Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 5

Epilogo: Primera Cita

Varios días después del incidente de la quimera, Kuroka estaba sentada en la plaza frente a la iglesia, aparentemente completamente perdida.

¿Qué debería hacer ahora…? ¿Debía tratar de vengar a Raphael incluso ahora? Al menos, no sentía ningún deseo de seguir acosando a Zagan después de todo lo que había sucedido. Puede haber sido cierto que mató a Raphael, pero al mismo tiempo, claramente tenía un profundo respeto por él.

Raphael definitivamente no fue asesinado de una manera vil y encubierta, por lo que fue difícil para ella odiar a un hombre que dijo que lo respetaba. El deseo de venganza de Kuroka había llegado a su fin. Sin embargo, después de haber perdido ese objetivo, ya no tenía idea de qué hacer.

¿Hubo incluso un propósito para trabajar en la iglesia cuando Rafael no estaba en ninguna parte?

Además, es difícil para mí incluso enfrentarme a Lady Chastille en este punto… Después de que Zagan explicara las cosas, Kuroka estaba convencida de que Chastille solo había causado un malentendido y no tenía nada que ver con la muerte de Raphael.

Aunque tenía dudas sobre por qué Chastille había dicho cosas tan engañosas en primer lugar, estaba demasiado avergonzada para mencionarlo después de que ya había intentado quitarle la vida. Y esa mezcla de circunstancias incómodas dificultó a Kuroka trabajar como subordinado de Chastille.

Sin embargo, después de hacer una solicitud de transferencia irrazonable, también fue difícil para ella regresar a la iglesia a la que estaba originalmente afiliada. Kuu le había dicho que se quedara en la ciudad con una sonrisa, pero había demasiados problemas para que Kuroka simplemente aceptara eso.

Incapaz de encontrar una respuesta, Kuroka dejó escapar un suspiro. Entonces, una gran sombra de repente se extendió ante ella. Parecía que estaban buscando un banco. La plaza había sido completamente destrozada por la batalla con la quimera, por lo que el único lugar para sentarse era el banco que Kuroka ocupaba actualmente.

“Por favor, tome asiento”, dijo Kuroka mientras se deslizaba sobre el banco para hacer espacio. El que estaba delante de ella probablemente era un hombre.

A juzgar por el sonido, parecía llevar una armadura voluminosa. El sonido que emitió fue relativamente ligero en comparación con el de los Caballeros Angélicos de la Armadura Ungida, pero el movimiento del hombre todavía sonó con fuerza.

Ella asumió que el hombre era bastante grande y fuerte, ya que se las arregló para moverse en ese atuendo con poco problema.

Hm, qué extraño… Esto es… un olor realmente nostálgico… Era un olor que tenía que haber conocido bastante bien, pero con su mente confusa, Kuroka no pudo reconocerlo. El hombre inclinó la cabeza con un sonido metálico de su armadura, luego se sentó junto a Kuroka.

Silencio. Kuroka se había perdido y simplemente estaba sentada allí aturdida, pero en poco tiempo, el hombre le habló en un tono preocupado.

“Hmm… ¿Estás bien de salud, Kuroka?”

Era una voz demasiado nostálgico, pero una que no debería haber podido escuchar nunca más.

“¿Huh…huh? De ninguna manera… Esa voz es… ¡Rafmmm! ”Los ojos de Kuroka se abrieron de par en par cuando intentó gritar su nombre. Sin embargo, el hombre inmovilizó su boca.

“Soy Valefor. Ese hombre ya está muerto”.

El pecho de Kuroka se apretó cuando se vio incapaz de hablar. La forma en que habló de una manera incómoda que estaba llena de una sensación de amabilidad dominante dejó en claro que era la voz del hombre que Kuroka conocía.

“Debido a ciertas circunstancias, actualmente estoy sirviendo al Archidemonio Zagan. Es un lugar bastante ruidoso, pero me está yendo bastante bien a mi manera “, dijo el hombre blindado mientras se rascaba la mejilla, haciendo ruidos metálicos debido a su voluminosa armadura.

Lo sabía todo… e incluso salvó a Lord Raphael… pero no dijo nada… y aceptó todas mis quejas… Kuroka se aferró al hombre blindado y asintió repetidamente mientras reflexionaba sobre los motivos de Zagan. ¿Por qué exactamente estaba dispuesto a ir tan lejos para ayudar a otros? Se suponía que era un hechicero atroz.

“¿Pretendes… volver al lado oscuro?”, Murmuró el hombre blindado como si buscara las palabras correctas para decir.

Kuroka había pertenecido a Azazel antes de que ella perdiera la vista. Eso se debió a que un hechicero mató a toda su gente, y ella fue invitada a unirse a sus filas debido a sus habilidades físicas y al odio abrumador que sentía por los hechiceros.

Sin embargo, Kuroka falló durante sus deberes y perdió la vista. En ese momento, Raphael la acogió, le brindó un cuidado tierno y usó las espadas cortas que usó durante su tiempo en Azazel para hacer un bastón de espada para ella.

Raphael comenzó a moverse para cambiar las formas de la iglesia debido a su desdén por las ramas que usaban a los niños como armas. Ya no pudo luchar y se fue con poco ánimo, Kuroka fue salvado por él. Y luego, una vez que se acostumbró a caminar con un bastón y pudo usar una vez más sus espadas cortas, la noticia de la muerte de Raphael llegó a sus oídos.

“Estaba planeando hacerlo, pero parece que hice algo descuidado de nuevo…” Kuroka sacudió la cabeza aturdida mientras decía eso. Desde el principio había sentido que la voz que le susurraba al oído era algo en lo que no podía confiar. Sin embargo, los superiores de Azazel eran personas así. Sabía que la estaban usando con algún tipo de objetivo en mente, pero Kuroka estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para vengar a Raphael.

Por cierto, esa “voz” aparentemente era la voz de un hechicero que no tenía nada que ver con Azazel. Aunque estaba desesperada, realmente le daba vergüenza escucharlo.

Era difícil para ella regresar a Azazel como estaba ahora. Habiendo dicho eso, tampoco sabía si estaba bien para ella quedarse en esta iglesia. Y al ver el dilema de Kuroka, Raphael ofreció una sugerencia.

“Si no tienes a dónde ir, ¿por qué no vienes conmigo? Mi señor es un hombre con un pecho ancho. Seguramente te recibirá también a ti”.

Es por eso que ese señor trajo a mi papá aquí… Un dolor punzante asaltó el corazón de Kuroka una vez más.

Kuroka todavía no sabía exactamente qué le había pasado. Sin embargo, ella entendió que él estaba en una posición en la que tenía que ocultar el hecho de que estaba vivo.

Por eso Zagan y Chastille no le dijeron nada al respecto. Y ahora la estaba dejando reunirse con Raphael e incluso le estaba dando un nuevo lugar para quedarse. Raphael llamándolo “un hombre con un pecho ancho” parecía completamente justificado.

“… Tu invitación me hace muy feliz, papá. También estoy… agradecido con él… ”

“Entonces…”

“Por eso… voy a transmitir eso”, respondió Kuroka, acompañando sus palabras con un movimiento de cabeza. Luego, sonrió como si estuviera a punto de llorar y dijo: “Si él me muestra más amabilidad, definitivamente me enamoraré de él”.

Ella sabía desde su primer encuentro que él ya tenía una mujer que amaba. Siendo tan inmadura, seguramente se convertiría en una carga para él si se quedara a su lado.

“Volveré desde el principio y haré lo mejor que pueda por allí. No sé si la gente me aceptará, pero creo que es algo que tengo que hacer “, dijo Kuroka mientras se volvía hacia la iglesia detrás de ella.

Raphael no dijo nada y acarició suavemente la cabeza de Kuroka. Y en respuesta, Kuroka agarró su amable mano.

“Vendré a visitarte, papá. ¡Desde que viniste a animarme cuando estaba deprimido, la próxima vez vendré y haré lo mismo por ti! ”

“Ya veo. Lo esperaré con ansias, entonces”.

Así termina la tan esperada reunión entre un padre y una hija terriblemente extraños.

***

“¿La señorita Nephteros terminó por quedarse en casa de Chastille?”, Preguntó Nephy, sonriendo aliviada cuando Zagan le contó los detalles de lo que sucedió en la ciudad. Con un codo plantado en su trono, Zagan hizo una sonrisa forzada hacia la encantadora niña que abrazaba su regazo.

“Sí. Parece que se llevan bastante bien ahora”, respondió Zagan. Había intentado invitarla a vivir en su castillo, pero cuando lo hizo, Nephteros apretó con fuerza el borde de la ropa de Chastille y no la soltó.

“Es una suerte que haya podido encontrar a alguien que lloraría por ella”, afirmó Zagan, creyendo que podría haber sido lo mismo que ser salvado por alguien. Por lo menos, el propio Zagan se salvó porque Nephy lloró por él. No  era algo que cualquiera pudiera hacer.  Claro, Zagan tenía la intención de proteger a Nephteros, pero no tenía confianza en que pudiera derramar una lágrima por ella.

Chastille era diferente de él en ese aspecto. Después de enterarse de las circunstancias de Nephteros, ella gimió como si fuera algo que le había sucedido. No había una pizca  de egoísmo en sus acciones, ya  que realmente estaba llorando desde su corazón. Por eso Nefteros pudo recuperar el equilibrio.

“Entonces… ¿qué pasa con el otro grupo…? ¿Qué les pasó a Kuroka y Kuu?” Preguntó Nephy mientras las puntas de sus orejas puntiagudas temblaban.

Al final, supongo que no pude obtener ninguna información sobre Azazel de la iglesia… pensó Zagan, incapaz de responderla de inmediato.

Una organización secreta que tomó el nombre de la Decimotercera que no debería haber existido para asesinar enemigos internos y externos de la iglesia. Ese era el lado oscuro de la iglesia, Azazel. Parecía que entrenaron a niños como Kuroka que no tenían parientes para ser sus soldados, y por eso, Raphael los había estado persiguiendo.

Zagan había terminado de regreso en su punto de partida con respecto a la decimotercera. Sin embargo, todavía tenía una preocupación al respecto.

El misticismo celestial de Nefteros resonó no solo con la Espada Sagrada de Chastille, sino también con las espadas cortas de Kuroka…

Había leído una nota que decía que el poder de un alto elfo podría usarse para amplificar la fuerza de una Espada Sagrada, ¿pero por qué funcionó con esas espadas cortas?

“Parece que las dos se quedarán en la iglesia. Bueno, Chastille debería ser capaz de darles  un buen uso, ¿verdad?” Respondió Zagan mientras sacudía esos pensamientos persistentes. No estaba claro si Orias borró los recuerdos de Kuu o no. Sin embargo, no parecía que hubiera una sola nube sobre su sonrisa cuando estaba con Kuroka.

“Maestro Zagan. Es por eso que enviaste a Raphael a hacer un recado, ¿verdad? “, Preguntó Nephy, con los oídos temblando como si encontrara su respuesta extraña. En respuesta, Zagan simplemente desvió la mirada como para fingir ignorancia, luego respiró hondo.

Él ya había hecho preparativos sobre dónde caminarían. Se había ocupado de Bifrons, que parecía ser del tipo que se interponía en el camino. Y, incluso, había resuelto los problemas con Nephteros hasta cierto punto, que eran la raíz de las ansiedades de Nephy.

En ese caso, ¿no es este el momento perfecto para invitarla? “¡De todos modos, Nephy!”

“¿Sí?” Respondió Nephy, mirándolo directamente a los ojos con una expresión inocente en su rostro.

“Este caso con Bifrons se resolvió, así que pensé que las cosas podrían calmarse por un tiempo”, dijo Zagan mientras ambos se sonrojaban y palidecían.

“Ya veo…” Nephy lo miró con expresión perpleja, pero sus mejillas se pusieron aún más rojas, como si esperara algo.

Ugh, ¿esta Nephy muestra su afecto por mí a pesar de estar todo nervioso? Sus ojos le decían que esperaría sin importar cuánto tiempo tomara. Y así, después de aclararse la garganta a lo grande, Zagan habló con resolución.

“¡Escúchame, Nephy! ¿Te gustaría intentar ir a esa cita o como se llame? ”

“Sí. Con mucho gusto “, respondió Nephy sin dudarlo ni un momento.

“¿Huh? ¿E-Enserio? No, antes de eso, ¿sabes qué es una cita?”

“No sé el significado de esa palabra, pero haré todo lo que desee, Maestro Zagan”, dijo Nephy mientras sacudía la cabeza.

Desafortunadamente, sus palabras peligrosas habían dejado a Zagan al final de su ingenio.

Pensé que ese sería el caso… Incluso Zagan no sabía lo que significaba la palabra fecha antes de que Gremory y Foll le enseñaran al respecto.

El entorno en el que creció Nephy era bastante similar al suyo, por lo que había  mucho  que  ambos  no  sabían.  Sin  embargo,  Zagan  estaba demasiado avergonzado para decirle lo que era de una manera directa. Por eso murmuró una cruda explicación por lo nervioso que se sentía.

“Esa cosa llamada cita, es, um, ves … Bueno, aparentemente es lo que la gente llama … un hombre y una mujer enamorados caminando por la ciudad … comprando cosas … y dando vueltas solo ellos juntos “.

“Ya veo… ¿Eh?” Murmuró Nephy, sus orejas se volvieron de color rojo brillante hasta sus puntas mientras captaba el significado de su explicación. Luego se cubrió la cara como si finalmente no pudiera soportarlo más, pero finalmente miró a Zagan a través de los huecos en sus dedos.

“Con placer. Te acompañaré a donde quieras “, respondió finalmente Nephy con voz melancólica y casi silenciosa.

No estaba claro si la forma en que la invitó a una cita o su respuesta fue correcta o no, pero con eso, los dos terminaron partiendo en su primera cita.