Nishino (NL)

Volumen 6

Capitulo 2: Actividades del club

Parte 16

Al final, Nishino decidió saltarse el paseo por los escaparates y dirigirse al siguiente destino. Esto se debe a que comprendió correctamente que su reputación sólo se hundiría si ahora no fuera sincero. Si ese es el caso, la decisión es seguir adelante.

Así que los dos visitaron uno de los pocos lugares de citas no subculturales de Akihabara.

—…… ¿Por qué el búho?

—¿No es eso inusual?

—…………

De un tiempo a esta parte, el número de cafés que venden contacto con animales ha aumentado rápidamente en Tokio. Entre ellos, este café búho era uno de los principales. Se pueden ver todo tipo de búhos, grandes y pequeños, apiñados en el interior densamente arbolado, que recuerda el interior de un bosque.

Aunque se llama cafetería, el interior parece un cobertizo de cría a simple vista. La tienda se siente apretada si entran incluso diez clientes. Se coloca un banco en el centro y, bajo los árboles preparados para rodearlo, se alinean decenas de búhos con cuerdas enrolladas en las patas.

—¿No te gustan los búhos?

—No los odio.

—Parece que estás de mal humor por ello. ……

—Es demasiado tarde para preguntar.

—…………

Aunque la otra parte sea la misma, Gabriella es una mujer joven. Pensó que, si veía un animal bonito, su humor mejoraría un poco. Por lo tanto, llegó a la tienda con no poca confianza.

Sin embargo, cuando se enfrentó al búho, su reacción fue muda. Estaba de mucho mejor humor cuando se tomaba su ramen de 700 yenes. Por cierto, la entrada al mismo restaurante, 890 yenes por cabeza, también se pagó con la cartera de Gabriella. Los dos juntos cuestan 1.780 yenes.

—…… Te lo devolveré algún día.

—No, gracias.

—¿Prefieres los gatos a los búhos?

—…………

Anoche, el futsumen se había enterado de que había un café de gatos en el barrio. Después de preguntarse cuál es mejor, ha elegido el búho más enrarecido. Si ese es el caso, empieza a reflexionar sobre la posibilidad de trasladar el lugar ahora.

Gabriella dijo a tal hombre.

—¿Por qué te preocupas por mí?

Se lo había preguntado hasta ahora, desde que salió de la casa de Rose.

Sin embargo, una pregunta tan pura no llega al cínico Nishino, que está haciendo un viaje con el sexo opuesto. Es el mejor momento para hablar de todas las cosas que ha dicho y hecho.

—Te lo dije antes de salir, ¿no? Te quiero.

—La mujer que se queja de que te quiere, quiere volver a casa inmediatamente. Quiere volver con su onee-sama. En tal caso, ¿no es el deber de un hombre dar prioridad a la conveniencia de la persona que ama?

—Entiendo lo que dices. Pero no puedo hacerlo.

—¿Por qué no?

—Porque te has enamorado de la persona equivocada.

—……

Una nueva irritación nació dentro de Gabriella.

Si la otra parte no fuera un hombre, le habría arrancado la cabeza sin dudarlo. Ella era la que ejercería su poder de forma improvisada, incluso en público. Si no fuera por el incidente del primer día en la nueva escuela, se habría desbocado definitivamente.

Mientras lo hacían, una empleada pasó por debajo de ellos.

—Bienvenidos, ¿es la primera vez que ven un búho?

Tal vez percibió su desacuerdo y trató de ser considerada.

Con una sonrisa alegre, pregunta a Nishino y a Gabriella. Tiene unos veinticinco años y va vestida con una camisa y unos vaqueros. Tiene un corte bob que le llega a los hombros y está teñido de marrón. Tiene una sonrisa impresionante y parece ser una buena persona.

Esta empleada se llama Sachiko.

