Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 8

Extra 2: El Primer Recado Para Alguien Mayor de Cien Años

Cualquiera que la viera pensaría que su apariencia era un poco llamativa, abultada. A menos que tuviera mucho frío, parecía una criminal que intentaba evitar la mirada del público. Llevaba una bata roja holgada demasiado grande para ella, sus mangas largas cubrían completamente sus brazos cortos y delgados.

Era un look que destacaba en el pequeño mercado del centro de la ciudad. La forma en que caminaba con el dobladillo prácticamente arrastrándose por el suelo hizo que todos la miraran con preocupación. Pero teniendo en cuenta su apariencia juvenil, hubo bastantes transeúntes amables que se preguntaron si se había separado de su madre.

Cada vez que preguntaban, Elise se inclinaba profundamente y les daba una sonrisa adorable. Incluso ahora, una amable mujer de mediana edad la había llamado preocupada. “No, mamá todavía está en casa… voy a salir a comprar pan y leche y uhm…”

Por el momento, le dio la respuesta que daría un niño. Había copiado perfectamente los gestos que tendría un niño de esa edad.

Ver esa sonrisa inocente hizo que la mujer cariñosa le sonriera de inmediato. “¿Ah, entonces es así? ¿Es este tu primer recado? Y aquí estaba yo, pensando que estabas perdida… Si hay algo que no entiendes, puedes preguntarme, ¿de acuerdo?”

Palabras amables y maternas salieron una tras otra de la boca de la mujer mientras sonreía con afecto. Ahora que la gente entendió la situación, los que estaban alrededor de la niña comenzaron a relajarse. Comenzaron a animar a la niña, Elise, desde la distancia.

Al mismo tiempo, desaceleraron el paso. Las personas que estaban comprando veían afectuosamente a la niña. No importa a qué tienda fuera, todos seguramente cooperarían mucho con ella. Si decía que olvidó su dinero, el empleado seguramente sonreiría y diría que podía regresar con él en cualquier momento.

Mientras deambulaba por esa atmósfera, fingiendo buscar la tienda que buscaba, se sintió increíblemente amargada por dentro. No pudo evitar dejar escapar un suspiro frustrado.

¡¿Maldita sea?! Sé que no debería destacar, pero odio poder confiar tan fácilmente en este método.

De hecho, Elise había venido aquí buscando algo. Y el método que usaba para moverse pacíficamente era su apariencia. Si decía que estaba haciendo un recado, debería ser capaz de mezclarse… y eso no había estado exactamente mal, pero no esperaba recibir un tipo diferente de atención.

Deseaba poder ignorarlos, pero la gente amable y protectora no dejaría sola a alguien tan adorable como ella. “… Me pregunto si esto es lo que ellos llaman pecaminoso…”

Elise finalmente entró en una tienda, mientras una gran cantidad de adultos la cuidaban. En realidad, estaba detrás de un libro, y uno raro, una reliquia sobre magia. Por eso estaba buscando tiendas de antigüedades para poder preguntar si tenían cierto libro.

Pero la tienda a la que había entrado era una pequeña panadería. El interior tenía un aspecto moderno, con el aroma del pan recién horneado flotando en el aire.

Elise miró alrededor de la tienda y se dio cuenta de la situación. Ella inconscientemente se estremeció. ¿Qué estoy haciendo aquí? ¡Es como si me hubiera atraído el olor!

Cuando se dio la vuelta para volver a salir, descubrió que los adultos se habían reunido junto al escaparate y la estaban mirando.

Mientras ella miraba en su dirección, todos obviamente apartaron la mirada. Al mismo tiempo, sintió una sensación de calidez en el aire. Todos se sintieron aliviados de que hubiera llegado a salvo a su destino.

Desde su punto de vista, fue muy lamentable. Tenía ganas de expresar su pesar por la atmósfera actual.

Sin embargo, se encontró incapaz de darse la vuelta e irse. Podía sentir que los ojos sobre ella, tanto dentro como fuera de la tienda, no se lo permitirían.

Finalmente, Elise dirigió una sonrisa hueca hacia la señora de la caja registradora de la panadería y se acercó a ella. Una vez que estuvo allí, la dama le habló, inclinándose sobre el mostrador, y Elise encontró dos ‘bollos de gran tamaño’ frente a su cara. Eso también la puso de los nervios, pero ahora no podía evitarlo.

Elise sacó la mano de su manga. “Dos croissants… por favor.” Dijo, lo que hizo que la dama sonriera.

***

… Poco después, le dieron croissants recién horneados, así como un poco de pan extra. Con pasos cortos, dejó atrás el mercado.

Su audiencia la despidió, intercambiando sonrisas entre ellos. Se elogiaron interiormente por su consideración y se sintieron conmovidos y satisfechos con lo que había sucedido. Después de todo, habían ayudado a una niña a dar su primer paso hacia la edad adulta.

Habían podido vigilar a la niña desde la distancia y verla lograr su objetivo sin necesidad de decir nada. A veces habían estado nerviosos, pero continuaron cuidándola hasta el final.

Sus ojos permanecieron en la pequeña espalda de la niña hasta que se perdió de vista… y el mercado volvió a su estado habitual de bullicio como si nada hubiera pasado.

-FIN DEL VOLUMEN 08-