Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

DEJÉ EL GREMIO y me dirigí hacia la plaza donde estaban instaladas las casetas. Conseguir algo para mi estómago estaba en la parte superior de mi lista de tareas pendientes. Como había muchos puestos, sentí que me llevaría días verlos todos si me tomaba mi tiempo. Mientras examinaba los artículos en exhibición, vi algunas espaldas que reconocí. Me acerqué lentamente a ellas por detrás para sorprenderlas. Parecía que estaban atrapadas mirando algo y no se dieron cuenta de que me acercaba a ellas.

“¡Fina! ¡Noa!” Las llamé.

“¡¿Y-Yuna?!” Exclamó Noa.

“¡Yuna! ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué pasa con el gremio de aventureros?”

Las dos se dieron la vuelta en estado de shock.

“Ya terminé con eso, así que estoy mirando escaparates. Entonces, ¿qué estaban mirando ustedes dos?”

Cuando miré hacia donde las dos habían estado mirando, pude escuchar una especie de disputa.

“Parece que hay un hombre mayor vendiendo comida extraña que está causando conmoción”.

“¿Extraña cómo?”

“Supuestamente, está mohoso”.

Moho, ¿eh? Me adelanté a las chicas para verlo por mí misma, y encontré a un hombre mayor y un joven peleándose frente al puesto.

“¡¿Cómo puedes vender algo así?! ¡Estás causando problemas a todos los que te rodean!”

“Este no es un moho cualquiera”.

“¡El moho es moho!”

“Puedes comer las partes internas de esto”.

“¡No puedes comer algo que tiene moho así!”

El anciano estaba haciendo todo lo posible por explicar, pero el otro no escuchaba y simplemente se quejaba.

Lo que me interesó fueron las cosas que había en la tienda. Eso sin duda era moho. Pero eso no era un problema. Era queso. Era inconfundiblemente queso. Podrías comerlo solo, o entre pan, y, sobre todo, podría usarlo para hacer pizza.

También tenía muchas ganas de comer gratinado, aunque todavía estaba muy lejos de hacerlo realidad.

“Ustedes dos, eso es queso”.

“¿Queso?”

“¿No sabes qué es eso?”

“No, no es así”.

“Yo tampoco”.

Si estos dos no sabían qué era el queso, tenía que ser raro. Tuve que poner mis manos sobre él por cualquier medio necesario.

“Como dije, esto es comida”.

“¡Nadie se va a comer esto!”

“¿Yuna?” Fina gritó para detenerme, pero me metí entre los dos.

“Señor, eso es queso, ¿no?”

“Sí, de hecho, ¿sabes lo que es? Qué lindo atuendo tienes ahí, muchacha.”

“¿Qué demonios? Saliste de la nada. ¿Y qué pasa con tu ropa? No me importa si eres solo una chica, ¡no te atrevas a entrometerte!”

Al estar tan cerca, me di cuenta de que apestaba a licor. “Esto es comida”, dije, “si ni siquiera lo sabes, puedes quedarte callado”.

“¿Me estás diciendo que las cosas plagadas de moho se supone que son comida? ¡No me hagas reír!”

Los borrachos eran desagradables. No escucharían a la gente y si los ignoras, simplemente comenzarían a quejarse por razones infundadas.

“Oye, ¿me estás escuchando?”

El tipo trató de agarrarme del hombro. Lo agarré del brazo y le lancé un suave puñetazo en el estómago con mi mano izquierda. El hombre se inclinó y cayó al suelo, inconsciente. Y pensé que me lo estaba poniendo fácil.

Lo dejé donde había caído, me volví hacia el hombre mayor y le hablé como si nada hubiera pasado, “Señor, ¿se encuentra bien?”

“Sí, fuiste un salvavidas. Gracias.” El anciano miró entre el hombre que estaba en el suelo y yo. “Bueno, entonces, señorita, ¿sabe acerca del queso?”

“Fermentas la leche para hacerla, ¿verdad? Sin embargo, realmente no conozco todos los detalles sobre cómo está hecho”.

“Así es. Seguro que sabes mucho para ser una jovencita”.

“Señor, ¿está bien si tengo una muestra?”

“Por supuesto, prueba algunos”. El hombre cortó una fina loncha de queso con un cuchillo.

“Yuna, ¿te vas a comer eso?”

Fina y Noa parecían preocupadas. Bueno, estaba comiendo algo que tenía moho creciendo, así que supongo que no pudieron evitarlo.

“El moho está en la superficie, así que está bien”. Metí el trozo de queso del tamaño de un bocado en mi boca. Era un poco fuerte, pero definitivamente queso. “¿Ustedes también quieren probarlo?”

Los dos negaron con la cabeza. Aunque estaba delicioso.

“Señor, está vendiendo esto, ¿verdad?”

“Sí, necesitamos dinero en el pueblo, así que vine a la capital real a vender queso, pero nadie lo compra”.

Sí , pensé, parece que el queso no se había esparcido en este mundo. Al igual que el chico de antes , Fina y Noa no sabían qué era.

“Así que eso básicamente significa que puedo comprar todo lo que tienes, ¿verdad?”

“¿Comprarás algunos, muchacha?”

