Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 10

Capítulo 1: La Princesa Vampiro Super Poderosa Y La Gran Batalla De La Conejita Divina

Parte 6

“¿De verdad crees que serás capaz de estar a su lado para siempre?”

Después de hacer esa pregunta, la copia de Yue había recuperado gran parte de su fuerza. La abrumadora ventaja de Yue se había ido erosionando lentamente.

“No seas estúpida…”

Yue había refutado las palabras de su copia y había intentado abrirse paso con la magia de gravedad. Pero aunque su copia había sido forzada a arrodillarse por el poder de su magia, había continuado haciéndole preguntas cortantes.

“Piénsalo. ¿Por qué estás viva ahora mismo?”

Eso es obvio. Porque Hajime me salvó. Adivinando la respuesta de Yue, la copia la había pinchado aún más.

“¿No entiendes lo que estoy diciendo? Bien, déjame reformular la pregunta. ¿Por qué no nos mató el tío?”

Yue había pensado que nada de lo que decía la copia le haría daño. Que sería capaz de forzar su camino a la victoria. Y aún así, Yue se encontró incapaz de ignorar esa pregunta. Le atravesó el corazón con la misma agudeza que cualquier espada. Aunque ella no lo sabía, su magia de gravedad se estaba debilitando.

“Deberías saberlo mejor que nadie. Tu inmortalidad no es perfecta. No habría sido imposible para él matarte.”

La copia estaba en lo correcto. La regeneración automática de Yue, la piedra angular que sostenía su inmortalidad, requería el uso de maná. Una vez que su maná se había agotado, Yue ya no podía regenerarse. Ese día, cuando había sido golpeada sin piedad una y otra vez, se había quedado casi completamente sin maná. Matarla habría sido posible. Dienleed había sido más que capaz de hacer eso.

La única razón por la que Yue no había hecho esa pregunta antes era porque 300 años de prisión la habían afectado. La abrumadora desesperación, la soledad interminable y la oscuridad total habían retorcido sus emociones hasta que sólo quedaban el odio y la ira. Se había convencido de que su tío simplemente no había sido capaz de matarla y había descartado cualquier otra posibilidad para alimentar aún más su odio.

“¿Él… nunca planeó matarme… desde el principio?” Yue murmuró en voz baja mientras la comprensión la bañaba.

“Así es. Él quería sellarte.”

¿Por qué? ¿Por qué? ¿POR QUÉ? El corazón de Yue golpeó su pecho. Si su objetivo había sido simplemente usurpar el trono, ¿por qué había dejado vivir a una carga como Yue? La pregunta dio vueltas dentro de la mente de Yue.

Hubo una enorme ráfaga de viento y la copia hizo a un lado los últimos vestigios de la magia de la gravedad de Yue. Luego contraatacó con un aluvión de explosiones de ónix.

“Ugh…”

Yue fue incapaz de neutralizarlos a todos, y uno le dio en el hombro. Ese simple golpe fue suficiente para que Yue volara por el aire como una muñeca de trapo. Su angustia mental, combinada con el daño físico, le hizo perder la concentración y regresó al mundo de los flashbacks. Pero este flashback era diferente de los anteriores. Hasta ahora, los recuerdos que había visto eran los que podría haber recordado por su cuenta, si así lo hubiera querido. Era un fragmento de un recuerdo que ella misma había enterrado en lo más profundo de su corazón y que había olvidado por completo durante sus largos años de confinamiento.

“Lo siento mucho… pero no hay otra… Un día… alguien a quien puedas… Seguramente… protegerás… Esto es todo… Pero por favor, olvida… Cariño…”

Fragmentos de conversación llegaron a los oídos de Yue mientras corría por el carril de los recuerdos. La voz era familiar y amable, pero también llena de tristeza y arrepentimiento. Era su tío, la voz de Dienleed.

