Lord of Mysteries (NW)

Volumen 2

Capitulo 223: Tres Asuntos

Klein preguntó después de escuchar atentamente: “¿Entonces sospechs que el Zreal que vieron los detectives era alguien disfrazado?”

Sosteniendo su sombrero marrón redondo, Ian respondió como si ya lo hubiera pensado: “Es una posibilidad, pero creo que es demasiado difícil debido a los enormes riesgos involucrados. La fiesta era de noche y es cierto que las luces no eran muy brillantes, pero la mayoría de los asistentes son detectives, detectives con gran capacidad de observación. Solo una peluca, barba o cosméticos difícilmente pueden esconderse de sus ojos”.

Tal vez algunos poderes de Beyonder puedan hacerlo… Al igual que Creeping Hunger permite tal habilidad…  Había una pequeña trampa en la pregunta de Klein. Deseaba determinar a partir de la respuesta del adolescente, la expresión de su rostro y su lenguaje corporal para determinar si alguna vez había estado en contacto con Beyonders, o si sabía cosas sobre el misticismo.

La respuesta inicial era no.

Cuando Ian vio que el detective Moriarty asentía levemente de acuerdo con su razonamiento, continuó: “Creo que los detectives vieron al Sr. Zreal, pero no estaba libre. Estaba en un estado controlado en el que no podía enviar señales de socorro. La razón por la que no está respondiendo a mis intentos de vincularme con él es probablemente para indicarme que necesita ayuda”.

“Una explicación razonable”. Klein soltó sus manos entrelazadas y se recostó un poco, haciéndolo lucir relajado y confiado.

Ian se quedó en silencio durante unos diez segundos antes de decir con seriedad: “Me gustaría confiar la tarea de investigar al Sr. Zreal y determinar su condición actual. Todo lo que necesito es una confirmación.”

Teniendo en cuenta que Ian era un semiprofesional que había reunido inteligencia e información para un detective, Klein tenía la intención de conocerlo. Él sonrió y dijo: “Entonces, ¿cuánto va a pagar? Debe ser muy consciente de que esto puede ser muy peligroso.”

Ian miró el bolsillo de su abrigo viejo y dijo después de algunas deliberaciones: “Hay dos maneras. La primera, puedo darle directamente un pago que sea suficiente para satisfacerlo. Después, independientemente de si la misión es simple o difícil, eso será todo a menos que sufra una lesión relativamente grave.”

“En segundo lugar, podría pagar cinco libras por adelantado, y cuando termine el trabajo, puede agregar a la cuenta según la dificultad del asunto. Pero es fácil causar una disputa, incluso si hay un contrato”.

Klein fingió estar pensando y después de casi treinta segundos, dijo en voz baja: “¿Por qué no lo hacemos de esta manera? Puede pagar cinco libras por adelantado y ayudarme con tres cosas después de completar la misión. No se preocupe, no serán nada difíciles.” Estarán dentro de sus posibilidades y no le harán sentir demasiado incómodo. Esto se puede acordar en el contrato”.

Ian frunció el ceño antes de ponerse de pie. Se inclinó hacia adelante y extendió su mano derecha.

“Es un trato entonces”

Klein le estrechó la mano, sacó un contrato estándar que había preparado, tomó una estilográfica redonda, agregó todos los detalles que había discutido y lo estampó con su huella dactilar.

Después de firmar el contrato, le dio al adolescente Ian una pila de papel blanco y lo vio escribir la información relevante del detective Zreal.

Después de un tiempo, revisó la información y preguntó casualmente: “¿Cómo puedo comunicarme con usted si hay una emergencia o si he confirmado la condición de Zreal?”

Ian frunció los labios y permaneció en silencio durante bastante tiempo. Solo cuando Klein miró hacia arriba, respondió de una manera un tanto rígida: “No es necesario que se comunique conmigo. Apareceré en el momento adecuado.”

Sin otra palabra, sacó una gruesa pila de dinero en efectivo del bolsillo de su viejo abrigo. Parecían estar apilados en orden y con pulcritud, desde valor nominal alto hasta valor nominal bajo.

