Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 10

Capítulo 1: La Princesa Vampiro Super Poderosa Y La Gran Batalla De La Conejita Divina

Parte 7

“¡Yue-san!”

“Ah, ¿Khea?”

Yue sintió una fuerte mano en su hombro y salió de su ensueño. Levantó la vista y vio a Shea mirándola con expresión de preocupación en la cara. Los ojos celestes de Shea se encontraron con los de Yue, y ella pudo ver cuán seriamente Shea estaba preocupada por ella. Parecía que había estado tan sumergida en sus recuerdos que se había vuelto loca. Detrás de Shea, el camino por el que caminaban había llegado a un callejón sin salida. Yue ni siquiera lo había notado. Dándose cuenta de que no había podido ocultar lo agitada que estaba, Yue miró hacia abajo con culpa.

“Por favor, Yue-san. Dime qué pasó.”

La voz de Shea era tranquila pero aguda. Quitó sus manos de los hombros de Yue y tomó las suyas. Las manos de Shea eran cálidas y tranquilizadoras, recordándole a Yue que no estaba sola.

“……”

Pero aún así, Yue no se atrevió a hablar. No sabía cómo decir lo que quería decir, o si debía decirlo en absoluto. Sus preocupaciones por el futuro eran vagas y poco claras. No sabía cómo explicarlas y cuando se dio cuenta de lo vagas que eran, de repente se sintió avergonzada de ponerles palabras. Yue se enorgullecía de ser la figura de una hermana mayor de Shea.

Desafortunadamente para Yue, todas sus dudas fortalecieron el deseo de Shea de saber qué le estaba molestando a su mejor amiga. Shea ya no sentía que podía esperar tranquila hasta que Yue estuviese lista para hablar. Su aguda mirada dejó claro que iba a sacar la verdad de Yue de una forma u otra. Dándose cuenta de que ya no podía engañar a Shea, Yue suspiró. Pero aunque se resignó a explicarse, aún no sabía cómo articular sus preocupaciones.

“Lo siento, Shea… No he resuelto mis sentimientos yo misma.”

“¿Así que no puedes hablar de lo que te molesta?”

“Mmm… Mi imitación me dijo un montón de cosas sobre mi pasado… Por supuesto, eso no cambió mis sentimientos acerca de ti o de Hajime para poder aclarar el juicio, pero… me di cuenta de que podría estar recordando algunas cosas mal. Quiero aclarar todo antes de explicarlo, así que, ¿puedes esperar un poco?”

“Ya veo…”

Shea aún no estaba satisfecha. Y no mostró signos de soltar las manos de Yue. Viendo lo testaruda que estaba siendo Shea, Yue sonrió. Su sonrisa estaba llena de amor y confianza para su mejor amiga. Has crecido fuerte, Shea.

Cuando se conocieron, Shea había sido una llorona y una gata asustadiza. Una conejita inútil que se había aferrado a Yue y Hajime para vivir. Pero ella había trabajado duro. Más duro que nadie. No importaba cuánto había llorado, no importaba cuán patética se veía cubierta de barro y sangre, ni una sola vez se había dado por vencida. Antes de que Yue se diera cuenta, Shea se había vuelto tan fuerte que ella era la que la protegía. La naturaleza alegre y directa de Shea había salvado a Yue más veces de las que podía contar.

Supongo que no es justo que siga pensando en ti como una hermanita, ¿eh? Yue extrajo sus manos de las de Shea y luego las tomó por fuera. Ella le impartió su calor a Shea, de la misma manera que lo había hecho momentos antes.

“¿Yue-san?”

Shea la miró confundida. Yue la miró y se rió. El miedo borroso que se había asentado en el corazón de Yue había desaparecido. En su lugar, quemó una poderosa resolución. La expresión de Yue se hizo firme y ella dijo: “Shea…”

“Sí, ¿qué pasa, Yue-san?”

La expresión de Shea se hizo aún más preocupante, pero Yue no se inmutó ante su mirada. Sus ojos rojos rubí estaban llenos de confianza en su mejor amiga.

“Si… algo me pasa, cuida de Hajime por mí.”

