Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 8

Capítulo 1: El Amanecer De La Noche De La Caza De Brujas – La Mañana Siguiente

Parte 1

 

 

Empezaba a amanecer en aquella noche que parecía interminable.

Les pareció eterna. Tragaron saliva, observando atentamente el paso de los segundos en el reloj, temblando contra los vientos helados de la noche-.

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Así fue como Iska y su unidad pasaron la noche de la caza de brujas.

El Paraíso de las Brujas, la Soberanía Nebulis. Estado central. Estaban en un bosque en las afueras de la ciudad.

―Esto ha sido un lío tan grande como esperaba. La prensa y la policía armada han rodeado el palacio real. No es que vayamos a poner un pie cerca de él.

El francotirador de pelo plateado, Jhin, se aferró a un trozo de papel. Un extra de periódico, repartido en la estación. Contenía un informe sobre los sucesos en el palacio, que coincidía con las predicciones de la Unidad 907.

En primer lugar, las fuerzas imperiales invadieron el palacio real durante la noche.

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En segundo lugar, la reina resultó gravemente herida en una batalla con un Discípulo Santo y está siendo operada de urgencia.

En tercer lugar, varios miembros de la familia real desaparecieron. ¿Se los llevó el Imperio?

Cada nuevo detalle del informe llamaba la atención sobre algo que nunca había ocurrido. Eso incluía la invasión del palacio por parte de las fuerzas imperiales y la captura de los descendientes de la Fundadora, los pura sangre.

―Sabía que todo sería achacado a las fuerzas imperiales… ―dijo Iska con amargura mientras sostenía el mismo suplemento del periódico que Jhin.

Como se informaba en el artículo, era cierto que las fuerzas imperiales habían atacado el palacio. Sin embargo, había algo más que Iska sabía que no se había informado con exactitud.

“Había dos personas detrás del golpe. Fueron Elletear y tú, el que invitó a las fuerzas imperiales a venir”.

La incursión contó con la complicidad de los Hydra, una de las familias reales de la Soberanía Nebulis. El plan de los Hydra para asesinar a la reina… compartía un objetivo común con el complot del Imperio para invadir la nación.

…En cualquier otra circunstancia, una invasión de las fuerzas imperiales habría sido una gran noticia para nuestra unidad.

… La soberanía es nuestro adversario. Quiere decir que hemos invadido con éxito una nación enemiga.

Excepto que la Unidad 907 había aceptado proteger a la princesa Sisbell. El pueblo de la Soberanía creía que también el secuestro de Sisbell, orquestado por el jefe de los Hydra, era obra del Imperio.

…¡Una acusación infundada! Ni un solo ciudadano de la Soberanía se había dado cuenta de que los Hydra, realeza de carne y hueso, iban tras la vida de la reina y la princesa.

―Iska ―La Comandante Mismis, que había estado observando el bosque, se volteó―. Lo único que podemos esperar es que nos lo digan cuando sepan dónde está Sisbell, ¿verdad?

―Sí. Sólo tenemos que creerles ―respondió Iska.

Sisbell no fue secuestrada por las fuerzas imperiales, sino por los Hydra, por otros miembros de la familia real. La Unidad 907 lo sabía, así como…

“Tenías razón… hasta el final. Yo soy la única que fue engañada…” “Iré tras la Casa Hydra. Podría haber pruebas…”

…la princesa Aliceliese.

La noche anterior, Iska y Aliceliese trataron de entablar otro combate a muerte. En este momento, Iska imaginó que iba tras los Hydra para dar con el paradero de su hermana menor.

―¿Cómo va todo por ahí, Nene?

―Hmm… El tráfico peatonal es mayor, ya que está amaneciendo. Apuesto a que algunos soldados de los Hydra están al acecho entre la multitud. Imagino que están esperando a que lleguemos ―Nene estaba de pie junto a la Comandante Mismis y sostenía un par de prismáticos.

No podían descuidarse ni ser descubiertos en el bosque. Estaban seguros de que los Hydra habían enviado asesinos hasta los caminos rurales.

―Iska, ¿debemos mantenernos ocultos aquí? ―Preguntó Nene.

