Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 11

Recuerdo Iluminado 3: Mientras La Vida Se Desmoronaba Audiblemente

Parte 1

…………

……………………

…¿Qué… estaba haciendo?

Abrió los ojos.

No recordaba haber soñado. Ni siquiera recordaba el momento en que había cerrado los ojos al mirar al techo y darse cuenta de que estaba de espaldas.

―…¡Yo….. ouch!

En el momento en que intentó levantarse de las sábanas blancas inmaculadas, sintió un dolor agudo en la nuca.

Debió de caerse hacia atrás y golpearse la cabeza. Pero si ése era el caso, ¿cuándo ocurrió? ¿Y por qué?

―¿Cómo te encuentras? ―Una enfermera vestida de blanco se asomó desde el pasillo.

―Me  alegro.  Pensábamos  que  te   despertarías  pronto   ―continuó―.

Llamaré al médico. Creo que es probable que te examine.

―…

Se dio cuenta de que estaba en un hospital y de que lo trataban como a un paciente. Aunque su cerebro estaba nublado, todavía era capaz de entender.

―¿Puedes recordar tu nombre?

―…Crossweil Gate Nebulis ―respondió.

―¿Y qué pasó antes de que perdieras el conocimiento? ¿Recuerdas la explosión?

¿Una explosión? ¿Qué explosión? ¿Tenía algo que ver con lo que estaba haciendo aquí?

…Vivo en esa casa de chatarra…

…Vivo allí con mis hermanas. No, no era eso.

Esa no era la razón por la que se cayó. Recordó que había salido de casa por la mañana. Le pareció que se había ido a trabajar con sus hermanas, como de costumbre.

…Espera, no lo hice. Teníamos el día libre.

…Porque llegamos a la meta, a cinco mil metros.

Todos los mineros fueron reunidos por la inauguración.

―¡Oh!

Recordó. Recordó la explosión.

―¡Así es! Yo estaba en… ¡el Festival del Espiritualismo! Estábamos viendo el momento en que se desenterraba el poder astral, cuando se descubrió la nueva energía. Pero entonces…

La luz se abrió paso. Y eso era todo lo que recordaba haber visto. Las luces de colores que había visto brotar de debajo de la superficie del planeta surgieron en el aire como un géiser. En cuanto se dio cuenta, la luz también se lo tragó a él.

―…Creo que perdí el conocimiento justo después de que me alcanzara esa ráfaga de luz…

―Así es ―asintió lentamente la enfermera―. Mucha gente se desmayó por la explosión. Cuando oímos la noticia de que cientos de personas perdieron el conocimiento al mismo tiempo, acudimos corriendo, pero… por suerte descubrimos que la causa fue un shock momentáneo. Fue sólo una luz brillante y un sonido fuerte lo que lo causó.

―Así que nadie… ―Crossweil comenzó a preguntar.

―La asamblea imperial anunció al resto del mundo que no creen que nadie perderá la vida por esto.

―…

―No te preocupes. El hospital también está de acuerdo con la valoración.

Señaló la habitación. Había tres camas vacías. Al parecer, él era el único en la habitación para cuatro personas.

―Los otros tres ya se despertaron y se fueron ―le dijo.

―¿Se fueron todos del hospital? ¿Soy el último…?

―Sí. Llevas aquí cuatro días, Sr. Crossweil ―Le dedicó una pequeña sonrisa―. Cincuenta y tres personas fueron traídas a este hospital. La mayoría se despertaron al día siguiente y se les dio el alta médica antes de irse.

―…¿Por casualidad sabe dónde están mis hermanas?

―¿Cómo se llaman?

―Eve y Alicerose. Ambas se apellidan Nebulis, como yo.

―Ya fueron liberadas ―dijo ella. Su respuesta fue tan rápida que resultó casi anticlimática. Seguramente esperaba que le preguntara por los otros en cuanto se despertara, así que ya debía de haber investigado antes.

―… Me alegro ―dijo―. Sólo oír eso me hace sentir mucho mejor.

En el fondo, quería preguntar también qué le había pasado al Príncipe Heredero, pero se contuvo.

…De todas formas no lo habrían ingresado en el mismo hospital.

…Y si no tengo cuidado con lo que digo, podría crearle problemas.

