Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 5

Extra 1: Una Enfermedad Común

“Es inusual verte en el castillo, señor Barbatos”, dijo Kimaris mientras cruzaba Barbatos por la noche, solo en la cocina y bebiendo un trago.

“¿Huh? Kimaris? Oh, sí, supongo que no he hablado mucho contigo”.

“… ¿Paso algo? No te ves bien “, preguntó Kimaris. Barbatos solía ser un individuo vulgar y ruidoso, pero actualmente estaba actuando de manera dócil.

“Bueno, supongo… El otro día, ese tipo de Azazel me cortó, y desde entonces me he sentido fuera de lugar. Pensé que era una maldición de la iglesia o algo así y vine a buscar a la novia de Zagan para que me hiciera un chequeo, pero ella dijo que no había nada malo en mí”.

“… ¿Qué tipo de síntomas tienes? Te ayudaré si puedo “, respondió Kimaris. Incapaz  de ignorar a Barbatos  después  de verlo actuar tan mansamente, se sentó a su lado.

“Veamos… ¿Supongo que podrías llamarlo palpitaciones irregulares del corazón? No sé por qué, pero mi corazón sigue latiendo como loco. Oh, mi cabeza se calienta cuando ni siquiera estoy enojado. Es raro. Bueno, al menos no es tan malo que la brujería no pueda solucionarlo, pero cuando sucede tantas veces al día… ”

La expresión de Kimaris se volvió sombría cuando se pellizcó la frente. Un pensamiento tonto pasó por su mente cuando reflexionó sobre el dilema de Barbatos.

“Sir Barbatos, ¿podría ser que en esos momentos… una dama estaba cerca?”

“¿Una mujer? Bueno, sí, soy guardaespaldas en este momento, así que la llorona siempre está cerca… Hm, espera. Ahora que lo pienso, siento que la mayoría de estos espasmos ocurren cuando la miro a la cara”.

“Um, señor Barbatos. Esto es mera conjetura, pero creo que solo tienes sarampión. Es una enfermedad leve que todos los humanos experimentan al menos una vez en la vida y pasarán con el tiempo, por lo que no hay necesidad de que se preocupe”.

“¿De verdad? Qué alivio. Gracias por la ayuda hombre. Eres un buen chico Te trataré con un buen trago la próxima vez”.

“Lo espero con ansias”, respondió Kimaris. Y al ver que Barbatos había recuperado algo de su espíritu, se hizo un voto firme.

¡Debo mantener esto en secreto de la señorita Gremory!