Youkoso Jitsuryoku Shijou Shugi no Kyoushitsu e 2-Nensei-hen (NL)

Volumen 6

Capítulo 4: Un Acuerdo

Parte 1

 

 

Continuando desde donde lo dejamos ayer, llegamos a la sala de karaoke del centro comercial Keyaki. Desde luego, excluyendo los dormitorios, era uno de los mejores lugares para asegurar nuestra privacidad.

No había nadie en la sala en la que entramos Horikita y yo.

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―Si sólo íbamos a hablar, no hacía falta venir hasta la sala de karaoke.

Como ya habíamos visitado la habitación del otro en el pasado, no debería haber habido ningún problema en mantener esta conversación en la habitación de ninguno de los dos. En otras palabras, el hecho de que ella eligiera traerme aquí significa que otras personas se unirán a nosotros.

No me involucraré demasiado y dejaré que Horikita lo maneje hasta el final.

―Tenemos algo de tiempo hasta nuestra cita… ¿quieres cantar algo?

Tomó el micrófono que estaba encima de la mesa y me lo tendió.

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―No, paso. ¿Qué tal si cantas tú? Al menos te aplaudiré.

―De ninguna manera.

Una negación inmediata. ¿No vas a practicar lo que predicas…?

―Porque voy a estudiar ―dijo, antes de sacar en silencio su cuaderno.

Al ver eso, saqué mi propio libro de consulta y también me puse a estudiar. En la escuela, la mayoría de las clases se imparten ahora utilizando nuestras tabletas y otros equipos de este tipo, pero cuando se estudia solo, abrir un libro y llevar un cuaderno es realmente más fácil.

Como no íbamos a cantar, la sala estaba muy silenciosa. Aunque nuestro extravagante devenir había creado un ambiente extraño, decidí aguardar tranquilamente en el sofá y esperar a que llegara la hora.

Y entonces pasaron las 17:10. Horikita, que había estado mirando la hora en su teléfono cada pocos minutos desde antes de las 5 PM, levantó la cabeza con un suspiro.

―Lo siento. Esto puede alargarse más de lo que pensaba.

No pregunté con quién nos íbamos a reunir, pero creo que era seguro decir que habíamos quedado a las 5 y que se retrasaban. Viendo que no se habían puesto en contacto, o bien había circunstancias que escapaban a su control, o bien eran algo flojos, o bien eran el tipo de persona que llegaría tarde a propósito.

Mientras esperábamos, consideré a varios estudiantes, imaginando a uno, tachándolo y pasando al siguiente. Pasaron otros quince minutos.

La puerta de la sala -que no se había movido lo más mínimo desde que habíamos llegado- se abrió lentamente desde el exterior. Quien apareció fue… alguien que no esperaba.

Era Katsuragi Kohei, de segundo año de la clase D. Parecía el tipo de persona que es exigente con la puntualidad, así que me sorprendió.

―Siento llegar tarde.

―No, no me importa. A ti también te habrá costado mucho, Katsuragi-kun.

―…Más o menos.

Murmurando eso, Katsuragi incitó a la persona que acechaba detrás de él a entrar en la habitación. Otra persona se reveló.

―Suzune, es genial que quieras tener una cita conmigo, pero parece que hay demasiada gente acompañándote.

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Era el hombre que llevó a Katsuragi -el líder de la clase A- a su propia clase, Ryuuen Kakeru.

―Es porque sería difícil mantener una conversación constructiva sólo con nosotros dos.

Aunque se burlaba con audacia, Ryuuen no había dado muestras de dejar de observar a Horikita con agudeza. Ahora que el caso con Kushida estaba resuelto, Horikita había despejado su mente y recuperado su habitual compostura. Dado que casi no habían tenido interacción directa desde que se convirtieron en estudiantes de segundo año, no sería sorprendente que -incluso en esta etapa temprana- él hubiera percibido los cambios en Horikita.

―¿Intentabas obtener una ventaja mental llegando tarde a propósito?

―¿Quién sabe?

La batalla había comenzado, sus primeros disparos fueron ellos sondeando al otro antes incluso de enfrentarse. Supongo que puedo suponer que el bando de Ryuuen aún no se ha enterado de por qué fueron convocados aquí.

―Hay algo que quieres hablar con nosotros… escuchemos los detalles, ¿de acuerdo?

―¿Puedes sentarte? Si esto fuera algo que sólo llevara uno o dos minutos, no me habría molestado en llamarlos aquí.

Ryuuen me lanzó una mirada antes de sentarse con confianza en el sofá y agarrar la tableta de la estación de servicio. Como si estuviera acostumbrado, hizo su pedido y luego arrojó la tableta al azar sobre la mesa. Después, Horikita alcanzó la tableta y la recogió.

―¿Y tú, Katsuragi-kun?

―Tomaré un té oolong, por favor.

Tras escuchar su petición y completar el pedido con la tableta, la devolvió cuidadosamente a la estación de servicio.

―Te diré por qué los llamé aquí…

Rápidamente intentó iniciar la conversación, pero Ryuuen la retuvo con una mano, con el objetivo de descolocarla de entrada.

―Antes de eso, hay algo que quiero preguntarte. ¿Qué sentiste al eliminar el peso muerto y conseguir esos puntos de clase? Debió ser algo especial, ¿no?