“……”

Shea se quedó sin habla. Sus ojos se abrieron de par en par, y miró a Yue estupefacta. Su reacción fue natural. Esto era lo último que esperaba que Yue dijera. Aún así, Yue confiaba en que Shea sonreiría tranquilizadora y diría: “¡Por supuesto, puedes contar conmigo!” Sin embargo-

“¿Estás bromeando?”

“¿Eh?”

Para sorpresa de Yue, la voz de Shea era muy fría. Su expresión se hizo plana, sin emoción. Pero parecía como si se estuviera forzando a dejar de lado sus emociones y parecer estoica. Yue estaba tan sorprendida por la reacción de Shea que por un momento se olvidó de respirar. Pero un momento después renovó su determinación. Yue no estaba bromeando sobre esto. No había nadie más en quien ella confiara lo suficiente para contarlo. Y necesitaba que Shea aceptara su petición.

“Yo no soy… Digo esto porque soy una persona decidida.”

“¿Estás decidida?”

Shea apretó los dientes y entrecerró los ojos. A pesar de la fulminante mirada de Shea, Yue no rehuyó. Incapaz de mantener sus emociones bajo control, la fachada de emoción de Shea se desmoronó. ¡Smack! Un fuerte ruido resonó por el túnel.

“¿¡Ah!?”

Antes de que Yue tuviese tiempo de reaccionar, Shea la abofeteó. O mejor dicho, Yue estaba tan sorprendida que no podía reaccionar. Nunca en sus sueños más salvajes Yue había considerado que Shea respondería a una petición tan sincera como esta de esa forma. Aunque Shea no había usado el fortalecimiento del cuerpo para aumentar la fuerza de su bofetada, tampoco se había contenido. Parpadeando de incredulidad, Yue levantó una mano hacia su mejilla.

“¿Shea?”

“Por favor, retráctate.”

“……”

“¡Retira esa mierda de que quieres que me ocupe de Hajime-san si te pasa algo ahora mismo!”

La cara de Shea temblaba de rabia. Estaba a segundos de perder la cabeza por completo. Los ojos de Yue se entrecerraron, su incredulidad fue reemplazada por ira.

“¿Estás diciendo que mi resolución, mi fe en ti es una mierda?”

“Eso es exactamente lo que estoy diciendo.”

Los ojos azul cielo de Shea miraban profundamente a los ojos carmesí de Yue. Ambas sabían que ninguna de las dos se movería ni un centímetro. ¿Por qué? Yue pensó para sí misma. ¿Por qué está tan enfadada? ¿Por qué no acepta mi confianza en ella? La tristeza se mezclaba con la ira que florecía en su corazón.

Al mismo tiempo, Shea también pensó, ¿Por qué? ¿Por qué dices algo tan triste? Shea y Yue se miraron en silencio durante unos minutos. Si alguien más del grupo hubiera estado presente, se habrían quedado boquiabiertos. Shea y Yue eran tan cercanas que nadie esperaba que se enfadaran seriamente entre si.

La primera en hacer un movimiento fue Shea. Saltó hacia atrás y levantó a Drucken, apoyándolo sobre su hombro.

“Parece que las palabras no te convencerán. No sé qué te dijo esa farsante, pero es bastante triste ver que la vampira más fuerte del mundo ha sido reducida a este estado patético. Supongo que tengo que sacarte esa cobardía a golpes.”

Una espiral de maná azul claro surgió hacia el cielo desde Shea. Yue, que no estaba preparada para una pelea real, parecía sorprendida.

“Shea… Espera…”

Sus palabras fueron interrumpidas por un golpe de Shea con toda su fuerza. Yue retrocedió apresuradamente, apenas evitando a Drucken. El suelo en el que había estado de pie explotó. Fragmentos de hielo se dispararon por todas partes mientras se formaba un cráter masivo en el suelo. Aunque el suelo comenzó a regenerarse instantáneamente, la fuerza del golpe demostró que Shea estaba actuando en serio.

“Shea… Estás llevando esta broma demasiado lejos.”

“¿Broma? ¿Sigues medio dormida o algo así? Ya que parece que no lo entiendes, te lo deletrearé. Lo digo en serio. Yue-san, a menos que te retractes de lo que acabas de decir… Te voy a dar una paliza en serio.”

“Shea… ¿Por qué?”

