Jaku-chara Tomozaki-kun

Volumen 7

Capitulo 7: Algunos Hechizos No Usan Poder Mágico

Parte 4

Unos segundos más tarde, las luces volvieron a encenderse y me sorprendió lo que vi.

En lugar del telón de fondo en blanco y negro había una pintura brillantemente colorida de la ciudad.

Pude escuchar algunos jadeos encantados de la audiencia. Este plan debe haberse materializado mientras practicaba mi sketch, porque no sabía nada al respecto.

Pero estaba seguro de que fue idea de Kikuchi-san.

No puedo imaginar un efecto de escenario que podría haber expresado sus emociones más perfectamente.

Kris y Libra hablaron mientras contemplaban las hermosas vistas.

—¡Wow! ¡¿Qué es eso, una rana?!

—Ja ja ja. Nunca podríamos ver una rana desde aquí arriba. ¡Eso es un dragón!

—¡De ninguna manera! ¡Es tan pequeño! Quiero decir, ¿no son los dragones gigantes más de esta formaaaaaaa…?

—¡Hey, cuidado! ¡Mantén tus manos sobre el dragón!

—¡A ja ja!

Al principio, ellos estaban enfocados en el extenso paisaje de abajo, pero antes de que se dieran cuenta, sus miradas se dirigieron hacia adelante—muy lejos a la distancia.

Gradualmente, sus expresiones se volvieron tranquilas y gentiles.

—¿Es eso…?

—Sí.

—El mar, ¿verdad?

—Correcto.

El océano brillaba a la luz del sol delante de ellos. Kris nunca lo había visto antes.

—Es tan hermoso.

—Sí… no puedo creerlo.

—¿Qué quieres decir? ¿Pensé que habías visto el océano antes, Libra?

—Sí… lo he visto, pero… —¿Pero qué?

Libra sonrió amablemente.

—… Nunca me di cuenta de que era tan hermoso.

—… Oh.

Ellos compartieron una visión del mundo que nadie más había visto antes, y luego regresaron al jardín.

El escenario volvió a oscurecerse. Ni un solo estudiante aprovechó la oscuridad para charlar, y me di cuenta de que todo el gimnasio estaba esperando para ver qué pasaba después. Así fue como supe que la obra en sí los había atrapado.

Pero a mi también me afectó de una manera que nadie más sabía.

Cuando leí la obra por primera vez, no me había dado cuenta… ¿pero esa escena junto al océano…?

Era un homenaje al amado Poppol de Kikuchi-san.

Después de eso, Kris consiguió que Libra la llevara fuera del castillo por un día.

Pero lo que encontró no fue la hermosa escena que había visto desde el cielo… era un mundo lleno de pobreza y reglas desconocidas.

Cuando fueron al distrito del mercado, los comerciantes se enojaron con ella, era demasiado tímida para hablar con extraños y pronto llegó el momento de irse a casa.

Ella se había enfrentado a la realidad, simple y llanamente.

—¿Libra? Creo… que he sido una oportunista, ¿no es así?

—¿Qué quieres decir?

—No he tenido que trabajar nada para tener una buena vida… y me he quedado aquí, aislada de todo. Este jardín es muy grande, pero es muy pequeño.

—… No creo que eso sea cierto.

—No, me di cuenta de algo.

Kris habló entrecortadamente.

—Era más fácil cuando alguien más me retenía aquí… pero ahora que sé que puedo irme si quiero, quedarme aquí sería mucho más insoportable, solitario y horrible.

Ella estaba tratando de poner en palabras su sentimiento de inferioridad, de analizarlo por sí misma.

—Cuando miras el mundo exterior desde lejos, es tan hermoso como los fuegos artificiales mágicos… pero si realmente quieres ser parte de él, tienes que trabajar duro.

—… Kris.

—Libra, voy a intentarlo.

A partir de ese mismo día, ella comenzó a trabajar tan duro como pudo.

Poco a poco, aprendió las habilidades que no le resultaban fáciles. Claramente estaba cambiando.

Pero esos cambios eran inquietantes para Libra.

Pensó que había otros caminos que ella podía elegir.

A partir de ese momento, yo solo había oído hablar de la historia… pero no había leído el guion.

Un día, Kris y Libra tuvieron una discusión.

—Yo estoy en contra.

—¿Por qué…?

—Creo que tienes otras opciones, Kris.

