Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

SALIMOS de la capital y nos adentramos en el bullicio de los comerciantes que partían y los carruajes compartidos.

“Um, no vamos a caminar todo el camino, ¿verdad?” Luimin preguntó nerviosa.

Bueno, ¿quién no estaría preocupada después de que saliéramos por la puerta sin explicarle nada?

Me dirigí a un lugar relativamente desierto. “¿Supongo que aquí funcionará?” Extendí ambos brazos y llamé a mis osos.

“¡¿Q-q-qué son esos?!” gritó Luimin.

“Este es Kumayuru, y este es Kumakyu. Ya te los presenté, ¿no?”

“¿Te refieres a los pequeños Kumayuru y Kumakyu? ¡Pero eran mucho más pequeños!” Luimin levantó las manos para demostrar lo pequeñas que eran.

“Los viste mientras estaban en forma de cachorro”.

Encogí mis osos… y ahora alguien más me gritaba sorprendida.

“¡Yuna! ¡¿Qué son estos ositos?!” Sanya observó la escena con los ojos muy abiertos.

Ahora que lo pienso, Sanya no sabía nada acerca de sus formas de cachorro. “Puedo cambiar mis osos entre su tamaño normal y esta forma de cachorro”.

“No tenía ni idea…”

Ambas hermanas levantaron un oso y lo acunaron en sus brazos exactamente de la misma manera. Aun así, tuve que hacer que soltaran a mis ositos para poder devolverlos a su tamaño original.

“¡Qué curioso…!”

“¡Qué curioso de hecho…!”

Era hora de mover las cosas. “Está bien, ustedes dos, suban a Kumayuru”.

“¿No querrás decir que montaremos en ellos?”

“Si. Son mucho más cómodos que un caballo”.

Las dos se acercaron a Kumayuru.

“Nunca había montado un oso”.

“Supongo que no todos los días podrás montar en uno…”

Kumayuru se volvió hacia ellas. Luimin subió primero, luego Sanya.

“Um… Estoy deseando viajar contigo, Kumayuru”.

Me subí a Kumakyu y le di a mi oso una suave palmada. “Vuelvo a contar contigo”. Kumakyu me dio un pequeño canturreo en respuesta.

Me volví hacia las elfas. “No creo que realmente se caigan, pero asegúrense de agarrarse bien mientras montan. ¿Listo? ¡Salgamos!”

Así comenzamos a galopar hacia el pueblo de los elfos.

“¡Son tan rápidos!” Luimin se maravilló.

“¡Realmente lo son!” respondió Sanya.

Luimin parecía preocupada. “¿Kumayuru va a estar bien corriendo tan rápido?”

A pesar de que ella estaba llamándolo tan rápido, no íbamos mucho más rápido que un caballo promedio. Realmente podríamos haber pisado el acelerador, pero nos esperaba un largo viaje. No quería estresar a mis osos, así que les pedí que se lo tomaran con calma. Tampoco estaba segura de cuánto quería que supieran sobre las verdaderas habilidades de mis osos, así que, al menos por ahora, fingí que tenían un poco más de velocidad y resistencia que la mayoría de los caballos. Lo de la resistencia nos dio una buena razón para usarlos también: podrían correr mucho más tiempo.

“Tendremos descansos”, les dije, “así que estarán bien. Además, Sanya, ¿dijiste que primero haríamos una parada en Laluz?” Ella lo había mencionado el otro día. Sin embargo, no sabía su ubicación, ni qué tan lejos estaba.

Aun así, supuse que Sanya y Luimin me lo dirían en el camino. Dejé la búsqueda de caminos a ellas dos mientras continuábamos hacia el pueblo de los elfos. Era su viaje. Solo les estaba dando transporte y acompañándolas.

“Sí, tenemos que empezar por ahí. Laluz conduce a la nación vecina; ingresaremos a Solzonark desde allí”.

Según Sanya, había otros pueblos y ciudades de camino a Laluz, pero decidiríamos pasar por ellos según las circunstancias. Por mucho que quisiera hacer mis mapas, detenerme en esos pueblos era un asunto diferente. Honestamente, me hubiera gustado hacer turismo si no me hubiera quedado con este traje de oso. Irritante. Quiero decir, sería una cosa si viajara sola con el equipo, pero estaba con Sanya y Luimin. No quería traerles problemas.

Nos habíamos levantado temprano hoy, así que estaba cansada. Sobre nosotros se extendía nada más que cielos despejados. La luz del sol se sentía agradable, un clima perfecto para la siesta. Estaba de humor para dejarme con Kumakyu y solo dormir… pero no podía con las dos hablando a mi lado.

“Nunca he oído hablar de osos convocados que puedan cambiar de tamaño”, reflexionó Sanya.

“Nunca me dijiste que se vuelven más grandes”, dijo Luimin furiosa.

Ambas me estaban regañando, pero por razones completamente diferentes. ¿Qué podría decir? No era como si estuviera tratando de difundir esa información por todas partes. E incluso si quisiera decírselos, no había habido un buen momento para eso.

“Aun así, son lindos”. Luimin le dio a Kumayuru una palmada en la cabeza. Ella no parecía asustada en absoluto.

“En realidad, Luimin, no te asustaste en absoluto cuando viste a Kumayuru por primera vez, ¿verdad?” Sorprendida, tal vez, pero no asustada. Siempre era triste cuando la gente tenía miedo de mis osos.