―Por el momento. Pero no podemos quedarnos en el bosque para siempre. Creo que sería mejor que nos trasladáramos a otro lugar para esperar… pero me interesa escuchar lo que todas ustedes piensan ―Iska dirigió su pregunta a las cinco chicas que habían permanecido inmóviles y calladas durante la conversación.

Las sirvientas de la villa de la familia Lou. Yumilecia, Ashe, Noel, Sistia y Nami. Las cinco chicas habían sido perseguidas por los mercenarios de Hydra. Sus ojos estaban pegados al periódico, ardiendo de rabia desenfrenada.

―El titular… ―susurró la mayor de ellas, Yumilecia, con voz temblorosa.

Hizo una bola con el fino papel.

―¿Hay una nueva reina en el orden del día?… Dime que estás bromeando.

―Los secuestradores de Lady Sisbell han ido demasiado lejos.

Una organización de noticias sólo de nombre. Este artículo había sido publicado por una empresa en colusión con la Hidra, financieramente hablando.

En otras palabras, fue un golpe de estado.

Intentaban apresurar el cónclave y la elección de una nueva reina, inculpando de la incursión imperial a la familia real actualmente en el cargo.

Las cinco chicas pudieron darse cuenta del plan de Talisman con sólo leer el artículo.

―No te culpo por estar molesta ―dijo Jhin, impacientándose―. Pero no nos importa lo que ocurra con la Soberanía y su administración. Sólo prometimos recuperar a Sisbell. Entonces, ¿dónde podemos escondernos por el momento?

―Deberíamos volver a la villa ―respondió Yumilecia por las cinco sirvientas―. Como dijiste, no tenemos provisiones en el bosque: ni comida, ni agua. Y aunque me resista a admitirlo, necesitamos tiempo para descansar y recuperarnos…

―No podemos volver allí ―Jhin negó con la cabeza―. Fue demolido por esa bruja -Vichyssoise- y sus poderes astrales. La gente va a estar por todo el recinto, tratando de averiguar qué pasó. Creo que es seguro que los soldados de los Hydra estarán entre ellos. Si nos ven, dirán que somos rezagados y nos capturarán.

―No, a la villa no. Queremos ir a la casa de seguridad que hay detrás

―Yumilecia no se inmutó―. Hay un gran bosque detrás de la finca, una zona que también es propiedad de los Lou. Tiene un almacén lleno de provisiones. Podemos pasar varios días allí con seguridad.

―…¿Estás segura? ―preguntó la Comandante Mismis, líder de su unidad, en lugar de Jhin―. ¿Pero eso no es…?

―Sí. Un lugar de evacuación en caso de que entremos en guerra con el Imperio. Pero necesitamos su ayuda. Así que decidimos llevarlos allí por necesidad ―Yumilecia se dio la vuelta.

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Las cuatro sirvientas que estaban detrás de ella se levantaron simultáneamente, como si estuvieran esperando su señal.

―Hicieron la promesa de que darían prioridad a la recuperación de Lady Sisbell por encima de todo. Si nos traicionan…

―Puedes quedarte con mi vida ―terminó Iska por ellas.

Las sirvientas lo observaron con una mirada que podría haberse confundido con animosidad. Iska no se inmutó y contestó sin dudar:

―No nos quedaríamos en la Soberanía si no estuviéramos dispuestos a jugárnosla todo para salvarla. Podríamos habernos reunido con las fuerzas imperiales para escapar con ellas la otra noche si hubiéramos querido.

―……

―¿Me equivoco?

―Supongo que tienes un punto. El hecho de que te hayas quedado con nosotras es suficiente para demostrarnos que tienes la intención de salvar a Lady Sisbell ―Los labios de Yumilecia formaron una pequeña sonrisa―. Los guiaremos a la casa de seguridad. Sígannos.

***

 

 

El palacio real de Nebulis.

La fortaleza planetaria. Un castillo que alberga un número concentrado de líderes de la Soberanía.

Fue supuestamente construido por antiguas artes astrales de poderes astrales cristalizados. El fuego normal no haría ningún daño a las salas. Hasta el daño causado por una bala de cañón se restablecería de la noche a la mañana.

Derribarlo era una hazaña imposible. Durante un siglo, el palacio representó algo indestructible. Y ahora, los cien años de verdad se habían desmoronado.