—¡¿Qué otras opciones?! ¿Crees que debería quedarme en este jardín para siempre?

Kris lanzó sus verdaderos sentimientos a Libra con más pasión que nunca.

La persona que quería ser, su frustración por no poder convertirse en ese ser, los lugares a los que quería ir y las cosas que quería ver.

Todos esos sentimientos, esos pensamientos crudos y viscerales, se habían perfeccionado y entretejido en la obra para que todos lo viéramos.

—¿Libra?

Kris se volteó directamente hacia la audiencia antes de pronunciar sus siguientes palabras.

—El mundo que vimos desde el cielo estaba lleno de colores brillantes. Pero… cuando fui allí yo misma, todo era del color de la ceniza.

Una vez más, sentí que había escuchado a alguien más decir esas cosas antes.

—Quería ver ese hermoso mundo por mí misma; Los verdaderos sentimientos de Kikuchi-san, expresados a través de Kris, me dejaron sin aliento. —¿Está tan mal que quiera ver lo que hacen los demás?

Sus emociones violentas, deseos y conflictos internos se habían transformado en palabras.

—Me sentí atrapada aquí, cuando las posibilidades afuera eran infinitas. Pero yo no podría sobrevivir allí. Era simplemente inútil y pequeña.

Esas revelaciones me atrajeron, arrasando con todo en una poderosa inundación.

—¿Por qué no puedo llevarme bien con todos? ¿Por qué no sé las cosas más obvias?

Cada línea gritada me sacudió tan completamente que me sentí hipnotizado.

Este fue un grito de su alma, la alienación que ya no podía contener.

—¿Soy… demasiado diferente de todos los demás?

Y… el llanto de una chica que había perdido su camino, atrapada entre los ideales y la realidad.

—Dime, Libra, ¿yo soy…?

Esta fue la preocupación que se apoderó de Kris, la chica que había crecido sola en el jardín con la lectura como su única diversión.

Sufría del temor de ser fundamentalmente diferente del resto de la humanidad, una lucha interna profunda y cruel.

“En las Alas de lo Desconocido” marchó hacia su clímax final, los corazones de la audiencia firmemente estrujados.

***

Pasó algún tiempo.

Libra entró al jardín donde vivía Kris, cargando una bolsa.

Deprimida, Kris miró la bolsa con curiosidad.

—… ¿Qué es eso, Libra?

—Oh, ¿esto? Bueno, ¿te acuerdas de todas esas cosas que me diste el otro día?

—… ¿Te refieres a las guirnaldas de flores?

—Sí.

Varios días antes, Libra le había pedido a Kris si le daría todas las guirnaldas que había hecho en el pasado.

—Dijiste que querías aprender a hacerlos, ¿verdad?

—Correcto. Lo siento, pero eso fue una mentira.

—¿Una mentira…? ¿Qué quieres decir…?

—En realidad…

Libra sacó un trozo de papel de la bolsa.

—¿Qué es eso?

—Una carta.

—¿Una carta?

Libra se lo entregó a Kris.

Ella lo leyó lentamente y la sorpresa se apoderó de su rostro.

No era de extrañar.

“Gracias por las guirnaldas muy hermosas. ¿Los atesoraré…?”

Las palabras, torpes pero sinceras, estaban escritas con la mano de un niño.

—Eso no es todo; Dijo Libra, y comenzó a sacar todo tipo de frutas y verduras de la bolsa.

—¿Q-Qué son esos…?

—El pago.

—¿Para qué?

—Por las guirnaldas. Los cambié en la tienda de productos agrícolas.

—¿Los cambiaste…?

La tienda de productos agrícolas—la misma tienda cuyo dueño había regañado a Kris por no conocer las reglas tácitas cuando salió del castillo ese día.

Libra le explicó.

El comerciante había estado tratando de encontrar un regalo para su hija. A ella le encantaron las guirnaldas tan pronto como las vio, y él se ofreció a intercambiar productos por ellas. Además de eso, la hija los amaba tanto que le dio a Libra un poco de dinero extra.

—Cuando le dije al dueño que tú fuiste quien los hizo, se disculpó y dijo que no debería haber actuado como lo hizo.

—Oh, Libra… ¿En serio?

—¡Por supuesto! ¡Mira, hay más! Este es de la esposa del posadero. Este es del hijo del armero. Había un niño de siete años que estaba muy emocionado porque le iba a proponer matrimonio a una chica de la que era amigo… ¡Me pregunto si ella aceptó!

