Jaku-chara Tomozaki-kun

Volumen 9

Capítulo 4: Un Arco Élfico Perfora Las Debilidades Con Gran Precisión.

Parte 2

El día siguiente.

—¡Tomozaki-kun!

Me estaba reuniendo con Kikuchi-san en la estación de Kitayono.

—…Hola.

—Hmm, hola.

Intercambiamos nuestros habituales saludos concienzudos y luego nos acercamos uno al lado del otro frente a la estación.

Kikuchi-san vestía un largo abrigo marrón con una bufanda beige envuelta alrededor de su cuello, y la falda que sobresalía de la parte inferior del abrigo, así como los calcetines que salían de sus zapatos de cuero negro también eran marrones de tonos ligeramente diferentes. Su atuendo de colores coordinados era hermoso, reflejando su carácter de otro mundo en la realidad.

Por cierto, estaba a punto de quedarme sin ropa que Kikuchi-san aún no había visto, así que estaba usando el abrigo Chesterfield que compré cuando salí de compras con Hinami. Mis calcetines y bufanda combinaron como antes. Gracias, Hinami-sensei.

Nos dirigíamos a un restaurante italiano que tenía una buena ensalada. Lo había visitado un montón de veces, desde que Hinami me llevó allí.

—Está bien, entonces vámonos; Dije.

—Bien.

—¡Por aquí!; Escolté a Kikuchi-san de la manera más audaz, brillante y varonil que pude. Al principio, cuando Kikuchi-san y yo habíamos ido a ver una película juntos, no había sido capaz de manejar este tipo de cosas en absoluto, pero ahora podía hacerlo con cierta naturalidad.

Después de caminar unos minutos, llegamos al restaurante. Abrí la puerta principal, recibí un saludo del personal y les dije, “Reservación para Tomozaki “. Con eso, Kikuchi-san y yo entramos. Por cierto, no había dicho mucho esa línea, así que la grabé de antemano para practicar y cubrir todas mis bases.

—Wow, el ambiente aquí es tan agradable y tranquilo; Dijo Kikuchi-san.

—¿Cierto? Me gusta la ensalada aquí…

Íbamos a un restaurante a pedido de Kikuchi-san, pero ella no había elegido específicamente este lugar.

Cuando le pregunté a dónde quería ir para la cita ese día, me pidió visitar el lugar que más me gustaba, así que aquí estábamos. Tenía cierto apego a este restaurante, y era realmente bueno. A Hinami le gustaba por una razón, y es quisquillosa con la comida.

—Así que este es tu lugar favorito…; Dijo Kikuchi- san .

—Sí; Dije, fingiendo que estaba acostumbrado mientras abría el menú. Incluso si hubiera venido a este restaurante varias veces, no pude evitar ponerme nervioso en medio de toda la elegancia. Aun así, estaba tratando de no mostrar eso. —Hay un almuerzo de pasta y un almuerzo de ensalada… Si no puedes comer tanto, te recomiendo la ensalada. Es muy bueno…

—¡Oh!

Y así, en ese sentido, le dije a Kikuchi-san lo que sabía. Pero no balbuceé demasiado, solo mencioné lo que podía hablar de manera agradable. Hablé demasiado sobre temas preparados durante las vacaciones de verano y eso hizo que la conversación fuera más difícil.

Una vez que pedimos el almuerzo de pasta y el almuerzo de ensalada, charlamos mientras esperábamos su llegada.

***

—¡Nunca pensé que la ensalada podría ser tan deliciosa…!

—¿Cierto? Es tan bueno… ¡Ha pasado un tiempo, pero así es como lo recuerdo…!

Estábamos disfrutando nuestro tiempo juntos y una comida realmente buena. Me hace muy feliz poder compartir algo que me gusta con alguien que me gusta.

—Me alegro de haber tenido la oportunidad de comer esto contigo; Le dije. Decirle mis sentimientos honestos me hizo sentir un poco cálido.

—M-Muchas gracias…

Y luego, de repente, surgió el tema de la reunión del día anterior. —U-Um… sobre lo de ayer…; comenzó Kikuchi-san. —¿Esa chica también estuvo allí ayer…?

—Ahh…; Definitivamente estaba hablando de Rena-chan. No había estado seguro de qué hacer al respecto el día anterior, así que opté por no mencionarlo.

