Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 150: El Descubrimiento de Azik

Número 2 de la Calle Narciso. Klein asintió a Azik y caminó rápidamente hacia la puerta de su casa, sacó sus llaves y abrió la puerta.

Melissa ya estaba en casa, así que escuchó el clic de la cerradura de la puerta y salió rápidamente de la cocina a la sala de estar.

Al ver a Klein, dijo con los ojos radiantes de alegría: “Compré comestibles. Hay pollo, patatas, cebollas, pescado, nabos y guisantes. Incluso compré un pequeño tarro de miel”.

Hermana, ¿tú también te estás acostumbrando al lujo ocasional? Klein rió en silencio.

“Tendrás que preparar la cena esta noche. Estaré fuera de la ciudad. Puede que no regrese hasta el amanecer, debo hacerle un favor al Sr. Azik, un profesor del Departamento de Historia de la Universidad”.

Mientras hablaba, se volvió hacia un lado y señaló el carruaje que esperaba afuera.

Los labios de Melissa se abrieron y cerraron dos veces, antes de apretarlos y decir: “Está bien”.

Klein se despidió de su hermana y se fue. Se subió al carruaje alquilado que había contratado Azik y viajó dos horas y cuarenta minutos hasta el pueblo de Lamud.

Eran casi las nueve en ese momento. El cielo estaba oscuro, y solo podían confiar en la luz de la luna carmesí y la luz de las estrellas. Después de indicarle al conductor que esperara en la ciudad, Klein condujo a Azik hacia el antiguo castillo abandonado.

Mientras caminaban, se dio cuenta de que Azik caminaba más rápido, hasta el punto de tener que empezar a trotar un poco para mantenerse al día. Al final, fue Azik quien abrió el camino.

Klein quería decir algo inicialmente, pero inteligentemente se tragó sus palabras cuando vio la expresión solemne de Azik y sus labios firmes.

Con tal velocidad, llegaron rápidamente al antiguo castillo.

El castillo, que era casi una ruina, se extendía en las cuatro direcciones, mientras que su torre parecía desolada, salvaje, espeluznante y oscura.

Azik miró al antiguo castillo y redujo el paso.

Se detuvo allí, con la mirada perdida, como flotando entre los sueños y la realidad.

De repente, gimió de dolor, levantando la mano para pellizcarse la frente mientras sus músculos se distorsionaban por la agonía.

“Señor Azik, ¿está bien?” Klein preguntó cuidadosamente mientras activaba su Visión Espiritual.

Cuando estaban a bordo del carruaje alquilado, yendo desde la calle Narciso hasta Lamud, él había hecho una rápida adivinación lanzando una moneda al aire para ver si había algún peligro en su viaje.

Pero él creía que la adivinación no era todopoderosa, y mantuvo la guardia alta para evitar cualquier mala interpretación de su parte. Además, Azik era bastante misterioso. Nadie conocía su pasado, y no estaba claro cómo respondería si fuera estimulado por un encuentro con su pasado. La cautela y la preocupación habían acompañado a Klein durante todo el viaje.

Azik no respondió de inmediato, pero dio otros dos pasos hacia adelante con una expresión de dolor. Relajó la mano que sostenía su frente. Luego señaló hacia adelante, con la mirada perdida.

“He visto este antiguo castillo antes, en mis sueños, en ellos el castillo está completo, con una pared exterior robusta y una aguja alta. Recuerdo que allí había un establo, allí un pozo de agua y allí un cuartel. Allá había un jardín que se usaba para sembrar papas y batatas…”

“Recuerdo que había un campo de entrenamiento. Mi hijo, era un niño. Solo tenía unos siete u ocho años, pero disfrutaba correr mientras arrastraba una espada ancha que era más alta que él. Dijo que quería convertirse en caballero cuando fuera grande… Mi esposa siempre se quejaba de que el castillo era demasiado sombrío. Le gustaba la luz del sol, las flores…”

…

Klein miró a Azik con su visión espiritual y lo que dijo el hombre hizo que su cuero cabelludo hormigueara. Se sintió conmovido, como si él mismo estuviera experimentando la historia.

El antiguo castillo está realmente relacionado con el Sr. Azik… ¿Podría realmente ser el Barón Lamud de la primera generación, una criatura trascendental que ha vivido durante mil cuatrocientos años? ¿Es un ser humano o un espíritu maligno? De ninguna manera, no existen tales cosas como espíritus malignos corriendo a plena luz del día e involucrándose con los Halcones Nocturnos…  Klein no pudo evitar divagar.

En ese momento, Azik dejó de murmurar y dio grandes pasos a través de la puerta principal.

Caminó todo el camino hacia el interior del castillo sin la guía de Klein. Encontró el equipo oculto con evidente familiaridad y abrió la puerta secreta para entrar al sótano.

Agarrando su bastón con fuerza, Klein siguió a Azik. Bajaron por las escaleras y llegaron al lugar donde había un ataúd.

A diferencia de la vez anterior, el ataúd estaba cerrado y el sentimiento cálido y puro se había ido.

El ataúd está cerrado… Debe haber sido Frye. Es su ética de trabajo como recolector de cadáveres… Klein asintió pensativo y observó con su Visión Espiritual a Azik caminar frente al ataúd .

Azik extendió sus manos para empujar la tapa del ataúd para abrirlo.

Miró el esqueleto sin cráneo durante mucho tiempo, lamentándose de dolor.

Azik se trastabilló hacia atrás con pesados ​​pasos. Se tambaleó y cayó contra la pared.

Se cubrió la cara con las manos y se sentó allí, desanimado. El entorno de repente se volvió aún más lúgubre.

Klein aceleró el paso y extendió las manos, pero las volvió a retraer, sin atreverse a molestar al hombre.

