Lord of Mysteries (NW)

Volumen 2

Capítulo 287: Batalla a Muerte

En el momento en que sus miradas se encontraron, Lanevus se agachó y rodó hacia adelante.

*¡Clank!*

Una carta del tarot, con la imagen de un ángel y una trompeta, salió disparada bruscamente como una daga, insertándose en la pared de la alcantarilla, su posición estaba a la misma altura que el cuello de Lanevus momentos antes.

*¡Clank! ¡Clank! ¡Clank!*

Lanevus rodó, saltó a un lado y luego se lanzó hacia adelante, esquivando ágilmente las tres cartas que venían en sucesión con una agilidad anormal. Su colisión con las paredes, losas y hormigón resonó como si el metal golpeando concreto.

Mientras tanto, por el rabillo del ojo, vio que el hombre de la máscara de payaso lo seguía de cerca, para nada más lento que él. En su mano tenía una gruesa pila de cartas mientras las lanzaba con gran familiaridad y habilidad.

En la superficie de una carta que se acercó había un sol con rasgos faciales. Con su mano izquierda, Lanevus se apoyó contra la pared y saltó en el aire, cambiando drásticamente su rumbo.

¡En ese momento, escuchó un silbido antes de sentir de repente un dolor agudo en el tobillo!

¿Lanzó dos cartas? ¿Una llegó un poco tarde y apuntaba en la dirección por la que escaparía? ¿Puede prever mis movimientos? En el momento en que aterrizó en el suelo, Lanevus soportó el dolor y rodó una vez más.

*¡Clank!*

Otra carta del tarot se incrustó en su posición original, resonando en respuesta al impacto.

Sólo entonces que Lanevus notó la carta profundamente incrustada en su tobillo derecho. La carta del Tarot que representa estrellas, un recipiente y agua bendita teñidas de rojo.

*¡Sou! ¡Sou! ¡Sou!*

Lanevus ni siquiera tuvo el lujo para pensar o tratar sus heridas. Una tras otra, las cartas se convirtieron en dagas voladoras aparentemente afiladas, disparando a diferentes partes de su cuerpo.

Muy pronto, las heridas en su pierna derecha y pecho, los efectos remanentes del agujero en su pecho, así como la batalla previa de semidios causaron que este Estafador de la Secuencia 8 se volviera lento. Esto contrastaba con la agilidad y velocidad por las que eran conocidos los Merodeadores.

(Mr Insomne: Por si no recuerdan, secuencia 9: Merodeador, secuencia 8: Estafador)

*¡Sou!* El Payaso Lanzó una carta por los aires y una profunda laceración le atravesó la muñeca, haciendole sangrar profusamente.

Los Halconee Nocturnos y los militares llegarán pronto. ¡No puedo demorarme más! En ese momento, la mente de Lanevus estaba muy clara.

De repente, se detuvo en seco y dejó de esquivar, permitiendo que una carta que representaba al diablo lo golpeara directamente en el cuello.

Un instante después, las cartas que sobresalían de su cuerpo salieron volando. ¡Las horribles heridas en su cuello, pecho, muñeca y tobillo se retorcían locamente, brotaron un zarcillos de carne uno tras otro de forma repugnante!

En su piel aparecieron numerosos y pequeños filamentos. Esta piel era como el cuero y tenía un tinte metálico como si se hubiera convertido en una armadura.

*¡Clank!* Se disparó una carta del tarot, pero fue desviada por la fina piel aparentemente metálica.

Con los ojos inyectados en sangre, Lanevus miró al Payaso que había guardado sus cartas después de detenerse. Dijo, medio riendo y medio burlándose: “Pase lo que pase, después de ser atormentado por una deidad, uno siempre obtendrá algo a cambio”.

Antes de que pudiera terminar sus palabras, ya había saltado sobre las aguas contaminadas del canal con su pie izquierdo, lanzándose hacia el enemigo frente a él.

Como esperándolo, Klein se hizo a un lado, sacó su mano izquierda del bolsillo, la apretó en un puño y la arrojó a la sien de Lanevus.

*¡Bam!*

Lanevus giró su codo hacia un lado y levantó su antebrazo, defendiéndose con precisión del puño de su oponente.

Un fuerte retroceso surgió como una marea, haciendo que el cuerpo de Klein se moviera por el impacto y se tambaleaba un poco.