La memoria era borrosa, y era difícil de escuchar por encima de la estática. Yue no podía ver claramente la expresión de Dienleed ni sus palabras. Pero sabía que estaba en la habitación donde la habían encerrado. Como su conciencia había estado confusa en el momento en que escuchó esta conversación, sus propios recuerdos tampoco eran perfectos.

Pero había una cosa que recordaba claramente. Algo suave acariciando su mejilla. A pesar de que la había traicionado, a pesar de que la había sellado aquí, la mano de su tío había sido extremadamente gentil. Había sido similar a la forma en que Hajime la acariciaba ahora. Su toque había sido el de un padre que adoraba a su hija.

“¿Pero, qué hay de tus verdaderos padres?”

Yue recuperó el sentido justo a tiempo para ver que estaba rodeada por cinco dragones elementales, todos ellos emitiendo chispas carmesíes oscuro. Rápidamente usó la Los cielos caen y la Separación Espacial para derribar algunos de los dragones, y luego intentó bloquear el resto con una barrera. Sin embargo, su copia se estaba volviendo claramente más fuerte y era incapaz de desviar a todos los dragones.

El dragón de viento atravesó y cortó su flanco. Mientras la regeneración automática de Yue curaba la herida instantáneamente, sus ropas fueron destrozadas. Y ya no tenía el margen de maniobra para restaurarlos con magia de restauración. En vez de eso, convocó a sus propios cinco dragones y los enfrentó contra los de su copia.

“¿Qué me hiciste?”

Yue no debería haber tenido esa memoria. Eso no puede ser real.

Ella miró a su copia, pero sacudió la cabeza.

“Lo que tú no sabes, yo no lo sé. Todo lo que puedo hacer es forzarte a ver cosas que sabes, pero que finges no ver.”

“Así que entonces…”

“Por ejemplo, ¿qué hay de nuestro verdadero padre? Queríamos al tío como si fuera nuestro verdadero padre, pero ¿qué clase de persona era nuestro verdadero padre?”

“¿Qué estás…?”

Naturalmente, él amaba a Yue. Y había sido despiadadamente asesinado por su tío. Pero aunque Yue quería decir eso, no podía. Porque ese recuerdo no estaba dentro de ella. No importaba lo mucho que buscase Yue en lo profundo de su cerebro, todo lo que encontraba eran recuerdos vagos e indistintos.

No era que se hubiera olvidado de sus padres, sino que durante más de 300 años, ninguno de esos recuerdos había sido lo suficientemente impresionable como para durar. Y esa comprensión disgustó a Yue.

“Ya sabes. Tú lo entiendes mejor que nadie. Justo como tu madre y tu padre pensaban de ti.”

Los diez dragones se cancelaron mutuamente, y Yue y su copia empezaron a dispararse ataques mágicos. Mientras tanto, su copia seguía raspando sus recuerdos.

“Aletia, eres una chica maravillosa.”

“Si hay algo que quieras, te lo conseguiremos.”

“Nos aseguraremos de que todo sea perfecto para ti.”

Los padres de Yue nunca la habían regañado. De hecho, nunca lo consideraron posible. Su padre y su madre habían hecho cualquier cosa y todo lo que ella había pedido. Se podría decir que se crió en un ambiente cariñoso, pero ¿realmente era así como los padres debían actuar con sus hijos? Se sentía menos como si la amaran, y más como si la adoraran. La única persona que había regañado a Yue había sido su tío. Él fue quien le enseñó lo que significaba ser de la realeza y lo que era importante para la gente.

“¡Hermano, no puedes seguir haciendo esto! ¿No te das cuenta de lo que es esa chica?”

Yue de repente recordó como su tío y su padre siempre habían discutido sobre ella.

“¿La iglesia está pidiendo una reunión? ¿Otra vez? No, está bien, Aletia. Me encargaré de esto.”

