Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 16

Capítulo 18: Fei

Nuestro anterior mundo era desequilibrado e injusto.

Lo supe desde muy temprano en mi vida anterior.

Están los privilegiados y los desafortunados, y esos roles nunca cambian.

E incluso aquellos que son privilegiados rara vez pueden ganar contra otros lo son más.

Es increíblemente desequilibrado e injusto.

Y la chica llamada Hiiro Wakaba parecía encarnar esa injusticia.

***

Me enamoré en la escuela secundaria.

El objeto de mi afecto estaba un año por delante de mí en la misma escuela.

Nos conocimos porque estábamos en el mismo club.

Fue mi primer amor.

En retrospectiva, creo que estaba tan emocionada que me adelanté.

Hoy en día, ni siquiera puedo recordar qué aspecto tenía, aunque supuestamente lo amara tanto.

En aquel momento pensé que estaba profundamente enamorada. Ahora, sin embargo, creo que he olvidado su rostro porque mis sentimientos eran así de volubles.

Aunque estudié para entrar a una escuela secundaria muy por encima de mi nivel y logré entrar, solo para poder perseguirlo.

Solía odiar tanto la escuela y la tarea que cuando finalmente estudié seriamente para un examen de ingreso, mi madre se preocupó por mí, aunque parezca raro.

Echando la vista atrás, tal vez sea un buen recuerdo.

Sin embargo, tuvimos una pelea infernal en aquel entonces.

O sea, ella me preguntó si estaba “bien de la cabeza”, ¿sabes?

¡A mí, que me estaba tomando la escuela en serio por una vez!

¿No debería estar feliz por eso como madre?

Aparte de todo eso, cuando finalmente entré en la escuela secundaria para la que trabajé tan duro y subí mis calificaciones, recibí un duro golpe de realidad.

El chico al que le iba detrás había comenzado a acosar a una estudiante…

No me importó que me rechazara cuando lo invité a salir.

Quiero decir, no es que no me importara, estaba devastada en ese momento… pero ahora me doy cuenta de que no tenía sentido en primer lugar.

El tipo era un friki total, aunque en aquel entonces pensaba en él como “callado y misterioso”.

No es que no hablara en absoluto, simplemente no era del tipo asertivo.

Supongo que era un poco como Shun en ese sentido.

Y en ambos casos, resulta que ese tipo de persona se asusta cuando alguien actúa de manera asertiva con ellos.

Oh, fui asertiva, de acuerdo.

¡Fui tras él como no te puedes ni imaginar!

¿Límites? Jamás escuche de ellos.

Quiero decir, hasta lo seguí todo el camino hasta la escuela secundaria.

Menuda exageración, ¿verdad?

Pensándolo ahora, no puedo culparlo por asustarse cuando una chica que no era su tipo no parara de perseguirlo como una loca.

Es más fácil ser franco al respecto ahora que lo he dejado atrás.

¡Tampoco es que tuviera otra opción, ya que estoy literalmente en un mundo diferente!

Pero, aun así, si alguien que te gusta estuviera persiguiendo a otra persona, ¿no te enfadarías también?

Una cosa sería que estuviera saliendo con otra chica, porque al menos entonces podrías dejarlo estar por un motivo apropiado. Pero acosar, por otro lado…

Lo que es peor, es que ella no le daba ni la hora.

El nombre de esa chica era Hiiro Wakaba.

Como si esto no fuera poco, ella era tan hermosa que podía entender por qué el chico que me gustaba se obsesionó hasta el punto de acosarla.

Era la número uno por goleada en el ranking secreto de chicos de las chicas más atractivas de la escuela.

Por cierto, yo estaba en algún lugar del top 20, por lo que todavía no estoy segura de cómo sentirme.

Por un lado, eso significa que, de todas las chicas en la escuela desde el primer año hasta el tercero, definitivamente yo estaba bastante arriba en la lista.

Pero, por otro lado, ¿no es un fastidio que no haya llegado a estar entre las diez primeras?

PD: Fueron unos chicos de segundo año los que hicieron ese ranking, y las chicas de su clase son las que lo sacaron a la luz.

Incluso hicieron las fichas de las estudiantes de la escuela completas, con fotos adjuntas.

Y por mucho que me duela admitirlo, pude ver perfectamente por qué Wakaba fue, con mucho, la mejor clasificada.

Sí, tenía una cara y una silueta preciosas, obviamente.

