Senka Maihime (NL)

Volumen 3

Capítulo 2: Caos e Indemnización

Parte 1

“¡Cierra las puertas! ¡No salgas!” El grito de ira de Jamka resonó en el tranquilo castillo.

“¿En serio? ¡El sol aún no ha salido, Jamka!”

La cabeza de Al estaba pulsando con fuerza. Por primera vez en su vida, estaba experimentando el infierno que era una resaca. Mientras se sentaba lentamente, escuchó una voz familiar que venía de cerca.

“Es realmente descortés. Al, te despertaré susurrándote dulces cosas al oído, así que vuelve a dormirte”.

“Oh, eso sería genial… Espera, ¿¡qué demonios estás haciendo aquí otra vez!?” Se sorprendió de lo mucho que se había acostumbrado a ver a Feena a primera hora de la mañana.

“Anoche hacía frío. ¿Estás enojado?” Miró a Al con ojos suplicantes mientras se acurrucaba en sus sábanas. No sólo había cambiado su forma de hablar desde la campaña para salvar a Eshantel, sino también su personalidad. Se había vuelto mucho más linda y pegajosa. Dejó de poner excusas y se volvió mucho más honesta en su deseo de ser mimada por Al.

Ella me dijo que quiere que me quede a su lado …

Feena entrando a hurtadillas en su habitación era un problema, pero ahora que Al había echado un vistazo a su pasado, no podía ser tan franco con ella. Cruzó los brazos y se puso a pensar.

“Al, ¿por qué no estas sorprendido?” preguntó ella mientras se asomaba bajo las sábanas.

“Quiero decir, te acostumbras a las cosas si suceden todos los días.” Él dijo la aburrida verdad, pero Feena parecía haber interpretado más ello, mientras saltaba de su cama.

“Se acostumbró a ello. Perdió todo su sabor. Se volvió aburrido. Molesto. Despreciada.” Encadenó incoherentemente algunas palabras mientras se acercaba lentamente a Al. Sólo entonces él finalmente se dio cuenta de lo que ella llevaba puesto.

“Feena, ¿estás…?”

“¡Ah! ¡Tirar!” Nerviosa, trató de esconderse con los brazos, pero sus ojos estaban pegados a ella. Últimamente había visto su cuerpo innumerables veces, así que pensó que no tendría un efecto tan grande en él, pero lo hizo.

Llevaba una camiseta holgada que le cubría hasta la punta de los dedos y tenía unas pequeñas manchas de comida. Sus pantalones gruesos se subieron bien, asegurándose de que ni siquiera su cintura se sintiera fría. De hecho, por primera vez desde que se conocieron, llevaba un pijama adecuada, aunque un poco grande.

“¿Por qué llevas…”

Sus mejillas estaban completamente sonrojadas y sus ojos se movían inquietamente por toda la habitación.

“Alguien robó la ropa con la que quería embrujarte anoche, así que no tuve otra opción.”

Ladeo la cabeza, como si el hecho de que Al viera su pijama fuera algo humillante.

¿¡Por qué siempre se burla de mí con esas ropas tan finas, de todos modos!?

¡Tiene una gran figura, así que usar algo tan lindo como esto la hace mil veces más adorable! Tengo que hacer algo al respecto.

“Bueno, ya sabes, es refrescante verte usando un pijama normal por una vez. Y te ves muy linda en él.” Decidió compartir sus pensamientos honestos sobre la situación.

“¿De verdad?” Su estrategia fue súper efectiva; la cara de Feena se iluminó de emoción. “¡En ese caso, me pondré cómodas pijamas!”

Al se sintió aliviado. Por fin podía estar seguro de que sus mañanas no empezarían con el canto de los pájaros afuera, la suave luz del sol brillando a través de su ventana, y una chica medio desnuda aterrorizándole.

“Pero tengo que evitar ser aburrida. Sólo me las pondré de vez en cuando.”

