Taimadou Gakuen 35 Shiken Shoutai (NL)

Volumen 13

Capitulo 4: Guerra Total

Parte 3

Redujo el tempo e inmediatamente liberó un ataque de cuerpo completo. Al cambiar el tiempo de ataque eligió la apertura correcta. Usando el corazón que Orochi le enseño, Takeru lo usó en la práctica.

Demonio Celestial del Estilo de Doble Filo Kusanagi. El segundo ataque más rápido y certero del Estilo de Doble Filo, justo después de la arte secreta.

Gracias a la bala de Usagi que perforó la barrera y golpeó al enemigo, Takeru entendió qué tan fuerte era.

No había necesidad de fuerza excesiva.

—El golpe que no dejaba ni un solo sonido, terminó en un abrir y cerrar de ojos.

Mientras apretaba la espada, Takeru miró hacia el frente con su respiración pausada.

El círculo mágico bermellón debajo del demonio se esfumó y desapareció sin ningún sonido.

Aún con sus manos arriba, la cabeza de la mujer demonio fue cortada y cayó al suelo.

Detrás de él pudo sentir que Ouka y Usagi exhalaron. Takeru también, volvió a respirar.

—Algo tocó su mejilla.

“¿¡—!?”

Inmediatamente levantó su cara y encontró lo que lo estaba tocando.

Era—la cosa que la mujer demonio trataba de activar. Incapaz de mantener su cuerpo, se volvió una masa de carne fresca.

La cosa que apareció parecía un feto recién salido y tocó la cabeza de Takeru con ambas manos y acercó su cara con una mirada muerta.

El fallo de un niño demonio. El producto desconocido de la magia que la mujer demonio trataba de activar. Mostró su último intento de resucitarlo en este mundo.

Takeru no podía moverse aunque quisiera.

La razón de eso era que su mejilla comenzó a corroerse. Podía escuchar la voz de sus compañeras gritando detrás de él, pero los gritos se desvanecieron. La corrosión estaba afectando su cuerpo.

Takeru sintió su consciencia irse de su cuerpo.

Antes de que pudiera entender que eso era lo que llaman “alma”, una voz sonó en su cabeza.

Retrocede.

¿Esa era la voluntad del demonio cuyo cuerpo y alma fueron divididos y sellados?

Lo que el niño demonio deseaba de Takeru, era su alma.

No tenía manera de resistirse. Al igual que el control de Mari sobre su alma fue fácilmente arrebatado por Sougetsu, él tampoco podía hacer nada. El alma era absoluta y a la vez incierta.

El alma de Takeru estaba atraída por el niño demonio. Es porque así debería de ser. El alma de demonio trataba de regresar al cuerpo del demonio. Eso era todo.

El la profunda oscuridad, su existencia se atrajo. Lanzando su cuerpo estrecho fluyó en el amplio espacio. De un espacio oscuro a uno más oscuro.

El estrecho sentimiento que sintió desde niño, desapareció.

Alma demoniaca en un cuerpo humano. Esa inconsistencia era incorrecta. Si a este paso su alma se combina con el cuerpo del demonio, el Hyakki Yakou será completamente desencadenado. La maldición reunida crecerá exponencialmente y resucitará con todo su poder, sería incomparable a la vez que fue destruido varios miles de años atrás.

Arrastrado por el alma, mientras su consciencia como humano estaba a punto de desparecer y volverse la de un demonio.

Alguien agarró su brazo.

Un alma no tiene brazos. Aun así, sintió que fue agarrado por una cálida mano.

《No te entregaré esta persona a ti.》Una voz nostálgica.

《Mientras yo esté aquí, no te dejaré hacerle ni un solo rasguño a su alma.》

Una voz que estaba acostumbrado a escuchar.

《El alma de mi Huésped está conectada a la mía. Ya no es tuya.》

Aunque no había sentimientos en ello, el poder creció dentro de él al escucharlas.

La consciencia que estaba perdiendo, estaba regresando. Su propio y cómodo cuerpo.

《Regrésalo. Esta persona es mi Huésped. No lo toques con tus sucias manos, monstruo.》

Sí… es cierto.

De hecho. No se lo daré a nadie, no dejaré que nadie lo tome. Soy solo tu huésped, y,

Tú eres una espada, mía solamente—Lapis.

