Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 10

Capítulo 6: Magia Oscura

Parte 1

Las lágrimas de Liam tardaron en detenerse, tal vez porque las había guardado durante mucho tiempo. Su nariz estaba muy roja, probablemente por el rubor, y cuando lo solté, miró inmediatamente hacia otro lado. Seguía actuando igual, pero de alguna manera no parecía tan amargado como antes.

“Volvamos.” Le ofrecí mi mano, que tomó con cautela.

Empezamos a caminar de vuelta al orfanato, tomados de la mano. Aunque habíamos corrido tan rápido, lo habíamos hecho durante tan poco tiempo que no habíamos llegado tan lejos.

“De todos modos, ¿cómo te llamas?” Me preguntó Liam sin rodeos.

“Soy Katarina. Pienso volver a visitar el orfanato cuando tenga tiempo, así que seamos amigos, ¿vale?”

“Hm-mm.” Asintió con la cabeza.

Me alegré tanto al verle responder así, sobre todo en comparación con las miradas de fastidio que solía dirigirme, que sentí la necesidad de acariciarle la cabeza.

“¡¿Qué estás haciendo?!” Chilló, sonrojándose y tratando de apartar mi mano.

Qué bonito, pensé, sonriendo para mis adentros, cuando oí una voz.

“Parece que se están divirtiendo.”

Alguien estaba de pie frente a nosotros, pero no pude saber quién era porque llevaba una capucha que le cubría la mayor parte de la cara.

¿Quién es este? ¿Un amigo de Liam?

La persona encapuchada se dirigió lentamente hacia nosotros antes de retirarse la capucha y mostrarnos su rostro sonriente.

“Ha pasado mucho tiempo, Katarina Claes.” Dijo.

Era una chica de cabello negro que me resultaba familiar. ¡Estaba en la mansión donde Keith fue retenido después de ser secuestrado!

“¡Te conozco! Tú…”

“Me alegro de que te acuerdes de mí.” Interrumpió ella, sonriendo de nuevo.

No parecía que quisiera hacernos daño, pero Larna me había advertido de que esa chica era una peligrosa Usuaria de Magia Oscura que no se lo pensaba dos veces antes de hacer daño a la gente. Después de todo, la vida de Keith estuvo en peligro por su culpa. Me puse delante de Liam, protegiéndolo de ella.

“Ah, ¿te doy miedo? Eso me entristece.” Afirmó, pero sus labios seguían curvados en la misma sonrisa espeluznantemente inmutable.

“¿Qué quieres?” Le pregunté mientras daba un paso atrás.

“En realidad tengo algunos asuntos con ese chico de ahí.” Señaló a Liam.

¡¿Quiere hacerle algo?! ¡Entonces no puede quedarse aquí! ¡Es demasiado peligroso!

“Liam. Corre al orfanato.” Le dije mientras lo cubría aún más.

“Pero…” Dudó, probablemente comprendiendo que algo no iba bien.

“Eres un corredor rápido. Quiero que corras hasta allí y encuentres al hombre llamado Cyrus. Es una de las personas que vino conmigo al orfanato. ¿Puedes pedirle que venga aquí? Por favor.” Sonreí mientras le suplicaba, tratando de no asustarlo, y rápidamente asintió y comenzó a correr.

“Oh, Dios.” Chirrió la chica, mirándolo alejarse, pero yo me puse delante de ella.

“No dejaré que lo toques.” La miré con toda la rabia que pude. Realmente no creía que pudiera ganar en una pelea contra ella, ya que podía usar Magia Oscura mucho mejor que yo, pero al menos podía esperar ganar tiempo hasta que llegara Cyrus, quien realmente tenía una oportunidad.

“Ya, ya, no hace falta que me mires así. No voy a hacer nada más a ese niño.”

“¿Qué quieres decir?” Pregunté, confundida. ¿No acaba de decir que tenía negocios con él?

“No hay más oscuridad en sus ojos.”

Eso tenía aún menos sentido para mí.

“No te entiendo.”

“¿Cómo puedo expresar esto? Es como si se liberara de la oscura carga que llevaba. Y es tu culpa. Otra vez.”

