Isekai Wa Smartphone to Tomoni (NL)

Volumen 26

Capítulo 1: Vínculos Paternales

Parte 3

“El Rey Felsen dijo que no hará una oferta, no. Aparentemente, no tiene mucho dinero de bolsillo este mes”.

…Maldita sea, ¿tiene una asignación personal? Su esposa debe estar frenándolo.

Sin embargo, podía entender su aprensión. No hubiera sido bueno que el dinero público se usara para la colección personal del rey. Las compras de pasatiempos como esa se hicieron mejor con dinero que el rey ahorró personalmente.

“¡La armadura de Dahmuel necesita ser preservada! ¡Preservado para el futuro, digo!” Frei exclamó, sus ojos ardían de deseo. Aunque habló con nobleza sobre la preservación de armaduras, me di cuenta de que sus deseos eran impulsados por necesidades egoístas.

“Claro, no tengo ningún problema con que hagas una oferta… pero ¿con qué dinero, exactamente?”

“¡Es precisamente por eso que estoy aquí, padre! ¡Llévame a matar dragones! ¡Podemos matar a otro Demoniodraco y ganar dinero!”

“Eh, ¿quieres salir de nuevo?”

Ciertamente tenía sentido, al menos. Si Frei quería dinero, esa era la mejor opción. Pero, sinceramente, no estaba seguro de dejarla usar todo ese dinero de recompensa solo para una subasta… Y desafortunadamente, no podía simplemente prestarle el dinero, ya que Hilde definitivamente tendría un problema con eso.

“¡Vamos, padre! ¡Solo dime dónde está el Demoniodraco más cercano! ¡O lo más lejos! ¡Puedo hacer que Yoshino o Yakumo me envíen!”

“Hmmm…”

Supongo que podrías ir allí con cualquiera de esas dos gracias a [Gate] o [Teleport], ¿eh?

“Si obtienes el permiso de Hilde, entonces…”

“¡Estoy en ello!” Frei rugió mientras salía corriendo, con una gran sonrisa en su rostro. Ciertamente necesitaba aprender un par de cosas sobre cómo calmarse…

Unos minutos más tarde, ella regresó triunfante. Al parecer, Hilde había dado su consentimiento. Yakumo y Linne vinieron con ella.

“Me gustaría probar mi espada contra los Demoniodracos de esta era”. “¡Sí, y esta vez quiero matar uno sin romperlo en pedazos!”

“¡Oye, espera! ¡Ustedes dos solo vienen por apoyo! Necesito la mayor parte del dinero, ¿de acuerdo?!”

Aparentemente, Frei ya había decidido que obtendría la mayor parte de la recompensa. Seguro que era codiciosa. Aunque, sinceramente, no podía culparla si tenía un plazo ajustado. Después de todo, la subasta se acercaba.

Estaba un poco exasperado, pero ella había obtenido permiso… así que simplemente me encogí de hombros y comencé a buscar la ubicación del Demoniodraco más cercano.

***

Frei y los demás terminaron matando al Demoniodraco y vendiendo su cuerpo al gremio por una suma considerable. Sin embargo, rápidamente nos encontramos con otro problema. La subasta en Felsen no estaba abierta para que participaran menores de edad. Eso no fue demasiado sorprendente, pero aun así fue un dolor.

“Oh, mi error… Me olvidé de eso”, se disculpó el Rey Felsen por teléfono. Era tan decidido cuando se trataba de sus pasatiempos que probablemente había olvidado que estaba enviando mensajes de texto a un niño literal.

Aun así, no era el fin del mundo. Podíamos conseguir que un adulto pujara por la representación de Frei. Y, como habrás adivinado, ese deber recayó en mí. En cuanto al motivo…

“¡Porque sé que ganarás la oferta, padre! ¡Creo en ti!” Frei exclamó emocionada, sonriéndome todo el tiempo, causando que un rubor subiera a mis mejillas.

Cielos… Con expectativas como esas, no puedo darme el lujo de perder…

“No te dejes engañar por sus artimañas, Touya. Es probable que esté pensando que si la oferta supera su presupuesto, usted intervendrá y cubrirá la diferencia. ¿No es así, Frei?”

“¡E-E-E-En absoluto!”

El comentario de Hilde hizo que Frei se pusiera rígida y moviera la mirada de un lado a otro.

…Sí. Supongo que tiene sentido.

“Escucha, Frei. Este es el dinero que ganaste. No te diré cómo gastarlo, pero debo pedirte que no lo uses para causar problemas a las personas que te rodean. ¿Comprendido?”