Sachiko es una empleada de nivel medio en la misma tienda. Cuando estaba en la secundaria, no pudo soportar los abusos de sus padres y se mudó a Tokio sola. Trabajó como empleada de una tienda de delicatessen para ganar dinero y un lugar donde vivir, pero en lugar de ello enfermó física y mentalmente. Durante su periodo de recuperación, fue curada por los búhos de la tienda, de los que se enteró por uno de sus clientes, un cliente Akiba-kei.

—Si no les importa, me gustaría explicarles algo sobre los búhos.

—Nunca había visto un búho. Me encantaría aprender todo sobre ellos. Nishino contesta con la crudeza de siempre.

Lo que naturalmente llamó la atención de Sachiko fue su extraño uso del lenguaje. Sin embargo, eso también tuvo sentido inmediatamente después de mirar la figura de Gabriella a su lado. Seguro que quiere quedar bien delante de la chica que le interesa, dijo.

Adivinando lo que el cliente tiene en mente, pregunta con un tono tranquilo en su voz.

—Si es así, ¿te gustaría probarlo en tu mano?

—¿Está bien?

—El búho es un pájaro muy amable. Son pájaros muy suaves y se quedan quietos incluso si los pones en tu brazo. Si tienes miedo, no te diré que lo hagas, pero si no te importa, ¿qué te parece? Puede que te guste el búho.

Sachiko le sonríe.

“Así es como pude dejar mi trabajo en una charcutería”, dice, recordando su pasado. Cuando se graduó en la tienda, le hicieron la prueba de varias ETS y estaba todo verde. Ahora está disfrutando de su tiempo con un hermoso cuerpo. Su objetivo inmediato es casarse con un hombre apuesto que gane más de cinco millones al año.

Sachiko cree firmemente que todo esto es gracias a su búho. Con cariño, búho.

—¿Qué te parece?

—Si ese es el caso, me gustaría.

Entonces, Nishino decidió aprovecharse de su amabilidad. Este es un hombre peludo que siempre valora un reto.

—Entonces, para este encantador cliente de allí…

Sachiko comenzó a caminar como si examinara las aves alineadas en la tienda. Reflexionó un momento y luego acercó a los dos un búho de otra especie. Se colocó un búho blanco en la mano de Gabriella y un búho real americano en la de Nishino.

—Es sorprendentemente ligero.

—Es la primera vez que tengo un búho.    en mi brazo.

El búho se transfiere de Sachiko a los dos.

Una especie de agarradera se ajusta a una mano y se coloca encima de ella. En el tobillo del búho hay un accesorio metálico del que sale una cuerda. La regla en la tienda es agarrar un extremo con los dedos de la mano en la que se queda el búho.

—Asegúrate de mantener la cuerda conectada al pie, ¿de acuerdo? Y cuando acaricies al búho, utiliza el dorso de la mano y acarícialo lenta y suavemente. Si lo acaricia demasiado fuerte, se asustará.

—De acuerdo.

—Además, como son animales, pueden defecar de repente, así que estira el brazo un poco ……

En medio de la explicación de Sachiko, sucedió.

El criminal de guerra era un búho blanco en la mano de Gabriella.

Las plumas de su cola temblaron y se levantaron, y la materia fecal salió volando como si la hubieran soplado. El líquido fresco se esparce con un sonido de parloteo. Era una mezcla de blanco y negro, no muy diferente de otras aves.

Y como dobló el codo, las heces golpearon la ropa de Gabriella.

—¿Qué    ?

La expresión de Sachiko es como si fuera el fin del mundo.

La ropa gótica de loli que lleva Gabriella parece ser cara a la vista. Más bien, el hecho es que es caro. El logotipo de la marca de lujo y demás, incluso el ojo del profano podría imaginar el rango de precios. Se trata de un loli gótico que se distingue de los lolis góticos que se vende en todas partes.

Es una gran diferencia con el siguiente tipo que va a una tienda de ropa de descuento y coordina todo su cuerpo. ¿Por qué, de entre todas las personas, esa chica sería tan tosca? Ese fue su sincero pensamiento mientras les entregaba el búho. Si hubiera sido un niño, no habría costado 10.000 yenes por todo el cuerpo.

—¡Lo-Lo siento mucho!