Pero más allá de todo eso, había algo especial en ella.

Como algo sobrenatural, o tal vez paranormal.

Se comportaba como si ni siquiera fuera humana.

Esa aura mística que tenía es lo que realmente llamaba tu atención, no solo su apariencia.

Y la mayoría de las personas que vieron a Wakaba podrían dividirse en dos campos.

Los que la temían y los que la adoraban.

Aunque, sinceramente, creo que era un poco de ambos para la mayoría de la gente.

Tal vez podrías llamarlo respeto, supongo.

Es solo una cuestión de cuál de esas dos reacciones era más fuerte.

Para mi antiguo amor platónico, definitivamente era adoración, razón por la cual terminó acosándola.

…Sabes, estaba demasiado desconsolada para pensar en esto en aquel momento, pero ¿por qué demonios estaba tan obsesionada con un tipo de persona que se acabaría convirtiendo en un acosador?

Por otro lado, teniendo en cuenta que lo seguí a la escuela secundaria, tal vez yo también estaba un poco…

¡No! ¡No voy a pensar en eso!

Todo lo que puedo decir es que en ese momento era muy miope, hasta el punto de culpar a Wakaba por completo de mi rechazo.

La mayor parte era que simplemente no me gustaba la chica que había robado el corazón de mi enamorado, aunque parte de mi odio podría haber sido que también le tenía miedo.

…Sí, lo admito. Tenía miedo de Wakaba.

Odiaba la forma en que nos miraba a todos como si fuéramos hormigas bajo sus pies.

La forma en que no reaccionaba ante mí en lo más mínimo, sin importar cuánto la intimidara o molestara.

Ella me cabreó y me asustó sin sentido.

Entonces, después de reencarnarme, cuando estaba atrapada dentro de ese huevo, todo en lo que pensaba era en Wakaba.

Más que en mi antiguo amor platónico, más que en mi familia, más que en nadie, pensaba en ella.

***

Tal vez por eso, cuando nos encontramos a la autoproclamada Wakaba en este mundo, me di cuenta de inmediato de que no era realmente ella.

***

Tal vez por eso, cuando nos teletransportamos desde el núcleo del sistema o lo que sea para encontrarnos con el llamado dios malvado D, Cuadró todo en mi mente cuando vi que era Wakaba.

***

“Bienvenidos.”

Wakaba abrió los brazos a modo de saludo.

Este lugar es extraño.

Está completamente oscuro dondequiera que mires, excepto que todos podemos vernos bien.

¿Cómo puede ser tan oscuro, pero tan claro al mismo tiempo?

En el centro de esa oscuridad se sienta Wakaba.

Varios monitores flotan en el aire frente a su asiento.

“Ahh, lo entiendo…”

Este murmullo de comprensión proviene del Señor Demonio Ariel, no de mí.

Ella también está sentada en una silla.

El suyo es blanco y tiene una textura extraña que de alguna manera me recuerda a una telaraña.

Cuatro pequeñas arañas sostienen cada una de las patas de la silla.

“Pequeñas” es relativo aquí, ya que aún tienen el tamaño de una tarántula de la Tierra, si no más grande, pero en comparación con las cosas gigantes que montamos para llegar hasta aquí… bueno.

De todas formas, estas pequeñas arañas están sosteniendo la silla del Señor Demonio y llevándola.

Al principio pensé que era bastante mezquino hacer que arañas tan pequeñas la llevaran, hasta que me di cuenta de que obviamente ella no sen encontraba muy bien.

En realidad, parece que apenas sería capaz de ponerse de pie sin desmayarse.

¿Está enferma o algo así? De cualquier manera, esto indudablemente nos tomó a todos por sorpresa.

“Es un honor conocerle. Soy el Señor Demonio Ariel. Por favor, perdone mi rudeza por entrar en su presencia en un estado tan vergonzoso”.

“Ningún problema. Además, no es necesario que os presentéis o seáis tan remilgados y correctos. Os conozco a todos perfectamente bien, y el respeto no vale nada a menos que realmente lo digas de corazón”.

¿Es esa su forma de decir que no sirve de nada tratar de actuar con cortesía?

“Déjame preguntarte esto, entonces. Eres Wakaba, ¿verdad? ¿A ti qué te pasa?”

Enfadándome un poco, continúo y me dirijo a ella sin respeto. Oye, ella lo pidió así.

