Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 8

Capitulo 64: Una Vez Más En La Capital

Parte 4

 

 

Después de que el maestro del Gremio se fue, el ambiente dentro de la posada era de euforia. Los clientes se enamoraron aún más de la posada después de ver el desánimo del maestro del Gremio, que normalmente era tan seguro de sí mismo, y el coraje de una niña pequeña dispuesta a arriesgar su propia seguridad solo para proteger a los huéspedes de la posada. Como resultado, las órdenes de comida y bebida comenzaron a llegar.

“¡Pequeña Lenny, ven aquí un minuto! Eres una chica tan valiente—¡Deja que tus hermanas te inviten a un festín!”





“¡No, no, ven aquí! ¡Te compraré el jugo más caro del menú!”

Ese jugo era demasiado costoso para que incluso se le permitiera beber en el trabajo. El corazón de Lenny comenzó a latir.

“¡Ven aquí, Lenny! ¡Puedes sentarte en mi la… gwah!”

En algún lugar, un cliente masculino fue golpeado por un huésped y enviado a volar.

De la nada, apareció la madre de Lenny y le aconsejó: “No te preocupes por el trabajo, Lenny. Anímate y diviértete todo lo que quieras.”

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Luego, dijo en voz baja: “Y mientras lo haces, pide las cosas más caras que puedas. Será de gran ayuda para nosotros.”

Después de todo, era la madre de Lenny…

“¡Oy! ¡¿Cuál es el último trabajo que aceptó Pacto Carmesí?!”

El maestro del Gremio gritó a los empleados de la noche en el momento en que regresó al Gremio.

Un empleado corrió a la caja registradora para confirmar y luego informó; “Bueno, parece que tomaron un trabajo para escoltar una caravana mercante que se dirigía al Reino de Marlane. Ya se han ido.”

“¡¿Qué?! ¡Maldita sea, entonces todo eso fue por nada! ¡Esa niña debería haberlo dicho desde el principio!”

Proteger a los mercaderes que se dirigían a Marlane era un trabajo bastante estándar para esta rama. Si solo esperaban un poco, entonces tomaría un trabajo similar de Marlane con destino a Tils, y volverían a la capital. Había hecho algo completamente tonto sin ninguna razón.

Dicho esto, si lo hubiera confirmado con su personal antes de haber ido a la posada, entonces todo esto podría haberse evitado.

Él fue quien supuso, por su propia voluntad, que Pacto Carmesí aún seguía tomando un descanso. El hecho de que había fallado en tomar incluso los pasos más simples para confirmar si esto era cierto o no significaba que había sido el agente de su propia aniquilación. No tenía a nadie a quien culpar sino a sí mismo.

“Maldición.”

Pareciendo como si acabara de tragarse un insecto, el maestro del Gremio arrugó la cara y se dirigió al segundo piso.

Por lo tanto, el día en que el maestro del Gremio y la intrigante pareja noble supieron de la verdad un poco tarde.

***

 

 

“¿Dónde está Pacto Carmesí?”

Unos días después, alguien nuevo apareció en la posada.

Esta vez, era una joven chica.

No de nuevo…

Lenny estaba empezando a cansarse un poco de esto. El intercambio habitual se desarrolló.

“D-De ninguna manera! Viajé hasta Vanolark, en el Oeste, antes de perder su rastro. Justo cuando pensaba que las había encontrado de nuevo, y estaba segura de que se habían dado la vuelta y se dirigían a Brandel, me perdí en la confusión del asunto de la invasión, y después de descubrir que se dirigían aquí, volví lo más rápido posible. ¿Cuándo volverán, al menos?”

El intercambio procedió de la manera habitual de Lenny.

“¡Venga, al menos puedes decirme! ¡Tan desconfiada eres!”





La última vez que se conocieron, la Dra. Clairia se sintió muy conmovida por lo espléndidamente que Lenny se comportó ante la presencia de adultos, pero esta vez, la profesora pareció incluso olvidar que ella misma era una adulta, que se comportaba como una niña malcriada. Claramente, ella estaba en los límites de su estabilidad emocional.