Bajó la cabeza con mucha prisa. Esa expresión está a punto de ponerse a llorar en cualquier momento.

Por otro lado, Gabriella que responde a esto, está tranquila.

—Está bien.

—¡Prepararé algo para limpiarlo ahora mismo!

Sachiko parece tener prisa y corre hacia la parte trasera de la tienda.

Si se reembolsara, seguramente superaría las cinco cifras. No pasa nada si la tienda lo paga, pero si no lo hace, podría llevarse la paga de este mes a tiempo parcial. Esto es una cuestión de vida o muerte para ella, ya que no le sobra el dinero.

A Sachiko le han llegado a disgustar un poco los búhos.

Además, los clientes que se encontraban en las inmediaciones empezaron a dar a Gabriella un vistazo a sus ojos. Ya había sido el centro de atención, pero ahora que tenía excremento de búho en su ropa, era aún más pronunciado.

Nishino y Gabriella, ambos observan en silencio a Sachiko abandonar el piso.

Cuando su figura desapareció en la trastienda, la primera se volvió hacia la segunda y abrió la boca.

—Por ejemplo, si tú, eres capaz de sacar el excremento de búho limpiamente de la tela, como si hubieras lavado esa ropa, entonces podemos romper la cita aquí mismo.

¿Qué te parece?    ¿Estás preparada para el reto?

—No hay manera de que pueda hacer eso. ¿Crees que soy estúpida?

—¿Es una respuesta rápida?

—Eres un verdadero imbécil.

—…… Pensé que estarías un poco menos resignada.

Murmuró Nishio. Esa mirada se desplaza hacia el vestido de Gabriella. Cuando se piensa en ello, hubo un cambio en las heces del búho excretado.

Una parte de los excrementos del búho, que se había adherido a la ropa, no tardó en salir en una fina capa. Es difícil de distinguir desde la distancia, pero definitivamente hay un espacio entre la tela y la ropa.

Debajo de las heces flotantes, hay una tela que no parece estar mojada. Incluso el más mínimo líquido que se había filtrado entre las fibras ha salido a la superficie limpiamente. No es lo mismo que lo que acaba de decir Nishino, pero se puede ver el brillo original como si se hubiera lavado.

—¿Qué?

Era un fenómeno muy trivial. Es un cambio muy pequeño que sólo el portador del vestido puede entender. No hay espacio para que el observador casual se dé cuenta de lo que está pasando.

Sin embargo, para quienes lo han visto, es un fenómeno digno de asombro.

—La forma en que usas tu poder es un poco falta de sutileza.

Después de confirmar que Gabriella abrió los ojos, Nishino se acurrucó como pudo. Pronunciando las palabras que siguen con una mirada de suficiencia.

—No tiene que ser excremento de búho. Puede ser queso fundido, o si tienes confianza, salsa de soja o mayonesa, o lo que quieras probar. Romper cosas no es el único poder. Dios está en los detalles, como dice el refrán.

—……

A Gabriella se le puso la piel de gallina al recibir el molesto consejo que le dieron en un dulce susurro. No es por miedo, es por puro asco. Pero, aun así, no tenía palabras para responder.

—Debes ser diligente. Nunca soñarás con superarme.

—……….

Lo que él podía hacer, ella no podía hacerlo. Lo único que Gabriella podía hacer ahora era temblar de rabia y frustración, con el cuerpo tenso por el miedo. Gracias a que fue vista por Nishino, es una mujer con muchos problemas.

Mientras tanto, Sachiko volvió con una toalla en la mano.

—¡Lo siento! ¡Le limpiaré enseguida, cliente!

—No te preocupes. Puedo limpiarlo yo misma.

—Pero….

—Era un búho. No tienes que preocuparte.

—Yo también lo siento….

Toma una toalla de la empleada y se limpia la ropa con sus propias manos.

Parece que es cierto que no le importa la aspereza del búho. Se limpia la suciedad con despreocupación. Además de sostener la toalla, no expresa ninguna irritación hacia el búho blanco que tiene en la otra mano.