“¡¿Mi culpa?!”

¡¿Qué está tratando de decir esta chica?!

“¿Por qué siempre me estorbas? Incluso robaste el Pacto Oscuro…” Se quejó, levantando ligeramente las cejas pero, por lo demás, seguía sonriendo como siempre.

“¡No lo he robado! Ni siquiera lo quería en primer lugar…” Empecé, pero entonces el shock se hizo presente. “¡¿Cómo sabes del Pacto Oscura?!”

Sólo los altos cargos del Ministerio y algunas de las personas más cercanas a mí debían saberlo.

“Lo sé todo. Incluso sé lo mucho que ahora mismo estás entrenando en Magia Oscura.”

“¡¿Eh?!”

Sólo un puñado de personas lo saben, y sólo he estado tomando clases de Magia Oscura durante unos días… No lo entiendo. ¿Cómo puede saber eso? ¿Quién es ella?

Sentí que el miedo me invadía y di otro paso atrás. Su expresión, de nuevo, no cambió ni un ápice. No pude saber lo que estaba pensando.

¿Puedo huir de ella? No tengo otra opción. Me decidí rápidamente, me di la vuelta y empecé a correr hacia el orfanato.

“No había terminado de hablar. Si tanto vas a entorpecerme, al menos podrías mostrar algunos modales. Tal vez te castigue un poco.” La oí decir desde atrás.

Me di cuenta de que algo me perseguía, algo malo. No tuve tiempo de mirar atrás para ver qué era, pero de alguna manera sentí que ser atrapada no sería una buena noticia. Empecé a correr aún más rápido, tan rápido como pude, y entonces noté que alguien corría hacia mí. Dos personas que conocía bien.

Sólo tengo que alcanzarlos y estaré a salvo, pensé, haciendo acopio de todas las fuerzas que me quedaban en las piernas, pero…

“Te tengo.” Me susurró de alguna manera la chica encapuchada directamente al oído.

Momentos después, una niebla negra me había envuelto.

“¡Katarina!”

“¡Nee-san!”

Los gritos de ambos sonaban lejanos y apagados.

***

La oscuridad que me rodeaba era tan aterradora que cerré los ojos instintivamente. Poco después, todo quedó en silencio.

Ni siquiera podía oír los pájaros y los bichos de los árboles que me rodeaban. Había tanto silencio que me dolían los oídos.

Volví a abrir los ojos, todavía asustada, pero todo estaba tan oscuro que no había diferencia. No había nada, por mucho que mirara a mi alrededor. O tal vez sí, pero no podía verlo porque estaba muy oscuro. Después de todo, ni siquiera podía ver mis propios brazos y piernas. Intenté tocarme la cara y me di cuenta de que aún podía mover las manos y sentir cosas. Pero, cegada de este modo, moverse sería demasiado peligroso.

¿Dónde estoy? Debe ser cosa de esa chica. ¿Qué me ha hecho ella? ¿Me envió a otra dimensión, como cuando conseguí accidentalmente el Pacto Oscuro? No lo sé. Tal vez sea otra cosa.

No podía oír ni ver nada. Estaba rodeada de una oscuridad aterradora y silenciosa. No saber qué estaba pasando era aterrador, pero lo que era aún más aterrador era no saber cuándo terminaría.

“Tengo miedo…” Murmuré para mis adentros.

“¡Katarina!”

“¡Nee-san!”

Oí dos voces que me llamaban.

“¿Jeord? ¿Keith? ¿Están ustedes dos ahí?”

“Sí. No puedo ver mi entorno, pero puedo decir que estoy cerca de ti.” Respondió Jeord.

“A juzgar por tu voz, no podemos estar tan lejos.” Coincidió Keith.

“¿Así que ustedes dos también están atrapados en la oscuridad?” Pregunté. Por un segundo había pensado que sólo yo no podía ver, pero no parecía ser el caso.

“Definitivamente lo estoy.”

“Yo tampoco veo nada.”

Así que los tres estábamos atrapados en esta cosa oscura. “Pero, ¿por qué ustedes dos también estarían aquí?” Les pregunté. Los recordé corriendo hacia mí, pero aún no me habían alcanzado cuando todo se volvió negro.

