Lord of Mysteries (NW)

Volumen 2

Capitulo 232: El Bar Bravehearts

¿Qué? ¿Cómo supo esa persona que compré la receta de Alguacil? Las pupilas de color verde oscuro de Xio se contrajeron mientras examinaba su entorno con sospecha, pero no vio a nadie mirándola.

Según el Sr. A, las transacciones deberían ser muy seguras y confidenciales aquí… Finalmente, Xio no pudo evitar mirar hacia el sofá donde se sentaba el Sr. A, cuyo rostro estaba cubierto por una capucha. Todavía estaba evaluando a la gente en silencio sin revelar nada extraño.

Le dio un codazo a Fors y susurró: “¿Debería ir?”.

Fors tomó el papel, lo miró y respondió sin dudar: “Ve, al menos todavía tienes al Sr. A mirando. Nadie se atrevería a hacerte nada, así que puedes aprovechar para averiguar cuál es el objetivo de la otra parte. ¿Quién sabe? ¿Quizás podrías obtener los materiales de la poción que deseas como resultado?”

“Eso tiene sentido…” Xio, que era una persona muy proactiva, asintió de inmediato al asistente, lo siguió al estudio y, finalmente, se puso una bata con capucha.

Esta capucha puede cubrir toda mi cara, tanto que no puedo ver el camino frente a mí…  Tras acomodarse la capucha, Xio abrió la puerta y vio a un hombre vestido con un esmoquin sentado detrás de un escritorio.

El hombre llevaba una máscara dorada que dejaba ver sus ojos, fosas nasales, boca y mejillas, pero era imposible identificarlo.

Los ojos marrones claros detrás de la máscara dorada se movieron cuando el hombre señaló la silla frente al escritorio y dijo: “Tome asiento”.

Su voz era deliberadamente ronca; sin ningún matiz especial.

Xio cerró la puerta del estudio, sacó pecho y levantó la cabeza, se sentó en la posición designada sin dejarse intimidar. Luego preguntó: “¿Tiene los ingredientes principales para la poción del Alguacil?”

El hombre enmascarado se rió entre dientes y dijo: “Sí, tengo los ojos de un gusano demonio del terror y la palma derecha de un oso de guerra plateado.

“De hecho, esa fórmula de poción de Alguacil que compró fue vendida por mi…”

No es de extrañar…  Los amigos de Xio a menudo se burlaban de ella por ser poco reflexiva, pero para sobrevivir en el círculo de Beyonders, en las pandillas del Distrito Este y entre los pobres, no era una persona completamente imprudente. Tenía una intuición del peligro que era similar a la de una bestia salvaje.

Ella preguntó con voz profunda: “¿Por qué está haciendo esto?”

“Para seleccionar ayudantes adecuados”. El hombre enmascarado se rió entre dientes. “Con su situación financiera, será difícil para usted reunir el dinero necesario para estos dos ingredientes de Beyonder en un corto período de tiempo. Por supuesto, puedes vender la fórmula en otras reuniones de Beyonder, pero créame, esto le traerá un peligro innecesario. Es posible que nuestros círculos no se superpongan, pero no soy la única persona haciendo esto”.

Xio frunció el ceño y dijo: “Ya que viene de una organización tan grande y posee las fórmulas de las pociones de Alguacil e Inquisidor, ¿por qué necesita mi ayuda?”

“Hay ciertos asuntos que no deseamos tratar nosotros mismos. Hay muchas razones, pero no es necesario que se lo diga. Y cada Inquisidor que se embarca en el viaje como un Beyonder por sí mismo tiene, más o menos, alguna conexión con la aristocracia. Esto es algo que necesitamos”, explicó el hombre enmascarado, simplemente.

Parece que él no sabe acerca de mis orígenes, ni es consciente de mi reputación en el Distrito Este…  Xio se relajó un poco.

El hombre enmascarado continuó: “Solo tratelo como misiones adicionales más allá de las reuniones de Beyonder. Le daré algunas misiones y le pagaré con las recompensas correspondientes. Si siente que es peligroso, puede rechazar. Este es un comercio justo y libre. Una vez que ahorre suficiente dinero, puede comprarme los ingredientes”.

Esto…  Xio, que aún luchaba con su situación financiera, se le agitó el corazón. Continuó actuando reservada durante nueve segundos antes de decir: “Mientras tenga el derecho de rechazar misiones, puedo considerarlo”.

