Shuumatsu Nani Shitemasu ka？(NL)

Volumen EX

Capítulo 4: Leprechaun De Cielo Azul – Orgullo De La Niña

Parte 2

Quinientos años

Como corresponde a su número, la 68.a isla estaba ubicada cerca del borde exterior de Regul Aire.

Al contrario de lo que uno podría pensar, su distancia no era la razón por la que carecía de grandes ciudades que pudieran nombrarse. En lugar de edificios, la superficie de la isla estaba casi completamente cubierta por vastos bosques. Había manchas claras aquí y allá, así como varios pantanos escondidos dentro de los árboles. Las bestias que llamaban a esta isla su hogar habían construido pequeños pueblos y aldeas, aferrados a los bordes del bosque macizo.

Uno de esos pueblos se encuentra a pocos pasos del almacén de hadas encaramado en el borde de la isla flotante. Normalmente prohibidos de la libre circulación por parte de los militares, a las hadas se les permitía viajar a cualquier lugar que quisieran dentro del área de la 68.ª isla.

Y si en alguna ocasión Nygglatho les ofreciera dinero para comprar bocadillos en los restaurantes de la aldea… bueno, eso también podría pasarse por alto.

“¿De qué demonios está hecho?”

Ithea se desplomó, dejando que su frente chocara contra la mesa mientras gemía.

“No me preguntes…” Murmuró Chtholly con la cabeza baja, agotada más allá de toda creencia.

Nephren simplemente se sentó sin fuerzas, casi como una muñeca sin vida. Con el cuello apoyado en la silla, miraba sin rumbo el techo.

“…Ay…”

Las tres hadas reunidas en la mesa permanecieron así, su conversación se detuvo por un momento.

Ithea lentamente levantó la cabeza.

“Ni siquiera parecía serio mientras nos eludía a las tres”.

“Sí…”

Esa era la verdad. Los ataques de tres Leprechauns que defienden Regul Aire – Chtholly Nota Seniorious, Ithea Myse Valgulious, y Nephren Ruq Insania – habían sido desviados sin esfuerzo por ese hombre. Habían intentado atacar uno por uno, simultáneamente o coordinarse para lanzar ataques escalonados.

Nada de eso funcionó en Willem.

“No solo encontró nuestros puntos débiles, sino que los atacó despiadadamente. Además, ajustó cada ataque que hizo para perforar el camino correcto para esquivarnos, ¿no?”

“Sí…”

Eso, también, era verdad. Si la más leve debilidad aparecía en sus movimientos, el arma de Willem inmediatamente atacaría y golpearía como una serpiente. Era bastante fácil evitar los ataques a medida que avanzaban uno por uno, pero si perdían un poco de equilibrio o enfoque al esquivarlos, serían golpeados por el siguiente ataque. A través de toda la sesión de entrenamiento, Willem había mantenido infaliblemente ese frustrante estilo y ritmo de ataques. Como tal, se habían visto obligadas a responder a cada ataque de una manera que no afectara su capacidad de esquivar ataques futuros, una y otra vez hasta que los movimientos se quemaran en la memoria muscular respectiva de cada hada.

Estas habilidades serán útiles contra los enemigos que se muevan rápidamente, Willem les había dicho.

“Ese tipo dijo el otro día que está casi muerto, ¿no? ¿Que está ridículamente herido y usar incluso un poco de Venom podría llevarlo al límite?”

“Sí…”

Eso, por supuesto, también era cierto. De hecho, ese mismo escenario había sucedido antes de ayer por la mañana y Willem había terminado tambaleándose entre la vida y la muerte.

Naturalmente, había logrado recuperarse completamente después de poco más de veinticuatro horas… aunque recuperarse fue quizás el término equivocado. El cuerpo de Willem permaneció igual que antes: huesos repletos de fracturas, músculos degenerados arruinados por la atrofia y órganos internos que apenas funcionaban. Según todos los informes, ya debería haber muerto hace mucho tiempo.

“En serio, ¿de qué demonios está hecho?”

“Sí…”

Después de su cuarta respuesta cargada de fatiga, Chtholly levantó ligeramente la cabeza.

