Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

DEJÉ A LOS ATACANTES en manos de Atola y me preparé para ir a cazar bandidos. Y por “me prepare” me refiero a “comí mucho”.

“Señorita”, dijo Deigha con un suspiro de preocupación, “¿realmente va a apresar a esos bandidos?”

“Primero voy a comer toda esta comida deliciosa”.

“Err, gracias, pero es bastante peligroso, para una chica como tú”.

“Estaré bien. Soy una aventurera, ¿y no viste a mis osos? ¿Osos grandes y corpulentos?”

“Hrm. Entonces, cuando regreses, te prepararé la mejor comida que pueda”. Flexionó sus bíceps hacia mí. No pensé que el músculo realmente importara para las artes culinarias, pero lo que fuera lo que lo hacía feliz.

Llamé a Kumayuru y me dirigí al lugar donde los bandidos habían sido vistos por última vez, corriendo a lo largo de la costa a una velocidad decente. La brisa del mar se sentía agradable. Si las cosas se calentaran un poco más, ¿tal vez podría darme un chapuzón en el agua?

Probablemente Fina no había visto el océano antes y sería bueno venir aquí con todos. Pero nunca antes nadé, excepto durante la clase de gimnasia en la escuela primaria. Aun así, jugar en la arena también sería divertido, y había muchas otras cosas que hacer en la playa.

Como no sabía cuándo podrían aparecer los bandidos, dejé mi habilidad de detección activada. Nunca había estado en este lugar, por lo que mi mapa estaba en negro en el área objetivo. Mientras me dirigía por la carretera, aparecieron cuatro señales humanas delante de mí.

¿Eran estos los bandidos?

¿Era una emboscada?

Mmm. Eso fue mucho menos de lo que esperaba. Si iban a atacar a personas normales, ¿tal vez eso era todo lo que necesitaban? Si fueran a atacarme de todos modos, sería lo más conveniente para mí si lo hicieran todo a la vez. Pero probablemente había cautivos y necesitaba llegar a su escondite, ¿así que supongo que daba igual?

Divise figuras humanas en la distancia. Si no se estaban escondiendo, ¿tal vez no eran los bandidos? Aun así, era sospechoso que alguien estuviera en este camino. Existía la posibilidad de que fingieran ser personas normales y me atacaran, así que me lancé con Kumayuru para parecer una amenaza.

Me acerqué a ellos y …

Espera.

¿Eran estos los cuatro aventureros de los que me habló Atola?

Sí, cuatro aventureros caminaron hacia mí. Un chico y tres mujeres, como la configuración de un anime de harén. Cuando me vieron montando encima de Kumayuru, prepararon sus espadas y bastones. No iba a tener que pelear con ellos, ¿verdad?

“Alto ahí.” El hombre bloqueó la carretera. No trató de atacarme desde el principio, pero me miró con sospecha.

“¿Qué?” Me detuve y pregunté desde arriba de Kumayuru.

“¿Qué pasa con ese atuendo? ¿Y ese oso?”

“Soy una aventurera y este es mi oso”. Le di a Kumayuru una palmadita en la cabeza.

“¿Es usted una aventurera, señorita?”

“¿Me creería si lo dijera?”

“¿Ese oso es realmente tuyo?” preguntó una mujer con túnica de mago detrás de él.

“Sí lo es.”

“¿Nos dejarías echar un vistazo a tu tarjeta de gremio?”

“¿Me estás pidiendo que muestre el mío, pero todos ustedes van a mostrar el suyo?”

“Lo siento. Soy Rosa.” Ella me mostró su tarjeta. Parecía legítima.

“Soy Yuna. Soy una aventurera de rango D”. También mostré mi tarjeta.

“Entonces eres realmente una aventurera. Lamento haber dudado de ti”. Ella les dijo a los otros miembros del grupo que bajaran las armas.

“¿Es realmente seguro estar cerca de ese oso?” preguntó el hombre.

“Lo es a menos que actúes de manera hostil”.

“Entendido.”

El hombre envainó su espada. Cuando los otros miembros vieron eso, bajaron sus armas.

“¿A dónde se dirige, jovencita? Hay bandidos por aquí; es peligroso.”

“Ya lo sé. Estaba en camino de aprehenderlos”.

“Um. Espera, solo … era Yuna, ¿verdad? ¿Lo dices en serio? No son el tipo de personas que una niña como tú podría derrotar por sí misma”, dijo el mago con suavidad.