De hecho, su irritación con Nishino es mucho mayor.

—Pero si hay algo que me sigue molestando es el hecho de que metan a una criatura alada en un espacio tan reducido. Este búho también habría sido libre de volar por los vastos bosques y cielos.

Gabriella murmuró como si se quejara sin decir nada a nadie. Por el rabillo del ojo, ve un búho blanco en su propia mano.

—¿Eh?

La voz interrogativa vino de Sachiko.

En cambio, el que contestó fue el futsumen al lado.

—No les digas eso. Hasta hace cien millones y unos pocos miles de años, los mamíferos eran los que vivían sus días como alimento de sus ancestros los pájaros. El mundo, incluidos los humanos, está construido para que los más fuertes lleguen a la cima. Y eso incluye instalaciones como ésta.

Como siempre, es una narración al estilo del futsumen. Esto también es cínico.

—¿Hablas como si supieras lo que estás haciendo?

—No sé qué tipo de educación te está dando tu familia. Seguro que es una enseñanza muy buena y elevada. Pero las clases bajas luchan por vivir en el presente. ¿O prefieres tener este búho en un asador y colocado en un plato?

—……..

Ah, hay algo malo en esta pareja.

Sachiko, que se esfuerza por vivir en el presente, sintió una atmósfera incómoda entre ellos. Si se queda más en el mismo sitio, no soportará que le persigan de nuevo por la suciedad de la ropa que antes toleraba. Había una sensación de tensión entre Nishino y Gabriella que sólo le hizo sentir así.

Sus pies se mueven naturalmente para establecer una distancia de los dos.

Sachiko se fue como si huyera a la habitación de atrás mientras inclinaba la cabeza. Los dos queridos búhos se quedan atrás.

—No es mala idea cuidarlos.

—…… No quiero escuchar tu opinión.

Atrás queda una joven pareja con un ambiente inexplicable.

Los invitados de alrededor, que han estado observando a los dos hasta ahora, también empiezan a desviar su atención hacia otros lugares. Los únicos que no lo entienden son los búhos de sus manos.

***

El café búho acabó manchando el traje de loli gótica de Gabriella.

Los dos salieron de la tienda y caminaron hacia Tokio, mirando el paisaje urbano de Kanda, sin hacer nada más. Nishino, que no tenía otro sitio al que ir, sugirió que dieran un paseo por la zona.

Cruzó el puente Manzebashi y se dirigió hacia Marunouchi, en el barrio de Kanda- Tamachi. Es el final de la tarde, y va caminando por la calle sin apenas intercambiar palabras, meciendo su pelo con la suave brisa otoñal. Se desvía de la carretera principal y toma un camino estrecho con poco tráfico.

¿Cuánto tiempo ha estado caminando así?

Gabriella, que había estado moviendo los pies en silencio, dejó de caminar.

—…… ¿Qué pasa?

—…………

La mirada se dirigió al borde de la carretera, fuera del camino del destino.

Nishino también dirigió su atención a la dirección que ella miraba, preguntándose si había algo inusual en ella. Había un santuario muy acogedor, golpeado en un espacio de unos seis tatamis, intercalado entre dos edificios.

Aunque se ha limpiado, la madera utilizada como material de construcción está muy corroída, y la pintura del santuario está pelada. La valla de bolas que rodeaba el terreno también estaba destrozada y descolorida en algunos lugares, lo que daba una idea de la historia que se había acumulado.

Había una puerta metálica en la entrada y en la salida, y estaba prohibido entrar en el recinto. Más bien, los propios recintos eran extremadamente estrechos, y si uno o dos adultos entraran, probablemente se sentirían apretados. Era un santuario muy pequeño.

—¿Qué es esto?

—¿No lo ves? Es un santuario. Es como lo que se llama una iglesia.

—Es bastante pequeño, ¿no? Tiene mucha historia.

Gabriella miraba el santuario con gran admiración. Es una expresión de ansiedad, aunque sea Nishino quien mira la situación de reojo. En la cita de hoy, incluso más que el ramen para el almuerzo, parece haber atraído el interés.