“Escuché que sus heridas en realidad no tienen nada que ver con el uso de Venom, y lo que sucedió fue tan grave que se suponía que no podía moverse. Es solo porque su cuerpo recuerda todo el entrenamiento en artes marciales que tuvo, que ha podido evitar tensar aún más sus huesos o músculos. Dijo que saber cómo moverse de la manera más eficiente posible es cómo incluso puede pararse o caminar”.

“A pesar de que está tan desordenado, ¿todavía es capaz de entrenarnos como ayer?”

“Desafortunadamente, sí”. Una Chtholly deprimida lo admitió.

“Lo más importante cuando se lucha contra otras personas es la habilidad y la experiencia. Ustedes, niñas, están especializadas en matar bestias, así que no es un gran problema para ustedes tener eso como una debilidad”, dijo una vez Willem. Por verdadero que fuera, la realidad de su situación hizo que las tres sintieran como si su capacidad para llamarse a sí mismos armas se hubiera vuelto repentinamente muy tenue.

Ithea refunfuñó. “Debo decir que podría ser imposible matar al Sr.

técnico”.

“… No, eso está mal.” Nephren de repente regresó a la vida, girando su rostro hacia Ithea. “Probablemente ya se rompió, hace mucho tiempo”.

Las otras dos hadas parpadearon, sorprendidas por su escandalosa afirmación. “Entiendo lo que le sucedió, al menos”, continuó Nephren, “por lo que no se descompondrá aún más rápido. Pero incluso él debe tener un límite. Por ahora, es probablemente gracias a nosotras que él es…”

“Oho, ¿ustedes tres? ¿Ya están cansadas, también? ¡Es algo raro! ”

El licántropo que llevaba delantal probablemente no tenía la intención de interrumpir su conversación cuando asomó la cabeza desde detrás del mostrador en ese momento exacto, pero sin embargo, eso fue justo lo que había hecho.

“Oh, un sargento de instrucción demasiado exigente y de sangre caliente llegó al almacén, eso es todo”, respondió Ithea, sonriendo en la madera de la mesa.

“¿Huh? Realmente no lo entiendo, pero parece que ustedes han tenido

problemas “, dijo el licántropo, caminando desde detrás del

mostrador. Vasos llenos de jugo sonaron mientras eran colocados, uno

tras otro, sobre la mesa de las Leprechauns.

“¿Eh?” Chtholly miró las tres copas. “Pero no habíamos pedido nada todavía”.

“Ustedes parecían haber estado trabajando duro, así que los escabullí para ustedes”, respondió alegremente. “No le digas a mi jefe, ¿de acuerdo?”

“¡¿Oh?!” Ithea levantó la cabeza cuando los hombros de Chtholly saltaron y la cara en blanco de Nephren brilló brillantemente.

“¡No importa si lo hacemos, entonces! ¡Gracias, grandote! ¡Eres un buen hombre! ”

La puerta de la tienda se abrió cuando el licántropo se rió, sus colmillos al descubierto en una amplia sonrisa. “Los dejo para que los disfruten, entonces.” Se giró para recibir a los nuevos clientes.

Por cierto, esta tienda en particular podría colgar un letrero afuera sugiriendo que fuera un “restaurante”, pero como no había muchas otras tiendas en el negocio en estas partes, ofrecía algo más que

comida. Durante el día, algunos clientes lo trataban como una cafetería; cuando llegó la noche, se servía alcohol. En este momento, justo después del mediodía, los clientes ya habían llenado varias mesas. Algunos habían venido a comer, otros a tomar té y conversar. No estaba lleno, pero tampoco estaba vacío. En otras palabras, en este momento específico del día, los negocios estaban (sutilmente) en auge.

“¿Ah?” Ithea, que se había movido en su asiento para mirar hacia la puerta, hizo una exclamación de sorpresa. El interés de Chtholly despertó, estirando su cansado cuello para seguir la mirada de su amiga.

“… ¿Eh?”

Willem estaba allí.

“Heeeeey, Tecn-”

“¡E-espera!” Chtholly detuvo apresuradamente a Ithea cuando comenzó a gritar y saludar a Willem. “¡No debe vernos! Estamos agotadas y, sin embargo, estamos aquí comiendo cosas, ¿y si tiene una impresión equivocada?”