Pero si Kikuchi-san iba a preguntar, entonces no podía mentir. —Sí. Ella estaba allí.

—O-Oh, ya veo…; Dijo Kikuchi-san, sonriendo para ocultar su incomodidad. Pude ver que no estaba segura de si debería preguntar más.

—Umm…; Dudé. ¿Cuánto debería contarle sobre lo que había pasado con Rena-chan?

Sería fácil contarle todo, pero no estaba muy seguro de si eso sería bueno para alguno de los dos. Aun así, ocultarlo convenientemente no sería muy sincero.

Decidí intentar preguntarle. —¿Quieres escuchar los detalles de lo que pasó? …No creo que haya hecho nada que no debería, pero no creo que sea agradable escuchar todo eso.

Kikuchi-san tembló un poco de miedo antes de tomar el toro por los cuernos. —Umm… quiero escuchar lo mejor que pueda.

—…Bueno; Asentí y decidí contarle todo sobre cómo se había comportado Rena-chan en la reunión.

Le dije que Rena-chan era una mujer de veinte años y lo suficientemente agresiva como para hablar con indiferencia sobre los amigos con beneficios. Que en las reuniones, ella se acercaba a mí y esas cosas, y que probablemente me estaba persiguiendo. Que me había hecho proposiciones directamente y como que… usó su cuerpo como parte de su estrategia.

—E-Así que ese es el tipo de persona que es…; Kikuchi-san estaba claramente sorprendida.

Quiero decir, sí, realmente no ves ese tipo de persona entre los estudiantes de preparatoria, y dado que Rena-chan había llamado una vez cuando Kikuchi-san estaba allí, Kikuchi-san incluso había visto su rostro. Rena-chan era convencionalmente atractiva, por lo que no sería de extrañar que Kikuchi-san la viera como una especie de amenaza.

Así que honestamente le dije cómo me sentía, para tranquilizarla. —Pero le dije que tengo novia, así que no voy a hacer esas cosas con nadie más que tú…; Empecé a decirte , luego me di cuenta de lo que había dicho.

Parecía que Kikuchi-san lo notó al mismo tiempo. —¡C-Conmigo…!

Síp. Había sido indirecto, pero terminé diciendo básicamente que planeaba hacer esas cosas con Kikuchi-san. Espera, ¿está bien? Diciendo algo así a la pura Kikuchi-san…… No voy a ser arrestado, ¿o sí?

—U-um… Quieres decir…

—¡Ah! ¡Um! ¡Errr! ¡N-No es nada!; Me cubrí increíblemente mal, entrando en pánico todo el tiempo.

Kikuchi- san pareció marchitarse. —¿N-No es nada…?

—¿Eh?

—¿Realmente no soy…?; Luego levantó la cabeza y, por alguna razón, tenía lágrimas en los ojos. —¿Los chicos prefieren chicas sexys así…?

—¡¿E-Eh?!; Eso no era propio de Kikuchi-san en absoluto.

—N-No, en realidad eres…; Comencé a decir.

Pero ella debe haber estado recordando el ícono de Rena-chan que había visto esa vez, ya que su cabeza colgaba como si estuviera mirándose a sí misma. —Pero… no tengo…; Su voz se hundió, como si se sintiera deprimida. Ella levantó la vista de nuevo, con los ojos húmedos.

—Um… ese tipo de… encanto…

—¡……!; Esas lágrimas estaban listas para derramarse ahora. Tenía que hacer algo antes de que lo hicieran, o no sería capaz de eliminarlos.

Tenía que asegurarme de que no se cayeran.

Lo que surgió en mi mente entonces fue, como siempre, mis verdaderos sentimientos. Antes de darme cuenta, estaba gritando: —¡E-Eso no es cierto!

Era demasiado fuerte para resistir.

—Yo…… ¡Yo te veo de esa manera! ¡¿Entendido?!

En el momento en que salió eso de mi boca, el mundo se detuvo.

Mis pensamientos se detuvieron. Kikuchi- san se detuvo. Todo se detuvo

Solo una cosa estaba cambiando…… el color de nuestras caras se estaba enrojeciendo rápidamente a una velocidad sin precedentes.

