Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Volumen 2

Capitulo 19: La Gran Sabia Del Imperio (Modo Romance) Elige

“Bueno, ha pasado un tiempo”. Mia miró alegremente los terrenos de la escuela. “¿Quién hubiera pensado que llegaría un día en que esperaría volver aquí?”

Había llegado a la Academia Saint-Noel una semana antes de que comenzara el nuevo período escolar. Francamente, nunca le había gustado tanto estar en la escuela, pero ser liberada de su destino espeluznante la dejó con una sensación de liberación que la mantuvo en un nivel leve pero persistente, y en su afán, decidió abandonar el Imperio temprano. Tarareando alegremente para sí misma, atravesó las puertas del campus.

“¡Ah, princesa Mia!”

“¡Dios mío, si no es Chloe! Saludos”.

Hizo a su amiga una reverencia excepcionalmente formal, haciendo que le devolviera el favor a toda prisa. Se miraron y se rieron.

“Ha pasado demasiado tiempo, de verdad. ¿Como has estado?” Preguntó Mia.

“Estoy bien. Me alegra verte tan saludable”.

“¿Tu padre está bien?”

“Oh sí. Gracias por eso, por cierto. Estaba extasiado por el gran negocio que sugeriste”.

“Me alegra escucharlo.”

“Aún así, estaba tan sorprendida. Quiero decir, lo sabía, pero… realmente me llevó a casa como realmente eres la Gran Sabia del Imperio”.

“Vaya, me siento terriblemente halagada, pero, sinceramente, me estás dando demasiado crédito”.

¡Ella seguro que era! Por amor a… Ha pasado demasiado tiempo desde que Mia dijo algo verdadero sobre sí misma.

Las dos bromearon alegremente mientras caminaban por el campus. Cuando se acercaron al patio se encontraron con otra cara familiar.

“Buen día, princesa Mia. Es maravilloso verte de nuevo”.

“Señorita Rafina… Es un verdadero placer. Eres tan encantadora como siempre”.

De manera noble típica, intercambiaron elegantes reverencias, después de lo cual Rafina inclinó la cabeza hacia Chloe y sonrió cortésmente.

“Un buen día para ti también, Chloe”.

“Ah, um, sí, buenos días, señorita Rafina”.

Rafina sonrió tranquilizadoramente ante la respuesta nerviosa de Chloe antes de volverse hacia Mia.

“No sabía que tú y Chloe eran amigas”.

“Lo estamos de hecho. Mejores amigas, de hecho”, respondió Mia, lanzando la declaración con indiferencia que hizo que los ojos de Chloe se abrieran de par en par.

“M-Mejores… ¿amigas?”

“A menudo nos reunimos para hablar sobre los libros que hemos leído”.

“Dios, eso suena delicioso”. Una seria sonrisa se extendió por el rostro de Rafia. “Estaba pensando en tomar un té. ¿Te gustaría unirte a mí?”

“Oh, entonces me iré—”

“¿Oh? Chloe, ¿hay algo urgente que necesites atender?”

“¿Huh? No. Pero… no quiero interponerme en tu—”

“No seas tonta. Me gustaría que amabas se unan a mí. Será té para tres”.

Ella sonrió de nuevo a Chloe antes de mirar a Mia, quien asintió.

“Prefiero que te unas a nosotros también, Chloe. La señorita Rafina tuvo la amabilidad de invitarnos, así que, ¿por qué no aceptar su oferta?” Tomó la mano de Chloe entre las suyas. “Vamos juntas.”

“Escuché las noticias, Mia. ¿Vas a construir una escuela?” preguntó Rafina después de que se hubieran acomodado en su habitación. Se llevó la taza de té a los labios y miró por encima del borde a Mia. “¿Y también vas a abrir sus puertas a las masas? Un movimiento audaz, si me disculpa mi falta de discreción”.

Chloe parpadeó sorprendida antes de volverse hacia Mia también.

“¿De Verdad? No tenía idea de que tenías planes así”.