“Okay…”

“Es una promesa, entonces. Rompe esa promesa y haré que Touya te quite todas tus armas”.

“¡O-Okay! ¡Es una promesa!”

Frei, tratando de ocultar el pánico en sus ojos, levantó la mano para saludar a su madre. Hilde seguramente había controlado a Frei hasta convertirse en un arte. Estaba impresionado.

Con eso fuera del camino, activé [Gate] y llevé a Frei a la ciudad capital de Felsen. La subasta se llevaría a cabo en el museo de la ciudad, y no pasaría mucho tiempo hasta que comenzaran las cosas.

Revisé la ubicación en mi teléfono inteligente y el museo estaba a solo una corta distancia a pie. Caminé hacia allí con Frei, que parecía muy animado. No pasó mucho tiempo antes de que ella estuviera saltando y tarareando para sí misma.

“Oye, no te emociones demasiado, ¿de acuerdo? Todavía es una subasta, por lo que es posible que no ganes esa armadura”.

No quería que construyera sus esperanzas demasiado, ya que sería más triste si se desvanecieran. No quería bajar su estado de ánimo ni nada, pero necesitaba mantener la posibilidad de perder en el fondo de su mente. Aparentemente, el rey Felsen también había obtenido fondos suficientes para ofertar personalmente… por lo que sería alguien a quien vigilar.

“¡Todo está bien! No creo que a mucha gente le importe la armadura de Dahmuel. La única otra persona que conozco que realmente lo quiere es el rey Felsen, así que si tenemos más dinero que él, ¡ganaremos!”

“¿Eh? ¿No le importa a mucha gente? ¿Por qué?”

“La armadura de Dahmuel está maldita. Si lo usa, se encontrará con un mundo de dolor, ¡así que no es un tesoro súper popular!”

“¡¿Por qué querrías eso?!”

¿Armadura maldita? ¡¿No pensaste mencionar eso antes?!

Frei notó mi pánico y rápidamente se movió para dar más detalles.

“Está bien, de verdad. ¡No es una mala maldición ni nada! Creo que es Curar el Dolor o Conversión de Vida, ¡así que es algo menor! ¡No te preocupes!”

… ¿Curar el Dolor? ¿No es esa la maldición que duplica el poder de la magia de recuperación, pero que causa un dolor enorme cuando te cae encima? Y Conversion de Vida es una maldición que amplifica tu poder mágico a cambio de años de tu vida, ¿verdad? Ese es un tipo de poder loco… Espera, ¡¿cómo puedes llamar a esas cosas menores?! ¡Eso es bastante intenso! ¿Qué estaba tratando de hacer exactamente este Dahmuel? ¿Convertirse en un caballero oscuro o algo así?

“¿Qué clase de tipo era este Dahmuel, de todos modos?”

“Lo llamaban el héroe abnegado…”

… ¿Abnegado? Algo me dice que el tipo probablemente solo era un masoquista extraño. Menos campeón y más pervertido.

“… Frei, no vas a equipar la armadura, ¿verdad? No quiero pujar por él si estás planeando eso”.

“No quiero usarlo. Solo quiero agregarlo a mi colección. Además, Dahmuel medía más de dos metros de altura. El rey Felsen podría usar su armadura, pero no me quedaría bien.”

Eso fue tranquilizador… Si ese fuera el caso, entonces estaría bien dejarla tenerlo. ¿O lo sería? ¿Estaría realmente bien? Todavía era un objeto maldito…

Luché en silencio con mis complejos personales sobre la armadura hasta que llegamos al Museo de la Capital de Felsen. Era un edificio blanco adornado con un diseño arquitectónico sublime. El museo albergaba muchos artefactos mágicos poderosos del pasado lejano de Felsen.

Aunque se llamaba museo, era algo diferente de los que había en la Tierra. Para empezar, no estaba comúnmente abierto al público. Era más una sala de exposiciones para la nobleza, por lo que en realidad estaba más cerca de una instalación de almacenamiento de artefactos financiada por el estado que de un lugar abierto al que cualquiera podía venir a mirar.

Si bien el lugar era propiedad del estado, la subasta en sí fue patrocinada por el gremio financiero principal de Felsen, el Comisario de Magicraft. Por eso el Rey Felsen no podía simplemente entrometerse y asegurar cualquiera de los bienes para sí mismo. Fue una operación independiente.

Le entregué mi invitación al guardia de seguridad más cercano antes de entrar al edificio. Ya se había reunido un gran número de personas. Me di cuenta por sus atuendos extravagantes y llamativos que la mayoría de las personas aquí eran nobles ricos o comerciantes ricos.