Sin embargo, Lenny no sería conmovida.

Al ver que esta conversación no la llevaría a ninguna parte, la Dra. Clairia arrastró sus pies al Gremio de Cazadores una vez más.

***

 

 

“Cielos, bueno, habíamos escuchado rumores, pero esto es realmente…”

Los mercaderes estaban de excelente ánimo durante su cena en el campamento, comiendo comida de clase alta, lo que debería haber sido imposible para cualquier mercader que está en medio de un viaje.

Los conductores y otros guardias comieron igualmente bien. En el campo de batalla, cuando los ejércitos se reunían para comer, todos comían lo mismo—tanto oficiales como soldados. Promovía un sentimiento de solidaridad, por encima de todo.

Sin embargo, en un viaje como este, dónde normalmente todo lo que se tenía que comer eran alimentos conservados, como galletas duras, carne seca y verduras rehidratadas, ¿cómo era posible que estuviesen cenando una comida tan lujosa?

“Ya, ya, esto solo es posible gracias a que nos permiten alejarnos de nuestras obligaciones por un tiempo para cazar. Gracias a su flexibilidad, también podemos disfrutar de una comida sabrosa.”

De hecho, como dijo Mile, los mercaderes que habían contratado al Pacto Carmesí le habían dado permiso para dejar atrás la caravana por un corto tiempo para cazar y recolectar un poco… Usando la magia de ubicación de Mile.

Después de un corto tiempo, habían regresado, trayendo ciervos, verduras y frutas, así como peces de agua dulce capturados en un arroyo cercano. En términos de cocina japonesa, estos pescados habrían sido equivalentes a algo como el salmón de río y el char.

Mile y Mavis hicieron la preparación, y luego Mile y Pauline cocinaron, mientras que Reina supervisó todo el proceso. De esta manera, se produjo una comida, para el placer de todo el grupo.

Seguía siendo el estilo de cocina rústico habitual preferido por la mayoría de los cazadores, pero con algunos toques adicionales inspirados en la delicada presentación de la cocina japonesa.

Usaron mucho condimento, y utensilios de cocina y de mesa que eran del tipo que podrías usar en casa—sin platos de hojas ni tenedores de ramas a la vista.

Los mercaderes ofrecieron dar un pago extra a cambio de este servicio, pero como siempre, se negaron.

Hubiera sido diferente si la comida hubiera sido preparada a partir de los ingredientes que Mile ya tenía en su inventario, pero como todo lo que usaron había sido capturado mientras hacían su trabajo, sería incorrecto aceptar más dinero por hacer el mismo trabajo. Incluso Pauline insistió en esto.

Aparentemente, hacer algo así podría mancillar el dinero, o algo así.

Por supuesto, los mercaderes estaban más que conscientes de esto. Aun así, al menos tuvieron que hacer la oferta. Los mercaderes también tenían su propio código y se enorgullecían de la política de recompensar el trabajo extra con un pago extra.

A juzgar por lo que habían dicho los mercaderes, parecía que se había corrido la voz en todo el Gremio de que, si contrataban al Pacto Carmesí como escoltas, se podría comer una deliciosa comida en el camino, así que cuando Pacto se postuló para trabajar como sus escoltas, habían aprovechado la oportunidad.

Naturalmente, también sabían de la magia de almacenamiento de Mile y le habían pedido que almacenara algunos de sus objetos de valor y artículos que podían dañarse fácilmente.

Esta vez, la caravana no era del tipo mezcolanza de muchas compañías diferentes, sino un conjunto de tamaño mediano de veintiséis carruajes, todos empleados por una sola empresa.

El mercader a cargo no era el jefe de la compañía, sino el hombre que estaba a cargo de los envíos de la compañía. Junto con él había varios subordinados, los conductores y dieciséis escoltas, incluido Pacto Carmesí, que constituía el resto del convoy.

Debido a que esta caravana había salido directamente de la capital, no había un cazador presente que no supiera del Pacto Carmesí.

