación y fusionándose con ella. Si pudiera controlarse, aún así podría despejar el juicio, pero… no parece que eso esté ocurriendo. Yaegashi trató de persuadirlo y así fue como ella terminó.”

Hajime dio un rodillazo a Kouki en el estómago y miró hacia donde estaba descansando Shizuku. Yue y las demás siguieron su mirada.

“¡Shizuku-chan!”

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“Ella no recibió ningún golpe directo, así que debería estar bien, pero ¿puedes vigilarla por mí, Kaori?”

“¡Por supuesto! ¡Déjamelo a mí!”

Ver a su mejor amiga acostada inconsciente hizo que Kaori volviese a la normalidad y ella corrió hacia Shizuku. Fue entonces cuando Kouki finalmente se dio cuenta de que Yue y los demás habían entrado en la habitación. Sus ojos se abrieron de par en par, sorprendido, y puso algo de distancia entre él y Hajime. Se giró hacia los recién llegados y les dio una sonrisa loca.

“Oh, están aquí chicos. Sólo esperen un poco más. Le daré una paliza a este tipo y los liberaré a todos.”

Su declaración fue tan escandalosa que Yue, Shea y Tio pasaron de estar enfadadas a mirarlo con compasión.

Ryutarou y Suzu, por otro lado, salieron de su ensueño y gritaron: “¿Qué estás diciendo, Kouki? ¿¡Qué te ha pasado!? ¡Despierta!”

“¡Contrólate, Kouki-kun! Nagumo-kun no es tu enemigo, ¡eres tú mismo!”

En vez de estar contento de que sus amigos se preocupasen por él, la sonrisa de Kouki se contorsionó en un gruñido de enojo. Como era de esperar, se giró hacia Hajime.

“Nagumo. No me digas que ya les lavaste el cerebro a Ryutarou y a Suzu. ¿Qué tan bajo vas a caer? ¿¡Cuánto tienes que quitarme para estar satisfecho!? Oh, ahora lo entiendo. La traición de Eri también fue obra tuya, ¿verdad? Siempre pensé que era extraño lo repentinamente que había cambiado. Pero si le lavaste el cerebro, todo tendría sentido.”

“No, no es así, idiota.”

“Ahórrate tus patéticas excusas. Te haré pagar por tus pecados.”

“El mayor pecado aquí es que te falta cerebro.”

Rugiendo, Kouki levantó sus espadas gemelas. Un espiral de maná blanco y negro surgió de ellas. Las ondas de choque del maná destruyeron el suelo cerca de Kouki y el techo justo encima de él. Kouki estaba reuniendo su maná para liberar la mayor Ira Divina de su vida.

“Sabes que no voy a esperar a que termines cada vez, ¿verdad?”

Exasperado, Hajime sacó sus bolas espacialmente encantadas de su Tesoro escondido y las arrojó a Kouki. Porque estaba en medio de su encantamiento, Kouki no pudo esquivar a tiempo. Las bolas lo envolvieron, atrapándolo en su lugar. Con las espadas en alto, Kouki gritó: “¡Mierda! ¡Cobarde!”

Parecía que los villanos que no esperaban a que la revolución del héroe terminara eran unos cobardes. Maldiciendo, Kouki sacó aún más maná, intentando sacudirse las bolas por la fuerza. Pero incluso Noint había tardado unos segundos en escapar de ellas, por lo que naturalmente, Hajime tenía más que suficiente tiempo para atacar. Decidiendo que ya era hora de que terminara con esto, Hajime sacó una de sus armas grandes. Literalmente. Sacó una nueva arma de su Tesoro escondido. Estaba pintada de negro con detalles rojos y se parecía a Schlagen en apariencia. Sin embargo, su cañón era mucho más grande. Una pelota de baloncesto podría caber fácilmente dentro de él. El maná carmesí empezó a juntarse cerca del cañón de esta nueva arma. Una vez que la cantidad de maná alcanzó la masa crítica, comenzó a emitir chispas. Era como si Hajime hubiera metido una estrella en miniatura en su interior. La cantidad de fuerza condensada en ese disparo era tan grande que incluso Yue y las demás temblaron.

“Aunque seas demasiado estúpido para escucharte a ti mismo, al menos deberías haber escuchado a Yaegashi.”

La forma en que hablaba Hajime, era como si fuese a matar a Kouki aquí y ahora.

“¡Espera, Nagumo-kun!”

“¡Nagumo, por favor, no!”

“¡Nagumo-kun!”

Shizuku, que había recuperado la conciencia gracias a Kaori, Ryutarou y Suzu le gritaron. Pero desafortunadamente, aún así apretó el gatillo. El aire tembló y la luz carmesí llenó la habitación. Esta nueva arma de Hajime tenía tanta potencia de fuego como el cañón principal de una nave espacial de ciencia ficción. Incluso cuando el muro de luz destructivo cayó sobre Kouki, el odio no abandonó su expresión.

