SSS Class Suicide Hunter

Volumen 1

Capítulo 25: Los Elegidos (Parte 1)

 

 

Bae Hu-Ryeong habló frenéticamente cuando la luz empezó a caer sobre nosotros.

-Oye, espera. Si solo han invocado a los diez mejores, ¿no quiere eso decir que el viejo Marcus va a estar allí? ¿Qué vas a hacer cuando te vea e intente matarte?


‘Nah, te preocupas demasiado. Está bien. Lo peor que puede pasar es que muera, ¿no?’

-Kim Zombie, de verdad que…

Los labios de Bae Hu-Ryeong temblaron como si estuviera a punto de echarme la bronca. Shh.

‘Está bien porque tengo un plan’, añadí rápidamente. ‘¿No lo sabías? Soy Kim Gong-Ja. ¡El debilucho al que el Emperador de la Espada reconoció! Confía en mí’.

-¿Tienes un plan?

Publicidad M-M4

‘¡Por supuesto! Claro que tengo un plan. Te lo mostraré más tarde’.

-Ejem -carraspeó él cruzando sus brazos con una mirada de duda.

Pero ya era demasiado tarde. El proceso de invocación había empezado y la luz blanca nos cubrió por completo.

Lo único que podía hacer era encontrarme con el Santo de la Espada.

Cerré mis ojos y…

 

[Transmisión completa]

 

… cuando los abrí, ya estaba en el piso 12.

Era completamente diferente del 11. Su opuesto absoluto. Si el piso 11 era un sucio e intenso campo de batalla, el 12 era un extravagante palacio. Era el Palacio Imperial del imperio Aegim.

‘… No’, pensé mirando a mi alrededor. ‘La batalla política en el palacio es igual de sucia e intensa’.

En la recepción se habían reunido otros aspirantes de alto rango. Había gente a la que veía por primera vez, pero la mayoría eran personas a las que ya había conocido, como la Bruja y la Condesa. Por supuesto. No eran las líderes de grandes gremios por nada.

Crucé miradas con los demás cazadores.

“¿Oh?”

“Mm”.

Todas sus reacciones fueron diferentes. Algunos me sonreían brillantemente como si hubieran sabido que iba a estar allí, y las hoscas expresiones de otros me indicaban que jamás hubieran esperado verme allí.

“¡Cazador Kim Gong-Ja! ¡Estuviste genial!”. El Inquisidor Herético era del primer tipo. “¡Vi lo que hiciste en el piso 11! Usar a los NPCs de esa manera… ¡me conmovió!”

Corrió hacia mí. Como era tan bajo, me recordaba a un cachorrito.

“¿Esa espada en tu cintura es un objeto especial? Los NPCs parecían seguirte en cuanto veían que la tenías. ¿La conseguiste como recompensa por superar el piso 10?”

“Bueno, supongo que sí…”

“¡Me lo imaginaba!”, exclamó, todo sonrisas mientras me miraba. “Usaste la recompensa del piso 10 para superar el piso 11. ¡Tu forma de aplicar las habilidades que tienes es impresionante!”

Publicidad G-M2



“No, bueno, tampoco es…”.

Publicidad M-M3

“A partir de ahora, va a haber un montón de cazadores celosos de ti. Podrían hasta tratarte como un advenedizo con mucha suerte. ¡Ignóralos! ¡Todo es gracias a tu habilidad!”

Uh.

¿Qué era él? ¿Un ángel?

De repente escuché un grito de Bae Hu-Ryeong. Era diferente a su habitual tono burlón. Estaba ansioso.

-¡Cuidado! ¡Detrás de ti…!


Entonces, antes de que Bae Hu-Ryeong consiguiera siquiera terminar la frase, todo acabó.

“Hm”.

La primera persona en reaccionar había sido el Inquisidor Herético, que estaba frente a mí.

Sus ojos alegres habían desaparecido, sustituidos por unos estrechos. Tiró de mi muñeca y yo tropecé, incapaz de mantener el equilibrio. Un paso. El Inquisidor Herético tiró de mí hacia atrás y luego dio un paso adelante.

“-Técnica Sagrada, Dios Interno”, murmuró silenciosamente para sí mismo. El sonido del hierro chocando contra algo resonó por toda la sala. Era sencillamente hierro.

Había sido un ataque con una evidente intención asesina.

“Ja”, rio el Inquisidor Herético. Sin embargo, sus ojos no reían. “Esto es una sorpresa, Santo de la Espada. ¿Cuándo te convertiste en un asesino?”.

“Quítate de en medio”, dijo fríamente un hombre viejo vestido con un traje. El Santo de la Espada.

Su espada se alzaba contra nosotros.

No.

No es exacto.

“Voy a matar a ese tipo”.

No se alzaba contra nosotros, sino contra mí.

El silencio cayó sobre la recepción.

Como si el aire estuviera cargado de electricidad, sentí que las chispas recorrían mi cuerpo.

“Mm”. Solo el Inquisidor Herético habló, con una actitud no muy diferente a la anterior. “Disculpa, pero… con ‘ese tipo’ te refieres al cazador Kim Gong-Ja?”.

