Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 13

Capítulo 76: Promesa

Dos semanas después de los acontecimientos en el palacio, una promesa hecha hace tiempo estaba a punto de cumplirse en los campos de entrenamiento de la Academia.

El pelo rojo de Tesfia se balanceaba alegremente mientras se situaba con aire de importancia en el centro del campo de batalla dispuesto para ellas en un rincón del campo de entrenamiento.

―Te alabaré por no huir, Lilisha. Teñiré la alfombra de rojo con tu sangre ―dijo.

En realidad, no había ninguna colchoneta en el campo de entrenamiento, pero ella actuaba como una villana que irritaba al público con sus palabras de mal gusto antes del combate, aunque su único público era Alus, Loki y Alice.

Se habían colocado algunas sillas y todos, excepto Tesfia, estaban sentados.

No habían reservado todo el campo de entrenamiento, pero lo habían preparado para que su división no pudiera ser vista desde el exterior, lo que seguramente era la razón por la que Tesfia estaba extrañamente nerviosa.

Su oponente del día, Lilisha, la miró con frialdad y luego se dirigió a Alus, que estaba sentado a su lado.

―Es la hija de un noble, ¿no?

―Sí… de las tres grandes familias nobles.

Tesfia parecía haber abandonado toda dignidad y modales. Lilisha miró a su supuesta oponente de alta alcurnia con estupefacción.

Tras darse cuenta de lo inútil que era su conflicto, Lilisha miró a Alus con cara de asco.

―No me importa si pierdo, mientras pueda mantener mi dignidad como noble.

―¿Por qué me lo dices a mí? ―preguntó Alus―. Además, mírala, está tan encendida que nunca se va a echar atrás.

Las mejillas de Tesfia estaban enrojecidas por la excitación. Mantener ese nivel de excitación debía de ser bastante agotador.

Alus recordó que fue la pequeña pelea entre ellas la que había iniciado todo. Fue muy emotiva e infantil, como si fuera físicamente imposible que se llevaran bien.

Pero tal vez Lilisha ya lo había olvidado todo. Le habían encargado la reorganización de Aferka y acababa de regresar a la Academia ayer mismo. Cuando Tesfia sacó el tema del duelo, se despistó por un momento, buscando desesperadamente en sus recuerdos.

Había realizado la tarea más importante de su vida y por fin sentía que se le quitaba un peso de encima. Como esto había llegado justo después de un evento tan importante, su anterior obstinación ya no le importaba, así que ya no veía ningún sentido a su duelo.

No es que hubiera habido uno en primer lugar.

―¡Muy bien, todo el mundo se está animando!

Mientras Lilisha suspiraba, encontró a Alice de pie entre ella y Tesfia, hablando en voz alta como una locutora de ring.

―¡Fia está en llamas y está decidida a terminar esto! Es una batalla del siglo con el orgullo de la nobleza en juego. Afrontando el reto está Lilisha.

Alice señaló de repente a Lilisha, que la miró con sorpresa.

―¿Qué?

Alus dirigió a la chica una fría mirada, como preguntando qué estaba haciendo, lo que hizo que Alice se pusiera roja y se encogiera. Parecía que era algo que Tesfia la obligaba a hacer. Pero fue su mala actuación la que provocó su autodestrucción.

―¿Qué te parece? ¿Afrontará Lilisha el reto…? aaaahh. No puedo hacer más esto, Fia.

―S-Sólo hazlo ya ―susurró Tesfia, tratando de calmar a su amiga.

Al no tener otra opción, Alice bajó la mirada hacia el memorándum que tenía en la mano.

―O-Oh, ¡no hay respuesta! ¿La cobarde de Lilisha se esconderá y huirá en el último momento? Parece que Fia tiene una propuesta.

Con la insistencia de Alice, Tesfia hinchó el pecho con valentía en una pose intimidatoria.

―Si quieres huir, será mejor que te postres en el suelo y te disculpes. Entonces puede que encuentre el modo de perdonarte ―dijo con una mirada de suficiencia.

Al ver eso, Loki añadió con una cara inexpresiva:

―Qué burla tan terrible. Ni siquiera valdría la pena pagar por esta actuación barata.

―No digas eso. Hace que el mero hecho de estar aquí sea un suplicio ―dijo Alus, sabiendo que sólo podía ver cómo se desarrollaban las cosas.

Probablemente Tesfia quería arreglar las cosas como fuera. Seguramente quería pelear con Lilisha y luego encontrar algún punto en común, aunque fuera lo que todos esperaban.