No es mi problema si algunas personas, como el pontífice y ese tipo demonio, me miran con los ojos desorbitados.

“Bien, supongo que debería presentarme primero para aquellos que no están del todo informados. Soy D, un dios malvado. Ese no es mi verdadero nombre, por supuesto. Y también pasé un tiempo en la misma escuela que vosotros las reencarnaciones. En ese momento, me presentaba como Hiiro Wakaba. Tampoco es mi nombre real, por supuesto.

¿Ninguno de ellos es tu verdadero nombre?

Entonces, ¿realmente puedes llamar a eso presentarte?

“Uhh… ¿cómo dices? ¿Pasaste un tiempo como estudiante con las reencarnaciones?”

Hyrince lanza con cautela una pregunta.

“Eso es correcto. Y fue entonces cuando un ataque que intentaba matar a un administrador de este mundo vino a por mí. En realidad, estaba destinado al dios de ébano, hasta que la Diosa Sariel lo redirigió haciéndome el objetivo en su lugar. Como podéis ver, estoy perfectamente ilesa, pero todos los estudiantes que quedaron atrapados en la explosión murieron. Supongo que se podría decir que es culpa de este mundo y mía que las reencarnaciones hayan muerto.”

¡¿Hola?! ¡Es un poco tarde para esa gran revelación!

¡¿Me estás tomando el pelo?! ¡¿En serio?!

“¿Disculpa? ¿Estás de broma? ¿Puedo pegar a esta chica?”

“¡Fei! ¡Ya basta!”

Shun me detiene rápidamente cuando esas palabras salen de mi boca.

Venga, en realidad no iba a pegarle un puñetazo, lo juro.

Pero en serio, pasé tanto tiempo sintiéndome culpable en ese huevo porque pensé que estaba siendo castigada por intimidar a Wakaba, ¡solo para descubrir que fue su culpa por la que morimos en primer lugar!

¡Quiero que me devuelvan mi dinero!

¿Puedes culparme por sentir la necesidad de golpearla un poco?

“Yo también me sentí mal por eso, ¿sabes? Es por eso por lo que, en lugar de simplemente dejarlos morir a todos, recogí sus almas, les di habilidades y los envié a renacer en este mundo con sus recuerdos intactos”.

“¿Qué, como si eso lo compensara?”

“Esa era la idea, sí”.

“No es como si hubiéramos pedido ser reencarnados, ya sabes”.

“¿Eso significa que hubieras preferido simplemente morir?”

“Quiero decir…”

Bueno, no, pero aun así…

Obviamente, no me gustaría simplemente morir sin razón aparente y quedarme muerta.

Pero no puedo decir con certeza si fue mejor que nos reencarnáramos. Especialmente cuando quedamos atrapados en todo este asunto del “fin del mundo”.

“¿No podrías haber hecho que no muriéramos en primer lugar?”

Natsume habla.

Eso es un poco sorprendente.

No esperaba que él tomara la iniciativa en nada en este momento.

“En teoría, eso habría sido una posibilidad, sí”.

“Entonces por qué…!”

“Bueno, no tenía la obligación de llegar tan lejos por vosotros. Revivir a los muertos es mucho más difícil que la reencarnación, ¿sabes?”

¿Más difícil? ¿Así que nos reencarnamos solo porque ella se sentía perezosa?

“¡No puedes hablar en serio…!”

“Si tienes un problema, háblalo con la gente de ese mundo. No es como si yo hubiera intentado mataros. Sentí un poco de culpa y lástima por vuestra muerte en un accidente que no fue culpa vuestra, así que os eché una mano, eso es todo.”

Cuando lo dice de esa forma, es difícil replicar.

Sé que en realidad no fue su culpa.

Y sé que tenemos que agradecerle el hecho de que renaciéramos y todo eso.

¡Pero, aun así, aun así…!

“Estás diciendo esto como si lo hubieras hecho por nuestro bien, pero eso no es realmente cierto, ¿verdad? Apuesto a que tenías tus propios objetivos en mente, y que nos reencarnásemos fue solo una ventaja, ¿verdad?”

“Cierto. ¿Por qué lo preguntas?”

Wakaba ni siquiera intenta esquivar mi pregunta.

Lo sabía.

Está claro que no parece sentir ningún tipo de culpa, lástima o emociones tan nobles hacia nosotros, eso es seguro.