Hizo una pregunta rotunda que probablemente nos infligiría un daño emocional. Era una jugada para intentar sacar ventaja en esta situación en la que aún no sabía cuál sería el tema de nuestra discusión. No había duda de que Ryuuen -con su estilo clásico- estaba utilizando el estado de nuestra clase para sondearnos. Era un truco basado en la suposición de que los asuntos internos de nuestra clase no se habían aclarado, pero Horikita no se inmutó.

―Desde luego, no es que no haya causado una montaña de problemas. Sin embargo, siento decepcionarte, pero no va a salir como quieres. La mayoría de los grandes problemas ya se resolvieron.

Eso era una mentira. Al menos, el asunto con Haruka seguía sin tocarse, y no estaba claro cuándo explotaría esa bomba.

―Me mientes, haciéndote la grandiosa, ¿no?

Ryuuen afirmó que estaba mintiendo en un intento de engañarla para que revelara la verdad, pero Horikita no le hizo caso.

―Si crees que estoy mintiendo, que así sea. Para empezar, no eres el tipo de persona que creería fácilmente cualquier cosa que yo diga, ¿verdad?

―Hmm, no lo sé… Puede que confíe en ti más de lo que crees, ¿sabes? ―Ya sea que estés hablando en serio o en broma, eso no es muy gracioso.

Ella esquivó sus provocaciones. Katsuragi se cruzó lentamente de brazos mientras miraba a Horikita, como si la analizara.

―Más bien, ¿qué intentabas? Estaba segura de que expulsarías a alguien.

―¿Te preocupas porque estás sola? Después de todo, fuiste la única que tomó la decisión equivocada.

Tres de las cuatro clases protegieron a sus compañeros. Estaba tratando de implantar la idea de que sólo Horikita fue cruel y cometió un error.

―Es una lástima que hayamos sido los únicos en elegir la respuesta correcta. No diste ni un paso adelante en la lucha por la clase A.

―Es suficiente por ahora.

Katsuragi intervino para controlar la situación, pero justo entonces se oyó un ligero golpe en la puerta. Un camarero apareció con el té oolong que Katsuragi había pedido y también con un jugo de naranja. La bebida, que no encajaba, fue colocada delante de Ryuuen. La incongruencia de la combinación captó por un momento las miradas de Horikita y Katsuragi.

Por cierto, a mí me pasó lo mismo. Ryuuen y el jugo de naranja… simplemente no encajaba.

―Ahora que tenemos nuestras bebidas, ¿vamos a entrar en materia? ¿Cuál es el sentido de esta reunión?

Mientras todos seguían comentando internamente esa elección, Katsuragi incitó a Horikita a iniciar la conversación. Horikita asintió con la cabeza y, tras volver a mirar a Ryuuen y a Katsuragi, comenzó a hablar.

―Para derrotar a la clase de Sakayanagi-san, propongo que formemos una relación de cooperación para el próximo Festival Deportivo.

Los hombros de Katsuragi reaccionaron ligeramente, indicando su sorpresa. Momentos después, tras volver a su estado habitual, le devolvió sus propias palabras.

―… ¿Qué quieres decir con relación de cooperación?

Ella dijo cooperación, pero el grado de cooperación difería mucho de cómo se tomara esa palabra. Era natural que él quisiera escuchar los detalles, pero no parecía que tuviera la intención de rechazarla directamente. Ryuuen, por su parte, no estaba sorprendido, pero tampoco parecía impresionado. Podría decirse que se limitaba a observar con una sonrisa de satisfacción pegada al rostro.

―En este examen especial, hay aspectos de grado mixto y de grado específico en la competición. Quiero aprovechar el sistema en el que, si ganamos en una competición de grupo con varias personas participando, todos obtendrán la misma puntuación.

―¿Por qué nuestra clase? ¿Te importa si te pregunto tu razonamiento? Ryuuen -el líder de su clase- escuchó sin intervenir para nada.

―En primer lugar, no hace falta decir que la clase A está descartada. Compartir los puntos que obtenemos con la clase a la que queremos alcanzar sería como poner el carro delante de los bueyes. Las dos opciones restantes son la clase de Ichinose-san o la tuya. En mi análisis, aunque Ichinose-san es de lejos la mejor en términos de confianza, es difícil decir que tiene muchos compañeros de clase que estén físicamente dotados.

―Así que estás diciendo que nos elegiste por proceso de eliminación, ¿eh?

―Si fuera por un simple proceso de eliminación, para empezar no me habría asociado con ninguna clase. Ya que la única persona más indigna de confianza que alguien de la clase de Sakayanagi es Ryuuen-kun, el líder de tu clase.

Sin duda no era una persona fácil con la que hacer equipo. Como si simpatizara, Katsuragi asintió profundamente.

―Es cierto. Incluso yo, que ahora soy un compañero de clase, pienso así. No hay nadie a quien temería más confiarle mi espalda. Siendo así, ¿por qué propusiste una relación de cooperación que supone un riesgo tan grande para ti?

―Para ganar, por supuesto. No podemos avanzar sin poner fin a la abrumadora ventaja de la Clase A.

―Pero será inútil si esas esperanzas no se cumplen, ¿no? Este tipo utilizará cualquier medio disponible, así es él. Lo conozco bien, ya que tengo mis propias experiencias dolorosas. No puedo recomendarlo.