Lilisha miró a Alus y a Loki, luego dejó escapar un fuerte suspiro, resignándose, y miró directamente a Tesfia.

―¡Qué descaro! ¡No tienes ni la más mínima idea de lo que significa ser un noble!

Enseguida se levantó y se colocó la AWR en las manos como un boxeador que se pone los guantes.

―Al final, es mezquina como ella ―dijo Alus.

―¿No está bien? Lilisha también es bastante entusiasta ―señaló Loki.

―Tampoco digas eso ―dijo Alus.

Pero era comprensible. El peso sobre sus hombros provocado por su familia, su hermano y el resto se había disipado por fin. ¿Qué había de malo en soltarse como una estudiante ahora que la Academia se había convertido por fin en el lugar al que sentía que pertenecía?

―Da igual, ¿así es tu AWR, Lilisha? ―preguntó Alus en un susurro, y ella levantó una mano para mostrársela.

Su dedo medio no tenía el guante de antes, sino una garra. Era tan afilada como un ave de rapiña, y en su superficie había una fórmula mágica.

―Oh, ¿esto? Bueno, han pasado muchas cosas ―dijo Lilisha―. La verdad es que se la debo a la familia Fable ―susurró tras una pausa―. No fue como una disculpa oficial, pero lleve una caja de dulces. Yo ataqué el lugar, y siempre habíamos tenido una disputa.

Susurró en un volumen tan bajo que Tesfia no pudo escuchar, pero Alus no pudo evitar replicar.

―¿Qué tan casual puedes ser…? Intentaste asesinar a su mayordomo.

―¡¿Qué otra cosa se supone que iba a hacer entonces?! ―preguntó Lilisha―. ¿Qué se supone que debía hacer además de disculparme? Bueno, teniendo en cuenta mi posición, me disculpé y expliqué la visión del futuro de mi familia. El señor Selva fue lo suficientemente generoso como para perdonarme, y no es que todo se haya solucionado, pero con la reforma de Aferka, las conversaciones sobre un código de sangre o la purga del señor Selva han desaparecido por completo.

Selva abandonó Aferka por emociones personales en el pasado y estuvo en una lista de objetivos a matar durante mucho tiempo. Pero había sido eliminado de ella. Además, la familia Frusevan llegó a servir directamente al gobernante, por lo que no podía pelear casualmente con una de las tres grandes familias nobles.

―¿Lo sabe Fia? ―preguntó Alus.

―¿Quién sabe? Bueno, aunque los problemas en torno al señor Selva se hayan resuelto, probablemente ella no conozca los detalles. Como tu acercamiento apasionado y tu postura contra la gobernante para salvarme ―dijo Lilisha.

―Eso sí que es una idea equivocada. Pero viendo cómo has sobrevivido y eres libre de ser estúpida como ahora, tal vez había un significado en ese supuesto enfoque apasionado.

―Puedes enamorarte de mí si quieres, pero soy una mujer problemática ―dijo Lilisha.

―Me lo han hecho saber bien ―disparó Alus con sarcasmo, a lo que Lilisha sólo pudo dedicarle una mirada amarga para reconocer sus palabras.

Recordando, se dio cuenta de que debía ser un gran lío para Alus, que se había visto arrastrado a ello. Si bien ella estaba agradecida, él terminó aprendiendo todo sobre ella, fueran cosas que quería ocultar o no. Era como si hubiera quedado totalmente expuesta, y por alguna razón se sintió un poco frustrada.

Frunciendo un poco el ceño, dijo:

―Bueno, digamos que no. Aun así, sería mejor que esa chica de mente simple siguiera siendo un poco estúpida en el futuro.

Alus había sentido secretamente que las dos empezaban a llevarse bien, pero parecía que había sido una alucinación. Pensó que ella había madurado, pero ese lado de Lilisha no cambiaría tan rápido. En cambio, Lilisha había conseguido el AWR de tipo garra que llevaba.

―Bueno, todo eso pasó y luego conseguí esto.

La familia Fable había devuelto el favor; o más bien era un regalo de Selva Greenus. Sin embargo, los intercambios de regalos no eran habituales en la sociedad noble. Era más bien una inversión en Lilisha, ya que se había acercado a la gobernante.

Un soborno, por así decirlo.