Por lo que, en lugar de menospreciarlas o tratar de hacer algo divertido, simplemente entablaron una conversación aleatoria con las chicas.

Incluso esto era bastante molesto. Reina y Pauline rechazaron a los miembros más parlantes del grupo con sus miradas más frías, y como resultado, no hubo heridos. Sin embargo, a Mavis, de corazón blando, y Mile la oradora, hablaron con normalidad.

En verdad, no era que nadie intentara comenzar nada con ellas, pero como todo parecía una buena forma de pasar el rato, por lo que Mavis pareció tolerarlo, y Mile estaba contenta.

Mirándola, Reina quedó atónita. Bueno, mientras se esté divirtiendo, supongo que está bien…

Había pocos bandidos o monstruos que atacaran alguna vez a una caravana de esta escala, suponiendo que habían contratado a la cantidad adecuada de escoltas. Aquí, con dieciséis cazadores en su nómina, este grupo había errado por precaución.

***

 

 

Unos días más tarde, la caravana llegó a la capital Real del Reino de Marlane sin incidentes.

“¡Oh, la Capitaaal! ¡Estamos es caaasssaaa!” Anunció Mile, repitiendo su frase favorita.

“Mile, nunca hemos estado aquí antes,” respondió Mavis rotundamente.

“No solo es la primera vez que visitas esta ciudad, es la primera vez que visitas este país.”

“¿O es solo una nueva frase tuya, Mile?”

Reina y Pauline parecían igualmente estupefactas.

“De todos modos, nos quedaremos aquí por un tiempo. Vayamos a presentarnos al Gremio, busquemos información y veamos si hay trabajos interesantes.”

De hecho, antes de que incluso se encontraran una posada, siempre era importante investigar estas tres interrogantes. Las posibilidades eran bajas, pero siempre era posible que hubiera un trabajo tan atractivo que quisieran aceptarlo de inmediato y regresar inmediatamente. Al llegar a un pueblo, van al Gremio. Ese era el camino del cazador.

Ding-a-ling.

Girarse…

A este punto, estaban acostumbradas a encontrarse con tal intención, evaluando las miradas de todos los cazadores locales cada vez que entraban por las puertas de una nueva rama del Gremio. No pasaría mucho tiempo antes de que las miradas de todos volvieran a donde estaban antes… o no.

Observar… Observaaaaarrrr…

Estas no eran miradas llenas de malicia. Estas eran miradas desconcertantes, como si acabaran de ver algo raro o sorprendente. Si bien las chicas del Pacto Carmesí se sintieron un poco incómodas, no estaban enojadas—solo confundidas, mirando a su alrededor mientras avanzaban hacia el mural.

No había nada particularmente valioso en el panel de información.

El ruido que rodeaba la invasión de Brandel por el Imperio Albarn parecía haberse calmado, y la única publicación relevante era un aviso de prioridad E que decía ‘Debido a algún conflicto interno dentro del Imperio Albarn, aquellos que se dirigen al Imperio deberían buscar más información. Se aconseja a todos los que se dirigen hacia el Oeste que viajen por rutas en el Reino de Brandel’.

Por el momento, tampoco había nada más interesante en el mural de trabajo que lo que habían dejado atrás en Tils.

“Igual que siempre, ¿eh? Supongo que cruzar una frontera no nos dará una distribución de monstruos especialmente diferente… ¿Deberíamos ir a otro lado?”

“Hmm, puede ser. Probablemente sea lo mejor.”

“Nuestro tiempo como jóvenes señoritas es corto. ¡No podemos sentarnos a desperdiciarlo!”

“Ajaja…”

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Mientras Pacto Carmesí conversaba, un hombre de mediana edad, que parecía ser el maestro del Gremio, se les acercó. Parecía que alguien lo había llamado.

“¡Oh cielos! Realmente son ustedes. ¡El verdadero Pacto Carmesí, en carne y huesos!”

“¿Qué?”

Las cuatro chicas preguntaron al unísono, sospechando de su tono.

“Nunca nos hemos visto antes. ¿Cómo sabe quiénes somos?”