“Deberías haber traído una corona o algo elegante para usar, padre”.

“… Sí, como si me atraparan muerto en algo así”.

No tenía ningún interés en llevar una corona en privado, y mucho menos en público. Demonios, Brunhild ni siquiera tenía una corona oficial para empezar. Éramos más pequeños que Belfast y Regulus, por lo que se habría sentido fuera de lugar usar algo tan formal.

Me dirigí al escritorio y completé mi registro de subasta. Luego, me indicaron cómo llegar al asiento que había sido reservado para nosotros. Era un lugar bastante bueno… El Rey Felsen había sido generoso con nosotros, claramente.

Me dieron una tarjeta de presentación de la subasta, así como un catálogo que enumeraba todo por lo que podíamos ofertar. No había fotografías, por supuesto, pero cada listado tenía una ilustración que lo acompañaba.

Hojeé el catálogo hasta que encontré la armadura que Frei quería.

…Por supuesto. Por supuesto, es la armadura cubierta de púas con calaveras en los hombros y globos oculares espeluznantes tallados en el pecho. ¿Por qué no sería ese?

“¡Wow! ¡Se ve aún más genial de lo que pensaba!” “No es la palabra que habría usado…”

Frei soltó una risita emocionada mientras miraba la ilustración. Simplemente negué con la cabeza, completamente inconsciente de dónde había venido el pobre sentido estético de mi hija.

***

El Museo Felsen tenía un gran salón reservado para la subasta. Me sorprendió un poco ver que un gran número de invitados ya había llegado y tomado sus asientos.

… ¿Todos están aquí para pujar por cosas? Todos se ven bastante ricos.

“Uhhh… Nuestro asiento está sobre… ¿dónde, exactamente?”

Frei tiró de mi manga después de que dije eso.

Ah, ¿está ahí?

“Padre, el    Rey Felsen está aquí”.

“¿Eh?”

Miré hacia donde señalaba Frei, solo para ver al propio Rey Felsen saludándonos. O al menos, probablemente fue el Rey Felsen. Llevaba una máscara de dominó en la cara, presumiblemente para mantener oculta su identidad. Quería ir a saludarlo, pero estaba a una buena distancia y no quería arriesgarme a revelar su identidad. Como tal, solo le di un pequeño asentimiento y decidí ir a verlo después de que terminara la subasta.

Todavía necesitaba encontrar mi asiento, después de todo. No quería seguir de pie cuando comenzara la subasta.

Miré a mi alrededor y vi que el Rey Felsen no era el único que llevaba una máscara; había un montón de nobles con varias cubiertas faciales. Era posible que no quisieran ser reconocidos en caso de que ganaran… o tal vez querían gastar dinero sin que sus cónyuges se enteraran…

Después de un rato buscando a tientas, finalmente encontramos mi asiento. Era un lugar bastante bueno, no muy lejos del frente del escenario. Tanto Frei como yo teníamos una gran vista de los artículos desde ese lugar. Antes de sentarme, cogí mi remo. Tenía un número en él correspondiente a mi asiento. Verifiqué y, aparentemente, todo lo que tenía que hacer era levantar la paleta para indicar su oferta. Era básicamente la misma forma en que funcionaban las subastas en la Tierra.

Me senté, Frei se sentó a mi lado y comencé a hojear el catálogo de la subasta. Aparentemente, esta subasta no fue solo para armas y armaduras, sino también para obras de arte raras y antigüedades.

Revisé los artículos, pero realmente no vi nada que me interesara. El catálogo tenía imágenes y descripciones de los productos, pero nada indicaba en qué comenzaban las ofertas o hasta dónde podían llegar. Por lo que entendí, los vendedores generalmente establecen una cantidad mínima que se debe alcanzar o el artículo no se vende.

“¿De verdad quieres esta cosa?”

Volví a mirar la lista de la armadura de Dahmuel, con el ceño fruncido. Parecía totalmente desagradable, hasta el punto de que simplemente mirarlo te daba la impresión de que estaba maldito. Además, ¡en realidad estaba maldito!

“Supongo que puedo eliminar la maldición, al menos…”

“¡Absolutamente no, padre! ¡Si rompes la maldición, no será tan valioso! ¡No me gustaría que cambiaras nada al respecto!”

“Ugh…”

No entendía a mi hija en absoluto. ¿Por qué estaba más feliz de que estuviera maldito? No lo entendí. Sin embargo, al mismo tiempo, ella era mi hija… Quería hacerla feliz, así que decidí aguantarme.