El único sentimiento que obtengo de ella es esa vieja sensación familiar de que está mirándonos como hormigas bajo sus pies.

“Sin embargo, no era un objetivo particularmente elevado. Pensé que podría darle un pequeño empujón a ese mundo. Las cosas se estaban estancando allí, además parecía que estaba en un camino de ida sin retorno hacia la destrucción en poco tiempo. Así que pensé que, si les daba un poco de poder a algunas almas de otro mundo y las enviaba a reencarnarse en este, podría cambiar un poco las cosas”.

Wakaba nos mira con la expresión fría de alguien que observa el comportamiento de las ratas de laboratorio.

Tal vez eso es todo lo que somos para ella, y tal vez también vea todo este mundo como un experimento.

Y si todo se hundiera, ella no lo pensaría dos veces.

“¿Qué estabas tratando de hacer en este mundo, exactamente?”

“No mucho. Como dije antes, no tenía ningún objetivo serio en mente, ¿sabes? Oficialmente, solo presté un poco de apoyo para ayudar a revivir el planeta a demanda del dios de ébano. Todo lo demás era solo un pequeño proyecto personal mío. Lo mismo ocurre con vosotros las reencarnaciones. No lo hice a mala voluntad, aunque tampoco lo llamaría buena voluntad”.

“¿Qué ‘proyecto personal’?”

“Quería convertir un mundo entero en un juego. Luego quise ver si alguien podía encontrar la manera de convertirse en un dios en ese entorno tóxico similar al de un juego. Eso es todo.”

El comentario calmado de Wakaba desmiente la locura total del concepto y la escala.

Ella realmente no es como nosotros en absoluto.

Su forma de pensar es demasiado diferente a la de cualquier humano normal.

Hasta el punto de que hablar con ella de este modo me hace sentir tan mal que casi me pone enferma.

Aunque hablemos el mismo idioma, no creo que podamos entendernos nunca.

“Tenía grandes esperanzas en ese Potimas Harrifenas, y en ti, Señor Demonio Ariel. Pensé que vosotros dos podríais ser capaces de alcanzar la divinidad. Sin embargo, resulta que me equivoqué en eso. Especialmente con Potimas Harrifenas… Dada su obsesión por mantenerse con vida, pensé que podría encontrar una manera de superar los límites del recipiente humano para lograrlo, pero no le funcionó muy bien.”

“Me estremezco al pensar qué hubiera pasado si él se hubiera convertido en un dios”.

El Señor Demonio Ariel parece descaradamente disgustado.

Por lo que puedo decir, a Wakaba no le importaba si alguien era bueno o malvado, solo si podía convertirse en dios o no.

Ella solo quería que alguien, cualquiera, produjera resultados en su pequeño experimento.

Algo en ese plan.

“Está bien, basta ya de todo eso. ¿Qué pasa con esa extraña copia tuya? ¿El llamado dios de marfil?”

Cambio de tema antes de que sus pensamientos sobre lo anterior puedan volverme completamente loca.

Quiero saber cuál es el trato con esa extraña parecida a Wakaba.

Eso básicamente tiene que ser su títere o algo así, ¿verdad?

Sin embargo, me parece un poco excesivo enfrentarlo con el dios de ébano original si estás tratando de darle un “impulso” al mundo.

Por no mencionar que hay algo que no me encaja con esa idea.

¿Wakaba realmente se involucraría con un peón tan proactivo?

“Ah, sí, mi suplente. Si tenía que reencarnar a todos los estudiantes y a una maestra presente en aquel salón de clases, mi asiento quedaría vacío. Para llenar ese vacío, reencarné el alma de una araña que casualmente estaba en el salón de clases en ese momento. Ah, y le infundí los recuerdos de ser Hiiro Wakaba”.

“¿Disculpa?”

Eso ni siquiera tiene sentido.

Confundida, miro a Shun y a los demás, ninguno de los cuales parece entender lo que dice Wakaba.

“¿Y eso que significa?”

“Exactamente lo que dije. Es solo una araña. Tan débil que incluso yo pensé que iba a morir de inmediato. Solo existió para probar que Hiiro Wakaba también se reencarnó. Al principio, de todas formas.”

Todavía no lo entiendo, o tal vez simplemente no es posible entenderlo en absoluto.

¿Esa Wakaba falsa no trabajaba para esta?

“¿Entonces ella no es tu peón?”

