Toaru Majutsu no Index (NL)

Volumen 16.5

Capitulo 21: Aquellos Con Una Identidad Indeterminada –El_Segundo_Viernes_De_Octubre

La escena es bastante extraña.

En un área de almacenamiento para contenedores en el Distrito 11, alrededor de nueve chicas han caído cerca de una hilera de enormes cajas de metal. La ropa, corte de cabello, físico, peso, e incluso el rostro de todas las chicas es idéntico. Ellas son las Sisters creadas a partir de las células de cierta Nivel 5.

Hay rifles en el suelo, casquillos vacíos por todos lados, y las chicas están inconscientes en el suelo. Un hombre está de pie en medio de todo esto.

No tiene ni un rasguño.

El hombre que debía convertirse en un Dios Mago, Ollerus, observa el paisaje nocturno, y entrecierra los ojos levemente.

Este hombre es tan poderoso que todo el lado de la Magia está tras él, y aún así el se las ha arreglado para acabar con todos y cada uno de sus perseguidores. No ha conocido la derrota incluso en los cuarteles del lado de la Ciencia, Ciudad Academia.

“Wow, es bastante sorprendente,” se escucha una voz repentina.

Un chico está de pie un poco lejos de las chicas inconscientes. Él es el #7, Sogiita Gunha: el séptimo Nivel 5 de Ciudad Academia, además de ser un verdadero hombre de amor y agallas.

Su rostro muestra molestia por la escena frente a él.

Pero no es debido a la existencia de las nueve chicas con el mismo rostro. Sogiita no se molesta por cosas tan triviales.

“…Esas nueve encantadoras chicas… supongo que así es como les llamaría. Bueno, de cualquier forma, parecieras estar bastante contento por haber golpeado sin piedad a unas chicas. Sorprendente. Nunca había visto a alguien con menos agallas.”

“Tengo mis razones.” Ollerus sonríe levemente.

Lentamente desvía la vista para mirar al Número Siete.

“Si Ciudad Academia simplemente juntara a los casi cincuenta Gemstones en el mundo, no los detendría, pero existe el riesgo de que los usen para algún tipo de investigación desconocida.”

Con el método irregular con el que los Gemstones fueron invitados a Ciudad Academia, son una existencia extraña para los científicos de la ciudad. Es posible que algún científico pervertido quiera encerrarlos en algún laboratorio oscuro.

“Pensé que debería darles una advertencia. No es algo tan leve como simplemente revisar lo que hacen; es más como una negociación obligatoria. Si puedo derrotar al Gemstone más fuerte que también es el Número Siete de Ciudad Academia, eso debería ser suficiente. Eso debería hacerle entender a él lo que planeo hacer si algo le sucede a los Gemstones mientras están aquí.”

“Heh…” Número Siete sonríe levemente. “Excelente. Esa es una línea con algo de agallas en ella. Entonces, estás negociando con las profundidades más oscuras de Ciudad Academia básicamente provocando una pelea con ellos por el bienestar de sólo cincuenta niños. Y vas a enfrentarte físicamente con un Nivel 5 para hacer eso. Bien, bien. Eso es un espíritu con bastantes agallas.

“Pero, sabes,” Sogiita Gunha dice después de permanecer callado por un momento. “No se quienes sean estas chicas, pero ellas arriesgaron su vida en una pelea llena de agallas. Tal vez hubieran peleado para protegerme a mí, alguien con el que nunca habían conversado.”

“…”

“No tengo una razón especial para arriesgar mi vida aquí, pero te mostraré algo de agallas. Y por eso… en verdad voy a acabar contigo.”

La acción que realiza Número Siete inmediatamente después es simple.

Se aproxima a Ollerus, lo toma del rostro, y lo lanza contra el muro de contenedores más cercano.

Sin embargo, ¿Qué sucede cuando esa serie de acciones se realizan con el doble de la velocidad del sonido?

Un sonido tremendo resuena.

Los contenedores metálicos son destrozados fácilmente, y el cuerpo de Ollerus vuela a través de la montaña de contenedores y es lanzado una docena de metros más después de que es soltado por Sogiita. La montaña de contenedores colapsa como un castillo de cartas y cae como lluvia sobre Sogiita y las chicas en el suelo, pero después de que él alza sus manos sobre su cabeza, los contenedores son lanzados hacia arriba en el aire como un volcán.

El polvo envuelve el área.

Un fuerte sonido metálico continúa de manera irregular por algún tiempo. Entonces, Número Siete entrecierra los ojos.

“Tch. Puede que tus agallas estén podridas, pero ciertamente estás mostrando agallas retorcidas.”

“No, la verdad no tengo agallas,” una voz responde entre el polvo.

Puede verse una silueta en el lugar del que provino el sonido, y Ollerus camina lentamente hacia adelante.

No ha cambiado ni un poco. Ni siquiera su cabello se desarregló.

“Pero tengo mis razones. A diferencia tuya, yo tengo una razón para pelear.” “…”

Número Siete no responde.

Sogiita intenta aproximarse a Ollerus para poder llevar algo de agallas a ese hombre sin ellas frente a él.

En ese momento Ollerus muestra el verdadero valor de su propio poder. Para decirlo de manera simple, es un fenómeno inexplicable.

