Toaru Majutsu no Index – New Testament (NL)

Volumen 22

Capítulo 1: (…) – Rompe_un_Derecho_y_Reza.

Parte 3

El sonido profundo de los rotores golpeando el aire parecía romper el silencio de la mañana.

Un gran helicóptero de transporte voló lentamente en círculos alrededor del Castillo de Edimburgo en busca de un lugar para aterrizar y luego descendió lentamente. Pero Kanzaki Kaori abre la puerta de carga antes de que llegue al suelo.

-Me dirigiré hacia abajo ahora. Espera hasta que aterrice, Orsola.

-¡Ah!

La gentil monja no tuvo tiempo de detenerla.

No importaba que estuvieran a más de diez metros de altura. Kanzaki usó la habilidad atlética de uno de los menos de veinte santos del mundo para aterrizar con seguridad en el campo de abajo.

Su entorno era un desastre.

Un carruaje había rodado de lado, los caballeros de la guardia se habían derrumbado en el suelo y los caballos asustados corrían salvajemente después de que se rompieran las riendas.

Kanzaki corre hacia una mujer caballero que está sentada apoyada contra una pared de piedra.

-Estoy con los anglicanos. ¿Que pasó aquí? ¿¡Dónde está la familia real!?

-…

La mujer caballero sacudió un poco su corto cabello rubio y señaló con un dedo tembloroso en una dirección diferente. Eso era lo máximo que podía manejar. No pudo pronunciar una sola palabra y su dedo pronto cayó.

Kanzaki escucha el relincho de un caballo.

Un musculoso caballo de guerra se acercó como para proteger a la mujer caballero. Sostenía el asa de un balde lleno de agua en su boca. No estaba claro dónde había encontrado el balde.

(¿Eso es de la Segunda Princesa Carissa?)

-Alex, cuida de ella.

Cuando Kanzaki moja un pañuelo en el agua fría del pozo y lo coloca en la frente de la mujer caballero, Alex relincha feliz.

La mujer caballero había usado su última onza de fuerza para señalar algo antes de desmayarse. Parecía nada más que una estructura desmoronada, pero una escalera que conducía al subsuelo estaba ingeniosamente escondida allí. El verdadero valor del Castillo de Edimburgo en el mundo oculto era la gran estructura subterránea llena de innumerables entradas, túneles y escaleras que se extendían desde la Capilla de Santa Margarita.

¿Y cuál era el mayor tesoro escondido en este castillo en el centro de Escocia?

(Los tres tesoros reales de Escocia y una piedra.)

Tres y cuatro.

Esta fue una base alternativa para el sistema de control que simbolizaba los tres poderes y las cuatro regiones.

Este otro sistema nunca podría haber revelado su poder si el sistema de control de la Curtana no fuera inestable.

(¿La familia real actuó de forma independiente para asegurarse de que no cayeran en manos de nadie más? Si es así, ¡eso fue correcto pero tonto! ¡¡Si la reina o las princesas sufren algún daño, todo el Reino Unido se desmoronará!!)

Se podía escuchar algo cortando el aire.

Era el Gran Demonio Coronzon. Ella era un ser sobrenatural con un recipiente de carne. El sonido provino de ella balanceando su cabello rubio absurdamente largo para agarrar una antorcha de la pared.

-Ki ki.

Ya no podía controlar el reino mágico de Gran Bretaña en secreto actuando como arzobispo, pero no había ninguna razón real por la que tuviera que hacerlo de esa manera.

La Espada del Estado, la Corona de Coronación, el Cetro Gobernante y la Piedra de Scone.

No importa qué método usara, solo tenía que estar a cargo de castigar a aquellos que usaron el malvado poder de la magia. Ella eliminaría por completo a cualquiera que se opusiera a ella con magia. Sí, ella era el Gran Demonio que vivía en el árbol de la vida y no en el árbol del mal. Incluso usaría los buenos procesos que Dios había preparado para el uso de la humanidad.

-Kee, je, je. Je, je, je, je, je, je.

Los que se exhibían en el castillo para los turistas eran réplicas.

Los elementos espirituales con verdadero poder estaban escondidos en lo profundo del gran laberinto que se extendía desde la Capilla de Santa Margarita. Una persona normal estaría arriesgando su vida si intentara entrar o salir, pero al Gran Demonio Coronzon no le importaba eso. Las trampas colocadas por los humanos no le preocupaban y habían sido los anglicanos quienes manejaban las defensas aquí. El arzobispo que dirigía esa iglesia, por supuesto, sabría cómo funcionaba.

