Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 13

Capitulo 8

Episodio 5: El Nuevo Equipo Y Los Familiares (I)

Al día siguiente de mi combate con Sever, nuestro grupo recorrió un largo camino por los valles que se extendían al oeste de Teresa.

Los Valles de Trell eran un laberinto natural, formado a lo largo de los siglos. Una carretera ancha y bien asfaltada conectaba Teresa con la frontera por el oeste, pero nosotros viajábamos por valles más altos y estrechos, con destino a la Ciudad de las Almas Perdidas, que estaba al noroeste de Teresa. Por lo que me habían dicho, la Ciudad de las Almas Perdidas no estaba demasiado lejos de Teresa en línea recta. Nuestro camino, sin embargo, serpenteaba a través de una complicada serie de curvas, con muchas subidas y bajadas, incluidos unos cuantos acantilados por los que tendríamos que descender en rápel. Sabíamos que tendríamos que cambiar de ruta en función de las condiciones, así que habíamos planeado viajar durante dos días enteros.

Afortunadamente, Sever conocía bien los valles y se había ofrecido voluntario para ser nuestro guía. Nos dijo que los valles y la propia Ciudad de las Almas Perdidas acogían a menudo entrenamientos de campo para caballeros novatos de la Orden; él había seguido este camino varias veces durante su carrera.

“Un poco más lejos y llegaremos a un claro. Es un poco pronto para comer, pero deberíamos descansar allí un rato”, propuso Sever. “El camino se vuelve más difícil más allá del claro”.

“Me parece muy bien”, respondí.

“Hmm. Por cierto, Ryoma, tu equipo de hoy parece diferente al de ayer. Por lo que puedo ver, tampoco es de la estantería. ¿Te los has hecho tú?”, preguntó.

“Sí. En realidad, tengo unos cuantos trabajos secundarios bien remunerados además de las aventuras. Eso me permite encargar el desarrollo de equipo que utiliza material de limo. Es más que nada un pasatiempo, pero el equipo es útil”.

El equipo de limo que siempre había encargado a Darson en Armería Excavadora se había vuelto más poderoso que nunca esta primavera. Por un lado, los herreros tenían ahora una gran variedad de materiales con los que trabajar. Además de las pegajosas cuerdas de limo que habían estado incorporando a las armaduras a prueba de cuchilladas, ahora tenían limos de fibra que absorbían y fundían otros materiales en cuerdas, limos de araña que creaban telarañas con su secreción y limos de alambre que básicamente podían convertirse en alambre duradero.

Otra razón por la que sus productos habían mejorado tanto era que yo había empezado a trabajar como ingeniero de Reinhart. Todos los herreros que habían estado trabajando conmigo personalmente ahora estaban contratados oficialmente como mis “ayudantes de investigación”. De hecho, todo el taller que se ocupaba de mis armaduras trabajaba ahora para mí a tiempo completo. Me habían dado varias razones para hacerlo: buscaban un reto, mis proyectos solían proporcionar una amplia experiencia a los jóvenes aprendices y, por supuesto, el dinero era bueno.

En lugar de intentar vender piezas producidas en serie en un mercado competitivo, habían decidido que ganarían más dinero trabajando para mí.

No es que yo pensara que el dinero fuera lo más importante, pero tenía que admitir que tener los bolsillos llenos facilitaba las cosas.

“Así es como acabé con la nueva armadura que llevo ahora”, expliqué.

“Podría decirse que es una especie de armadura de tela. La base es seda de baba de araña: es duradera pero flexible, así que puedo maximizar la movilidad”.

Mi nueva armadura era tan duradera que podía llevarla sola, como una especie de traje de trabajo sin impedimentos para mi movilidad. Al principio había pensado en esta armadura como una especie de chándal, por lo cómodo que era el material. La descripción que había dado a los herreros sólo pretendía servir de inspiración, pero he aquí que la armadura de mi cuerpo era idéntica a un chándal de la Tierra. Para mayor protección, se habían cosido estratégicamente parches a prueba de cuchilladas. El material había conseguido detener cuchillas y flechas disparadas a corta distancia (siempre que no estuvieran potenciadas con energía física o mágica) e incluso había amortiguado parte del golpe.

Aunque ofrecía poca más protección que el modelo anterior, estaba contento con la estricta actualización.

“¡Aha! Me preguntaba si no llevarías una coraza porque rompí la vieja”, comentó Sever.

“Bueno, me dio una excusa para cambiar mi armadura”, dije. “Siempre dudo en usar equipo nuevo si el viejo aún está en buenas condiciones…

Ah, y ahora no las llevo puestas, pero también tengo un chaleco y una chaqueta que puedo ponerme encima para mayor protección.”