—*¡swishh…!*

Al mismo tiempo que Takeru abrió sus ojos, sostenía la empuñadura atada a su mano y perforó la carne que lo cubría.

El demonio dejó salir un tétrico grito y se retorció con sus tentáculos. Aparentemente mientras su alma era arrastrada, estaba siendo devorado por el pedazo de carne.

Sus ojos se encontraron con los del demonio. Se quedó mirando los ojos rojos del demonio desprovisto de voluntad, con sus ojos rojos llenos de voluntad.

“Mientras estemos aquí, ni Kiseki ni yo les dejaremos hacer lo que se les dé la gana, bastardos… ¡cállate y piérdete…! Si no,

¡¡te partiré…!”

Mientras clavaba profundamente la espada Takeru la torció para rasgar la herida. Un grito rugió y el demonio hizo crecer colmillos como instinto de supervivencia, y trató de morder a Takeru. Trató desesperadamente de ser liberado de su sello.

El cuerpo entero de Takeru aparte de su brazo estaba inmovilizado por la carne del demonio y apretó los dientes para soportarlo.

Ahí fue cuando,

—Takeru, ¡protégete!

Cuando comenzó a perderse a sí mismo, escuchó una voz. Su entrecerrada consciencia sintió una presencia.

¡Algo venía desde arriba!

《¡Huésped, defensa! ¡Activaré la forma Cazador de Brujas!》

Ignorando la característica de absorción del enemigo, Lapis envolvió el cuerpo de Takeru con su armadura. Tal y como dijo Lapis con una voz llena de pánico, Takeru sacó el brazo derecho del demonio y se puso en guardia.

En ese momento,

“¡Estilo de Doble Filo—Declive de Mantis!”

Un tremendo impacto asaltó la espada de Takeru.

Al mismo tiempo, la masa de carne que lo estaba cubriendo fue mandada a volar por la onda de impacto.

Takeru soporto esa onda y cayó sobre sus rodillas.

Gracias a eso, fue liberado. Takeru levantó su cabeza para confirmar si su cuerpo estaba bien.

Y ahí estaba,

“… me la debes, Takeru.”

Una chica murmuró eso como si confirmara la seguridad de Takeru. No podía ver su cara debido a que estaba todo ensombrecido, pero abrió su boca como si dijera su nombre.

“¡Kanaria…—!”

En ese momento. La ciudad devorada por la carne roja y el árbol gigante sufrió tremendas explosiones.

“¿¡Q-Qué es eso…!?”

Era como si unas llamas se estuvieran esparciendo.

Un tremendo calor y luz le causó entrecerrar los ojos, un rugido resonó por el cielo. Miró hacia arriba para ver lo que pasaba, y vio tres aviones con una cola de humo mientras se movían hacia el árbol gigante.

“Fighters…”

Mientras Takeru se quedaba de pie sorprendido, Kanaria sacudió la carne pegada a Lævateinn y puso una seria expresión.

“Refuerzos de la rama de la Inquisición. Kanata los persuadió para venir.”

“Entonces, ¿son aliados…?”

“Temporalmente. Hay mucho más por venir.”

Mientras Kanaria decía eso, un sonido de rotores provino desde atrás.

Después de que los fighters se retiraran del árbol esquivando ataques, cerca de treinta helicópteros de combate y helicópteros de transporte se acercaron a Takeru y los demás.

Los helicópteros eliminaron las encarnaciones de demonios de los alrededores con cohetes hydra. Los demonios y las olas de tentáculos los atacaron, pero las barreras mágicas cubriendo los helicópteros obstaculizaban sus ataques. Había brujas y hechiceros de la Alianza Herética montando los helicópteros y estaban a cargo de la defensa.

Los Dragoons fueron soltados de los helicópteros de transporte y en el momento en que aterrizaron, comenzaron a pelear contra las encarnaciones. Siguiéndoles, hechiceros y brujas comenzaron a apoyar a los Dragoons.

No solo eran miembros de la Alianza Herética. Era la Inquisición cooperando con la Alianza Herética.

Una visión increíble. Las brujas y la Inquisición cooperando temporalmente.

A parte de los helicópteros que llegaron a los lados de Mari e Ikaruga, mostrándose desde la cabina estaba la vice líder de la Alianza Herética, Oonogi Kanata.

El equipo de combate de la Alianza Herética siguió a Kanata y se bajó mientras se mantenía alerta, después de que los equipos de rescate fueron por Mari e Ikaruga. Sage y Yuzuho también estaban con ellos.

“Nosotros mantendremos este lugar, ¡todos cooperen y detengan el asalto del Hyakki Yakou! El enemigo volverá a atacar pronto, ¡atáquenlo después del rescate! ¡Rápido!”

Sosteniendo un intercomunicador en su oreja, Kanata les dio órdenes a sus subordinados. Acompañada por el equipo de rescate, caminó al lado de Takeru.

Su agria expresión rápidamente volvió a ser la de una hermana mayor.

“Todos están bien… es algo que no puedo decir, pero me alegra que estés vivo.”

“Oonogi-san… ¿t-todo esto es tuyo?”

“Sí. El Hyakki Yakou atacó las ramas de Shikoku, Kyuushuu y Honshuu, y a excepción de algunas tropas fueron completamente destruidas. El equipo de refuerzos dirigiéndose a la capital fue dispersado en la confusión así

que los llamé.”

Los llamó. ¿La Inquisición realmente cooperó con la Alianza Herética solo porque ella los llamó? Takeru se preguntó.

“Ahora que la cadena de comando ha colapsado, no importa si somos Inquisición o Alianza Herética. Todos quieren lo mismo, hacer algo en esta situación.”

Ciertamente, fue lo que dijo Kanata. En una situación donde parece que el mundo llegará a su final, no importa si son Inquisidores o brujas. Ambos grupos no tenían más opción que cooperar.

Un poco aliviado, Takeru relajó su expresión rígida.

“… como era de esperarse de un ex miembro de EXE.”

“Actualmente EXE tiene el papel de supervisar a los Inquisidores, así que considerando que los altos mandos están muertos yo tomé el mando.”

Cuando dijo eso sacó el pecho con un “he-he”.

“—No tienes autoridad para comandar. Fuiste expulsada de EXE.”

Una voz provino desde su espalda.

La orgullosa expresión de Kanata colapsó a una disgustada.

“… bien, eso es cierto. De hecho, si no fuera por la recomendación de esta persona las fuerzas restantes de la Inquisición no se habrían moviiiiido…”

Apuntó con su pulgar hacia atrás.

Un hombre estaba caminando detrás de ella hacia la dirección de Takeru.

“¡Kurogane-san…!”

Cuando Takeru le habló, Hayato frunció el ceño y confirmó la situación alrededor antes de ver a Takeru. Su expresión pareció relajarse un poco, pero terminó mirando a Takeru con su habitual expresión intimidante.

“Estás a salvo. Sería problemático si no.” “Kurogane-san, es genial que estés bien…”

“No necesito que te preocupes por mí, no me subestimes.”

Como siempre no tenía cortesía, era una persona que comunica sus emociones brevemente. Cómo lucía en su pelea contra Haunted, parecía un sueño.

“… ¿qué hay de él…?”

“Cumplí mi promesa… es lo que me gustaría decir, pero no fui yo el que lo mató.”

Hayato miró hacia el helicóptero. Takeru siguió su mirada y vio a un chico cruzando los brazos recargando su espalda en la puerta del helicóptero.

Takeru se le quedó viendo… a Kyouya, pero Kyouya no cruzó miradas. En vez de eso, Kyouya hizo el gesto de siempre apretando las estrellas en su hombro.

Con solo eso, Takeru entendió. Kyouya completó su venganza.

Takeru sintió como si él hubiera sido salvado, solo un poco. Eso era porque fue incapaz de salvar a Yoshimizu, se sentía responsable de que Kyouya se volviera así.

Ahora, era su turno.

“… Kurogane-san. Disculpa por lo repentino… ¿peo escucharías mi petición egoísta?”

Levantando las rodillas del suelo, Takeru se levantó. Sus brazos y piernas estaban temblando furiosamente, pero su cuerpo no estaba abatido aún. Su alma no lo permitiría.

Takeru miró directamente a Hayato. Hayato también le regresó la mirada. “Depende de lo que sea. Habla.”

“No puedo… darte detalles. Pero, por favor escúchala.” “No. Habla todo.”

Respondiendo inmediatamente, estaba negado hasta no escuchar los detalles.

Esa es la persona que Hayato es. Aunque Takeru le dijera todo con honestidad, Hayato no escucharía su petición.

Hayato negaría la decisión de Takeru.

Sin embargo, Hayato era esa clase de hombre, pero Kusanagi Takeru también era un hombre obstinado.

“Lo siento. No lo haré. Pero por favor escúchame.”

Bajando su cabeza forzó su deseo.

Forzar su deseo egoísta. Esa es la clase hombre que Kusanagi Takeru es. Hayato sabía bien eso, se dio cuenta cuando ambos egos chocaron. Aunque Hayato continuara preguntando, Takeru nunca diría nada. Hayato ya se dio cuenta de la fuerza del ego de Takeru.

Probablemente no tenía intención de luchar más. Sin querer continuar con las negaciones, escuchó la petición de Takeru.

“Usando las fuerzas que tenemos ahora, por favor llévame a donde Ootori Sougetsu está. Si lo haces, me encargaré del

resto.” “……”

“Salvaré al mundo. Es algo que solo yo puedo hacer.” “……”

“Déjame—el mundo en mis manos.”

Consciente de que decía algo peligroso, Takeru se lo pidió seriamente a Hayato.

Hayato continuó recibiendo la mirada de Takeru, hasta que finalmente entrecerró la mirada.

“No importa la situación siempre te priorizas a ti mismo, huh.”

“Me lo dijo él también. Soy consciente.”

“No pienses que no ser consciente es una excusa.” “… también me dijo eso.”

Takeru se rascó la mejilla con una sonrisa amarga.

Aún con la mirada entrecerrada, Hayato continuó mirando a Takeru. Takeru también, seguía viéndolo. Si hubiera alguna duda en su voluntad, Hayato no aceptaría. Aunque fuera un engaño, aunque fuera una mentira el que no dudara, Takeru no podía permitirse mirar a otro lado.

Se decidió.

“…… nunca había maldecido mi falta de poder tanto como ahora.”

“¿?”

Takeru inclinó su cabeza, como si se preguntara por el

significado. Pensó que esa “falta de poder” era una palabra que no tenía nada qué ver con Kurogane Hayato, nunca pensó que escucharía esas palabras de su boca.

“Pensar que un niño como tú tenga que llevar esa carga…” Hayato le dio la espalda a Takeru.

“Me hace sentir un adulto inútil.”

Esa espalda estaba abatida, pero fuerte y grande como siempre.

Takeru no tenía manera de conocer qué arrepentimientos estaba cargando. Nadie era capaz de entenderlo.

No sabía nada sobre la debilidad del hombre más fuerte. No importaba qué poder tan anormalmente inhumano posea, había cosas que no podía hacer.

Los adultos conocen su falta de poder. Saben lo que es posible hacer. Es por eso que son capaces de guiar a los niños rebeldes que no conocen su debilidad.

Estimulando su debilidad, los adultos otorgan la fuerza a la siguiente generación.

Kurogane Hayato se maldijo a sí mismo por solo ser capaz de hacer eso. Aunque consideraba que la manera en que era llamado Recipiente de Héroe era una molestia, en esta larga batalla finalmente se dio cuenta de sus verdaderos sentimientos.

Quería ser un héroe.

El cómo quería sacar a Takeru de todo esto, era una prueba de ello.

Él quería ser el que salvara al mundo y mostrar su fuerza, ser el que guíe la siguiente generación. Él, un adulto, debería volverse el sacrificio.

Era la más fuerte ley de Kurogane Hayato. “—Te dejo el mundo a ti, Kusanagi.”

Hayato entendió ese sacrificio acompañado del deseo de Takeru. En este instante vio a través del hecho de que Takeru intentaba salvar el mundo.

Además, Hayato ya dio sus palabras. Takeru grabó esas palabras fuertemente. Era una carga muy pesada para llevar.

Sin embargo—no sería Kusanagi Takeru si no lo lograra. “Recibido. Ten por seguro que lo salvaré.”