“Oh, no. Esa cosa hace lo que quiere. Divertido, ¿no? Los humanos en los que tenía tantas esperanzas resultaron ser un fracaso, y la criatura que puse como sustituto prescindible es la que terminó alcanzando la divinidad.”

Umm… ¿va-leeee?

Para resumir, ¿eso significa que la falsa Wakaba se convirtió en un dios por su cuenta y está luchando contra el dios de ébano por su propia voluntad?

“Tienes mi gratitud por enviar a Blanca a este mundo, y a mí”.

La voz del Señor Demonio Ariel está llena de cálidos sentimientos hacia esa falso Wakaba.

Puedo decir por su voz que el Señor Demonio confía completamente en la falsa Wakaba, como mínimo.

“La destrucción del sistema y la recolección de la energía resultante. Es un método que dejé como una función oculta, pero dado el estado actual de ese mundo, diría que es la opción correcta. Si bien el plan que se le ocurrió al pontífice de la Palabra de Dios tampoco es malo, entre la incertidumbre y las enormes pérdidas involucradas, existe una buena posibilidad de que no produzca suficiente energía”.

Ante las palabras de Wakaba, todos se giran para mirar al pontífice.

Finalmente, habla, como si no pudiera manejar la presión de todas esas miradas.

“Mi plan era matar a todos los dioses que existen en este mundo”.

¿Eh? Creo que no lo entiendo.

“¿Qué quieres decir con eso?”

Yuri es quien cuestiona al pontífice. Aparentemente, ella tampoco lo entendió.

“Un dios es una forma de vida que contiene una inmensa cantidad de energía. Y el sistema tiene la capacidad de recolectar energía de cualquier ser vivo que muera, incluso si ese ser vivo es un dios. Si un dios muriera, el sistema sería capaz de recolectar su energía, ¿ahora lo ves?”

Ahh, ¿es por eso por lo que ibas a matar a los dioses?

Espera un segundo. ¿No significa eso…?

“¿Entonces tenías la intención de arrasar con la Diosa Sariel, el dios de marfil, e incluso con tu propio aliado, el dios de ébano?”

“Tal cual.”

Sin otra palabra, Yuri dispara magia de ataque al pontífice.

¿Eh? ¡¿Qué—?!

“¡Cuidado!”

Apenas un segundo antes de que el hechizo pueda golpear al pontífice, Shun se interpone en el camino y lo bloquea.

Si no hubiera llegado a tiempo, ¡¿no habría matado al viejo pontífice?!

“¡Yuri! ¡¿Qué te crees que estás haciendo?!”

“Yo podría hacerte la misma pregunta. Quítate del camino para que pueda matarlo, Shun.”

“¿Qué? ¿Te estás escuchando en este momento, jovencita?”

La Srta. Oka parece angustiada por las palabras de Yuri.

“Pero ese hombre tiene que morir inmediatamente. ¿Cómo se atreve a hablar de los dioses de esa manera? Date prisa y muere, Pontífice. Muere.”

¡Ay! ¿Cuándo se volvió Yuri tan aterradora?

“Yuri. Puedo entender lo que sientes, pero contrólate por ahora. Este no es el momento para que los humanos estemos peleando entre nosotros”.

“…Oh, está bien.”

Shun logra que Yuri retroceda a regañadientes.

¿Soy yo, o parece que el pontífice va a terminar muerto sin importar cómo se desarrollen los acontecimientos?

Es bastante horrible que fuera a matar al dios de ébano, su propio aliado. Aunque sea por el bien común, tienes que trazar un límite en alguna parte, ¿sabes?

A nadie le gusta un traidor como líder.

“Bueno, esa es solo una razón más por la que tenía la intención de destruir alrededor de la mitad de la humanidad, para compensar la falta de energía”.

“¡Bien! ¡Eso es de lo que vinimos a hablar contigo!”

Nos salimos del tema cuando nos dimos cuenta de que el dios malvado era en realidad Wakaba. ¡Casi olvido que la verdadera razón por la que estamos aquí es para hacer algo con respecto a su estúpido plan para destruir a la mitad de la humanidad!

“Es como acabo de decir. Los métodos del bando del dios de ébano no crearían suficiente energía. La única forma de completar la reactivación de este planeta con el sistema aún funcionando sería sacrificar aproximadamente a la mitad de la humanidad. Es por eso por lo que tenía la intención de suministrar la energía restante en caso de la victoria del dios de ébano. Si gana el bando del dios de marfil, la mitad de la humanidad moriría de todos modos. De cualquier manera, la mitad de la humanidad morirá o será destruida. Así es como es.”

