Risou No Himo Seikatsu (NL)

Volumen 14

Capítulo 3: La Aspiración De Un Artesano

Parte 3

Varios días después, Zenjirou estaba nuevamente a salvo en Capua.

Si bien ahora tenía una buena cantidad de deberes como miembro de la familia real y como Duque de Bilbo, naturalmente no estaría trabajando también el día del viaje. Por lo tanto, regresó directamente al edificio principal del palacio interior.

Todavía era temporada de calor y el clima, que literalmente amenazaba la vida, hizo que se programara una larga pausa para almorzar. Eso significaba que Aura estaba allí en la sala para recibirlo.

“Estoy en casa, Aura”, dijo él.

“Bienvenido de nuevo”.

Se abrazaron en medio de la habitación antes de compartir un beso. Si bien sentir el calor de su piel sobre la de él era agradable después de tanto tiempo fuera, el clima fue la causa por la que pronto comenzó a sentirse sofocante. Probablemente lo mismo sucedió con ella también.

“Aunque tenemos mucho de qué hablar, ¿Tal vez, podríamos reubicarnos?”, sugirió ella, señalando hacia el dormitorio.

“Estoy de acuerdo”, respondió él, moviéndose junto con ella, de la mano. “Ahhh”, Zenjirou suspiró de placer una vez que entraron. “Estoy vivo”.

“De hecho, todavía parece un mundo completamente diferente aquí”, coincidió Aura.

El aire frío que salía del aire acondicionado fue un bienvenido respiro del calor de la temporada. Dado que esta era la única habitación donde se instaló, bien podría haber sido otro mundo.

Los dos estaban sentados en sillas de mimbre que habían traído a la habitación, uno frente al otro.

“Los generadores de niebla son bastante efectivos, pero no hasta este punto”, comentó Aura. “Consideré que, tal vez, tendríamos que ofrecerle refugio a Freya aquí dependiendo de cómo se desarrollen las cosas, pero, me alegro de que eso aún no haya sucedido”.

Zenjirou se movió ligeramente ante sus palabras. “Sí, es posible que ya no tengas que preocuparte por eso”.

Habían mantenido, al menos hasta cierto punto, las cosas que Zenjirou había traído de la Tierra lejos de Freya y los otros habitantes de Uppsala.

“Bueno, en realidad ya es demasiado tarde. Sabemos más o menos qué tipo de persona es Freya y necesitamos construir una relación entre nuestros dos países. Creo que deberíamos aceptar este nivel de riesgo”.

Zenjirou ya había usado la linterna y la cámara frente a Freya sin ninguna preocupación real. Las sirvientas también pudieron tomar prestada la consola de juegos y el área donde se instaló el generador no estaba realmente restringida. De hecho, como dijo Aura, ya era un poco tarde para preocuparse por eso.

“Entiendo. Entonces supongo que deberíamos invitarla al edificio principal en algún momento”.

“Déjamelo a mí”, respondió Aura. “Invitarla causaría problemas. Por supuesto, tu permiso es una suposición importante”.

Zenjirou, que ahora tiene dos esposas, entendió lo que su primera esposa quería decir con eso.

“Ah sí. Entonces contaré contigo para eso”.

Si Zenjirou invitaba a Freya al edificio principal, podría tomarse como que Zenjirou sólo veía el edificio principal como su hogar en lugar del palacio interior como un hogar y que estaba tratando a Freya como a una invitada.

“Bueno, podemos dejar las cosas con Freya para más tarde y simplemente discutir lo que pasó”.

“Es cierto, aunque ella es parte de lo que ha estado pasando aquí”.

Así, marido y mujer se lanzaron a la ahora familiar danza de actualizarse mutuamente sobre en qué habían estado involucrados.

“Ya veo”, dijo Aura una vez que Zenjirou terminó. “Las familias El’Haryuko y Ryarfon te están regalando dragones para mostrar su agradecimiento. Ciertamente no podremos rechazarlos”. Ella dejó escapar un suspiro.

“Entonces, tenemos que aceptar”, dijo Zenjirou, habiendo esperado eso.