“Por supuesto.” El enmascarado se rió. “Podemos acordar dónde y cómo nos encontraremos en el futuro. Para que se sienta cómoda, le concederemos el derecho de decidir los detalles”.

“Está bien.” Aunque Xio todavía estaba desconcertada y no entendía por qué la otra parte le ofrecía misiones y un trato tan preferencial, aun así estuvo de acuerdo.

Por lo menos, no podía identificar ningún peligro obvio en ese momento.

***

Klein estuvo ocupado comprando sillas, juegos de té y remendando su ropa todo el domingo. Gastó un total de 6 libras 9 soles para restaurar la sala de estar, el comedor y su ropa a su estado original.

Que pérdida. Espero que el departamento de policía me compense por mis pérdidas del patrimonio de Meursault. *Suspiro*, las posibilidades son escasas ya que, en el mejor de los casos, será solo una porción. Klein colocó las facturas y los recibos ordenadamente en su lugar, esperando usarlos en el futuro.

Por supuesto, solo en términos de ingresos, había hecho una gran matanza. La característica Beyonder de Meursault valía al menos 300 libras o más.

Pero la premisa de todo esto era que Klein tenía acceso a un círculo de Beyonders.

Después de la cena, vestido con un suéter de cuello alto de un solo color, un abrigo de trabajador azul grisáceo y una gorra, Klein salió, una vez más, e hizo dos transbordos antes de llegar a la Calle de la Puerta de Hierro en la zona del Puente de Backlund.

Vio el Bar Bravehearts después de dar unos pasos. Vio una puerta de madera negra aparentemente pesada y un hombre musculoso de casi dos metros de altura con los brazos cruzados.

El hombre musculoso evaluó a Klein, pero no le impidió empujar la puerta para abrirla.

Era el momento en que el bar estaba en su apogeo. Incluso antes de que Klein entrara, sintió que una ola de calor lo envolvía. Podía oler el fuerte aroma de la cerveza de malta y escuchar el estruendo de gran cantidad de personas hablando.

Como era de esperar, vio dos escenarios en el medio de la barra. Uno de ellos estaba dedicado a las competencias de cebos de ratas con perros, y el otro escenario tenía dos boxeadores esperando pacientemente a que comenzara la pelea.

El aroma a alcohol mezclado con el olor a sudor emanaba. Klein se levantó las gafas de montura dorada y se pellizcó la nariz. Mientras protegía sus pertenencias, se abrió paso hasta la barra del bar.

Antes de que el cantinero pudiera decir algo, dijo: “Un vaso de cerveza de Southville”.

Esta era la mejor cerveza que producía el Reino Loen.

“Cinco peniques”, respondió el cantinero, como un reloj.

Klein sacó un puñado de monedas y contó cinco peniques antes de dárselas a cambio de una gran copa de madera con cerveza dorada. El aroma de la cerveza era seductor.

“Frente a eso, muchas cervezas ni siquiera pueden llamarse alcohol y solo pueden considerarse bebidas”. El cantinero se rió entre dientes.

Klein levantó la taza y tomó un trago. Era fresca y refrescante, primero amarga y fragante, pero luego estallaba con sabor a malta. Tenía un regusto ligeramente dulce.

Después de dejar la taza, miró las pequeñas burbujas blancas y aprovechó la oportunidad para preguntar: “¿Dónde está Kaspars Kalinin?”

El cantinero dejó de limpiar el vaso en su mano mientras miraba hacia arriba y observó a Klein por unos segundos antes de señalar hacia un lado.

“Sala de billar 3.”

Con el espíritu de no desperdiciar nada, Klein llevó la copa y se dirigió a la tercera sala de billar.

Con solo un ligero toque, permitió que la puerta se abriera.

Los dos hombres que estaban adentro se detuvieron y miraron hacia la puerta.

“Estoy buscando a Kaspars Kalinin”. En medio del silencio, Klein agregó apresuradamente: “El Viejo Vecino me presentó”.

Al escuchar esto, un hombre de 50 años con una gran nariz y una camisa de lino dijo con voz profunda: “Adelante”.

Tenía una cicatriz enorme y retorcida que iba desde la comisura del ojo derecho hasta el costado de la boca,su nariz era abultada y casi completamente roja.