“¿Y qué quieres decir con el ‘verdadero’ Pacto Carmesí?¿Alguien se ha estado haciendo pasar por nosotras?”

Reina y Pauline hicieron las preguntas obvias.

Ahora que lo pensaban, la forma en que todos reaccionaron cuando cruzaron la puerta les dio a las chicas la sensación de que sabían algo sobre ellas.

“Ah, bueno, la razón por la que las reconozco es porque he visto a las cuatro antes—estuve allí en la exposición del examen de graduación. Usualmente voy y lo veo cada vez que tengo tiempo, y pueda organizar mi horario para completar cualquier otro recado que tenga en Tils.”

“Entonces, ¿qué pasa con esa reacción que obtuvimos de todos los demás? ¿Cómo nos conocen todos?”

“Aah… Eso es ah, bueno, ¿tal vez vendrían conmigo unos minutos? Hay algo que me gustaría que vieran en la biblioteca como referencia.”

“¿Qué?” Preguntaron todas.

Las chicas del Pacto Carmesí captaron el mensaje del maestro del Gremio—que era algo que deberían ver por sí mismas—por lo que asintieron. Y así, lo siguieron en silencio por las escaleras y entraron a la biblioteca, solo para ver—

Allí, en exhibición, había cuatro artículos muy familiares.

“¡Las figuras del Pacto Carmesí, el juego completo con el descuenta de una moneda mediana de oro!” Corearon las chicas.

“He contado la historia de sus batallas a los demás una y otra vez, mientras mostraba estas figuras…”

“¡¡No puede ser!!” 

Promocionarse era una parte importante del trabajo de cada cazador novato. Si alguien más ayudara con eso, entonces un agradecimiento sería lo correcto. Cuando el maestro del Gremio de una rama extranjera era el que ayudaba, entonces, lo único correcto era inclinar la cabeza y arrastrarse en agradecimiento.

Entonces, ¿por qué las chicas del Pacto Carmesí estaban furiosas con él?

El maestro del Gremio, que esperaba encontrarse con la gratitud de cuatro hermosas jóvenes, se congeló, boquiabierto.

“¿P-Por qué están tan enojadas?”

Las chicas del Pacto Carmesí intercambiaron miradas. Ahora que lo mencionó, ¿por qué se quejaban? Se les ocurrió, las hicieron y vendieron esas figuras por su cuenta, en aras de sus primeras ganancias. Y promocionar su nombre de esa manera era un gran golpe para cualquier grupo de cazadores. Entonces, realmente, deberían agradecerle al maestro del Gremio y tal vez incluso hacerle un favor o dos…

“¡¡¡¡Ni lo pregunteeeeeeeee!!!!”

Watashi Nouryoku Volumen 8 Capitulo 64 Parte 4 Novela Ligera

 

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“¡Eek!”

El maestro del Gremio, que no podía leer la línea de pensamiento de las chicas, se sorprendió al ser tan repentina y enérgicamente respondido. No podía entender lo que estaba sucediendo en absoluto.

Pacto Carmesí abandonó hoscamente la biblioteca y regresó al primer piso, ni una sola vez ofreciendo al maestro del Gremio un simple agradecimiento. Luego, continuaron saliendo directamente del Gremio.

“¿Q-qué demonios fue todo eso?”

El maestro del Gremio no podía entender por qué Pacto Carmesí había estado tan disgustado.

“Bueno, sí podemos tener un grupo de novatas tan prometedoras, que hizo un debut tan llamativo, quedarse aquí por un tiempo, eso debería ser una buena motivación para todos… No se molestaron en comprobar si había algún trabajo de escolta de regreso a Tils, así que supongo que planean quedarse. Esta podría incluso ser la primera vez que visitan el Reino de Marlane. Bueno, es hora de juntar a algunos de los chicos y hacer que al menos sigan viniendo a la ciudad… Geehee. ¡Gyeeheeheehee!”

Por el bien de su Gremio, el maestro del Gremio haría cualquier cosa en su poder, sin temor a romper las reglas.

… ¿Incluyendo ser grosero con otro país?