―Tenía que pasar…

El Espacio de la Reina era la sala sagrada construida con majestuosos pilares de piedra y coloridas vidrieras, cubierta con alfombras del color del vino.

Un espacio antes sagrado, corrigió Alice mentalmente, suspirando.

El sol arrojaba luz sobre la cambiada escena que tenían delante. La alfombra se había hecho jirones. Las vidrieras del segundo piso estaban destrozadas, irreconocibles. Hasta los pilares de piedra se habían roto. Eran las consecuencias de la batalla entre la reina y el Discípulo Santo del primer asiento, Joheim.

El resultado de su combate, aún está fresco en sus mentes.


―……

Alice evitó mirar la oscura mancha de sangre en el suelo, sangre derramada por la reina y su hermana mayor, Elletear.

Esta era la naturaleza de la guerra. Ninguna batalla terminaba sin derramar sangre. Puede que Aliceliese lo supiera en su corazón, pero no le apetecía demasiado considerarlo directamente.

―¡Princesa Alice! ¡Terminamos de apagar los fuegos en los terrenos! ―Uno de los guardias reales corrió hacia el Espacio de la Reina, sin aliento.

―Todavía hay humo, pero no hay amenaza de que el fuego se extienda. Por el momento, continuamos con los esfuerzos de reconstrucción y la búsqueda de enemigos en los terrenos.

―Gracias. Estaríamos en peligro si todavía hubiera Discípulos Santos entre nosotros. Por favor, que los Domicilios Planetarios acompañen a los equipos de búsqueda.

―¡Entendido! ―El guardia se inclinó antes de salir corriendo, con otros soldados a su lado. Alice y Rin los vigilaban.

―Dime lo que piensas, Rin ―pidió Alice.

―Creo que es muy probable que las fuerzas imperiales se hayan retirado

―Rin miró el terreno a través de las ventanas rotas del segundo piso. Sus mejillas aún estaban llenas de hollín―. Varios miembros de la familia real desaparecieron durante la noche. Por desgracia, debemos asumir que cayeron en manos de las fuerzas imperiales.

―…El Imperio los considerará botín de guerra.

―Si capturaran a los pura sangre, ya no tendrían una razón para permanecer en territorio enemigo. Pero estoy segura de que buscan algo más. Un motivo ulterior.

―…Sí ―Apretó los dientes.

Todo había sucedido en el lapso de una sola noche. En sólo unas horas, la Soberanía Nebulis había sufrido la peor derrota de toda su historia. En la actualidad, Alice sabía que al menos cuatro miembros de la familia real habían sido víctimas del ataque.

Una persona estaba fuera de servicio:

-La Reina Mirabella Lou Nebulis IIX: En cirugía para suturar su brazo izquierdo. Tres estaban desaparecidos:

-Casa Lou, Princesa Mayor Elletear: Capturada por el ejército imperial.

-Casa Lou, Princesa menor Sisbell: Capturada por el ejército imperial en la villa.

-Jefe de los Zoa, Growley-MIA. Se buscan testigos. Estas no eran bajas menores.

Fue lo suficientemente grave como para acarrear la decadencia del país sobre ellos. Ahora que el Imperio capturó a los pura sangre, no se sabe cuál será su próximo movimiento.

…Pero hay algo que sucede bajo la superficie.

…Y Rin y yo somos las únicas en el castillo que lo sabemos.

Había alguien detrás del complot -traidores que eran tan despreciables para Alice como el Imperio. Ellos eran los verdaderos villanos. Traicionaron a la reina y secuestraron a su hermana menor, Sisbell.

“Esta incursión imperial no sólo fue orquestada por el Imperio”.

“Los autores intelectuales del golpe son los Hydra. El jefe de la casa atacó y demolió la finca con magos disfrazados de soldados imperiales”.

Nadie dudaría de la historia de que las fuerzas imperiales se llevaron a su hermana.

…Quiero decir, yo también fui engañada para pensar eso.

…Si Iska no me lo hubiera dicho, habría dirigido toda mi rabia hacia el Imperio.

La noche anterior, la joven inició otro combate a muerte con el espadachín imperial Iska. La batalla fue despiadada, y ella no se contuvo.

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Aunque no podía compararse con su cruzada ideal, no pudo contenerse.

“Vamos a parar”.

