Kuro no Shoukanshi (NL)

Volumen 3

Extra 3: La Borrachera De Los Hombres

A muchos aventureros les gustaba beber, y algunos llegaban a ir a una taberna inmediatamente después de terminar una misión, para pasar toda la noche en un frenesí de bebida. La posada ‘Fairy’s Song’, el establecimiento propiedad de Clare y administrado por ella, era uno de esos lugares donde esto solía ocurrir. Con las jarras llenas hasta el borde en la mano, los aventureros celebraban haber sobrevivido un día más y se jactaban de sus hazañas. En las mesas en las que los clientes se exaltan un poco, se producen combates de pulseadas, lo que a su vez hace que todos se exciten más y más.

El entusiasmo que se respiraba esta noche era aún más bullicioso que de costumbre, y la afluencia de público era notablemente mayor. Además, era uno de los pocos días en que Uld, el marido de Clare, estaba de vuelta en la ciudad y celebraba con los miembros de su grupo.

— ¡Qué bien, esta vez ha ganado Heath! Bueno, tiene más poder que Moi, así que tiene sentido.

— ¡El lugar está lleno esta noche! ¿Ha pasado algo? ¿Sabes algo al respecto, Uld-san?

—Idiota, ¿ya lo has olvidado? Oíste el anuncio en el gremio sobre el festival que va a empezar pronto, ¿verdad? Conseguir una habitación en esta ciudad sería imposible el mismo día, así que probablemente estén llegando temprano para asegurarse un lugar.

— ¡Oh, claro! ¡El festival! ¡Es pronto!

— ¿De verdad te has olvidado, hombre?

—Jajaja, lo único que tenía en mente era venir a tomar una cerveza.

—Pero aun así, ¿no es genial que la ceremonia se celebre donde vivimos esta vez? Un brindis por Kelvin.

Tintín.

El adolescente sentado a la mesa con estos musculosos y veteranos aventureros (aunque él mismo también era bastante musculoso) tembló una vez. Como líder del grupo, Uld no lo dejó pasar.

—Has estado muy callado desde aquel día, chico. ¿Te sigue molestando?

—Oh, cállate, déjame en pa…

— ¡WHOOAAAAA!

Un estruendoso rugido surgió de repente de la zona donde tenían combates de pulseadas, ahogando la voz del joven. Naturalmente, todas las miradas se volvieron en dirección al ruido.

—Así que todavía te molesta. Que hayas perdido contra Rion-chan en las pulseadas.

— ¡No me lo recuerdes!

El adolescente gritó hasta la saciedad por un momento, y luego se desplomó sobre la mesa.

—Me alegra ver que todavía tienes tanta energía en ti.

—Quiero decir… quiero decir… ¡no me ha pasado ni una sola cosa buena desde que llegué a esta ciudad! ¡¿Quién demonios fue el que me dijo que Parth es un lugar apto para principiantes?! Está lleno de monstruos.

Uno de los otros miembros del grupo casi se atragantó con su bebida. —Uh, es más o menos sólo ese grupo que está lleno de monstruos, ¿de acuerdo? Claro, todavía te falta un poco de experiencia, pero tu crecimiento es bastante rápido para los estándares normales.

— ¡Ser consolado por un soltero de mediana edad definitivamente no me hace sentir mejor!

—Oh, ¿quieres ir allí? ¡Lo has dicho! ¡Dijiste la palabra tabú!

—Chicos, se los ruego, por favor no hagan una escena aquí, ¿de acuerdo? ¡Clare me va a matar!

— ¡Nunca entenderás cómo nos sentimos!

— ¡Nunca entenderás cómo nos sentimos!

— ¡Nunca entenderás cómo nos sentimos!

Las cosas estaban empezando a calentarse en esta mesa en particular ahora también. Seguramente era sólo cuestión de tiempo que se saltaran de las pulseadas y pasaran directamente a los puños.

— ¿Yoohoo, Uld-dono aquííí? [N.T: Yoohoo: Un simple saludo que se suele usar desde lejos. A veces se considera anticuado, pero sigue siendo divertido decirlo].

— ¡Gerard-dono!

Era Gerard, un caballero que siempre llevaba una armadura negra. Apareció de repente, restableciendo el ambiente que rodeaba al grupo. A juzgar por el leve deslizamiento de sus palabras y su extraño estado de ánimo, ya había bebido más de un par de tragos ese día. Y era uno de esos bastardos afortunados que casi nunca tienen resaca después.

— ¡llegaste en el momento perfecto! Siento haberte metido en esta situación, pero por favor ayúdame a calmar a estos tipos.

—Ya veo, ¡así que hablamos con los puños! Muy bien, ¡déjame a mí!

—No es eso… ¡no te unas! ¡Deténganlos!

— ¿No es lo mismo?

Uld logró detener a Gerard justo antes de que sacara su espada demoníaca, y explicó desesperadamente las cosas para evitar que la situación se saliera más de control. Podía detener a sus compañeros de alguna manera si iba con todo, pero sabía a ciencia cierta que no podría detener a este súper abuelo aunque muriera en el intento.

Gerard se mantendría a raya si alguno de sus nietos “adoptados”, o ambos, estuvieran presentes, pero era muy probable que ambos estuvieran profundamente dormidos a esas horas. De hecho, si alguien los llevara allí por la fuerza, el caballero podría ser el que provocara una escena. No, no “podría”, sin duda haría una escena. Así que Uld dedicó todos sus recursos mentales a dar una explicación.

—Ja, ja, ja. En serio, chicos, está bien divertirse y soltarse durante nuestras celebraciones, pero manténgalo a un nivel en el que no causen problemas a otras personas. O bien háganlo en otra taberna.

Uld se mostró serio y ferviente en su petición. Y tras esto y aquello, se reanudó la bebida con Gerard uniéndose a ellos en la mesa.

— ¡Gahaha! ¿Kelvinfobia? ¡Es una enfermedad divertidísima de contraer! Pero bueno, no te preocupes. Mi rey no suele ser hostil con los que se le acercan normalmente. Siempre y cuando no intentes ponerle las manos encima a su familia o a sus compañeros, claro está. Deberías haber visto lo que le hizo a alguien que intentó algo así el otro día. Por supuesto, se lo merecía completamente, gahaha…

El incómodo silencio en la mesa llamó la atención del caballero. —…jaja… ¿qué? Oh, no me digas…

—Sí, es demasiado tarde. Este tipo quería a alguien con quien empezar un grupo y se sentía un poco… atrevido.

—Oh…

En medio de toda la agitación de la taberna, la zona que rodeaba al adolescente había tomado la atmósfera de un funeral.

— ¡Pero no te preocupes, joven! Estás… ¡todavía vivo! Si mi rey se pone serio, ¡es imposible que tus miembros sigan intactos!

Dejando de lado su estado mental, el chico parecía estar absolutamente bien. Gerard le aseguró repetidamente que todo estaba bien, pero la información que había compartido resultaba demasiado cercana para su comodidad.

—Eso… no es nada reconfortante…

—Entonces, ¿qué tal si te consuelo yo? —Llegó una voz desde detrás de ellos.

— ¡Oh, mi rey!

— ¡Mierda, es Kelvin!

— ¿Tienes que hacerte el sorprendido? Me duele un poco.

Sin que nadie se hubiera dado cuenta, Kelvin se había acercado y estaba de pie a espaldas del adolescente. Aunque no llevaba su bastón, sí que llevaba su característica túnica negra preparada para la batalla. Aparecía en la taberna por la noche de vez en cuando, así que su presencia no era realmente tan inusual.

—Por cierto, Gerard, este joven de aquí es el que retó a Rion a unas pulseadas, ¿verdad? Lo que significa que le tomó la mano, ¿no?

— ¡Así que te gusta las pulseadas, jovencito! ¿Qué tal si esta vez tienes un combate contra mí? No te preocupes, seré suave contigo. Sólo estamos jugando.

— ¡Tu tono es completamente diferente al de hace un segundo!

—Oye, chico, está bien. El brazo de Gerard es sólo el doble de fuerte que el de Rion.

— ¡¿Qué quieres decir con “está bien”?!

La presión que emanaba del imponente caballero, que ya había asumido una posición de pulseadas, rompió por completo el corazón del chico. Parecía que el hermano con complejo de hermana estaba furioso después de todo.