Eventualmente, una vez que la cara de Kikuchi- san se puso tan roja como era posible, su boca se abrió con un chasquido, como si fuera a explotar. —¡C-Cuando lo dices así en mi cara…!; Encogiéndose en sí misma, me miró, ella todavía tenía lágrimas en sus ojos, pero estaban llenos de mucho más calor que antes.

Y luego pidió detalles. —Um… ¿Como cuando…?

Ya sabes, se me había pasado por la cabeza antes, pero creo que después de todo, ella quiere escuchar estas cosas.

Pero tenía que decírselo para que dejara de preocuparse, al diablo con mi propia vergüenza.

—U-Um… como ayer cuando estábamos haciendo una videollamada… tu atuendo era diferente al habitual.

—¡~~!; Kikuchi- san se volteó hacia un lado y se cubrió con los brazos.

Me miró furiosamente, aunque pude ver que estaba un poco contenta.

—… Pervertido.

Con ese comentario, llegué a ver a Kikuchi-san, eh, bueno, aún más de esa manera. B-Bueno, eso es saludable, ¡así que está bien, ¿verdad?!

***

Y así terminamos de comer nuestros postres, y estábamos tomando té después de la comida.

—Estuvo realmente bueno; Dijo Kikuchi-san.

—¿Cierto? Es por eso que me gusta este lugar; Respondí. Fue agradable compartir nuestras opiniones honestas y abiertas mientras digeríamos un momento de felicidad.

—El té también es muy bueno. Este ha sido un tiempo maravilloso.

—Me alegro de haber comido contigo también.

—Y-Yo también.

Había tenido esta comida varias veces, pero siempre es un poco diferente dependiendo de con quién estés. Por supuesto, también fue divertido venir con Hinami, pero con Kikuchi-san, fue como, no sé, como ser mecido en el suave flujo del tiempo, compartiendo su calidez. Cuando estaba con Hinami, se sentía como si ambas partes trajeran armas afiladas para tener un duelo.

—Está bien, ¿entonces nos vamos?; Sugerí.

—Si vamos.

Justo cuando estábamos a punto de levantarnos de nuestros asientos…

—….. ¿Eh? ¿Fuuka-chan y Tomozaki-kun?

… Una voz familiar, hecha para sonar brillante y alegre, llegó a mis oídos.

—¿Eh?

Cuando me di la vuelta, me sorprendió ver a Hinami. Su aparición fue tan inesperada que mis hombros terminaron sacudiéndose mucho. ¿Eh? Espera, ¿es una especie de bestia mítica que se invoca cada vez que piensas en ella?

—Oh, Aoi, ¿Estos dos son tus compañeros de clase?; Una mujer de unos treinta o cuarenta años estaba de pie detrás de Hinami y hablaba con un tono de voz elegante y amistoso. A su lado había una chica con un rostro juvenil que se parecía mucho a Hinami… lo que significaba…

—Um… ¿Son la madre y la hermana pequeña de Aoi-san?; Pregunté. Como estaba hablando con su madre, logré recordar decir Aoi-san sin demasiada incomodidad, lo que se sintió como un progreso.

Las mujeres sonrieron como niños y asintieron. —Sí. Gracias por ser siempre un buen amigo de Aoi.

—O-Oh, no, ella es la que siempre me ayuda.

—Y-Yo también… Um, soy Fuuka Kikuchi.

—Ah, y yo soy Fumiya Tomozaki; Me presenté como lo hizo Kikuchi-san, y la madre de Hinami me devolvió su sonrisa con arrugas alrededor de los ojos.

Llevaba un largo abrigo negro con una textura elegante sobre un cuello de tortuga blanco y un collar con adornos blancos como perlas. Su comportamiento y expresión eran muy cálidos en general, y parecía más joven de lo que sugería su edad y apariencia general.

—Gracias por presentarse tan amablemente. Espero que continúen siendo amable con Aoi; Su tono era genuinamente amistoso mientras sonreía de nuevo. Esa sonrisa no era como la que mostró Hinami en el cuarto de costura #2, sino más cercana a la heroína perfecta que era en clase. Pero al menos a mis ojos, no parecía artificial.

—Adelante, Haruka; Ella instó, y la chica a su lado se giró hacia nosotros.