“Si tan sólo no estuvieras aquí, yo…”

La luz se lo tragó antes de que pudiera terminar ese pensamiento. Shizuku, Kaori, Ryutarou y Suzu observaron horrorizados. La explosión del arma de Hajime fue tan silenciosa que podrías haber oído caer un alfiler en la habitación. Y así como no hubo sonido, tampoco hubo destrucción. La luz tiñó de carmesí las claras paredes de hielo sin dañarlas, creando una sala de brillantes granates. La vista era tan bella que era difícil de creer que había erradicado a Kouki de la existencia. Probablemente porque no lo había hecho.

“Agh…”

Kouki se lamentó suavemente, una gran diferencia de los insultos infantiles que había estado soltando hacía unos segundos. Shizuku y los demás levantaron la vista, confundidos. La luz se disipó, revelando un Kouki perfectamente ileso. Cayó exhausto y si las bolas de Hajime no lo hubieran mantenido fijo en su sitio, probablemente habría caído al suelo. Ya no había maná alrededor de él.

“¿Qué acaba de pasar?” Murmuró Ryutarou, expresando los pensamientos de todos. La respuesta fue simple. La nueva arma de Hajime, el cañón mágico Grentzen, era un artefacto que disparaba maná puro, sin ningún componente físico. De regreso en las Ruinas Hundidas de Melusina, se había encontrado con ilusiones del pasado que sólo podían ser dañadas por la magia, por lo que había creado esta arma en caso de que una situación similar surgiera de nuevo. No había tenido ninguna necesidad de usarlo hasta ahora. Las balas mágicas de Grentzen estaban hechas de una combinación de magia espiritual y evolutiva, y despojaban por la fuerza el maná de cualquier cosa con la que estuviese en contacto. Lo que significaba que Hajime acababa de sacarle a Kouki la imitación, así como todo su maná.

Aunque Suzu no entendía la mecánica de lo que acababa de ocurrir, suspiró aliviada al darse cuenta de que Hajime había dejado a Kouki sin poder sin hacerle daño. Ryutarou asintió agradecido hacia Hajime mientras Kaori sonreía felizmente y lágrimas de alegría brotaban en los ojos de Shizuku. Con voz ronca, Kouki murmuró, “Mi poder se ha ido… ¡No! ¡Todavía no he recuperado nada! No puedo detenerme aquí.”

Kouki soltó sus espadas y cayeron al suelo con un ruido sordo. Era obvio por el temblor de sus manos que ni siquiera le quedaba la fuerza para sostenerlas. Después de unos segundos, la Espada del Demonio que Kouki había heredado de su copia se desvaneció, demostrando que la copia misma había sido destruida. Los ojos y el cabello de Kouki también volvieron a su color normal.

Viendo que la copia había desaparecido, Hajime liberó a Kouki de sus bolas. El héroe cayó al suelo y murmuró delirantemente: “Necesito que todo vuelva a la normalidad”. Tanteó ciegamente con sus manos, buscando su Espada Santa. Sus ojos estaban desenfocados y estaba claro que apenas se aferraba a la conciencia. Sin embargo, el odio que ardía dentro de ellos no había disminuido en lo más mínimo. Humillado y lleno de celos, Kouki se había obsesionado con la época de su vida en la que todo había ido como él quería. Hajime devolvió a Grentzen a su Tesoro escondido y se dirigió hacia Kouki. Viendo las botas de Hajime delante de él, Kouki dejó de moverse. Levantó la vista y dijo con expresión espantosa: “Por favor, Nagumo. Devuélvemelo todo. Te lo ruego, por favor, muérete.”

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No se dio cuenta de que todos sus amigos de la infancia lo miraban fijamente. Sus expresiones eran difíciles de leer, pero no parecían tristes o enojados.

“Lo has entendido todo mal, viejo. Esto no es lo que estás destinado a ser. ¿Cómo terminaste así, Kouki?”

Ryutarou apretó sus manos en forma de puños, tan fuerte que sus uñas se mancharon de sangre. Había expresado lo que todos sus amigos estaban pensando. Hajime agarró en silencio a Kouki por el cuello y lo levantó. Kouki luchó débilmente, pero por supuesto, no pudo liberarse. Hajime se giró hacia Kaori y Shizuku. Shizuku cerró sus ojos en silencio, indicando que confiaría en cualquier decisión que tomase. Sus cejas se inclinaban en forma de disculpa, lo que era muy parecido a ella. Se había dado cuenta de que le había causado muchos problemas a Hajime pidiéndole que perdonase a Kouki. Kaori, por otro lado, miraba directamente a Hajime, su fe en él era absoluta. Suspirando, Hajime sonrió con pesar. “Bien, bien,” murmuró en voz baja. Se giró hacia Kouki y preparó su mano derecha en forma de puño, la que no era protésica.

“Rehaz tu vida de nuevo, maldito imbécil.”

Golpeó a Kouki en la cara, sin usar ningún tipo de fortalecimiento del cuerpo o magia para fortalecerse. Pero para Kouki, ese puñetazo era incluso más pesado que todas las balas que Hajime le había disparado. Voló hacia atrás, perdiendo el conocimiento unos segundos antes de golpear el suelo. Hajime miró de reojo a Kouki, luego se rascó la cabeza y suspiró. Supongo que me lo merecía por pensar que usaría a estos tipos como escudos contra el ejército de Noint.

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