No importa cuán amistosas pudieran haber sido las relaciones entre los dos reinos, y no importa cuán amable fuera normalmente el maestro del Gremio, dadas las circunstancias, no estaba fuera de discusión.

“………”

Pacto Carmesí caminó por la calle, en silencio y de mal humor.

Todas parecían querer hablar, pero nadie se atrevió a decir una palabra.

Finalmente, Mile decidió romper el hielo.

“E-entonces, esas figuras…”

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“P-por favor no lo digas…” Dijo Mavis bajando la cabeza, con las mejillas enrojecidas.

“No pensé que fueran tan vergonzosos… En ese momento. ¡Todas pensamos que eran tan geniales!”

“Aaaaaagh, ¿por qué te dije que me dieras una pose tan vergonzosa? ¡Idiota, idiota! ¡Pensé que era lo mejor en ese momento, pero no podría haber estado más equivocada!”

“Dime Mile, no recuerdo que hayas enfatizado tanto el busto en mi figura…”

Las tres estaban tan impacientes.

Mientras escuchaba, a Mile se le ocurrió una idea: ¡E-es mi oportunidad! ¡Para una de las frases de la colección Frases que Siempre he Querido Intentar Decir!

Y entonces las palabras surgieron de los labios de Mile:


“Heh. Parece que todas ustedes no pueden aceptar lo que

forjaron en las locuras de su propia juventud.”

El silencio se extendió una vez más por todo el grupo.

Todas habían recibido un golpe agudo y cayeron en una profunda desesperación.

Incluyendo a Mile.

“Ahora que lo pienso, ¿cuántas de esas hicimos?” Preguntó Mavis.

Pauline respondió. “Mil figuras.” Una vez más, el silencio cayó.

***

 

 

Tres días después…

“Pacto Carmesí ya debería haber terminado de hacer turismo en la capital. Apuesto a que vendrán a buscar trabajo pronto.”

Tres días eran más que suficientes para descansar, y hacer una visita guiada, pensó el maestro del Gremio con una sonrisa.

“He puesto muchas cosas buenas en este mural. Muchos trabajos interesantes, inusuales y desafiantes, el tipo de cosas que a esas jóvenes les debería gustar. He hecho todos los arreglos necesarios con el personal para alentarlas a tomar esos trabajos. Hehehe, apuesto a que se divertirán mucho…”

Luego llegó el cuarto día.

“Aún no vuelven, ¿eh? Bueno, divertirse es algo importante para los jóvenes…”

Finalmente, el quinto día había llegado.

“¡Vale, ya es suficiente de andar divirtiéndose! ¡Oy, tú! ¡Ve a investigar!”

Ante la orden del maestro del Gremio, uno de sus trabajadores salió a toda prisa para investigar varias posadas de la capital que normalmente eran frecuentados por cazadores. Y sin embargo…

“¿Qué? ¿No se registraron en ningún lado? ¡¿No hay señales de que se hayan registrado en alguna posada?! ¡No han tomado un trabajo de escoltas para su regreso a Tils o ningún otro trabajo! ¡¿Estarán acampando fuera mientras cazan y recolectan hierbas?!”

El maestro del Gremio podría enojarse todo lo que quisiera, pero no había nada más que pudiera hacer, y los empleados solo podían rascarse la cabeza confundidos por el fervor del maestro del Gremio.

***

 


 

“Estamos bastante lejos de la capital. Creo que esto debería ser suficiente,” dijo Pauline.

“Suena bien. Si estamos tan lejos, no debería haber nadie cerca que haya estado en esa biblioteca o que haya escuchado las historias del maestro del Gremio. Quedémonos un rato en el siguiente pueblo,” dijo Reina.

Mile y Mavis asintieron con aprobación.

Después del incidente en el salón, el grupo había partido de la capital Real de Marlane inmediatamente y no dejó de caminar hasta el anochecer. Acamparon noche tras noche y continuaron, sin detenerse en ningún pueblo o aldea.