El chaleco y la chaqueta tenían cada uno una ranura para una placa de metal o pseudo plástico reforzado con fibra de vidrio (hecho de mezclar fibra de vidrio en la placa de solución endurecedora). Después de experimentar con todos los ingredientes que se me ocurrían para un limo de fibra (pelusa de un limo de pelusa, por nombrar sólo uno), descubrí que los limos de fibra también podían transformar la fibra metálica, ¡no sólo la vegetal! Aunque tendría que encontrar los materiales adecuados y reservar tiempo suficiente para que los limos de fibra los procesaran, sin duda serían muy útiles para una gran variedad de proyectos.

“Por supuesto, el material acabará por deshacerse si sigue sufriendo daños. Pero ni siquiera un monstruo grande de rango C podría destruirlo de un mordisco o un tajo”, añadí.

Remily mostraba interés ahora. “Oh, no está nada mal para lo ligero que debe ser. Sólo con verte caminar con él, me doy cuenta de la movilidad que tienes. ¿Es algo de lo que pueda pedir un juego también?”

“Aún no está en el mercado, pero puedo arreglarlo. No será difícil convencer a los demás de que se puede confiar en ti, ya que eres amigo del duque Reinbach y antiguo hechicero real. La opinión de una mujer también podría ser muy útil; al fin y al cabo, yo no puedo darla. Ah, y tengo algunas piezas extra de esta tela, por si quieres probarlas durante nuestro descanso. Puedes intentar dañarla como quieras” dije.

“Te tomo la palabra. He estado pensando en comprarme equipo nuevo, ahora que voy a volver a aventurarme”, respondió.

“Espera, ¿tú también?” pregunté. “¿Eras un aventurero antes?”

“Me sumergí en ella antes de convertirme en hechicero real. Como Sever está empeñado en ello, decidí acompañarlo un tiempo. No tengo nada mejor que hacer”, dijo Remily.

“Wow. Eso… definitivamente será algo.”

Con su afamada experiencia, podría imaginarme fácilmente a este grupo convertido en una de las partidas de aventureros más renombradas de la nación.

“Bueno, no lo sé”, contraatacó Remily. “Mi currículum probablemente me daría un rango A, pero no me mueve tanto la aventura como a Sever. Sólo me dará algo que hacer con mi tiempo. Además, tardaré un tiempo en cogerle el truco a las cosas”.

“Aun así, su presencia nos será de gran ayuda”, se unió Sever. “Dejando a un lado su personalidad, Remily es una gran hechicera”.

“¿Ves? Además, me preocuparía que este viejo fuera solo a las misiones.

Iré a medias, al menos”, dijo Remily.

“Oh, este viejo no tendrá ningún problema…”

Antes de que Sever pudiera terminar, Remily le lanzó una mirada asesina, atrapándome en el fuego cruzado.

Aclarándose la garganta, Sever señaló hacia delante. “Ahí está.

Descansemos”, dijo, claramente deseoso de distraer a Remily.

El claro era un círculo perfecto, lo bastante grande para albergar una prueba de atletismo con el equipo adecuado. “Es mucho más abierto de lo que pensaba. Hecho por el hombre también”.

“La Orden de Caballeros se detiene aquí a menudo para descansar o acampar. No se mantiene a propósito, pero usar el mismo lugar unas cuantas veces al año durante varias décadas iguala las superficies.

Históricamente, los Valles de Trell se utilizaban como terreno para experimentar con la magia, y la Ciudad de las Almas Perdidas era una prisión y una horca. Muchas partes de estos valles fueron moldeadas por manos humanas”, explicó Sever.

“Ya veo… Oh, ¿a alguien le importa si saco a mis familiares?” pregunté.

“Trato de dejarlos salir del Hogar Dimensional con frecuencia, y puedo pedirles que preparen nuestro almuerzo mientras reviso mi nueva armadura”.

“Me parece bien”, respondió Sever. “Hasta los monstruos deben sentirse encerrados, si están todo el día en una habitación”.

Como los demás tampoco se opusieron, abrí mi Hogar Dimensional y llamé a mis familiares. Cocinar fuera del Hogar Dimensional era algo que les había pedido muchas veces, así que debían conocer la rutina. Esperé unos instantes. Un limo emperador carroñero fue el primero en entrar.

“¡Whoa!” exclamó Sever.

“¿Qué es esa cosa…?” Remily preguntó.

Reinbach mostró menos sorpresa que sus amigos; Sebas y él ya sabían que yo había contraído un gran número de limos, incluido al menos uno grande. “Este es mucho más grande que los que he visto antes”.

“Usted no ha cambiado, maestro Ryoma”, se limitó a señalar Sebas.

Le expliqué brevemente cómo había surgido mi limo emperador carroñero.

“Te vi con un ejército de babosos a cuestas”, dijo Sever. “Pero este gran—

’emperador’, lo llamaste—es otra cosa. ¿Diez mil limos, dijiste?”

“No he visto nada igual en toda mi vida”, añadió Remily.

“He oído que, aunque raros, hay algunos grandes limos salvajes… pero no estoy seguro de que un limo emperador pudiera formarse de forma natural.