Ian sacó tres billetes de una libra del fondo, contó seis billetes de cinco soles y finalmente diez billetes de un soli.

Cuando Klein vio que Ian había arreglado cuidadosamente las notas, con incluso los retratos de los reyes anteriores hacia arriba sin un solo error, Klein se sintió un poco curioso.

Eso es un trastorno obsesivo-compulsivo en etapa avanzada…  Exhaló en silencio y recibió el pago de Ian.

Según su estimación visual, a Ian le quedaban menos de tres libras.

Probablemente lleva todos sus ahorros con él… Si hubiera pedido más, ¿me dejaría sin pagar? No parece el tipo de persona que haría eso, pero uno no debe juzgar un libro por su portada…  Klein dobló los billetes al azar y los metió en su bolsillo, ignorando el desorden. Como tal, logró ver cómo la expresión de Ian se torcía en una mueca.

“Intentaré completar la investigación lo antes posible”. Klein se puso de pie y le tendió la mano como un gesto de despedida.

“Gracias por su ayuda.” Ian le agradeció sinceramente porque la contraoferta era obviamente un “descuento”.

Al ver salir al chico que era más maduro que su edad, Klein se acarició la barbilla y se dijo en silencio: Este asunto es más profundo de lo que parece.

Ian no mencionó nada sobre las investigaciones recientes de Zreal o qué información se le había ordenado recopilar…

Olvídalo. Manejaré tanto como valga el dinero. Todo lo que necesito hacer es confirmar la condición actual de Zreal.

Se dio la vuelta y caminó de regreso a la sala de estar. Mientras lo hacía, sacó un penique del bolsillo de su pantalón.

*¡Ping!*

Mientras la moneda de cobre giraba en el aire, los ojos de Klein se oscurecieron, preguntando si había elementos de Beyonder en el caso que estaba manejando.

Luego, abrió su mano derecha y atrapó el centavo de cobre.

*¡Ding!* La moneda resbaló de sus dedos y cayó al suelo, rodando.

Este resultado significaba que la adivinación había fallado.

Por lo que parece, Ian ha ocultado más cosas de las que pensaba… La información es tan escasa que ni siquiera puedo obtener un vago resultado de adivinación…  Frunció los labios, dio unos pasos hacia adelante y se inclinó para recoger la moneda.

***

Ese día, en las primeras horas de la mañana, en el 138 de la Calle Rosa, Puente de Backlund.

Klein se había cambiado y se había puesto un traje de obrero azul claro barato. Su boca, barbilla y mejillas estaban cubiertas por una barba negra que, a primera vista, lo hacía parecer tosco y salvaje.

Llevaba una gorra de color oscuro y la apretó tan bajo que casi le tapaba los ojos.

Tales gorras se originaron en los cazadores de la República Intis. Había ciertas diferencias con las gorras tradicionales de caza de ciervos que usaban los cazadores del Reino Loen. Sin embargo, tales gorras se habían vuelto populares entre la población de clase baja de Backlund.

Escondido en las sombras de un árbol al costado del camino, Klein estudió la casa al otro lado de la calle con la ayuda de las luces de las lámparas de gas.

Era la casa de Zreal.

El detective era de Southville. Sus padres, parientes y amigos estaban todos allí, y él había ido solo a Backlund, donde poco a poco se forjó un nombre.

Todavía era soltero y solo había contratado a dos sirvientas temporales, de esas que iban cada tres días a limpiar el lugar, sin necesidad de proporcionarles comida ni alojamiento.

Por el momento, la casa adosada que alquilaba estaba completamente a oscuras.

Klein se quitó la cadena de plata dentro de su manga y dejó que el colgante de topacio colgara naturalmente.

Hay peligro adentro.

“Hay peligro adentro”.

…

Después de repetirlo siete veces, abrió los ojos y vio que el péndulo espiritual giraba en el sentido de las agujas del reloj, pero muy lentamente.

“Hay peligro, pero no es nada serio”, murmuró Klein, y una vez más confirmó que tenía sus cartas del tarot, amuletos de sueño y polvo de Noche sobre él.

