Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 16

Capitulo 2: Dicen Que La Vida Tiene Tres Estaciones Populares

Parte 1

“-Eso lo resume todo. Quiero hacer algo con los serafines dentro de las Espadas Sagradas”.

Al día siguiente, en el Palacio de los Archidemonios, al igual que el día anterior, Zagan, Richard y Alshiera estaban en la sala del trono. Con ellos estaban los tres altos elfos, Orias—que se había retirado de Archidemonio—Nephy y Nephteros. También estaba presente el hombre que había luchado personalmente contra los serafines hacía mil años, Asura. Debido a la magnitud de lo que se estaba discutiendo, se hizo un gran silencio en la sala. Incluso la expresión de Zagan era rígida, y se encontró incapaz de ocultar su tensión.

¿Qué hago? Parece una reunión familiar con esta gente. Me tiene nervioso…

Se sentía raro no tener a Foll aquí si esta era una reunión familiar, pero estos eran básicamente todos parientes, y excluyendo a Orias, todos eran parejas. Es más, Barbatos no estaba allí para que Zagan lo usara como saco de boxeo. Era una situación poco habitual. De repente, el anillo vino a la mente de Zagan.

No, no es el momento de entregar un anillo de boda… creo.

Eso sería precipitarse. Además, si iba a dárselo a Nephy delante de su familia, Foll tendría que estar aquí también. Por lo tanto, ahora no era el momento. Fue entonces cuando se dio cuenta de repente. Pensándolo bien, todo el mundo sabía que Nephteros y Richard eran ahora pareja, pero tal vez aún no habían sido debidamente presentados. Especialmente Asura era una cara conocida, pero muchos no sabían quién era exactamente. En ese sentido, esta reunión tenía un propósito importante que cumplir. Así, Zagan se aclaró la garganta para romper el silencio.

“Ahora que lo pienso, deberíamos empezar con las presentaciones. En primer lugar, estoy seguro de que todo el mundo ha oído que Alshiera es mi madre. Asura la está cuidando. Es un héroe de hace mil años. Estoy seguro de que hay muchas cosas en esta era a las que no se ha acostumbrado, así que échale una mano si puedes”.

“¡Mph!”

Alshiera hizo un ruido raro y se tapó la cara, pero Zagan la ignoró. Orias estaba allí para acariciarle la espalda, así que probablemente estaba bien dejarla estar. En cambio, Asura se cruzó de brazos e hinchó el pecho, incapaz de leer el estado de ánimo en absoluto.

“¡Eso es! Soy Hex Arm Asura. Encantado de conocerte. Apuesto a que Ashy ha sido una molestia, pero si pasa algo con ella, ¡dímelo! Soy su novio”.

“¿Desde cuándo es así?” preguntó Alshiera conmocionada.

“¿Eh? ¿No? Te he dicho que te quiero muchas veces, y no parecías estar en contra ni nada”.

“Por favor, cállate ya…” refunfuñó Alshiera.

Actualmente en forma de anciana, Orias dio una palmada en el hombro de Alshiera con una sonrisa divertida.

“Este es Richard”, dijo Zagan, señalando al caballero. “Ha sido ascendido recientemente de Caballero Angélico a Arcángel. Actualmente sirve como caballero exclusivo de Nephteros”.

“¡Sí! ¡Realmente te debo una por la última vez! ¡Espero que nos llevemos bien, Richard!” exclamó Asura.

“Sí. Saludos cordiales, Asura”, respondió Richard.

“¿Qué? ¿Se conocen?” preguntó Zagan, sorprendido por el intercambio.

“¡Sí! ¡Viajamos juntos desde este pueblo llamado Raziel!” Asura respondió. “¡Sé que sale con ese serafín… digo, elfa de allí también! ¡Son muy cercanos!”

Aquel comentario hizo que la oscura piel de Nephteros se tiñera de rojo brillante y desviara la mirada.

“Asura, no deberías hablar de lo bien que se llevan un hombre y una mujer delante de los demás”, afirmó Richard, poniéndose de pie como para proteger a Nephteros detrás de él y mostrando una sonrisa terriblemente atractiva.

Ahora desprende un agradable aire de intimidación.

Cuando Zagan lo conoció, Richard no era más que un Caballero Angélico común y corriente. Su crecimiento fue espléndido. Sinceramente, Zagan estaba un poco conmovido.