—Libra…

Kris estaba de pie clavada en el suelo, estupefacta. Su visión del mundo acababa de ser abierta de par en par.

—Entonces, ¿lo ves ahora? Esas guirnaldas de flores que haces para divertirte, hay mucha gente que las quiere.

—Sí…

—Eso significa que no eres muy diferente. También tienes un lugar en el mundo exterior.

—Sí… ¡Sí!

—Entonces…

Libra abrió ambos brazos y le hizo un gesto a Kris para que lo siguiera.

—… ¡Volemos! ¡Esta vez, con nuestras propias alas!

Con esas palabras, incluso el paisaje del jardín cambió de monocromo a color con un giro del papel.

Los árboles de formas extrañas, las hojas verdes que llenaban todos los rincones y la familiar orilla del agua… ¿Cómo podía ser tan hermoso el paisaje que conocía tan bien?

Kris parecía estar al borde de las lágrimas, pero en cambio, sonrió y asintió.

Se notaba por el brillo de su sonrisa que su corazón petrificado se estaba derritiendo.

El escenario se oscureció y luego se iluminó nuevamente cuando la historia entró en su epílogo.

Una vez que Kris decidió dejar el jardín para dedicarse a su pasión, Alucia usó sus conexiones como miembro de la familia real para presentarle un taller donde trabajaban muchos artesanos de flores, y le ofrecieron a Kris un puesto como aprendiz.

Llegó el día de su partida. Los tres amigos se reunieron en el jardín.

Libra se volteó hacia Kris.

—Siempre puedes volver si las cosas se ponen muy difíciles.

El jardín y el castillo siempre serían el hogar de Kris.

Kris se secó las lágrimas mientras le respondía.

—Lo sé… Gracias, Libra.

—No planeo mimarte como lo hace Libra; Dijo Alucia. —Espero que te conviertas en la mejor artesana de flores del mundo… y…

—… ¿Y?

Era como si Alucia no pudiera retener sus siguientes palabras en su interior.

—… Cuando regreses, no vengas a este jardín. ¡Ven al castillo, Kris…!

—¡Esta bien…! ¡Lo haré, Alucia…!

Las dos chicas se abrazaron, compartiendo su tristeza.

Kris se despidió del resto de los residentes del castillo y comenzó su aprendizaje.

Ella había pensado que nunca encajaría en ningún lugar.

Ella había pensado que era fundamentalmente diferente del resto del mundo.

Pero al final, ella encontró su lugar.

—¡Me alegro de haberlo hecho!

Con esas palabras ella expresó su abrumadora gratitud por su libertad.

Kris estaba en el centro del escenario, iluminada por un foco y mirando directamente al mundo.

“En las Alas de lo Desconocido”, esta historia hecha para Kris, estaba llegando a su fin—

—¡Finalmente aprendí a volar!

—o eso pensé.

Las luces se apagaron de nuevo cuando Kris dijo su última línea. Ese fue el final de la última escena que escuché de Kikuchi-san, y estaba listo para comenzar a aplaudir.

Pero la historia no había terminado.

Las luces volvieron a encenderse.

Hinami/Alucia y Mizusawa/Libra estaban de pie en el escenario. Por un segundo, no entendí lo que había sucedido, y me quedé allí sentado con los ojos pegados al escenario.

—¡Mira, Libra, mira!

La voz era suave. Sonaba casi como el de un niño que busca afecto.

—¿Qué…? ¡Oh! ¡Una carta de Kris!

Las palabras enviaron un ligero escalofrío a través de mí. No tenía ni idea de qué historia iba a contar Kikuchi-san.

—Escuché que ha estado muy activa desde que comenzó su aprendizaje, ¡y ahora se ha hecho cargo del taller!

—¡Wow eso es increíble! ¡Qué gran noticia!

Todavía estaba ansioso.

Las palabras y la forma en que fueron pronunciadas sugirieron que había pasado algún tiempo.

¿Qué buscaba Kikuchi-san con este salto en el tiempo? ¿Y por qué no me había avisado? Cuando me contó cómo terminó la obra, ¿por qué se guardó esa parte para sí misma?

No tenía ni idea.

—Leámoslo

—Bien.

Estoy seguro de que estaba escuchando con más atención que nadie en el gimnasio.