“¿En serio no lo entiendes? ¡Increíble! ¡La habitual Yue-san, la Yue-san que conozco nunca actuaría tan débil! ¡Despierta, maldita sea!”

Shea una vez más golpeó a Drucken con todas sus fuerzas. Se aceleró más allá de la barrera del sonido, empujando una película de blanco frente a ella. Yue usó la magia de gravedad para caer hacia atrás, apenas evitando el martillo. El columpio horizontal de Shea falló, y Drucken se estrelló contra la pared, destruyéndola.

Sin tener en cuenta el daño que estaba causando, Shea disparó una serie de golpes. Cada uno poseía tanta fuerza destructiva como un meteoro que caía. Para empeorar las cosas, el pasillo era bastante estrecho. No había a donde huir y el combate cuerpo a cuerpo nunca había sido la especialidad de Yue. Era sólo cuestión de tiempo antes de que quedara atrapada. Pero Yue estaba más molesta de lo que temía que la arrinconasen.

“Ya basta… ¿Te das cuenta de la valentía que se necesita para reunir esta resolución?”

Yue entró en la tormenta de balanceos y lanzó la Caída Celestial. La gravedad condujo a Drucken hacia el suelo, alterando la trayectoria del movimiento de Shea. Yue saltó del martillo, que estaba pegado al suelo, dio la vuelta en el aire y luego lanzó el ataúd de cristal directamente sobre Shea. Cuando aterrizó detrás de la conejita, los muslos de Shea estaban cubiertos de hielo. Le recordó a Shea la vez que entrenó con Yue para ganarse el derecho a unirse al grupo de Hajime. En ese entonces, el mismo ataúd de cristal había sido lo suficientemente poderoso como para atraparla en el hielo instantáneamente, dejándola en un lío sollozante.

“¿A esto le llamas resolución? ¡Raaaaaaaaaaaaaaah!”

Pero ahora, ese hechizo no era suficiente para frenarla. Todo lo que se necesitó fue un solo ataque. Shea golpeó el suelo, destrozando el piso cercano junto con el ataúd de cristal. Su puño era más una bala de cañón que un puñetaso. Yue tropezó por las ondas de choque enviadas por el golpe de Shea, con una mirada de incredulidad en su cara. Estaba segura de que había puesto suficiente maná en el hechizo, pero Shea lo había roto fácilmente. Con un gruñido muy poco femenino, Shea levantó a Drucken con fuerza bruta, luchando contra la enorme cantidad de gravedad que presionaba sobre ella. Luego apretó un gatillo en el mango, transformándolo en modo de bombardeo. Sin dudarlo, disparó una descarga de proyectiles de escopeta a Yue. El pasillo era demasiado estrecho, sin dejar espacio para esquivar. Yue no tuvo más remedio que poner una barrera. Una lluvia de balas explosivas se estrelló contra la barrera, propagando ondas de choque a través de su superficie. Por un momento, el pasillo se llenó de ondas de maná azul.

“¡Shea! Basta ya con eso…”

“Esa es mi línea, Yue-san. ¿Finalmente tienes ganas de retractarte de tus palabras?”

“¿Por qué…?”

“¿Por qué? ¿Realmente no lo sabes?”

“……”

El interminable bombardeo de balas explosivas comenzó a agrietar la barrera de Yue. Las reparaba al instante, pero la abrumadora presión de la descarga la mantuvo en su sitio. Aunque no lo hubiese hecho, la pregunta de Shea había dejado a Yue arraigada en el lugar. Yue miró a su mejor amiga a través de su barrera y el mar de balas. ¿Por qué su confianza en Shea la enloqueció tanto? Incapaz de comprender las acciones de Shea, Yue frunció el ceño frustrada.

Pero cuando vio mejor la expresión de Shea, Yue suspiró. Shea parecía devastada. Yue también estaba triste, por supuesto, pero Shea se veía mucho peor. Lágrimas brotaban de sus ojos y aunque gritaba, era obvio que Shea estaba más triste que enojada. Las palabras de Yue habían llegado muy lejos.

Shea volvió a apretar el gatillo, un fuerte chasquido rosonó por el pasillo. Pero no se dispararon balas. Shea se había quedado sin municiones. En el silencio que siguió, Shea dijo con tristeza:

“Si estás intentando confiármelo, ¿no significa eso que no crees que estarás aquí en el futuro, Yue-san?”