Le pasé el catálogo a Frei, y ella se iluminó después de mirar un par de páginas.

“¡Whoa! ¡¿La daga de Matlack?! ¡Hnnnh! Yo también quiero eso… Pero dinero… Mi dinero… Yo… ¡Nooo!”

¿Por qué me das esa mirada? Quiero decir, sé por qué… pero dame un respiro aquí.

“… Si no es demasiado caro, tal vez podamos conseguirlo”.

“¡Te amo!”

Hilde me va a patear hacia el sol. Maldita sea… ¿Por qué soy tan fácil de convencer cuando se trata de mis hijas? Me están jugando como un maldito violín…

Gemí, pero mi atención fue capturada repentinamente por la presencia del subastador mientras caminaba hacia el escenario.

Lo primero que salió fue una especie de jarrón. Aparentemente, era una obra de arte de tres mil años. El subastador explicó que una vez perteneció al rey de alguna nación muerta y que se libró una guerra por ella que llevó a la muerte de dicha nación. Pensé que era genial que el artículo tuviera una historia que lo acompañara, pero me preguntaba quién querría algo tan sombrío. Mi pregunta fue respondida rápidamente por una ráfaga de manos emocionadas que se dispararon en el aire. Yo estaba claramente fuera de mi profundidad. No entendía a esta gente en absoluto.

La puja solo se intensificó después de eso, con varios artículos interesantes a la venta. Solo podía usar monedas de oro para aumentar su oferta en esta subasta, por lo que en términos de la Tierra eso era algo así como aumentar su oferta en al menos cien mil yenes cada vez. Sin embargo, tenía sentido. Si fuéramos con monedas de plata, las ofertas probablemente se prolongarían para siempre, y con todos atrapados en el calor del momento, garantizó un buen pago para los vendedores.

Sin embargo, algunos de los artículos terminaron vendiéndose por cantidades increíbles… lo que me llevó a preguntarme si alguna de estas personas entendía que estaban gastando dinero real… Podría entender estar invirtiendo en un pasatiempo, pero no si agotaba su cartera a este grado. Hubo entusiasmo, y luego hubo obsesión. Estos postores frenéticos apenas me parecían humanos.

“¡Padre! ¡La daga de Matlack es la siguiente! ¡Tienes que pujar por él! ¡Hazlo!”

… Mi hija apenas parece humana en este momento también.

La ansiedad comenzó a asentarse cuando trajeron el siguiente artículo al pasillo. Básicamente era solo una daga. Había una hendidura en el medio que dividía la hoja en un lado izquierdo y otro derecho. Parecía más un tenedor de dos puntas que una daga. El tipo de cosa que usarías para pinchar un tazón de fruta, esencialmente.

La daga de Matlack, ¿eh…? Bueno está bien.

El subastador se aclaró la garganta antes de hablar por su artefacto parecido a un altavoz para decir: “Muchos de nosotros conocemos la nación mercenaria, Catan. Una vez floreció bajo la guía de su poderoso rey… y el gran general Matlack, quien sirvió como el intrépido brazo derecho de ese rey. Se cree que la daga que tenemos hoy fue un regalo de Matlack a su hijo. La hoja puntiaguda está compuesta de mithril, mientras que las partes decorativas son de orichalcum. Incluso después de mil años, puedes ver que aún conserva su hermoso brillo. ¿Comenzamos la puja?”

“¡Cien monedas!”

¡¿Bwah?! ¿Cien monedas de oro? ¿Diez millones de yenes por un tenedor de fruta? ¡¿Estás loco?!

Me quedé atónito en silencio justo al salir de la puerta, y esa fue solo la oferta inicial.

¿En serio? ¿Por esa cosa? Podría hacer uno yo mismo…

“¡Ciento diez!”

“¡Ciento veinte!”

“¡Ciento veinticinco!”

¡Eep! ¿Está subiendo? ¿Es tan popular?

“¡Padre! ¡La paleta! ¡Rápido!”

“Pero ya es más alto de lo que iba a ofertar…”

“¡Es la daga de Matlack, padre! ¡Cien monedas es más que razonable! ¡Si no pujas, lo perderemos a un precio de ganga!”

… ¿En serio? No puedo decir que sepa mucho sobre este tipo de cosas, pero si Frei lo dice, entonces tal vez sea verdad… Supongo que el dinero que recibió Frei por matar al Demoniodraco era más que esto, así que tal vez esto no sea realmente eso. mucho dinero en absoluto.

“Uhm, está bien… ciento treinta—”

“¡Ciento treinta y cinco!”