“Es como dices, los dragones de raza restringida a las familias El’Haryuko y Ryarfon son su mayor tesoro. Ofrecerlos como regalo es la mayor señal de agradecimiento que pueden dar. Rechazarlos, suponiendo que no estuviéramos preparados para cortar los lazos por completo, sería imprudente”.

“Sí, eso parece. Además de eso, si no lo montara y se lo prestara a alguien como el arco, eso también sería malo, ¿No es verdad?”.

“Lo sería. Sería diferente si te consideraran demasiado mayor, pero, como no lo eres, evitarlo sería lo mejor”.

“Sí, eso pensé…”.

Zenjirou se desplomó cuando ella le dijo lo que él ya sabía. En otras palabras, ahora tendría que tomar las lecciones de equitación que hasta ahora había evitado. Aura esbozó una media sonrisa ante su reacción mientras hablaba.

“Supongo que es una gracia bastante desagradable para ti. Sin embargo, normalmente valdría la pena aplaudir de alegría.

Francamente, tengo algo de envidia. Hasta donde yo sé, no ha habido ni un solo capuano al que se le haya regalado uno”.

“Bueno, estoy agradecido por ello”. Zenjirou se encogió de hombros. Estaba interesado en montar un dragón.

“Como viajarán por tierra, será al menos la temporada activa antes de que lleguen. Quedan varios meses hasta entonces, así que, quizás sería mejor aprender de antemano”.

Zenjirou entendió que no había forma de evitarlo, por lo que tomó las cosas con optimismo. “Entiendo. Al menos no hay nada malo en aprender. ¿Con quién estaré aprendiendo y dónde?”.

Después de todo, Zenjirou era realeza. No podían simplemente elegir un caballero que cabalgara bien para enseñarle. Su instructor necesitaría tanto la habilidad como el prestigio necesario para enseñarle al príncipe consorte. También tenía que ser alguien que no utilizara el puesto para su propio beneficio.

“Bueno, te enseñaré lo básico. Podemos conseguir un dragón particularmente plácido que posee la familia real y llevarlo a los jardines interiores del palacio. Puedes aprender con eso”.

Zenjirou quedó desconcertado por su declaración. “¿Podemos hacerlo?”.

“Los jardines son lo suficientemente grandes. Supongo que tendremos que sacar varios parterres y sólo poder dejarlo caminar o quizá correr un poco. Aun así, eso será suficiente para aprender los fundamentos. Además, al menos puedo enseñarte esos fundamentos”.

Su esposa le enseñaría en el palacio interior. Honestamente, podía esperar eso. Si hubiera un problema, sería que llevar a cabo algo de esa escala en el palacio interior significaría que primero tendría que discutirlo con su otra esposa.

“¿Qué pasa con Freya, entonces? Definitivamente notará los dragones en el jardín, y dudo que se quede callada cuando lo haga”.

“Es verídico. Entonces, ¿Tal vez, deberíamos considerar que Freya y Lady Skathi se unan también?”.

Su comentario fue muy convincente. Teniendo en cuenta cómo era Freya, prácticamente no había posibilidad de que dejara pasar la oportunidad de montar un dragón. Lo mismo fue aún más cierto para Skathi. Ella era una guerrera hábil y no perdería la oportunidad de aprender a viajar en el medio de transporte más confiable de este mundo.

“Sí, creo que funciona”.

Sin ninguna intención real de hacerlo, Zenjirou, su esposa y su concubina probablemente compartirían una actividad en el palacio interior en poco tiempo.

“¿Y el otro va a ser para Carlos? Será un buen socio para él”.

Para los hombres de la realeza, montar dragones era prácticamente una habilidad indispensable. Aparte de personas como el rey anterior, Carlos II, que había sido particularmente frágil, y Zenjirou, que se había criado en una cultura completamente diferente, era una de las primeras cosas que aprenderían. En el Continente del Sur, un hombre de la realeza que no podía montar un dragón era como un adulto en Japón que no tenía una licencia de automóvil estándar.