Expresó una opinión tan enconada de su compañero de clase que era difícil creer que estuviera del lado de Ryuuen. Si uníamos nuestras fuerzas imprudentemente, lejos de llegar a la clase A, seríamos engullidos por la clase de Ryuuen. Le advirtió de ese peligro.

―No tenía intención de ir al grano durante la discusión de hoy. Hacía tiempo que no hablaba así con Ryuuen-kun, y no puedo confiar en alguien que llega tan descaradamente tarde. Sin embargo, cuando vi que te disculpabas por llegar tarde, Katsuragi-kun, cambié de opinión. Al menos, puedo confiar en ti.

―Eso es muy ingenuo. ¿No has considerado que esta actitud mía puede ser también una de las artimañas de Ryuuen?

―Si no soy capaz de discernir si puedo o no confiar en ti, tarde o temprano, me acabarán tragando, ¿verdad?

Ahora mismo, Horikita también se arriesgaba.

Cuando Ryuuen y Katsuragi se pusieron uno al lado del otro, Katsuragi parecía una persona buena y relativamente sensata.

Pero si ella mostraba que estaba preparada para ello, Katsuragi no tendría más remedio que aceptar.

―Pareces un poco diferente de antes, Horikita. Supongo que eso significa que tú también estás creciendo.

Katsuragi percibió el cambio en Horikita -cómo había madurado- y mostró una renovada voluntad de sentarse a dialogar.

―Entiendo la situación de tu parte. A partir de aquí, te daré mi opinión personal.

Añadió deliberadamente la palabra personal, probablemente para advertir que no tenía en cuenta en absoluto las intenciones y los pensamientos de Ryuuen.

―Yo también tenía en mente un plan para unir fuerzas con tu clase esta vez y derrotar a la clase A.

―¿Tú también…?

―Así es. Tu clase tiene individuos fuertes como Sudou y Kouenji que pueden competir a través de grados. Entre las cuatro clases de segundo año, ustedes tienen los estudiantes con las más altas habilidades físicas, y la profundidad de su lista es la mejor. No tenemos que preocuparnos por ser perjudicados si formamos un equipo con ustedes. No eres alguien en quien pueda confiar incondicionalmente, pero el hecho de que tu clase no nos traicionará fácilmente es digno de mención.

Mientras Katsuragi decía eso, los ojos de Ryuuen también se dirigieron a mí. Sin embargo, su boca permaneció cerrada.

Hasta ahora, no había nadie más en la clase de Ryuuen que pudiera llevar a cabo negociaciones, por lo que éste siempre tomaba la iniciativa en la conversación. Sin embargo, con la incorporación de Katsuragi, la necesidad de hacerlo había disminuido, y ahora tenía la opción de esperar y ver. Eso era una gran ventaja para ellos.

Era inquietante no saber qué pensaba Ryuuen, qué iba a sugerir y en qué momento lo haría. Aunque era fácil hablar con Katsuragi, Hoikita también debía empezar a ser consciente de ese miedo. Sin embargo, ese es un camino que tiene que tomar si va a proponerle ideas periódicamente durante el próximo año y medio.

―Pero, a decir verdad, estaba dudando si debía proponerle a Ryuuen-kun trabajar junto a su clase.

Había pasado una semana desde que se anunciaron los detalles del Festival Deportivo. Si Katsuragi estaba trabajando para que nuestras clases cooperaran, no habría sido sorprendente que Horikita ya se hubiera enterado. Eso significaba que, en su mente, la mitad que no quería unir fuerzas ganaba.

―Si formáramos una relación de cooperación, naturalmente nuestras clases ocuparían el primer y segundo lugar. Si eso ocurre, el factor decisivo sería ineludiblemente la fuerza total de nuestras clases. A grandes rasgos, diría que tendríamos que resignarnos a la posibilidad de que tu clase obtuviera el primer puesto y nosotros el segundo ―dijo Katsuragi.

Trabajar juntos les permitiría dejar atrás a la clase de Sakayanagi y a la de Ichinose, pero también haría que la verdadera batalla fuera entre la clase de Horikita y la de Ryuuen. Precisamente porque Katsuragi entendía esto, respondió que tenía dos opiniones al respecto.

Katsuragi nos entendía, pero eso no significaba que fuera a mostrar inmediatamente su apoyo a una relación de cooperación con nosotros. Así que si no superábamos esta barrera a la que nos enfrentábamos, ni siquiera podríamos empezar a negociar con Ryuuen…

Entonces, ¿qué vas a hacer, Horikita?

―Entonces quieres decir que tu clase ve a la nuestra como una amenaza, ¿verdad?

―Absolutamente. Las circunstancias son muy diferentes a las de hace un año. A diferencia de cuando se burlaban de ustedes por ser un paquete de productos defectuosos, ahora son de la clase B. Y eso es después de que sus puntos de clase cayeran a cero una vez. Más recientemente, se produjo la victoria en solitario de Kouenji y se ganaron cien puntos al tomar la difícil decisión de expulsar a un compañero de clase en la Prueba Especial de Consentimiento Unánime. No hay duda de que sin duda son un enemigo formidable.