Ni siquiera pensó en ello como un robo.

Estos eran sus juguetes. Cuando dejaste tu trabajo, ¿qué tenía de malo sacar tus pertenencias de tu casillero y llevártelas contigo?

-Ahora, entonces.

La rubia Coronzón suspiró en un gran salón que parecía demasiado grande para estar bajo tierra.

La habitación solo había crecido así de grande para contener todo lo que se necesitaba para almacenar los cuatro artículos.

-Hm, hm, hm, hm.

La Corona de la Coronación parecía sacada de un cuento de hadas. La tela roja hinchada estaba contenida en un marco dorado. Lo hizo girar en un dedo antes de colocarlo en su cabeza y luego su mano delgada alcanzó el cetro dorado. Desprendía el brillo del oro puro, pero en realidad era un bastón de plata dorado con pan de oro. Lo hizo girar como un bastón mientras se giraba hacia la Piedra de Scone. Se llamaba piedra, pero en realidad era del tamaño de un cajón de una cómoda. Una persona normal no podría levantarlo, pero usó su largo cabello rubio para eso. Al igual que con la antorcha, el cabello la envolvió y la levantó fácilmente.

-Hm, hm, hm, hmm. Hay tanto que quiero probar. Sí Sí. Todo esto conduce a la ruptura que deseo. … ¿Hm?

Ella frunció.

Para realizar la Ceremonia de Mo Athair, necesitaba usar los elementos escoceses como encendido inicial. Eso significaba que necesitaba el conjunto completo.

Sin embargo, faltaba algo.

Había tres tesoros y una piedra.

Entonces, ¿¡dónde había ido la Espada del Estado!?

-¡¡Hah, hahh!!

El lugar se sentía como una mazmorra de videojuegos perezosamente diseñada. El chico asiático llamado Hamazura Shiage se quedó sin aliento dentro de ese sombrío laberinto subterráneo de piedra.

Sostenía una espada de doble filo en una vaina de madera.

Después de volver en sí en secreto, escapó del helicóptero de transporte con Takitsubo en el instante en que aterrizó. No sabían mucho sobre magia, por lo que necesitaban la ayuda de alguien que supiera si querían salvar a Dion Fortune. Sin embargo, eran forasteros, por lo que ninguno de los expertos iba a escuchar sus súplicas durante una emergencia. ¿Qué necesitaban para asegurarse de que no fueran ignorados? Esa era la pregunta en sus mentes.

E incluso si no supieran exactamente cómo funcionaba todo, podrían causarles problemas a esos expertos para llevarlos a la mesa de negociaciones.

La superficie había sido una escena de desastre con gente colapsada de izquierda a derecha, pero eso había funcionado a su favor. Los dos habían logrado escapar tan fácilmente porque las monjas se habían precipitado desde la puerta de carga del helicóptero de transporte para ayudar a sus camaradas heridos.

La gente pasó por alto una cantidad sorprendente mientras entraba en pánico.

Sí, incluso una rareza que normalmente habrían visto. De lo contrario, alguien seguramente habría notado que el niño y la niña se agachaban y caminaban.

A partir de ahí, solo tenían que escuchar lo que decía la gente y descubrir en qué se concentraban todos aquí. Hamazura no estaba familiarizado con la terminología mágica e incluso su inglés normal era extremadamente dudoso, por lo que necesitaba confiar en su novia y Aneri.

Como resultado, Hamazura Shiage se había elevado al estrellato sin ninguna pista sobre el verdadero valor de lo que tenía en sus manos.

Sacó el arma de la vaina de madera y encontró una hoja dorada brillante que parecía la espada de un héroe de un videojuego.

-Oye, ¿¡funcionará esto!? ¡¡Agarré lo más obvio!!

No estaba hablando con Takitsubo o Aneri.

Había alguien más allí con un vestido elegante y sentada con la espalda contra la pared de piedra. Se había cruzado con esta persona herida mientras estaba bajo tierra aquí. Debió haber entrado por una entrada diferente y estaba empapada de sangre cuando la vio por primera vez. Esa era la prueba de que algo malo vagaba por esta oscuridad.

Ella era la reina regente Elizard.

En circunstancias normales, nunca podría haberle hablado de manera tan informal.

Ni siquiera podía ponerse de pie, pero sonrió un poco y respondió en japonés por su bien.