En ese momento, su percepción espiritual le dijo que el actual Sr. Azik era inestable y no debía ser interrumpido, la oscuridad del sótano parecía retorcerse a su alrededor.

Klein se acercó lentamente a las escaleras.

Confiaba en el carácter del Sr. Azik, pero temía que el hombre perdiera el control.

En una situación tan incómoda, esperó unos minutos más. Entonces, finalmente vio a Azik bajar las manos y levantarse lentamente.

El Sr. Azik parece haber cambiado… Esto es lo que me dice mi percepción espiritual… Pero en mi Visión Espiritual, los colores de su aura no tienen cambios obvios. Sus emociones están atenuadas, está tan triste como antes…  Klein hizo un juicio rápido y sintió que Azik se había vuelto más sombrío e imponente.

“Recordé algo, algo muy pequeño”. Azik habló sin emociones.

Luego, miró a su alrededor y dijo:

“Siento el poder que está alterando tu destino”.

“¿Eh?” Klein estaba atónito. Gratamente sorprendido, preguntó en respuesta: “¿Puedes rastrear la fuente?”

¿La persona detrás de la escena que se quedó en la casa de la chimenea roja creó coincidencias en secreto y vino al antiguo castillo de Lamud para quitarle la cabeza al caballero con armadura negra?

¿Qué está tratando de hacer? ¿Cuál es su verdadera intención?

“Ha pasado demasiado tiempo, pero me gustaría intentarlo”. Parecía haber un volcán que estaba a punto de hacer erupción dentro de la voz profunda de Azik.

“¿Cómo?” Klein preguntó con curiosidad.

Azik caminó frente al ataúd y miró el esqueleto dentro.

“Se llevó el cráneo de mi hijo. Lo buscaré a través de una conexión de sangre.

¿Su hijo? Sr. Azik, ¿está seguro de que el caballero con armadura negra es su hijo? Entonces realmente es un ser antiguo… ¿Realmente perdió la memoria después de tanto tiempo? ¿Este es el precio que hay que pagar para obtener tal longevidad? Klein respiró en silencio, sintiendo la extraña sensación de interactuar con una criatura legendaria.

Entonces, Azik extendió su mano derecha y se cortó el dedo índice con la uña del pulgar.

Una gota de sangre roja fresca goteó con precisión sobre el esqueleto blanco.

Rápidamente se filtró en el esqueleto, tiñéndose de carmesí.

¡Wah! Klein de repente escuchó el llanto de un bebé y sintió que alguien lo miraba desde atrás.

Sacó su revólver y apuntó detrás de él. Sin embargo, no había nada a la vista. Nada existía detrás de él.

¡Incluso la escalera que conectaba con la planta baja ya no estaba!

¡Wah! ¡Wah! ¡Wah!

El sonido del llanto de un bebé perforó los oídos de Klein, y cuando volvió a mirar hacia el ataúd, se sorprendió al ver que había muchos rostros sin forma y distorsionados que se elevaban en medio de una niebla negra y ondulante. Entonces, manifestaron una extraña puerta.

¡Crag!

La puerta ilusoria se abrió y brazos de color blanco pálido se extendieron, uno tras otro, pero desaparecieron en la niebla negra ante Azik.

A través de la rendija que abrió la puerta, Klein vio una calavera blanca, tirada bajo un árbol marrón y reducida casi a polvo como resultado de los elementos.

¡Crag!

Innumerables brazos de color blanco pálido fueron cortados por la puerta que de repente se cerró de golpe.

Entonces, Klein escuchó un largo suspiro, el pesado suspiro del Sr. Azik, un suspiro que parecía ocultar toda una historia.

Junto con el suspiro, la niebla negra se dispersó y el sonido del llanto del bebé cesó. Todo volvió a su estado original, salvo el acentuado frío del sótano.

Klein apretó los dientes que le castañeteaban y miró dentro del ataúd. Vio que el esqueleto rojo había vuelto a su color original.

“Lo lamento. No pude encontrarlo…”, dijo Azik con voz profunda, de espaldas a Klein.

Al mismo tiempo, cerró el ataúd.

“No es sorprendente que no pudiéramos encontrarlo. Habría sido una sorpresa si pudiéramos”, lo consoló Klein.

De todos modos, me he sentido decepcionado muchas veces con respecto a este asunto…  añadió en su cabeza.

Azik echó otro vistazo al ataúd que tenía delante. Se dio la vuelta lentamente y dijo: “Continuaré investigando y espero poder contar con tu ayuda”.

“Por supuesto, eso es exactamente lo que quería hacer”. Klein contuvo el impulso de contarle a Azik sobre la chimenea roja.

Porque era inútil sacarlo a relucir. Solo podía confiar en sí mismo para confirmar su objetivo.

Sin embargo, eso resolvió uno de sus principales problemas, que era cómo debería involucrar a los Halcones Nocturnos después de encontrar la casa de la chimenea roja. No creía que pudiera acabar solo con la persona que movía los hilos.

¡Ahora, podría pedir la ayuda del Sr. Azik!

Azik abrió la boca, pero al final no dijo nada. Todo lo que hizo fue suspirar y caminar hacia la escalera en silencio.

Después de salir del sótano y cerrar la puerta secreta, los dos caminaron por el sendero cubierto de malezas y zarzas. Ninguno de los dos habló mientras caminaban de regreso del antiguo castillo abandonado.

En la noche oscura, Azik dijo:

“Hasta que este asunto se resuelva, dejaré mi trabajo y dejaré Tingen, para buscar mi pasado perdido”.

“Señor Azik, ¿supiste lo que te pasó?” preguntó Klein, sin poder ocultar su curiosidad.