“No quiero pelear contigo cuando has olvidado quién eres, Alice. Este no es el momento para que nos enfrasquemos en una batalla”.

―……

―¿Lady Alice? Lady Alice, ¿se encuentra bien? ―preguntó uno de los guardias reales, lo que la hizo volver en sí.

―Oh, sí.

Sólo había pretendido detenerse en el recuerdo un momento, pero parecía que había transcurrido más tiempo del que había previsto.

―Mis disculpas, pero parece agotada… ―continuó el guardia.

―No, estoy bien. Sólo estaba perdida en mis pensamientos ―Ella esbozó una sonrisa.

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En realidad, estaba cansada. Era raro, incluso en el campo de batalla, estar activamente preparada durante toda una noche. Después de dar órdenes en el lugar de la reina, las reservas de energía de Alice estaban totalmente agotadas.

―…Bien. ¿Serías tan amable de traerme un vaso de agua? Tengo la garganta reseca de tanto hablar.


―Enseguida.

―Y unas pastillas de azúcar y cafeína ―añadió Alice.

El azúcar y el estimulante la despertarían y alejarían el cansancio. No había tiempo para descansar.

…Primero, necesito asegurar el palacio interior. Luego tengo que preparar un anuncio para darlo al pueblo.

…Y tengo que idear un plan para salvar a Sisbell en secreto.

Apretó los dientes. Con la reina fuera de servicio por una lesión, Alice era la única que podía hacer algo desde la Casa Lou.

―¿Está Alice aquí?

Clack… Un duro taconeo resonó en el Espacio de la Reina, marcando la entrada de un hombre de negro. Un miembro de la familia real, que ocultaba su rostro con una máscara de metal. Un consejero de otra línea de sangre real, los Zoa.

―¿Lord Mask? ¿Qué te pasó…? ―empezó a decir Alice.

Sus ropas estaban hechas jirones. Alice dudó de sus ojos cuando vio manchas de sangre. ¿Había estado luchando con las fuerzas imperiales? Sin embargo, las laceraciones que tenía por todo el cuerpo no provenían de las balas. Parecía como si hubiera sido rebanado por una espada afilada, pero si ese hubiera sido el caso, las heridas habrían sido mucho más profundas.

¿Qué demonios le pasó entonces?

―Oh, sólo estaba bailando. Mi pareja era una dama traviesa.

―…¿Era una Discípula Santa?

―¿Quién puede decirlo? No tuvimos los modales para intercambiar nombres. Hice algunas insinuaciones, pero ella me rechazó cortésmente. Ya debe haber abandonado el castillo ―respondió Lord Mask, con un aspecto bastante serio―. Tengo un mensaje urgente para ti, la reina en funciones. Terminamos nuestra búsqueda dentro de la Aguja Lunar. No quedan fuerzas imperiales. Estamos a punto de revisar las cámaras ocultas.

―Me alivia ver que estás a salvo.

Alice no estaba diciendo sólo eso. Lo decía en serio. Podrían haber estado peleando detrás de escena, pero todavía eran parientes de sangre. Ella no quería que nadie saliera herido.

— ¿Segura? Creo que has malinterpretado la situación ―respondió Lord Mask, pisoteando sus esperanzas. Su voz tenía tal volumen que Alice y Rin se giraron hacia él sorprendidas. Incluso los guardias reales volvieron su atención hacia él―. Nuestro palacio fue invadido por las fuerzas imperiales. Nuestros jardines carbonizados, la sangre de nuestros hermanos derramada, varias personas de nuestra familia desaparecidas, incluido el jefe de mi casa, Growley

―Lord Mask extendió los brazos, como si estuviera llamando a los guardias reales―. Y lo que es más importante, nuestro pueblo está sumido en el odio y se inquieta cada vez más. ¿Y crees que estamos a salvo?

―……

―Los Zoa han aconsejado a los Lou-más veces de las que puedo contar. Les rogamos que nos dejaran atacar al Imperio. Nuestras demandas fueron denegadas, y como resultado, las fuerzas imperiales hicieron correr la primera sangre ―dijo Lord Mask―. Así que la culpa recae en nuestra reina.

Ni siquiera necesitó preguntarle cuál era su objetivo. Eso era obvio: la sucesión de la reina.