“Por supuesto”, replicó el Santo de la Espada. “Si no te quitas de ahí, también perderás uno de tus brazos”.

Publicidad M-M5

El Inquisidor Herético mostraba una radiante sonrisa. “¡Eso va a ser un poco difícil! No puedo quitarme aunque me lo pidas. El cazador Kim Gong-Ja ha recibido el reconocimiento de los cinco grandes gremios, incluyendo el Templo de los Diez Mil. Si lo dejo morir, ¡la reputación de los cinco grandes gremios se verá afectada!”.

“Quieres perder un brazo, ya veo, jovencito”.

“¡Ah, eso también podría ser algo difícil! Mis brazos siguen siéndome útiles” contestó el Inquisidor Herético inclinando su cabeza hacia un lado mientras seguía sonriendo. “¿Podrías decirme por qué has marcado al cazador Kim Gong-Ja como objetivo?”.

“No tengo por qué decírtelo”.

“¿Estás diciendo que no vas a rendirte con él?”

“Quita de en medio y déjate de tonterías”, rechazó firmemente el Santo de la Espada.

Sí. A sus ojos, yo era un carnicero que había matado a más de 4.000 personas. Ya que él no sabía cómo era mi habilidad, era obvio que reaccionaría así.

“Repito, voy a matar a ese tipo”.

“¡Mmm! Entonces no me dejas alternativa”, dijo el Inquisidor Herético juntando sus manos. “Te tendré controlado a partir de ahora. Técnica sagrada, Transmisión divina”.

Repentinamente, hubo una explosión de luz detrás del Santo de la Espada. Dos cazadores aparecieron de ella: Viper, el maestro del gremio Chen-mu, y la Paladín, vicelíder de la Milicia Civil.

“¡Jaaaa!”

El Santo de la Espada frunció el ceño.

“Estos idiotas…”.

Chasqueó la lengua. En el espacio de un instante, blandió una vez su espada. Su Aura azul partió el aire e hizo salpicar la sangre. Dos cortes. Con solo dos ataques, la mejilla de la Paladín y el brazo de Viper estaban sangrando.

“¡Este viejo monstruoso!”

Había ocurrido en apenas un parpadeo.

“¿Por qué tiene este vejete que tener tanta energía? ¡Por favor, anciano! ¡Retírate! Por tu culpa, los jóvenes no podemos ascender!”, gritó Viper rechinando los dientes.

El Santo de la Espada soltó una risotada.

“¿No tienes ya más de 40? Si nos fijamos en los verdaderamente jóvenes, tú también eres un viejo”.

“¡Qué gracioso! Los 40 ahora siguen siendo parte de la juventud. A esa edad es cuando tu vida realmente comi…”

“¡Maestro Chen-mu! ¡Tú también eres viejo! ¡Estás medio ciego!”

“Este jodido fanático está de mi lado, ¿verdad?”

“Ah…”, suspiró la Paladín. “Concentraos en el oponente ante vosotros. Estamos en desventaja”.

Incluso mientras suspiraba, ella no había bajado la guardia. No, incluso parecía estar más nerviosa. El Inquisidor Herético, Viper y la Paladina, tres de los más grandes cazadores, estaban luchando juntos… pero, aún así, el Santo de la Espada estaba jugando con ellos.

“Mmm… definitivamente estamos en desventaja ahora mismo”.

¿Se había dado cuenta también el Inquisidor Herético?

Él sonrió brillantemente y pidió ayuda.

“¡Condesa!”.

“¿Qué?”.

“¡Por favor, dame algo de dinero!”.


“¿Cuánto?”.

“Afortunadamente, el Santo de la Espada aún no se ha vuelto loco. Será suficiente para controlarlo durante algo de tiempo. 10.000 de oro, por favor”.

“A un interés del 15%”, dijo la Condesa, que desplegó su abanico mientras miraba silenciosamente la batalla. “A devolver en tres meses. ¿Te parece bien?”.

“¡Jajajaja! ¡No me has entendido! No te he pedido dinero prestado. Te he pedido que me des dinero”.

“¿Uh? ¿Estás pidiéndole a un mercader que haga una donación?”.

“¡Sí! ¡Eso es! Es dinero que ganaste de forma sucia de todos modos, ¿verdad? ¡Lo voy a usar para algo bueno, así que arrepiéntete en el templo y asciende al paraíso!”.

“Eres un ladrón todavía más terrible que yo…”, lamentó la Condesa mientras sacudía su cabeza y sacaba algo.

Era una bolsita de cuero con un patrón de caracol dibujado en ella.

La condesa deshizo el nudo de la cuerda de oro que cerraba la boca de la bolsa.

“Retirar, 10.000 de oro”.

La abertura de la bolsita se desplegó y un montón de monedas cayeron al suelo. Esa bolsita era, probablemente, un objeto raro. Mientras las piezas de oro empezaban a formar una pequeña montaña, la Condesa volvió a guardarse la bolsa.

Publicidad G-M3



“Aquí tienes. Cógelo, sacerdote. Son exactamente 10.000 piezas de oro”.

