Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 16

Capítulo 10: Asaka

“Ya está, ya está.”

Acaricio suavemente la cabeza de Kunihiko después de que se durmiera llorando.

El acto infantil de llorar hasta estar tan exhausto que te quedas dormido me parece divertido en cierta manera, y una risa suave se escapa de mis labios.

A pesar de que sus bromas autocríticas sobre su “búsqueda de venganza” y “actuar como el héroe trágico” ya han terminado, he visto de primera mano lo duro que luchó Kunihiko todo este tiempo.

La forma en que se esforzaba al máximo como si se le acabara el tiempo, estaba tan lejos de la forma de ser que tenía en su anterior vida como un estudiante de secundaria común que nunca dejaba de sorprenderme. Yo jamás podría hacer ese tipo de cosas.

Odio trabajar duro. No me gusta dar lo mejor de mí.

Todo con moderación, es mi dicho.

Por lo general, voy por la vida conservando mi energía, y, ocasionalmente, me esfuerzo un poquito más solo cuando es realmente necesario.

Ese nivel de esfuerzo se siente perfecto para mí.

No soy el tipo de personas que trabaja hasta la extenuación o arriesga su vida.

Simplemente no tengo ese tipo de entusiasmo.

Pero en todo caso, eso es lo que me hace respetar a las personas que hacen tales cosas.

Como no puedo hacerlo yo, siempre me impresiono con la gente que lo da todo y se esfuerza al máximo.

… Aunque no les entienda.

Kunihiko vive su vida con una pasión ardiente.

Tanto es así que me preocupa que se queme, en cuerpo y alma.

Si fuera cualquier otro que no fuera Kunihiko, habría dejado de intentar seguirle el ritmo hace mucho tiempo.

Casi le digo “Vamos a rendirnos ya” más veces de las que puedo contar.

Pero nunca me atreví a decírselo, porque quería dejarlo hacer lo que quisiera.

Me gustaba verlo cargar imprudentemente hacia delante.

Y guardarle las espaldas era mucho más fácil de lo que imaginas.

Es cierto que requirió mucho del trabajo duro y esfuerzo extra que tanto odio.

Pero estar al lado de Kunihiko me sentía tan bien que no podía imaginar ir a ningún otro lado.

Kunihiko siempre intenta correr a toda velocidad, mientras que yo prefiero caminar a un ritmo pausado.

No pensarías que alguna vez pudimos mantener el mismo ritmo, sin embargo, de alguna manera, hemos conseguido mantenernos unidos todo este tiempo.

Sinceramente, creo que es nada menos que un milagro.

Si hubiéramos dado un paso en falso, podríamos haber terminado fácilmente perdiendo toda esperanza.

Podría haberme quedado atrás, o Kunihiko podría haberse lesionado gravemente o algo peor…

Siempre salimos adelante con la ayuda de la ventaja de ser reencarnaciones.

Pero no hay ninguna garantía de que siempre vaya a ser así.

Hay un límite, lo sé.

Lo vi de cerca cuando luchamos contra Merazophis en la guerra contra los demonios.

Kunihiko y yo no pudimos derrotarle ni siendo un equipo; ni siquiera con la ayuda de la Srta. Oka o con el apoyo de un francotirador a larga distancia, apenas pudimos mantenernos a su nivel.

Merazophis fue capaz de defenderse de nosotros cuatro por sí mismo, y se las arregló para marcharse sin apenas un rasguño.

No podíamos ganar.

Si alguna vez volviéramos a pelear contra Merazophis, Kunihiko y yo probablemente moriríamos.

Después de nuestra conversación con él en la aldea de los elfos, esa sospecha se convirtió en certeza.

Estaba conectado al grupo de Wakaba, y deliberadamente no nos estaba matando porque éramos reencarnaciones.

Eso significa que en realidad se estaba conteniendo cuando peleamos, y aun así no pudimos ni acercarnos siquiera a vencerlo.

Es demasiado fuerte.

Creo que Kunihiko y yo también podemos volvernos más fuertes.

Pero no podríamos pelear contra Merazophis si peleáramos con él ahora, e incluso si nos tomáramos el tiempo para entrenar más, no hay garantías de que lleguemos a su nivel.