“Y”, agregó una de las otras mujeres, “hemos estado buscando a los bandidos los últimos días, pero no los hemos visto”.

Bueno, no era fácil encontrar su escondite. Y tampoco era como si salieran a la luz con aventureros por ahí. Lo que cambió las cosas fue mi habilidad de detección. Literalmente, podría simplemente correr al azar con Kumayuru en lugares donde podrían estar y buscar su señal.

“Eso no es un problema”. Le di una palmadita en la cabeza a Kumayuru. “Mi oso los encontrará”. Kumayuru se volvió hacia mí como diciendo “déjamelo a mí” y dejó escapar un pequeño gruñido.

“¡Aaa! Qué lindo oso”.

“Aunque ese oso los encuentre, no puedes enfrentarte a todos sola”.

“Ehh”. Me encogí de hombros. Estaría bien siempre que los bandidos no estuvieran controlando secretamente al kraken, o algo así.

“No hay forma de que una niña pueda derrotar a esos tipos por su cuenta. Es demasiado peligroso “, dijo el aventurero en voz alta.

“En ese caso, podemos ir con ella, ¿verdad?”

“¿Rosa?”

“Nuestras metas son las mismas. Mientras tengamos ese oso, podemos averiguar dónde están, pero no podemos dejar que esta chica en traje de oso se acerque al escondite de los bandidos sola. ¿No podemos ir con ella?”

“Hrm”, dijo el hombre. “¿Supongo?”

“Definitivamente.”

“Estoy bien con eso.”

“Pero, ella es tan …” El tipo me dio una mirada impotente, se inclinó y susurró un poco demasiado alto “¡Es tan pequeña!”

Parecía que no me menospreciaban, sino que se preocupaban por mí. De cualquier manera, era molesto.

“Podemos protegerla,” respondió la espadachina.

“Está bien … si te parece bien, estoy a bordo”.

Si iban a tener esta conversación, ¿no podrían al menos incluirme a mí?

No podía negarme, así que terminaron acompañándome. Nos presentamos correctamente. El tipo se llamaba Blitz, tenía veinticinco años y era de piel clara. Técnicamente, parecía su líder, pero creo que la maga Rosa era quien realmente tomaba las decisiones. La otra maga era una chica, de unos dieciocho años, llamada Ran. Finalmente, había una espadachina que era tan alta como Blitz, de piel oscura, que llevaba una espada más grande. Su nombre era Glimos.

“¿Puedo preguntarte algo?” dijo Rosa de repente.

“¿Qué es?” Suspiro.

“¿Por qué llevas ese atuendo, Yuna?” Ella me miró fascinada.

Lo sabía. Sabía que iban a preguntar.

“Estoy bendecida por los osos”.

“¿Bendecida por los osos?”

Claro ¿Por qué no? Si la gente fuera a seguir preguntando, también podría pensar en una historia de fondo más genial. Yo tampoco estaba mintiendo. Los osos me bendijeron tanto que fue casi una maldición.

“Nunca había oído hablar de algo así”, se maravilló Rosa.

“Pues ahora ya lo has oído”. Le di a Kumayuru una suave palmadita en la cabeza. El grupo parecía un poco inseguro. Las bendiciones de los osos podrían haber sido un poco exageradas. He consumido una buena parte de la fantasía del manga, el anime, las novelas, los juegos y las películas, pero nunca antes me había encontrado con ese concepto.

“Sin embargo, tu oso es bastante dócil”, admitió Rosa. “¿Cuál era su nombre?”

“Kumayuru”.

“Qué lindo nombre. ¿Puedo tocarlo?”

“Suavemente.”

Rosa se acercó a mi lado y acarició suavemente a Kumayuru. “Es tan suave”.

“¿Puedo tocarlo yo también?” la otra maga, Ran, preguntó, así que le di el visto bueno. “Realmente es suave. ¿Qué es esto? Este pelaje. ¡Tan suave, tan esponjoso! ¡Tan agradable!”

Ran frotó su mejilla contra Kumayuru, sonriendo.

“¿Estás segura de que no es peligroso?” Preguntó Blitz, frunciendo el ceño a las otras dos.

“Mientras no lo lastimemos, no nos hará nada”.

Haciendo caso omiso a Blitz, las dos magas continuaron disfrutando del pelaje de Kumayuru mientras viajábamos. Esto parecía un área donde los bandidos podrían aparecer y, efectivamente, las señales humanas salieron de mi detección. Se encontraban a medio camino de la montaña.