Para esto, había una razón simple:

Simplemente no había manera de que pudieran quedarse en una ciudad habitada por alguien que supiera de las figuras y los cuentos alocados del maestro del Gremio.

Sin embargo, a este punto, estaban lo suficientemente lejos de la capital como para que esto ya no fuera un problema.

Podría haber quienes hayan estado en la capital—y tal vez incluso en la rama del Gremio de la capital—pero era poco probable que hubieran subido a la biblioteca o escucharan los balbuceos del maestro del Gremio.

No había nada que dijera que debían permanecer en todas las capitales o incluso quedarse en todos los países durante el transcurso de su viaje.


Si hubiera un pueblo aburrido, o un país en el que nada llamara su atención, entonces bien podrían seguir directamente al siguiente pueblo, o al siguiente país. Incluso si no era culpa de esa ciudad o país—sino un resultado de nada más que su propia locura.

“Dado el hecho de que hay pocas personas que tienen tiempo o el tiempo libre para viajar durante días solo para ver los exámenes de graduación de la Hunters’ Prep School en la capital de otro país, y el hecho de que la mayoría de las figuras fueron compradas por la gente que vive en la capital, no muchas deberían haber llegado a otros países,” dijo Pauline, con la esperanza de consolar a las demás. Pero…

“Pero eso significa que la mayoría circulan por la capital de Tils, así que…” dijo Mile, poniendo sal en la herida una vez más.

“¡No lo digas!”

Como siempre, Mile no había leído el ambiente.

***

 

 

Ding-a-ling.

El timbre del salón del Gremio hizo el mismo sonido que en cualquier otra rama, como si hubiera una campana estandarizada que todos debían usar.

Una vez más, la escena se desarrolló como siempre lo hacía cuando entraban en un nuevo Gremio en un nuevo pueblo: todas las miradas del lugar se volvieron para fijar al Pacto Carmesí.

Algunos evaluaron, otros miraron; algunos parecían desdeñosos, algunos parecían atónitos, algunos parecían intrigados, y algunos parecían ya estar planeando causar problemas.

Después de un largo momento, aproximadamente la mitad de los cazadores volvieron a lo que habían estado haciendo anteriormente. La otra mitad observó al Pacto Carmesí cuidadosamente mientras se dirigían al mostrador. Sí, fue como siempre sucedía en un nuevo Gremio.

“Somos Pacto Carmesí, grupo registrado en la rama de la Capital del Gremio de Cazadores en el Reino de Tils. Actualmente estamos en un viaje de entrenamiento, y nos quedaremos en este pueblo por un corto periodo de tiempo.”

Como de costumbre, Mavis fue quien anunció el grupo a la recepcionista del mostrador. Esto era en parte porque ella era la líder del grupo, pero también porque hacer que Mavis hablara siempre parecía tener la mejor reacción de las jóvenes del personal. Esto no era sorprendente. Si a un empleado se le acercara una novata descarada y de aspecto juvenil—o una novata algo tonta e igualmente juvenil—o una mujer joven cuyos atributos eran más prominentes que los suyos, entonces podrían volverse un poco mezquinas y decir algo brusco. Hasta que el grupo conociera a los empleados, que Mavis hablara era la apuesta más clara y segura.

“¡Santo cielo, vienen de muy lejos!” Respondió la empleada alegremente. “¡Bienvenidas! Estamos contentos de recibirlas. Por favor, perdona todas las miradas extrañas. Es casi inaudito tener un grupo de solo señoritas en estas partes. De hecho, siempre es así cuando entran las mujeres. Honestamente, esa es una reacción típica de esos tipos. ¡Por favor perdónenlos, ya que no tienen malas intenciones al hacerlo!”

“¡No hay problema! ¡No nos importa en absoluto!” Dijo el Pacto Carmesí al unísono.

“¿Qu-qué dijeron?”

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La chica estaba desconcertada por su respuesta entusiasta.

Sí, cuando entra un grupo de mujeres extrañas, esa era la reacción típica.

Típica. Una reacción típica

“¡¡¡Lo típico está bien con nosotras!!!”

De repente, todo el grupo sonaba mucho como Mile…

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