Recordó que su tío siempre había estado presente en todas las reuniones que había tenido con los funcionarios de la iglesia. Y la única vez que se reunió con ellos fue cuando él no pudo deshacerse de ellos por sí mismo. En ese momento, Yue se había enfadado con él por ser tan sobreprotector.

“Todavía lo recuerdas, ¿no?”

Una vez más, Yue volvió al presente. Ella estaba siendo atrapada por sus recuerdos más y más a menudo. Una ráfaga de magia espacial destruyó el espacio a su alrededor. Yue sólo consiguió evitar que la dividieran por la mitad, pero aún no estaba a salvo.

“¿Cómo se veía el tío cuando empezó a poner distancia entre tú y él?”

La irritación se apoderó de Yue con esas palabras. Sus recuerdos resurgieron, y la cara de su tío apareció en su cabeza. Aunque había hecho todo lo posible para parecer inexpresivo, una pizca de angustia había aparecido en su cara. Sus ojos parecían torturados, como si estuviera luchando con un sufrimiento inexpresable. En ese momento, sus arrugas parecían profundizarse, envejeciéndolo por décadas en el lapso de un instante.

“Ah…”

Otro de los ataques de la copia apareció. Sangre y trozos de tela volaban por el aire mientras la bala mágica atravesaba la pierna de Yue junto con el final de su abrigo. La copia había recuperado su fuerza anterior y era tan poderosa como Yue. Solo después de ver su fuerza, Yue se dio cuenta de lo agitada que estaba.

“Si no hubieras tenido a alguien a quien odiar, si no hubieras tirado por la borda toda esperanza y dejado de pensar, no habrías podido soportar el dolor. Tomó la conclusión más lógica y se convenció de que tenía que ser la verdad.”

Yue no podía negarlo. ¿Alteré mis propios recuerdos?

Por primera vez, Yue empezó a considerar la posibilidad de que la verdad era diferente de lo que recordaba. Al mismo tiempo, su pregunta inicial se elevó al primer plano de su mente.

¿Por qué me ha encerrado? ¿Por mi magia especial? No, ya sé que no puede haber sido eso. ¿Fue sólo un último acto de compasión? No, confinarme en una prisión eterna de oscuridad era mucho más cruel que matarme sin más. ¿Entonces me odiaba? No, ya he recordado que no es eso. Aunque Yue no lo sabía, había una respuesta lógica.

¿Había algo en mí de lo que no me di cuenta? ¿Había algo detrás de mí por eso? ¿Fue por eso que el tío me selló? ¿Significa eso que lo que me perseguía antes sigue aquí?

Un sinfín de preguntas se presentaban una tras otra. Mientras Yue deliberaba, su copia hacía una última y mordaz pregunta.

“¿Quiénes somos? ¿Qué somos?”

“Ah-”

Yue no pudo responder. Porque esa respuesta revelaría la razón por la que había sido sellada en primer lugar. Y no dudó que cualquiera que fuese esa razón, era por lo que aún estaba viva. Yue sintió como si un bulto de hielo se hubiese asentado en su estómago. Todo su cuerpo se sentía anormalmente frío.

Dejó de moverse, y el aluvión de magia de su copia la alcanzó. En lugar de protegerse de ello, se dejó volar por los aires. Ella patinó sobre el suelo, se detuvo y de alguna manera se puso de pie. Como siempre, su cuerpo estaba ileso. Pero su ropa estaba arruinada. Su preciosa bata blanca era un desastre rasgada y cubierta de sangre.

Su copia se le acercó y le dijo una vez más: “Nunca se te ocurrió que quizás deberías pensar en quién y qué eres, ¿verdad?

Esta vez, las palabras que siguieron sirvieron como un golpe final.

“¿De verdad crees que serás capaz de estar a su lado por siempre?”

Derrotada, Yue fue incapaz de responder con un “sí” definitivo. Podía imaginar fácilmente que la cosa de la que se había escapado en el pasado la encontraría una vez más en su futuro. Y ese pensamiento la aterrorizaba. Por primera vez en mucho tiempo, Yue sólo quería acurrucarse en una bola y llorar.