“¿De qué estás hablando?” Ithea levantó una ceja. “Es por eso que estamos así para empezar, ¿no?”

“¡Lo que dices puede ser correcto! ¡En realidad, lo es! ¡Pero, pero…! “Protestó Chtholly, encogiéndose en su silla y tratando de hacerse pasar desapercibida.

“Dios, qué molesto. Para él es importante verte a ti misma, ¿entendido? No estés tan preocupada. Es como el padre tonto que todos los padres tontos quieren ser algún día, por lo que no lo decepcionará tan fácilmente”.

“P-puede que tengas razón, pero no tienes que decir padre tonto dos veces… y ¿por qué debería actuar como un padre? ¡No soy una niña pequeña!”

“Ahhh, está bien, está bien, está bien, ahora veo”. Ithea sonrió, guiñando un ojo. “Eres una verdadera hada madurita, modelo, ¿verdad? No comes alimentos dulces, ni le agregas azúcar a tu café, ni lees libros para niños, ¿eh?

“Yo-” Chtholly no pudo encontrar las palabras. “… ¡Eso es, lo soy! ¿Tienes algún problema con eso?”

“Noooooope. Incluso si quieres empezar a actuar como si fuera cierto, no me pondré en tu camino, ¿bien?”

“No es lo que crees que es-”

Justo cuando Chtholly estaba a punto de objetar más, su boca estaba cubierta por la pequeña mano de Nephren.

“¿Ren?”

“Silencio”. La otra hada se llevó un dedo a los labios e indicó a Chtholly que mirara en dirección a la puerta de la tienda. Se volvió justo a tiempo para ver a Willem caminar hacia una mesa vacía, acompañado por un Ayrantropos.

“¿Quién es ese?”

El Ayrantropos vestía elegantemente con una camisa blanca y un chaleco de traje de color rojo. Quitándose el pelo, ya no era joven, pero en su lugar podría tener más de treinta años, hablando en términos de la edad relativa de la raza, estaba pasando su mejor momento y entrando en la vejez.

“Él…” Chtholly buscó en su memoria. “No se parece a alguien que haya visto antes”. Eso en sí mismo no era tan inusual. El pueblo podría no ser grande, pero a pesar de que no era tan pequeño, todos estarían familiarizados con él. Pero…

“Él no se parece a alguien de por aquí”, murmuró Ren.

Chtholly no pudo evitar estar de acuerdo. La 68.a isla podría considerarse rural, y ninguna de las personas que viven allí normalmente estaría vestida de una manera tan refinada… o al menos, Chtholly no estaba al tanto de nadie que estuviera allí. Algunos ocasionalmente lo hacían, pero casi todos eran visitantes de otras islas, típicamente comerciantes de algún gremio u otro para intercambiar mercancías o renovar contratos.

¿Un comerciante… de otra isla? La inseguridad se sacudió a través de Chtholly. Si alguien así buscaba a Willem, ¿qué querrían de él?

“¿De qué están hablando?”

“Er…” Ithea se encogió de hombros impotente. “¿No sé?”

Chtholly se esforzó por escuchar la conversación, pero la tienda era lo suficientemente ruidosa y la distancia lo suficientemente lejos como para que apenas pudiera atrapar algo. Si había algo que había aprendido, era que las mismas razones explicaban por qué Willem tampoco parecía haberlas notado.

“Es inútil”, suspiró. “No puedo escuchar nada”.

“¿Qué hay de ti, Ren?”

“Dame un minuto.” Nephren cerró los ojos, acercando su cuerpo lo más cerca posible a la dirección en que Willem estaba, como su silla lo permitía. “… Solo un poco”, dijo, parpadeando.

“De acuerdo, tendremos que conformarnos con lo que tenemos”. Ithea instó a Nephren a continuar. “Vamos, ¿qué están diciendo?”

“Mm… Entendido.” Sus ojos se cerraron de nuevo, Nephren hizo todo lo posible para concentrarse en la conversación posterior. Chtholly la imitó, forzando sus oídos tanto como pudo. Tratando de localizar a Willem y al Ayrantrobos en medio de todas las otras voces fue como buscar monedas esparcidas en el fondo de un pantano oscuro.