―No me parece mal que nos evalúen así, aunque no se deba a mis propios logros. Pero si no formamos un pacto y nos enfrentamos al Festival Deportivo sin ninguna coordinación, ¿no será muy probable que la clase de Sakayanagi obtenga el primer puesto en el peor de los casos? Lo importante ahora es derrotar a la clase de Sakayanagi. ¿Estoy equivocada?

―No. Tienes razón. Ryuuen, ¿qué piensas?

Ahora, por primera vez, Katsuragi buscó la opinión de Ryuuen.

―Si quieres que te ayudemos, entonces tiene que haber una recompensa adecuada, ¿no?

―Creo que te has confundido. Claro, la que les trajo esta propuesta fui yo, pero eso no significa que deba hacerles algún tipo de concesión. De hecho, deberías darte cuenta de que estás en posición de formar una sociedad con la clase que está en la carrera para obtener el primer lugar.

―No me hagas reír. Aunque no cooperemos, ganaremos, pero si ustedes nos van a rogar, supongo que no nos hará daño ayudar. Esa es nuestra posición. Si no te gusta, siéntete libre de volver a casa.

―¿Conoces el camino de vuelta? Sólo tienes que salir por esa puerta y girar a la izquierda, y estarás fuera.

Ni siquiera contempló la posibilidad de una concesión y en su lugar recomendó a Ryuuen y Katsuragi que se marcharan. Su actitud no sólo respondía al verdadero espíritu de negociación, sino que también daba la impresión de que no lo apostábamos todo a su resultado. Eso significaba que las negociaciones terminarían en el momento en que Ryuuen abandonara la mesa, y junto con él desaparecería la propuesta de derrotar a Sakayanagi. Y después de eso, si Ryuuen nos decía que estaba dispuesto a volver a unir las manos, nuestras posiciones se invertirían

―Por fin tienes las pelotas de hacer un farol, ¿eh?

―¿Qué estás diciendo? Tal y como dijo Katsuragi-kun, nuestra clase tiene mucha potencia de fuego para el Festival Deportivo. ¿O acaso crees que puedes enfrentarte a Sudou-kun o Kouenji-kun de frente y quedar mejor que ellos?

―Mano a mano, de forma justa, tal vez no. Pero hay muchas otras formas. No has olvidado lo del año pasado, ¿verdad?

Ryuuen fingiendo un accidente, la misma jugada que nos preocupaba. Estaba claro que sus palabras de ahora estaban insinuando eso.

―Parece que este año tendremos invitados, así que vigilarán más estrictamente el espíritu de las reglas del Festival Deportivo, ¿verdad? Me gustaría ver hasta dónde puedes llevar tus despreciables movimientos.

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―Hay plenitud de puntos ciegos, y no sólo tiene que ser durante los eventos.

A saber, se refería a los vestuarios o a los baños, donde no podía haber nadie mirando.

―No ha cambiado nada. Desde luego, pensar en eso es aterrador, pero…

parece que terminamos aquí.

Sin desilusionarse ni un poco, Horikita cerró su cuaderno.

―Gracias por acompañarme hoy, Ayanokouji-kun. Por desgracia, parece que este caso es tan arriesgado que ni siquiera tengo que pedirte tu opinión al respecto. Estoy pensando en terminar esto aquí.

―Si te parece bien, entonces no tengo problemas.

Así las cosas, Horikita empezó a guardar sus cuadernos. Ryueen miraba sin decir nada, pero Katsuragi hizo un movimiento.

―Ryuuen. Parece que Horikita es diferente a como solía ser, mucho más de lo que podíamos imaginar. Si no nos tomamos en serio esta negociación, seremos nosotros los que salgamos perdiendo.

Katsuragi había analizado con calma toda la situación, así que se volvió a mirar a Horikita.

―¿No fuiste tú el que decidió no plantear esto porque pensabas que los inconvenientes de formar una alianza eran peores? ―preguntó Ryuuen.

―Nosotros no propusimos esta idea. Pero, ahora que Horikita inició la conversación, la situación ha cambiado. Por no hablar de que tengo la sensación de que será mejor de lo que esperaba.

Ahora que había actualizado los datos que tenía, su evaluación de la clase de Horikita había subido un poco. En resumen, nos había reevaluado como una clase que consideraba lo suficientemente buena como para trabajar con ella.

―Está dando un buen espectáculo, pero desde mi punto de vista no es más que una fachada. Cuando estás en ventaja, es natural tratar de poner las cosas a tu favor. Claro, parece que se ha vuelto algo más persuasiva, pero la única razón por la que parece que está funcionando es porque Ayanokouji está a su lado.

Nada más decir eso, Ryuuen agarró el vaso de jugo de naranja lleno hasta el borde que tenía delante, y -sin vacilar ni un poco- lanzó su contenido en mi dirección. Inmediatamente lo esquivé deslizándome hacia un lado de donde estaba sentado y evité que me salpicara. Una mancha amarillenta y maloliente se extendió al instante en el lugar en el que estaba sentado hace un momento.

―¿Así que finalmente te darás cuenta de lo anormal que es este tipo?

¿Crees que podrías esquivarlo?

―… No, eso sería imposible.

―Así es. Un tipo normal se habría mojado antes de tener tiempo de reaccionar. Ningún tipo ordinario podría esquivar eso, pero este tipo lo hizo como si no fuera gran cosa.