“Shea…”

“¿Realmente crees que aceptaría un futuro como ese? ¿Realmente crees que diría: ‘Claro, déjamelo a mí’? ¿¡Que aceptaría esa mierda de petición tuya!?”

Finalmente, Yue entendió la fuente de la ira de Shea. Yue había pensado que su petición había sido una forma de transmitir su confianza en Shea. Aunque era verdad que Yue confió su vida a Shea, la forma en que había expresado su petición había sido totalmente errónea. Shea amaba a Yue. Así que era natural que una petición basada en la muerte de Yue no era algo que Shea quería escuchar. Incluso si Yue hubiera hecho esa petición por fe.

Shea nunca aceptaría un futuro en el que Yue muriera. Al darse cuenta de lo mucho que había lastimado a Shea, Yue frunció el ceño. Pero aún así, Yue no podía permitirse el lujo de arriesgarse. ¿Qué era ella, en realidad? ¿Por qué su tío la había encerrado? Mientras no entendiera esas dos cosas.

“Tengo que prepararme para lo peor…”

Yue nunca se retractaría de sus palabras. Fue en ese momento cuando Shea enloqueció por completo.

“¡Como si me importara una mierda!”

“¿¡Ah!?”

Gritando de frustración, Shea se lanzó a Yue como una bala de cañón humana. El repentino asalto hizo que Yue titubeara por un momento. Esa vacilación momentánea era todo lo que necesitaba una conejita sobre cargada. Shea hizo que Drucken retrocediera, luego aumentó su peso con magia de gravedad y se fortaleció al máximo. Derramando toda su tristeza y frustración en un solo golpe, que se balanceó hacia abajo.

“¿¡Bwagh!?”

La barrera de Yue se rompió como un cristal y toda la fuerza del martillo de Shea impactó contra su pecho. El aire fue expulsado de sus pulmones cuando fue lanzada hacia atrás a una velocidad increíble. Pero Shea no se detuvo ahí. Giró con la fuerza de su propio golpe y continuó atacando a Yue.

“¡No entiendes nada, Yue-san!”

Ella volteó como una lanzadora y le tiró Drucken a Yue.

“¡Ngh! ¡Tierra santificada!”

La barrera se formó alrededor de Yue justo a tiempo para bloquear a Drucken. Sin embargo, la velocidad a la que Shea lo había lanzado había multiplicado su poder destructivo. Hubo una explosión cuando Drucken atravesó la barrera sin bajar su velocidad. Cuando Yue se acercó al callejón sin salida hacia el que habían estado caminando, la pared empezó a disolverse. Pero se estaba disolviendo demasiado lento para que Yue o la bola rápida de Shea pudieran pasar a través de él. El impacto de Drucken envió una onda expansiva que destruyó el hielo cercano y envió a Yue a través de la recién formada abertura. Finalmente, Drucken cayó al suelo. Al mismo tiempo, Yue cayó al suelo y se deslizó sobre él. Una vez que se detuvo, se puso de rodillas y miró preocupada la pared derrumbada. Justo en ese momento.

“¿¡Qué!?”

“¿Qué acaba de pasar?”

Dos voces confusas gritaron. Específicamente, Kaori y su copia. Las dos estaban empuñando espadas. Pero ambas estaban tan sorprendidas por la repentina intrusión que olvidaron su batalla. Sin preocuparse de su sorpresa, Shea atravesó la abertura que se estaba desmoronando y entró en la habitación. Sus orejas y cola estaban rígidas. Se puso de pie sobre el mango de Drucken y el martillo regresó a ella. Aterrizó en la parte superior del mango con un sonido satisfactorio. Luego, Shea lo giró hacia atrás y comenzó a golpear su hombro con él.

“¡Déjame recordarte cómo se supone que debe ser la verdadera resolución, Yue-san! Será mejor que no subestimes a esta conejita.”

Dirigiéndose a Yue, Shea empujó a Drucken delante de ella. Estaba demasiado loca para preocuparse por su entorno ahora mismo. Esta fue la primera pelea seria que cualquiera de ellas había tenido con una amiga desde que nació. Kaori y su copia miraban confundidas, con su batalla casi olvidada.