Los Dragones Rapaces vivían mucho más que los caballos y eran considerados jóvenes durante un largo período. Eso significaba que, si bien había un cuello de botella esperando que crecieran lo suficiente, también podían crecer junto a sus jinetes y ser socios en el verdadero sentido del mundo. Su longevidad significaba que era bastante común que un caballero usara un solo dragón durante todo su servicio. Con el dragón de Carlos proveniente de los dragones de los Ryarfon, no sólo sus habilidades serían superiores al promedio, sino que también lo sería el prestigio de montarlo.

“Para empezar, ¿Criaríamos al dragón en el palacio interior?”.

Preguntó Zenjirou.

“No”, respondió Aura, sacudiendo la cabeza. “Será criado en los establos de dragones. Cuidar a un dragón es un trabajo especializado y, lamentablemente, dominado por los hombres. No hay nadie que pueda entrar al palacio interior, así que esa es la única opción”.

Naturalmente, el dragón con el que Zenjirou aprendería viajaría efectivamente hacia y desde el palacio interior todos los días.

“¿Vas a ser tú quien los traiga? Hay otros en el palacio interior que pueden manejarlos, ¿No es verdad?”.

“Haré que Inés y Margaret lo hagan. Ambas pueden. No estoy segura, pero es probable que Louisa también pueda hacerlo”.

“Eh, no esperaba que tantas mujeres pudieran montarlos”, dijo Zenjirou, impresionado.

“Bueno, para empezar, el dragón de práctica será particularmente dócil. Si simplemente lo guiaras con las riendas a pie en lugar de montarlo, apuesto a que serías capaz de hacerlo después del primer día”.

“Bien, supongo que son inteligentes”.

Zenjirou lo esperaba cada vez más a medida que Aura continuaba. De todos modos, ya habían terminado de hablar sobre los dragones por ahora, así que pasaron al siguiente tema.

“La solicitud del Príncipe Largo es un problema mucho mayor. Sí podemos proporcionar inmediatamente cuarenta de las joyas, no es imposible con un poco de margen de maniobra. Nuestra fabricación ha progresado hasta ese punto”.

Los artesanos estaban más familiarizados con las cosas y por eso las producían más rápidamente. Todavía no habían resuelto el problema de quemar los hornos mientras las fabricaban, por lo que pronto se estancarían, aunque era probable que Völundr pudiera ayudar allí.

Los comentarios de Aura hicieron que Zenjirou de repente retomara el hilo de la conversación.

“Hablando de producción de vidrio, está esa carta del sacerdote Yan que te mostré”.

“¿La introducción a los vidrieros de Bohevia? Me gustaría que esto avanzara tanto como podamos, pero involucra al Continente del Norte. Deberíamos dejarlo de lado por el momento”.

“Entiendo”.

De cualquier manera, incluso tal como estaban las cosas ahora, la solicitud de Largo era algo que podían aceptar.

“Un encantador nos serviría bajo un contrato de exclusividad por dos años. Eso es… ciertamente tentador. Mucho, pero la ubicación es otra cuestión”.

Ella dejó escapar un suspiro de preocupación. En el caso de la producción de canicas, incluso dos años serían suficientes para una cantidad significativa de herramientas mágicas. El problema era que incluso estando bajo el contrato exclusivo, les habían dicho que el encantador permanecería en el Reino Gemelo. Las solicitudes, junto con el intercambio de canicas y herramientas mágicas, tendrían que ser realizadas por Zenjirou mediante teletransportación.

“Bueno, eso es lo que buscan. Quieren que esté en algún lugar donde sea conveniente para viajar”.

Aura asintió.

“Probablemente sí. Son muy conscientes de la utilidad de tener a alguien que pueda lanzar el hechizo dentro de sus fronteras. Eso me recuerda que Taraye ciertamente no dejó pasar la oportunidad”.

“Sí, no estoy seguro de si llamarla terca, pero definitivamente no rehúye el esfuerzo para ganar dinero”.

De hecho, Taraye había utilizado la teletransportación tanto de Aura como de Zenjirou mientras este último estaba en el Reino Gemelo para realizar un viaje de ida y vuelta ella misma. Al parecer, se había quedado sin existencias para vender. Por lo tanto, aprovechó la oportunidad con ambas manos, una verdadera mujer de negocios.