―Admito que tiene unos reflejos demenciales, pero… ¿qué tiene que ver eso con esta discusión?

―¿No lo entiendes? Deja que te lo explique: Ayanokouji es el Arma Letal de Suzune. Por supuesto que está hablando a lo grande después de haber disparado su pistola a un enemigo desarmado.

―¿Pediste un jugo de naranja sólo para probar eso? …Ahórratelo, por favor.

Sabía que algo no iba bien, y como siempre acabó haciendo algo ridículo. Fue una buena idea mantener mi guardia hasta que bebiera lo que era una bebida inusual para él.

―¿Por qué lo esquivaste? Si lo hubieras aceptado en la barbilla, habrías evitado que te devolviera el golpe.

―No seas ridículo. Ni siquiera yo quiero recibir un vaso de jugo en la cara.

Olería fatal, estaría pegajoso y no se quitaría fácilmente. Habría sido difícil soportarlo todo incondicionalmente. Sin embargo, podría haberlo soportado si fuera té oolong. Si querías molestar a alguien echándole una bebida, el jugo de naranja era una de las mejores opciones.

―Si quieres tener una discusión seria, saca a Ayanokouji de aquí. Entonces hablaremos.

Declaró que la condición para continuar esta negociación era sacarme de este lugar.

―Muy propio de ti. Pero me niego. Es mi compañero de clase. No sólo tiene derecho a estar aquí, sino que yo también tengo derecho a invitarlo. No tengo ni idea del problema de usar todas las armas de mi arsenal durante una negociación.

Realmente se ha vuelto valiente. Y lo que es más importante, ha sido capaz de aportar ideas que antes no podía.

Y una cosa más me llamó la atención, aunque Horikita no sabía lo que había pasado entre Ryuuen y yo, se estaba enterando. Ryuuen también lo había adivinado. No sabía cuánto se había enterado, pero no me sorprendería que se hubiera enterado del incidente de Kei en la azotea.

Horikita me había dicho que no tenía que ayudar, que sólo tenía que estar aquí. Estaba cumpliendo su promesa incluso mientras me utilizaba, así que no tenía nada de qué quejarme.

―Nuestra clase está en mejor posición que la tuya, y aun así te planteamos esta propuesta de relación de cooperación. Si eso no es suficiente para que estés de acuerdo, entonces prefiero que finjamos que esto no ha ocurrido.

Ryuuen no podía de ninguna manera aliarse con Sakayanagi, e incluso si acudía a Ichinose, no estaba claro cuántas estrategias útiles podría desbloquear. Si tomaba la decisión equivocada, ni siquiera él podría evitar los efectos que tendría sobre ellos de ahora en adelante.

Y aunque no fuera probable, aún existía la posibilidad de que Horikita y Sakayanagi formaran una alianza. Si eso conducía a que la clase de Horikita ocupara el primer lugar y la de Sakayanagi el segundo, no era una idea del todo mala. Pero si lo permitía, sería aún más difícil superar a la clase de Sakayanagi.

―Dependiendo de cómo vayan nuestras discusiones, creo que será bueno unirnos a tu clase. Así que, hazme saber tu respuesta. ¿Aceptas o no? ―preguntó Horikita.

La siguiente pregunta no se la hizo a Katsuragi, sino al líder, Ryuuen.

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Pasaron unos segundos en silencio, y entonces Ryuuen tomó su decisión.

―Bien. Te tomaremos la palabra ―Respondió, pero no se detuvo ahí―. Pero añadiré una condición. Una vez que tengamos una relación de cooperación, nuestra relación debe ser más fuerte e igualitaria. Entre nosotros, cualquiera que sea la clase que ocupe el primer y segundo lugar, terminaremos con una diferencia de 100 puntos de clase. El que quede en primer lugar pagará puntos privados para compensar esa diferencia hasta el 1 de marzo, el año en que nos graduemos. Voy a añadir esa condición.

Ryuuen estaba tratando de hacer algo similar a lo que había hecho en su contrato con Katsuragi en el examen de la Isla Deshabitada el año pasado. Una parte gana muchos puntos de clase, y compensa esa diferencia con puntos privados. También Ryuuen debía reconocer que estaba en desventaja. Lo sabía, y aun así intentaba forzar un poco más en el trato para sí mismo. Sin embargo, Horikita ya lo había previsto.

―Claro, esa condición de por sí es muy justa. Pero me niego. Lucharemos con uñas y dientes para ver quién se queda con el primero y quién con el segundo. Será el resultado de una pelea justa, y eso es todo.

Si estaban en igualdad de condiciones con o sin esa condición, no había manera de que la añadiera después de haber determinado que era probable que ganara.

Ryuuen se rio.


―Aquí no hay almuerzo gratis, ¿eh? Pero, en ese caso, hay poca carne en el hueso para nosotros.

―Será difícil sacarle alguna concesión a Horikita. Pero creo que sacaremos una asociación sólida de esto.

Katsuragi adoptó un tono más suave ante Ryuuen, que aún no estaba dispuesto a aceptar oficialmente la asociación.

―No es suficiente. Si quieres pedirme ayuda, tienes que mostrar más sinceridad.

