Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 1

Capitulo 3: Problemas En La Ciudad Santa

Parte 4

Aventureros

—En algún lugar de Holylight

El salón era enorme, casi demasiado grande para estar bajo tierra. Esto fue en la sede de los satanistas, donde se reunieron los altos mandos de la organización. Ahora, estaban discutiendo su ataque que tuvo lugar hace unos días.

“Warlkin. ¿Cómo es que fallaste tan miserablemente incluso después de desplegar el Tártaro?”

“Puede ser un comandante medio decente, pero un cobarde siempre será un cobarde”.

La mayor parte de la discusión involucró insultos contra Warlkin. Sin embargo, no refutó nada de eso y permaneció en silencio.

Estaba seguro de que si alguno de ellos en este salón estuviera en su lugar, habrían sido derrotados con la misma facilidad.

“Ese Dragonborn tenía poderes increíbles. No hay nada más que hacer”.

Escupió, causando que la conmoción creciera a su alrededor. Pero cuando la figura sentada en la silla en el otro extremo de la habitación levantó la mano… la habitación quedó en silencio. Utopía, líder de los satanistas, finalmente habló.

“Me importa menos el Dragonborn, y más el rumor de que el Señor Demonio ha aparecido”.

Nadie pudo dar ninguna respuesta. Habían rezado por la convocatoria del Señor Demonio, pero ninguno de ellos había regresado del Santuario de los Deseos.

Era justo suponer que la convocatoria había terminado en fracaso. En la Ciudad Santa, ya había un cartel de búsqueda de alguien que decía ser el Señor Demonio. Sin embargo, el hombre en el dibujo parecía un humano común. Si bien su rostro era intimidante, no se parecía al de un Hellion.

“También hubo un rumor… de que el Rey de los Demonios resucitó, pero fue asesinado por el Señor Demonio, ¿no?”

La utopía continuó, haciendo que todos en la habitación parecieran haber mordido un limón agrio. Parecía tan inútil que su tan esperado Lord Demonio había matado al Rey de los Demonios. Si bien incluso la resurrección del Rey de los Demonios fue solo un rumor para ellos, este escenario no fue una hipotética agradable para considerar.

“En cualquier caso, el Tártaro requiere más sacrificio para aumentar su poder”.

Esta fue una orden para llover más caos y carnicería. Todos en la sala fortalecieron su resolución. Consideraron que la dolencia sobre su nación era demasiado avanzada para curarla. Para ellos, el único curso de acción era quemar todo el país hasta el suelo y reconstruirlo de las cenizas.

“… Desolémonos la Ciudad Santa, y sumérjala, y a todos en ella, en el Tártaro”.

Utopía emitió una proclamación de profanación. Los otros superiores se pusieron de pie y salieron de la habitación para prepararse para su próximo ataque. Pronto, Utopía se quedó sola.

“Greole, ese tonto… ¿En qué piedra tropezó y cayó?” Utopía murmuró en la habitación vacía.

—Kanpai, un bar en la Ciudad Santa

Este era el bar con la mayoría de los aventureros dando vueltas adentro en cualquier momento. Independientemente de su nivel de habilidad, los aventureros generalmente volvieron al mismo bar al que habían venido desde su inicio. Muchos desarrollarían un apego al establecimiento que los ayudó durante sus días de novicio.

Este bar había visto el surgimiento de muchos aventureros, y muchos de los exitosos seguían regresando. Lo que una vez comenzó como un pequeño agujero en la pared ahora se había convertido en el bar más grande y mejor conocido de la Ciudad Santa: un caso raro de un negocio exitoso donde los clientes y el establecimiento crecieron juntos.

“El Señor Demonio. ¡Ese era el Señor Demonio, sin duda!”

Mikan había estado divagando sobre la mujer detrás de la barra, la dueña del establecimiento. Ella sostenía un vaso frío de cerveza en la mano, y ya parecía bastante borracha. Por lo que parece, no podía sacar de su mente al Señor Demonio, a quien había conocido el otro día.

“El Señor Demonio, ¿eh…? ¿Está bueno?”

La dueña preguntó, bulliciosamente. Se llamaba Sammie, una corpulenta mamá-oso de unos cincuenta años. Cuidó bien a todos en su bar, obteniendo el respeto de muchos aventureros.

“… Era gris y astuto. Quiero que él llene el vacío en mi corazón. Y mi trasero.”

“¡Ja, ja, ja! ¡Tienes una mente de una sola pista, Yukikaze! ¡Solo agárralo por las bolas, conseguirás al hombre que quieras! ”

Yukikaze se unió con una línea precaria como siempre, y Sammie se contuvo con una carcajada. Los dos estaban sobrios, por cierto. Uno se estremecería al imaginar su línea de conversación si hubieran estado borrachos. Mikan, el más sensato de los tres, finalmente gritó con una cara de color rojo remolacha:

“¡Yukikaze, él es el Señor Demonio! ¿No lo entiendes? ¡Además, eres un hombre! ”

“… No sabes nada, Mikan. Cualquiera puede quedar embarazada si es una niña de corazón”.

“¿Tu leche se ha disparado?”

Los hombres alrededor del bar estaban escuchando esta conversación, refunfuñando. ¿Cómo pudieron haber mantenido la calma al escuchar que alguien había robado el corazón de su ídolo?