“Incluso dijo que quiere que la envíe al Continente del Norte si puede obtener el permiso de los líderes del Reino Gemelo”.

“Al menos no se puede dudar de su espíritu. Aunque no hay manera de que lo permitan”, dijo Aura con una sonrisa.

La metalistería El’Mentaqat probablemente habría vendido grandes éxitos incluso en el Continente del Norte, y había productos allí que también se venderían en el Continente del Sur, pero, tal aventura era más de lo que a una hija de las familias ducales se le permitiría emprender.

“Bueno, olvídate de eso. ¿Qué opinas de este contrato de exclusividad?”.

“Hmm…”, murmuró Aura, sumida en sus pensamientos. Había ventajas y desventajas al aceptarlo. Habían tenido más o menos éxito en la producción masiva de mármoles, así que eso no sería un problema. Podrían conseguir el número requerido con un poco de paciencia. La tentación del contrato en sí era evidente.

Había muchas herramientas mágicas que Aura querría fabricar, tanto como precauciones contra el Continente del Norte como en un sentido más general.

Hubo sólo un problema. Requeriría que Zenjirou permaneciera regularmente dentro del Reino Gemelo. Eso fue un gran punto negativo para el acuerdo. El propio Zenjirou realmente no se daba cuenta, pero actualmente estaba cumpliendo con una gran cantidad de deberes. Reemplazó a Aura, tenía sus propios deberes como Duque de Bilbo y también tenía que visitar periódicamente el Continente del Norte como esposo de Freya.

Ninguno de ellos era particularmente difícil o laborioso, pero había molestias involucradas con cada uno de ellos que requerían su estatus, por lo que no había nadie que pudiera sustituirlo.

Con un empujón, Natalio podría reemplazar una pequeña parte de su papel de duque con su propia posición como líder de los caballeros de Zenjirou. Zenjirou se había sentido algo comprensivo con el caballero, cuyos derechos y deberes habían crecido mucho más allá de lo que había esperado inicialmente, para su angustia.

A pesar de todo, el contrato de exclusividad era tentador. Una vez que lo hubo pensado todo, la reina dio su respuesta.

“Deseo aceptarlo. Sin embargo, necesitamos más detalles.

Tenemos que evitar cualquier posibilidad de que te detengan en el Reino Gemelo durante más de un año”.

La palabra “detengan” sonaba bastante escalofriante, pero no era tan peligroso como parecía. Los líderes del país no eran tan tontos como para restringirlo físicamente dentro del país. En cambio, lo tratarían lo suficientemente bien como para que permaneciera fuera de su propia voluntad. Aun así, Aura quería evitar que pasara demasiado tiempo allí.

“Ah sí. Frikiya y Taraye me invitaron a sus territorios”, recordó Zenjirou con una sonrisa triste.

Sus dos familias, los An’Imyams y El’Mentaqats, eran las dos familias ducales que se habían asentado y tenían capitales estáticas para sus territorios. Los An’Imyam estaban sobre un enorme lago salado, mientras que los El’Mentaqat se establecieron cerca de una enorme mina de oro. El principal problema con ambas era su ubicación en lo profundo del desierto, por lo que ir y venir de la capital era una tarea importante.

Las invitaciones de las dos mujeres significarían que podría teletransportarse directamente a cualquier lugar, y podría entender su deseo por eso.

La diversión de su marido debió ser contagiosa porque Aura resopló de diversión antes de hablar.

“Es natural que deseen eso considerando sus posiciones. Sin embargo, existe un orden para tales cosas; si estás visitando minas en tierras extranjeras, al menos deberías haber visitado las nuestras primero”.

“Correcto, la mina de plata en Potosí. El único lugar que puedo visitar en el oeste es Valentia. Lo visitaré en algún momento para tomar una foto”, se rio entre dientes.

La capital a la que llamaban hogar estaba, en términos generales, en el centro del país. Había lugares importantes en todas las direcciones de la brújula. Al este se encontraba el Fuerte de Montjuïc. Al oeste estaba la ciudad portuaria de Valentia. Al sur estaba la ciudad minera de Potosí. Finalmente, al norte se encontraba la antigua capital, hoy capital del territorio de la familia Lara.