―¿Sinceridad? ¿No puedo pedirte lo mismo? Si el plan funciona y somos capaces de llevar a la clase A de Sakayanagi al último lugar, eso es 150 puntos menos para ellos. Hay mucho que pensar en esta estrategia de trabajo conjunto. Pero al mismo tiempo, también estamos asumiendo un riesgo ―rebatió Horikita, y continuó―: La duda que siempre persiste: ¿podemos confiar en ti o no? Si nos centramos en las competiciones por equipos para poder hacer equipo, tendremos que descuidar las pruebas individuales.

Es fácil que Ryuuen nos traicione haciendo que su clase se contenga durante las competiciones por equipos o que, directamente, no se presente a las competiciones a las que se ha apuntado. El día de la prueba, los líderes como Horikita también estarían yendo de un lado a otro entre sus propias competiciones, por lo que sería dudoso que pudieran estar pendientes de todas las pruebas. No podemos llevar nuestros teléfonos encima, así que ni siquiera podría coordinarse a distancia.

―No eres de confianza, pero tenemos que confiar en ti. El hecho de que corramos ese riesgo es el mayor compromiso que puedo hacer al trabajar contigo. No voy a ceder ni un centímetro más que eso.

Esas palabras debían ser una verdad dolorosa incluso para Ryuuen. Aunque nuestra clase dispusiera de una gran estrategia, tenía que enfrentarse al hecho básico de que no podíamos confiar en Ryuuen. Horikita iba a aceptar esa carga, así que le dijo que se callara y cooperara.

―Es justo. No teníamos fe en tu forma de hacer las cosas. No tenemos más remedio que aceptar.

―Para empezar, no esperaba que confiaras en mí.

Ryuuen se rio con indiferencia, pero la tensión de sus hombros se aflojó. Tal vez Horikita le estaba convenciendo.

――¿De verdad puedes confiar en mí?

―El enemigo de mi enemigo es mi amigo. Voy a creer en ese cómodo dicho que inventaron nuestros predecesores ―respondió Horikita.

Si formas una alianza en la que no confías, te será difícil utilizar toda tu fuerza. Dependiendo de la situación, puedes acabar teniendo que vigilar tu espalda además de luchar contra tu enemigo.

―No acepto todo lo que dices, pero una cosa es segura: no es buena idea dejar que la clase de Sakayanagi siga avanzando.

Katsuragi y Horikita estuvieron de acuerdo con la respuesta de Ryuuen, así que asintieron sin dudarlo.

Dejar que la clase A gane. Ese era el acto que -sin importar qué- no podían permitir más.

―Aunque digas que vas a mantener un enfrentamiento directo con ella hasta el final del año escolar, no puedes anular la diferencia de puntos de la clase sólo con eso.

Podríamos dar por hecho que querían ponerse a su alcance para entonces.

―Has estado escuchando en silencio, pero ya es hora de que nos dejes oír tu opinión, Ayanokouji-kun.

La idea de Horikita y sus riesgos. Mirándolo objetivamente, ¿debemos aceptar esta estrategia o rechazarla?

―En cuanto a los pros y los contras, la cooperación no es una mala idea. Puede haber algunas objeciones, pero todo el mundo entiende que Sakayanagi es el objetivo que tenemos que derribar. Yousuke y Kei seguramente te apoyarán en esto también.

Horikita volvió a confiar en su propuesta. Sin embargo, Ryuuen frenó el proceso.

―Quieres pasar al contrato, pero todavía no.

―¿Todavía no? ¿Estás diciendo que quieres sacar más concesiones?

―Déjame confirmar una última cosa. ¿Eres tú la que hizo esta propuesta, Suzune? O, ¿fue Ayanokouji, el tipo que está observando tranquilamente la situación? ¿Cuál de los dos fue?

Estaba verificando cuidadosamente quién era la persona que vino con la propuesta de formar un frente unido con la clase de Ryuuen.

―¿No estarás de acuerdo si no es de Ayanokouji? Parece que tú y Ayanokouji-kun tienen una relación de la que no puedes dejar que los demás se enteren ―Horikita respondió de una manera que dejaba mucho entre líneas―. Puedo decir que los dos se han reconocido como fuertes enemigos, y el hecho de que yo también esté fuera de lugar.

―¿Acaso dije algo sobre eso? Sólo te digo que respondas quién fue.

Ryuuen estaba un poco irritado, frunciendo el ceño a Horikita mientras le decía que continuara.

―Fui yo. Esta vez le pedí a Ayanokouji-kun que sólo estuviera presente, y ni siquiera él se había enterado de nada hasta que lo hablamos aquí.

Si supiera que yo encabezaba la asociación, Ryuuen podría negarse. Al escuchar a Horikita responder con sinceridad estando totalmente preparado para ello, Ryuuen se rio.

―Ya veo. Me alegro de haber preguntado. Si es así, aceptaré tu propuesta.

Con eso como único factor decisivo, Ryuuen aceptó oficialmente formar una alianza.

―…¿Por qué?

―¿Por qué, preguntas? Bueno, no lo sé. Averígualo tú misma ―Evitó responderle―. Será mejor para los dos tener un contrato en regla, para estar seguros. No, por tu propio bien en particular.

―Por supuesto que sí. Tengo la intención de que Chabashira-sensei y Sakagami-sensei se involucren en esto también.

Se formó un contrato con los profesores involucrados. Naturalmente, habría estipulaciones por incumplimiento de contrato incluidas en él. Ni siquiera Ryuuen podría hacer nada si estuviera atado por reglas inquebrantables.

―Bueno, entonces, te dejaré el papeleo a ti, Horikita. ¿Está bien?

―Sí. ¿Podrías dejarme intercambiar ideas contigo un rato, Katsuragi-kun?

Katsuragi lanzó una mirada a Ryuuen en busca de confirmación, y obtuvo como respuesta que podía hacer lo que quisiera.

Es difícil confiar en la clase de Ryuuen, así que tener a Katsuragi era algo importante para ellos. Además de pensar rápido y ser digno de confianza, podía exponer su opinión sin una pizca de miedo, hasta con Ryuuen. El ojo de Ryuuen para saber cuándo poner a Katsuragi en el campo y el grado en que le confía las cosas a Katsuragi son nada menos que impresionantes. Lo que significa que seguramente valió la increíble cantidad de dinero que utilizaron para conseguirlo.

―Muy bien entonces. Después de que hayamos resuelto oficialmente el contrato, vamos a afrontar el Festival Deportivo.

Así, se decidió que la clase de Horikita y la de Ryuuen se ocuparían del Festival Deportivo con un frente unido. Priorizaríamos al máximo la victoria de nuestra propia clase, pero al mismo tiempo intentaríamos coordinarnos con ellos.

Sin embargo, este no fue el final, ya que Katsuragi cambió el tema.

―Es estupendo que hayamos terminado nuestra discusión sobre el trabajo en conjunto, pero ahora hay algo en lo que debemos pensar. Uno puede pensar fácilmente que Sakayanagi e Ichinose unirán sus fuerzas, así que ¿qué piensas hacer al respecto?

Combatir nuestra alianza con una alianza propia. Ese tipo de desarrollo bien podría ocurrir.

―Eso no es un problema. Aunque Sakayanagi e Ichinose trabajen juntas para este Festival Deportivo, seguimos teniendo ventaja. Además, Sakayanagi tendrá que descartar hasta el tercer puesto. Así como tenías dudas sobre el segundo lugar si nos uníamos con Suzune, si se unen, entonces Ichinose tendrá la ventaja. En la clase de Sakayanagi, hay 38 personas después de la expulsión de Totsuka y tu transferencia. Sakayanagi claramente no va a participar, así que son 37 personas. La clase de Ichinose tiene 40. La diferencia de tres personas es sorprendentemente grande.

Las habilidades atléticas de sus clases son casi las mismas. Por lo tanto, la diferencia de tres personas en número podría determinar el ganador.

―Sin embargo, estamos hablando de Sakayanagi. Ella habrá establecido una estrategia para compensar su falta de personas.

―¿No has visto las reglas para esta ocasión? Si no participan en el Festival Deportivo, tienen que quedarse en su dormitorio. Como no pueden usar sus teléfonos, la mente de la clase A no funcionará para nada.

―¿Entendiste las reglas? Claro, Sakayanagi no puede mover su cuerpo al máximo. Sin embargo, si ella se une oficialmente, gana sus cinco puntos, y luego gana la recompensa de cinco puntos por participar, entonces puede obtener un total de 10 puntos. Si cumple los requisitos mínimos, puede seguir sentada desde fuera y dar órdenes.

―No hay manera de que esa orgullosa Sakayanagi nos muestre una exhibición impotente y poco estética.

No importa qué tipo de competición sea, Sakayanagi no será capaz de cumplir sus requisitos, y es inevitable que destaque.

―Las cosas no se alinearán tan convenientemente. Se nos da el derecho de renunciar a una competencia. Si participa y luego renuncia, entonces puede evitar el bochorno.

―¿Contará como una razón de peso? Si participa conociendo el estado de su cuerpo, entonces querrán una justificación. Después de que todos terminen de correr en la carrera de 100 metros, ella tiene que correr hasta el final con su bastón. ¿Crees que va a dar un espectáculo así?

―Efectivamente, si las cosas fueran normales, entonces ella no participaría dada su personalidad. Sin embargo, si sabe que nos aliamos, entonces Sakayanagi considerará los riesgos de perder. Digo que es un error asumir que es seguro. Estaba hablando sin pensar, pero ¿cuál crees que es el porcentaje de que no participe? Responde con seriedad.

―Tal vez el 90%.

―¿Así que desde tu punto de vista infundado y despreocupado es el 90%? Si es así, el valor real es todavía más bajo. Yo diría que el 70-80% como mucho.

―Conténtate con esa cifra.

―No puedo hacerlo. Si quieres hablar de certeza, entonces apuesta por el 95%.

Dejándonos de lado, Ryuuen y Katsuragi empezaron a discutir entre ellos.

―Mentira. Pero, si queremos estar más seguros, hay una manera. Desde ahora hasta el Festival Deportivo, podemos burlarnos exhaustivamente de Sakayanagi. Diremos que si participa, entonces nos presentaremos como una clase conjunta durante la competición y la avergonzaremos. Si hacemos eso, entonces alcanzaremos el 95% que mencionaste.

Ryuuen habló de hacerla ceder amenazando con pisotear su dignidad.

―Desde un punto de vista ético, eso es inaceptable.

―Estoy de acuerdo. Probablemente la escuela tampoco verá con tranquilidad.