—A juzgar por la serie de nombres de los dedicantes, debe ser de antes de la Segunda Guerra Mundial.

Dice el futsumen, señalando con los ojos un tablón de nombres colocado en una esquina del recinto.

Como ha señalado, había una línea de caracteres que parecía ser el nombre de alguien. Está escrito con una caligrafía anticuada que recuerda a los primeros tiempos del periodo Showa o a épocas anteriores. Hay unas cuarenta etiquetas de madera, la mitad individuales y la mitad corporativas.

—…………

La admiración de Gabriella se intensificó al mirar la placa de la dedicatoria.

Miraba cada tabla de madera sucia como si la lamiera, preguntándose qué era lo que le gustaba tanto.

—…… ¿Qué pasa? ¿Has encontrado algo que te haya llamado la atención?

—¿Ha estado allí tanto tiempo?

—¿No es obvio? Para eso están los santuarios.

—¿No hubo un ataque aéreo en Tokio?

—No todo se quemó hasta los cimientos. He oído que Kanda, esta zona, Marunouchi y algunos otros distritos se salvaron de los ataques aéreos. Por otro lado, zonas del centro de la ciudad como Ueno y Asakusa fueron incendiadas, por lo que muchos de los templos y santuarios de esas zonas son relativamente nuevos.

—…………

—Si buscas cosas antiguas, probablemente encontrarás más en el campo que en Tokio.

Del mismo modo, en la ciudad natal de Nishino, donde nació y se crió de niño, hay santuarios y lugares históricos que llevan doscientos o trescientos años, y están por todas partes, mezclados con la vida cotidiana. No fue hasta que los investigó en las clases de la escuela que se enteró de cuánto tiempo atrás habían estado los lugares que habitualmente utilizaba como patio de recreo.

—Vamos.

—Espera un momento, por favor.

—¿Qué pasa?

—Me gustaría ver más.

Entonces Gabriella apeló, con los ojos más serios que nunca. Está muy lejos de la que estaba harta de la cita con el futsumen hasta ahora. El tono con el que deseaba esperar a Nishino probablemente también sonaba honesto.

Gracias a esto, al parecer Nishino entendió un poco la personalidad de ella.

—…… Haz lo que quieras.

De pie junto a ella, también se dedicó a mirar el santuario.

***

Nishino y Gabriella volvieron a la casa de Rose cuando ya era hora de que se pusiera el sol. Si se trata de un hombre y una mujer con buena relación, tal vez sea mejor ir directamente a cenar y luego a un hotel al final. Pero, por desgracia, él y ella no eran tan unidos.

Ellos y Rose, la dueña de la casa, cenaron juntos en el comedor de la casa. Después, los tres se bañaron por turnos, vieron una película en la sala, practicaron breakdance y se relajaron a su manera, y el tiempo pasó rápidamente.

Probablemente por la angustia de ser arrastrada por Nishino. A pesar de la perfecta oportunidad de quedarse en casa de Rose, Gabriella se dirigía a la habitación de invitados sin hacer nada especial. Debe estar muy cansada, su cara parecía agotada incluso de perfil.

Así que Rose y Nishino, en la sala de estar donde estaban solos.

—¿Por qué tengo que dejar que esa mujer se quede?

Rose estaba cuestionando a Nishino por el hecho de que la persona de la que estaba enamorada había llamado a Gabriella. Acomodándose en el sofá, intercambian palabras sobre la mesa del sofá. La expresión de su cara mientras mira al futsumen es tan severa como puede.

—He decidido que este es el lugar más seguro.

—…… ¿Seguro?

Rose inclina la cabeza ante las palabras del futsumen. Continúa hablándole despreocupadamente.

—¿No lo has notado?

—¿De qué estás hablando?

—Le dispararon en el evento de breakdance antes.

—………

Al parecer, no se había dado cuenta. Las cejas bien formadas se movieron. Pero esa fue la única reacción que mostró Rose. ¿Y qué hay de malo en eso?, las palabras siguieron siendo muy indiferentes.

—Entonces eso es lo que deseo.

—No digas eso. Sigue siendo una estudiante de la misma escuela.

Entonces, como siempre, es Nishino quien muestra un extraño sentimiento de indignidad.

Si fuera la primera vez que se encontraron, no le habría prestado tanta atención. Sin embargo, hace tiempo que cambió de escuela y Gabriella ya ha alcanzado la posición de estudiante en la misma escuela que él.

Aunque no sienta nada por Gabriella, no quiere mezclar los recuerdos negativos de su pérdida con su sueño de una juventud ideal. Se deja llevar por ese egocentrismo y perfeccionismo.

—Te gusta mucho la escuela, ¿no?

—¿Eso malo?

—No he dicho que sea malo.

Coge una taza de vapor de la mesa del sofá y lo toma. Es un espectáculo muy pintoresco cuando lo hace una chica guapa. Combinado con la vista nocturna del centro de la ciudad que se extiende sin fin más allá de la ventana, es como una escena de una película.

—Por cierto, sólo hoy hubo cinco disparos de francotiradores durante el día.

—¿Crees que lo sabe?

—No.

—No sabía que tuvieras afición por hacer de niñera.

Imitando a Rose, Nishino también cogió su taza de té. Ella se desvivió por volver a cruzar las piernas y poner la boca, siendo todo lo poco sincero que pueda. Esto para crear una atmósfera y hacer que trague.

No conviene, por supuesto.

Si la presidenta de la clase estuviera presente, seguramente lo habría desaprobado.

—¿Cómo se te ocurre dejar que una persona tan peligrosa se quede aquí sin permiso?

—La seguridad mínima se mantiene aquí. No sé qué hacer si la otra parte va a por una línea dura, pero he hecho suficiente espectáculo para evitarlo. La otra parte tampoco es estúpida, no sería tan imprudente.

—Preferiría que no me involucraras en esto.

—Sólo tienes que mirar.

—¿No crees que ya estás involucrado cuando estás parado donde puedes verlo?

—…. Lo siento.

Parece que es consciente de que ha estado involucrado de una manera u otra. Inclinó la cabeza, y Nishino trató de decir una palabra de disculpa honestamente. Si se tratara de un individuo, podría haber dado el primer paso, pero no parece ser el caso esta vez.

—¿No hay una opción para echar a la chica?

—No.

—Es una respuesta rápida.

—…………

Cuando se trata del tratamiento de Gabriella, Nishino se niega obstinadamente a ceder. Confirmando esto, Rose hace una expresión de resignación. Comprendió que el futsumen que tenía delante era testarudo cuando se trataba de esto, por su relación en las últimas semanas.

—Bueno, está bien, ya pagarás esta deuda como es debido más adelante.

—Soy muy consciente de ello. Di lo que quieras.

—Me alegro.

Y luego, durante un tiempo, la hora del té de medianoche continuó en el mismo lugar.

***

Para variar, esta es la casa de la presidenta de la clase, que es el orgullo de la clase A de segundo año.

Mientras Nishino y Rose toman elegantemente el té en una habitación de un lujoso apartamento, Shimizu baila una extraña danza frente a un terminal tipo almeja en su habitación de seis tatamis. De fondo, suena la música de su grupo musical favorito.

Parece que se está grabando a sí misma bailando.

Los tatamis hacen un ruido de aleteo cuando salta y rebota. Frente a ella, su imagen, filmada por una cámara, se refleja en la pantalla de un terminal. Además, en el vídeo se superponen otros comentarios a la imagen de Shimizu.

Parecía que estaba usando internet para transmitir en vivo.

Sin embargo, el número de espectadores no es tan grande. Se trata de una escuela de baile para JK.

Sólo hay una docena de personas que se sienten atraídos por ese título.

—”Salta un poco más. Salta un poco más.” “Me gustaría volver a ver ese puente.” “Tus polainas son bonitas, polainas.” “Lo que sea, enséñame tus pantalones.” “¿Por qué no te quitas la máscara?” “Me gustaría ver tu cara.” “Eres muy linda.”