“¡Les daré buen uso!”.

El Inquisidor Herético mostró de nuevo su brillante sonrisa y juntó las manos.

“¡Técnica sagrada, Devoción!”.

El oro desperdigado en el suelo empezó a emitir una luz. Un resplandor dorado llenó la recepción. En mitad de todo aquello, el Inquisidor Herético murmuraba, moviendo rápidamente sus manos.

“Transferencia divina, fortalecimiento físico. Receptores, Paladín y Viper. Tiempo, 300 segundos. El oro nos llenará las manos. ¡Técnica completa!”.

“Mmm…”

“Hmpf…”

Y algo extraño ocurrió. Todo el oro que había en el suelo desapareció como si nunca hubiera estado allí.

En su lugar, la luz que habían emitido las monedas cayó en la Paladín y en Viper. Era como Aura. El Inquisidor Herético abrió los brazos, diciendo:


“Allá vamos. Durante 300 segundos, la Paladín y Viper se convertirán en algo bastante distinto. ¡Santo de la Espada! No importa lo fuerte que seas, ni siquiera tú puedes soportar el ataque de cuatro de nosotros juntos. ¡La Condesa, la Paladín, Viper y yo!”.

“…”

“Y la tesorería de la Condesa está muy lejos de estar vacía, jajajaja. ¡No creo que lo esté jamás! Si quieres probar si ella caerá en la bancarrota antes de que te cortemos el cuello, ¡adelante!”.

“¿Por qué metes mi tesorería en esto?”, se quejó desde lejos la Condesa. “Solo he hecho una donación porque ese fanático me lo ha pedido. Ah. Ser mercader es duro tanto dentro como fuera de la Torre…”

“Y, si pudiera añadir algo a eso…”, dijo una voz fría. Era la Bruja. La cazadora de rango 2 rompió su silencio mientras miraba al Santo de la Espada con un rostro carente de expresión. “No se va a acabar con ellos cuatro. Aviso desde ya que yo también participaré en la lucha a partir de ahora, porque el cazador Kim Gong-Ja ha hecho un trato con los cinco grandes gremios”.

El Santo de la Espada frunció el ceño.

“¿Un trato?”.

“Sí. Un trato”, asintió la Bruja. “El cazador Kim Gong-Ja no se ha vinculado a un único lugar, sino que ha pedido formar parte de los cinco grandes gremios. A cambio, nosotros hemos prometido tratarle como a un igual. Santo de la Espada, si desenvainas tu arma para atacar a Kim Gong-Ja, nos estás atacando a todos nosotros”.

“…”

“Por supuesto, con ‘nosotros’ me refiero a los cinco grandes gremios”, continuó mientras sacaba varios espejos. “Dragón Negro, Sangryun, el Templo de los Diez Mil, Chen-mu Mun y Milicia Civil”.

Los espejos flotaron por sí mismos y empezaron a dar vueltas en torno a nosotros. Uno, dos, tres… en total, los seis espejos giraron alrededor de la Bruja como si fueran perros de caza que la protegieran.

“¿Realmente puedes lidiar con todos nosotros, Santo de la Espada?”.

*Swish*

Los cinco cazadores apuntaron al unísono sus armas hacia el rango 1.

“…”

El viejo espadachín permanecía en silencio.

Sí.

‘Aunque el Santo de la Espada es jodidamente fuerte…’

En ese momento, sonreí.

‘… no es lo bastante fuerte como para tener a los cinco grandes gremios como enemigos’.

Esa era la razón por la que había hecho un trato con los maestros de gremio.

Podría llegar un día en el que yo fuera más fuerte que el Santo de la Espada. No, definitivamente llegaría. Pero no iba a ser ese día. Ni al siguiente. Por lo tanto, hasta que eso pasara, necesitaba una red de seguridad.

‘¿Recuerdas lo que te dije en el piso 11?’.

-¿Qué?

‘Hay dos formas de lidiar con un oponente poderoso’.

Una era ser alguien tan poderoso que rivalizara con un ejército por sí mismo y que aplastar a los enemigos con su fuerza.

Y la otra, crear tu propio ejército y luchar.

‘El Santo de la Espada no es más que un cazador solitario’.

Pero yo era diferente.

‘Ya tengo aliados’.

Por lo tanto, si el Santo de la Espada y yo lucháramos, yo ganaría.

‘¿Lo ves? Este es mi plan. Adelante, puedes asombrarte’.

-Tsk, tsk. Vaya debilucho… -suspiró Bae Hu-Ryeong.

Sin embargo, su cara no tenía una mala expresión. Parecía bastante satisfecho de que yo hubiera subido al piso 12 con una estrategia en mente. Ese fantasma, aunque no lo mostraba, se preocupaba por un montón de cosas.

Publicidad M-AB

Di un paso adelante.

“Señor Santo de la Espada”.

Todos los cazadores me miraron, entre ellos el Santo de la Espada. Yo sonreí para parecer relajado y miré al Santo de la Espada directamente a los ojos.

“¿Podemos hablar?”.

Escuchad con atención, porque don Gong-Ja está hablando.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios