Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 7

Capitulo 12: Tenshi-Sama Y Los Lazos Bendecidos

— Ara, ara Mahiru-chan, te vez bastante linda con esa ropa.

Llegó la hora del trabajo y rápidamente llegaron a visitarlos sus papás, Amane y Mahiru salieron a recibirlos esforzándose para hacer una sonrisa, Shihoko claramente tenia brillo en los ojos al ver a Mahiru con el vestido de Maid, inspeccionando a detalle y tocando la tela, Mahiru ya se había acostumbrado rápido a ella y solo sonrió con amargura pero tenía que seguir las reglas, por mas que fuera una conocida que comenzara a tocarla en público podría crear malentendidos y que otros intentaran hacer lo mismo y era algo que tenían que evitar. Mahiru perdió y había dejado que hiciera lo que quisiera, Amane dejó salir un suspiro tocando la mano de Shihoko.

— Cliente, absténgase de tocar a nuestras maids, por favor.

— Maa, es la maid especial de Amane.

— Si lo piensas bien solo es una maid de restaurante normal.

“Es tuya” al tomarlo de esa manera las mejillas de Mahiru se sonrojaron, Shihoko no parecía importarle, y Amane intentó mantener la compostura.

— Ara, ara, que trabajador tan mal hablado… por cierto, ¿si no quieres que la toque es porque quieres monopolizarla?

— No es eso, son las reglas, está estrictamente prohibido tocar, no damos esas clases de servicios, podrías dar mal ejemplo a los demás clientes así que no lo hagas.

— ¿Aunque sea su mamá?

— No, y aun no eres su mamá.

De seguro ya se siente como si Mahiru fuera su hija, no, la verdad es que actuaba como una madre más que su verdadera madre, estaba cuidando de ella incluso más que con Amane, pero aun así su relación aun es la de la novia de su hijo.

Amane se apresuró a guiarlos a sus lugares de una vez, desde antes los clientes que ya estaban adentro se les quedaron viendo de reojo, también los compañeros de clases, claramente era algo vergonzoso.

— Que importa, ahora o después es lo mismo.

— Ya deja eso, en serio, solo síganme.

— Es cierto, aún hay más clientes, te lo encargo trabajador-san.

Shihoko sonrió y Shuuto en silencio le envió una mirada “lo siento” disculpándose, Amane dejando salir un suspiro cambió a modo de atención al cliente.

— Por aquí por favor.

Ignoró lo más que pudo la manera en que Shihoko le sonreía y soportó las ganas de dejar salir un suspiro por la vergüenza, tratándolos como lo decía el manual.

— Este es nuestro menú, elija alguno por favor.

— Ara, ya veo, ¿Qué me dices Shuuto?

— Es cierto, ¿Qué recomiendan?

— Si le agrada el café le recomiendo un combo A, si le gusta el té el C.

No estaba bromeando como Shuuto y Shihoko, era difícil que se le quedaran viendo como si quisieran burlarse, estaba bien atendiendo a compañeros de clases, pero alguien más cercano era vergonzoso.

— Por cierto, ¿podemos pedir a la maid para llevar?

— Esta tienda no ofrece esa clase de servicios.

— Y eso que tú si te la llevas a casa.

— No entiendo que es lo que quiere decir, ¿Qué desea ordenar?

Amane le mostro una sonrisa ignorándolo con todas las intenciones de no continuar con ello, y Shihoko hizo una mueca como si fuera una pena, ¿qué pensaría de alguien de la edad de Shihoko haciendo un gesto como ese? Cuando menos siendo su madre le hacía sentir extraño, cuando mucho estaba bromeando.

— Es cierto, entonces te pido un A y un C, ¿con esto está bien Shihoko-san?

— Si, lo espero con ansias como se esperaba de ti Shuuto-san.

— Desde hace mucho tus gustos no han cambiado.

— Recibido, espere un momento por favor.

Amane recibió el pedido y los dejó solos, después de todo ya sabía cómo comenzarían a coquetear. Tal y como lo pensaba, solo de escuchar un poco de su conversación dejo salir un suspiro, cuando llegó a la parte de atrás a hacer el pedido…. los compañeros de clases se le quedaron viendo.

— Un A y un C… ¿Qué pasa?

— ¿Esos son tus papás Fujimiya?

—… Por desgracia.

— ¿Cómo que por desgracia?… no, bueno, ¿Cómo decirlo? Eres completamente diferente a tu mamá.

De seguro sus compañeros de clases vieron a Shihoko como alguien alegre, si lo comparaban por supuesto que no se parecían, sus compañeros de clases voltearon a ver de reojo a los padres de Amane que estaban conversando de manera alegre en sus asientos y después voltearon a ver a Amane.