Pero solo había dos señales. ¿No eran pocos? ¿O eran guardias? Quizás incluso podían ser personas normales. Mmm…

“¿Qué ocurre?” Rosa me sorprendió pensando en ello.

“Mi oso encontró gente en la montaña y no sé qué hacer al respecto”.

“¿Crees que son los bandidos?”

Me encogí de hombros. “O gente normal. Mi oso no puede decirlo”.

“Creo que los bandidos son una suposición segura si andan en las montañas”.

“Tiene sentido, supongo”.

“¿Dónde están?”

“No muevan la cabeza. Finge que no lo sabes, pero … están a la derecha, donde puedes ver la roca desnuda”.

Todos volvieron solo sus ojos hacia la montaña.

“No puedo verlos”.

“Tampoco puedo.”

“¿Qué debemos hacer?”

Avanzamos, fingiendo que no los habíamos notado. Las señales permanecieron en su lugar.

Lentamente, cerramos la distancia. ¿Podríamos encontrarlos en el bosque? Quizás. Quiero decir, no era como si pudiéramos ignorarlos si se presentaba la oportunidad. Pero si nos equivocábamos, existía la posibilidad de que escaparan … sí de alguna manera pudieran dejar atrás a Kumayuru en las montañas. Si todo lo demás fallaba, podía ir tras ellos con mi habilidad de detección, pero eso sonaba muy molesto.

“Una vez que lleguemos a ese árbol, podré confirmar si son bandidos. Ustedes sigan adelante”.

“Espera, ahora”. Ante eso, Rosa hizo una pausa. “¿Nos estás utilizando como señuelos?”

“No, es solo una buena estrategia. No sabes exactamente dónde está la gente. Yo sí, porque tengo los poderes del oso. ¿Qué pasa si los asustas y escapan?”

“Pero es posible que ellos también huyan de ti”.

“¿Huir de mi oso?” Le di una palmadita a Kumayuru. “No lo creo.”

“¿Estás seguro de que estás bien sola?”

“Siempre lo estoy”. Si las cosas se complicaban, yo también tenía a Kumakyu.

“Está bien. Podemos contar contigo, ¿verdad? Después de caminar un rato, también iremos. Eso es lo único en lo que no cederemos”.

“Está bien.”

Ahora estábamos más cerca del árbol. Más cerca, más cerca… y ahí.

Pasamos por debajo, e hice que Kumayuru se volviera en la dirección de las señales y se lanzara hacia ellas. Corrimos entre los árboles, sin terreno demasiado empinado para frenarnos, y nos acercamos a nuestros objetivos.

“¡¿Qué fue eso?!” gritó uno de ellos. Los dos hombres intentaron desenvainar inmediatamente sus espadas, pero fueron demasiado lentos. Kumayuru los atacó, hizo volar sus espadas y los mantuvo presionados.

“Sois unos bandidos, ¿no?” pregunté. Tenían que serlo.

“¿De qué estás hablando?”

“¿De verdad te vas a hacer el tonto? Bueno, supongo que solo necesito que uno de ustedes pregunte. Kumayuru, comete el más sabroso de los dos”.

Kumayuru abrió la boca de par en par.

“¡E-espera un segundo! ¡Tengo un sabor terrible!”

“¡Tengo peor sabor!”

“Averigüemos quién sabe mejor. Kumayuru, cómete cada uno de sus brazos y luego elige tu comida”. Kumayuru estuvo de acuerdo con el acto. Las fauces abiertas del oso gotearon baba sobre los rostros de los hombres.

“¡No, espera!”

“¡Por favor! Hablaremos, ¡así que detente!”

Los hombres se rindieron.

“Está bien, entonces te lo voy a preguntar de nuevo. Si me dices otra mentira, te daré de comer al oso. Ustedes son los bandidos que han estado atacando a la gente que pasa por aquí, ¿no es así?”

“Sí … lo somos”, respondió un hombre, sonando resignado.

“Entonces indícame el escondite. Bastará con darme la dirección general”.

“Si te lo decimos, ¿nos dejarás ir?”

“Por supuesto que no … pero eso también significa que no dejaré que mi oso te coma. Y mi oso está hambriento, así que es mejor que elijas rápido”.

La baba de Kumayuru corrió por sus rostros horrorizados. Hice una nota mental de nunca dejar que Fina y los demás vieran a Kumayuru así. Tendrían pesadillas.

“E-está bien. Hablaremos, así que no nos comas”.