—Um, ¡soy Haruka Hinami! ¡Gracias por ser buenos amigos de mi hermana!; Dijo en un tono ligeramente formal, luego hizo una reverencia. Adivinando por su apariencia, supuse que estaba en la escuela secundaria. Su tono me pareció bastante infantil para esa edad, pero tal vez los estudiantes de secundaria parezcan infantiles para los estudiantes de preparatoria en general.

—Y esa es la hermana menor, Haruka. Me alegro de que pudieran conocerla; Dijo su madre en un tono travieso. Era realmente amigable y ya me agradaba, aunque no habíamos hablado mucho.

—¡Qué casualidad! ¿Recién se estaban retirando? Hinami se dirigió a mí en su modo de perfecta heroína, tal vez porque Kikuchi-san también estaba allí.

—Sí, justo nos íbamos; Respondí, pero mi mirada se movía rápidamente hacia la madre y la hermana pequeña de Hinami. Así que esta es la familia de Hinami.

Eran… Hmm. Parecían una cálida familia. Esas cosas que Kikuchi-san y yo habíamos escuchado de la compañera de clase de la escuela primaria de Hinami, que sus padres llamaban la atención, tenía sentido ahora.

—Está bien, ¡entonces nos vemos en la escuela mañana!; Dijo Hinami.

Pero su madre abrió la boca con una risita. —Aww, me hubiese gustado hablar más.

—¡Ya está bien!

Básicamente fue un intercambio muy natural entre padre e hijo, y era normal no querer que tus compañeros de clase te vieran con tus padres, si ignorabas el hecho de que estábamos hablando de Aoi Hinami.

…Pero.

—Sí, está bien; Le dije. —Entonces, nos retiramos.

—¡S-Sí!; Kikuchi-san la siguió.

—Adiós, nos vemos mañana.

—Nos vemos, Hinami-san.

Y así pagamos la cuenta y salimos del restaurante.

—Qué linda pareja.

—Ah-ja-ja, ¿cierto? Escuché que comenzaron a salir recientemente… Capté las voces de la familia Hinami que venían detrás de nosotros. Incluso cuando los escuché débilmente, solo estaba pensando una cosa. Así que Hinami también pone esa cara con su familia.

***

Paseamos un rato por las calles invernales de Kitayono.

Era la estación más cercana a mi casa, por lo que pensarías que estaría acostumbrado a caminar por esta zona, pero tan pronto como salí de mi ruta habitual, fue como aventurarme en un lugar nuevo. Bueno, es la estación más cercana a casa, así que en realidad no paso mucho tiempo aquí, aparte del camino a la estación.

Kikuchi-san caminaba lentamente a mi lado… sus pies golpeaban el pavimento como si estuviera pateando los dedos de los pies a cada paso. Estaba tarareando tan bajo que incluso yo apenas podía escuchar, y su forma de andar alegre me hizo pensar en una niña pequeña. Sus zapatos de cuero con punta redonda brillaban bajo la luz del sol invernal, y el dobladillo de su falda larga se balanceaba suavemente con el viento.

Mirando a mi novia por el rabillo del ojo, me sentí realizado. Ashigaru-san probablemente tenía razón en que no podía dejar que la gente aparte de mí—como Kikuchi-san—entrara profundamente en mi vida. Pero aunque a veces tuviéramos conflictos, simplemente conversar así y caminar uno al lado del otro, esta relación me hacía feliz.

Entonces, ¿no es eso suficiente? ¿O estaba pensando en el karma del que habíamos estado hablando?

—Conoces muchos restaurantes maravillosos, Tomozaki-kun.

—¿Mmm? ¿Sí?

Kikuchi-san se dio la vuelta y luego dijo con una mezcla de alegría y respeto, —¡Sí! ¡Estaba ese café en Omiya, y ese restaurante hoy también fue maravilloso!

—Ah…

—Siempre puedo conocer algo nuevo y maravilloso, y me divierto mucho cuando estoy contigo; Dijo, sonriendo.

Estaba feliz de verla feliz, pero mis sentimientos eran un poco complicados. Desde…

Y justo cuando estaba pensando en ello, me golpeó una pregunta sobre esa misma razón.

—¿Cómo encuentras estos lugares?; Ella preguntó.

La respuesta a eso fue… Bueno, en realidad no era algo terrible, pero era un poco difícil decírselo. —Um… He estado en el restaurante hoy varias veces con Hinami, así es como lo encontré.