-Sí bien hecho. El sistema escocés no funcionará si falta una sola pieza. Llévate eso contigo a la superficie. No sé qué estará pensando Lola Stuart… no, qué estará pensando ese demonio, pero mantenlo fuera de su alcance. Si puede devolvérnoslo en una fecha posterior, le otorgaré un rango noble.

-Un extranjero no puede recibir ese tipo de recompensa, ¿o sí? Lo siento, pero no me voy a establecer en un país donde no me gusta la comida.

Elizard rió en voz baja mientras se apoyaba contra la pared.

Hamazura se sintió aliviado.

Luego sacó una botella de algún lugar, la abrió y roció su contenido sobre sus heridas de aspecto doloroso.

-Esto es todo lo que tengo, pero sigue siendo una pena. Estaba guardando este whisky…

-Enumera la destilería en la etiqueta, ¿verdad? Puedes recompensarlos dejándolos llamarlo Queen Rescue o algo así y anunciarlo como la bebida legendaria que curó las heridas de la reina. Ya tienes a Drambuie en el Reino Unido, ¿verdad? Las leyendas reales pueden impulsar las ventas de este tipo de cosas.

-Supongo que sería grosero de mi parte preguntar por qué sabes ese tipo de trivialidades a tu edad.

Un sonido sordo llegó a sus oídos.

Venía de la oscuridad.

-Alguien viene, Hamazura, -dijo Takitsubo.

-Sí, tenemos que salir de aquí, pero ¿qué pasa con esta anciana?

No todos los caminos en este laberinto subterráneo fueron tratados de la misma manera, por lo que llevaron a Elizard a un túnel más pequeño y la colocaron detrás de una columna.

-Reuniremos su atención, así que no te muevas hasta que no escuches más pasos. ¿¡Lo tengo!?

-Espera, yo soy el que debería ser-

-¡No puedo usar a una anciana moribunda como cebo! ¡¡Tendría pesadillas por el resto de mi vida!!

La situación no iba a esperar.

Hamazura recogió la espada envainada e hizo mucho ruido mientras corría por un gran túnel separado del pequeño en el que estaba escondido Elizard. La presencia en la oscuridad creció. La emoción tiñó el ambiente. Era el color rojo de la intención asesina y estaba claramente enfocado en Hamazura y Takitsubo.

Estaba acostumbrado a esto gracias a Mugino Shizuri.

Las experiencias traumáticas pueden tener un lado positivo. No podría haber seguido adelante sin eso en su pasado.

El mundo se centró en un pequeño matón insignificante.

No se había equivocado.

El camino en el que estaba era infinitamente peligroso, pero todavía estaba en una ruta para salvar a Dion Fortune.

-Ja ja.

Hamazura Shiage estaba corriendo por su vida, pero comenzó a reírse.

Takitsubo se quedó estupefacto al principio, pero luego empezó a reírse también.

-Je, je.

Esto fue un poco más tóxico que una simple relación de novio/novia.

El sentido de unidad puede haber sido más como cómplices que cualquier otra cosa.

-¡¡Ja, ja, ja, ja, ja!! ¡¡Ah, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!!

Esta estructura subterránea se extendía como una colonia de hormigas desde la Capilla de Santa Margarita, pero aparentemente había más de una salida.

Subieron corriendo unas escaleras hacia la superficie y entraron en la luz del sol invernal. Pero…

-Deténganse ahí, forasteros. A menos que quieran ser borrado en el acto.

El odio helado fue suficiente para que la piel de gallina se extendiera desde su columna vertebral hasta la última parte de su cuerpo.

El mundo subjetivo de Hamazura y Takitsubo fue arrastrado lejos de la mañana y del sol.

Esta persona se había tomado la molestia de hablar en japonés. …¿Cuándo había hablado por última vez? Si esta persona hubiera estado escuchando desde entonces, entonces el chico delincuente y su novia podrían no ser los únicos en peligro.

Ocultar a la Reina Elizard no había tenido sentido. Más o menos habían permitido que la tomaran como rehén.

(No, espera.)

Hamazura inmediatamente negó su propia arrogancia.

Necesitaba ver esto correctamente. Esta persona podría haberlos aplastado sin previo aviso. Dado que eso no había sucedido, él o Takitsubo deben haber tenido algún tipo de valor. O esta persona no quería destruir el objeto que llevaba el niño. Eso fue todo.

Este no fue un caso en el que un solo movimiento en falso significaba un desastre.

Todo había terminado si el monstruo hacía algo.

Él estaba asustado.

Realmente lo era, pero esto demostraba algo.