Lilisha preguntó a Cicelnia al respecto, por si acaso, pero obtuvo como respuesta un despreocupado “Claro, ¿por qué no aceptarlo?”. Así que Lilisha no tuvo más remedio que aceptar el símbolo de la astucia noble con una sonrisa irónica.

La única ventaja es que es poco probable que la familia Fable ponga objeciones al régimen actual de Cicelnia. Frose tiene una relación bastante estrecha con el Gobernador General Berwick, y su hija asiste a la Academia de la Bruja Sisty.

Lilisha supuso que el regalo era también una muestra de sus intenciones. Francamente, no estaba segura de qué pensar. No era que el enemigo de ayer se convirtiera en un amigo hoy, así que estaba un poco recelosa de la astucia de la familia Fable y de la naturaleza calculadora de los nobles. Como familia noble de asesinos, los Frusevan habían vivido en las sombras. Por ello, aún tenían mucho que aprender en cuanto a maniobras políticas.

Cuando pensó en lo poco que mostraban los nobles abiertamente, le costó creer que la pelirroja que tenía delante tuviera posibilidades de convertirse en la próxima jefa de la familia Fable.

En cualquier caso, Lilisha renunció a intentar transmitir toda su situación y la resumió en una breve frase.

―Bueno, la cuestión es que me la dieron.

Ni presumía ni se avergonzaba, por lo que acabó imitando la forma de decir las cosas de Cicelnia con una complicada y amarga sonrisa. Era como un derecho de paso: su primera sonrisa agridulce de adulta.

Alus y Loki miraban con desinterés el primitivo método de reconciliación que respondía al nombre de duelo. Mientras las dos muchachas se enfrentaban con las AWRs preparadas, Loki se dirigió a Alus con un tema completamente ajeno al duelo.

―Al principio no sabía qué pensar, pero esto debía ser lo que buscaba Lady Cicelnia.

Loki tenía razón a medias. Los intentos de Cicelnia de volver a enfundar la espada rampante que era Aferka mediante una reorganización parecían haber tenido éxito. Pero Alus no podía estar de acuerdo de inmediato. Tenía recelos que no desaparecían.

¿Era realmente eso todo lo que buscaba? ¿Cómo habría sido el escenario si no hubiera salvado a Lilisha…? No, sólo pensar en ello es como entrar en un laberinto lleno de callejones sin salida. Estoy seguro de que al final siempre habría acabado favoreciéndola de una forma u otra.

Sólo pensar en ello era un fastidio, y Alus esbozó su propia sonrisa cínica y pequeña.

―Eso estaría bien. Pero no se sabe lo que está pensando esa mujer. Incluso existe la posibilidad de que esté tocando de oído y no tenga verdaderas intenciones ―dijo.

―Si usted lo dice, podría ser ese caso. Pero igual es un buen momento para tranquilizarse un poco, ¿no? ―preguntó Loki.

―Sí, ahora podremos avanzar en un montón de cosas ―dijo Alus tras una pausa―. Es un poco molesto, pero hasta Lilisha ha vuelto sana y salva, así que ahora todos están reunidos en la Academia. Sólo puedo esperar que todo esto no sea según el plan de alguien.

―Sir Alus, no es bueno pensar demasiado en las cosas. Nadie puede saber lo que pasará en el futuro, por mucho que lo piense. Al final hay que conformarse. Así que mire ―dijo Loki con una pequeña sonrisa y señaló el centro del campo de entrenamiento, donde las dos chicas estaban a punto de comenzar finalmente su duelo―. Estaba perdiendo el interés, pero viendo esas caras, parece que merecerá la pena verlo. Definitivamente las dos han crecido.

―Sí ―Alus asintió ante el planteamiento de Loki, tirando sus preocupaciones a la basura y mirando hacia el inútil duelo.

Aun así, la imagen de la mística sonrisa de la bella gobernante permaneció en su cabeza. En un momento dado, ella hablaba de sus planes con una sabiduría divina, y en el otro, mostraba un rostro inocente mientras dormía sobre la espalda de Alus. Era una diosa y un demonio al mismo tiempo.

¿Se acabaron todos sus planes? se preguntó. No, ya es suficiente de pensar.

Tendré que creerlo por ahora.

Sólo podía rezar para que la meta a la que habían llegado no fuera sólo un punto de control…

El timbre que indicaba el inicio del duelo finalmente llegó, y Alus observó en silencio a las dos Magicmaster impetuosas que se disparaban mutuamente. Y las vio dar sus primeros pasos en el camino hacia un mayor crecimiento.