Lo que acaba de decir es básicamente una sentencia de muerte para la humanidad.

El pontífice cae de rodillas.

“Pero… eso significa que todo lo que he hecho…”

“No iría tan lejos como para llamarlo inútil. Llegaste demasiado tarde.”

El pontífice agacha la cabeza ante las duras palabras de Wakaba.

“Aun así, el planeta se salvará y la mitad de la humanidad vivirá, cuando originalmente el planeta habría sido destruido y toda la humanidad con él. Creo que es un resultado sólido, ¿no creéis?”

Sí, suena como una victoria cuando lo pones de esa manera. Pero para aquellos de nosotros que actualmente vivimos en este mundo, es un problema serio.

“¿No hay nada que podamos hacer?” Presiona Shun desesperadamente.

“¿Queríais hacer algo?”

“Por supuesto que sí.”

“Bueno, yo podría hacer algo al respecto”.

“¡Por favor!”

“Entonces, ¿qué me ofreceríais a cambio?”

Eso detiene el entusiasmo de Shun en seco.

“El dios de ébano me ofreció ese planeta. Suplicó que podía hacer lo que quisiera con ese mundo si solo lo restauraba y salvaba la vida de Sariel. Acepté la oferta, no es que un planeta moribundo tenga ningún valor real, y decidí crear el sistema y controlarlo”.

Los ojos de Wakaba se mueven hacia Shun.

“La mitad de la humanidad. ¿Qué puedes pagarme a cambio de salvarla?”

Shun se queda en silencio bajo la mirada fija de Wakaba.

Wakaba estaba en su derecho de convertir el planeta en un juego porque lo recibió como pago justo del dios de ébano.

Ofrecerle algo sin ningún valor no era pago suficiente.

Es por eso por lo que el sistema ha estado exprimiendo la energía de la gente de este planeta durante todo este tiempo.

Es como si estuvieran pagando una deuda.

Tampoco tenemos nada de valor que ofrecer.

Si hiciéramos un trato para salvar a la mitad de la humanidad, ¿cuánto tiempo llevaría pagarlo?

¿Renaceríamos en el mismo mundo una y otra vez como los residentes de este mundo, obligados a pagar la deuda nosotros mismos?

Solo de pensarlo me da escalofríos.

Tal vez una parte de mí todavía sentía que ese no era mi problema porque soy una reencarnación.

Como si no me hubiera convertido en una esclava de la deuda como lo hicieron estas personas.

Pero cuando considero la posibilidad de que pueda encontrarme con el mismo destino, me asusta. No, gracias.

Y, sin embargo, Shun responde sin dudarlo.

“Te daría todo lo que tengo para ofrecer”.

“¿Incluso las vidas de todos tus amigos y conocidos?”

“No. Eso no es algo mío que pueda dar. Todo lo que realmente puedo ofrecer es a mí mismo”.

“¿Quieres pagar por la mitad de la humanidad solo con tu vida? Que arrogante Y codicioso también.”

Shun no tiene respuesta a eso.

Obviamente, nadie podría argumentar que Shun por sí mismo tiene el mismo valor que la mitad de la humanidad.

Como dijo Wakaba, si honestamente pensara que era un intercambio justo, entonces realmente sería arrogante.

Y en este punto, tal vez sea codicioso de alguna manera, al estar tratando de salvar el mundo sin un solo sacrificio.

“Aun así, si existe la más mínima posibilidad, no puedo dejarlo pasar”.

“Yamada.”

El Señor Demonio Ariel pronuncia el antiguo nombre de Shun en un tono peligroso.

Negishi y Sasajima, que también están del bando del dios de marfil, miran igualmente disgustados.

Por lo que escuché, Shun también molestó al Señor Demonio durante su pequeña y extraña reunión telepática.

El bando del dios de marfil no ha perdonado a la gente de este planeta por depender de los dioses para hacer todo por ellos.

Así que apuesto a que están enojados porque Shun le está pidiendo ayuda a un dios ahora.

“Los problemas de este mundo deberían ser resueltos por su propia gente. Y en este punto, una solución pacífica ya no es una opción. Te das cuenta de que solo os estáis avergonzando a vosotros mismos al negaros a aceptar eso y tratar de escabulliros, ¿no es así?”