―Entonces, de nuevo… ―Un suspiro se escapó de los huecos entre la máscara y su cara―. Ahora no es momento para esta conversación. Como uno de los Zoa, mi máxima prioridad es encontrar al jefe de la casa. Después de todo, algo no cuadra.

―Sé que él tuvo una larga historia sirviendo en el ejército como mago astral.

Growley-el poseedor de la segunda generación de Vice. No había una sola persona en este lugar que no supiera de su impresionante historial.

…Dudo que haya sido capturado por los soldados imperiales.

…Incluso a mí me cuesta imaginar que un Discípulo Santo lo apresara.

Esto explica por qué los Zoa están preocupados. No pueden ir en contra de la reina o de Alice ahora. Sin su líder, sería imprudente convertir a los Lou en un enemigo.

―Por cierto… ―empezó a decir Lord Mask, pero se detuvo inmediatamente y ladeó la cabeza.

Otra persona había aparecido en el Espacio de la Reina.

Un hombre galante ataviado con un traje blanco se dio a conocer, caminando hacia ellos con pasos relajados.

―Lady Alice ―susurró Rin.

―Lo sé, Rin. Debería ser paciente, ¿verdad? ―Alice cerró la mano en un puño y contuvo su ira. El que apareció frente a ella era un miembro de los Hydra.

―Me alegro mucho de verte a salvo, querida ―dijo Talisman, el jefe de la casa, con voz clara―. Y estoy en deuda con los esfuerzos de los guardias reales.

Su rostro cincelado era ruin y elegante. No olvidó extender su agradecimiento tanto a Alice como a los guardias reales.

…La arrogancia, personificada.

…¿Cómo se atreve? Después de todo lo que hizo: secuestrar a mi hermana y traer a las fuerzas imperiales a nuestro país.

Ella sintió algo más que rabia, algo así como asombro.

Era perfecto. El cerebro detrás del complot para derrocar al país había disimulado sus colmillos, dedicándose a jugar el papel de jefe de familia. ¿Cuánta experiencia debía tener para lograr semejante hazaña?

―Alice,   querida   ―Talismán  la   miraba   fijamente―.  Te                        ofrezco   mis condolencias, viendo que Elletear y Sisbell han desaparecido.

―Ngh.

―Son preciosos miembros de nuestra familia ―continuó Talisman―. Te prestaré mis poderes para encontrarlas.

―Se lo agradezco.

¿Cómo podía decir tal cosa después de todo lo que hizo? Si Rin no hubiera estado a su lado para consolarla, Alice habría montado en cólera.

-Se contuvo por el momento.

No había ninguna prueba oficial del plan de Talisman. Si intentaba exponer sus fechorías ahora mismo, a sus subordinados les costaría creérselo. Alice se mordió el labio y trató de soportarlo.

―Me alegra mucho saber que estás a salvo, Lord Talismán. Además, hay algo que quiero preguntarte ―interrumpió Lord Mask. Por una vez, sus palabras fueron una salvación―. Todavía no tengo toda la historia. Parece que sólo la Aguja Solar escapó del ataque imperial. O eso he escuchado.

―Sí. Concentraron sus ataques en el Palacio de la Reina. Si me hubiera dado cuenta de su objetivo antes, habría podido prescindir de más personal. Lástima.

―……

Hubo un momento de silencio. Lord Mask y Talisman. Los dos hombres -ambos bastante altos- estaban frente a frente, con la tensión en el aire entre ellos.

―Y otra cosa más. Nuestro jefe de familia, Growley, lleva desaparecido desde el amanecer ―continuó Lord Mask―. ¿Tienes alguna pista de lo que le ha ocurrido?

―No, pero podría enviar un grupo de búsqueda ―respondió Talismán―. Si me entero de algo, te lo notificaré inmediatamente.

―Gracias. En ese caso, me despido.

Lord Mask fue el primero en retirarse.

Aunque la conversación fue corta, le dio a Alice algunas pistas con las que podía trabajar.

…¿Lo sabe?

…Los Zoa también deben sospechar que los Hydra estuvieron involucrados en el ataque de las fuerzas imperiales.

Pero no tenían pruebas, así que no podían hacer nada al respecto.