Después de verificar su estado, miró a su alrededor y, aprovechando la quietud de la noche, se apresuró ágilmente a cruzar la calle.

No había terraza, jardín ni césped, ya que daba directamente al borde de la calle. Klein dio un elegante salto y trepó fácilmente por la tubería de agua hasta el pequeño balcón en el segundo piso donde se podía tender la ropa para que se secara.

Inmediatamente después de eso, sacó una carta del tarot y la deslizó por la rendija, abriendo la puerta del corredor.

Siguiendo el dibujo de Ian del diseño de la casa, Klein caminó casi sin hacer ruido hasta el dormitorio de Zreal.

Golpeó ligeramente su muela izquierda y activó su Visión Espiritual. A través de la puerta de madera, miró dentro.

La Visión Espiritual podía ver los colores del aura a través de obstáculos sin espiritualidad. Sin embargo, dependía en gran medida de las habilidades de uno. Actualmente, Klein podía observar a través de puertas de madera, pero permanecía impotente ante paredes de hormigón. Además, las escenas que podía ver no eran demasiado claras.

En su visión, vio tres auras humanoides en el dormitorio detrás de la puerta. Los colores eran borrosos y estaban ubicados en diferentes lugares.

Hay tres personas preparando una emboscada… ¿Es para capturar a Ian, o alguien más? El dormitorio no es tan grande…  Klein se quedó en la oscuridad, considerando con calma los resultados de sus observaciones.

En ese momento, se retiró hacia el balcón mientras mantenía sus pasos muy ligeros.

De vuelta en el balcón, Klein sacó una fina rebanada de plata de su bolsillo.

Este era un encantamiento de sueño que había creado durante la tarde.

No rezó a la Diosa de la Noche Eterna, sino a sí mismo. Realizó un ritual en nombre de “El Loco que no pertenece a esta era, el gobernante misterioso sobre la niebla gris; el Rey del Amarillo y el Negro que ejerce la buena suerte” antes de ingresar al mundo sobre la niebla gris para responder.

Dado que este método era difícil por tener que movilizar el poder del espacio misterioso sobre la niebla gris, Klein solo podía usar su propia espiritualidad para “responder”. Los amuletos que hizo al final fueron peores de lo normal.

Después de inspeccionar su entorno nuevamente, Klein se tapó la boca y susurró una palabra en el antiguo Hermes.

“Carmesí.”

Sintiendo el frío del encantamiento, se movió rápida pero silenciosamente hacia la puerta de la habitación de Zreal. Mientras sostenía el mango, inyectó espiritualidad en la fina rebanada plateada.

*Crujido* Klein giró con cuidado la manija y abrió una pequeña rendija en la puerta.

Inmediatamente después de eso, arrojó el encando de ensueño adentro.

Klein retiró el brazo, volvió a cerrar la puerta y empezó a contar.

3

2

1

Empujó abruptamente la puerta y rodó por el suelo.

Al no sentir ningún movimiento de las tres personas, Klein se puso de pie y, gracias la luz de la luna carmesí que brillaba a través de la ventana, comenzó a observar la habitación.

Era un dormitorio amueblado normal con una cama, una hilera de armarios, un escritorio, un conjunto de sofás y un perchero.

Al otro lado de la cama, un hombre con un abrigo negro dormía profundamente.

Además de eso, había una persona al lado del sofá y otra frente al armario. Todos ellos estaban dormidos.

Después de confirmar la condición del trío, Klein se acercó a la cama y se inclinó para encontrar un poco de cabello corto de color marrón amarillento.

Según lo que había escrito Ian, el detective Zrell era un hombre con cabello corto de color castaño amarillento.

“Esto debería ser suficiente…”, susurró Klein. Agarró los pocos mechones de cabello y se sentó en el sofá. Se sentó lentamente en la oscuridad contaminada por la luz carmesí, planeando usar la adivinación de sueños para encontrar a Zreal.

Recostándose contra el respaldo del sofá, la comisura de su boca se curvó mientras hacía un comentario autocrítico, jé, Deducción, buen hombre…

(Mr Insomne: Elemental, mi querido Watson..)