*¡Pa! ¡Pa! ¡Pa!*

Explosiones nítidas sonaron en el oído de Klein. Los golpes, cada uno más pesado y rápido que el anterior, se reflejaban constantemente en sus ojos.

La ráfaga de ataques le hizo olvidarse de mantener el equilibrio. Se tambaleó y cayó a un lado, luego, con el apoyo de su codo izquierdo, rodó en otra dirección.

*¡Pa! ¡Pa! ¡Pa! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!*

Los golpes y patadas de Lanevus llegaron rápida y furiosamente, golpeando a Klein algunas veces, pero gracias a su equilibrio exagerado y movimientos que desafiaban el sentido común, logró esquivar la mayoría con éxito. A veces se apoyaba y saltaba desde las paredes y otras desde el suelo. Era como si estuviera realizando acrobacias.

Parecía muy tranquilo, sin la más mínima impaciencia. Era como si hubiera decidido prolongar la batalla el mayor tiempo posible hasta que llegaran los Halcones Nocturnos o los militares.

Y una vez que había señales de que Lanevus intentaba escapar, se empeñaba en lanzarle cartas, cerrarle el paso y quitarle la oportunidad.

*¡Pa!*

Un golpe de Lanevus obligó a Klein a apoyarse contra una pared y elevarse en el aire, y en cuanto a él mismo, no dudó en darse la vuelta y huir hacia otro túnel.

En el momento en que los dedos de los pies de Klein tocaron el suelo, su cuerpo salió disparado como una bala de cañón mientras saltaba directamente hacia la espalda de Lanevus.

En ese momento, una imagen apareció en su mente.

“Parece como si Lanevus no tuviera huesos, es muy flexible. Debería obligarlo a girar la parte superior de su cuerpo y darle un puñetazo en el cuerpo”.

¡Esta era la intuición de un Payaso!

Sin dudas ni vacilaciones, Klein tomó la iniciativa de reducir su fuerza posterior.

Frenó ligeramente, todavía se lanzó hacia adelante, pero mucho más débil de lo que Nevus esperaba.

¡Te tengo!

Con un ruido discordante, Lanevus torció la parte superior de su cuerpo repentinamente mientras sus piernas permanecían corriendo. Su rostro miraba hacia atrás mientras los dedos de sus pies apuntaban hacia adelante.

Era una escena tan aterradora, Lanevus lanzó un puñetazo hacia la cabeza de Klein. La fuerza y velocidad del golpe era tanta que incluso el aire produjo un sonido en el camino, silbando.

*¡Boom!*

Su puño no golpeó nada más que aire, todavía a veinte o treinta centímetros de la cara de Klein.

Los vientos que se agitaron por el golpe soplaron a través del cabello de Klein, pero no aprovechó la oportunidad para atacar al enemigo. En cambio, susurró una sola palabra en Hermes antiguo: “¡Carmesí!”

¿Un encantamiento? Lanevus arrugó la cara e inmediatamente saltó hacia un lado en un intento por esquivar el ataque inminente.

Sin embargo, Klein aún no había lanzado el amuleto. En cambio, apretó con fuerza su puño izquierdo y siguió en dirección a Lanevus.

De manera similar, se arrojó hacia un lado y rodó por el suelo también, haciendo que la distancia entre ellos se ampliara ligeramente.

¿Fue un engaño? Justo cuando este pensamiento pasó por su mente, la sonrisa exagerada en la cara del Payaso se reflejó claramente en sus ojos. También había una llama de color rojo oscuro que, sin saberlo, se había encendido en el puño izquierdo del Payaso.

Esto…  La mirada de Lanevus se congeló inmediatamente.

Un ligero crujido entró en sus oídos y una sensación de calma y tranquilidad emanó instantáneamente, envolviéndolo a él y a Klein.

¿Qué está tratando de hacer? Quiere que ambos… seamos afectados al mismo tiempo… para permitir que… los Halcones Nocturnos y los militares… me alcancen… Los  párpados de Lanevus cayeron pesadamente, y la fatiga y la debilidad que había estado reprimiendo comenzaron a asomar por sus pensamientos inminentemente.

Hizo todo lo posible por no quedarse dormido, esperando confiar en la singularidad de su cuerpo para soportar el período más intenso de los efectos de sueño del hechizo.