Tampoco es que tengamos ninguna forma conveniente de volvernos más fuertes de una sola vez.

Tampoco tenemos tiempo suficiente para encontrarla.

Todo está pasando tan rápido, y no hay nada que podamos hacer.

Al final, solo soy una persona normal sin motivación.

No puedo luchar contra el flujo de estos eventos tan grandes y tampoco tengo energía para intentarlo.

Ni siquiera quiero tener nada que ver con ellos.

Preferiblemente, me gustaría mirar desde un lugar seguro.

De hecho, preferiría con mucho que los eventos escandalosos, como una batalla por el destino del mundo, tuvieran lugar donde yo ni siquiera tuviera que saber de ellos.

Quiero huir.

Kunihiko, por otro lado, se mantuvo firme en su lugar y pensó en qué hacer.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que tenía una gran arroga entre las cejas, lo cual es muy poco habitual en él… nunca piensa mucho en nada.

Y su conclusión fue que lucharía por el bando del dios de ébano. Esto significaría luchar contra el bando del dios de marfil, lo que también significaba luchar contra Merazophis una vez más.

Siempre he dejado a Kunihiko hacer lo que quisiera.

Pensaba que darle apoyo de ese modo era mi papel.

Así que esta vez, era mi turno de preocuparme por qué hacer.

¿Debería permitir que Kunihiko se saliera con la suya y llevar a cabo la pelea, aunque eso significaba la muerte?

¿O debería detenerlo por la fuerza?

Era una decisión difícil.

Tuve que elegir entre proteger el orgullo de Kunihiko, o su vida.

Por lo tanto, dudé hasta el último minuto, y básicamente lo decidí en el momento.

Cuando vimos a Merazophis, inmediatamente pensé: Ah, vamos a morir.

Y entonces actué casi por acto reflejo.

Noqueé a Kunihiko, lo recogí y corrí por nuestras vidas.

Afortunadamente, Merazophis no nos persiguió.

Supongo que no tenía razón para hacerlo

Merazophis puede que sea un enemigo acérrimo desde la perspectiva de Kunihiko y mía, pero lejos de odiarnos, incluso parecía que sentía cierta simpatía por nosotros.

Al final, la pasión por la venganza de Kunihiko era totalmente unidireccional. Se dio cuenta de eso en la misma aldea de los elfos, y eso pareció tomar las riendas por completo.

Aun así, el hecho de que eligiera pelear después de un raro período de pensarlo mucho debe significar que tenía muchos sentimientos importantes al respecto.

E hice caso omiso de esos sentimientos.

Este podría ser el final, pensé.

Siempre había creído que no había prácticamente nada que pudiera separarnos.

Eso esta instancia podría ser lo suficientemente extrema como para llegar a ese punto.

Después de todo, acabo de descubrir su gran momento único en la vida.

Estaba segura de que estaría furioso cuando se despertara.

Incluso podría arruinar nuestra relación sin remedio.

Pero incluso así, por horrible que fuera, quería que Kunihiko viviera, pasara lo que pasara.

Y resultó que mis temores de separarnos eran completamente infundados.

Lejos de enfadarse conmigo, en realidad se disculpó.

Mientras que parte de mí sentía que yo era la que le debía una disculpa. También estaba emocionada y aliviada de que ni siquiera esto pudiera destruir el vínculo entre nosotros.

Después de que Merazophis matara al resto de nuestro clan, cuando escapamos por los pelos y llegamos a un pueblo… fue Kunihiko quien tomó mi mano y me llevó hacia delante.

Kunihiko fue quien estuvo a mi lado.

Así que decidí quedarme a su lado para siempre.

Siempre y cuando no se deshiciera de mí él mismo, claro.

No estoy segura de qué nos depara el futuro, todavía menos que cuando nuestro hogar fue destruido y nos quedamos sin ningún lugar a donde ir y sin idea de por qué había sucedido.

Tal vez podamos vivir la vida normal que yo quiero, o tal vez sea la vida llena de acción con la que sueña Kunihiko.

Tal vez no tengamos un futuro en absoluto y nuestras vidas pronto llegarán a su final.

Pero esa es una razón más para quedarme al lado de Kunihiko.

Hasta que la muerte nos separe.