“Vi que una niebla oscura te envolvía por detrás y salté hacia ti para sacarte de ella. Un momento después, me encontré aquí.”

“A mí me pasó lo mismo.”

Sabía que no podían verme, pero me incliné disculpándome mientras les decía que lamentaba haberlos metido en problemas.

“Soy yo quien debe disculparse por no haber podido protegerte, Katarina.”

“Tiene razón. Y estábamos tan cerca… Lo siento, Nee-san.”

“Gracias a los dos.” Respondí a sus amables palabras.

“De todos modos.” Jeord volvió a hablar. “Creo que sería mejor concentrarse en cómo salir de aquí ahora.”

Keith y yo estuvimos inmediatamente de acuerdo con él.

“En primer lugar, ¿qué hay aquí? Puedo sentir mi propio cuerpo, así que no es sólo nuestra conciencia la que se transportó a un lugar diferente.” Dijo Keith.

“Efectivamente. Es probable que hayamos sido transportados físicamente a este oscuro lugar.” Respondió Jeord.

“Me pregunto si podemos tocarnos.”

“Si pudiéramos, eso demostraría que realmente estamos en el mismo lugar. Deberíamos intentarlo.” Respondió Keith.

“Entonces intentaré acercarme a ti y tocarte. Sigue hablando, Keith.”

“¡¿Qué?! ¡¿Más cerca?! ¡¿Eso es seguro?! ¡¿Y cómo se supone que sepa dónde tocar?!” Keith siguió hablando, tal y como le había pedido.

Atravesé la oscuridad para encontrarlo. Ahora que sabía que esos dos estaban allí conmigo, moverse ya no me daba tanto miedo. Después de dar unos pasos, sentí que algo hacía contacto con mi mano.

“¿Keith?”

“¿Nee-san?”

La voz de Keith venía de muy cerca.

“¡Oh! ¡He conseguido tocarte, Keith!” Exclamé, dándole palmaditas por todo el cuerpo.

“¡¿Qué estás tocando?!” Me preguntó.

“¿Hmm? ¿Qué he tocado?”

“¡No importa! Basta ya. Dame tu mano.” Exigió secamente, tomando mi mano antes de que pudiera responder.

Su mano era más grande y fuerte de lo que recordaba, pero podía decir que era la de Keith, y eso me hizo sentir segura y aliviada.

“Parece que están pasando el mejor de los momentos. ¿Puedo preguntar exactamente qué están haciendo?” Preguntó Jeord. Me sorprendió escuchar su voz, ya que parecía estar muy cerca de nosotros.

“¡Espera! ¡No estás tan lejos!” Le llamé.

“Caminé hacia ti mientras escuchaba tus bromas. Siéntete libre de tocarme, Katarina.”

“Pero no puedo verte, así que no sé dónde estás…” Le contesté.

“Oh, por supuesto. Entonces, dame tu mano… No, Keith, tú no. ¿Por qué tomarías mi mano? Suéltala.”

No sabía qué era más impresionante: que Keith hubiera conseguido tomar la mano de Jeord, o que éste se hubiera dado cuenta inmediatamente de quién era.

“No puedo confiar en que no te aproveches de esta oscuridad para tocar a Nee-san de forma inapropiada.”

“El único que se está comportando inapropiadamente aquí eres tú, Keith. ¿Dónde hiciste que te tocara?”

“No le pedí que lo hiciera. Simplemente lo hizo por su propia voluntad…”

“Interesante. ¿Y dónde hiciste que te tocara?”

“Acabo de decir que no hice eso…”

Estos dos son siempre así, eh. Ni siquiera el estar atrapados en esta absurda situación puede hacer que dejen de discutir, pensé, y no pude evitar reírme a carcajadas.

“¿Qué pasa, Katarina?”

“¿Por qué te ríes, Nee-san?”

“¡Es tan gracioso que ustedes dos actúen así incluso ahora!” Expliqué, continuando con la risa durante un buen rato. No podía verlos, pero estaba segura de que debían parecer bastante molestos.