O no. Pero al menos, esta mañana sería──

¡Toc, toc, toc!

“Al, ¿¡estás bien!? ¡Abre la puerta si estás bien!”

Las cosas han estado revueltas afuera desde antes, y ahora Kanon estaba golpeando la puerta. Algo no le sentó bien a Al.

Espera, no creo que haya cerrado la puerta con llave anoche…

Ciertamente fue un descuido de él, pero no había tenido la fortaleza mental para hacerlo.

“¡Lo hice! ¡Con tres hechizos, en todo caso! ¡Tu puerta es completamente irrompible ahora!” Feena respondió a su enigma interior en un tono casi fanfarrón.

“Gracias, supongo, ¿pero por qué has llegado tan lejos?”

“No quería que nadie nos molestara si te apetecía pasar más tiempo en la cama.”

“¿Qué es lo que──?”

Bwham!

Fue interrumpido por un fuerte rugido.

“¡Ahaha! Al, ¿estás bien?”

Kanon, el inquisidor de Eshantel y una diva, se asomó a la habitación a través de un enorme agujero en la pared.

“Ahhh. Sabes, no importaba lo que intentara, no podía cortar el hechizo de la puerta. Por suerte para mí, la pared a lado de la pu──¡Whoa!” Ella retiro su cabeza hacia el otro lado de la pared justo a tiempo para evitar que la bola de fuego apuntara a su cabeza.

“¡Deja de molestarme, Boing-Boing!”

La fuente de ello fue, por supuesto, Feena.

“¡Oye, baja el tono! Podría haberme lastimado…”

“¡No te preocupes──────Ouchie!” Feena se sentó orgullosa, rodeada de innumerables círculos mágicos, hasta que Al le dio un golpe en la cabeza.

“¡Me preocupa! ¡Estás destruyendo mi habitación!”

“¿Te pones del lado de Kanon?”

“¡No me pongo de parte de nadie! ¡Sólo quiero que mi habitación no vuele en pedazos!”

Ya había un agujero en la pared con marcas de quemaduras alrededor.

“¡Kanon! No te atacará de nuevo, ¡así que sal! O, ¿entra?”

“¡Hmph!” Feena hizo pucheros, y Kanon se asomó con cuidado al interior.

“Está todo revuelto ahí fuera… ¿Ha pasado algo?” preguntó Al, ignorando la desordenada situación en su propia habitación.

“¡Ah, claro!” dijo mientras trepaba por el agujero. “¡Un intruso fue descubierto en el tesoro! Jamka cerró el castillo y ahora está patrullando el área con los guardias.

¡Estaba cerca, así que vine a asegurarme de que estuvieras a salvo!”

“¡¿Hay un ladrón!? ¿¡Cuáles son los daños!?”

“No lo sé. No pregunté”, se encogió de hombros.

“Voy a reunirme con Jamka. Ustedes dos…”

“Es el deber de una esposa permanecer al lado de su marido.”

“¡Ahaha, yo también quiero ir!”

“¡No necesitamos debiluchos!”

“¿Debiluchos? Eso duele más que el Boing-Boing.”

Naturalmente, ignoraron completamente a Al, que estaba en un aprieto mucho más estrecho de lo que pensaban. A pesar de que estaban unidos, Feena y Kanon eran invitados del estado. Si fuera posible, hubiera preferido que no vieran que le robaban a su país, pero tampoco podía permitirse perder el tiempo.

“Está bien, puedes venir, pero prométeme que te quedarás tranquila.” Dio una advertencia probablemente inútil antes de salir de la habitación a través de la pared destruida.

***

“¡Ah, Al! Me alegro de que estés a salvo”.

De camino al tesoro, Al se encontró con Jamka, que se dirigía a la habitación de Al. Miró con desaprobación a las dos Divas que estaban detrás de Al, lo que fue completamente comprensible para el jefe de los guardias.

