Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

“POR FAVOR, DÉJAME HORNEAR EL PASTEL”, espetó Nerin, levantando la mano.

“¿Nerín?”

“Nunca antes había probado algo tan delicioso como esto. Si la tía Morin y Karin no tienen suficiente tiempo para hornearlo, déjenme hacerlo a mí”. Nerin nos miró seriamente a Morin y a mí.

“¿Pero no viniste a la casa de Morin para aprender a hornear pan?”

“Me gustaría aprender a hornear pan también, pero este pastel es delicioso. Si la tía Morin está demasiado ocupada y Karin no tiene tiempo, puedo hacerlo. Quiero ser útil en la tienda. Sé que acabo de llegar hoy, así que no soy nadie para decir nada, pero estaba horneando pan en casa. Si me enseñas cómo hacerlo, creo que podría hacerlo”.

“¿Morín?” Miré a Morin. Parecía en conflicto, pero feliz de todos modos.

“Karin y yo estamos ocupadas”, dijo, “así que no podremos ayudarte, sabes”.

“¡Sí, señora!” dijo Nerin.

“Y no puedes servir nada poco apetecible”.

“¡Sí, señora! Me dedicaré a aprender”.

Morin parecía más feliz cuando se volvió para mirarme. “Yuna, yo también te lo estoy preguntando. Por favor, deja que Nerin hornee tu pastel. Si ella puede concentrarse en eso, Karin y yo podremos concentrarnos en el pan. Y lo más importante, sería un desperdicio no vender algo tan delicioso como esto en la tienda”.

“Yo también ayudaré”.

“Yo también.”

Los niños levantaban la mano. Nerin los miró con deleite. Me pareció bien “En ese caso, te dejo el pastel a ti, Nerin”.

“¡¿De verdad?! ¿Lo dices en serio, Yuna? Gracias. Voy a darlo todo”. Nerin felizmente me abrazó.

Milane asintió. “Solo avísame si hay algo en lo que pueda ayudar cuando se trata del Gremio de comerciantes”.

“Voy a ver el costo de los ingredientes para que podamos empezar a venderlos en cualquier momento”, dijo Tiermina. “Dime qué ingredientes necesitaremos más tarde, ¿de acuerdo?”

Había mucho trabajo para todos, así que acepté esas ofertas de inmediato.

“Esta delicioso. ¡Siento que podría comer mucho más!”

Aquí estaba pensando que había hecho toneladas de pastel, pero desapareció en un instante. Esperaba que los niños pidieran segundas, pero Milaine y Tiermina también lo hicieron.

“Bien, bien. Solo recuerden, si comen demasiado, engordarás”. Hubo un sonido como una grieta formándose en el universo.

Crack. Los sonidos venían de todas partes y de ninguna. Rastreé el ruido sobrenatural… y encontré un grupo de mujeres adultas que se habían congelado con sus tenedores todavía en sus manos. Cerca, los niños aún saboreaban sus rebanadas de pastel con sonrisas angelicales en sus rostros. Los dos grandes extremos del mundo…

“Yuna, ¿esto te hace engordar?” preguntó Milaine.

“Si comes demasiado, seguro. Un poco regordete, como, alrededor de tu cintura”.

“Debes estar bromeando”, preguntó con una sonrisa forzada.

“¿De verdad crees que estoy bromeando?”

Milane tragó saliva.

Pensé que todos sabían que los dulces pueden hacerte subir de peso. “Estarás bien mientras no comas en exceso”.

“Por supuesto.”

Milaine ensartó un poco de pastel con el tenedor y se lo llevó a la boca.

“Lo que probablemente sea menos que tus seis rebanadas, Milaine”.

“¡Yuuuna!” El grito de Milane resonó en la tienda. Vamos, ella tenía que saber eso.

“Srta. Yuna”, dijo Karin, “tres deberían estar bien, ¿verdad?”

“Claro, si no es todos los días.”

Karin pareció aliviada. Todavía sentía que tres era demasiado, personalmente, pero ella estaría bien mientras no comiera así todos los días.

“Shuri, aquí, di ah”. Tiermina estaba tratando de palear el pastel sobrante en su plato hacia Shuri. Parecía que la palabra gorda también era tabú para Tiermina.

“Tú no estás gorda, Tiermina, así que estás bien”. Había estado postrada en cama hace solo un par de meses y no había estado comiendo bien, por lo que en realidad estaba demasiado delgada. A pesar de que recientemente había comenzado a comer comidas más saludables, todavía no había engordado lo suficiente.

Tiemina negó con la cabeza. “Yuna, está bien mientras eres joven, pero no puedes bajar la guardia cuando tengas mi edad. Los kilos se te acercan sigilosamente, querida”.

Se veía increíblemente seria, pero… tampoco era bueno que los niños subieran demasiado de peso, ¿verdad? La moderación era la clave de todo.

Tiermina miró el estómago de mi traje. “Y estaría en problemas si terminara con un estómago como el tuyo, Yuna”.

Desearía que ella no insinuara que mi estómago sobresalía. No lo estaba.

Solo lo parecía por el traje de oso. De verdad.

Fina estaba tratando de tranquilizar a su madre desde un lado: “Estás bien ya que no estás gorda, mamá”.

“Gracias, Fina”, dijo, dándole a Fina un rápido y feliz abrazo. Era bastante encantador, pero… ¿en serio? ¿Todo este drama por el pastel?

