Musume Janakute Mama ga Sukinano! (NL)

Volumen 6

Prologo 1: Demasiado Adorable

Aún recuerdo muy bien ese día.

Fue el día en que una nueva vida nació en este mundo.

El día en que presencié el misterio de la vida y me di cuenta de lo preciosa que es la vida.

Dicho esto, no fui yo quien dio a luz.

“…¡Onee-chan!”

Fue hace unos 15 años.

En aquel entonces yo todavía era una estudiante y, tras recibir una llamada, me dirigí a toda prisa desde la escuela al departamento de obstetricia y ginecología del hospital donde estaba hospitalizada mi hermana.

Abrí con fuerza la puerta de la habitación del hospital.

“Oh, Ayako.”

Mi hermana mayor, vestida con ropa de hospital, estaba acostada en la cama.

Cuando me vio, intentó incorporarse, pero me apresuré a detenerla.

“¡Oh, no hace falta! Acuéstate. Estás cansada, ¿verdad?”

“…Bueno, ya que insistes. Gracias. Llegaste temprano.”

“Vine a toda prisa tan pronto como terminaron las clases.”

“No tenías que apresurarte tanto.”

“¿Pero qué dices? Tenía que venir lo antes posible.”

Parecía un poco cansada, pero sonrió suavemente como siempre. Gracias a Dios. Mamá dijo que tanto mi hermana como el bebé estaban sanos, pero verla sonreír así me hizo sentir aliviada una vez más.

Miwaki Niozaki.

Mi hermana mayor.

Después de casarse el año pasado, su apellido cambió de “Katsuragi” a “Niozaki”.

A pesar de que dijo que quería disfrutar de su vida de recién casada durante un tiempo, en solo unos pocos meses mi hermana tuvo una nueva vida en su cuerpo… y hoy.

Mi hermana había terminado con éxito su batalla de parto.

“…Uwaa.”

Justo al lado de la cama, había una cama para recién nacidos con ruedas y en una canasta transparente, había un bebé envuelto en ropa interior blanca.

Una carita arrugada.

Pequeñas manitas.

Un cabello esponjoso como una pluma que se balanceaba cada vez que movía la cara.

Sus ojos estaban desconcertados mientras miraba de un lado a otro.

Esa encantadora figura se apoderó de mi corazón.

“¡Q-Qué lindura~~!”

¡¿Qué es esto?!

¡Es demasiado adorable!

¡¿Cómo puede existir una criatura tan linda en este mundo?!

“Wow… Es tan pequeñito. Y tan adorable, no tengo palabras para decir lo adorable que es.”

“Fufu. Cálmate un poco.”

“Oh, por cierto, ¿cuál es su sexo?”

“Es una niña. Como lo predijo el ultrasonido.”

“Una niña, ¿eh? Ciertamente tiene una cara muy linda. Oh, y sus ojos se parecen a los tuyos, ¿no crees?”

“Todos tenemos el mismo aspecto cuando nacemos.”

Yo estaba toda emocionada y mi hermana sonrió irónicamente.

“Oye, hermana… ¿puedo sostenerla?”

“Adelante. Pero ten cuidado con el cuello, aún no es lo suficientemente fuerte.”

“D-De acuerdo…”

Extendí mis manos nerviosamente.

Había practicado cómo se debía sostener un bebé de antemano.

La levanté suavemente, con cuidado de que su cabeza no cayera hacia atrás. Afortunadamente, no lloró y logré sostenerla.

Al principio pensé que era ligera.

La pequeña bebé era muy ligera.

No podía creer que un ser humano pudiera pesar esto.

Pero gradualmente, empecé a sentir peso en mis brazos.

Es pesado.

El peso de una vida humana.

La vida que mi hermana había gestado en su vientre durante diez meses…

“¿Qué ocurre?”

“…No, es solo que, de alguna manera, todavía no puedo creerlo. Esta bebé estaba en tu vientre hace apenas unas horas.”

“Sí. Pensé que iba morir cuando di a luz hace un rato.”

El cansancio que se filtraba en su expresión se profundizó de repente.

“¿F-Fue duro después de todo?”