La espada que sostenía tenía suficiente poder para detener a este ser irregular.

Podía usarlo como escudo.

-…

Lentamente se dio la vuelta con la espada envainada todavía en sus manos.

Primero, vio un cabello rubio absurdamente largo. Se movía solo, por lo que parecía algo así como extrañas serpientes venenosas o tentáculos. Y más allá de eso, su verdadera forma apareció desde la oscuridad subterránea. Se sorprendió al ver lo hermosa que era. Había estado esperando algo más grotesco con branquias o escamas.

Y ese monstruo abrió lentamente la boca.

-Dame la Espada del Estado. Si no tienes conexión con el Reino Unido o la magia, entonces te perdonaré.

-Esperaba esto…

Sin embargo.

Había estado preparado para confiar en Aneri si fuera necesario. Él respondió como si aceptara un desafío.

-Para ser claro, no me importa lo que le pase a esta espada. Mientras logre mi objetivo, estoy de acuerdo con dártelo.

-¿?

-Quiero salvar a Dion Fortune. ¿Tienes lo que necesito para hacer eso? Si la respuesta es sí, te daré esta espada. Entonces, ¿qué te parece?

No fue Coronzón quien pareció sorprendido. Era Takitsubo Rikou.

Ella estuvo de acuerdo con el plan de salvar a esa chica sin importar qué, pero ¿había olvidado lo que la Reina Regente Elizard les había pedido que hicieran? Es posible que solo ahora se haya dado cuenta de cuán en serio había querido decir la parte de “no importa qué”.

Fueron cómplices. Su relación era un poco tóxica.

Pero, ¿realmente llegaría tan lejos?

-¿Hama… zura?

Sin embargo, el chico que estaba a su lado no respondió.

Si no mantenía sus ojos directamente en Coronzon y si miraba a Takitsubo a los ojos por un momento, se rompería. Recordaría qué era lo correcto. Él sabía eso.

Por supuesto, si se negaba a entregarlo, este monstruo los mataría. Ella lo mataría a él, a su novia Takitsubo y a Elizard escondidos en lo profundo de los túneles subterráneos. Así que negarse directamente no era una opción.

Tenía que hacer esto de la manera correcta.

Simplemente hacer lo correcto sería egoísta. Intentar eso sin el poder para respaldarlo solo enfurecería a este monstruo.

Sabía que no había nada que pudiera hacer.

Había escapado de esa mujer samurái que empuñaba una espada siendo inteligente. Él no había sido rival para ella en absoluto cuando se trataba de fuerza real. Intentar cualquier cosa de frente lo mataría instantáneamente. Así funcionaban las cosas aquí.

Así que eso no era lo que tenía que hacer.

Metió la mano en su bolsillo y apretó lo que encontró allí. Por supuesto, no tenía un arma secreta escondida allí. Y dudaba que incluso un arma secreta pudiera haber dañado a este monstruo frente a él.

Era un chicle perfectamente ordinario.

Pero a veces, algo tan insignificante como eso podría darte fuerza.

Había algunas personas a las que no podías salvar simplemente haciendo lo correcto.

Esos héroes puros podían comer mierda.

Quería sonreír con su novia con la conciencia limpia. No podía abandonar a Dion Fortune si iba a hacer eso. Quería compartir el tiempo más feliz posible con ella, por lo que no podía dejar que el compromiso y la desgracia lo influenciaran. No importa qué.

Mientras tanto, una sonrisa diabólica apareció en los labios de la mujer cuyo largo cabello rubio se movía como si tuviera vida propia.

-¿Dion Fortune? Ah, claro. ¡Así que se trata de ese dispositivo de defensa que configuré!

-Kh.

-En ese caso, mi respuesta a tu pregunta es sí. Después de todo, soy yo quien creó esos grimorios especializados como dispositivos de defensa. …Asi que. ¿Cuál es tu punto? ¿Qué gano ayudándote en lugar de solo matarte y tomar la espada?

Tenía una respuesta preparada para eso.

Hamazura Shiage no tuvo más remedio que acompañar a alguien que entendiera la magia.

Asi que…

-Te ayudaré. No estaría de más tener un peón desechable, ¿verdad?

-Ki, ji.

Esto pareció tomarla por sorpresa.

El monstruo se echó a reír y tuvo que sujetarle los costados.

-¡¡Ee je je je je!! ¡Ah, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja! Ambos sabemos que no lo dices en serio, así que ¿¡cómo puedes decirlo con una cara tan seria!? Sí, sí. Ahora lo entiendo. ¡Planeas abordar el tren y luego saltar en algún punto antes de que caiga por el acantilado! ¿¡Es eso, Hijo de Adán!? ¿¡Estoy en lo cierto, humano ignorante y no iluminado!?

-…

-Pero me gusta eso. Mathers y Crowley eran iguales. No hay diferencia real entre ellos y usted. Quiero decir, todos los humanos son lo más bajo de lo bajo de todos modos. En ese sentido, pasas la prueba. Tienes la misma mirada en tus ojos que el Dorado. Planeas insolentemente hacer tuyo un Gran Demonio, pisotear el principio del intercambio equivalente y sacarme todo lo que puedas. Sí, tienes la mirada de un Probationer en tus ojos.

Hamazura había conocido a dos seres conocidos como Dioses Mágicos: Nephthys y Niang-Niang. Eran definitivamente más poderosas que él y Takitsubo, pero incluso ellas habían renunciado a salvar a Fortune.

Si hubiera estado dispuesto a rendirse allí, nunca se habría separado de ellos.

Después de todo, lo mantuvieron a salvo. Si se hubiera concentrado solo en que los Dioses Mágicos lo protegieran, podría haber sobrevivido renunciando a algunas cosas y forzando una sonrisa fea.

¿Y a quién podría encontrar que fuera tan poderoso o incluso más poderoso que esa pareja misteriosa? No conocía a muchos candidatos. Se había quedado fuera de casi todo lo que había sucedido hasta el momento, pero tal vez por eso fue capaz de ver el centro del conflicto sin dejarse llevar por factores extraños.

Gran Demonio Coronzón.

Solo había escuchado a la gente mencionar su nombre antes de esto, pero ahora ella estaba moviendo su dedo índice frente a él.

-Puedes aferrarte a la Espada del Estado por ahora. Si te lo quitara, tendrías demasiado miedo de que te deje atrás para hacer algo por mí. Te usaré al máximo como un peón. Incluso si eso significa deshacerse de ti.

-¿Hamazura? -dijo Takitsubo. -Espera un segundo. ¿¡Estas seguro acerca de esto!?

-También. -Coronzón se rió. -Tienes que demostrarme que estás preparado para actuar como un peón adecuado. Si realmente quieres tomarme para ti, entonces muéstrame hasta dónde estás dispuesto a llegar.

Hamazura exhaló.

Y un momento después, usó la punta de la espada envainada para golpear a la chica del chándal en el plexo solar.

-¿Kah, ah…?

Su rostro estaba coloreado más por la confusión que por el dolor o el sufrimiento.

Hamazura miró en silencio a su novia colapsada.

-Je je.

Solo el Gran Demonio se estaba riendo.

Por supuesto, ella lo había visto todo.

-¡¡Ah, ja, ja, ja, ja!! ¿¡Sin piedad para que tu amada novia logre tu objetivo!? Excelente. Cada vez me gustas más. En todo caso, esto me recuerda el proceso de pensamiento frío de Mathers.

Sin dejar de sonreír, la cara de Coronzon se movió justo en frente de la nariz de Hamazura.

-Pero en el fondo, sigues siendo un hijo de Crowley. Al noquear a tu novia aquí, puedes dejarla atrás. Puedes apartarla del camino de ruina que seguiremos. ¿Es así como lo ves?

-Kh.

-Excelente. Como gobernante, es conveniente saber qué se desea proteger. Ella es tu talón de Aquiles.

El tono del Gran Demonio Coronzon cambió ligeramente.

Su distancia psicológica se redujo cuando ella se acercó a él como un tentador.

Su voz ahora puede haber sido la que usó como arzobispo que guiaba al Reino Unido.

Coronzon había aprendido japonés de los humanos, pero lo había perfeccionado para sus propios fines.

-Cuando alguien tiene una meta que realmente desea lograr sin importar qué, entonces se vuelve mucho más difícil de predecir cuándo esa convicción flaquea. Soy un demonio Yo soy el que te susurra al oído. Y los más fáciles de manipular no son los de pura maldad; son aquellos que vacilan en la brecha entre el bien y el mal. Casi he agotado todo lo que había preparado en la Iglesia Anglicana como asesinos de Crowley, por lo que esto puede ser útil para mí. Dejaré a esa chica allí.

-Gracias…

-Ahora me debes una. No lo olvides, peón.

Después de dar un paso atrás, Coronzon colocó sus manos detrás de su espalda, se inclinó hacia adelante e hizo una pregunta verdaderamente casual.

-Ahora, simplemente tengo curiosidad acerca de este. ¿Por qué estás dispuesto a llegar tan lejos para ayudar a Dion Fortune? Eso no era más que una de las cartas en mi mazo asesino de Crowley. Y uno que dejé atrás como seguro después de decidir aplastar el edificio sin ventanas gracias al caos causado por Kamisato Kakeru y el reconocimiento realizado por Karasuma Fran. Dudo que tuvieras suficiente tiempo para establecer algún tipo de relación profunda.

Eso era cierto.

¿Cuántas palabras realmente intercambió Hamazura Shiage con Dion Fortune? ¿Valía la pena proteger ese vínculo hasta el punto de traicionar a su novia Takitsubo Rikou y dejarla inconsciente violentamente?

Lo pensó y luego ese chico perfectamente ordinario escupió una respuesta.

-Lo que pasa con la ayuda es… es como la gravedad.

-¿Hm?

-Se reúne en algunos lugares y no en otros. Simplemente ninguno en absoluto. ¿Y qué quieres decir con “hasta ahora”? ¿Hasta dónde es apropiado? En su idea de un mundo justo, ¿se supone que la ayuda debe dirigirse primero a las personas que se destacan, hablan con fluidez, reciben mucha atención sin importar lo que hagan y obtienen toneladas de Me gusta en todo lo que publican? …Al diablo con eso. Esas personas no necesitan ayuda en primer lugar.

¿Qué importaba si ella no había pedido ayuda?

¿Por qué debería importarle si no tenían un vínculo tan fuerte?

Solo así lo vio Dion Fortune después de renunciar a todo porque no tenía en quién confiar. Esa no era razón para no extender una mano amiga.

Había personas que no se salvarían si no extendieras la mano y las agarraras a la fuerza.

Hamazura había vagado por los callejones y pensó que esa era la extensión del mundo. Realmente había creído que sería feliz si llegaba a la parte superior de esa pequeña caja. Y por eso podía ver esto. No había tenido nada de la gravedad conocida como ayuda. Solo logró salir de esos rieles debido a la poderosa influencia de Mugino y Takitsubo.

La gente no podía buscar la felicidad que ni siquiera imaginaba que existiera. Se morirían de hambre en su habitación cerrada sin darse cuenta de la puerta escondida tan cerca.

¿Qué tenía de malo mostrarles todas las opciones entre las que podían elegir?

¿Qué tenía de malo abrir la puerta oculta y mostrarles que podían salir?

-Bien entonces.

Coronazón se rió.

Su risa parecía burlarse del mundo entero y al mismo tiempo contenía la ligereza de un niño inocente.

Quizás la verdadera habilidad de un demonio era engañar a las personas para que pensaran que todavía tenían una oportunidad.

-Mathers y Crowley una vez trataron de salvar algo, pero terminaron como están después de entrar en contacto conmigo. Tú también estás atrapado en mi jaula. Mientras pueda controlarte, nada más importa. Entonces, ¿qué tal si nos ponemos en marcha? Soy el Gran Demonio Coronzon. Traigo discordia entre las personas y obstruyo los lazos del mundo. Así que debería ser divertido tener un peón para usarlo contra la gente mientras se prepara para la Ceremonia de Mo Athair.

Antes de irse, Hamazura Shiage miró hacia atrás por última vez.

Esta puede haber sido su última oportunidad de dar marcha atrás y hacer lo correcto.

… Por supuesto, hacer eso ahora no borraría lo que había hecho. No pudo eliminar el daño hecho a su novia tirada en el suelo y de nada ganaría mostrando debilidad frente a un negociador tan peligroso como Coronzón.

Un sonido sordo resonó en el aire.

Hamazura Shiage se golpeó a sí mismo en la cara tan fuerte como pudo.

Y emprendió su viaje al infierno con un demonio como guía y el rescate de un alma muerta como objetivo.

***

Después de reunirse con la Primera Princesa Riméa, Kanzaki Kaori y los otros anglicanos comenzaron a recuperarse de la caótica situación y buscaron en el área alrededor del Castillo de Edimburgo, pero en ese momento no quedó nada.

Solo encontraron a una niña en un chándal desplomada de forma antinatural en el suelo.

No había ni rastro del crucial Gran Demonio Coronzon ni de los tesoros escoceses.

La situación se convirtió en un caos.

Tres caminos diferentes se cruzaban finalmente en torno a la Ceremonia de Mo Athair, el póstumo.