Estaban en la misma posición que Alice. La única diferencia era que Alice estaba segura del culpable, mientras que los Zoa todavía lo estaban investigando.

―Bueno, Alice. Superaremos juntos estos tiempos inéditos                                                                                                   ―ofreció Talismán.

―…Sí ―respondió Alice.

Talismán salió del Espacio de la Reina. A Alice le molestó su paso confiado.

―¡Princesa Alice, la reina despertó! ―gritó una de las enfermeras de la unidad médica vestida de blanco, corriendo en su dirección―. Terminamos de operarla del brazo. Todavía está anestesiada, pero no creo que eso sea un obstáculo para una breve conversación entre ustedes dos.

―Gracias. Iré enseguida ―Alice intercambió una mirada con Rin y asintió―.

Rin…

―Haré las cosas según el plan ―Rin se inclinó y pasó al lado de Alice.

Se dirigía a la villa. Iska había afirmado que los asesinos destruyeron el edificio, y ella quería ir a verlo con sus propios ojos.

…Cuento contigo, Rin.

…Asegúrate de que ni los Hydra ni los Zoa sospechan a dónde vas.

―Lady Alice, a la habitación de la reina ―le instó la enfermera.

―Sí ―respondió Alice―. Llévame allí inmediatamente.

Soberanía de Nebulis. La Aguja Estelar.

Los aposentos privados del jefe de la casa de los Lou: el Rascacielos de Polvo de Estrellas. Este espacio había sido transmitido por los líderes de la primera generación de la Soberanía Nebulis a los Lou.

En el salón, la reina Mirabella Lou Nebulis IIX estaba sentada mirando por la ventana. Su aspecto era aún mejor de lo que Alice esperaba. La operación nocturna había sido un éxito. Su brazo izquierdo estaba envuelto en vendas.

―Madre…

―Patético. Ni siquiera estoy de humor para poner excusas ―La voz de la reina casi salió como un suspiro―. Pensé que había jurado cumplir con mis deberes como reina… ¿Cuándo me volví tan débil?

Se cubrió el brazo izquierdo con el derecho. La reina se volteó hacia su hija con los ojos ligeramente enrojecidos.

…¿Estabas llorando, madre?

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…¿O es porque has estado anestesiada durante mucho tiempo?

Alicia supuso que la reina se había enterado de los sucesos de la noche anterior: que su hija mayor fue arrastrada por un Discípulo Santo, que su hija menor fue atacada cuando las fuerzas imperiales invadieron la villa familiar.

―Doctores, ¿podría tener un momento a solas con mi madre?

―Sí, Su Majestad ―Salieron de la habitación.

Después de escuchar sus pasos desaparecer por el pasillo, Alice cerró la puerta.

―Madre, hay algo importante que debo decirte.

―…Estoy preparada para cualquier cosa. Especialmente dadas las circunstancias, sé que no puede ser bueno. Incluso estoy preparada para que mi propia hija me reprenda por mi conducta.

―No son buenas noticias ―Alice miró directamente a su madre, que dejó escapar una risa autocrítica―. Pero posiblemente podría dar un giro a toda esta situación.

―¿Qué?

―Voy a recuperar a Sisbell. No de las fuerzas imperiales, sino de los Hydra.

―…¿Alice? ¿Qué acabas de decir? ―La vida pareció volver a la voz de la reina. Sus ojos, antaño carentes de emoción, brillaron y recuperaron la concentración mientras escudriñaba el rostro de su hija.

―Los Hydra trajeron a las fuerzas imperiales contra nosotros, madre.

―……

―Sus tropas atacaron nuestra villa disfrazadas de fuerzas imperiales. Cinco sirvientas lo presenciaron, y están a salvo.

―…Alice, ¿puedo realmente confiar en esta información?

―Lo juro por mi derecho a suceder en el trono. Lo sabrás por ti misma cuando veas a las cinco ―le dijo Alice a la reina, que reflexionó sobre lo que dijo su hija―. Alice continuó, con voz firme―. Y tenemos pruebas circunstanciales. No podemos suponer que la Aguja Solar haya escapado por casualidad de la incursión imperial de anoche. Y debes saber, madre, que el ataque también liberó a la bruja -Vichyssoise- de su celda.

―…

―Los Hydra deben haber sabido de la invasión. Lo planearon con años de antelación, de hecho.