Sin embargo, Horikita y Katsuragi rechazan la idea, diciendo que no la aceptaban.

―En caso de que Sakayanagi aparezca, la aplastaremos por completo.

―No es tan sencillo, no olvides que nos estamos hundiendo en lo más bajo de las clases.

Si Sakayanagi actuaba como comandante, entonces ciertamente no se sabía qué jugada nos lanzaría. Que ella participara o no jugaría un papel importante en nuestra victoria o derrota en este Festival Deportivo. Por otro lado, si pudiéramos estar seguros de que ella no participa, entonces la victoria estaría ante nuestros ojos.

―Horikita. ¿Estás considerando mi contribución en la victoria de nuestra clase? ―Intervengo.

―En su mayor parte, no lo estoy considerando. Te lo dejo a ti, y sólo a ti, con un estatus especial.

―Es bueno escuchar eso. Si la participación de Sakayanagi amenaza nuestra cooperación, entonces puedo ser de ayuda.

―¿Qué quieres decir?

Katsuragi, que mostraba interés, detuvo su conversación con Ryuuen y se volteó hacia mí.

―Si lo dejas todo en mis manos, me aseguraré de que Sakayanagi no participe.

―… ¿Eh?

―¿Oh?

Horikita se mostró sorprendida y Ryuuen se impresionó. Katsuragi siguió escuchando sin decir nada.

―Sin embargo, a cambio de hacer que Sakayanagi no participe, no quiero que esperes ni un solo punto de mí en el Festival Deportivo. Eso va no sólo para Horikita, sino también para ti, Ryuuen.


―Desde el principio no has estado en mis planes. Si dices que puedes contener a Sakayanagi, entonces eso nos ahorra un poco de esfuerzo ―respondió Ryuuen.

―Ni siquiera puedo imaginar qué clase de plan tienes, pero si Horikita y Ryuuen creen en ti, entonces prácticamente no pienso decir nada más que esto sobre el asunto. Si Sakayanagi no participa, entonces desplazar a la Clase A al último lugar no debería ser tan difícil.

―¿Pero realmente puedes hacerlo?

―Sí. Hay una alta probabilidad de que se quede fuera aunque no haga nada, pero de todas formas puedes dejármelo a mí. Además, pensé en esto mientras escuchaba su conversación, pero no hay muchas oportunidades para que ustedes dos se junten y cooperen de esta manera, ¿verdad? Hay un asunto diferente del que quiero hablar, ¿está bien?

En medio de su discusión, se me ocurrió algo un poco diferente a lo que decían los tres.

―¿Qué es? ―preguntó Horikita.

Cuando comencé a verbalizar mi propuesta, Horikita y Katsuragi cruzaron miradas, y Ryuuen escuchó en silencio.

En el momento en que terminé mi explicación, los cubitos de hielo que se habían derretido en el vaso de Katsuragi tintinearon.

―Es una idea interesante, pero…

Sin saber si la aceptaría o no, Horikita miró a Ryuuen, desconcertada.

―Sin duda no es imposible siguiendo las reglas, pero…

―¿No te interesa ninguna propuesta que venga de mí?

Aunque íbamos a cooperar para el Festival Deportivo, si era yo quien lo proponía, existía la posibilidad de que se negara. Después de todo, así es como había estado hablando.

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―Sí, no. Rechazado.

Ryuuen lo rechazó, pero Katsuragi intervino.

―Puedes ocuparte de tus sentimientos personales más tarde. Pero, francamente, no es una mala propuesta. Puede que tengamos que discutir los detalles, y comprobar las reglas de nuevo, pero… no, es de Ayanokouji de quien estamos hablando. Probablemente ha propuesto esto después de confirmar las reglas debidamente.

―No hay problema en cuanto a las reglas. En lugar de que nuestra clase vaya sola, podríamos cooperar con los estudiantes de la clase de Ryuuen para lograr un resultado más poderoso. ¿No es así? ―le pregunté a Horikita.

―Sí, así es. Eso sí que sería…

La propia Horikita era consciente de los problemas a los que nos enfrentábamos en este momento. Si pudiera traer a alguien para que nos sustituyera desde otro lugar, entonces sería posible aliviar sus preocupaciones.

―Acéptalo, Ryuuen. Deberíamos avanzar en nuestros preparativos ahora mismo para un enfrentamiento directo con Sakayanagi.

―¿Me oyes, Ayanokouji? Después de que aplaste a Sakayanagi, tú eres el siguiente.

―Si estás abriendo tu camino, entonces eso será inevitable.

Como si esas palabras fueran suficientes para zanjar el asunto, Ryuuen también aceptó mi propuesta.

―Katsuragi, arregla las cosas a tu modo.

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―Lo haré.

―De verdad, un asedio a la clase A… ¿eh?

―Sin embargo, antes de eso, hacer que Sakayanagi no participe en el Festival Deportivo es la máxima prioridad. Tanto para nuestra cooperación en el Festival Deportivo como para la propuesta de Ayanokouji, si no logramos ese primer paso, entonces la pelota no podrá rodar.

―Entiendo. En cuanto a eso, déjamelo a mí.

Tenía una estrategia para sellar a Sakayanagi que ni Ryuuen, ni Katsuragi, ni Horikita podían ejecutar.

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