“Tch. Caminando al amanecer, entre dos bellezas. ¿Por qué? Por qué estoy…”

No importa. Sólo estaba celoso.

“¿Fue robado algo?” Al no tenía la capacidad de lidiar con el autodesprecio de Jamka, así que fue directo al asunto en cuestión.

“Bien. Un ladrón ha entrado en el tesoro. Encontramos rastros de ellos tratando de entrar en el estudio del difunto rey y en las cámaras subterráneas también.”

“El estudio de mi padre y las cámaras…” Esa fue una noticia realmente aterradora para Al. El estudio de su padre era una cosa, pero alguien había intentado entrar en las cámaras subterráneas.

“¡No fui yo!”

“¡Ah!” Sintió un cálido aliento en sus oídos.

“¿¡Lilicia!? ¿¡De dónde has salido!?”

“Sentí una ola de dudas estrellarse sobre mí”, respondió Lilicia con una cara seria.

“¿Puedes culparme?” preguntó Al. “Eres la única que sabe lo de la Cámara”.

“Lo siento, pero no me descubrirían los guardias”, dijo orgullosamente. Al encontró que era una coartada bastante convincente, aunque perturbadora.

“Entonces, ¿quién pudo haber hecho tal cosa?”

“No lo sé. Su castillo, su problema… es lo que me gustaría decir, pero había rastros de una magia intrigante.”

“¿Magia?”

“Sí. Había minúsculos rastros de magia ominosa parecida a la que usan los demonios. Bueno, tal vez sólo estaba viendo cosas.”

“No, no, no nos estamos encogiendo de hombros de esa manera.”

Era seguro asumir que había otras súcubos activas en el mundo además de Lilicia. Su objetivo no estaba claro, sin embargo, Lilicia probablemente no estaba dispuesta a compartir nada más, ya que estaba trabajando para revivir al Rey Demonio.

“¿Estás bien? ¿Te excitaste?” preguntó Lilicia, tratando de seducir a Al con sus ojos mientras él la miraba distraídamente.

“No coquetees con otras chicas delante de tu esposa, Al.”

“Tch, qué desconsiderado.”

Tanto Feena como Sharon, que había aparecido de la nada, le lanzaban miradas desdeñosas.

“¡No estoy coqueteando con nadie!”

“Como sea, enfoquémonos en el incidente ahora. ¿Tiene alguna idea de quién podría ser el culpable?” Sharon ignoró completamente su excusa y fue al grano.

¡Debe estar haciéndolo a propósito! Al se gritó a sí mismo.

“¡Nh! ¡Mis sentidos de diva están hormigueando! ¡Ha habido un crimen cerca!” Kanon, haciendo una pose, evaluó la situación con su increíble intuición.

“¿De Verdad? Wow, muchas gracias. ¡Estaba asumiendo que el ROBO ERA COMPLETAMENTE LEGAL! ”

“Oh mi, ¿te ayudamos con la investigación?”

“¿Cuándo llegaste aquí, Cecilia? ¿Y por qué intentas complicar las cosas en el momento en que abres la boca?”

Oh, está bien, ahora lo veo. Este será uno de esos días en los que no puedo hacer nada. El descenso diario de Al a las profundidades de la desesperación había comenzado.

“Está bien, sólo cálmate. ¡Encontraré al culpable en un abrir y cerrar de ojos!” Feena dijo con una sonrisa encantadora y para la completa consternación de Al.

“No, escúchame. No necesito…”

“¡Entonces hagamos un concurso para ver quién puede atrapar primero al culpable!” Sharon sugirió.

“¡Yaaaay!”

Las Divas se dispersaron en todas las direcciones.

“Iré a advertir a nuestros investigadores que se acerca una tormenta.” Jamka le dio una palmadita en el hombro a Al y se fue.

“Oh, por el amor de… ¿¡Por qué nadie en este maldito castillo me escucha!?” Al susurró mientras miraba al techo del solitario pasillo.