Antes de que pudiera terminar de hablar, otro postor me ganó desde el otro lado de la habitación. Era un aristócrata regordete con una sonrisa de comemierda en su rostro.

Gah… Me retracto o.…

¡Ciento cuarenta!

“¡Ciento cincuenta!”

¡Ciento sesenta!

“¡C-Ciento sesenta y cinco!”

¡Ciento setenta!

“¡Ciento setenta… dos!”

El aristócrata regordete claramente se estaba quedando sin energía. Probablemente estaba cerca de su presupuesto. El concurso era solo entre él y yo ahora, ya que todos los demás se habían retirado. Por eso decidí hacer una llamada decisiva.

“¡Doscientas monedas!”

“¡Ah…!”

El gordo no volvió a levantar la paleta. Solo se sentó en su silla, haciendo pucheros.

Lo hice… lo compré. No, no solo lo compré… ¡Lo gané!

“¡Vendido! ¡El artículo va al elegante caballero del asiento sesenta y cinco por el precio de doscientas monedas!”

El sonido del martillo del subastador golpeando hacia abajo reverberó a través del salón.

“¡Lo hice! ¡Gané el artículo!”

…Oh mierda. Me dejé llevar, ¿no? ¡Maldita sea! ¡Lo compré por el doble de la oferta inicial!

Frei estaba extasiada, pero sabía que Hilde tendría palabras para decirme sobre esto… Solo imaginar su sonrisa aterradora y forzada fue suficiente para darme escalofríos.

Volví a sentarme y comencé a preguntarme por qué el Rey Felsen no había hecho una oferta por la daga. ¿No se suponía que era un maníaco de las armas como Frei?

“Al Rey Felsen no le gustan las armas que no han visto un combate real.

Matlack nunca usó la daga de Matlack, por lo que no la valora”.

Ah, sí, el subastador dijo algo así. Matlack se lo dio como regalo a su hijo o lo que sea. Bueno, supongo que es una suerte para nosotros. Podría haber terminado gastando más si el rey estuviera en la carrera.

En cualquier caso, había gastado veinte millones de yenes en una sola daga. Esa no era una suma pequeña. Mi hija me tenía envuelto alrededor de su dedo meñique, y no había nada que pudiera decir para negar eso.

Aun así, ella puede ganar más que eso por su cuenta si se esfuerza un poco… No es como si estuviera desperdiciando su mesada, así que no es tan malo… Hmm, tal vez me volví un poco menos humano. Puedo sentir la responsabilidad fiscal saliendo de mi cuerpo… Lo entiendo… Lo entiendo ahora.

Las subastas continuaron y me encontré pensando en lo potencialmente lucrativas que podrían ser estas cosas… Casi me sentí sucio cuando consideré montar una propia.

Entre mi [Storage] y el almacén de Babylon, tenía una tonelada de materiales basura y herramientas mágicas que nunca usé. Me di cuenta de que si los ponía en el circuito de subastas, podría ganar mucho dinero. Tenía que haber gente por ahí que quisiera esas cosas, ¿verdad? ¿No fue un desperdicio tenerlos sentados sin usarlos?

Hmm, tal vez pueda vendérselos a los otros líderes mundiales en nuestra próxima cumbre…

“Siguiente artículo, amigos. Una piedra mágica artificial creada en la antigüedad del reino mágico. ¡Nunca se ha visto una piedra de este tamaño en ningún otro lugar del mundo! ¡Lamento decir que su poder mágico se ha agotado casi por completo, pero aún tiene un valor considerable como pieza de colección y una gema rara!”

Cuando el subastador terminó de hablar, los asistentes trajeron un enorme cristal rojo del tamaño de una bola de equilibrio.

¿Es una piedra mágica artificial de algún reino antiguo o lo que sea? Las piedras mágicas pueden almacenar y amplificar la magia, ¿verdad? Supongo que vieron mucho uso como fuentes de energía en el pasado. Pero los naturales eran difíciles de encontrar en ese entonces, y son aún más difíciles de encontrar hoy en día. Es por eso que los artificiales terminaron siendo creados. Sin embargo, no son tan buenos como los naturales. Solo pueden contener el poder mágico con el que fueron creados, por lo que no hay que recargarlos. En otras palabras, son pilas desechables.

Eso hizo que este artículo fuera bastante inútil para mí. Incluso si era un remanente antiguo, no significaba mucho si se drenaba. Además, la Doc Babylon ya había hecho un gran avance con la producción de hechizos. Había creado varios que podían recargarse y se usaban en la torre de Babylon y como fuente de energía general en las otras instalaciones de Babylon.