En cuanto a Klein, decidió no resistirse en absoluto y rápidamente entró en un sueño profundo.

Hizo uso de su singularidad, cada vez que se quedaba dormido de forma antinatural, ¡instintivamente se despertaba!

¡Esta era su carta de triunfo cuando luchaba contra la mediumnidad y las invasiones de sueños!

¡Esa era la razón por la que tuvo la suerte de escapar de las manos de Madame Sharon en Tingen!

En la pelea actual, después de que tirar sus cartas resultó ineficaz, inmediatamente sacó el encantamiento de sueño y lo agarró con fuerza en su palma, ¡esperando la oportunidad de afectarse a sí mismo y a su enemigo!

En sólo una fracción de segundo, se liberó por la fuerza del estado mental anormal de su sueño. La figura asombrada de Lanevus se reflejaba claramente en sus ojos.

¡Uhm! Klein despertó calmado y decidido, para él lo que tenía delante no era más que un objetivo.

¡Respiró hondo, giró la cintura y tiró hacia atrás el hombro para lanzar un puño hacia adelante con todas sus fuerzas!

*¡Bam!*

Te tengo, hijo de puta

Su puño aterrizó despiadadamente en la garganta de Lanevus, rompiéndole la tráquea y salpicando su carne.

Lanevus retrocedió dos pasos y se apoyó contra la pared.

El intenso dolor finalmente le permitió liberarse de los efectos del sueño, pero la fina piel de metal en su cuerpo había desaparecido.

Después de que aterrizó el golpe de Klein, metió la mano izquierda en su bolsillo y sacó dos cartas.

*¡Sou! ¡Sou!*

Cada una de las dos cartas se clavó en un ojo de Lanevus mientras inmediatamente después un líquido escarlata brotaba.

Lanevus sorprendentemente soportó el dolor sin dejar escapar un grito trágico. ¡En cambio, abruptamente se lanzó hacia adelante en un intento último intento por resistir!

Klein no atacó en esa situación. Habiendo esperado esto durante mucho tiempo, giró su cuerpo hacia un lado y dio un paso atrás.

Inmediatamente después de eso, mientras aprovechaba el momento en que Lanevus cayó hacia adelante, dio dos pasos y llegó detrás de él. Extendió los brazos y agarró el cuello de su enemigo.

¡Los brazos de Klein ejercieron fuerza y retorcieron el cuello de Lanevus, rompiendo sus vértebras cervicales!

Después de hacer esto, retrocedió dos pasos y miró a su enemigo.

Con las tarjetas incrustadas en sus ojos, Lanevus miró hacia adelante débilmente mientras intentaba levantarse. Al mismo tiempo, estaba muy confundido y preguntó en forma entrecortada: “¿Por qué… quieres… matarme…”

Con su máscara de payaso puesta, Klein miró fijamente a su enemigo y respondió con indiferencia: “No hay razón”.

“No…” Con los ojos bien abiertos, Lanevus se desplomó en el suelo en las alcantarillas, incapaz de aceptar su destino. Finalmente, su respiración se detuvo.

En ese momento, Klein, que parecía estar extremadamente tranquilo, dio un paso adelante, levantó su pierna derecha y, con todas sus fuerzas, pisó la cabeza de Lanevus.

*¡Pa!*

Su cuello, que ya estaba muy mutilado, ya no pudo soportar la presión y cedió, desprendiendo la cabeza del cuerpo, esta rodó hasta estrellarse contra la pared, llenando de sangre su camino.

Al ver esta escena, Klein de repente se agachó.

“¡Jajaja, jajaja!

“Jajajajajaja”.

Se rió locamente con la voz contenida. La máscara de “payaso” parecía muy feliz.

Las comisuras de esos labios levantados, la nariz roja brillante y el rostro blanco tenían una expresión muy feliz.

“Jaja, jaja… Jajaja…” Klein se rió tanto que se quedó sin aliento; su risa era más discordante que el llanto.

Después de unos segundos, finalmente se calmó. Lentamente enderezó su cuerpo y le guiñó el ojo izquierdo a la parte más oscura de la alcantarilla. Luego, murmuró: “Capitán…

“Mire, hemos salvado a Loen una vez más…”

Gotas de líquido se deslizaron silenciosamente por sus mejillas.

En ese momento, sintió que su poción de Payaso había sido digerida por completo.