Una explosión de risa estalló en una mesa cercana que albergaba una manada de hombres bestias borrachas. El aluvión de sonido asaltó a Chtholly, dejándola aturdida con zumbidos en los oídos. Su corazón hervía de ira, y sintió el impulso casi irresistible de gritar a todo pulmón para que todos en la habitación se callaran. Ella reprimió a regañadientes el impulso cuando Nephren comenzó a hablar.

“… Oí… la 48.a isla… tecnología rara… ¿apreciar…?”

Ella mantuvo la voz baja, solo diciendo las pocas frases que escuchó. La creciente ansiedad de Chtholly continuó creciendo.

“Antiguo… fácilmente… tu…”

“Agh, no puedo entenderlo”, suspiró Ithea, rascándose la cabeza.

Al final, no pudieron escuchar toda la conversación. Sin embargo, reuniendo lo que Nephren había escuchado y rellenando los espacios en blanco, podían imaginar de qué se trataba.

“Como pensé… él está buscando cabezas, ¿eh?” Murmuró Ithea.

“No es de extrañar.” Chtholly había llegado a la misma conclusión. Era lógico: Willem Kmetsch, el último superviviente vivo del Emnetwyte que había sido aniquilado junto con la superficie hace quinientos años. Era el practicante de innumerables artes antiguas perdidas, familiarizado con la cultura en aquel entonces y, para Trolls, la mejor delicadeza en la dieta de sus antepasados. Para alguien que conociera sus productos, Willem sería el activo más valioso que existe.

“Bueno, no sé de dónde sacó el Sr. Ayrantrobos su información, pero de todos modos no es como si se suponiera que él estaba cuidando a las niñas en este lugar”, comentó Ithea.

“Mencionó tecnología poco común, ¿verdad?”, Preguntó Chtholly. “¿Eso significa que es de un centro de investigación en otra isla?”

“Buena posibilidad de que lo sea, sí”.

“P-pero…”

Ella no podría aceptarlo. Si Willem fuera llevado a otro lugar, eso significaría que ya no estaría con ellas. Si ese fuera el caso, ella no lo aceptaría ni lo creería.

“Definitivamente rechazará la oferta”, exclamó Chtholly. “Después de todo, él es el segundo oficial técnico de armas encantadas de los militares y el cuidador del almacén”.

“Eh, eso podría no ser cierto. El Sr. Técnico es un tipo sentimental, pero si piensas en el precio que le podrían dar sus habilidades, no sería extraño si cambiara de opinión, ¿no? Tal vez el otro hombre saca una pila de dinero tan alto como una montaña y lo deja caer frente a

él, boom -” Ithea hizo un gesto de explosión con sus manos ” – y eso es todo”.

“¡Eso no va a suceder! ¡Él no me dejará-, a nosotros, atrás!

“¿Quién sabe? Incluso si no puedes comprar el corazón de un hombre con dinero, aún puede cambiar de opinión con eso, ¿sabes?

“Eso no… sucederá”.

Ella quería decir que era imposible, quería creer eso. Después de todo, se habían prometido mutuamente. Si se fuera, tal como se habían conectado entre sí… ella no quería pensar que el tiempo que pasaron juntos la noche anterior, los pensamientos de los que se hablaron, eran todas las cosas que podía abandonar por dinero. .

Está bien. Es por eso que no negó la teoría de que el Ayrantrobos estaba aquí para cazar a Willem. La verdad sea dicha,

él fue increíble. No importa qué tan alto sea el precio que le ofrecieron, valdría la pena.

Aun así, él no aceptará eso. ¡Definitivamente lo rechazará!

“Después de todo, ya hice una promesa con él- Mmf-”

“Shh,” respiró Nephren suavemente, sus pequeñas manos cubriendo la boca de Chtholly.

Hubo un movimiento en la mesa cerca de la puerta, Willem y el Ayrantrobos estaban de pie y sonriendo, dándose la mano el uno al otro.

“¿Eso significa que… el trato se concretó?”, Preguntó Chtholly.

¿Cómo podría ser?

“No…” Ella había dejado de respirar. “De ninguna manera…”

Ella no podía respirar. Ella no podía hablar. Justo en frente de ellos, los dos hombres salieron de la tienda. La silueta alta de Willem se encogió y desapareció al otro lado de la puerta, la distancia entre él y las chicas se hizo cada vez más grande.

“Um…” Ithea tosió. “Podrías llamar a esto un accidente, pero… también podrías decir que es lo que esperábamos, ¿eh?”

Sonaba como si estuviera tratando de burlarse de la situación, o tal vez su voz incrédula significaba que estaba simplemente

estupefacta. Nephren solo frunció el ceño ligeramente, sin decir nada. Y Chtholly…

“Esto… no es verdad… ¿cierto…?”

Chtholly cayó en trance sola.

***

Esa noche, Tiat, una de las hadas más jóvenes en el almacén, vio algo increíble en la cocina.

La persona que veneraba y el soldado adulto ideal en sus ojos, Chtholly Nota Seniorious, estaba haciendo algo extraño con su té negro.

“… ¿Chtholly?”

Chtholly era un adulto, y ser adulto significaba poder tomar bebidas amargas con indiferencia. Al menos, eso era lo que Tiat creía, y, de hecho, nunca antes había visto a Chtholly añadiendo azúcar o leche cuando estaba tomando café o té negro.

Pero ahora, ella simplemente había metido algo en su té negro.

¿Qué está pasando? Se preguntó Tiat, con la intención de mirar más de cerca. En ese momento, se dio cuenta de que Chtholly no estaba sosteniendo un tarro de azúcar. En cambio, la etiqueta pegada al tarro tenía una palabra escrita en la vivaz letra de un niño: Mostaza.

“¡C-Chtholly!”

Frente a Tiat, sorprendida, Chtholly levantó la taza de té hasta sus labios, pero de repente se detuvo y lanzó una rápida mirada alrededor. Cuando notó a Tiat por el rabillo del ojo, le temblaron las manos. Por la expresión en su rostro, uno podía ver una realización indescriptiblemente trágica.

Luego bebió toda la taza de té de un solo trago.

“W… woah…”

Los ojos de Tiat brillaron intensamente cuando su exclamación abandonó sus labios. Sus puños, que sin saberlo había apretado con fuerza, estaban sudando. ¡Así que esa es otra forma de beber té negro!

Ella era solo una niña, por lo que no sabía que los adultos también lo bebían así. Pero como Chtholly lo había hecho, debe ser así, esa fue la conclusión a la que llegó Tiat, en base a lo que acababa de ver.

Chtholly no gritó ni rodó por el suelo. Simplemente, con gracia, al menos, a los ojos de Tiat, se levantó, llevando la taza de té y la tetera al fregadero.

“Eso es tan maduro…”

Tiat la despedía con admiración y respeto.

***

Realmente, Chtholly no desconfiaba de Willem.

Ella lo comprendió como una persona. Al menos, ella pensó que sí.

Él podría tener pensamientos raros, o planear algo extraño, pero al final él era una persona honesta. Él no rompería una promesa fácilmente, y era difícil imaginar que pudiera traicionarlas o abandonarlas.

Incluso con sus preocupaciones, Chtholly sabía eso. Solo tengo que confiar en él y no preocuparme por nada. Comprendo eso.

Era tarde en la noche. Las niñas ya se habían ido a dormir hace mucho tiempo. Chtholly estaba encorvada sobre una mesa, las emociones negativas la recorrían. Auto-disgusto, impotencia, vergüenza, arrepentimiento

“¿Hay algo que te moleste?”

Ella levantó la cabeza.

“Té negro. El tipo que no te mantendrá despierto incluso si lo bebes justo antes de dormir. ¿Quieres un poco?”

Nygglatho estaba de pie junto a ella, con una bandeja en sus

manos. Chtholly alzó la vista, aturdida, mientras el troll le guiñaba el ojo.

“…Sí…”

Su garganta todavía estaba hormigueando por el impacto de la mostaza anterior. Asegurándose de que su voz no sonara rara, Chtholly asintió levemente. Mientras miraba a Nygglatho verter líquido ámbar en la taza de té, pensó que se parecía mucho a algo que estaba sucediendo en un mundo muy, muy lejano.

“También hay pastel”. Lo horneé durante el día. Por supuesto, algunos se guardaron para ti”.

“… No lo quiero”.

“¿De Verdad? Puede que no sea apropiado elogiarme a mí mismo, pero los pasteles que he horneado saben muy bien, ¿sabes? No voy a entregar el estómago de mis hijas a Willem por el momento.” Nygglatho puso platos sobre la mesa mientras hablaba, rodajas de la tarta antes mencionada sobre ellos. Una dulce fragancia salió flotando, extendiéndose lentamente y haciendo cosquillas a la nariz de Chtholly.

Se ve delicioso. Su estómago se quejó, lo cual debió haber sido simplemente por el picante té negro que bebió antes. “No soy un niño”, protestó débilmente.

“Decir cosas como esas significa que todavía eres un niño, ¿sabes?” “…De ninguna manera. Entonces, ¿cuándo empiezo a ser adulto?

“Mm, déjame pensar. ¿Quizás es cuando dices ‘Quiero ser un niño otra vez’ en serio? ”

¿Qué clase de razonamiento es ese? Cuando quiere ser adulta, todavía es una niña. Cuando quiera recuperar su infancia, entonces sería una adulta. ¿No significaba eso que no importaba cuánto tiempo pasara, ella nunca podría convertirse en la persona que quería ser?

“¿Qué pasa? Continúa, come mientras tienes la oportunidad y nadie está cerca para ver. Todavía eres joven, por lo que debes tener tu edad de vez en cuando, o de lo contrario será demasiado tarde, ¿sabes?

“… supongo.” Chtholly dejó caer su rostro en sus brazos cruzados, no muy segura de cómo sentirse.

“Chtholly”, dijo Nygglatho después de un momento, sentado a la mesa. “¿Te acuerdas de Tuca?”

“¿Huh?” ¿Qué es esto de repente? “Por supuesto… sí, aún la recuerdo”.

Tuca Cog Rosaurem. Un hada soldado que una vez vivió en el almacén. Como su nombre lo indicaba, estaba sintonizada con el arma excavada Rosaurem.

Era tres años mayor que Chtholly, su cabello era del mismo color verde oscuro que su iris, y tenía los labios muy abiertos. Sus risas estaban desbordadas de vigor. Era alta, y en ese entonces, Chtholly sentía que siempre tenía que ponerse de pie y abrirse paso para mirarla a la cara.

Hace dos años, mientras luchaba contra el Thymerais en la 96 ° isla flotante, Tuca abrió la puerta de las hadas. Dejó que su Venom se volviera loco a propósito, y murió en la batalla.

“¿Qué hay de Orko?” Preguntó Nygglatho.

“Sí.”

Orko Ross Ignareo. Un soldado de hadas que era un año mayor que Tuca. Ella estaba sintonizada con el Arma excavada Ignareo. Un mes antes de Tuca, en otro campo de batalla, perdió su vida en una batalla con las Bestias.

“¿Claquia, Ahor y Catariela?”

“…Sí.”

Tres nombres, mencionados uno después del otro. Todos eran iguales. Soldados de hadas que alguna vez vivieron en el almacén y se fueron un día para no regresar jamás.

“Eran todas buenas niñas.” Nygglatho sirvió té negro en su propia taza. “A decir verdad, nunca quise enviar a ninguno de ellos. Es mi trabajo, lo sé, y nada saldrá de mi voluntariedad. El destino de Regul Aire y la vida de unas pocas chicas no se pueden comparar en absoluto… ”

Ella tomó un largo trago. “… Eso es lo que trato de decirme a mí mismo. Pero nunca ha sido muy convincente”.

“Nygglatho…”

“No sé si es por cuánto tiempo he estado haciendo esto, pero he empezado a aceptar tener que enviarte a mis hijas, aunque no me he convencido de que sea correcto”.

Nygglatho se encogió de hombros, sacó su lengua y puso una sonrisa avergonzada. Sonriendo para mí, Chtholly se dio cuenta.

“Entiendo la forma en que te sientes, ¿sabes? Debido a que todos luchan contra las Bestias, yo quería actuar como una mujer adulta que entendía lo que está bien y lo que está mal, quién puede sonreír mientras los envía a ustedes. Mis sentimientos de querer gritar y protegerte deben ocultarse a las pequeñas. Cuando ya no lo soporto, voy a buscar un oso para pelear y trato de superarlo”.

“… ¿Un oso?” Chtholly sintió como si hubiera escuchado algo extraño en ese momento.

“Sip. Intenté muchas cosas, pero los osos son los mejores. Puedo olvidarme de las cosas que odio mientras cazo, condimentarlas es todo un reto, ¡y está llenando todo eso! ”

“¿Qué quieres decir?”

“La nutrición para el cuerpo y el alma se puede encontrar en comida deliciosa, ¿sabes?”

“Oye, espera un momento…”

Chtholly sintió como si la conversación hubiera cambiado de tema.

“En realidad, lo que realmente quería comer era a ustedes, pero eso sería como perder el sentido, ¿verdad? Y lo que realmente quiero comer son humanos, pero aún no he recibido su permiso… ”

Chtholly comenzaba a tener la clara impresión de que lo que habían estado hablando no estaba relacionado con esto en absoluto.

“E-en serio, espera un minuto”.

“… Ahora que hablo de esto, tengo hambre”.

“Dejemos eso de lado…” Con un cierto grado de fuerza, Chtholly volvió al tema original. “¿De qué estabas hablando antes, Nygglatho? ¿Quieres decir que no quieres que peleemos más?

“Hmm…” Nygglatho agregó hábilmente leche a su taza de té negro. Hizo girar la cucharilla una y otra vez, mezclando el blanco y el ámbar en una espiral de colores. “Eso sería correcto, pero no es toda la historia. A decir verdad, aún no me he decidido. ¿Es la esperanza de que Willem te haya dado algo en lo que pueda creer? Es posible que aún necesites abrir la puerta, o quizás puedas ganar la batalla sin necesidad de abrir la puerta. Todavía no sé lo que podría pasar al final… ”

Ella sacó la cucharita. “Si tan fácilmente esperaba un final feliz, sería devastador si me decepcionaran. En cuyo caso, renunciar a la esperanza e ir a cazar un oso significa que podría estar menos molesto por eso, ¿no crees?”

La forma en que lo pones, parece ser un buen punto. Dejando la parte sobre los osos a un lado, Chtholly podría estar de acuerdo con todo lo que Nygglatho había dicho.

“¿Quieres un poco?”, Preguntó el troll abruptamente.

“¿Huh?”

“Leche y azúcar.”

“… No, no lo hago.” Chtholly desvió la mirada.

Nygglatho suspiró decepcionado, luego volvió al tema en cuestión. “Ese tipo de cosas es lo que tengo en mente últimamente. No estoy acostumbrada a que me ofrezcan esa esperanza, así que no puedo evitar sentir miedo”.

“Mm-Hmm”.

“Y luego me di cuenta de algo: el miedo que sientes, como alguien directamente involucrado en todo esto, debe ser mucho más fuerte que el mío. ¿Cierto?”

Chtholly guardó silencio.

“Eso es porque no es fácil abrir tu corazón”, continuó

Nygglatho. “Incluso si has decidido creerle, cualquier pequeña cosa que pueda ocurrir te sacudirá. Lo más insignificante podría quedarse en tu mente, y no podrías olvidarlo sin importar nada”.

Ella permaneció en silencio, incapaz de encontrar las palabras para responder.

“¿Pasó algo?”

Y estaba el tema principal al que se habían estado acercando.

“… No es nada”, respondió Chtholly, aún incapaz de mirar a Nygglatho a los ojos. “No hay nada… nada en lo que valga la pena pensar”.

“Oh, entonces algo que no valía la pena pensar pasó, ¿o sí?”

Ojos lagrimosos. “…Eso no es lo que yo dije.”

“Te importa, ¿no?”

“Yo no.”

“No tienes que enojarte con eso, ¿sabes?”

“No estoy loca.”

“Alguien dijo una vez que querer creer en algo y no creer en algo desde el fondo de tu corazón son dos caras de la misma moneda”, dijo Nygglatho. “Pero debes saber, eso no es algo de lo que avergonzarse”. Debido a que estás preocupada por algo, quieres entender más sobre él, y es por eso que tu corazón sigue latiendo. O eso dicen, de todos modos”.

“Nunca había escuchado acerca de eso.”

“¿Quieres saber más sobre Willem?”

“Yo no-” Chtholly se obligó a detenerse. “… Nygglatho, ¿sabes algo que yo no sepa?”

“Hmm, ¿quién sabe?” Casi podía ver la sonrisa del troll. “Si no sé lo que sucedió, no creo poder decir nada de una manera u otra”.

Ah, Dios.

No funcionaria No importa lo que Chtholly dijera, no sería capaz de desafiar a Nygglatho. Un niño que pretende ser maduro, en comparación con un adulto real. El vencedor en esta batalla fue decidido desde el principio.

“Bueno, por ejemplo”, comenzó como un prefacio. “Esto es solo una analogía, ¿de acuerdo? Por ejemplo, hipotéticamente, digamos que alguien de otra isla flotante le ofreció un trabajo a Willem”.

“Ah, ya veo.”

“¿Crees que… Willem lo aceptaría? ¿El trabajo?”

“Hmm…” Nygglatho lo pensó. “¿Quieres decir abandonar este almacén e ir a otro lugar?”

“Sí.”

“Creo que eso no sucedería incluso si Ballman empezara a caerse”.

Ella no estaba equivocada. Chtholly, que había hecho la pregunta para empezar, pensó de la misma manera. Pero incluso si eso fuera cierto…

“Si le ofrecían buenas condiciones, podría haber una posibilidad de que acepte, ¿verdad?”

“Ohh? ¿Como?”

Chtholly pensó. “¡Una bonificación de inicio de sesión!”

“¿Cómo sería eso posible?” Nygglatho soltó una risita. “Lo sabes tan bien como yo, ¿verdad? No es alguien que se sienta tentado por el dinero”.

“Bueno…” suspiró Chtholly. Ella no podía negar eso.

“No es como si no tuviera necesidades materialistas, pero parece como si él no los ve como importante. Escuché que le dio a Grick un momento muy difícil por eso”.

Ella no sabía quién era, pero Chtholly todavía tenía que estar de acuerdo con ella.

“Bueno, bueno… entonces ¿qué hay de chicas guapas?”

“¿Ah? ¿Eso no significa que es imposible que nuestro almacén pierda? Chtholly no sentía que pudiera juzgar eso.

“¡Amigos del pasado, entonces! ¡O un amante pasado! ”

“No creo que él pueda estar más solo en este mundo, ¿sabes? E incluso si tuviera a alguien así en la Isla 28, ¿decidirá abandonar a sus queridas hijas para verlas?

A Chtholly también le resultaba difícil de imaginar y empezaba a faltarle ideas.

“Me pregunto, ¿por qué no se lo preguntas a ti misma?”, Preguntó Nygglatho. “Como acabas de hacer. Estoy seguro de que él te diría todo, ¿sabes? ”

“YO…”

Tal vez eso es lo que debería hacer. Parecía el curso de acción correcto. Pero aun así, no creía poder hablar con Willem tan directamente.

A lo que le tenía miedo no era a sus sentimientos de inseguridad, sino a que esos sentimientos se transformarían en realidad. Debido a eso, no fue capaz de abordar el asunto directamente, ni fue capaz de seguir adelante.

Después de un rato, Nygglatho volvió a hablar. “¿Quieres leche con tu té?”

“Sí.”

“¿Y azúcar?”

“Sí.”

“¿Pastel, también?”

“Sí.”

La nueva taza de té de Chtholly era extremadamente dulce y un poco caliente.

“… ¿Hey, puedo preguntarte algo?”

“¿Qué es?”

“Nygglatho, ¿alguna vez has pensado en volver a ser un niño?”

“Ja, ja”, se rió Nygglatho torpemente. “Eso no es algo que pidas, ya sabes”, dijo, esquivando su pregunta con una respuesta vaga.

Los adultos son tan astutos, gruñó Chtholly por dentro. Su pensamiento

fue acompañado por una comprensión significativamente

deprimente. Si estoy pensando de esa manera, probablemente significa

que todavía soy un niño después de todo. ”

Soltó un largo suspiro, clavó el tenedor en una rebanada de pastel y se lo metió en la boca. Era una tarta de queso al horno con un sabor fuerte y dulce. Una maravillosa sensación se extendió por su lengua.