Mi sensación de inquietante premonición estaba haciendo sonar una campana de advertencia, diciéndome que no escuchara.

—Queridos Libra y Alucia.

El escenario comenzaba a nadar frente a mí y me estaba mareando. No podía sacudirme estos nervios inexplicables.

Finalmente, una voz llegó a mis oídos que pareció abrir un agujero en la avalancha de pensamientos que estaban retenidos en mi mente.

—¡Felicidades por su matrimonio!

Alucia transmitió lo que Kris había dicho… y esas palabras atravesaron mis expectativas y esperanzas tan abruptamente como una guillotina.

—Siento no haber podido venir a decírselos en persona. Es la temporada más ocupada para las bodas en este momento, y simplemente no podía escaparme. Como tengo tantos estudiantes, todo se desmorona cuando me voy.

Las palabras de Kris se sintieron exactamente como una respuesta a algo.

—Pero cuando pienso en ello, siento que el tiempo que pasé con ustedes dos me formó en quien soy hoy. No sabía nada y quería saberlo todo. El tiempo que pasé con ustedes fue muy importante, me enseñó el mundo.

Quería presionar mis manos sobre mis oídos mientras las palabras golpeaban mis tímpanos y convertían mi corazón en hielo.

—¡Es por eso que quiero que tengan una pequeña muestra de mi agradecimiento! Como una artesana de flores muy solicitada, les ofrezco las guirnaldas de flores más hermosas del mundo. Alucia, ¿lo recuerdas? Te prometí que te daría algo que me gustara, ¿no?

Sentí algo insustituible derramándose de la herida dentro de mí.

—Libra. Alucia ¡Le deseo toda la felicidad del mundo! Con amor, Kris.

Libra y Kris no terminaron juntos.

***

La obra había terminado.

Debió ser mucho mejor de lo que esperaba el público, porque los aplausos fueron estruendosos. Se abrió el telón, el elenco hizo una sencilla reverencia y luego llegó el momento de la siguiente función. Al parecer, la banda de música iba a actuar.

Mucha gente se quedó por eso, pero yo no tenía ganas de quedarme.

Quiero decir, ¿esa obra…?

“En las Alas de lo Desconocido”… esa fue la historia de Kikuchi-san.

Mis propias palabras y acciones se reflejaron claramente en Libra, mientras que Kris reflejó el propio camino de Kikuchi-san, desde la forma en que vivía hasta la forma en que pensaba.

Y luego estaba lo que le había dicho a Kikuchi-san unos días antes. 

—Después de que termine la obra el día del festival… hay algo de lo que quiero hablar contigo.

Su reacción me había convencido de que había adivinado mis intenciones, ¿y qué más podría haber significado esa invitación en ese momento?

Y sabiendo eso, ella había agregado ese final.

Ni siquiera necesitaba ponerlo en palabras. El significado era obvio.

Salí tambaleándome del gimnasio y atravesé el corredor para salir.

El frío del viento de finales de diciembre me dio la bienvenido a la cara, que estaba tan caliente que palpitaba.

—… Huh; Murmuré para mí mismo.

Conocí a Hinami seis meses antes y me transformé gradualmente. Me había desarrollado poco a poco, no solo por fuera, sino también por dentro.

Al principio, el miedo y el escapismo me habían impedido elegir a alguien.

Y ahora, cuando finalmente tomé una decisión clara…

… Esa chica… me estaba rechazando.

Incluso mis respiraciones más pequeñas eran blancas en el aire frío, dando forma vívida a mis emociones sacudidas.

Pero curiosamente, una de las emociones que sentí en ese momento fue la satisfacción.

—Bueno… así es la vida.

Si.

Lo sabía mejor que nadie. Quiero decir, este juego era tan malditamente difícil que incluso yo, el supuesto mejor jugador de Japón, casi me había dado por vencido.

Había perdido en él durante dieciséis años seguidos.

De acuerdo, había cambiado durante el último medio año. Apenas me reconocerías ahora.

Pero este juego no fue fácil, un cambio como ese no garantizaría que todo iría bien.

Tuve que concluir que la vida…

—No es un juego de mierda después de todo.

No podía dejarlo atrás.

Quiero decir, sabía una cosa.

Este juego fue duro, y muchas veces no salió bien. Muchas cosas parecían absurdas, y otras partes solo se volvían más difíciles a medida que lo intentabas.