Incluso Sogiita Gunha, quien recibe el ataque, ni siquiera puede comprender lo que le acaba de suceder.

Antes de darse cuenta, es lanzado una enorme distancia. Su cuerpo entero, desde la superficie hasta el interior, recibe daño de manera equitativa. El impacto no fue recibido en un lugar para después esparcirse; fue más como una fuerza no natural que cubrió su cuerpo como tela siendo remojada en agua.

“…¿?”

Después de recibir ese golpe directo, la fuerza abandona sus piernas, y cae al suelo. Aún así, la única cosa en la mente de Sogiita Gunha no es miedo, es un diluvio de preguntas.

Ni siquiera se permite sentir peligro por su vida ante al ataque de Ollerus.

“El ataque más espeluznante en este mundo es un poder inexplicable,” el hombre que debió convertirse en Dios Mago comenta. “No importa que tipo de poder misterioso utilice u ataque, si lo blandes como una espada, puede ser detenido como si se tratara de una espada. Si lo disparas como una pistola, puede ser bloqueado como si fuera una pistola. Cualquier tipo de ataque desconocido que puede ser comprendido es similar.”

“Ghhh.”

Número Siete intenta levantarse de su posición boca abajo. Ollerus no se mueve.

No hace ni una acción que pueda ser explicada o comprendida.

Simplemente causa un fenómeno, y el cuerpo de Sogiita es lanzado más distancia.

“Pero un poder inexplicable no puede ser combatido de la misma manera,” Ollerus habla lenta y tranquilamente. “Lo más espeluznante en este mundo es ser derrotado por un ataque que utiliza un poder inexplicable y que proviene de un lugar incomprensible mientras tú tienes que huir pensando en alguna contramedida. El ataque es tan indefinido que no puedes asignarle alguna condición, y ni siquiera sabes si hay alguna dirección a la que puedas ir para esquivarlo o si puedes escapar de él después de alejarte decenas de miles de kilómetros. Tú sabes que tan horrible es eso de primera mano.”

Sogiita no se siente sorprendido.

Puede que haya sido incompleto, pero recibió dos ataques directos del Hliðskjálf de Ollerus. El trono legendario que no tiene ninguna función de ataque, pero exactamente por eso el hechizo de Ollerus evolucionó a algo inexplicable cuando lo utilizó ofensivamente a la fuerza. El ataque de Hliðskjálf es algo incierto que ni siquiera tiene rango o fuerza definidos, así que Número Siete seguramente ya ha perdido la consciencia después de haberlo recibido.

“No hay una diferencia importante entre nosotros,” Ollerus murmura mientras se relaja. “Uno de nosotros sabe que tiene un poder inexplicable, y el otro no: esa es la única diferencia real entre ambos. Tú eres el delicado y a la vez complejo Número Siete que ni siquiera los investigadores de Ciudad Academia saben que hacer contigo. De hecho, eres un Esper especial que ellos ni siquiera están seguros si realmente deberías ser clasificado como Nivel 5. Si tú mismo comprendieras eso, tal vez hubieras sido capaz de derrotarme.”

El objetivo del hombre que debió convertirse en Dios Mago es derrotar al Número Siete con un poder aplastante.

Es una pequeña vista a Ciudad Academia sobre la reunión de Gemstones. Ollerus juzga que ha completado su meta, y se da la vuelta en silencio.

“Tengo una razón por la que no podía perder. Pudo ser desafortunado para ti, pero sólo acepta la derrota. Este no es un problema que se pueda arreglar usando

„agallas‟.”

Entonces…

“…Ese es un comentario que no puedo dejar pasar.” Una figura se levanta.

Ollerus se da la vuelta lentamente una vez más. Un chico está ahí de pie, con heridas cubriendo su cuerpo. Recibió el ataque desconocido de Hliðskjálf dos veces y debería haber perdido la consciencia, pero aún así se levanta. Ollerus no esperaba eso. Sin embargo, así es el mundo en el que vive Ollerus.

“No trates a las personas como si no tuvieran agallas antes de que se rindan, bastardo.”

Hay sangre corriendo desde su frente. Su respiración es errática.

Pero Número Siete ignora el dolor, y observa a Ollerus.

“No seré derrotado tan fácilmente. ¡Te mostraré que ser arrogante y engreído no es el único tipo de fuerza! ¡¡Las agallas no son algo que se pierde sólo porque te encuentras en desventaja!!”

Un poder desconocido envuelve el cuerpo de Sogiita Gunha.

“¡¡Te mostraré lo que son verdaderas agallas!! No necesitas una razón importante.

¡¡Un hombre retorcido o podrido, incluso si es un completo extraño, puede levantarse por unas chicas malheridas!!”

Número Siete corre hacia adelante con la velocidad del poder emanando progresivamente.

A diferencia del poder inexplicable de Ollerus, cualquiera puede comprender esa simple aproximación.

Ollerus sonríe en respuesta.

Mientras sonríe, hace algo que no puede ser explicado o comprendido. La tercera vez de Hliðskjálf, y el séptimo Nivel 5.

Esos dos inexpresables, inexplicables, e incomprensibles monstruos chocan. Y…