Tal vez si hubiera una especie de brote súper masivo de limos”, reflexioné.

Mientras tanto, los goblins salían del Hogar Dimensional, vistiendo ropas limpias y equipos que mostraban que no eran salvajes, llevando armas u otras cosas. Esto me resultaba familiar, pero todos los demás reaccionaron de forma bastante diferente a como lo habían hecho con el emperador limo.

“¿Qué pasa? pregunté.

“Bueno… Yo tampoco me lo esperaba”, dijo Remily.

Cuando pedí una explicación, Reinbach se ofreció voluntario. “Cada horda de goblins tiene su propia jerarquía. El alfa siempre es el primero. Cuando comen, el alfa come primero, luego el siguiente goblin en la jerarquía come de las sobras, luego el siguiente, y así sucesivamente. Por eso los goblins de la parte inferior de la jerarquía son más pandilleros que los de la parte superior de la horda. Un aventurero que esté familiarizado con los goblins puede echar un vistazo y adivinar la fuerza de un goblin individual, así como su posición en la jerarquía de su horda. La mayoría de tus goblins nacieron a tu cuidado, supongo. La mayoría parecen muy bien alimentados. Los más flacos son supervivientes de cacerías, nacidos en la naturaleza. ¿Me equivoco?”, preguntó.

“Exactamente”, dije. “Comen tanto como un humano. Eso es más que la cantidad recomendada por el Gremio de Domadores, y eso incluye suplementos para su salud y fuerza”.

Los goblins se multiplicaban exponencialmente. Más comida significaba más goblins, que se harían más fuertes con cada generación. Teniendo en cuenta la amenaza de un brote de goblins, limitarles la comida podría ser el recurso más seguro. Aun así, como su amo y como recompensa por ayudarme en mi trabajo, me parecía justo proporcionarles comida, cobijo y ropa adecuados. También sentía curiosidad por los efectos de los suplementos que acababa de empezar a desarrollar.

“Suplementos… Ya veo. Ese hobgoblin de ahí, por ejemplo, parece tan fuerte como un caballero goblin medio. Si no te importa que pregunte,

¿alguna vez han ignorado tus órdenes o se han rebelado?”, preguntó Reinbach.

“Lo han hecho varias veces”, respondí.

Su primera rebelión había tenido lugar una semana después de que naciera la primera generación de goblins a mi cargo. Los goblins crecieron en poco tiempo y se organizaron rápidamente contra mí. Los ocho goblins originales que había capturado aún seguían mis órdenes, pero gracias a la rapidez con la que los goblins se reproducían y crecían, la generación original pronto se vio superada en número.

“Como no parecía que los goblins originales fueran a ser capaces de mantener a raya a los demás durante mucho tiempo, atraje a la generación más joven para que me atacara y así poder derrotarlos. Ahora mismo, soy el alfa de su horda”, dije.

“Ah, recuerdo que te uniste a una búsqueda de caza de goblins a gran escala”, dijo Reinbach. “Y supongo que los goblins recién nacidos nunca tuvieron ninguna oportunidad contra ti, dado que puedes enfrentarte cara a cara con Sever. Así que has demostrado tu dominio por la fuerza”.

“Sí. No sé si esto lo probará, pero…” Me volví hacia los goblins que seguían saliendo del Hogar Dimensional. Todos parecían curiosos por mis compañeros; la mayoría de ellos al menos les echaban miradas, y algunos los miraban fijamente. Así que envié una orden a todos los trasgos con magia Domadora: No les pongas un dedo encima. Al instante, todos los goblins asintieron con la cabeza, saludaron o emitieron un sonido que indicaba su conformidad, antes de concentrarse en preparar el almuerzo.

Aunque no entendía su lenguaje, sus actitudes eran muy reveladoras. Me volví hacia Reinbach. “Ahí lo tienes”.

“Tienen las riendas bien sujetas”, dijo.

“Sí. He aprendido de primera mano lo peligrosos que pueden ser los goblins por lo rápido que se multiplican”, dije.

“Ya veo… Parece que mi preocupación era infundada”, dijo Reinbach.

“Aun así, te agradezco mucho que hayas sacado el tema para garantizar nuestra seguridad”, dije.

Esto sólo funcionó porque yo era lo bastante fuerte como para enfrentarme a la horda de goblins, y mi experiencia con ellos facilitó las cosas. Si un aventurero novato sin experiencia previa intentara reproducir mi situación, probablemente moriría, o dejaría escapar a algunos goblins, lo que podría hacer que otros resultaran heridos. No es de extrañar que el Gremio de Domadores recomiende no sobrealimentar a los goblins.

“Eso me hace sentir mejor, pero también como si hablara con un adulto”, dijo Reinbach, como si no supiera qué hacer al respecto. Aun así, habló amablemente.

Sin palabras, me giré para observar a los goblins que trabajaban en nuestro almuerzo.