—… Hinami-san; Los pasos de Kikuchi-san se acercaron un poco más. La alegría abandonó lentamente su paso, y ella parpadeó un par de veces con inquietud.

Urk, lo sabía.

—Ya… ya veo. Es por eso que antes…

—Um… sí.

Sí. Casi pensé que era una coincidencia increíble encontrarme con Hinami allí, pero fue Hinami quien me habló de ese restaurante. Y si también era su favorito, entonces, por supuesto, no sería extraño que viniera con otras personas. De hecho, tal vez fue su madre quien le había hablado sobre el lugar para empezar.

—Umm, entonces el restaurante en Omiya…; Kikuchi-san se desvaneció.

—Ahh…; Me di cuenta de nuevo.

Ahora que lo mencionó, ese café era el mismo. —Umm… en realidad nunca he ido allí con ella, pero la que me lo contó… fue Hinami.

—Oh, ¿en serio…?; Los pies de Kikuchi-san se detuvieron. —Antes… ustedes dos vinieron juntos a mi lugar de trabajo también.

—Ah…

Más o menos al comienzo de todo este asunto de los juegos de vida, Hinami y yo habíamos visitado un café donde Kikuchi-san había estado trabajando coincidentemente… Ahora que lo pienso, Kikuchi-san era el único compañero de clase que realmente había visto a Hinami y a mí pasar el rato.

—En aquel entonces… todavía no eras amigo de todos, ¿verdad…?; Kikuchi-san se dio cuenta.

Sí, eso fue antes de que me hiciera amigo de mis compañeros de clase, por lo que habría parecido especialmente extraño.

Pero había una razón para eso.

—Um, Kikuchi-san; Por eso quería invitar a Kikuchi-san a ese lugar donde estaba todo.

—Hay un lugar al que quiero que vengas mañana por la mañana.

—Por la mañana… ¿No es la biblioteca?

Asenti. —Hay un salón de clases… y quiero decirte algo allí. Ese es el lugar donde quiero decirte, si es posible.

Luego, después de considerarlo un tiempo, Kikuchi-san pareció darse cuenta. —¿Se trata de… Hinami-san?

Me sorprendió, pero la miré directamente y asentí. —¿Sabes cómo hablamos recientemente sobre Hinami y mi relación? Le pregunté, y ahora está bien decírtelo.

— ¡…!; La expresión de Kikuchi-san tenía una mezcla de expectativa y aprensión.

—Así que mañana, quiero contarte todo lo que hay; Declaré claramente.

—¡Entiendo…!

No había podido hablar sobre la razón por la cual las cosas eran especiales entre Hinami y yo. Ser capaz de contárselo a Kikuchi-san sería importante para nuestra relación. —Y finalmente… tú también puedes saberlo.

Pero entonces.

Quizás reaccionando a mis palabras, de repente Kikuchi-san pareció estar preparándose.

—Yo… quiero saber más sobre ti…

—… ¿Sobre de mí?

Ella asintió. —Es algo así como, aunque estoy saliendo contigo, siento que no sé nada de ti…

—E-Eso no es cierto…

Ella negó con la cabeza, con la cabeza inclinada hacia abajo. —Me has hablado mucho, pero son solo cosas que has escuchado… y creo que, um, hemos pasado menos tiempo juntos en comparación como cuando nos conocimos; Parecía estar luchando por decirlo, mirándome a los ojos con torpeza. —Yo quiero ser la persona que mejor te conozca…

Esas dulces palabras fueron como un entumecimiento que conmocionó mi cerebro, derritiéndome desde los tímpanos hacia adentro.

—Ya que… yo soy tu novia…; Agregó suavemente.

—¡…!

Sus ojos encantadores y la forma en que sus dedos se movían con una ansiedad incontrolable me atrajeron. Tenía una atracción gravitatoria tan fuerte que hacía que incluso un personaje de nivel inferior como yo se sintiera obligado a protegerla.

—A-Así que, um…; Sin dejar de mirar hacia abajo mientras estaba de pie a mi lado, ella me miró.

…… Y con sus dedos delgados y blancos, esa chica que tanto me era querida tiró del puño de mi abrigo.

—¿Puedo… ir a tu casa ahora?

El rosa que teñía aquellas mejillas redondas y de aspecto suave me volvía a contagiar.