Para Yue, Hajime era la luz. Él cortaría a través de la oscuridad, iluminaría su mundo y le daría calor, bondad y felicidad. Estar aislado de eso sería lo mismo que estar muerta. La copia de Yue se fue acercando poco a poco. Cada paso traía a Yue un paso más cerca de la muerte. Miró hacia el techo helado. Sus ojos carmesí la miraron fijamente. Eran del mismo color que el maná de Hajime, el color que tanto le gustaba. Un segundo después, una sonrisa se extendió por su rostro.

“……”

La copia se detuvo. Una sombra de duda apareció en su cara. Yue miró hacia abajo y dijo en voz baja: “Aunque yo desaparezca, él no estará solo.”

“No, tú…”

“Hajime tiene a Shea… Y Tio. Y aunque odio admitirlo, a Kaori.”

La copia miró inexpresivamente a Yue, su boca aún medio abierta. Pero un momento después, se dio cuenta de lo que Yue intentaba decir. Se miró a sí misma con total incredulidad. Podía decir lo que le estaba pasando a su poder.

“Al final, Hajime Nagumo es realmente el centro de tu mundo, ¿eh?”

“Por supuesto…”

La copia no se estaba debilitando. Pero tampoco se estaba haciendo más fuerte. Por lo tanto, aunque Yue se había enfrentado cara a cara con una sorprendente revelación, su resolución seguía siendo firme. Había sido sacudida por un momento, pero ahora estaba renovada.

“Ustedes dos son como pájaros de un plumero.”

El tono de la copia cambió. Frente al amor abrumador de la princesa vampiro, ya no vio la necesidad de copiar el estilo de discurso de Yue. En vez de eso, levantó la vista con cansancio y recordó como Hajime también se había jactado de su amor por Yue mientras superaba su propia prueba.

“He terminado de cuestionarme a mí misma…”

“Eso parece. También me he quedado sin recuerdos que revivir.”

Su poder era igual. La copia no tenía más recuerdos que sacar a relucir. Ambos bandos reunieron todo su maná. Derramando todo lo que tenían en un ataque final, Trueno Dracónico. Dos dragones, uno envuelto en truenos dorados mientras que el otro estaba envuelto en carmesí, se estrellaron el uno contra el otro.

“Sin importar lo que me depare el futuro, si pierdo aquí, ¡nunca volveré a ver a Hajime! ¡Así que piérdete!”

“¡Ah!”

Entre las dos, era el dragón de Yue el que estaba ganando. Después de una lucha encarnizada, abrió sus fauces y se tragó el dragón de la copia entero. Luego, pasó a tragarse la copia también.

Mientras desaparecía, el ejemplar de Yue miraba a Yue con una sonrisa exasperada y un poco preocupada. Con un último rugido, el dragón del trueno de Yue desapareció, y con ello, su copia. Parte de la pared de hielo se desmoronó, revelando un nuevo camino. Sin embargo, Yue ni siquiera lo miró. Se tambaleó hacia el árbol de hielo en el centro de la habitación y miró fijamente a su reflejo. Su resolución era tan firme como siempre. Pero esta pelea había puesto nuevas dudas en su mente.

La vaga inquietud que abrazaba se extendió por su corazón como una tenue neblina, oscureciendo sus pensamientos. Revisó desesperadamente sus recuerdos, buscando una solución a sus preocupaciones. Sin embargo, si su copia no hubiera podido dar una respuesta, significaba que ella simplemente no lo sabía. Después de todo, todo lo que sabía, ella lo sabía.

Pero aún así, Yue no pudo evitar buscar en sus recuerdos. Se sintió obligada a hacerlo. Si realmente había algo de lo que su tío había tratado de protegerla en el pasado, y si ese algo estaba destinado a encontrarla en el futuro, entonces ella necesitaba–