Campione (NL)

Volumen 5

Capítulo 3: Hime-Miko De La Espada

Parte 1

El viento rugía mientras las gotas de lluvia salpicaban con furia.

Si hubiera sido la primera mitad de septiembre, no habría sido sorprendente que un tifón apareciese en el lugar.

Sin embargo, esta tormenta era diferente. En los últimos días, ha habido informes de que una depresión tropical se acercaba.

“Sí, la reunión con el rey es hoy, como Ena puede llevarse bien con cualquiera, todo va a ir bien, segura; sí, por supuesto que esa parte también progresará.”

Con su traje de miko, Seishuuin Ena se encontraba frente al edificio de la escuela, en una esquina del campo de deportes de la sección preparatoria de la Academia Jounan.

Su cuerpo estaba completamente empapado por la lluvia dado que no estaba usando un paraguas.

El teléfono que estaba usando también estaba empapado, pero ya que este celular era resistente al agua, no llegó a apagarse esta vez.

“Erica-san no parece ser fácil de manejar, esto va a ser emocionante. Sin embargo, será muy molesto tratar con los obstáculos, así que si ese es el caso, sería mejor mantenerlo en un mano a mano… sí, gracias, Ena aprecia mucho tu ayuda en ese momento.”

La Hime-Miko de la Espada. La compañera que le otorgaba ese título a Ena estaba clavada en el suelo.

Ama no Murakumo no Tsurugi. La espada cuya hoja mide 3 pies de largo y 3,5 pulgadas de ancho.

La hoja era de forma sencilla, sin curvas ― sólo una espada recta. El brillo metálico de la hoja era como la luz del sol que desciende de los cielos.

Una impresionante espada larga que se decía era el arma de la realeza.

“Esto se ve muy bien, éste es el lugar perfecto para entrenar. Ena sólo había estado tratando de decidir en qué parte de la escuela iba a comenzar. Pero este lugar es muy espacioso, y Erica-san viene aquí todos los días. Sí, hagamos esto.”

Terminando su llamada, Ena presionó, con el dedo índice de su mano derecha, la hoja de Ama no Murakumo no Tsurugi.

Mientras la piel cortada se abría, gotas de sangre aparecieron.

Entonces Ena presionó ese dedo índice en la pared del edificio escolar frente a ella.

“¡La región de muchas murallas de Izumo / De las muchas nubes crecientes ― Para residir allí con mi cónyuge / Puedo construir un palacio de muchas murallas: Ah, ese palacio de muchas murallas!”

Ena cantó las antiguas letras en voz baja.

Ella escribió en la pared de la escuela las mismas palabras que pronunció.

Esta canción encantada llevaba la sangre de la Hime-Miko y el olor a óxido de la hoja divina. Bañado por la lluvia, el poema escrito en la pared con sangre fresca desapareció.

Eso estuvo bien. Le será útil en el futuro.

El único factor incierto era Yuri, quien tenía muy buenos instintos, pero para evitar que ese sea un problema, lo mejor sería reunirse deliberadamente con ella en la escuela tanto como sea posible.

Entonces, incluso aunque Yuri sintiera la presencia de la espada divina dentro de la escuela, no sospecharía por ello.

Ena reflexionó mientras corría a lo largo de las paredes de la escuela. Después de que completase la misma tarea en siete paredes, la lluvia se detuvo, y el viento violento se calmó.

Todavía eran las seis de la mañana, y no había clubes que comenzasen sus actividades tan temprano.

“Bien. Esto es para la mañana. Ena debe cambiarse de ropa antes de saludar al rey.” Ena murmuró para sí mientras miraba su cuerpo empapado.

Este trabajo era extremadamente adecuado para Ena. Incluso para alguien tan inocente y tosca como Ena, la idea de conocer a alguien en su condición actual – especialmente a un joven con el que pronto desarrollará una relación íntima, ha demostrado ser bastante desagradable.

“Este trabajo es tan problemático, abuelito. Espero que la próxima vez que contactes con Ena por un trabajo, elijas un momento más apropiado. Siempre le das a Ena tareas muy molestas.”

Gruñendo para sí misma mientras colgaba a su compañera sobre su hombro, Ena salió de la escuela.

***

Recientemente, el clima ha sido bastante turbulento.

En los últimos días, ráfagas de viento y lluvias han sido bastante frecuentes.

Godou caminaba por la pista mojada mientras miraba hacia el cielo. Las oscuras nubes de tormenta habían desaparecido repentinamente.

El cielo azul claro parecía mucho más amplio.

Aunque el calendario indicaba claramente que el otoño había llegado, el ambiente veraniego era todavía predominante.