Es muy posible que él también estuviera bien.

Si algo le hubiera pasado al Señor o al Príncipe Heredero, habría ocurrido una gran conmoción. Los pacientes no habrían sido dados de alta inmediatamente tampoco.

Así que se alegró.

Era casi un milagro que nadie hubiera sido víctima de una explosión tan grande.

―¿Puedo hacer una pregunta? ―inquirió―. ¿La luz que recibimos estaba bañada en la nueva energía de la excavación?

―La asamblea imperial anunció que así era, sí. Dicen que la humanidad ha obtenido un nuevo y maravilloso recurso.

―…¿A pesar de que hubo un accidente?

―A pesar de la explosión, no hubo víctimas. Los informes dicen que el poder astral es inofensivo para los humanos, lo cual es una gran noticia.

―…Supongo que sí.

Él no podía discutir por cómo ella lo dijo. La luz de la explosión.

Si hubiera sido fuego o una ola de calor con el mismo alcance de impacto, miles habrían sido víctimas de la explosión. Pero nadie había perdido la vida. La intensa luz simplemente los había bañado, y a pesar de dejarlos temporalmente inconscientes, no dejó ni una sola herida en sus cuerpos.

El poder astral era una energía inofensiva. Aquello era mejor de lo que el Imperio podría haber imaginado jamás. El accidente sin precedentes se convirtió en una especie de publicidad para las demás naciones.

―Ya veo ―dijo Crossweil―. Si mis hermanas ya fueron dadas de alta, supongo que puedo irme sin preocuparme demasiado.

―Sólo para advertirte, todavía necesitarás un chequeo completo antes de poder hacerlo. Después de todo, te golpeaste la cabeza al caer.

―Ah, claro. Todavía siento un chichón en la cabeza.

También   le   seguía   doliendo.   Se   tocó   la   parte   posterior   de   la   cabeza automáticamente y se llevó la mano a la nuca.

―¿Eh?

Sentía algo raro.

No dolía ni parecía que hubiera nada allí. Pero instintivamente, simplemente sintió como si algo fuera diferente.

―¿Tiene un espejo? Incluso uno pequeño de bolsillo.

Tomó prestado uno de los que se usan para exámenes y se miró la nuca. Había algo que no le resultaba familiar. A primera vista, parecía una marca de nacimiento. Era morado oscuro y tenía forma de espiral. ¿Sería un hematoma de cuando se golpeó la cabeza? Sin embargo, era de un tono morado muy concreto y tenía una forma muy específica.

…¿Qué es esto?

…¿Me lastimé esta parte cuando me caí?

No le dolió cuando la tocó.

―¿Oh? …La enfermera le miró el cuello y sus ojos se abrieron de par en par―. Parece que tú también tienes una.

• ¿Huh?

―De los cincuenta y tres que trajeron, unos diez y pico tenían una marca de donde se golpearon al caerse. La asamblea imperial dijo que estaban formando un equipo médico para investigar si tiene algo que ver con la explosión. ¿Sientes algún otro síntoma alrededor de tu magulladura?

• No, para En realidad, me duele más la cabeza.

¿Era un hematoma? ¿Alguna vez los moretones fueron tan claros y definidos? Y otras personas también tenían marcas similares. Como debía de haber cerca de mil personas atrapadas en la explosión, se preguntó qué les habría pasado a los pacientes de otros hospitales.

―No  me  retendrán  hasta  que  desaparezca  la  marca,  ¿verdad?

―preguntó.

―Siempre   y   cuando   tu   chequeo   se   vea   bien,   programaremos   un seguimiento, entonces podrás irte. ¿Tienes alguna otra pregunta?

―Entonces me iré. Si pasa algo, avísame.

La enfermera se fue, y él se quedó solo en la habitación para cuatro personas.

• ¿Qué es esta cosa?

Volvió a mirarse la marca del cuello. Crossweil sólo podía pensar en una razón por la que la había desarrollado, y lo más probable era que se debiera a la luz del poder astral que lo había bañado tras la explosión.

… Es imposible.

…La asamblea imperial anunció oficialmente que el poder astral es inofensivo.

Se sintió ligeramente ansioso.

Pasó el resto de la noche con una sensación persistente en un rincón de su mente, que simplemente no lo abandonaba.