“¡¿Eh?! ¿De verdad…?” Asura dijo, pareciendo realmente sorprendido por esto. “Culpa mía. Las cosas son realmente diferentes de mi época, ¿eh?”

“Oh, está bien”, dijo Richard. “Si se debe a la brecha en el tiempo, entonces no hay nada que hacer. Tenlo en cuenta para futuras referencias”.

“Umm… incluso hace mil años, ese comportamiento demostraba falta de sentido común…”. comentó Alshiera.

Habría seguido huyendo si Asura no hubiera llegado tan lejos, así que no había mucho que se pudiera hacer al respecto. Al ver que todos ya se conocían, Zagan se dio cuenta de que tal vez no había sido necesario presentarlos formalmente. Al final, lo único que había conseguido era avergonzar a Alshiera innecesariamente, pero lo hecho, hecho estaba.

“Oye Richard”, dijo Asura. “¿Puedes mostrarme a Camael… esa Espada Sagrada?”

“Sí, toma, adelante”, respondió Richard mientras desenvainaba con suavidad su gran espada y la sostenía por la hoja y la empuñadura ante Asura.

“Hmm. Así que terminaste así, ¿eh? Bueno, por aquel entonces estabas todo blindado, así que no tengo ni idea de cómo eras en realidad— ¡Ow!”

Asura dio un golpecito casual a la hoja y fue asaltado por una punzante descarga eléctrica. Los dos habían sido enemigos hacía mil años, así que el hecho de que se pusiera así de amistoso de repente merecía un poco de animosidad. Al ver cómo Asura se soplaba la mano para enfriársela, Richard sonrió divertido.

“Umm, Camael puede ser un poco temperamental, así que no deberías tocarla”.

“Di eso primero…”

“Creo que es injusto esperar que los demás anticipen tu excéntrico comportamiento…”. añadió Alshiera exasperada.

Así es como se ve cuando actúa con naturalidad.

Delante de Zagan, Alshiera siempre parecía estar braceando, pero cuando se dejaba llevar por Asura, su expresión coincidía con su apariencia. Le resultaba algo extraño teniendo en cuenta que era su madre, pero era un momento de descanso que por fin se le había concedido tras mil años de continuas batallas, así que Zagan decidió fingir que no se daba cuenta.

Antes de que nadie se diera cuenta, la pesada atmósfera había desaparecido. Tal vez por ello, Nephteros tiró de la manga de Richard.

“Richard. ¿Has estado pensando en romper las Espadas Sagradas?”, preguntó algo enfurruñada.

“Sí, bueno…”

“Podrías haberlo hablado conmigo primero…”

Richard vaciló un instante cuando Nephteros hinchó las mejillas, pero enseguida le devolvió una sonrisa robusta.

“Nephteros, hay veces que un hombre quiere salvar la cara”, dijo. “Es demasiado embarazoso para mí venir a hablarte de ello cuando no tengo ni idea de qué hacer”.

“Sin embargo, me ves avergonzada todo el tiempo…” “Guh…”

Richard se arqueó hacia atrás por el inesperado ataque, pero aun así bajó la voz y acercó la cara al oído de Nephteros.

“Es porque eres así que he llegado a amarte”, susurró. “Por favor, perdóname.”

Al ver a su cuñada y a su hombre formar un espacio sólo para ellos ante un Archidemonio, tanto Zagan como Orias quedaron en estado de shock.

¡Maldito seas, Richard! ¡Y pensar que has adquirido tanto poder!

Un regreso así apenas estaba al alcance de Zagan. Si Nephy le ponía esa cara, seguro que perdía toda su dignidad y flaqueaba. Y sin embargo, este hombre se había comportado como un perfecto caballero. Zagan no tuvo más remedio que admirar la fortaleza de Richard.

Tal vez inspirada por su hermana pequeña, Nephy se había acercado sigilosamente a Zagan y le había tirado de la manga. A continuación, hinchó un poco las mejillas y sus orejas puntiagudas temblaron con cierto malhumor. Por extraño que parezca, era exactamente la misma expresión que Nephteros había puesto antes.

Nephy… ¿quiere que la adule?