Sus miradas intencionadas la pusieron un poco nerviosa, y ella se movió en su asiento.

U-Uh oh, ¿comprendió el hecho de que estoy dejando entrar a los plebeyos porque no quiero enviar al hermano de Tiona a una escuela adecuada para la nobleza?

Aunque la sombra de la guillotina ya no aparecía, ser observada por Rafina nunca podría ser buena. Se apresuró a juntar una excusa.

“No, no veo de qué se trata todo este alboroto. El talento es talento, ¿verdad? No hay razón para obsesionarse demasiado con la familia de la que proviene”.

Caso en cuestión: el hermano de Tiona era quien idearía la nueva cepa de trigo, y su familia apenas era prominente. Diablos, apenas contaban como nobleza. El talento no pasó por la sangre. ¡Mia estaba segura de eso! ¡O eso esperaba!

Afortunadamente, su justificación desesperadamente fabricada pareció satisfacer a Rafina, quien miró su regazo y dijo en voz baja: “No podría estar más de acuerdo”.

Al ver que había escapado con éxito de más interrogatorios, Mia dejó escapar el aliento aliviada. Sin embargo, casi de inmediato notó que algo andaba mal. Rafina estaba quieta como una estatua, su expresión oculta por el ángulo oblicuo de su rostro. Hubo un silencio prolongado. De repente, se inclinó y tomó las manos de Mia entre las suyas.

“Estoy muy contenta, Mia… pero no esperaría menos de mi querida amiga”, dijo, con la voz llena de emoción y los ojos húmedos de lágrimas.

Las palabras de Mia no solo la habían satisfecho. Habían resonado con ella en un nivel muy profundo. Lo cual fue una pena, porque Mia ignoraba este hecho, y la reacción de Rafina fue desconcertante y un poco aterradora. Todo lo que sabía era que había dicho un montón de cosas que apenas tenían sentido para ella y ahora Rafina se apretaba las manos como si fueran almas gemelas. Normalmente, ser observada por Rafina era el tipo de cosa que la enviaría al modo de aversión a la crisis, pero en este momento…

“Por favor, exageras”.

Ella simplemente le devolvió la sonrisa. Porque estaba en racha y lo sabía. El destino estaba de su lado. Esa gran ola todavía estaba en su espalda, aún surgiendo.

Viene… Oh, puedo sentirlo… ¡Se está volviendo fuerte!

Mientras la ola continuara, ella seguiría montando. La llevaría más y más hasta que, tal vez como retribución por la forma en que había confiado en los caprichos caprichosos del destino, simplemente desapareció, dejándola varada en el mar.

“Su Alteza, perdone mi intrusión”.

Anne entró corriendo. Mia no se dio cuenta de que tenía la cara cenicienta.

“¿Qué pasa, Anne?” ella preguntó, completamente sin preparación para lo que vino después.

Anne la miró, respiró hondo y habló en un tono lento y deliberado.

“Ha habido… una revolución”.

“…¿Eh?”

Y así, comenzó la caída libre.

“¿Una… Una qué? ¿R-R-Revolución? ¿Por qué? ¿Cómo? Pero ¿qué pasa con todo ese esfuerzo… trabajé tan duro… no significó nada? Una revolución en el imperio…”

Mia sintió que su fuerza se desvanecía de su cuerpo, y todo el mundo comenzó a desvanecerse en blanco.

“¡Eeeek! ¡Mia! ¡Cálmese! ¡No es el Imperio Tearmoon!”

“¿Huh? ¿A qué te refieres?”

Se detuvo medio de lado y miró a Anne.

“Es Remno. Acabo de escuchar de Keithwood que una revolución comenzó en el Reino de Remno”.

“¿Huh? Yo no… ¿Qué?” farfulló Mia. Su mente, todavía confundida por la conmoción inicial, no pudo comprender lo que estaba escuchando. “¿Q-Q-Qué está pasando en las lunas?”

¿Cómo hubo una revolución tan repentinamente? ¿Y en Remno de todos los lugares? Nada de eso tenía sentido.