Grabando el deseo de Hayato en sus dientes, recibió la orden de su superior.

Aún con la espalda hacia Takeru, Hayato comenzó a caminar.

“Oonogi, cambio de planes. Ordena a la Alianza Herética priorizar la entrega de Kusanagi Takeru hacia su objetivo. Yo juntaré a los Inquisidores.”

“… entendido.”

Después de escuchar todo Kanata no dijo nada en respuesta. Solo aceptó la petición de Hayato. Probablemente vio a través de lo que Takeru pretendía. Sabía que él tenía la voluntad tan poderosa como para hacer a Hayato cambiar la suya.

Hayato dio órdenes a la Inquisición, Kanata a la Alianza Herética.

Todos los adultos en este lugar se movían por su propio fin.

Fuertemente asegurado por ellos, Takeru tranquilamente dijo sus gracias.

Muchísimas gracias.

“… Takeru, ¿de qué hablabas con el Capitán Kurogane?”

Ouka quien recibía tratamiento del equipo de apoyo, llegó a su lado. Mari, Usagi e Ikaruga también estaban junto a ella. Takeru inmediatamente cambió su pensamiento y para ocultar su destino, levantó sus cejas y saludó a sus amigas.

“Todas alégrense. La Inquisición y la Alianza Herética nos ayudarán para salvar a Kiseki.”

“Sí… escuché las comunicaciones del Capitán Kurogane. Sin embargo.”

Presionándolo después de Ouka, Mari y Usagi le cuestionaron. “¿Qué piensas hacer con el Presidente? No planeas matarlo,

¿verdad? ¿Podemos confiar en él? Kusanagi, escuchaste algo,

¿verdad?”

“Te dije que te ayudaría, Takeru, ¿pero qué clase de plan es este? ¡No puedo confiar en esa persona!”

Las brujas detrás de ellas decían “no se muevan tanto aún~” en pánico, pero las dos no escucharon. Inclinándose hacia atrás trató de calmarlas.

“T-Tampoco escuché los detalles. Kurogane-san y Oonogi-san aparentemente tienen un plan, el Presidente… en caso de que ese bastardo controle el alma de alguien el plan será

revelado, así que no me dijeron nada…”

Con una mentira casi dando en el punto, pensó que sería convincente, pero—

“¿¡Queeee se supone que significaaaa!? ¿¡Aceptaste un plan tan incierto Kusanagi!?”

“¿¡HAA!? Primero se mete en nuestro camino, ¿¡luego viene a ayudarnos y dice que no puede decirnos nada!? ¡Hay un límite para cuán sospechoso puede ir!”

No hay manera de que las haya convencido. Qué bola de egoístas, Takeru pensó.

“Nono, ¡solo tenemos que cumplir nuestro objetivo! Lo que tenemos que hacer es salvar a Kiseki, y dejarles al Presiente a los adultos, dijeron…”

“““¡No estoy convencida!”””

“O-Ouka, ¡diles que podemos confiar en el Capitán Kurogane!”

Mirando la cara de Takeru con una pálida expresión, Ouka puso una sonrisa torpe.

“S-Sí… quiero decir, no tenemos un plan para lidiar con Ootori Sougetsu en primer lugar. Si hay alguna clase de esperanza, debemos tomarla…”

La razón por la que muy a penas le creyó porque confiaba en Hayato, pero no se veía cómoda, era porque tampoco estaba convencida.

Notó que era innatural. Posiblemente sentía que había mentiras en las palabras de Takeru.

Ikaruga también, se quedó viendo a Takeru como si quisiera ver lo que había en su corazón.

“Kanaria.”

Le habló a Ikaruga, quien estaba detrás de Takeru. Kanaria volteó hacia Ikaruga con una expresión de disgusto.

“Escuchaste lo que estaba hablando con Kurogane Hayato,

¿no?” “……”

“¿De qué hablaron? ¿Qué dijo Kusanagi?”

Kanaria miró a Ikaruga mientras preguntaba con una seria expresión.

Takeru pensó que la situación era mala. Kanaria escuchó a Takeru decir “salvar al mundo”. Ikaruga lo sabía, le preguntaría a ella.

¿Cómo? ¿Cómo pretendes salvar el mundo de la maldición de Ootori Sougetsu?