“También tenemos una linda familia de osos en el bosque élfico. Creo que no tengo miedo gracias a ellos”.

“¿Los osos no atacan?” pregunté.

“Son amigables, así que no lo hacen. E incluso si atacaran, no puedo dejar que un oso me venza”.

Eso sonaba tranquilizador. Me alegré de que no les tuviera miedo, aunque fuera por esos otros osos.

Por otra parte, tener miedo a los osos era bastante razonable. Estar cerca de mis osos podría insensibilizarte ante ese hecho.

El viaje transcurrió sin problemas. Cada vez que veíamos a la gente, manteníamos un poco de distancia para no asustarlos. No quería asustar a los caballos de alguien y traer el caos sobre algunos pobres viajeros.

Tomamos varios descansos en el camino, cambiando nuestras monturas cada vez. Después de todo, no quería que ninguno de los osos se enfadara demasiado porque los había dejado en manos de extraños.

“¿Están de mal humor? ¡Que lindo!”

“Realmente no es divertido. Cuando están de mal humor, ni siquiera me miran. Les toma un tiempo salir de su depresión”. Lo que solo significaba pasar una tarde con ellos, en realidad, pero no iba a molestar a mis osos.

Después de algunos descansos en el viaje, Sanya se lanzó a nuestros planes. El sol estaba a punto de ponerse.

“Si tus osos mantienen este ritmo, creo que llegaremos a la próxima ciudad”.

“¿Vamos a pasar la noche en esa ciudad?” preguntó Luimin.

Un pueblo, ¿eh? Realmente no me importaba ir a una ciudad, per se, pero tampoco estaba exactamente entusiasmada. “¿Tenemos que seguir? Estaba pensando que podríamos parar en algún lugar por aquí para acampar en lugar de esforzarnos. ¿Qué opinas?”

Sin embargo, mis osos probablemente podrían hacerlo. Si corrían, definitivamente podrían llegar a la ciudad. Pero Sanya estaba tratando de ser amable con ellos. Ella no los obligaría a correr, convocación o no. Me gustaba eso de ella.

“Estoy bien con acampar también. No quiero obligar a Kumayuru o Kumakyu a esforzarse. Y hemos progresado mucho en un solo día. ¡Tus osos son increíbles!” dijo Luimin.

“Realmente lo son”, dijo Sanya. “Nunca pensé que llegaríamos tan lejos tan rápido. ¿Nunca se cansan?” Les dio a mis osos una mirada tierna.

Realmente no lo sabía, sinceramente. No pensé que podría descifrar los límites de mis osos, porque aprender eso significaba empujar a los pobres hasta donde podían llegar. No iba a dejar que eso sucediera. Por eso les pedí que tomaran descansos incluso cuando no parecían cansados, y por eso no les pedía que corrieran a toda velocidad durante largos períodos de tiempo.

“¿Te parece bien acampar, Yuna?”

“Estoy bien con eso. ¿Qué piensas de ese lugar?” Señalé un matorral de árboles que probablemente impediría que alguien viera mi casa para osos desde la carretera. No tenía idea de cuánto tiempo pasaría hasta que llegáramos a la aldea de los elfos, pero pensé que seguiríamos acampando. En ese caso, bien podría contarles sobre la casa de los osos más temprano que tarde.

“Sí, eso funciona. Acampemos bajo esos árboles entonces.”

Siguieron mi plan sin sospechar nada.

Me dirigí hacia los árboles. “Sanya, Luimin, ¿podrían esperar un segundo?”

“¿Por qué?”

“Voy a sacar algo, y realmente apreciaría si pudieras mantenerlo en secreto”.

“¿Qué es?” preguntó Sanya.

“Realmente no entiendo”, dijo Luimin, “pero… si no quieres que hablemos de eso, entonces no le diré una palabra a nadie”.

Miré a Sanya.

“Está bien. Tampoco le diré una palabra a nadie”.

Después de que la pareja lo prometió, saqué mi casa de osos móvil de mi almacenamiento de osos.

“¡¿Otro oso?!”

“¡¿Una casa?!”

Habían soltado dos cosas diferentes, pero la expresión de sus rostros era la misma… y absolutamente invaluable.

“Yuna, ¿qué es esto exactamente?” Sanya señaló mi casa de osos.

“Es una casa.” ¿Qué más podría decir?

“Hermana, ¿la gente de la capital lleva sus casas con ellos?”

“La gente normal no puede hacer esto. Supongo que Yuna puede porque su bolsa de artículos es mejor que cualquier otra”.

Correcto. Decidí que sería un dolor explicar los diez mil monstruos que había matado en el pasado, así que le conté sobre mi almacenamiento de osos.

“¿Es una bolsa de artículos mejor que cualquier otra?” Luimin miró a Kumayuru, Kumakyu, mi casa de osos y mis guantes de osos. Finalmente, sus ojos finalmente se posaron en mí. “¿Qué eres, Yuna?”

Oh. Hmm… ¿cómo podría siquiera responder a eso? “Solo soy tu aventurera de todos los días”.

Traté de fingir que todo estaba bien y las insté a entrar en la casa de los osos. No parecían creerlo, pero al menos ya no se entrometieron.