Risou No Himo Seikatsu (NL)

Volumen 14

Capítulo 3: La Aspiración De Un Artesano

Parte 1

“Esto es un shock. Sinceramente, esperaba quedarme con esto por el resto de mi vida”.

De hecho, la expresión del anciano herrero era de absoluta incredulidad. Al hombre le habían otorgado el nombre de Völundr como prueba de que era el mejor herrero de Uppsala y en ese momento estaba estirando y flexionando sus articulaciones.

No dolieron. Ninguna de ellas lo hizo.

De pie frente al herrero mientras era liberado de décadas de dolores y molestias en la espalda y las caderas, estaban un hombre y una mujer. La mujer parecía tener todavía veintitantos años y el hombre tenía el aire cansado de alguien de mediana edad.

Estaban dentro de un patio del palacio real de Capua, comúnmente llamado Jardín de los Artesanos, cuando Margarita de la familia real Sharou se reunió con el experto herrero. El hombre de mediana edad que estaba a su lado era un sanador con contrato exclusivo para ella.

Técnicamente era parte de la familia Gillbelle, pero lo suficientemente de bajo estatus como para llegar a su casa más rápido si contaba al revés. También era conocido como el sanador más utilizado en el Reino Gemelo. De hecho, Margarita pasó más tiempo con él que con sus padres o su marido.

“Entonces, Sir Völundr, ¿Cumplirá su promesa y me aceptará como aprendiz?”.

El hombre se rascó el cabello blanco con torpeza mientras la princesa le sonreía con satisfacción.

No fue demasiado complicado explicar cómo se había llegado a esta situación. Tan pronto como Margarita llegó a través de la teletransportación de Zenjirou y se ocupó del mínimo de fiestas de bienvenida y reuniones con Aura, obtuvo permiso para reunirse con Völundr con el propósito expreso de convertirse en su aprendiz.

Había sido una petición completamente obvia para ella, pero las cosas no eran tan sencillas para él. Aunque a Völundr le faltaban algunos modales, aún sabía cómo funcionaban las cosas. Ya se veía a sí mismo como parte de Capua y era muy consciente de que no podía ser descuidado al tratar con la realeza de una nación aliada.

Sin embargo, todavía hubo problemas que le impidieron aceptar en el acto. Ella era una princesa. Una que ya estaba casada, además. No estaba seguro de poder enseñarle como lo había hecho con todos sus otros aprendices, con palabras duras y algún que otro golpe. En cuanto a su posición, la respuesta fue: Obviamente no. Sin embargo, la causa de su falta de seguridad fue mirarla.

Tenía un tono muscular visible en sus brazos incluso con una mirada superficial. Su cabello estaba seco por el calor de la fragua y su ojo derecho estaba nublado por mirar constantemente las llamas. Tenía los signos visibles de una herrera incondicional. Algo así rara vez se veía incluso en Uppsala.

Si bien sería de mala educación no tratarla como a la realeza, también sería de mala educación no tratarla como a una herrera.

Como resultado de esa vacilación, algo inusual en él, Völundr ofreció una excusa y la manifestó en lugar de expresar una respuesta honesta. Había utilizado las viejas heridas en las rodillas y la espalda como razón y dijo: “No estoy en condiciones de formar una aprendiz personalmente. Todo lo que puedo gestionar en este momento son solicitudes de la Reina Aura”.

En respuesta, Margarita había sugerido utilizar a su sanador bajo contrato exclusivo para curar esas heridas.

Estaba desconcertado. Era cierto que la situación no había transcurrido como esperaba, pero la mayoría de sus sentimientos fueron bienvenidos. Sus rodillas y espalda no habían resultado lesionadas en algún accidente. En cambio, se habían roto gradualmente debido a su largo tiempo como forjador. Se habían desvanecido incluso cuando su habilidad y conocimiento habían aumentado.

Había aumentado sus conocimientos y pulido sus habilidades para complementar su cuerpo enfermo. No sabía cuántas veces había deseado tener tanto su cuerpo más joven como sus conocimientos y habilidades actuales. Esas fantasías ahora se habían hecho realidad.

“¿Realmente? Simplemente… nada duele. ¿Estoy completamente curado?”. Preguntó Völundr, temblando levemente de alegría y otras emociones que lo abrumaban. El hombre de mediana edad, el sanador de la familia Gillbelle, le dio una tranquila advertencia.

“Todas tus viejas heridas están curadas. No sentirás dolor y podrás moverte como desees. Sin embargo, no hay nada que se pueda hacer con respecto a tu envejecimiento. Te pido que entiendas eso”.

Su cuerpo viejo y herido simplemente se había convertido en un cuerpo viejo y sano. No había regresado a su juventud. Por supuesto, a uno de los sanadores de la familia Gillbelle nunca se le habrían concedido todos los secretos de su magia, por lo que no fue una sorpresa.

“Bien, lo entiendo. Esto es suficiente por sí solo. Ahora sólo necesito escuchar a mi cuerpo mientras voy ascendiendo”.

“Sir Völundr”, intervino Margarita, aprovechando el momento. “Él es un sanador bajo contrato exclusivo para mí. Si aceptas tomarme como tu aprendiz, entonces será posible repetir lo que acabamos de hacer periódicamente”.

“Mmm. Pero debo tener el permiso de la Reina Aura junto con el de tu propio rey…”.

“Por supuesto que he obtenido permiso, aunque por el momento es sólo para lo que queda de este año”, respondió Margarita. Se había preparado lo más completamente que pudo.

El rey Giuseppe del Reino Gemelo conocía bien los intereses de Margarita. Conociendo su entusiasmo por su oficio, había renunciado a convencerla. Por el contrario, también sabía lo exigente que era ella, por lo que podía confiar en que no terminaría en un desastre.

De todos modos, si ella tuviera el permiso de ambos monarcas, a él le resultaría difícil seguir negándose.

“Muy bien, te aceptaré”.

“¡Gracias, señor Völundr!”, exclamó, dando un paso hacia él.

“¡Sin embargo!”, dijo bruscamente. “Como mi aprendiz, te trataré como tal en el taller. Tendrás que olvidar por completo tu posición como realeza. Si no puedes aceptar esto, entonces no sucederá”.

En el taller, los aprendices de Völundr se enfrentarían no sólo a sus duras palabras, sino también a posibles correctivos. Además, dado que el aprendizaje actualmente solo duraría alrededor de medio año, su estilo de enseñanza inevitablemente se volvería mucho más duro. No habría ninguna posibilidad de que ella se graduara de su instrucción, incluso después de un tiempo limitado.

“Ah, por supuesto. Eso es exactamente lo que quiero”. Su sonrisa era casi frenética cuando respondió.