Klein entró lentamente con la cerveza en la mano y vio que el oponente de billar de Kaspars había dejado a un lado su taco y salía de la habitación antes de cerrar la puerta detrás de él.

Kaspars Kalinin se acercó cojeando y preguntó: “¿Qué sería?”

“Un buen revólver y cincuenta rondas”. Klein tomó otro sorbo de su cerveza de Southville.

“3 libras 10 soles”. Kaspars dio el precio. “Esto definitivamente será más caro que una tienda de armas normal. El precio incluye los riesgos que tengo que asumir”.

“Trato.” Klein sacó cinco billetes de una libra que preparó del bolsillo de su pantalón y los contó.

Kaspars comprobó la autenticidad de los billetes antes de asentir.

“Ya veo, un hombre sencillo. Deme cinco minutos.”

Dejó los billetes sobre la mesa de billar, se apoyó en una muleta y cojeó hasta la puerta.

Después de ver partir a Kaspars, Klein miró hacia atrás, al billar actualmente de moda, y descubrió que era muy similar al snooker en la Tierra. (Mr Insomne: Al parecer el snooker es una variante del billar en la que se usan más bolas)

Ya veo, Emperador Roselle…  Klein Casi perdió la compostura y se rió mientras sacudía la cabeza.

Tras una breve espera, Kaspars abrió la puerta y entró con un paquete envuelto en papel marrón y dos billetes de cinco soles.

Klein tomó el dinero y el artículo, abriendolo en el acto. Sus ojos captaron el largo y plateado cañón de un revólver. La empuñadura parecía estar hecha de madera de nogal.

Además de eso, había cincuenta balas relucientes cuidadosamente colocadas en la caja.

Klein probó el arma vacía, cargó cinco balas, metió el revólver en la funda de su axila que compró con anticipación. Luego, recogió las balas restantes y miró a Kaspars. Él deliberó y preguntó: “Si deseo contratar un buen guardaespaldas, ¿a quién debo buscar?”

“Uno muy bueno, de esos que son más que humanos”.

Kaspars se frotó la nariz roja y sus ojos se volvieron fríos.

Examinó cuidadosamente a Klein durante dos minutos, usando el silencio para crear una terrible sensación de opresión.

“Puedo hacer la consulta por usted, pero no hay garantía de que alguien acepte esta misión”.

Parece conocer a más de un Beyonder…  Klein sonrió y dijo: “No importa cuál sea el resultado, permítame expresar mi gratitud por adelantado”.

Kaspars guardó los billetes en la mesa de billar y volvió a salir. Pasaron diez minutos completos antes de que regresara. Para entonces, Klein ya había terminado su enorme vaso de cerveza Southville.

“Hay alguien, pero quiere conocerlo antes de tomar una decisión”, dijo Kaspars con voz profunda.

“Por supuesto. También determinaría la dificultad de la misión si fuera yo.” Klein sonrió y asintió.

Siguió a Kaspars, que pasó cojeando por el ring de boxeo abarrotado y entró en la cocina del bar.

Kaspars se detuvo de súbito y golpeó suavemente una puerta. Después de obtener el permiso, la abrió y entró con Klein a cuestas.

Era una sala de cartas donde más de diez personas jugaban al póquer de Texas.

Un hombre que vestía un chaleco negro y una camisa blanca se levantó lentamente después de ver a Kaspars y Klein entrar en la habitación. Los otros que estaban jugando a las cartas se detuvieron en seco, sin emitir ningún sonido.

Con un solo vistazo, Klein frunció el ceño imperceptiblemente.

Aparte del hombre que se había puesto de pie, notó que todos los demás jugadores lucían indescriptiblemente extraños. Sus rostros estaban pálidos y sus ojos eran como los de las fieras.

Tocando su muela izquierda dos veces, Klein activó en secreto su Visión Espiritual.

Sus músculos se tensaron abruptamente y casi no pudo controlar su expresión porque las auras de esos jugadores eran de color negro oscuro.

Eso significaba que, aparte del hombre que se puso de pie, las más de diez personas que jugaban a las cartas estaban todas muertas.

No, no solo estaban muertos, ya que los muertos no tenían colores de aura.

¡Todos esos eran zombis!

Lo invadió la sensación de podredumbre, y el hombre de la camisa blanca y el chaleco negro caminó frente a Klein.

Su rostro estaba igualmente pálido y parecía haber una profunda malicia en sus ojos.