Aun así, terminamos la degustación de pasteles con una nota alta. Aparte de mi comentario sobre engordar, todo transcurrió sin incidentes. Tal vez realmente necesitábamos pasteles que fueran menos dulces… y que tuvieran menos calorías.

Nerin iba a trabajar en mi tienda. Ella estaría a cargo de los pasteles y viviría en el segundo piso de la tienda.

“¿Realmente puedo tener una habitación tan grande? Ni siquiera me importaría dormir en el ático”.

Las habitaciones eran bastante grandes, incluso para una antigua mansión. Morin y Karin eran las únicos que vivían en el segundo piso. También habíamos trasladado el vestuario del primer piso al piso de arriba… bueno, yo lo llamaba vestuario, pero los niños en realidad solo se estaban cambiando y poniéndose sus chaquetas de oso. Aunque teníamos un ático, todavía teníamos habitaciones disponibles, por lo que ni siquiera lo usábamos como almacén.

“¿Estás segura?” preguntó de nuevo. “Ni siquiera he empezado a trabajar aquí todavía”.

“Bueno, si no trabajas duro, no te pagarán ningún salario”. Le había dejado los sueldos y esas cosas a Tiermina y Morín. Aparentemente, decidirían después de ver su ética de trabajo. Nerin había dicho que estaba bien con ello, siempre y cuando tuviera comida y un lugar para dormir. Mi trabajo consistía en enseñarle a Nerin cómo hornear esos pasteles lo antes posible.

Comenzamos la práctica de hacer pasteles de inmediato esa tarde. Llevamos los pasteles que habíamos hecho al orfanato. Allí vivían treinta personas, así que no desperdiciábamos ninguno de los pasteles.

Teniendo en cuenta que había venido con Morin para convertirse en artesana del pan, Nerin era bastante buena para hornear pasteles. “¡Oh, siempre me ha gustado hacer golosinas!”

Ese era un pasatiempo muy femenino. A diferencia de su narradora ex-jugadora, supongo que ella era una de las chicas populares… y aquí estaba yo enseñándole a hornear un pastel.

Aun así, Morin y Karin nos superaron a las dos. Morin no era solo una maestra horneando pan; también era genial con los pasteles. Hacía que pareciera fácil, como la artesana que era. Cada movimiento era rápido y eficiente. Pensé que poner la crema batida limpiamente era difícil, pero ella aprendió los trucos después de hacer solo un par de pasteles. Muy pronto, podríamos servir los pasteles en la tienda sin ningún problema. Sus pasteles ya eran más bonitos y sabrosos que los míos. Karin también estaba haciendo un gran trabajo con los pasteles.

Era tan extraño pensar que el esposo de Morin había sido incluso mejor horneando pan que ella. Desearía haber tenido la oportunidad de conocerlo.

Nerin tenía talento más que suficiente para sí misma, pero estaba unos pasos por detrás de las otras dos.

“¿Por qué están haciendo los pasteles conmigo, tía Morin y Karin? Por favor, no roben mi trabajo”.

“Son un poco como panqueques, así que podríamos aplicar algo de esto a nuestros panes. Es una buena forma de pensar en nuevas variedades”.

“Uhh. Entonces Karin, ¿qué hay de ti?”

“Estoy estudiando, por supuesto”.

Morín asintió. “Ahora, recuerda: si no eres una buena estudiante de la panadería como lo es Karin, no puedo dejarte a cargo de los pasteles”.

Nerín gimió.

“No quiero escucharlo. Tú eres la que dijo que quería hacer esto”.

“Si no lo haces bien, bueno, te enviaré directamente de vuelta con tu padre”. Nerin volvió en silencio a hornear sus pasteles.

Junto a ellas, los niños estaban batiendo huevos, ocupados haciendo el budín que estaríamos vendiendo mañana.

“¿Qué es eso que tenéis todos ahí?” preguntó Nerín.

“¡Oh! Yuna los hizo para nosotros. ¡Es una herramienta para revolver los huevos!”

Dado que batir los huevos todos los días era una molestia, le pedí a Gold que los preparara para los niños. Había una gema de maná incrustada en el mango que hacía girar el batidor cuando lo sujetaban. Hizo que batir huevos, entre otras cosas, fuera mucho más fácil.

“¿Yuna hizo eso para ti? ¿Podrías dejarme ver eso por un momento?” Nerin le pidió prestado un batidor a un niño y comenzó a remover los huevos. “¡Vaya, esto es mucho más fácil!” Realmente se estaba involucrando, como un niño que encuentra su nuevo juguete favorito.

“Guau. ¡Yuna, me gustaría usar uno de estos también!”

“Puedes, pero solo asegúrate de hacer los pasteles”.

Y así comenzó el curso acelerado de Nerin en la elaboración de pasteles. Durante las mañanas, ayudaba a hornear y atender a los clientes. Una vez que tenía tiempo por la tarde, practicaba hornear pasteles. Afortunadamente, ella estaba mejorando constantemente. No pasaría mucho tiempo antes de que pudiéramos vender sus pasteles en la tienda. Podría ser una trabajadora bastante seria.

Llevaba la chaqueta de oso que llevaban los niños. Cuando Milaine se enteró, también mandó hacer una chaqueta especialmente para Nerin. Aparentemente, usar el mismo atuendo que ellos también la había convertido en un éxito entre los niños.

“¿No vas a usar uno, Karin?”

“Me daría mucha vergüenza”, respondió ella.

Espera, ¡¿te daría vergüenza?! Parecía que necesitaba tener una conversación profunda con Karin en algún momento.