Las piedras mágicas artificiales mejoradas del doctor eran algo similar al G-Cube de Gollem. Tomaron la magia de la atmósfera circundante, la amplificaron internamente y la usaron para empoderarse. Phrasium también era algo similar. Si tuviera que adivinar, la piedra de hechizo que estaba mirando ahora probablemente se usó en alguna fábrica o instalación enorme. Estaba drenado, por lo que no tenía ninguna aplicación como fuente de energía, pero seguro que era bonito.

“¡Comencemos con la licitación!”

“¡Mil setecientos!”

¡¿Bwugh?! ¡¿Vas a entrar con ciento setenta millones de yenes para empezar?! ¡Es solo una gran piedra! ¡No puedes hacer nada con eso! Estoy seguro de que tiene valor histórico, pero…

Para mi horror y sorpresa, comenzó una furiosa guerra de ofertas por la piedra mágica. Definitivamente era valioso como una gema rara, y era enorme… pero ¿realmente valía tanto? Desde mi perspectiva, era solo un gran orbe de cristal. Pero, bueno, tuve que deferir a los expertos aquí.

Claramente, ellos vieron algo más en esto que yo. ¿Quizás su rareza hizo que valiera la pena una oferta inicial tan absurda?

“¡Mil ochocientos cincuenta!”

“¡Mil ochocientos cincuenta y cinco!”

“Dos mil.”

Conmoción y asombro se extendieron a través de la multitud. Me giré para ver a un noble con una máscara azul. Estaba bastante atrás en el pasillo, pero su remo estaba alto en el aire y su actitud era sorprendentemente tranquila.

… ¿Dos mil monedas de oro? Eso es extremo. Demasiado extremo. Eso es más de doscientos millones de yenes.

“¡Dos mil cien!”

Un comerciante llamativo con una sobremordida prominente levantó su propia paleta, superando la oferta del hombre de la máscara azul. La multitud se puso frenética por este giro repentino. El comerciante, aparentemente disfrutando de la atención, se empapó de los vítores. O al menos lo hizo, hasta que…

“Tres mil”, dijo el noble enmascarado, haciendo otra oferta absurda, su voz tan tranquila como siempre. El mercader de dientes salientes frunció el ceño y gimió antes de tirar su paleta al suelo con rabia.

“¡Vendido! ¡El artículo va al magnánimo caballero del asiento noventa y ocho por el precio de tres mil monedas!” El martillo de madera cayó una vez más, sellando el trato.

…Tres mil monedas de oro. Trescientos millones de yenes… Esa es la oferta más alta que he visto hoy.

Me estremecí al pensar en lo alto que podría haber subido la oferta si a la piedra aún le quedara algo de jugo.

Supongo que he oído hablar de precios igualmente absurdos para las joyas

en la Tierra, así que tal vez sea así. La gente siempre va a gastar dinero…

“No puedo creer que gaste tanto en algo tan ridículo…”

“Deberíamos ver si están vendiendo algún espejo para que puedas mirarlo”.

Las palabras de Frei podrían haberse aplicado fácilmente a ella misma.

Miré y vi al noble de máscara azul saliendo del salón con sus asistentes. Aparentemente, solo estaba aquí por la piedra. Por otra parte, probablemente había acabado con sus ahorros en esa gran compra. O al menos, una parte de mí esperaba que lo hubiera hecho. El mercader con dientes salientes también se fue. Presumiblemente había venido aquí solo por esa piedra también.

La subasta continuó después de eso, pero no hubo nada que me impulsara a ofertar. Había un juego de cinco collares que podrían haber sido bonitos para mis esposas, pero el juego se quedó corto en cuatro. No podía comprar cinco.

“¡Y ahora, el artículo final! ¡La armadura legendaria que lleva el antiguo campeón, Dahmuel! ¡Es una coraza maldita que devora tu cuerpo mientras te otorga un gran poder!”

Una aterradora armadura de color negro azulado fue transportada al salón. Era, presumiblemente, la armadura de Dahmuel. Honestamente, se veía aún más espeluznante de cerca.

¿Por qué es esta la pieza central, exactamente? Es bastante llamativo, supongo… También tiene ojos literales… Realmente no sé si quiero ofertar por esto. ¡Ugh!

“¡Padre! ¡No podemos perder contra el Rey Felsen!”

“Si perdemos, perdemos. Estoy usando tus fondos, ¿de acuerdo? No me voy a pasar.”

El dinero que Frei obtuvo de su cacería no fue infinito. Si la oferta superaba esa cantidad, no había nada que pudiera hacer. Existía la posibilidad de que lo ganara de un solo golpe si pujaba alto desde el principio, pero probablemente era más inteligente intentar subir en incrementos más pequeños.

“¡Que comience la subasta!”

“¡Quinientos!”

¡¿Qué?! ¿Cincuenta millones de yenes ya? Eso es mucho…

“¡Quinientos diez!”

Oh, alguien subió a las diez ya.

Miré para ver quién era el segundo postor… y efectivamente… el Rey Felsen estaba allí con una paleta levantada.

Así que también va con el plan de pequeños incrementos, ¿eh? No es que esta cantidad de dinero sea pequeña, exactamente.

“¡Quinientos veinte!”

“¡Quinientos treinta!”

¿Oh? Pensé que solo sería una guerra de ofertas entre algunos entusiastas, pero parece que la multitud se está emocionando mucho. Esto podría ser un problema…

“¡Padre! ¡Tienes que unirte a la puja!”

“Está bien, iré… ¡quinientos cuarenta!”

Subiré mi oferta en incrementos de diez. Frei tiene ocho monedas reales, lo que equivale a unas ochocientas monedas de oro. Con suerte, no tendremos que ir tan alto, sin embargo…

“¡Seiscientos!”

Otro hombre en el pasillo de repente subió la oferta por una tonelada.

¡Maldita sea, no hagas eso! ¡Comenzarás una reacción en cadena!

“¡Seiscientos treinta!”

“¡Seiscientos setenta!”

¡Maldita sea! ¡Noooo!

La puja se estaba volviendo loca rápidamente, con todos los postores haciendo todo lo posible para flexionar cuánto podían ofertar.

“¡Setecientos cincuenta!”

Justo cuando comencé a dudar, el Rey Felsen intervino con otra oferta escandalosa.

Espera, ¿no te regañará el primer ministro por pujar tanto?

El salto repentino hizo que algunos rezagados se desvanecieran, reduciendo la competencia.

Espera… Yo también necesito ofertar o me quedaré fuera.

“¡Setecientos sesenta!”

¡Okay! ¡Otros diez añadidos! ¡Si nos mantenemos por debajo de los ochocientos, todavía puedo ganar esto! ¡Podría estar bien!

“¡Setecientos setenta!”

¡Hngh! ¿El Rey Felsen añadió otros diez? Probablemente también se esté

acercando a su límite… Veamos si puedo derrotarlo, entonces…

“¡Ochocientos!”

“Hngh… Gah…”

El Rey Felsen me miró con una mirada de asombro que parecía decir: “¿En serio?” Y luego, con un movimiento resolutivo de su brazo, levantó su remo una vez más.

“¡Ochocientos cincuenta!”

Mierda. me ha superado…

El Rey Felsen adoptó una sonrisa de suficiencia y la disparó en mi dirección.

Ese bastardo…

Miré a Frei y lentamente negué con la cabeza. Estábamos en nuestro límite. Podría haber agregado más, pero habíamos comprado la daga… y sabía que Hilde definitivamente me mataría si empujaba más allá de eso.

Con eso, bajé mi paleta en derrota.

“¡Vendido! ¡El artículo va al elegante caballero del asiento veinticinco por el precio de ochocientas cincuenta monedas!”

El martillo de madera cayó de golpe. La expresión del Rey Felsen de repente cambió a una sonrisa rígida cuando se confirmó su victoria.

No me digas…

De repente comenzó a charlar nerviosamente con su séquito, y una parte de mí se preguntó si no tenía suficiente dinero. Todavía era un líder mundial, por lo que definitivamente podría pagar… pero tenía la sensación de que se había excedido en el presupuesto. Eso podría haber sido mi culpa, pero él fue quien decidió superarme.

“Waaah… No debería haber pedido la daga de Matlack…”, exclamó Frei, dejando escapar un gemido lastimero.

Ella tenía razón. Si no fuera por esa daga, probablemente podríamos haber vencido al Rey Felsen por la armadura. A juzgar por la expresión pálida del chico, había llegado a su límite absoluto con esa oferta final. Aun así, ese era su problema ahora. Y oye, al menos habíamos ganado algo bueno.

Con la subasta terminada, los invitados salieron del salón. Era hora de que los ganadores cambiaran su dinero por los bienes que habían ganado.

Nos levantamos y fuimos a recoger la daga.

◇        ◇          ◇

Tres hombres salieron de la subasta con el artículo que habían ganado. Su premio estaba contenido dentro de una caja grande que tenía la mitad del tamaño de un hombre promedio. Estaba siendo levantado y transportado por el más grande del trío, un gigante pesado que medía aproximadamente dos metros de altura.

“¿Realmente pagaste treinta monedas reales por esta cosa? ¿Por qué no atacar el salón y robarlo? ¿Estás loco?” preguntó el más joven de los tres, un chico canoso, quejándose con el hombre de ojos rasgados que estaba junto a él. Su rostro había estado oculto por una máscara de dominó hasta ese momento exacto, pero de repente, su expresión horrorizada se mostró por completo.

“¿Qué pasa si atacamos este lugar y el objeto está dañado, hm? ¡Y esto es Felsen, el reino mágico! Sería de mala educación para nosotros atacar sin explorar qué posibles sistemas mágicos de seguridad o artefactos tienen instalados. Tenía más sentido obtener esto de la manera legítima”, respondió el hombre de cabello castaño y ojos entrecerrados, dejando escapar un suspiro en respuesta al fusible corto de su compañero. No tenía paciencia para la naturaleza de sangre caliente del joven.

“Además, hubo una gran amenaza aquí esta noche”.

El gran duque de Brunhild, el mismo Mochizuki Touya, había estado presente. Era el heredero de un antiguo legado, un mediador entre las naciones, un gran héroe para el mundo… y enemigo natural de los malvados devotos.

El hombre de ojos entrecerrados, Indigo, se sintió tranquilamente aliviado de que las cosas hubieran salido sin contratiempos. Si su identidad hubiera sido revelada y se hubiera visto obligado a luchar, no habría podido obtener la piedra mágica artificial que necesitaba. Bueno, probablemente habría tenido que retirarse. Y si eso hubiera sucedido, entonces Scarlet nunca le habría dejado escuchar el final y su plan se habría arruinado.

“Él no se veía tan fuerte para mí. ¿Verdad, Hazel? Parecía un debilucho”. “Tú… ¿Quieres que… corte carne?”

“No. Nada de picar ahora, Hazel. Solo sostén la caja. No lo dejes caer, ¿okay?”

“Ohkaaay”, murmuró Hazel mientras agarraba la pesada caja con fuerza.

Los tres se dirigían a un callejón para poder alejarse cuando un grupo de hombres apareció de repente para enfrentarlos. Indigo levantó una ceja, reconociendo a uno de ellos. Era el mercader de dientes salientes, flanqueado por unos hombres voluminosos armados con armas.

El comerciante frunció los labios antes de burlarse y señalar a Hazel.

“Entrega la caja, gran idiota. Podemos hacer esto de la manera fácil… o de la manera difícil”.

Antes de que pudieran siquiera responder, el trío se dio cuenta de que había más hombres detrás de ellos. Estaban rodeados a ambos lados del callejón.

“¿Cuál es el trato aquí?”

“Me imagino que quieren asesinarnos y tomar la piedra mágica. Es una idea bastante simplista, pero del tipo que solo esperas de un delincuente. No servirá de nada explicar que esto no es en realidad una piedra de hechizo artificial”, dijo el hombre de ojos entrecerrados, explicando casualmente la situación al chico de cabello gris.

En respuesta, el chico tomó alegremente la lanza que colgaba de su cintura y la blandió. Antes de que el mercader o sus hombres pudieran siquiera parpadear, la pequeña lanza se había convertido en una larga arma de color púrpura metálico.

“Eso significa que podemos matarlos, ¿verdad? ¡La autodefensa se aplica aquí, diría yo!”

“… ¿Quieres que corte… carne?”

“Solo mantén un agarre firme en la caja. Tenemos que mantener esa cosa a salvo. Deja que Orchid saque esta basura”.

El mercader de dientes salientes frunció el ceño, aparentemente no divertido por la indiferencia que mostraban los tres hombres.

“¡Consíguelos! ¡Consigue la piedra!”

Los hombres corpulentos se acercaron al trío… pero en solo unos segundos, todas sus armas volaron por el aire. El chico que empuñaba la lanza los había desarmado con un solo corte de su arma… y luego esa lanza se clavó profundamente en el pecho de uno de los hombres. Mientras moría, su mente todavía estaba procesando el dolor.

“¡¿Qué?!”

“¡¿Hwah?!”

“Uno menos”, murmuró alegremente el chico para sí mismo antes de saltar del hombre muerto hacia sus compañeros. El callejón pronto se iluminó con numerosos destellos de luz púrpura.

Varios hombres fueron masacrados brutalmente esa noche en los callejones de la capital de Felsen.