Kanaria pensó y respondió la pregunta de Ikaruga.

“Todo lo que dijo fue sobre Kiseki. Que se saliera de control el Hyakki Yakou no era su culpa. ‘Así que déjame a Kiseki,

definitivamente la salvaré’. Cosas como esas.” “¿Algo más?”

“Después de eso Kurogane Hayato cuestionó a Takeru y decidió el plan por él solo.”

“… ¿en serio?”

Kanaria frunció el ceño e infló sus mejillas como si dijera ‘¿por qué habría de mentir?’. Parece que su actuación tuvo éxito e Ikaruga se relajó, muy a penas convencida.

Takeru se sintió aliviado en el interior. No pensó que Kanaria guardaría silencio sobre la conversación con Hayato. Ikaruga apartó su atención de él, y puso la mano sobre el hombro de Ouka—quien estaba calmando a Mari y Usagi, luego habló algo con ella.

Ordenándole a Lapis, Takeru habló con Kanaria por conexión mágica.

《Gracias por guardar silencio.》

Kanaria intercambió miradas con Takeru por un segundo, y rápidamente volteó a otro lado.

《Kana está enojada con ella. Trató dejar a Kana atrás de nuevo… por eso no le dije nada. Es vengaaanza.》

Es ella e Ikaruga. No sabía lo que pasó entre ellas dos mientras peleaba contra Kiseki, pero podía vagamente imaginar por lo que dijo.

Sin embargo, no se habría mantenido en silencio solo por devolvérsela a Ikaruga.

《Kana no tiene intención de preguntarte qué vas a hacer, Takeru.》

《Eso ayuda un montón…》

《Pero… no lo sé, pero… no es algo bueno. Ella lo hizo muchas veces con Kana, así que Kana lo sabe.》

Aunque Kanaria no sabía los detalles, puede sentir lo que está tratando de hacer por su conversación con Hayato. Sigue con remordimiento de que Ikaruga y Takeru trataron de dejarla cuando se fueron al Primer Centro de Investigación desde el cuartel general de la Alianza Herética. Conocía bien el dolor y remordimiento de ser dejada atrás.

Takeru sonrió irónicamente.

《¿Entonces por qué guardaste silencio? Sobre lo que pretendo hacer.》

Se atrevió a preguntar. Quería saber lo sentimientos de ella hacia Ikaruga.

《… Kana pensó que si le decía la verdad, ella… de seguro dejaría atrás a Kana de nuevo.》

《……》

《Kana pensó que iba a ir tras Takeru…》

Takeru tragó saliva y cerró sus labios fuertemente.

Si Ikaruga supiera que Takeru pretende remplazar a Dios, había hecho lo que Kanaria dijo. En vez de detenerlo, le habría pedido que la llevara con él.

Kanaria no quería eso. Por supuesto, Takeru tampoco. Kanaria ligeramente jaló la ropa de Takeru.

《¿Takeru… va a desaparecer?》

《……》

《¿Desaparecerás como Orochi?》Entendía lo que Kanaria quería decir.

Takeru no la volteó a ver. Pensó que su engaño colapsaría si la volteara a ver. Sintió que les estaría diciendo todo. Es por eso que se acomodó acarició su cabello sin siquiera verla.

Aunque ella odiaba que le hiciera eso, solo por esta vez se lo permitió. Kanaria también entendió que Takeru partía.

Tenía una hermana menor llamada Kiseki. Su relación era difícil como para llamarse hermanos, y no sabía cómo debería interactuar con ella. No sabe lo que significa “hermanos” en realidad.

Kanaria era su hermana discípula. Su relación fue muy corta, pero tenía un lazo distinto con ella a diferencia de sus compañeras. Muchas veces pensó que la relación de hermanos en este mundo era quizás como la que tenía con Kanaria.

Como el discípulo mayor, acarició la cabeza de su hermana discípula.

《Llévate bien con Ikaruga.》

Era la mejor despedida para Kanaria que pudo pensar. Liberó su mano y regresó con sus compañeras.

“……”

Kanaria siguió su espalda con la mirada.

Grabó su espalda… la espalda de su superior en los últimos momentos.

—La guerra total comienza. La última batalla que decide el destino del mundo.