“Depende del precio. ¿Cuánto cuesta?”

“De hecho, lo vendo por peso, pero un bloque sería más o menos así”.

“Lo compraré. ¡Me lo llevo todo, por favor!”

“¿Hablas en serio?” El hombre me miró como si no me creyera. Bueno, supongo que me resultaría difícil de creer que alguien dijera que compraría todas sus acciones cuando nadie ni siquiera miró el producto antes.

“Sí, hablo en serio”.

Saqué el dinero. La sorpresa se formó en el rostro del hombre. “Gracias, niña oso”.

Justo cuando terminamos nuestro trato, una conmoción surgió detrás de mí. Parecía que llegaron unos soldados de patrulla.

“Escuchamos que había una pelea aquí. ¿Un oso? ¡¿Srta. Yuna?!” Era Ranzel, el guardia que había ayudado con el grupo de bandidos. “Srta. Yuna, ¿qué hace aquí? Escuché que estalló una pelea aquí”.

“No pasó nada. Un tipo borracho estaba haciendo una escena, se cayó solo y se durmió”.

Miré al hombre al que había derribado antes con un puñetazo de oso. Se había caído por una razón diferente a la que dije, pero realmente estaba borracho. Ranzel miró al hombre derrumbado y luego a la multitud.

“¿Es esto cierto?” me preguntó, pareciendo dudoso. El borracho empezó a echar espuma por la boca ligeramente.

No había forma de superar a este tipo. Decidí ser honesta con él.

“El tipo borracho estaba comenzando una pelea con este hombre, así que vine en su ayuda”.

“Lo que dice la chica oso es la verdad. Ella me salvó”.

“No fue culpa de Yuna”, dijo Noa.

“Yuna protegió al hombre”, dijo Fina.

Además de eso, las personas que nos rodean también comenzaron a defenderme. Supongo que cualquiera se pondría del lado de una chica con un traje de oso en lugar de un borracho. Ranzel se rascó la cabeza.

“Lo tengo. Esta vez haré la vista gorda”.

Ranzel ordenó a sus subordinados que llevaran al hombre.

“Esta vez trataré esto como un borracho actuando fuera de lugar, pero por favor no cause más problemas, Srta. Yuna. Parece que te siguen a donde quiera que vayas”.

No podría discutir con eso.

“Incluso si ese no fuera el caso, la gente se está reuniendo de todas partes y ya estamos teniendo dificultades para mantener las cosas en orden. Por favor, no te metas en líos.”

Fui incapaz de hacer esa promesa.

“Bueno, entonces me iré”, dijo Ranzel, inclinando la cabeza antes de irse con sus subordinados.

Reanudé mi charla de queso con el anciano.

“Señorita, parece que le he causado problemas. Gracias por lo que has hecho”.

“No te preocupes por eso. Quería queso de cualquier forma. Suponiendo que si todavía tienes algo, lo compraré”.

“Lo siento. Solo traje lo que pude llevar del pueblo. Esto es todo. Sin embargo, todavía hay más en el pueblo”.

No necesitaba una disculpa de este hombre, no, de este santo del queso. Aun así, me alegró saber que había más en el lugar de donde venía.

“Bueno, entonces, ¿podrías decirme dónde está tu aldea? Iré a comprar más tarde”.

“Sería feliz si lo hicieras, pero ¿realmente necesitas queso? Creo que ya es una cantidad considerable”.

“Estoy cuidando a algunos niños en un orfanato. Estaba pensando que usaría este queso para hacerles algo para comer más tarde”.

“Veo. Está bien, si vienes al pueblo, te daré la bienvenida”.

“Gracias.”

“En absoluto, debería ser yo quien te agradezca. Si no pudiera vender esto, habría tenido problemas”.

“¿De verdad? En ese caso, puedo pagar un poco más”.

“¿Está segura?”

“Si. A cambio, véndemelo un poco más barato cuando lo visite”.

“Por supuesto. Si no tengo que ir a la capital, eso me ahorra problemas”.

Obtuve la ubicación del pueblo del hombre y puse todo el queso que compré en mi almacén de osos.

Dejamos al hombre y terminé visitando con Fina y Noa los puestos.

“Yuna, ¿el queso de antes es realmente tan bueno?” Noa me preguntó. Debo haber estado actuando optimista.

El pan obviamente estaba en mi mente, pero también estaba pensando en comer pizza cuando llegué a casa. Entre esto y las papas del otro día, era como si alguien me estuviera diciendo que hiciera pizza. Una sonrisa se formó naturalmente en mi rostro.

“Hmm, supongo que depende de la persona. Me gusta, pero también hay gente que lo odia”.

“Entonces… ¿me dejarías probar un poco?”

“También me gustaría probarlo”.

“Bueno, entonces, ¿qué tal si regresamos a casa ahora mismo y hacemos pizza o algo? Después de todo, a la mayoría de la gente le gusta la pizza”.

Como si necesitara una excusa. Una parte de mí esperaba que resultaran ser unas filisteas del queso.

“Sí, me gustaría probar”.

Intenté recordar qué ingredientes tenía en mi almacén de osos mientras compraba los ingredientes que me faltaban para la pizza, y terminamos regresando a la casa de los osos.