Los comentarios fluyen de derecha a izquierda a su antojo.

Si bien algunos son duros, al mismo tiempo algunos también son cálidos. En respuesta a los incesantes comentarios, Shimizu bailaba más fuerte de lo que había imaginado. Responde a las peticiones de los telespectadores siempre que no violen las normas de emisión.

—¿A-Así?

—”¡Qué bonito! ¡Qué bonito!” “Ooh, ¿no tienes las polainas manchadas?” “¿Es así?” “No me canso de ver a esta JK.” “Tiene un cuerpo estupendo.” “Está muy apretada.” “Me gustaría mucho follarla.” “¿Tal vez esté en el club de atletismo de la escuela?”

—……

Cada una de las acciones casuales de una misma es evaluada directamente y devuelta como una nueva reacción. Es algo más que la nota de un examen normal. Este tipo de interacción con los espectadores fue muy estimulante y algo que Shimizu nunca había experimentado en el pasado.

Gracias a esto, el inteligente cerebro de la presidenta está en plena forma. Dijo: “Ahora sí que estoy brillando”.

Hace unos días, la clase bullía de emoción por un vídeo de baile de Nishino y Takeuchi- kun, que la llevó al límite. Incluso sus compañeros de clase hacen algo parecido, así que pensó que estaría bien que ella también se desafiara a sí misma.

Es una experiencia única en la vida para una chica de secundaria, y sólo dura tres años. Si no lo disfruta al máximo, se lo pierde.

—…. Va-Vaya, ¿soy realmente linda?

—”¡Eres tan linda!” “¡Eres linda! ¡Eres linda!” “¡Muéstrame tus pantalones!

¡Pantalones!” “¡No llevas pantalones!” “¡Quiero ver tu entrepierna! ¡Tu entrepierna!” “¡Veamos tu cara! Estarás mucho más linda cuando enseñes la cara.” “¡Estás muy buena!”

Los deseos de los hombres son golpeados directamente. Pero, aun así, la presidenta de la clase no se siente mal.

Le buscan. Se busca a su verdadero yo.

El coeficiente de inteligencia se reduce un poco y la mente se vuelve esponjosa.

Pero, aun así, es la presidenta que apoya la clase 2A, una chica muy inteligente. No se deja llevar y muestra sus pantalones. Cumple estrictamente las condiciones de uso de la app y muestra el vídeo bajo su falda y sus polainas en el anonimato. Por supuesto, no se olvida de llevar una máscara alrededor de la boca.

—Así que, ¡voy a bailar un poco más! Todo el mundo, obsérvenme bien, ¿de acuerdo? Con la ayuda de su propia voluntad, el relevo de la presidenta continuó.

Es una emisión en directo de una hora más o menos, intercalando conversaciones a lo largo de la misma.

La persona no es consciente de ello, pero esto es una cosa inesperada, traviesa. La presidenta baila con una camisa fina, una falda corta y polainas, y se puede confirmar la desigualdad de todo el cuerpo. Está muy claro, desde la forma de sus pechos hasta las rayas verticales de su entrepierna.

—¡Gracias a todos por ver mi emisión de hoy!

La embriagadora frase final fue transmitida por la presidenta a los espectadores. La aplicación que se había estado ejecutando para la emisión se abandona.

Su habitación se queda en silencio al instante.

Tras el baile, el cuerpo late más rápido en el pecho.

—… ahhh. Yo también puedo hacerlo si lo intento.

Es la primera vez en su vida que experimenta un nivel de emoción tan alto, y puede que este haciendo historia negra. Como puede juzgar por ese loco final, está completamente al tanto de las cosas. En este momento, es ella quien no puede decir nada malo de Nishino.

Sólo fue el error de una noche.

Un ligero aflojamiento del corazón porque, de todos modos, era una transmisión en vivo.

La pequeña aventura de una chica.

La presidenta aún no sabe cómo funcionará en el futuro.