―…Parece que ambos bandos recurren a cualquier cosa ―Después de un rato, la reina dejó escapar un suspiro―. Yo también sospechaba que los Hydra estaban involucrados en el golpe. Fui demasiado optimista al creer que el asunto se resolvería con el regreso de Sisbell, pero nunca habría sospechado que llamarían a las fuerzas imperiales para detenerla…

―Sí. Todo lo que tenemos son pruebas circunstanciales, y eso incluye los informes de los testigos oculares de nuestras sirvientas. No tenemos pruebas decisivas que puedan hacerlos caer.

―Así que por eso se llevaron a Sisbell ―La reina asintió.

Illumination de Sisbell podía reproducir el pasado en tres dimensiones. Si pudieran recuperar a la princesa más joven, podrían demostrar que los Hydra estuvieron en complicidad con las fuerzas imperiales, lo que redimiría a los Lou. La administración bajo la reina recuperaría su posición.

―Gracias, Alice. Ahora veo la situación, aunque no tengo todos los detalles. Y volviendo a tu punto inicial, recuperaremos a Sisbell… Por supuesto que haré todo lo que pueda por mi hija, aunque no sea en mi beneficio.

―En ese punto, madre, busco tu sabiduría y perspicacia.

Alice miró por la ventana, contemplando el Palacio de la Reina -una presencia dominante- y la Aguja Solar, nebulosa tras ella.

―¿Tienes alguna idea de dónde puede estar retenida Sisbell?

Todo era blanco.

El suelo, el techo, las paredes… todo pintado de blanco impoluto. Incluso la cama en la que la habían acostado era del mismo color.

―…¿Cuánto tiempo me van a tener encerrada aquí los Hydra?

Su voz rebotó en las paredes.

En un dormitorio sin puertas, Sisbell comenzó otro monólogo en su glorificada celda, que sólo tenía unos metros de ancho en todas las direcciones.

Sisbell Lou Nebulis IX. Su cara era tan bonita como la de una heroína de un cuento de hadas. Su pelo rubio fresa, lustroso. Sus grandes ojos eran decididos, como los de una princesa.

―No me inclinaré. Esto no es nada… comparado con las frías cárceles imperiales.


Ella tenía una cama. Una cama que incluso estaba equipada con sábanas impecablemente limpias. Esto era hospitalario, a diferencia de su estancia en el Imperio.

…Me mantendrán encerrada aquí.

…Pero nunca maltratarían a una princesa. De lo contrario, tendrían que responder por ello.

Así que ese es el propósito de la habitación. ¿Pero qué planean hacer con ella?

―Pensé que intentaban silenciarme, pero si me tienen de rehén, ese no debe ser su plan…

¿Estaban planeando usarla como rehén contra los Lou si llegaba el momento de la verdad?

―¡Oh, claro! ―Sisbell levantó la cabeza―. ¿Por qué no lo había pensado hasta ahora? ¡Sólo necesito usar Illumination para ver todo lo que pasó hasta que me trajeron a esta habitación…!

Kimi to Boku no Saigo no Senjo Volumen 8 Capítulo 1 Parte 1 

¿Quién de los Hydra la trajo aquí? Podría trabajar con esa información y averiguar cómo escapar de esta habitación sin puertas.

―O planeta ―Se puso la mano en el pecho, colocándola ligeramente por encima de sus pequeños pechos. La cresta astral empezó a emitir una débil luz―. Por favor, muéstrame tu pa-

Sisbell se quedó sin aliento, incapaz de continuar.

Una puerta apareció justo delante de sus ojos, alargada y surgiendo de las prístinas paredes que antes no contenían nada.

No, espera. Corrección: La puerta siempre había estado ahí.

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… ¿Fui demasiado tonta para darme cuenta?

… ¿Es un truco para evitar que me dé cuenta o se ha ocultado con un camuflaje mediante un poder astral avanzado?

Debieron hacerlo mientras ella estaba inconsciente. Odiaba admitir que no se había dado cuenta de que habían adormecido su mente usando un poder astral.

―No juegues conmigo. Ahora que tu poder desapareció, imagino que pretendes mostrarte. Sal de ahí ―Señaló la puerta.

La puerta de ella se abrió con un chirrido.

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