A las 7:30 am, la tarea habitual de Godou no era ir a la escuela, sino que primero se dirigía a la casa de Erica para sacarla de la cama.

El apartamento de Erica se encontraba por una calle principal del distrito Hongou.

Mientras seguía su camino por esta calle, Godou vio de repente a una chica desconocida que se acercaba a él.

Poseía un hermoso cabello negro, largo y brillante, así como el aspecto propio de una Yamato Nadeshiko. Vestía el uniforme de alguna escuela, y de su hombro colgaba el tipo de bolsa que generalmente se usa para las espadas de bambú.

“Disculpe, ¿es usted Kusanagi Godou-sama? Un placer conocerlo, mi nombre es Seishuuin

Ena.”

Ella se paró delante de Godou y se presentó.

(¿Qué está pasando?)

A pesar de que sentía que la chica era muy extraña, Godou detuvo sus pasos.

“Nuestra reunión ha de ser cosa del destino. Soy la servidora que permanecerá a su lado. A nosotros, la familia Seishuuin, nos gustaría recibir su bendición y partir juntos por el camino de la dominación. Por favor, acepte mi lealtad.”

“… ¿Qué?”

¿A qué se debían esas palabras y honoríficos tan inusuales?

Godou estaba preocupado, pero esta chica Seishuuin, que lo había saludado tan extrañamente, le sonrió.

“Es broma. Oye, ¿podemos obviar los honoríficos? Yuri los usa todo el tiempo, pero Ena no es muy buena con ellos. Aun así, Ena continuará usándolos a menos que se oponga a ello, Kusanagi-san.”

La imagen de una dama de clase alta, formal y correcta se disolvió al instante.

De pronto se convirtió en una amigable chica cualquiera, Godou no supo cómo reaccionar. En todo caso, lo mejor sería responderle primero.

“Realmente no me importa. ¿También conoces a Mariya?”

“Sí. Somos amigas de la infancia. Dado que Kusanagi-san ya sabe de ellas, Ena es también una Hime-Miko.”

Una introducción inesperadamente impactante, ¿de aquella que se hacía llamar la compañera de Mariya Yuri?

Eso fue sin duda lo que ella dijo, y tenía un aire refinado propio de una dama de clase alta.

“Puede que Kusanagi-san no lo sepa, pero en realidad hay unas pocas docenas de Hime-Miko como Ena. De todos modos, los demás detalles relacionados podrán ser explicados de manera gradual.”

Ena sonrió y dijo.

Como una brisa fresca bajo un sol abrasador, la chica desprendía una sensación increíblemente refrescante y fresca.

“Esta mañana, Ena ha recibido noticias de que ella fue recomendada e invitada.”

“¿Invitada?”

“Sí, una invitación de Yuri, algo así como tomar el té con ustedes juntos. ¿Está Kusanagi-san libre después de la escuela? Recibirá la tarjeta de invitación después.”

La repentina pregunta sorprendió enormemente a Godou. Sin embargo, si Yuri estaba presente, entonces las cosas no deberían salirse de las manos.

“Bueno, por mí está bien.”

“¿Es así? Genial, entonces. Continuemos con los detalles más adelante, hasta luego.”

Las últimas palabras fueron escogidas como las de una dama de clase alta, pero dichas con un tono simpático y amigable.

Godou inclinó su cabeza mientras observaba a la recién introducida Hime-Miko alejándose. La extrañeza de esta persona lo dejó allí desconcertado por un tiempo.

En ese entonces, no tenía ninguna idea de lo que sucedería en algunas horas. Cosas que conllevarían inesperados rubores y corazones latiendo como locos.

***

Las clases habían terminado… finalmente había acabado el día escolar.

Después del incidente de ayer en la piscina, El ánimo de Mariya Yuri era bastante sombrío.

Ella no esperaba que Godou tuviera ese tipo de interés, no, como un hombre sano, es más que natural que tenga ese tipo de deseos. Sin embargo, ¿cómo debe manejar esto? Mientras Yuri reflexionaba, finalmente entendió la razón por la que se sorprendió ayer.

Que tenga esas preocupaciones era como si estuviera tratando de desarrollar la intimidad de su relación.

En aquel entonces, Yuri escapó frenéticamente porque no podía enfrentarse a tales pensamientos y comportamientos. Habiendo recuperado la compostura durante la noche, decidió llamar a Ena para discutir las cosas.

“Sólo abraza a Godou-san. No puedes ser una mujer si ni siquiera puedes hacer algo como eso.” Y pensar que estaba dándole órdenes justo ahora.