“…Quizás tengas razón. Pero quiero seguir intentándolo, aunque sea vergonzoso. Supongo que no soy lo suficientemente generoso como para aceptar la idea de hacer un sacrificio como ese.”

“No es hacer un sacrificio, en realidad no. Alguien ya ha estado sacrificándose todo este tiempo—Lady Sariel, eso es lo que es. La gente de este mundo lo ha olvidado. Y ahora se están volviendo locos porque finalmente podría ser su turno de pagar el pato. ¿De verdad no ves lo estúpido que parece desde mi punto de vista? ¿Hmm?”

El Señor Demonio Ariel todavía está sentada en una silla, parece frágil.

Pero de alguna manera, la ira que está emitiendo es tan intensa que apenas puedo respirar.

“Te lo dije antes, ¿no? Si vas a involucrarte en esta batalla, será mejor que estés seriamente preparado. Y me dijiste que lo estás, porque también te involucra a ti. Estoy segura de que eso significa que también estás preparado para que te eliminemos si sentimos que has cruzado la raya, ¿verdad?”

Mientras el Señor Demonio habla, Negishi y Sasajima buscan sus armas.

Automáticamente me agacho en una posición de lucha, pero para ser sincera, no creo que podamos ganar esta.

“¡Por favor, espera un minuto! ¡No soy tu enemigo!”

“Sin duda a mí me parece que sí”.

Oh-oh. Está empezando a parecer que vamos a tener que pelear.

En ese momento, alguien da una palmada con fuerza.

“Dejémoslo así por ahora, ¿de acuerdo? No sería divertido para mí si las cosas terminan con el bando humano siendo eliminado aquí”.

El alivio de que Wakaba haya puesto fin a la lucha solo me dura un momento.

No “sería divertido…”

¿Es esa en serio la única razón?

“Señor Demonio Ariel, tu punto es perfectamente válido. Sin embargo, tú también has recurrido a las reencarnaciones y al dios de marfil en busca de ayuda. Seguramente no puedes afirmar que ese argumento solo se aplique a los humanos.”

“…Tienes razón. Pido disculpas.”

Cualesquiera que sean sus razones, al menos parece que Wakaba convenció al Señor Demonio y a su gente para que depongan las armas.

“Yamada, la respuesta a tu pedido es no. No hay nada que puedas ofrecer que me convenza de salvar ese mundo pacíficamente”.

“Ya… ya veo…”

“Sin embargo, te daré una oportunidad”.

Todos los que estábamos con la cabeza gacha miramos hacia arriba a la vez.

“Ese mundo ha sido mucho más placentero desde que llegaron las reencarnaciones. Los esfuerzos del dios de marfil. La decisión del Señor Demonio Ariel. Las luchas decididas de Julius el Héroe. Los diligentes esfuerzos del pontífice de la Palabra de Dios. Las estrategias de supervivencia para los demonios de aquellos como Agner y Balto. Y por supuesto, las vidas y acciones de las reencarnaciones mismas. Instigaron un cambio enorme en un mundo que había estado paralizado. Mi pequeño impulso fue un gran éxito. Realmente disfruté viendo cómo se desarrollaba todo”.

Wakaba habla sobre los eventos de este mundo como si estuviera revisando los puntos de la trama de una película.

“Y, lo que es más, encontraste la pista que te dejé y lograste llegar hasta aquí. Seguramente eso es digno de una bonificación”.

A pesar de que la declaración suena positiva, un estado de ánimo inquietante llena el aire.

Es una atmósfera vagamente intimidante, por no decir bastante violenta.

Wakaba se levanta de su silla.

“Así que aquí está tu etapa de bonificación. Me gustaría verte derrotarme. Si sales triunfante, salvaré el mundo por ti. No te preocupes—me contendré todo lo que pueda, por supuesto. Sin embargo, eso no significa que tendré piedad, ¿entiendes?”

Por un momento, mis piernas casi ceden.

El aura que rodea a Wakaba me llena de miedo crudo e instintivo.

¡Eso es todo…!

¡Esta… sensación!

Es el mismo sentido sobrenatural que Wakaba desprendía en nuestras antiguas vidas.

Como si estuvieras contemplando un abismo infinito e infernal.