Justo entonces, llamaron a la puerta.

“Disculpe, señorita Rafina”.

El príncipe Sion y su ayudante, Keithwood, entraron en la habitación. Fueron seguidos por Tiona.

“Escuché que encontraría a la Princesa Mia aquí…”

“Ah, Príncipe Sion. Tu tiempo es impecable”, dijo Rafina, su voz solemne y su expresión seria. “Ven. Sientese. Te traeré un poco de té”.

Una vez que el trío recién llegado se sentó, Keithwood comenzó a explicar.

“Está bien, déjame aclararlo. En este momento, creemos que la situación se describe mejor como un levantamiento popular en el que los involucrados están llamando a la revolución, por lo que probablemente todavía no sea el verdadero negocio…”, dijo con una mueca irónica y reticente. “Me disculpo por la confusión.”

Su tono vacilante subrayó la incomodidad de su posición al divulgar esta información. El Reino de Sunkland había puesto desde sus primeros días un gran énfasis en el valor de la información. Tenían una agencia de inteligencia dedicada conocida como Cuervos de Viento, que operaba en todas las naciones cercanas a través de una red de espías latentes. Recientemente, habían recibido una misiva de sus agentes en el Reino de Remno con respecto a algunos desarrollos preocupantes.

El mensaje decía: “Signos de revuelta aparentes en Remno. Puede conducir a la revolución e intento de deposición del monarca. Es probable que el gobierno responda con represión. Alto riesgo de violencia para los civiles de Remno. La intervención militar de Sunkland es necesaria para proteger a la gente de Remno de las atrocidades del gobierno”.

Normalmente, Keithwood nunca estaría al tanto de dicha información. Aunque era asistente del Príncipe Heredero, este tipo de inteligencia clasificada estaba por encima de su nivel de autorización. Sin embargo, ningún reino era un monolito. Cada organización grande tenía su parte justa de facciones internas, y Sunkland no era diferente. Había muchos oficiales y funcionarios que apreciaban a Sion y estaban ansiosos por promover sus intereses. Keithwood, siendo el sirviente diligente que era, se había asegurado de vigilar de cerca las arenas movedizas de la lealtad entre facciones para descubrir quién estaba de su lado. Después de todo, el príncipe tenía la costumbre de meter la nariz en todo tipo de problemas, y la red de aliados confiables de Keithwood era lo único que se interponía entre él y los ataques de pánico regulares.

El consejo que habían recibido esta vez provenía de una de esas fuentes confiables. Al enterarse de la noticia, inmediatamente se lo comunicó a Sion, quien decidió, luego de una discusión, que sería mejor que informaran también a la Princesa Mia.

“El hecho es que tenemos muy poca información para continuar”.

El mensaje fue extremadamente vago, describiendo signos de una revuelta que podría conducir a la revolución. Sin embargo, su línea de cierre era clara como el cristal, indicando inequívocamente que la intervención militar era necesaria. Incluso Keithwood había sentido que su corazón daba un vuelco después de leer eso y, en una muestra inusual de indiscreción, le había contado el mensaje a Anne palabra por palabra con la parte “conducir a la revolución” intacta.

Suspiró y sacudió la cabeza decepcionada por su propia falta de compostura antes de decir: “Aunque, en los últimos años, hemos visto una serie de signos que sugieren que la situación política de Remno es desestabilizadora”.

Con sus grandes impuestos militares y pesados, el gobierno de Remno siempre había sido un acto de equilibrio delicado. Lo que provocó el colapso de su equilibrio fue el anuncio del rey de otra subida de impuestos. Por supuesto, se encontró sin escasez de oposición. El primero en protestar fue el canciller y conde de Remno, Dasayev Donovan, quien prestó su oído a las masas y expresó su enojo en su nombre.