“P-pero ¿por qué tiene que ser así?”

“Te gusta esa persona, ¿verdad? Entonces es la única manera. Si continúas así, te quedarás atrás y serás aventajada por Erica-san y las demás.”

“E-eso está bien, después de todo, Godou-san y yo sólo somos amigos ordinarios.”

“¿En serio?”

“S-sí, de verdad. Por lo tanto, a tener que hacer algo tan descaradamente indecente como Ericasan…”

No mucho después de iniciada la conversación, Yuri ya estaba tartamudeando.

Por alguna razón, ella no se atrevía a hablar decididamente.

“Ya veo. Esto debe ser parte de las profundas complejidades en la lucha interna de una tsundere descrita por Amakasu-san. Bueno, no importa qué, Ena te ayudará a subir a bordo. Ena ya lo ha conocido hoy día — Yuri, ¿tienes algo que hacer en este momento?”

“Sí, las actividades del club ceremonia del té de hoy día…”

Tras poner fin a la infructuosa discusión, Yuri se dirigió hacia el edificio del club.

Almorzar en la azotea con Godou y el resto había sido una actividad diaria, pero no fue hoy. Probablemente porque Yuri no sabía cómo hacer frente a Godou.

Alegre porque el día había terminado, Yuri entró al club de la ceremonia del té.

Este se encontraba en una de las aulas del edificio de estilo japonés construido entre la escuela preparatoria y las secciones de secundaria.

Este edificio alberga las áreas de los clubes culturales como el club de la ceremonia del té, el club de arreglos florales, el club de investigación de danza japonesa, y otros, y era comúnmente llamado el ‘bloque japonés’.

Hoy es miércoles. El club de la ceremonia del té se reunía todos los martes, miércoles y jueves para sus actividades.

Yuri se quitó los zapatos al entrar en el salón del club y se quedó sin aliento por la sorpresa.

“Ah, Yuri, ha pasado un día desde que nos vimos. Como prometí, he venido a verte.” Seishuuin Ena estaba sentada allí.

Sentada a su lado estaba la presidenta del club, Hanabusa-san, que pareció aliviada al ver a Yuri.

“Mariya-san, has llegado en el momento adecuado. Alguien a quien conoces ha estado esperándote.”

La presidenta del club de la ceremonia del té era Hanabusa Akari, una estudiante de segundo año de preparatoria.

Una senpai cuya formal y cortés forma de hablar y benevolentes expresiones faciales siempre dejaban una profunda impresión en la gente.

“Ella quiso entrar al salón de té, y entonces se puso a conversar conmigo.”

“Después de preguntar cómo llegar a los estudiantes de otros clubes, le dijeron a Ena que venga aquí. Dado que Yuri llegaría tarde o temprano, a Ena no le importaba llegar temprano.” Ena habló pausadamente.

¿El personal no había notado a alguien corriendo por la escuela con un uniforme diferente?

Yuri se sintió preocupada, pero Ena sonrió como si le estuviera jugando una broma.

“No te preocupes, me parece que Ena no fue descubierta.”

“Ya veo… En ese caso, ¿realmente está bien para la propia escuela de Ena? ¿Acaso usted no ha estado faltando durante los últimos días?”

Yuri le preguntó con cautela mientras la idea llegaba a su mente.

“Ah, no te preocupes por eso. De todos modos, nunca fui mucho en primer lugar. Si la asistencia fuese un problema, mi familia ya se comprometió a manejarlo junto con la escuela, así que estuve continuando mi entrenamiento en las montañas.” Ena se echó a reír a carcajadas mientras contestaba.

Como era de esperarse de la familia Seishuuin. Yuri lanzó un suspiro de admiración.

A diferencia de la familia Mariya, que se mantuvo en la pobreza hasta la Restauración Meiji, la  familia Seishuuin ya era una de las casas más prestigiosas durante el Periodo de los Estados en Guerra^[2], y era increíblemente influyente en todos los ámbitos de la sociedad.

“De todos modos, ¿eres tú quien tiene la máxima autoridad en este club?”

Ena se volvió bruscamente hacia el solemne rostro de Hanabusa-san y le preguntó.

“Ah, supongo que sí. Yo soy la presidenta del club por el momento, después de todo. ¿Pero por qué?”

“Sólo instinto. Ena siempre sabe quién es la persona más poderosa de un grupo.”

Ena miró a la presidenta del club de la ceremonia del té mientras hacía una profunda reverencia y dijo.

“Estimada presidenta del club, Ena tiene una sugerencia, no, más bien una petición. Este salón de té, ¿podrías dejarlo a cuidado de Ena por un tiempo? No te preocupes, no va a tomar mucho tiempo.”