Pero aun así… me había llegado a gustar en quién me había convertido. El tipo que quería conocer a los demás, que lograba conectarse con personas totalmente diferentes, que era perseguido por aquellos que creía que estaban fuera de mi alcance.

Este juego fue una obra maestra, llena de drama e historias.

—… Supongo que me iré a casa; Murmuré y di un paso.

El festival escolar todavía estaba en marcha, animado y feliz. Estoy seguro de que todo tipo de historias de amor se desarrollaban allí sin que yo lo supiera. Algunas personas dicen que los normies deberían morir en un incendio, pero tal como me sentí en ese momento, después de haber dado un paso adelante y haberme caído, ni siquiera tenía la energía para desear eso.

Por el momento, solo estaba agradecido por el aire frío y seco que refrescaba mis pensamientos acelerados.

—Tengo que descansar un poco… Entonces estaré listo.

Listo para volver al juego. Eso es lo mucho que había llegado a gustarme.

Di otro paso y miré al frente. Y… tuve un shock.

Justo ahí frente a mí… estaba una chica que conocía bien.

—Tomozaki…

Su larga y sedosa cola de caballo ondeaba con el viento del norte. Parecía tener problemas para decir mi nombre con la garganta mientras me miraba con ojos tristes y apagados.

—… Mimimi.

No estaba seguro de por qué, pero tenía la sensación de que ella sabía todo lo que estaba pensando y sintiendo.

Que ella aceptó mi tristeza desde el fondo de su corazón, y lo entendió.

Eso fue casi suficiente para que todo se derramara.

—Sobre esa obra…; Ella se obligó a decir, manteniendo sus ojos fijos en los míos con algo de esfuerzo. —Sabemos lo que significa, ¿no?

Así que ella lo entendió

—Pensé que ella modeló los personajes de todos… Libra eras tú, Alucia era Aoi de seguro, y eso significa que Kris debe ser Kikuchi-san. Quería decirte lo increíble que me pareció. Fue muy bueno.

Ella lo había descubierto.

Tenía sentido, supongo. Puede que no sea tan claro para ella como lo fue para mí, pero esos personajes y esa historia—cualquier persona decentemente inteligente probablemente podría adivinar en qué se basan.

Mimimi era increíblemente aguda para leer a la gente y parecía haber sentido algo incluso antes de que nos separáramos después de nuestro sketch, y encima le gustaba.

Notar la conexión entre Libra y yo probablemente fue pan comido para ella.

Dado que sentía algo por mí y me entendía tan bien, estoy seguro de que me observaba más de cerca que nadie.

Lo que significaba que, muy probablemente, se había dado cuenta de que me gustaba Kikuchisan—y tal vez incluso que planeaba decirle eso.

Los ojos de Mimimi estaban llenos de lágrimas más grandes que las mías.

—Pero… luego estaba esa escena al final. Y después, los dos parecían casi estar huyendo el uno del otro. Quiero decir, eso fue raro. Trabajaron muy duro juntos en el guion y fue un gran éxito. ¿Por qué no estarían ustedes dos juntos ahora?

—… Oh.

Así es como ella se había dado cuenta.

La manera obvia en que Kikuchi-san y yo nos hicimos cercanos de repente. La cantidad de tiempo que habíamos estado pasando juntos. Y luego, la última escena de la obra.

—Si, tienes razón.

Asentí.

—Ella dijo que no.

Me obligué a sonreír para que no sintiera mucha pena por mí.

Al mismo tiempo, me prometí algo.

Mimimi me conocía, se preocupaba por mí y vino corriendo a mi lado.

Pero no podía permitirme apoyarme en su amabilidad.

No podía ceder a las emociones momentáneas y elegirla.

Pero justo entonces…

… Ella dio unos pasos hacia adelante y cruzó cierta línea.

Tomó mi mano entre las suyas y la apretó con fuerza. Sus dedos estaban fríos.

Mis pensamientos se detuvieron. Por un segundo, no entendí lo que estaba pasando.

Todo lo que sabía era que Mimimi estaba a menos de medio metro de mí, apretándome la mano.

Obviamente, su agarre era demasiado fuerte y me miraba directamente a mí y solo a mí.

Estaba demasiado cerca, mis emociones estaban por explotar.

No había nada que me detuviera, y sentí que la electricidad en el aire estaba a punto de barrer todas mis elevadas resoluciones.

Finalmente, sus ojos se llenaron de lágrimas…