“Sé de este Conde también”, dijo Rafina antes de fruncir el ceño. “Aunque había escuchado que es un hombre de sabiduría y temperamento suave…”

“Igual que aquí. Todo lo que escuché sobre la canciller me dice lo mismo”, agregó Sion, quien compartió su ceño fruncido. “Estamos bastante seguros de que se movió para colocarse entre el trono y la gente para mediar en sus disputas, pero luego, algo sucedió…” Se cruzó de brazos mientras se apagaba. “Algo… haber sucedido…”

Un silencio sofocante descendió sobre el grupo.

¿Qué? ¿Qué? ¡Que alguien me diga lo que está pasando!

Mia, que no pudo seguir la conversación en absoluto, estaba en un estado de total confusión. Le tomó cada gramo de su voluntad para evitar saltar de frustración. No tenía, por supuesto, ningún recuerdo de una revolución ocurriendo en Remno, y no era porque estuviera demasiado ocupada con los asuntos en su propio patio trasero. La última vez, no se habían producido eventos significativos en Tearmoon en este momento — nada lo suficientemente importante como para requerir su atención completa e indivisa, de todos modos. Por lo tanto, si algún reino hubiera sufrido una revolución o una revuelta, no habría forma de que ella pasara desapercibida. Si no recordaba tal evento, entonces no debería haber sucedido. Y, sin embargo, lo había hecho. Estaba sucediendo en este momento. Y no en Tearmoon sino Remno. Nada de eso tenía sentido.

B-Bueno, quiero decir, al menos no está sucediendo en el imperio. Eso es algo por lo que estar contenta, pensó en un intento de su marca registrada de pensamiento positivo.

En teoría, incluso si Remno se hundiera en una revolución, no sería la cabeza de Mia la que cortaba… Lo que significaba que técnicamente, no había necesidad de que ella hiciera nada… De hecho, ella debería mantenerse lo más lejos posible de este desastre. Después de todo, el sabio no se metió en problemas… Pero…

“Mi lady… ¿Quieres ir?”

“…¿Eh?”

Una voz repentina hizo que Mia saliera, y se giró para encontrar a Anne mirándola. No había ligereza en la expresión de la doncella.

“¿De qué estás hablando, Anne? Ciertamente nunca dije nada sobre—”

“Pero… Usted… parece que estás a punto de llorar”.

“¿Huh? Eso no es cierto. No estoy…”

Así es. Todo este tiempo, he estado trabajando para mantenerme alejado de la guillotina…

Los recuerdos comenzaron a resurgir en su mente. Flashback tras flashback del año pasado de su vida. Recordó el terror de la guillotina, y todo el sudor y las lágrimas que había derramado tratando de evitar ese horrible destino.

Si. Trabajé muy duro para llegar a donde estoy ahora. ¿Por qué posiblemente iría a un lugar así y me pondría en peligro otra vez? Mantenerse alejado es la elección correcta. Estoy segura de ello…

El camino correcto era obvio.

“…Pero—”

Los flashbacks no se detendrían. Los recuerdos seguían llegando. Una suave sonrisa parpadeó en su mente como una vela. Recordó haberlo visto mientras él la ayudaba a subir a un caballo… mientras se metía un sándwich en la boca… mientras bailaba con ella, una gota nerviosa de sudor resbalando por su frente… Escena tras escena, no vio nada, pero su cara Entonces la secuencia de ensueño se desvaneció y ella miró a su alrededor. Anne y Chloe… Sion y Keithwood… Rafina y Tiona… Todas sus miradas se centraron en ella.

“…No creo que nadie acepte un no por respuesta, ¿verdad?” dijo ella en voz baja y baja. Sus labios, sin embargo, se curvaron en una sonrisa ansiosa. “Yo quiero ir. Quiero ir… al Príncipe Abel”.

Así Mia, finalmente liberada de los grilletes del diario sangriento y del destino que predijo, hizo su primera elección real. Miró a través de la habitación y se encontró con la mirada de cada persona en la mesa antes de preguntar: “¿Me prestan su ayuda?”

¡N-No es que quiera verlo ni nada! Esto es solo… ¡Estrategia! ¡Sí, es estrategia! ¡Para que la gente no se desilusione conmigo y me arroje a la guillotina nuevamente! gritó su tsundere interior.