“No sé quién eres… pero te encontraré”.

“¡Señor Demonio, mi trasero! Ese tipo tiene una ilusión de grandeza”.

“En realidad, quiero ser impregnado por Yukikaze. Uwu”.

“¡Cierra tu boca!”

Estos hombres habían formado una hermandad fuera de sus respectivos equipos como el Yukikaze Fan Club. Habían creado varios productos e incluso habían publicado algunos fanfics. Algunos de ellos incluso se pusieron una “capa de waifu”, con una imagen a tamaño real de Yukikaze. Fandoms actuó casi igual en este mundo, al parecer.

“Piénsalo. Había como trescientos lobos de arena… ¡Los quemó al suelo en un abrir y cerrar de ojos! ¡Esa cosa es un desastre esperando que suceda!”

“… Mikan. Él te salvó la vida, ¿recuerdas?”

“Urgh… S-Sí, pero…”

“… Deberías pagar tu deuda de vida con él en la cama”.

“¡No gracias! ¡Eso lo harías tú! ”

La conmoción continuó en Kanpai como siempre. En medio del alboroto, había un hombre con su espada en su regazo que no habló con nadie. Seguía vaciando botellas de vino fuerte. Conocido como Alverd the Flashing Sword, era un famoso espadachín que derribaría a cualquier oponente con un solo corte de su espada.

“¡Ja! El hombre que se hace llamar el Señor Demonio… Parece un buen escalón como cualquier otro.”

Imaginándose a sí mismo cortando la rumoreada figura, y la fama y la fortuna que seguramente seguirían, Alverd lució una sonrisa intrépida.

—Artemis, un bar en la Ciudad Santa.

A diferencia del bar de aventureros, este bar era un lugar súper alegre, frecuentado por nobles. El establecimiento estaba lleno de tranquilidad, lejos de cualquier conmoción. En un rincón del bar, un par de mujeres disfrutaban tranquilamente de su comida. Si bien estas dos aventureras se destacaron entre un establecimiento lleno de nobles, nadie se quejó. Ambos eran famosos aventureros de clase mundial con una clasificación S, conocida como Star Players.

El tema de su conversación no fue el Señor Demonio, sino el Dragonborn. “Olgan, ¿de verdad crees que es un Dragonborn?”

Uno de ellos dijo, sacando una cucharada de estofado en su boca. Parecía ser una sacerdotisa devota, su ropa rebosaba de una fuerza sagrada. Un demonio de rango inferior ni siquiera podría acercarse a ella. Sin embargo, su característica más notable fueron sus senos. Parecían estar a punto de estallar en cualquier momento. Uno podría haberse preguntado cómo podría respirar en absoluto. Su nombre era Mynk, uno de los jugadores estrella más conocidos. Mejor conocido por los hombres por su hermoso cabello azul y su seno montañoso.

“Yo diría ‘no es una oportunidad’… pero nada es imposible”.

La mujer llamada Olgan respondió, comiendo su ensalada. Ella simplemente empujó los verdes desnudos en su boca. Olgan era casi como un niño de estatura, la totalidad de la cual estaba cubierta con una túnica negra, evitando que cualquiera a su alrededor la viera mucho.

Aun así, la forma en que ella rellenaba sus pequeñas mejillas llenas de ensalada era bastante adorable. Ella era de una raza muy rara, una sangre mixta de humanos y Hellion… un Firebrand.

Algunos países los cazaban, por eso ocultaron su identidad y viajaron de una base de operaciones a la siguiente. Naturalmente, Holylight no toleraba su especie. Solo se habían detenido camino a su próximo destino. En este momento, Mynk era el único que sabía que Olgan era un Firebrand. Cualquier otra persona que se enteró… no vivió para difundir ese conocimiento.

“¿Pero no es tan emocionante? Un Dragonborn que no tolera el mal.”

“Si fuera real, Animania no lo dejaría ser”.

“¿Un salvaje dragón nacido, entonces?”

“Ridículo. Si bien me encantaría ver una criatura así… ”

Si bien ambos eran de sangre mixta, los Dragonborns fueron venerados mientras Firebrands fue perseguido. Por supuesto, todo parecía ilógico para Olgan, e incluso consideró a los Dragonborns como una espina en su costado.

“Se rumorea que el Señor Demonio también ha aparecido. La oscuridad dentro de mí lo proclama.”

“Eres una sacerdotisa, ¿recuerdas…? ¿Qué es esta tontería sobre ‘oscuridad’? ”

“Mi ojo derecho tiembla… No hay error. El Señor Demonio ha llegado para descender el mundo al caos. Seremos la oscuridad para derrotarlo.”

“¿De qué demonios estás hablando?”

Desafortunadamente, Mynk estaba en esa fase de ‘protagonista de anime problemático’. Quizás este mundo tenía una ley que decía que la mitad de un dúo tenía que ser un bicho raro.

Con las especulaciones de estos aventureros sin que él lo supiera, el Señor Demonio se estaba acercando a la Ciudad Santa. Al mismo tiempo, los satanistas estaban acelerando su plan bajo tierra. La tormenta que se dirigía a la Ciudad Santa ahora parecía inevitable.