“¿Que si fue duro…? Fue durísimo.”

“¡¿Durísimo?!”

“Dolió mucho, fue un dolor agudo e intenso… Es un dolor que solo quienes lo han experimentado pueden entender… Los dolores de parto eran infernales y no cesaban… y tras de eso, me tuvieron que abrir.”

“¡¿T-Te tuvieron que abrir?!”

“Una episiotomía… Es un tipo de incisión que facilita la salida del bebé. Dicen que el proceso de curación es más rápido si la incisión se hace antes que durante el parto, donde se podría generar un desgarro al intentar dar a luz a la fuerza. Pero no esperaba que me abrieran con algo como unas tijeras… y sin anestesia…”

“A-Ayyyy…”

“Me dijeron que no sentiría ningún dolor y ciertamente estaba bien cuando me cortaron, pero… los puntos de sutura de después fueron dolorosos. E incluso ahora, los puntos me duelen muchísimo…” dijo mi hermana con una cara que parecía al borde de la muerte.

Solo imaginar el dolor de la herida… hizo que me recorriera un tenso escalofrío por la entrepierna.

“…P-Pero Niozaki-san se tomó el día libre del trabajo para estar contigo, ¿no es así? Estoy segura de que te alegró saber que tu marido estaba allí contigo…”

“Estoy agradecida por eso… pero en realidad, mi esposo no fue de mucha ayuda durante el parto. En ese momento sentía que me estaba muriendo, así que cualquier cosa que dijera para animarme, solo pensaba ‘Solo dices esas cosas porque no eres tú el que está sufriendo’; cuando le pedí que me diera un masaje, no lo hizo en los lugares que le pedí y justo después de dar a luz, estaba hecha un desastre y sin maquillaje, pero él sacó la cámara y empezó a grabarme…”

“V-Vaya…”

Mi hermana, que usualmente es amable y gentil, sonaba enfurruñada.

Dar a luz suena aterrador.

No es solo un acontecimiento que trae felicidad.

Sino también una batalla mortal para traer a este mundo una nueva vida.

“…¿Pero sabes?”

Después de una pausa, mi hermana continuó.

Miró gentilmente a la bebé que yo sostenía.

“No importa lo doloroso o duro que sea… cuando veo la cara de esta niña, no puedo evitar amar todo de ella.”

“Onee-chan…”

Su sonrisa de felicidad calentó mi corazón.

Dar a luz es una batalla que pone en peligro tu propia vida.

No es solo un acontecimiento que trae felicidad.

Pero… no hay duda de que trae felicidad.

“Oh, sí, ¿cómo se llama? ¿Ya lo has decidido?”

“Está escrito allí”, dijo y señaló la mesa en la esquina de la habitación del hospital.

Allí había un documento de nombramiento en el que estaba escrito el nombre con bolígrafo.

Miu.

“…Miu, ¿verdad?”

“Sí. Miu, se escribe como ‘plumas hermosas’.”

“…Heh, ese es un nombre muy lindo. Ya veo, Miu-chan. Miu-chan, Miu-chan. Soy la tía Ayako.”

Una vez más miré a la bebé en mis brazos, Miu-chan.

La llamé, pero por supuesto, no respondió.

Su rostro seguía desconcertado.

“¿Tú pensaste el nombre, Onee-chan?”

“Sí. Porque habíamos acordado que, si era un niño, lo pensaría él, y si era una niña, lo pensaría yo.”

“¿Tiene algún significado detrás? ¿Como que crezca de tal manera o algo así?”

“Lo tiene, más o menos.”

“¿Cuál es? Dímelo.”

“Fufu. Pues verás…”

Con una cara muy alegre, pero al mismo tiempo con la cara inocente de un niño que había hecho alguna travesura, contó el significado del nombre que le había puesto a su hija.

Para ser honesta… fue un poco decepcionante.

Pero pensé que era muy típico de mi hermana.

De alguna manera pensé que alguien que podía pensar en un nombre de esta manera para su hija sería una buena madre.

Estaba casi segura de que podría criar muy bien a Miu y convertirla en una espléndida persona.