Monster Musume No Oisha-san (NL)

Volumen 1

Epilogo: El Doctor En La Ciudad Del Dragón

Un par de ojos de serpiente se abrieron en un instante.

Mucha gente asociaba los ojos de serpiente con ojos anchos, afilados y cortados, pero eso realmente dependía del tipo de serpiente. Algunos tipos tenían ojos grandes y redondos.

Los ojos de serpiente que miraban directamente a Glenn tenían unas lindas pupilas carmesí.

–…Doctor…?

–Buenos días, Sapphee. Te habías puesto fría, —Dijo Glenn y suspiró.

Comprendió por qué se había enroscado debajo de la manta. Lo más probable es que lo hubiera hecho para intentar compensar la caída de temperatura de su cuerpo a causa del veneno.

Glenn no podía creer que Sapphee hubiera sido vencida por un veneno, considerando lo profundamente conocedora que ella era tanto de medicinas como de venenos.

–Doct… or… yo… fui envenenada, y.…

–Eso es correcto, dijo. –Era un veneno para la parálisis hecho de mandrágora. En el caso de los humanos, provoca instantáneamente dificultad para respirar y conduce a la muerte por asfixia. Si los bandidos hubieran tenido más, imagino que la Patrulla de la Guardia habría estado en mucho peligro, pero afortunadamente no tenían mucho. Supongo que fue su último as bajo la manga.

–Yo…

–No tiene ningún efecto sobre las lamias, —Dijo Glenn. –Todo lo que hace es causar somnolencia.

Los ojos de Sapphee se abrieron de par en par por la sorpresa.

–Lo sabías…? —Sapphee dijo, la capacidad de hablar volviendo lentamente a ella. –Si no lo hubiera sabido, no te habría ignorado mientras trataba a la arpía, ¿sabes? –¿Lo notaste?

–Traté de vigilar lo que estaba pasando.

Al masajear el estómago de la arpía, Glenn había conseguido de alguna manera para que pusiera el huevo. Por supuesto, también había sido consciente de que Skadi y Sapphee los defendían a todos de los bandidos que habían entrado a la fuerza en la habitación. Pero tuvo tener cuidado al sacar el huevo de la arpía, ya que no sabía si el oviducto se rompería.

–¿Con solo mirar, sabías qué tipo de veneno era…?

–Esos soldados no parecían preparados para luchar contra monstruos, así que era lógico que usaran veneno humano. Y pensé que no funcionaría muy bien en una lamia, con tu alta tolerancia al veneno.

–Oh…

–Además, pensé que usarían algún tipo de agente paralizante, aunque, en realidad, te quedaste dormida instantáneamente después de ser envenenada, pero… en todo caso, eso me alivió. Me preocupaba que pudiera provocarte espasmos o convulsiones, pero parecía que no tenías ningún síntoma como ese.

Mientras trataba a la arpía, vigilaba a Sapphee, pero le había dado prioridad al paciente que estaba tratando, ya que confiaba en comprender el estado de la lamia.

–Las cosas parecían desesperadas por un tiempo allí, pero la niña arpía pudo poner su huevo de manera segura. Tampoco creo que haya ningún problema con su oviducto.

–…Ya veo.

–Skadi nos dejó prestada una habitación en el ayuntamiento. La clínica sigue siendo un desastre, después de todo. —Glenn suspiró. Antes de que pudieran reabrir, tendrían que limpiar el saqueo que los bandidos habían dado al lugar cuando irrumpieron.

Hacer las reparaciones no sería tan malo si pudieran obtener la ayuda de sus hadas ayudantes, pero después del susto que habían pasado, Glenn pensó que probablemente no se acercarían a la clínica hasta que volviera a la normalidad. Eran un tipo de monstruo muy asustadizo y cauteloso.

La habitación, que Skadi les había preparado, era muy silenciosa. Lo único que se escuchó fue la conversación entre Glenn y Sapphee. En una habitación separada en algún lugar, las chicas arpías descansaban y se relajaban en su nueva libertad.

–En ese caso, —Dijo Sapphee lentamente, –lo que está diciendo, doctor, es que me comparó con la arpía y le dio prioridad.

–No lo digas así, su vida estaba en juego.

–Lo sé. Lo sé, pero… Sapphee hizo un puchero, cubriéndose la cabeza con la manta. Su cola asomaba por debajo y se balanceaba hacia adelante y hacia atrás, poniéndose de punta.

–Entonces… lo viste, ¿no? —Ella dijo.

–¿Hm? ¿Ver qué?

–A mí. Mi lucha.

—Glenn asintió. –Si. En su mayor parte.

Haciendo pucheros en contra, Sapphee apartó los ojos del rostro de Glenn. –Te he guardado silencio al respecto, pero he aprendido técnicas de asesinato, — Murmuró debajo de la manta.

–Ese parece ser el caso, ¿no es así?

–Cuando te conocí por primera vez… cuando la familia Litbeit me cuidaba, se me

confió una misión de asesinato. Si las negociaciones para la ruta comercial no

salían bien, me encargaron el asesinato del jefe de la familia Litbeit… tu padre…

ya que es más difícil estar en guardia con un niño… y…

—Glenn suspiró.

Todavía recordaba cuando Sapphee llegó por primera vez a su casa. Ella se había sentido avergonzada al principio, pero, para Glenn, ella era el primer monstruo que había conocido en su vida.

Juntos, se enseñaron mutuamente sus idiomas y, tomando prestados libros sobre monstruos, hablaron de muchas cosas diferentes. La hermana de Glenn había estado más unida a Sapphee que Glenn, pero, en cualquier caso, el intercambio cultural que los niños habían compartido fue profundo.

–Lamento ocultárselo… Desde que nos reunimos en la academia, pensé que tendría que decírselo algún día, pero…

–Si.

–Pensé que, si sabías que mi familia habían sido asesinos para ganarse la vida, podrías terminar odiándome, y…

–Sí, lo sabía.

–Por eso es por lo que yo… ¿Eh? Dejando a un lado la manta, los redondos y rojos ojos de Sapphee atravesaron a Glenn. Tenían una mirada ausente y Glenn pensó que había pasado un tiempo desde que había visto a Sapphee hacer ese tipo de expresión.

–¿Qué dijiste, hace un momento…? ella dijo.

–Yo sabía. O debería decir, mi padre lo sabía. Sabía que la familia Neikes trabajaba en secreto como asesinos.

–¡¿Por-por qué…?! ¡Solo unos pocos lo saben, incluso entre los monstruos!

–Hizo una investigación exhaustiva. Los farmacéuticos con colmillos venenosos de la familia Neikes. De vez en cuando aparecerían en documentos antiguos. Cuando papá estaba negociando con su familia, había enviado a buscar montones de documentos y literatura de monstruos antiguos.

–E-esta se suponía que era mi gran confesión…

Aunque Sapphee pensó que lo había mantenido oculto, Glenn había descubierto su secreto.

En última instancia, no era común tener un conocimiento profundo de la medicina y las drogas. Desde que él mismo participó en la creación de tratamientos, Glenn sabía muy bien que el veneno y la medicina tenían orígenes similares. Y si uno estaba haciendo veneno, por supuesto, tenía que saber muy bien cómo manejarlo.

Siguiendo esa línea de pensamiento, parecía obvio que eventualmente alguien terminaría usando dicho veneno para el propósito previsto: envenenar y asesinar a otros.

–Por cierto, los Litbeit también pensaron en algo similar.

–Qué…?

–Tuviste fiebre mientras te quedaste con nosotros, ¿verdad? Un sirviente nuestro actuó por su propia voluntad y mezcló tu comida con veneno. El veneno no funcionaba en las lamias, así que te saliste con la tuya con solo fiebre, pero… pensaron que, si te enfermabas, las negociaciones con la familia Neikes podrían avanzar sin problemas.

–Ambas partes planearon lo mismo, ¿es eso lo que estás diciendo, entonces? — Sapphee se quedó estupefacta.

De hecho, ambas partes habían estado pensando lo mismo. Glenn pensó que, dado que ambas familias estaban engañando a sus aliados y comunicándose secretamente con el enemigo, probablemente era apropiado que este tipo de esquemas hubieran estado dando vueltas.

Sin embargo, el joven Glenn no estaba convencido en ese momento. Aunque era joven, se quedó y cuidó a la febril Sapphee, y después de investigar en viejos documentos de monstruos, encontró una hierba eficaz para combatir el tipo de veneno que se había utilizado y se la dio. En ese momento, él se había quedado a su lado día y noche, pero Sapphee había estado muy enferma, por lo que Glenn estaba seguro de que ella no lo recordaba.

En ese momento, Glenn no sabía que un sirviente había actuado de forma independiente para envenenar a Sapphee. Pensó que, ya fuera su hermano o su padre u otra persona, definitivamente había alguien involucrado en la acción de administrar veneno a Sapphee con la intención de matarla. De repente, Glenn se encontró mirando a todos como si fueran sospechosos.

Pensando en ello…

Cuidar de Sapphee durante ese tiempo había sido la primera atención médica que le había brindado. Como tal, convertirse en médico había sido producto de su ira instigada por la enfermedad de Sapphee y la pasión que sentía por tratarla.

–Hmph… ¡Honestamente! Así que esto significa que lo vio todo, ¿no es así?

–No, solo tuve una corazonada, eso es todo. —Glenn esbozó una sonrisa irónica.

Simplemente pensó que, si la familia Litbeit tenía sus propios planes, era natural suponer que también se estaba planeando algo por parte de Sapphee. Eso no significaba que hubiera entendido todo sobre la situación.

–Pero, Sapphee, tus habilidades y técnicas de asesinato terminaron siendo realmente útiles, ¿no es así? —Él dijo. –Si no hubieras estado allí durante la pelea, no hubiéramos podido salvar a esas niñas arpías. Siempre estoy agradecido de tenerte cerca, de verdad.

Ante las palabras de Glenn, las mejillas de Sapphee se enrojecieron. Glenn pensó para sí mismo que era una línea vergonzosa para él decir, o al menos lo hizo por un momento o dos.

Más rápido de lo que Glenn podía captar con sus ojos, la cola de serpiente de Sapphee ató los dos brazos de Glenn. Luego, con su fuerza de lamia, lo arrastró a la cama.

–¡¿Q-qué estás haciendo, Sapphee?!

–¡Oh, doctor! Si dices algo así, yo… ¡no podré contenerme!

–Estoy feliz de que te guste tanto, ¡pero esto es demasiado agresivo!

–Bueno, siempre he sido así, ¿no es así? —Sapphee se había puesto seria.

Esto es malo, pensó Glenn para sí mismo.

–¡Estamos en el Ayuntamiento, Sapphee! Si por casualidad se esparce un rumor y la Dra. Cthulhy se entera, ¡nos echarán de la clínica!

–¡Eso ya no me importa! Je je je… Je je, así es, si no podemos quedarnos en la clínica, ¡entonces podemos escapar juntos! Dejaremos Lindworm y correremos para siempre… ¡Je je je…!

–Estás fuera de control…

Sin dudarlo, Sapphee se quitó la ropa.

Su ropa interior, que la protegía de la luz intensa, hacía que las líneas de su cuerpo resaltaran claramente, aunque por el momento, la única luz en la habitación provenía de una linterna. Sapphee enroscó su cola de serpiente alrededor de Glenn, sus escamas blancas brillaban misteriosamente a la luz.

En lo que respecta a la fuerza, Sapphee era abrumadoramente superior. Si ella realmente quería mostrar su amor, no había nada que Glenn pudiera hacer al respecto.

–¿Oye, eh, Sapphee? No podía ganar con su fuerza, así que todo lo que podía hacer era usar sus palabras para tratar de persuadirla. Enroscándose alrededor del cuerpo de Glenn, Sapphee se inclinó sobre él y miró a Glenn directamente a los ojos.

–No quiero irme de esta ciudad, —Le dijo Glenn. –Todavía necesito quedarme aquí y ser médico. Todavía hay muchos monstruos en esta ciudad que necesitan tratamiento.

–Lo sé, tienes razón… ¡En ese caso, podemos disfrutar el uno del otro de una manera que no será descubierta por la señorita Cthulhy!

–¡Eso no es lo que quiero decir!

Los ojos de Sapphee estaban desenfocados, como si algo del veneno todavía la recorriera.

No, pensó Glenn, esto no es culpa del veneno. En cualquier caso, su enfermedad, o más bien su comportamiento extraño y fuera de control, no parecía que fuera a detenerse.

Ella solo se había envuelto a sí misma alrededor de él de esta manera cuando había estado bebiendo alcohol.

–Está bien, —Dijo Sapphee. –¡Esa mujer pulpo es tan miope que nunca lo sabrá!

–¡Esa es una excusa demasiado conveniente!

Glenn había comenzado a pensar que su castidad estaba en peligro, pero-

La cabeza de Sapphee se inclinó hacia adelante. Dejó de moverse, como si se hubiera adormecido. Parecía que el veneno no la había abandonado, después de todo.

–Pensé que ese podría ser el caso, —Murmuró Glenn.

Sapphee se derrumbó sobre la cama como si se desmayara. Tan pronto como cayó, la fuerza desapareció de su cola, Glenn inmediatamente se soltó de ella y salió de la cama.

Glenn se alegraba sobre todo de que no fueran a ser expulsados de la ciudad. Si ella hubiera tenido ganas, Cthulhy probablemente habría destruido la clínica por completo.

Para Glenn, dejar una ciudad como esta, llena de monstruos, sería realmente difícil. La ciudad necesitaba un médico, y los profesionales que pudieran examinar y tratar monstruos escaseaban abrumadoramente.

–Solo cálmate y pórtate bien. Me quedaré aquí a tu lado, —Dijo Glenn.

Sapphee asintió con la cabeza ante las palabras de Glenn, aparentemente no completamente fuera de lugar.

–Doctor… lo siento.

–¿Por qué te estás disculpando?

Con el rostro enrojecido, Glenn estaba seguro de que la razón por la que escondió el rostro debajo de la manta fue para ocultar su propia vergüenza.

–Yo nunca soy de ayuda, siempre tengo una actitud inadecuada…

–Eso no es cierto en absoluto. Tenerte conmigo es de gran ayuda.

–Doctor…? E-en ese caso, eh, tengo una petición que me gustaría hacer, —Dijo Sapphee, su voz saliendo tímidamente de debajo de la manta. –¿Puedes sostener mi cola… solo hasta que me duerma?

Ella extendió su cola de serpiente con modestia.

–Por supuesto que lo haré, —Dijo Glenn.

La agresividad que había mostrado hasta ese momento no se encontraba por ninguna parte. Agarrando suavemente su cola, las frías escamas se sintieron cómodas en su mano. Al encontrar un lugar adecuado para sentarse, Glenn sintió el toque de la cola de Sapphee.

–Tu mano está caliente… Me hace sentir muy a gusto, Glenn, —Le dijo Sapphee, hablando como si estuviera respirando un suspiro de alivio.

Dijo el nombre de Glenn de la misma manera que lo había hecho cuando vivían juntos en la mansión familiar de Glenn; para él, era un recuerdo nostálgico de su amiga de la infancia.

***

De una forma u otra, pudieron restaurar la clínica.

El pronto regreso de las asustadas hadas fue de gran ayuda. Glenn pensó que sería difícil ofrecer una garantía de seguridad que las hadas dispersas aceptarían, pero el hecho de que regresaran rápidamente era un testimonio de la virtud natural de Glenn.

Estaba encantado de que pudieran reabrir la clínica sin mucha demora. Luego vino su primer paciente.

–Lamento hacerlo pasar por todo esto, Dr. Glenn.

–Para nada, es mi trabajo.

Era Kunai, a quien el cabecilla de los bandidos le había cortado el brazo izquierdo.

A diferencia de antes, cuando Glenn la había suturado en la calle, Glenn ahora estaba rodeado de todas las herramientas y equipos adecuados que necesitaba. Parecía que la hoja de la espada del cabecilla de los bandidos había sido bastante afilada, y la sección transversal sobrante del brazo de Kunai era extremadamente suave. Como tal, Glenn pudo continuar rápidamente con la sutura. Incluso tenía la compostura para una pequeña charla.

–Después de la redada, ¿qué pasó con las niñas arpías? —Él preguntó.

–Mmm. Estamos enviando a todas los que tienen un lugar al que regresar a sus hogares, —Le informó Kunai con un tono de voz profesional. Había venido sola para que Glenn la suturara, así que, aunque odiaba a los médicos, Glenn estaba seguro de que había cambiado de opinión.

–Tisalia también está cooperando, —Dijo Kunai. –Transportes Scythia está echando una mano para enviar a las arpías de regreso a sus hogares. Estoy segura de que aquellas que pudieron regresar a casa se han tranquilizado y ya han comenzado el viaje de regreso.

–Entonces… ¿estás diciendo que hay algunas que no pueden ir a casa?

–Si. Algunas no saben dónde está su casa. Quizás algunas no tengan esperanzas de mantenerse a sí mismos incluso si regresan a casa y otras no quieren regresar… Esas niñas serán cuidadas por la colonia de arpías en las Montañas Vivre. Las arpías viven una vida comunitaria, por lo que deberían acostumbrarse rápidamente.

Parecía que el futuro de las arpías lucía brillante. Dio la casualidad de que miró a su lado y vio que Sapphee también sonreía. Glenn había arriesgado su vida para salvar a los niños arpías, por lo que fue un alivio para él que pudieran continuar viviendo a salvo de ahora en adelante.

–Parece que la arpía que trataste desesperadamente en el escondite va a vivir con la colonia de arpías. Resulta que ella era huérfana, de todos modos. El jefe de la colonia es una buena persona, por lo que no debería haber ningún motivo para preocuparse.

–Gracias, dijo.

–Escalar la montaña es un trabajo duro, pero sería bueno si pudieras ver cómo está de vez en cuando.

Para Glenn, un médico, realizar exámenes de seguimiento a los pacientes era algo natural. Sabía que no tardaría en llegar a la colonia de arpías. Lo más probable es que la colonia tampoco tuviera médicos entre ellos, por lo que también serviría como un examen periódico para toda la comunidad.

–Ah, y sobre los bandidos capturados, —Dijo Kunai.

–¿Sí?

–Actualmente, se ven obligados a realizar trabajos forzados en las vías fluviales. La planificación descuidada de la ciudad para las vías navegables fue el comienzo de todo este incidente en primer lugar. Para asegurarse de que los bandidos no puedan volver a utilizarlo, los propios bandidos se ven obligados a renovar las vías fluviales.

–Yo no-

«Estoy seguro de eso.»

Glenn no pudo evitar sentirse incómodo. Parecía probable que hubiera una fuga o una mala conducta. Después de todo, habían sido bandidos. Se preguntó si realmente llevarían a cabo su trabajo de construcción de manera obediente.

–¿Qué? —Dijo Kunai. –No tienen armas para montar una revuelta. Originalmente eran solo personas que estaban sin trabajo cuando terminó la guerra. Funcionarán correctamente si se les asigna un trabajo. Son un grupo sorprendentemente serio. Su cabecilla les está dando un buen ejemplo.

–¿Entonces estás diciendo que están… reformados?

A Glenn le pareció que, tal vez, habían aprendido la lección después de haber recibido una paliza.

Eso, o tal vez cuando fueron atacados, algo había cambiado dentro del estado mental del cabecilla, se preguntó Glenn. Sin embargo, todo lo que pudo hacer fue tratar de suponer sobre lo que podría haber sido.

–¿Qué? —Dijo Kunai. –Soy su supervisor. Regresaré a los canales tan pronto como termines de coserme. Si por casualidad hay alguien que parece que está tratando de escapar… bueno, entonces será mi turno de mostrarle mis habilidades con las armas.

–P-parece que tienes mucho trabajo por delante.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta, —Pensó Glenn, que actualmente estoy volviendo a unir uno de los brazos que estás tan listo para lucir en tu cuerpo.

En cualquier caso, la serie de acontecimientos que sucedieron alrededor de los traficantes de esclavos había llegado a su fin. Glenn terminó por casualidad al lado de Kunai y Skadi, pero con la ayuda de Sapphee había podido encontrar una salida de la difícil situación.

Glenn confiaba en que con Kunai vigilándolos, los bandidos no intentarían hacer nada peligroso. Su cabecilla era probablemente el más fuerte entre ellos, pero había sido derrotado por Kunai en su batalla uno contra uno.

Kunai parecía estar en buena forma desde que Glenn la cosió, y últimamente parecía estar cada vez más enérgica. (A pesar de que era un cadáver).

–En este momento, la Patrulla de la Guardia está persiguiendo a la escoria insolente que estaba comprando los huevos de arpía a los bandidos. No sé hasta dónde podrán rastrear sus movimientos, pero la dama Draconesa quiere castigarlos, si es posible.

–Pensando en ello desde el punto de vista de un monstruo, es posible que los humanos sean denunciados por esto, intervino Sapphee.

–Pero, si eso sigue sucediendo, y provoca que la guerra comience de nuevo, entonces… —Glenn se calló.

–Por supuesto, —Dijo Kunai. –La dama Draconesa no tiene la intención de que eso suceda.

–En ese caso, supongo que está bien. El deseo de no volver a ir a la guerra nunca más estaba escrito claramente en el rostro de Sapphee.

Glenn estuvo de acuerdo con ella. Sintió que sería mejor si el mundo nunca se convirtiera en uno en el que las habilidades de Sapphee como asesina fueran útiles. Su conocimiento y habilidades se utilizarían mejor para curar a otros y nada más.

Precisamente por eso, para Glenn, esta clínica era un lugar importante. Era su deber proteger el lugar donde Sapphee pudiera vivir en paz y prosperar sin tener que convertirse en un asesino.

Sonó el tintineo de una campana. Era la nueva campanilla que se había instalado para anunciar a los clientes. Glenn ladeó la cabeza, preguntándose quién había venido, cuando una gran silueta irrumpió en la clínica.

–¡Coooooooooooooooooooon peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeerrmiiiiiiiiiiisooooo!

–La princesa centauro… Sapphee ni siquiera intentó ocultar el ceño fruncido que apareció en su rostro.

Irrumpiendo en la clínica estaba la siempre imponente y majestuosa Tisalia Scythia, con Lulala cabalgando sobre su espalda. La sirena hizo un gesto con la mano palmeada.

–¡Hola, Dr. Glenn!

–¿Qué les pasa, ustedes dos? —Preguntó.

–Escuché que Sapphee se había lastimado… Aquí, algunos obsequios de los canales Merrow.

–¡Oh vaya! —Sapphee gritó.

Lulala había traído accesorios de vidrio y conchas marinas. Todas ellas eran cosas que habían llamado la atención de Sapphee cuando visitaron los canales en una ocasión anterior.

–¡Vaya, vaya, vaya! Estoy tan feliz, señorita Lulala, ¡gracias!

–¿Ya está bien? —Preguntó Lulala.

–¡Gracias al tratamiento del doctor, estoy perfectamente bien de nuevo! Sapphee extendió su larga cola y abrazó a Lulala. La sirena parecía que le estaban haciendo cosquillas y una sonrisa apareció en su rostro.

–¡También traje un regalo! —Dijo la centauro. –¡Aquí, las famosas albóndigas de dragón de Lindworm!

–Muchas gracias, señorita Tisalia. La salida es por ahí, —Respondió Sapphee.

Tisalia no captó la indirecta y dijo: –¡Ahora bien, Dr. Glenn! ¡Hoy me aseguraré de fijar una fecha para nuestra entrevista de matrimonio! ¡Debemos encontrar una oportunidad para presentarte a mis padres!