No era habitual que hiciera algo así delante de los demás. A pesar de estar ante un Archidemonio, los únicos que estaban aquí eran los que coqueteaban sin reparos. Parecía que Nephy se había puesto celosa. Era cierto que Zagan había estado encerrado en el taller últimamente, trabajando en preparar el regalo de Nephy, por lo que su tiempo con Nephy había sido escaso.

“¡Hyah!”

Para empezar, y calmarse en cierto modo, Zagan permaneció sentado en su trono y levantó a Nephy sobre su regazo.

En momentos como éste, ¡tenerla en mi regazo es realmente lo mejor!

Con ese pensamiento en mente, se dio cuenta de repente. Si siempre estaba satisfecho con esto, ¿significaba que no había progresado en absoluto?

Quizá haya llegado el momento de pasar a la siguiente fase.

Tenía que darle pronto el anillo de boda. No podía quedarse parado para siempre.

“Um, um, ¿Maestro Zagan?” dijo Nephy desconcertada. “E-Es cierto que quería que me mimaras un poco, pero no creo que esto sea realmente apropiado ahora mismo…”

Al verla tan seria, Zagan asintió con ademanes exagerados y luego le susurró al oído.

“Muy bien. Continuaremos con esto más tarde, entonces… N-Nephelia”.

Nephy era su apodo. Ella tenía un nombre propio en Nephelia, pero Zagan nunca la había llamado así, por lo que hacerlo era un nuevo paso adelante para él.

Hnnngh, ¡¿pero por qué me da tanta vergüenza?!

Sentía que le hervía la sangre. Sabía que tenía la cara roja. ¿Cuánto más fácil sería dejarse llevar por esta sensación? Y, sin embargo, sintió una tremenda sensación de logro y satisfacción. Nephy era, por supuesto, un apodo adorable y adorable, pero sintió agudamente cuánto significado tenía decir su nombre correctamente.

Mmm… ¡Nephelia es un nombre tan bonito!

Tras susurrarle ese nombre, notó que sus orejas puntiagudas temblaban atónitas.

“Haaaugh!”

Una de sus orejas golpeó repetidamente la mejilla de Zagan mientras soltaba algo parecido a un chillido. Su cabeza se balanceó como si fuera a desmayarse, pero ahora también era un Archidemonio, así que hizo acopio de fuerza de voluntad, abrió mucho los ojos y acercó los labios a la oreja de Zagan.

“E-Esta es la primera vez que te oigo llamarme por mi nombre… Z-Zagan”.

Había dejado el “Maestro” por primera vez. No se había esperado este contraataque.

“¡Hnnngh!”

Al oír pronunciar su nombre con tanto afecto, Zagan recibió una tremenda descarga agónica en el corazón. Los dos Archidemonios se quedaron atónitos y una cantidad colosal de maná brotó de sus sellos, sacudiendo todo el palacio Archidemonio. En la superficie, los comerciantes decían a los turistas: “Oh, esto pasa cuando nuestros Archidemonios intimamos, así que por favor no se preocupen”. Una de las razones por las que Zagan había estado tan ocupado era porque había tenido que preparar hechicería para hacer la ciudad resistente a los terremotos.

Al verlos así, las otras parejas que flirteaban volvieron en sí. Al percatarse de sus miradas, Zagan carraspeó una vez más.

“Volvamos al tema. Sobre las Espadas Sagradas—” “¿Piensas quedarte así?” dijo Alshiera, señalando lo obvio.

Zagan asintió con toda la majestuosidad de un Archidemonio y respondió: “Simplemente nos han flaqueado las rodillas y no podemos mantenernos en pie. No te preocupes”.

Nephy se cubrió la cara y asintió enérgicamente. Llamarse por sus nombres aún era demasiado pronto para ellos. Incluso usando el poder del Archidemonio especializado en fortalecer su cuerpo, Zagan no podía ponerse en pie.

“¿Qué han estado haciendo durante todo el año que han sido pareja?”. preguntó Alshiera.

“Eres la única persona de la que no quiero oír eso… Asura, ven aquí un segundo”, dijo Zagan, y luego le susurró al oído.

“Realmente no me importa, pero ¿cuál es el punto?” respondió Asura. El inocente idiota ladeó la cabeza confundido, pero aun así corrió al lado de Alshiera.

“No eres muy habladora, ¿verdad, Alshiera?”, susurró. “Hgh…”