Una solicitud acompañada de una cordial sonrisa.

Esta petición era totalmente descarada, sin embargo, se sentía como una orden imposible de desobedecer.

Ena siempre había sido así, hacía las cosas a su antojo. El buen corazón de Hanabusa-san no tuvo más remedio que asentir ante la presión.

¿Qué estaba planeando hacer aquí? Yuri se sentía cada vez más perturbada.

***

En ese momento, en el salón del Primer año clase 5—

Kusanagi Godou estaba en su asiento, mirando con ansiedad la carta en sus manos.

Una carta privada escrita en papel japonés.

En ella estaban las palabras ‘por favor, venga al salón del té después de que hayan concluido las lecciones de hoy’. Escritas con un pincel y de una caligrafía de gran belleza, que llevaba la firma del Seishuuin Ena.

¿Esto era una invitación? …Era muy sospechoso. Godou recordó la escena de la mañana.

En algún punto desconocido en el tiempo, la carta, de alguna manera, se había metido en el escritorio de Godou.

Godou se preguntaba cómo lo había puesto ahí. Tal vez había usado magia. Un comportamiento tan sospechoso claramente no podría deberse únicamente a que ella quería hablar con él.

Sin embargo, Yuri no apareció en la azotea durante el almuerzo, probablemente porque ella lo estaba evitando.

Sería malo si esta incomodidad continuase, y Godou sentía que realmente necesitaba tener una buena charla para aclarar las cosas. Aunque el asunto de esta carta era desagradable, por lo menos le daría un buen pretexto.

Erica había salido con las chicas de la clase, pero no había necesidad de hacer que lo acompañase de todos modos.

Godou iba a visitar el salón de té solo, hasta que, de repente, pensó en su otro caballero.

“Oye, Liliana, tengo algo que hacer solo. ¿Por qué no te vas yendo a casa?”

“¿Algo que hacer? ¿Qué es?”

Tras saludar a su vecina en el salón, Liliana retomó su habitual expresión seria.

“Una corta visita al club de la ceremonia del té.”

“¿El club de la ceremonia del té? ¿Tiene algo que ver con Mariya Yuri o su hermana Shizuka?”

“Eh, fui invitado por una miko amiga de Mariya. Realmente no sé lo que está pasando, pero iré a ver un rato.”

Tan pronto como le dio esa explicación, Godou notó su error. Si lo explicaba así, entonces ella insistiría con su deber como caballero y lo acompañaría. Godou debió haber inventado alguna inofensiva historia.

“Esto es sospechoso. Si es amiga de Mariya Yuri, entonces es muy poco probable que sea una persona normal. Lo acompañaré, pues debo protegerlo.”

“Ah, bien. Aunque eso suena un poco exagerado.”

“No es del todo exagerado. Obviamente, debo prestar atención, especialmente porque usted carece de conciencia para manejar posibles problemas… Usted es siempre el primero en hacer que los demás se preocupen.”

Y así, acompañado por la caballero de cabellos plateados, Godou se dirigió hacia el ‘bloque japonés’.

El campus de la Academia Jounan era bastante grande, sobre todo el jardín cerca de la frontera entre las secciones de secundaria y preparatoria. Era como un pequeño bosque, e incluso tenía lagunas.

Como el lugar que representa las actividades de los diversos clubes del departamento de cultura, el bloque japonés también se encontraba allí.

“Conque es aquí donde el club de la ceremonia del té lleva a cabo sus actividades. Es mi primera vez aquí.”

“Yo tampoco vengo aquí muy a menudo. La única vez que vine aquí fue cuando el Departamento de Cultura realizaba su feria de presentación de clubes.”

El bloque japonés fue construido como un largo y estrecho edificio de un solo piso.

Godou y Liliana se quitaron los zapatos y los colocaron en la caja de zapatos antes de entrar. No muy lejos se encontraba el salón de té, que era de más o menos veinte metros cuadrados, y ya habían seis ocupantes en el interior.

Una era Mariya Yuri, y junto a ella estaba Seishuuin Ena, vistiendo un uniforme que Godou nunca había visto antes. Las otras cuatro chicas se sentaron a cierta distancia de ellos, y todas eran miembros del club de la ceremonia del té que Godou nunca había visto antes.

—Uh, con una excepción. Esta era su hermana menor, Shizuka.

“¿Onii-chan? ¿Por qué has venido a un lugar como éste?”

Era muy común que las organizaciones culturales como el club de la ceremonia del té tengan miembros de la escuela media y preparatoria en actividades conjuntas.