–¡Pensé que te había dicho que la idea se pospuso indefinidamente!, —Sapphee dijo.

–El lugar se ha vuelto ruidoso, —Dijo Kunai, sonando exasperada.

–Qué vergüenza para nuestra clínica, —Siseó Sapphee.

–No me importa, en realidad, —Dijo Kunai. –Es solo una prueba de que la gente aquí es enérgica y saludable. Esto podría ser una clínica, pero no sería bueno tener nada más que gente pálida y de aspecto enfermizo merodeando, ¿verdad?

Como Kunai tenía el rostro más pálido y enfermizo de todos, Glenn se encontró sin una respuesta. En otros asuntos, sintió que, mientras Tisalia y Sapphee discutían entre sí como siempre, probablemente él era el único que pensaba que ambos parecían estar disfrutándolo. Mientras tanto, Lulala estaba atrapada entre las dos con una sonrisa incómoda en su rostro.

–¡Tendré que contarte todo sobre cómo ahuyenté valientemente a esos sinvergüenzas! —Dijo Tisalia.

Sapphee enarcó una ceja crítica. –Así que viniste a presumir, ¿es eso…?

–¡Por supuesto! —Tisalia cantó. –¡Tengo que contárselo todo al médico y recibir mi merecido elogio de él!

Glenn no sabía si Tisalia había venido para una visita o para algo más, pero, de cualquier manera, la centauro también estaba en perfecta forma hoy.

–He terminado, señorita Kunai, anunció. Había terminado su trabajo rápidamente, pero con pulcritud.

Kunai evaluó su brazo bien suturado, abriendo y cerrando su puño. –Has hecho un buen trabajo. Gracias.

–Es muy amable por su parte decirlo. Glenn se volvió hacia su asistente. — Sapphee. He terminado.

Saphentite todavía estaba mirando a Tisalia, pero a la orden de Glenn, rápidamente levantó la cabeza hacia él. Glenn tenía razón; ella parecía estar de buen humor.

–¿Quién es nuestro próximo paciente?

—La señorita Tisalia Scythia. Está aquí para que le examinen la cabeza —Dijo secamente Sapphee.

–¡¿Qué tan impertinente puedes ser?! —Tisalia exclamó.

–Vamos, vamos, no lleven las bromas demasiado lejos, —Advirtió Glenn.

La clínica acababa de abrir por el día, pero, de emergencia o no, sus pacientes habituales habían comenzado a reunirse. La ciudad estaba llena de monstruos y humanos que vivían juntos, pero tenía pocos hospitales que aceptaran pacientes monstruos, lo que significaba que el trabajo de Glenn durante el día no se detendría pronto.

Terminado su tratamiento, Kunai le dijo a Tisalia que se apartara del camino de Glenn y Sapphee y se llevó a Tisalia con ella. Tisalia parecía tener todavía cosas de las que quería hablar con Glenn, pero considerando el ajetreado trabajo que tenía por delante, sabía que no tenía tiempo para pasar con ella.

Lulala saludó alegremente a Glenn y Sapphee, y luego los tres abandonaron la clínica.

–Honestamente… Tisalia es tan ruidosa, —Dijo Sapphee.

–Tienes una buena amiga, Sapphee.

–No tengo ni idea de lo que estás hablando. Aun así, mientras Sapphee hablaba, parecía divertirse.

En la clínica que se especializaba en el tratamiento de monstruos, el médico de un pueblo pequeño se arremangó y suspiró: –Me pregunto qué tan ocupados estaremos hoy … Hagamos nuestro mejor esfuerzo, Sapphee.

–Sí, doctor, dijo y, mostrando más respeto que de costumbre, la asistente de lamia inclinó la cabeza.

***

En Lindworm, una ciudad coronada con el nombre de un dragón, el médico humano que se especializaba en monstruos tenía un día ajetreado por delante. Sus armas no eran ni espadas ni lanzas, solo su conocimiento y técnica médica.

Así armado, el doctor Glenn siguió luchando para proteger la salud de los monstruos habitantes de Lindworm un día más.

-FIN DEL VOLUMEN 1-