Cada uno de los cuatro era un lugar vital para el país y también eran puntos perfectos para dividir el país en cuatro. El don de teletransportación de la familia Capua podría usarse fundamentalmente para visitar cualquier lugar donde un miembro específico haya estado antes, pero sólo podría usarse si pudieran formarse una imagen mental clara de la ubicación.

Por lo tanto, la familia real priorizó esos cuatro lugares como lugares para conectar a la capital mediante teletransportación.

Dado que la primera ubicación de Zenjirou después de la capital fue la capital del Reino Gemelo, y la siguiente fue la capital de Uppsala, sus destinos se habían expandido de una manera bastante única en comparación con la norma. No podía posponer para siempre las cuatro ubicaciones principales en su tierra natal. La única que tenía actualmente era Valentia, y sería mejor si las otras tres estuvieran entre sus posibles destinos. En cuanto a Zenjirou, tenía la ventaja de su cámara, por lo que, si las visitaba al menos una vez para tomar una fotografía, debería poder arreglárselas en el futuro.

“Nos estamos saliendo un poco del tema, pero esencialmente vamos a aceptar, ¿Verdad?”.

“En efecto”. Aura asintió. “Será más trabajo para ti, pero la oportunidad es demasiado buena para dejarla pasar”.

“Entiendo. ¿Quizás debería configurar el reproductor de música para grabar mientras estoy en ello?”.

Aura comprendió de inmediato la implicación y la consideró antes de negar con la cabeza. “No, deberíamos evitar eso. Es bastante tentador, pero robar sus encantamientos no terminará bien. Nos vendría mejor un contrato oficial para conseguirlos”.

Capua actualmente tenía a Carlos Zenkichi como alguien con la magia lineal del encantamiento corriendo por sus venas. Si Zenjirou también consiguiera una concubina de la familia Sharou, entonces probablemente también habría más en camino. El problema que surgió entonces fue que, si bien tendrían personas capaces de lanzar los hechizos, esas personas no podrían hacerlo sin conocer ya los encantamientos.

Capua también tenía a Espiridión, una potencia de investigación mágica, por lo que no sería imposible desarrollar los hechizos ellos mismos. Aun así, sería mucho mejor que la familia Sharou les enseñara para empezar. Robar los encantamientos como lo había implicado Zenjirou generaría fricciones en el futuro.

Teniendo esto en cuenta, un acuerdo oficial sería lo mejor. Usar la grabadora como herramienta de aprendizaje sería perfecto, pero hacerlo sin permiso generaría demasiados problemas en el futuro y no era la mejor opción para ellos.

Después de analizar todo eso, Aura quedó algo desconcertada. “Debo decir que estoy bastante sorprendida de escuchar tal sugerencia tuya, Zenjirou. No parece propio de ti ofrecer métodos tan deshonestos”.

Zenjirou se movió con sentimiento de culpa. “Sí, bueno, supongo que estoy un poco ansioso”.

La expresión de Aura se volvió más grave ante eso. “¿Ansioso? Bueno, las impresiones de las personas que estuvieron directamente en el lugar de los hechos son vitales”.

Cualquier ansiedad por parte de Zenjirou se debería a lo que había visto del desarrollo del Continente del Norte. Considerando que lo había visto con sus propios ojos, la posición de Aura como reina significaba que no podía simplemente descartarlo de plano.

“Muy bien. Nos centraremos más en ello”, dijo.

Aura sintió que era consciente de la amenaza que representaba el Continente del Norte al tener en cuenta la información de Zenjirou y Freya, así como las fotografías de la ciudad. Sin embargo, ella todavía no estaba tan ansiosa por las cosas como Zenjirou. Por eso, a pesar de la “honestidad” de la conversación con Bruno, todavía eran ellos quienes se consideraban mutuamente y cambiaban las cosas para su beneficio individual.

Naturalmente, la honestidad en sí no era una mentira.

Comparado con lo normal, había sido una discusión tremendamente franca. El debate en sí había valido la pena. Sin embargo…

“Quizás lo tomamos demasiado a la ligera”, murmuró Aura.