—… Ah.

— ¿Qué pasa con ese “ah”?

— No, si te pareces a alguien es a tu papá.

— ¿En serio? Bueno, creo que papá tiene la sangre más espesa que mamá.

— Si, si, así es.

Parecía que quería decir otra cosa entrecerrando los ojos, pero antes de que le diera seguimiento “tengo algo que hacer” se alejó rápidamente del lugar, se le quedaron viendo con una mirada sospechosa y todos regresaron a lo suyo.

Después de aquel suceso extraño regresó a llevarles su orden a sus papás pero por algún motivo habían atrapado a Yuuta, por su expresión parecía que tenían una conversación tranquila, pero desde el punto de vista de Amane no pudo preocuparse de que estuvieran diciendo algo vergonzoso. Estaba Shuuto como el limitador, pero en esta ocasión podría haber sido influenciado, no estaba decidido que no fuera a decir nada innecesario de manera natural.

Amane se movió rápidamente procurando que las cosas sobre la bandeja no se movieran demarcado “aquí está su pedido” dejando la bandeja sobre la mesa, “¿Qué están haciendo??” los fulminó con la mirada sin esconder sus intenciones, Yuuta después de parpadear varias veces sonrió con tranquilidad.

— ¿Pasa Kadowaki?

— Pasaba con agua y quería saludar.

Ahora que lo decía tenía en la mano una jarra de agua con hielos, no parecía estar mintiendo.

— Pero aun así, la mamá de Fujimiya-san es una belleza.

— Ara, eres bueno, pero Yuuta-kun aun así no le ganas a Shuuto-san.

— Ajaja, es un honor.

Lo llamó por su primer nombre como si nada, Amane sudo frio preguntándose desde cuando fue que comenzaron a llevarse bien, pero los tres no parecían notar como estaba Amane y continuaban tranquilos.

— Gracias por llevarte bien con nuestro hijo, ¿al final de cuentas es mal hablado verdad?

— Claro que no, es cierto que sonríe poco pero muestra sus emociones como se debe, puede que sea un poco tosco con las palabras pero nadie dice que sea malhablado, creo que es un buen tipo y gentil, además, últimamente sus expresiones se han vuelto más gentiles, creo que es gracias a Shiina-san.

— Ma…

— Po… por favor, detente, es vergonzoso.

— ¿Eh? Pero es la verdad…

— Eso da igual, no lo digas frente a mí.

Yuuta no parecía estar bromeando, de seguro solo pensaba en decir la verdad, pero frente a él, dirigiéndose a sus padres, no podía evitar que fuera vergonzoso. Itsuki y Shuuto hablaron de algo parecido, por lo que el día de hoy parecía ser el día de avergonzarlo.

— Pero tienes que tomar las cosas como son ¿No está mal de vez en cuando verdad Fujimiya?

— Claro que no, pero si es el caso es mejor que me lo digas a mí que a mis papás.

— ¿En serio? Pensaba en darle las gracias, me alegro que podamos ser amigos.

—… Denada.

Se lo dijo con una mirada seria y no pudo negarlo, sus padres al verlos hablaron con alegría.

— Me alegra que se lleven bien.

— Cállate, Kadowaki, tu regresa al trabajo.

— Es cierto, por desgracia no podemos gastar mucho tiempo, nos vemos después.

“Nos vemos después” esa fase le dio miedo pero Yuuta regresó a su trabajo con la jarra en una mano, Amane sintió como el cansancio del día le subía por la espalda.

— Pareces bendecido con tus amigos.

— Es cierto…

No tenía fuerzas para poner resistencias, Shuuto le dijo eso feliz, la verdad es que había sido bendecido, pero se suponía que no podría alegrarse honestamente cuando se avergonzaba. Shuuto al verlo sonrió con amargura mientras tomaba la tasa de café sobre la mesa.

— Bueno, puede que nos estemos metiendo demasiado pero estábamos preocupados, me alegro que hayas podido hacer bien las cosas después de un año de haberte alejado de casa.

Shuuto a su manera estaba siendo considerado corroborándolo, pero un así quería que sus amigos no fueran tan entrometidos, bueno, después de todo eran sus amigos más cercanos, no había nada que hacerle.

— También parece que te desarrollas bien en la clase, incluso para que Shiina-san voltee a verte con una sonrisa.

— En definitiva eso es por su culpa.

— Lamento eso, bueno, aunque pensarlo a estas alturas.

— Cállate.

Últimamente solo con saber que estaba Mahiru los veían desde lo lejos con una sonrisa, puede que sea “a estas alturas” pero los observaban de otra manera. Vio a Shuuto con una mirada afilada y le regresó una sonrisa gentil, Amane no pudo resistirlo y volteó a otra parte.