Cuando conocimos a la Wakaba falsa, ciertamente me intimidó su aura divina.

Supongo que se podría decir que fue más divina e inmensa que la sensación que obtuve de Wakaba.

Pero todavía sentía que la verdadera Wakaba daba más miedo.

La presencia de la falsa Wakaba no se sentía tan oscuramente incognoscible, incluso aunque fuera fuerte.

Por eso supe por instinto que algo andaba mal.

Que no era realmente Wakaba.

Y ahora, la verdadera Wakaba nos muestra solo un atisbo de su poder.

¿Es esto realmente lo que ella tiene cuando se contiene “todo lo que puede”?

No hay forma de que podamos vencerla.

Oigo unos cuantos golpes y me doy la vuelta para ver al pontífice y al tipo demonio cayendo.

Parece que no pudieron soportar la poderosa presencia de Wakaba.

“¡¿Pontífice?! ¡¿Sr. Balto?!”

Hyrince corre hacia los dos hombres y los llama, sin respuesta.

Deben haberse desmayado por completo.

“¡Maldita sea! ¡¿Que se supone que tenemos que hacer?!”

“Eso es obvio, ¿eh? Simplemente tendremos que luchar.”

El viejo Ronandt parece decidido.

¿Luchar? ¿Contra eso? ¿Vas en serio?

“Sí… tienes razón. Hagamos esto, todos”.

Shun saca la Espada del Héroe.

Katia y Sue se colocan a cada lado de él, mientras que Yuri y la Srta. Oka cierran la retaguardia.

¡Oh vamos!

¡Todos están ansiosos por empezar! ¡Eso significa que tengo que hacerlo yo también!

Me transformo de forma humana a forma de wyrm.

Bien, ¡vamos a terminar con esto!

Además, cuando lo piensas, ¡esta es una oportunidad única en la vida para golpear a Wakaba en la cara y salirte con la tuya!

Al menos, tengo que animarme así o podría desmayarme también.

“…Cuando dices que ‘salvarías el mundo’, ¿hasta qué punto quieres decir exactamente?”

El Señor Demonio Ariel se dirige a Wakaba con calma.

“Buen punto. Debo explicarme perfectamente claro. Si podéis derrotarme, mantendré con vida a todas las personas que de otro modo morirían cuando el sistema fuera destruido. Me abstendré de acabar con la mitad de la humanidad también, por supuesto. También proporcionaré el resto de la energía necesaria para restaurar el mundo. Ah, sí, y en cuanto a la duración de la vida de la Diosa Sariel… Me imagino que, si fuera liberada del sistema ahora, moriría de inmediato. En su lugar, me aseguraré de que ella permanezca con vida durante aproximadamente la misma cantidad de tiempo que te queda de vida, Señor Demonio Ariel.”

Eso suena a más de lo que cualquiera podría haber esperado.

Los ojos del Señor Demonio se abren con sorpresa.

“Entonces supongo que no tenemos más remedio que luchar también”.

Con eso, ella se levanta de su silla.

Así que puede ponerse de pie…

Pero está claro de un vistazo que ya se está sobre esforzando.

Aun así, con aliados súper aterradores como Negishi y Sasajima, es muy reconfortante tenerla de nuestro lado.

“Comencemos, entonces, ¿de acuerdo?”

Por un momento, no entiendo lo que está pasando.

Todo lo que sé es que Shun pasa de estar de pie frente a mí a ser derribado a un lado, y Hyrince, quien lo derribó, se estrella hacia atrás.

“¿Eh?”

Apenas reconozco esa voz que suena tan idiota como la mía.

Mirando a Hyrince, lo veo desplomado en el suelo con un agujero gigante en el pecho.

Claramente, debe haber muerto al instante.

“Te lo dije, ¿no? Me contendré, pero no tendré piedad”.

Wakaba sacude su mano derecha, esparciendo sangre por todas partes.

Es solo entonces que finalmente entiendo que su mano derecha debe haber atravesado el corazón de Hyrince.

“Por cierto, si tuviera que convertir mi fuerza actual en estadísticas, diría que son alrededor de ciento cincuenta mil cada una. ¿Ves? Muy generoso por mi parte el contenerme tanto, ¿no?”

Eso es fácilmente cien veces más fuerte que el humano promedio.

No tenemos ninguna oportunidad en el infierno.

Mi corazón ya estaba roto incluso antes de que comenzara la batalla.