Al día siguiente, después de que Crossweil terminara su examen médico, se le permitió salir sin ningún problema.

―¡Felicidades por el alta, Crow!

―Tardaste bastante. Te pasaste cinco días enteros durmiendo en el hospital, ¿eh?

Era la primera vez que estaba en casa en cinco días.

Crossweil fue recibido por sus hermanas con la sonrisa más dulce del mundo y la mueca más socarrona jamás vista.

―…Ustedes dos son simplemente muy diferentes.

Había extrañado esto.

Volver a su vida normal le dio alivio.

―Parece que a las dos las dieron de alta mucho antes que a mí ―dijo.

―Sí. Me dieron el alta dos días antes que a ti. Al parecer, Eve se despertó el mismo día de la explosión y se paseaba por el hospital como si nada.

―¡Qué rápido!

―…Je ―se regodeó Eve―. A diferencia de ti, yo no soy escuálida.

Se sentó con las piernas cruzadas en el suelo mientras cruzaba los brazos con orgullo.

―Para mí fue un calvario enorme. Como fui una de las víctimas de la explosión, me rodearon las cámaras nada más salir. Hacían todo un alboroto y curioseaban sobre la luz que nos bañó, y sobre cómo me sentía y esas cosas.

―Todos debieron correr hacia ti porque fuiste la primera en despertar

―Alicerose rio en voz baja.

Cuando Crossweil miró sus amables ojos, se dio cuenta de que estaban inyectados en sangre.

―Alice, tus ojos parecen irritados ―dijo.

―Oh, ¿te refieres a esto? Sí, no he dormido bien en los últimos tres días

―Ella se llevó las manos a los ojos y se rió tímidamente―. Pero no es para tanto. Eres muy dulce, Crow, gracias por preocuparte por mí. Estoy segura de que pronto me sentiré mejor.

―…¿No has estado durmiendo?

―Es que no he podido conciliar el sueño. Ha hecho mucho calor estos últimos días.

Ella desvió la mirada. Él no la presionó más. No podía cuando su amable hermana actuaba así.

―Oye, Crow, así que apuesto a que quieres echar un vistazo a mis ojos también, ¿eh? ―dijo Eve.

―…Eh, bueno, si Alice no tiene sueño, entonces yo asumiré que tú también estás bien, Eve. De hecho, pareces estar bien.

―…

Eve abrió los ojos mientras lo miraba seriamente. Por un momento, parpadeó, como si no estuviera segura de que se hubiera dirigido a ella.

―¡¿Qué te da derecho a ser tan descarado, Crow?!

―¡Ay!

Ella le dio un puñetazo.

Por alguna razón, le pegó a pesar de que él estaba preocupado por cómo estaban sus hermanas.

―Digo que deberías preocuparte más por ti que por mí ―dijo Eve―.

¡Caramba! A diferencia de ti y Alice, yo no soy frágil. Ni siquiera me resfrío. Hmph, Eve suspiró mientras se cruzaba de brazos de nuevo.

―Es casi la hora de la venta en el supermercado. Iré, así que tú y Alice esperen aquí en casa.

―Oh, Eve, en ese caso, déjame- ―Alicerose intentó ofrecerse voluntaria.

―Estaré bien yendo sola ―ni siquiera dejó que su hermana terminara la frase―. De acuerdo? Si realmente no has estado durmiendo, entonces deberías descansar. Lo mismo va para ti, Crow. ¿Qué haremos si los dos se exceden y vuelven a desmayarse nada más salir del hospital?

―…

―…

Mientras Eve decía eso, Crossweil y Alicerose se giraron para mirarse.

―¿Hm? ¿Qué pasa? ¿Por qué actúas así?

―No, por nada ―respondió Crossweil.

―Me encanta cómo actúas a veces como una niña pequeña, Eve ―dijo Alice.

―¡¿A quién llamas niña pequeña?! ¡Obviamente actúo como la hermana

mayor! Alice, ¡deja de sonreír así! …¡Uf, a quién le importa!

Eve salió corriendo de la casa, con la cara muy roja. Tanto Crossweil como Alicerose observaron su adorable retirada. Sí, a pesar de la explosión de luz, seguirían viviendo sus vidas como de costumbre.

Crossweil nunca lo había dudado. Por el momento.